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PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA, TODA ACCIÓN O CONTROVERSIA

JUDICIAL GENERA EL EFECTO INTERRUPTIVO


Auto Supremo: 121/2016
Sucre: 05 de febrero 2016
Al respecto, corresponde manifestar que el art. 88 del Código Civil al referirse
a las presunciones de la posesión en su párrafo I indica: “I. Se presume la
posesión de quien ejerce actualmente el poder sobre la cosa, siempre que no se
pruebe que comenzó a ejercerlo como simple detentador”, esta normativa de
manera textual establece que la posesión se presume, al igual que el ánimus,
en esa misma orientación Carlos Morales Guillen citando al profesor Osorio
indica: “El ánimus se presume. Quien contradice al poseedor debe probar que
este sólo tiene una simple detentación…”.
Asimismo, el Auto Supremo Nº 308/2013 de 17 de junio, ha concretado
que: “…la interrupción de la prescripción únicamente es posible cuando el
término de la misma (prescripción) está en curso, de ninguna manera resulta
correcto afirmar que la prescripción ya operada pueda ser interrumpida, por
actos posteriores a su consolidación”.
De lo detallado, se infiere que en orientación de la doctrina y la jurisprudencia
la posesión se presume, al igual que el ánimus, quien contradice al poseedor
debe probar que este sólo tiene una simple detentación, por otra parte, la línea
Jurisprudencial asumida por este Tribunal ha establecido que una
prescripción operada no puede ser interrumpida.
Respecto a lo anterior, el art. 1503 del Código Civil expresa que: "I. La
prescripción se interrumpe por una demanda judicial, un decreto o un acto de
embargo notificados a quien se quiere impedir que prescriba, aunque el Juez
sea incompetente". Cuando la norma alude al término demanda, debemos
entender en sentido amplio que hace referencia a todas aquellas peticiones
judiciales que importen una manifestación de la voluntad de mantener vivo su
derecho, es decir que de manera inequívoca demuestren la intención de no
permanecer en inactividad o silencio respecto a su derecho. Resultando que
para que ese acto sea efectivo se requiere que el mismo: 1) debe ser deducido
ante un órgano jurisdiccional; 2) debe demostrar inequívocamente la voluntad
de ejercer su derecho de propiedad deduciendo oposición a la posesión del
poseedor; y 3) debe ser notificado a quien se quiere impedir que prescriba.
Sin embargo, se debe precisar que no toda acción o controversia judicial
genera el efecto interruptivo de la prescripción adquisitiva, sino sólo aquellos
que conlleven los tres requisitos enunciados, y siempre que a través de
aquellos se demuestre de manera inequívoca la intención de oponerse a la
posesión, pues, pueden existir múltiples pretensiones relativas a otros
aspectos que si bien evidencian litigiosidad entre partes, empero no
interrumpen la posesión, toda vez que para que esto suceda la pretensión
opuesta al poseedor inequívocamente debe estar orientada y dirigida a
repulsar la posesión.

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