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Cuerpo negro.

Se denomina cuerpo negro a un objeto que es capaz de absorber toda la luz y toda la energía
que incide sobre él; el cuerpo negro emite radiación debida a su estado térmico y es un modelo
físico ideal para estudiar la emisión de radiación electromagnética. La luz emitida por un cuerpo
negro se llama “radiación de cuerpo negro”.

Desde mediados del siglo XIX se entendía que si un cuerpo recibía radiación de frecuencia v,
ésta podía ser reflejada o absorbida y que una cantidad X de radiación dada, sólo una fracción
es absorbida. Si A(v) es el llamado coeficiente de absorción del cuerpo con respecto a una
radiación de frecuencia v; esta cantidad es adimensional u varía de cero a uno, 0 ≤ A(v) ≤ 1,
dependiendo del cuerpo. Un cuerpo que absorbe radiación de frecuencia V también emite
radiación de la misma frecuencia. Gustav Robert Kirchhoff demostró que si un cuerpo se
encuentra en equilibrio termodinámico con radiación electromagnética de frecuencia V,
entonces la cantidad de energía J(v) que emite por unidad de tiempo y por unidad de área del
cuerpo en el intervalo de frecuencias v y v + dv es: J(v, T) = cA(v)I(v, T), donde c es la velocidad
de la luz. Debido a que I(ν, T) es una propiedad exclusiva de la radiación, entonces, la razón
J(ν, T)/A(ν) es universal. Si consideramos un cuerpo hipotético que absorba radiación con
A(ν)=1 para toda frecuencia ν, entonces su espectro de emisión es precisamente la distribución
de energía de la radiación I(ν, T). Un cuerpo que absorba toda la radiación que reciba no se
“vería”, o alternativamente, se vería “negro”. Por lo tanto, a ese material ideal se le llamó cuerpo
negro.

Kirchhoff postuló entonces que, cuando un conjunto de cuerpos se encuentra en equilibrio


térmico, los cuerpos que absorben intensamente ciertos rayos también los emitirán
intensamente, y viceversa. La ley de Kirchhoff conduce a una consecuencia interesante: los
cuerpos que intercambian calor por medio de la radiación reciben (para una longitud de onda y
temperatura dados) ondas de la misma intensidad de los cuerpos vecinos, independiente del
material que los constituya y de las propiedades que tengan. Según esto se puede determinar
una función de la intensidad de la radiación absorbida por un cuerpo en función de la longitud
de onda λ de la radiación y de la temperatura T, que caracteriza el proceso del intercambio
calorífico por radiación que es válido para todos los cuerpos en la naturaleza.
Pero, si bien el concepto del cuerpo negro es muy apropiado en cuanto a su poder de absorción,
no lo es tanto cuando convierte la energía calorífica en radiación electromagnética. En el cuerpo
negro imaginario de Kirchhoff la radiación sufre diversas reflexiones en las paredes hasta que
se absorbe por completo, el agujero actúa como un emisor perfecto, puesto que las radiaciones
que salen a través de él muestran todas las longitudes de onda presentes, a esa temperatura,
en el interior del cuerpo. Utilizando las matemáticas Kirchjoff demostró, como ya mencionamos
antes, que el rango y la intensidad de la radiación en el interior dependen únicamente de la
temperatura; sin embargo, ante la imposibilidad de experimentar con un cuerpo negro real, su
formulación no pasaba del nivel teórico. Entonces, Josef Stefan (físico y matemático austriaco)
propuso una relación que establecía que la densidad de energía de la radiación del cuerpo
negro era proporcional a la cuarta potencia de la temperatura absoluta: j* = T4, esa expresión
resultaba adecuada para un intervalo amplio de temperaturas. Después, Ludwig Edward
Boltzmann confirió cuerpo teórico a la Ley de Stefan a partir del segundo principio de la
termodinámica1 y de la teoría electromagnética de Maxwel:  = Te4, donde  es una propiedad
radiativa de la superficie denominada emisividad. Con valores en el rango 0 ≤  ≤ 1, esta
propiedad es la relación entre la radiación emitida por una superficie real y la emitida por el
cuerpo negro a la misma temperatura. Esto depende del material de la superficie y de su
acabado, de la longitud de onda y de la temperatura de la superficie.

Wilhelm Wien (físico alemán), descubrió una sencilla relación matemática que describía el
efecto del cambio de temperatura en el espectro de la radiación emitida por el cuerpo negro;
encontró que conforme el cuerpo negro se va calentando, el máximo del espectro de la
distribución se desplaza hacia longitudes de onda más cortas, ésto significaba que la longitud
de onda del máximo de radiación multiplicada por la temperatura de un cuerpo negro es siempre
una constante. Es decir, que una vez calculada la constante numérica, midiendo la longitud de
onda del pico de emisión a una determinada temperatura, podía calcularse la longitud de onda
máxima para cualquier otra temperatura. El resultado de Wien se denomina ley del
desplazamiento porque muestra cómo la curva de densidad de energía se desplaza a medida
que cambia la temperatura de la cavidad.

Tiempo después, Ferndinand Kurlbaum y Ernst Pringsheim, construyeron un cuerpo negro


mejorado y obtuvieron el espectro necesario para estudiar la validez de la ley de desplazamiento
así como la ley de distribución de Wien, aunque existían ciertas discrepancias en la región
infrarroja del espectro. Estas podían deberse a errores experimentales, la única forma de
saberlo era ampliar aún más el intervalo de longitudes de onda y temperaturas. Unos meses
después, Friedrich Paschen anunció que sus datos, a temperaturas inferiores a las de Lummer
y Prignsheim, coincidían con las predicciones de la ley de distribución de Wien.

En 1900, Lord Rayleigh y James Jeans (físicos británicos), llegaron a otra expresión por medio
de un procedimiento distinto: conjuntaron la física de Newton, Maxwell y Boltzman para dividir
la energía de la radiación del cuerpo negro entre las diferentes longitudes de onda presentes
dentro de la cavidad. El uso del teorema de equipartición2 no satisfacía a Rayleigh (que
consideraba que sólo era válido para ciertas condiciones), sin embargo reconocía que “aunque
la doctrina falla, en general, por alguna razón aún sin explicar, parece posible que pueda
aplicarse a los modos más graves” refiriéndose a las vibraciones de longitud de onda largas,
las únicas a las que en su opinión podía aplicarse la ecuación.

La ley de Rayleigh-Jeans, dio un ajuste excelente entre teoría y observación en la zona de baja
frecuencia; sin embargo, para las altas frecuencias la predicción no resultaba, ya que se preveía
un aumento infinito de la energía en la región del ultravioleta; Rayleigh y Jeans advirtieron que
aquello no tenía ningún sentido, entre otras cosas porque la vida humana no era posible en un
universo sumido en un océano de radiación ultravioleta, a éste “error” Paul Ehrenfest (físico
austriaco), lo denominó “catástrofe ultravioleta”.

Max Planck (físico y matemático alemán), alumno de Kirchhoff se dedicó a analizar problemas
termodinámicos. Utilizó el mismo modelo que lord Rayleigh y eligió un sencillo oscilador
armónico cargado (una carga que oscila sujeta a un resorte) para simular la emisión de luz; a
partir de ello dedujo que la intensidad emitida a una cierta frecuencia se determina por dos
factores: el primero, proporcional al cuadrado de la frecuencia, y el segundo, a la energía
promedio contenida en el oscilador. El primer factor es equivalente a la Ley de Rayleigh; el
segundo, la energía promedio, es proporcional a la temperatura absoluta de la cavidad y la
constante de proporcionalidad es (de acuerdo con un teorema general que Boltzmann probó en
la mecánica estadística clásica), una constante universal k, que hoy llamamos la Constante de
Boltzmann. Planck obtiene un resultado acorde con la ley de Wien y con la catástrofe
ultravioleta, estas conclusiones de la mecánica y el electromagnetismo clásicos resultan
inevitables. Para eliminar esa catástrofe, Planck se vio forzado a calcular la energía promedio
en cada oscilador, dejó las recetas de Boltzmann y postuló que las energías del oscilador sólo
vienen en paquetes, que él denominó cuantos. La energía sólo puede ser múltiplo de una

energía fundamental, ϵ0, que es la de un paquete. Con esta suposición, revolucionaria, Planck
pudo explicar los resultados de la intensidad de la radiación electromagnética emitida por un
cuerpo negro, eliminando así la catástrofe ultravioleta. Al mismo tiempo, cerró el capítulo clásico
de la física y abrió el que dominaría a esta ciencia durante el siglo XX: el capítulo de la física
cuántica.

1
“La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo.”
2
Fórmula general que relaciona la temperatura de un sistema con su energía media. El teorema de equipartición también
se conoce como la ley de equipartición, equipartición de la energía, o simplemente equipartición. La idea central de la
equipartición es que, en equilibrio térmico, la energía se reparte en partes iguales entre sus varias formas; por ejemplo, la
energía cinética promedio en un movimiento de traslación de una molécula debe ser igual a la energía cinética promedio en
su movimiento de rotación.

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