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EL PLAZO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL,

FRENTE A LAS MEDIDAS O VÍAS DE HECHO

La SCP 1938/2012 de 12 de octubre, refirió que: “…al constituir las vías de hecho
actos contrarios a los postulados del Estado Constitucional de Derecho por su realización al
margen y en prescindencia absoluta de los mecanismos institucionales vigentes, los cuales
afectan derechos fundamentales reconocidos por el Bloque de Constitucionalidad, por lo
que de acuerdo al mandato inserto en el art. 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, deben ser tutelados a través de la acción de amparo constitucional,
por ser éste un medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los derechos
fundamentales lesionados como consecuencias de vías de hecho, corresponde ahora, en el
marco del principio de favorabilidad plasmado en el art. 256.I de la CPE, interpretar el
art. 129.II de la mencionada Norma Suprema, como génesis constitucional para la tutela
de actos lesivos continuos en vías de hecho.
En efecto, para la tarea propuesta, es necesario utilizar pautas de interpretación
constitucional como parámetros objetivos de legitimación de decisiones constitucionales,
razón por la cual, en la especie, al amparo de los arts. 13.I, 13.III, 256. I y 256.II de la CPE
y 29 del Pacto de San José de Costa Rica, se utilizará los principios pro-hómine, proactione
y la interpretación teleológica para la labor hermenéutica a ser desarrollada en relación al
art. 129.II de la CPE.
De acuerdo a lo indicado, el tenor literal del art. 129.II de la CPE, señala: „La
Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses,
computable a partir de la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última
decisión administrativa o judicial‟.
La realidad social, obliga al último y máximo intérprete de la Constitución, en base
a pautas de interpretación constitucional, a realizar una labor hermenéutica en relación a la
última parte del artículo 129.II de la CPE; en ese contexto, el principio de favorabilidad
como pauta específica de interpretación de derechos fundamentales y garantías
constitucionales, con génesis expresa en el art. 256.II de la 11 CPE, asegura la
consolidación del Estado Constitucional de Derecho en el cual prima la eficacia máxima de
los derechos fundamentales, en ese orden, para este fin, es necesario interpretar la última
parte del art. 129.II de la CPE, a la luz de los principios pro-hómine y pro-actione, para que
en el marco de una interpretación extensiva y progresiva de la garantía constitucional de
amparo constitucional en cuanto al plazo de caducidad, se procure un acceso eficaz a la
tutela constitucional y en el marco de una interpretación teleológica, se asegure una
interpretación según los fines establecidos en los principios fundamentales y valores
plurales supremos en el Estado Plurinacional de Bolivia como ser la justicia, igualdad y el
vivir bien. Así, los actos lesivos a derechos fundamentales, pueden generar en contra
de personas individuales o colectivas, una afectación inmediata o mediata en el
tiempo, en ese orden, en el primer supuesto, el plazo de caducidad disciplinado en el
art. 129.II de la CPE, se computará desde la notificación con la comisión vulneratoria
alegada; por el contrario, en una interpretación que favorezca al acceso a la justicia
constitucional y de acuerdo a una pauta teleológica de interpretación que asegure una
interpretación según los fines establecidos en los principios fundamentales y valores
plurales supremos en el Estado Plurinacional de Bolivia como ser la justicia, igualdad
y el vivir bien, cuando los actos lesivos generen una afectación a derechos
fundamentales mediata en el tiempo, es decir, cuando a partir del acto inicial lesivo a
derechos fundamentales, de manera conexa y como consecuencia directa del primer
acto lesivo se realicen actos ulteriores vulneratorios de derechos fundamentales, el
plazo de caducidad para activar la acción de amparo constitucional, se computará de
acuerdo a los postulados del último supuesto disciplinado por el art. 129.II de la CPE,
es decir, desde la notificación de la última decisión jurisdiccional o administrativa.
Ahora bien, también en el marco de una interpretación extensiva y progresiva a
favor de un acceso eficaz a la justicia constitucional, las denuncias por vías de hecho, en
cuanto al plazo de caducidad, implican un análisis teleológico del último supuesto del art.
129.II de la CPE; en ese orden, se tiene que en vías de hecho, pueden existir actos lesivos
que generen una afectación a derechos mediata en el tiempo, es decir, cuando a partir
del acto inicial lesivo a derechos fundamentales que emerja de una medida de hecho,
de manera conexa y como consecuencia directa del primer acto lesivo, se realicen
actos ulteriores vulneratorios de derechos fundamentales, al tener directa relación los
actos contínuos vulneratorios de derechos emergentes de vías de hecho, el afectado,
podrá pedir tutela constitucional, desde el último acto lesivo, supuesto en el cual, al
estar los actos denunciados en estricta conexitud y directamente vinculados con el
primer acto lesivo que surja de vías o medidas de hecho, una vez verificadas las
lesiones a derechos fundamentales, en el ejercicio del control tutelar de
constitucionalidad, deberá tutelarse los derechos hasta el primer acto que origine la
lesión, interpretación acorde con los principios pro-hómine y proactione, pautas que
aseguran la eficacia máxima del derecho al acceso oportuno a la justicia constitucional
frente a vías de hecho y que además consolida una labor hermenéutica según los fines
establecidos en los principios fundamentales y valores plurales supremos en el Estado
Plurinacional de Bolivia como ser la justicia, igualdad y el vivir bien, consolidando en
definitiva la materialización de la Constitución Axiomática”.

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