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fotografía de Wilson: con pantalones claros muy ajustados a las piernas, y unas botas que
parecían ser de montar; tambien llevaba traje y un pañuelo rojo oscuro envolviendo su cuello.
Leona, de un sorbo bebió la sopa que le había preparado Wilson, y gracias al Ford que conducía
el mayordomo, exactamente en media hora estuvieron en la escena del crimen
La ya conocida cara del inspector Astor, se aproximó ante ellos, siendo seguido por un joven de
con camisa arremangada y chaleco de vestir, y un oficial de la policía
Todd era un muchacho con un rostro serio e inexpresivo, parecía tener alargadas
facciones delicadas, que siempre se veían molestas; su cabello era relativamente corto y
oscuro, y sus ojos azules, solo expresaban una fría mirada de disgusto
- Ja, no pareces la gran cosa – dice Todd – como hablaban tanto de ti, creí que tal
vez serías, no sé, por lo menos un poco más alta – dice riendo
- Leona, con su misma mirada indiferente y despreocupada de siempre, mira a
Jasón y le responde – Ahora entiendo porque nunca han podido atrapar al asesino
- No te creas la gran cosa ¿Cuántos años tienes? ¿14? ¿15? Solo eres una niña
- Muchas veces hay niños que hablan como adultos, y adultos que hablan como
niños, y por lo visto, pareces ser un espejo de mis palabras.
- Ja, no soporto a la gente tonta que se cree inteligente
- Pues tu madre lo hizo por mucho tiempo
Jasón Todd no dijo palabra alguna, pero era notorio que no le agradaba que alguien
venga a hacer su trabajo y lo dejase como un incompetente. El médico simplemente se limitó a
cruzar sus brazos, y oír lo que seguiría en la conversación
El cuerpo de la víctima era frio y duro, como un mueble, pero debido a la piel llena de
arrugas, se sentía extraño al tocarlo. Sin embargo, Leona sin ninguna asco, iba manoseando el
cadáver como si estuviera jugando con una muñeca. La muchacha revisaba de a poco el cuerpo,
hasta incluso se atrevía oler parte de él. Cuando llegó a la zona de los brazos, esta dice:
Leona, con una completa insensibilidad, continuó revisando el cadáver por todas
partes, pero nada le pareció fuera de lo usual. Una vez, la muchacha terminó con el cuerpo,
siguió revisando la escena en busca de pistas. Abraham Eichhorst, al igual que Astor y Jasón, se
limitaba a mirar con curiosidad las intrépidas acciones de la Leona. La joven le quitó el pestillo a
la ventana y la revisó por dentro y afuera,
Nadie supo que decirle, nadie se atrevía a decirle algo, ella parecía estar muy segura
de sus acciones y el cómo realizarlas. Después de probar el agua, la joven si levantarse del
suelo, vuelve a meter su mano en el recipiente y esta vez saca una pequeña llave dorada
dentro de este
Leona se metió la llave en un bolsillo de su chaqueta, y sin pudor o asco alguno, con la
misma mano con la que estaba comiendo aquella trufa hecha de chocolate belga, metió su
mano al recipiente, y ahora sacó el dentro de este
Un dedo meñique, corte preciso, y muy bien conservado, similar como el que le
falta a la víctima anterior – dice mientras lo sostenía en sus manos –
probablemente sea el de una mujer, si observamos bien, aún conserva un poco
de esmalte de pintura color… lila, muy usado por las mujeres jóvenes, con una
edad aproximada de entre 20 a 30 años. ¿Cómo se llamaba Jasón? Si mal no
recuerdo, tú fuiste el único forense que pudo identificarla
- Charlotte Evans, 22 años – responde Todd – estudiante de arquitectura. Fue
descuartizada en 15 pedazos que después esparcieron por en la orilla del lago
Varném
- Qué lindo, además solo te pedí el nombre. En fin, conociendo a nuestro asesino,
debemos estar más que seguros que este dedo pertenece a Evans.
La muchacha se levantó del suelo, estiró sus brazos cortos, se quitó sus guantes, y
ahora con las manos desnudas, volvió a sacar una trufa que guardaba en uno de sus bolsillos.
Leona comenzó a comer chocolate como si nada, en plena escena del crimen
Los 4, siendo dirigidos por Astor, avanzaron algunos metros por la casa, hasta que
legaron a un lindo dormitorio muy bien amoblado, con varias ventanas, y una muy buena
iluminación, la habitación no conservaba el más mínimo parecido con la anterior, donde murió
la víctima. Sin embargo, la cama estaba desordenada, como si alguien hubiese estado
durmiendo en la allí por un tiempo. Leona, al igual que en otras ocasiones, terminó de comer
su chocolate y sonrió de un manera extraña. A pedidos de la muchacha, todos nuevamente
regresaron a la habitación con el cadáver
- Muy bien, todas las piezas del rompecabezas ya están en su lugar y la imagen que
me muestran es muy clara. Les explicare que fue lo que sucedió.
- Había alguien con la víctima, alguien por quien la victima sentía cierto… afecto.
Ese “alguien”, que en realidad en el asesino, dejó a nuestro querido señor Parker
– dice irónicamente – durmiendo tranquilamente en aquella cama. Parker
confiaba en él, él creía que no lo traicionarían. El asesino esperó, sentado en esa
misma silla, a que la víctima se durmiese. Posteriormente, cuando Parker por fin
se durmió, el asesino cerró la ventana, y acercó la silla lo más posible a la cama de
Parker, luego bajó las escaleras hasta la cocina y llenó un pocillo con agua
caliente, después subió de nuevo volvió a la habitación, y colocó el pocillo sobre
la silla. Y es aquí donde viene lo complicado. El asesino fue inteligente, usó algo
que no suele dejar rastros…
- ¿Y que fue eso?
- Muy simple, hielo
- ¿Hielo? – preguntan todos
- Si, como lo oyeron, hielo. Pero este no era el típico hielo que se consigo al
congelar agua; este era el que comúnmente se conoce como “hielo seco”. El hielo
seco es básicamente dióxido de carbono en estado sólido, este se mantiene a una
temperatura media de 70 grados bajo cero. Una vez que hace contacto con algo
tan caliente como era el agua dentro de ese recipiente, este comienza a
evaporarse y liberar gigantescas cantidades de Co2 a la atmosfera, pero ahora en
estado gaseoso, y como todos sabemos esto resulta ser venenoso para el
organismo. El asesino lo único que debió hacer, fue cerrar la puerta detrás de él, y
esperar a que la victima lentamente comience a caer presa de la “muerte dulce”.
Y es así, amigos míos, como se cometió este asesinato
- Tienes mucha imaginación – dice Jasón – pero ¿Dónde están las pruebas de lo que
dices?
- Ah, eso es muy simple, no me sorprende viniendo de ti. El agua estaba demasiado
helada cuando la bebí, esto a causa de la bajísima temperatura del hielo seco.
Como el mismo Astor dijo: los policías y la hija de Parker, vieron salir lo que
parecía ser vapor ¿Qué crees que era eso? ¿el infierno naciendo de esta casa? No.
Aquello era la prueba más irrefutable que lo que te digo es verdad, aquello era el
vapor del hielo seco, acumulado dentro del lugar; por supuesto que cuando hizo
contacto con el exterior, este desapareció de inmediato
Por algunos segundos, todos se quedaron sin palabras. Lo que decía Leona, no parecía
ser posible, pero a la vez, tenía mucho sentido, todo encajaba a la perfección, no obstante, la
muchacha se sentía intranquila con el asesinato, había algo que le preocupaba
- Abraham, necesito que regreses con Wilson a casa y le pidas que saque la camilla
metálica del sótano
- ¿Qué? ¿Y eso para qué?
- Solo hay un hospital en Demert, capacitado para realizar autopsias, y no pienso ir
a ese lugar. No me cuestiones, solo hazlo y ve. Después te explicare todo