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Ultima Huelga 1931
Ultima Huelga 1931
ULTIMA ESCISIÓN, HUELGA DE 1931 Y DEFINITIVA LEGALIZACIÓN DEL
PROFESIONALISMO
Autor: Dr. Gustavo Albano Abreu
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El planteamiento de dirigentes y futbolistas
Tanto el derecho de retención como el profesionalismo clandestino permiten diferentes lecturas
según el análisis se haga desde el punto de vista de los dirigentes o de los futbolistas. En 1931,
la organización de la competición seguía siendo caótica: campeonatos que terminaban al año
siguiente (en marzo o abril) por una cantidad excesiva de equipos en la primera división (treinta
y seis), y por que se suspendía el torneo en la época del carnaval; una gran disparidad en el
potencial deportivo de los clubes; encuentros que se jugaban en el verano a altísimas
temperaturas, etc.
Ambos colectivos no satisfacían sus intereses con este sistema. Los dirigentes deseaban un
campeonato fuerte, bien organizado, con pocos equipos y con jugadores profesionales. Los
futbolistas también pretendían una competencia ordenada, pero les preocupaba
principalmente el derecho de retención vigente, denominado en esa época “cerrojo” o
“candado”, que impedía su libertad de contratación al término de cada temporada.
Estos grupos darán entonces una serie de pasos, que en algunos casos son simultáneos, en
defensa de sus pretensiones. Como se podrá apreciar al cabo de este análisis, claramente
conseguirán todos sus objetivos los dirigentes, mientras que los futbolistas se encontrarán con
la legalización del profesionalismo, y no alcanzarán su principal fin que era abolir el derecho de
retención.
La creación de la liga al margen de la Asociación Argentina
Un grupo de dirigentes que entendían que la desorganización se debía a la gran cantidad de
equipos y la disparidad de fuerza de los mismos, veían la solución de sus problemas en la
conformación de un campeonato con menos equipos que tuvieran en sus filas a jugadores
profesionales. Este grupo formado por Boca Juniors, Estudiantes de La Plata, Racing, San
Lorenzo, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Lanus, Platense, Chacarita Juniors, Ferrocarril Oeste,
Atlanta, Talleres y Tigre, decidió desafiliarse de la Asociación Argentina para fundar la Liga
Argentina de Football con el fin de “mejorar la situación de los jugadores y agrandar las
instituciones”.
La escisión se prolongó hasta 1934, durante ese tiempo, tanto la Liga Argentina como la
Asociación Amateur siguieron organizando sus campeonatos y sus copas cada una por su lado,
pero la representación ante FIFA seguirá en la AFA. Esta situación de coexistencia de dos ligas,
Fuente: El fútbol y su ordenamiento jurídico. Origen en Inglaterra e implantación en Argentina,
Editorial Marcial Pons, Buenos Aires, 2012.
en una de las cuales se permitía pagar a los jugadores y en la otra estaba prohibido, pronto
comenzó a generar un éxodo de jugadores que por razones económicas fue desplazándose o
eligiendo los clubes profesionales para hacer su trabajo.
La huelga de futbolistas de 1931. El equívoco entre profesionalismo y derecho de retención
Los futbolistas, por su parte, al finalizar el campeonato de 1930 (en abril de 1931), iniciaron una
huelga reclamando que se modificara el sistema de transferencias vigente que impedía que al
final de la temporada quedaran en libertad de cambiar de club. Los huelguistas no tenían un
sindicato bien organizado porque, entre otras cosas, no era oficialmente aceptado que pudieran
cobrar dinero por su trabajo (más allá de los viáticos); por ello no es de extrañar que tampoco
tuvieran muy claras sus ideas al momento de decidir entrar en huelga.
Lo que sí era claro, más allá de algunas diferencias de criterio, es que todos querían la “libertad
de pase”, o lo que es lo mismo, que se derogara la “ley candado” o “cerrojo” que les impedía
cambiar libremente de clubes al finalizar la temporada. El conflicto se agravó cuando los
jugadores seleccionados para jugar contra la selección paraguaya en Asunción, en plena huelga,
se negaron a hacerlo y fueron sancionados por la AFA.
El 13 de abril los futbolistas reunidos en la Asociación Mutualista de Jugadores decidieron
entrevistarse con el Presidente de la Nación, el General Uriburu, quien finalmente delegó la
tarea de dialogar con los huelguistas en el Intendente de la ciudad de Buenos Aires. Dos semanas
más tarde en una reunión el mediador designado por el Presidente, el Intendente Guerrico, les
comunicó a los representantes de los clubes que la huelga y la legalización del profesionalismo
constituían un mismo problema, olvidando que el motivo de la huelga era que los jugadores
querían la derogación del “cerrojo” o derecho de retención que impedía su libertad al finalizar
la temporada.
La solución “sugerida” por el “mediador” de legalizar el profesionalismo claramente beneficiaba
a los clubes que luego optarían por formar la Liga Profesional, separándose de los que optaron
por continuar en el amateurismo hasta 1934 (en que se unen las ligas definitivamente). El
razonamiento de Guerrico suponía erróneamente que al blanquearse lo que los jugadores
cobraban, éstos solucionarían su “problema económico”, cuando en realidad, los jugadores ya
negociaban y celebraban sus contratos con total libertad aún cuando estuviera prohibido.
Luego de esta reunión, tal como se había adelantado, un grupo de clubes se desafilia de la
Asociación, para formar una liga con clubes que aceptaban contratar profesionalmente a sus
jugadores “en blanco” mediante contratos “tipo”, pero sin “pase libre”. El otro grupo de clubes
persiste en mantener el amateurismo de sus jugadores y establece el “pase libre” accediendo al
reclamo de los jugadores. Para ser claros, dicho reclamo interesaba principalmente a los
jugadores que ya cobraban por jugar con lo cual no tenía mucha relevancia para los jugadores
de los equipos amateurs tener la libertad de elegir cambiar de club al final de la temporada si
no había un fin económico.
Fuente: El fútbol y su ordenamiento jurídico. Origen en Inglaterra e implantación en Argentina,
Editorial Marcial Pons, Buenos Aires, 2012.
Una valoración de las medidas adoptadas
La solución del profesionalismo generó un beneficio adicional para los clubes profesionales que
consistió en la posibilidad de contratar a jugadores de la liga amateur sin tener que pagar un
precio por el fichaje. El caso más conocido fue el del jugador Peucelle que militaba en un equipo
de la Asociación Amateur, el Sportivo Buenos Aires, y River Plate pudo contratarlo con el simple
expediente de ofrecerle un dinero directamente al jugador sin tener que solicitar la conformidad
del otro club, porque éste no pertenecía a la Liga y en la otra asociación el pase era libre.
Esa situación incentivó muchos traspasos sin valor de transferencia de los clubes pertenecientes
a la Asociación Amateur a los clubes de la Liga Profesional, lo que provocó un empobrecimiento
del campeonato de la Asociación, a causa del éxodo de sus mejores valores, y un gran beneficio
económico y deportivo de los clubes de la Liga que, sin pagar por el valor del pase, contrataron
los mejores jugadores del otro torneo. Los tres años siguientes hasta 1934 convivieron ambas
asociaciones, una, con campeonatos muy poco interesantes y desorganizados, y la otra, con las
atracciones de los mejores jugadores profesionales del país y del extranjero.
Reunificación en la preponderancia del profesionalismo
Tal como se adelantara, la Asociación Argentina era la que ostentaba la representación de
nuestro país ante la FIFA, debido a que este organismo internacional exigía estatutariamente
desde su fundación el carácter amateur de las asociaciones afiliadas. Pero en 1932, en el
congreso celebrado en Estocolmo, la FIFA modificó esa disposición dejando librado a la decisión
de cada federación nacional la calificación de sus jugadores debido a que resultaba imposible
encontrar una solución universal, ya sea amateurs o profesionales, por la diversidad de países y
de sistemas jurídicos donde las reglamentaciones de FIFA eran aplicables.
Al año siguiente, la Liga Uruguaya de Fútbol solicitó a FIFA el reconocimiento oficial de la Liga
Profesional generando la reacción de la Asociación que, además de pedir la eliminación de la
asociación extranjera que se entrometía en cuestiones internas de nuestro país, comenzó un
acercamiento con la Liga que terminó en un acuerdo entre ambas asociaciones para crear un
organismo que fuese responsable de la afiliación argentina ante FIFA.
En junio de 1933, producto de ese acuerdo, se constituyó el Consejo Nacional del Fútbol
integrado por siete representantes, tres por cada asociación y uno por el Poder Ejecutivo
Nacional, con el objeto de reunificar la organización del fútbol y la afiliación ante FIFA
resolviendo, durante su vigencia, todas las cuestiones de orden internacional. Luego de unas 24
reuniones, que se prolongaron hasta noviembre de 1934, se creó la Asociación del Fútbol
Argentino (en adelante AFA), con participación de cada una de las asociaciones pero con claro
predominio de la ex Liga Profesional, tanto en los nombramientos como en la organización
administrativa y deportiva de la nueva entidad.
Nacimiento de la Asociación del Fútbol Argentino
A partir de 1934 y hasta la actualidad, en Argentina, al igual que en la mayoría de los países del
mundo, sólo existe una asociación que monopólicamente organiza directa o indirectamente
todo el fútbol oficial del país. En el vértice superior de la pirámide reglamentaria se ubica la AFA,
formada por las ligas del interior del país, y los clubes. Finalmente, en la base de la pirámide se
encuentran los futbolistas registrados en los clubes de fútbol.
Fuente: El fútbol y su ordenamiento jurídico. Origen en Inglaterra e implantación en Argentina,
Editorial Marcial Pons, Buenos Aires, 2012.