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Desde el punto de vista geofísico, la cuenca hidrográfica es una unidad natural, cuyos
límites físicos son definidos por la divisoria superficial de las aguas, también conocida
como "parteaguas", que ante la ocurrencia de precipitaciones y la existencia de flujos o
caudales base, permite configurar una red de drenaje superficial que canaliza las aguas
hacia otro río, al mar, o a otros cuerpos de agua, como los lagos y embalses artificiales y
naturales, desde la parte más alta de la cuenca hasta su punto de emisión en la zona de
menor altitud (ver figura 1) (Jiménez 2007).
Las cuencas hidrográficas cumplen muchas funciones, entres las principales se mencionan:
La función hidrológica: cuando captan el agua proveniente de las lluvias las almacenan y
la distribuyen en forma de escurrimiento a través de los manantiales y los ríos durante
distintos momentos a lo largo del tiempo.
La función ecológica: Porque provee diversidad de sitios y rutas a lo largo de la cual se
llevan a cabo interacciones entre las características de calidad física y química del agua,
proveyendo además espacios para completar las fases del ciclo hidrológico.
La función ambiental: porque ayuda en la captura de dióxido de carbono (CO2), regula la
distribución del agua de lluvia durante el invierno, evitando con ello las inundaciones en la
parte baja de la cuenca, alberga bancos de germoplasma, regula la recarga hídrica, mantiene
la integridad y la diversidad de los suelos, entre otros.
Función Socioeconómica: cuando suministra recursos naturales para el desarrollo de
actividades productivas que dan sustento a la población y cuando proveen de un espacio
para el desarrollo social y cultural de la sociedad.
La precipitación forma parte del ciclo hidrológico y es toda forma de humedad que
originándose en las nubes, llega hasta la superficie del suelo. En ese sentido, la
precipitación es la fuente primaria del agua existente en los mantos freáticos, en los ríos,
lagos, embalses, etc. (Villón 2004). Sin embargo, la precipitación también puede inducir a
amenazas expresadas como inundaciones o deslizamientos en los territorios de una cuenca
hidrográfica, lo cual dependerá de los factores meteorológicos y fisiográficos existentes.
Por lo tanto, los tipos de precipitación que dependen de los factores meteorológicos, unido
a los factores fisiográficos de una cuenca hidrográfica determinarán los caudales base
(caudal en la época seca) y caudales punta (inundaciones), configurando a su vez la
morfología de los cauces, el cual es variable y dinámico, e impone unas características
hidráulicas dentro del río, a las que se adaptan las comunidades biológicas teniendo en
cuenta el sentido transversal (desde el centro del río hasta las orillas), y su variación en el
sentido longitudinal (desde la cabecera hasta la desembocadura) (González 1998).
La cantidad y la calidad del agua para riego en una cuenca hidrográfica se ve impactada
positiva o negativamente por las prácticas de uso de la tierra y las actividades antrópicas
existentes. En ese sentido, la perturbación antrópica del paisaje sobre las cuencas
hidrográficas rompe las relaciones estructurales y funcionales entre los elementos del
paisaje y la estabilidad del ambiente acuático. Las principales influencias en la
modificación del paisaje se manifiesta en el incremento de la descarga de sedimentos y
nutrientes a las quebradas, pérdida de la capacidad de infiltración y contaminación de los
mantos freáticos (Chará et ál. 2007).
De acuerdo con Quevedo (2008), en una investigación realizada en la microcuenca del río
Toila, subcuenca del río Matanzas Guatemala, todos los usos de la tierra diferentes al
bosque natural influyen negativamente en las condiciones de los parámetros de calidad de
agua (pH, Temperatura, Oxígeno disuelto, Nitratos y Nitritos). Por lo tanto, en una cuenca
deteriorada donde la cobertura forestal ha desaparecido y donde la tierra no está siendo
utilizada de acuerdo con su capacidad; la precipitación aumentará la erosión y la
escorrentía, produciendo a su vez una pérdida en la calidad del agua (contaminación física1
y química2) y un aumento de los caudales. Esta situación indudablemente afecta la calidad
del agua almacenada para el riego, disminuye la capacidad de recarga y contamina los
mantos freáticos cuyas aguas son utilizadas para el funcionamiento de sistemas de riego.
1
La contaminación física hace alusión a la turbidez (limitada penetración de la luz solar) y
a la sedimentación.
2
La contaminación química hace alusión a los sedimentos que incluyen la absorción de
metales y el fósforo, así como las sustancias químicas orgánicas hidrofóbicas.
7. Bibliografía
Bruijnzeel, LA. 1990. Hydrology of moist tropical forests and effects of conversion: A
state-of-knowledge review. Paris: UNESCO International Hydrological Programme.
González del Tanago, M; García de Jalón, D. 1998. Restauración de ríos y riberas. Madrid,
ES. Fundación Conde del Valle de Salazar. 319 p.
Villón Béjar M. 2004. Hidrología. s.e. 1 ed. Cartago, CR. Editorial Tecnológica de Costa
Rica. 474 p.