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REFLEXION LA LOCA DE LA CASA- ROSA MONTERO

Maestra: Hermelina Acevedo

Nombre del estudiante: Juan David Perez Gómez

Mediante la oportunidad que nos dio la maestra de Plan Lector, El título de la


novela lo extrae Montero de Santa Teresa de Jesús quien llamaba “la loca de la
casa” a la imaginación. Y de eso trata la novela, de la imaginación, de la literatura,
del proceso de inspiración, de creación. Montero aprovecha todos estos temas para
reflexionar en torno a ellos y nutrir esas disquisiciones de referencias y citas de
otros autores, así como de momentos autobiográficos que no siempre tienen que
ser verdad, porque como señala la propia autora en el post scriptum, toda
autobiografía es ficcional y toda ficción autobiográfica.

Esta novela de La loca de la casa es una oda a la literatura, en la que Montero se


detiene en los misterios de la escritura, por ejemplo, ese momento de éxtasis
creativo que te pilla trabajando como decía Picasso, “a veces sucede que estás
escribiendo muy por encima de tu capacidad, estás escribiendo mejor de lo que
sabes escribir. Y no quieres moverte del asiento, no quieres respirar ni parpadear ni
muchos menos pensar para que no se rompa ese milagro. Escribir, en esos extraños
raptos de ligereza, es como bailar con alguien un vals muy complicado y bailarlo
perfecto”. Y defiende que escribir es aprender, porque “la literatura es un camino
de conocimiento que uno debe emprender cargado de preguntas, no de respuestas”
que me parece una reflexión muy oportuna para tener presente en prácticamente
todas circunstancias. La autora dedica algunas páginas a las coincidencias en el
tiempo de ficción y realidad o a sus fantasmas o los enanos como los llama ella.
También tiene tiempo para detenerse a reflexionar sobre la presencia de la
mujer en la literatura y estas referencias mantienen ciertas semejanzas con las que
Woolf defendió casi cien años antes. Sostiene Montero, “no tengo interés,
absolutamente ninguno, en escribir sobre las mujeres. Quiero escribir sobre el
género humano, pero da la casualidad de que el cincuenta y uno por ciento de la
Humanidad es de sexo femenino y ya va siendo hora de que los lectores hombres
se identifiquen con las protagonistas mujeres, de la misma manera que nosotras nos
hemos identificado durante siglos con los protagonistas masculinos, que eran
nuestros únicos modelos literarios; porque esa permeabilidad, esa flexibilidad de la
mirada, nos hará a todos más sabios y libres

La novela está trufada de referencias personales, muchas ficticias como el


romance con el famoso actor o la existencia de su hermana Martina. A mí me
llamaron más la atención las referencias a su doble condición de periodista y
escritora. Afirma Montero que. En estas horas bajas que sufre el periodismo, se
agradece leer cosas sensatas. Si el lado periodista le mantuvo a flote unos años,
parece que donde Montero se siente más cómoda es con la escritura, para mí la
escritura es un camino espiritual. Las filosofías orientales preconizan algo
semejante: la superación de los mezquinos límites del egocentrismo, la disolución
del yo en el torrente común de los demás. En estas consideraciones, Montero
discurre sobre la madurez del novelista y defiende que la madurez de un novelista
pasa ineludiblemente por un aprendizaje fundamental, el de la distancia con lo
narrado tienes que conseguir que lo que narras te represente, en tanto que ser
humano, de un modo simbólico y profundo, del mismo modo en que los sueños lo
hacen. No sé si ella misma se considera una escritora madura, a mí me parece una
delicia y Carne me parece una novela maravillosa que denota mucha madurez.
La loca de la casa es un buen libro. Es una obra, fácil, entretenido, plagado de
referencias a otros autores, a veces a sus obras, a veces a sus situaciones personales
o a sus declaraciones.

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