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EMSAYOS Cla Le 2 JOSE LUIS ROMERO ENSAYOS SOBRE LA BURGUESIA 28 MEDIEVAL CO SD Oa Ua ety FACULTAD 'DE|FILOSOFIA Y LETRAS ENSAYOS DE HISTORIA SOCIAL JOSE LUIS ROMERO Tom. JOSE LUIS ROMERO SBg,CgS Tanase cman 1a 25S OUI SET EDAD MEDIA” LA BURGUESIA = MEDIEVAL Luts ROMERO SAyOS SOBRE LA BURGUESIA MEDIEVAL ‘FeLi HALPERIN DONGHE EL RIO DELA PLATA AL COMENZAR EL SIGLO XIX | NIVERSIDAD DE BUENOS AIRES ACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS ©ATEDRA DE HISTORIA SOCTAL @vEDA HECHO BE DEPOSITO QUE PREVTENE LA Lty 11-133 COPYRIGHT BY UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES 1961 eso EX ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA BURGUESIA Y ESP{RITU BURGUES < anilisis de las _transformaciones de la sociedad nropea en Ja baja Edad Media pone de relieve la Secificacign eminente de una clase social —la bur- cesix— a la que puede atribuirse el papel prota- jrcico de la profunda mutacién que ocurre por en- Sees. Si se examina el comportamiento y las ten: Geacias de esa clase social se observan ciertos rasgos = permiten suponerla en posesién de una singular “Se dela vida y el mundo que eontrasta con la que Se peedominado durante Ia alta Edad Media. Y, na- Sesslmente, se denomina espirita burgnés a esa €bs- Sssiin que ha presidido Ia condueta histérica de bores. La relacién entre bunguesia y espiritu burgués pa- =, pues, no esconder problema alguno. Nos enga- Seses, sin embargo. Como tantas veces oeurre en el expo de la ciencia histérica, el coneepto se insubor- Ges y tiende a deformar la realidad una ver que Seectza cbservacién ha logrado enriqueeer su imagen eis allé de lo que aguel concepto implicaba. Si se qSzsa—como hace Sombart— que el tipo del burgué aveqursta ¥ eseiniry sokots: mn Florencia hacia fines del siglo xiv y se ca- = de espiritu burgués a ese conjunto de tendencias is de que es portader ese tipo, nos encontra- » un concepto rigurosamente delimitado. Si nos cos a él, eon esas Limitaciones, nos vedamos la Temi de muchos fenémenos anteriores ¥ poe sires a ese instante en que el espfrita bungués se anifestado eon tanta nitidez y brillo que ha jo el espfritu del historiador. Analizado con nex amplitnd, el espirita burgués —mnds exactamente, ‘convenimes en Tamar espfritn bungués— si x, se manifiesia brillantemente en el perfodo indi- que cedo por Sombart, nos ofrece wna historia de sm formaciin y desarrollo gue ineluye pero sobrepasa ex perfodo, ¥ lo que es més importante, nos deja extrever que no estii indisoluble y absolutamente uni- Go 2 la clase social que espectficamente se designa como burguesfa. Es ella, sin duda, la que lo repre- senta de manera eminente; pero hay un proceso de ‘guesamiento de Europa que consiste, preeisamen- Se, en la constitucién y en la difusién del espirita 6 a través de diversos grupos sociales no es pecificamente burguese Hey, pnes, a mi juicio, un problema escondido en ta selacién entre burguesia y espfritu burgués. Pro- biema nada extrafio, por otra parte, pues se trata mun caso més del ocasional desajuste que sucle producirse entre una situacién cultural y la estrac- social que en cierto momento ha constituido nase de sustentacién, Pero esta vez el proble- x adouiere especial trascendeneia, no sdlo por Ta sestedad de sa aleance sino también porque corres- pests a una mutacin fundamental en la historia det seecrso ne ronscaciéy pmb xsefnary sonots ° cecidente europeo. Cuando decimos que nos_ace sos hasta introducimos en_la Edad Moderma, que- ws decir en altima i 1 oovidente Ssropco se satura progresivamente de_expiritu_bur- = La afirmacion es exacta, pero errariamos st Tetajéramos de ella que el aburguesamiento trae con- <>, con idéntieo ritmo, un predominio de la bur ==~fa como clase social. Hsta observacién nos pone eebre la pista de dos cnestiones que vale la pena SeSacar. Una es emo y cuindo se constituye el Spirit burgués, a partir de un perfodo en el que seria todavia legitimo designarlo con ese nombre ‘=n cuando se manifiesten ya potencialmente los ele- ssentos que Inego expresarin las tendeneias ineguf- secas de la burguesfa, ¥ otra es e6mo, una vex eons: Sxidos y acufiados cierta idea de la vida y cierto ssstema de tendencias propio de la burguesia més que & ningim otro grupo social, comiewan a difundirse, 4 infiltrarse en otros sectores, a combinarse con otras “Sees de la vida y otros sistemas de tendencias, alte- ‘indose do mltiples maneras la fisonomin originaria =n eando predominen los viejos estambres. Estas dos pistas pueden conducimos a plantear s0- sex sSlidas bases un problema tan importante como es 1 del transito de In Tlamada Edad Media a la Mamada Bind Modema. Pero como esta mutacion es, inne- ‘Scblemente, la més profunda que se opera en el mundo Seidental, la indagacién del problema puede contri- ‘eeir a aclarar en alguna medida el sentido mismo de & cccidentalidad. No podriamos pereibir el proceso de formacién del sspfrity burgués si nos aferréramos « Ia idea de que <= constituye exelusivamente en el seno de Ia bur- “

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