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Auto Supremo: 12/2016
En tal entendido se tiene que este Supremo Tribunal a través de diversos fallos
ha orientado que no toda acción o controversia judicial genera el efecto
interruptivo de la prescripción adquisitiva, sino sólo aquellas que conlleven los
tres requisitos enunciados, y siempre que a través de aquella se demuestre de
manera inequívoca la intención de oponerse a la posesión, pues, pueden
existir múltiples pretensiones relativas a otros aspectos que si bien evidencian
litigiosidad entre partes, empero no interrumpen la posesión, toda vez que
para que esto suceda la pretensión opuesta al poseedor inequívocamente debe
estar orientada y dirigida a repulsar esa posesión, aspecto que no se observa
en el hecho de que los demandados hayan gravado en reiteradas
oportunidades el bien inmueble de su propiedad, pues no se observa forma
alguna en que dichos gravámenes repulsen la posesión de los demandantes.
Por otra parte, si bien el recurrente acusa que debió aplicarse el art. 1505 del
CC., aspecto que tiene relación con su reclamo respecto a que existiría error
de derecho en la apreciación de las pruebas, pues la prueba acompañada en el
proceso seria a todas luces precisa y cabal, prueba que consistiría en: i) el
reconocimiento expreso del derecho propietario que los demandantes habrían
hecho en la propia demanda; ii) la notificación con el incidente de nulidad a
los demandantes que fue declarado probado y que habría permitido reconocer
que los demandantes si conocían quienes eran los propietarios; iii) el
reconocimiento expreso por la demandante que participo como testigo en otro
proceso en el que habría reconocido el derecho propietario de los demandados;
y iv) el gravamen registrado en la partida y matricula correspondiente al
inmueble en cuestión, por lo que debería aplicarse el art. 1505 del CC; a esto
corresponde señalar que si bien es evidente que las reglas de interrupción
previstas por el art. 1505 del CC, es decir por el reconocimiento expreso o
tácito del derecho que haga el deudor a favor del acreedor, conforme estipula
dicho artículo, es aplicable tanto a la usucapión ordinaria o quinquenal como
a la usucapión extraordinaria o decenal.