Bienes de uso público nacional Reconocemos como bienes de uso público de la Nación: PATRIMONIO CULTURAL: Los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo que son nacionales por expresa disposición de la Constitución. Los demás inmuebles nacionales que por su carácter histórico o cultural están abiertos libremente al público. ESPACIO PUBLICO: El recurso hídrico en toda su extensión, excepto aquellas aguas que puedan considerarse privadas, sin perjuicio de que su administración y regulación quede a cargo de otros entes públicos. Todos los bienes que actualmente tengan el carácter de elementos accesorios de las aguas de uso público, por expreso mandato del Código de Recursos Naturales. Los puertos marítimos que por su condición puedan tener carácter nacional y quedan bajo la jurisdicción de la autoridad portuaria. Igualmente los muelles y puertos fluviales o lacustres por ser anexos a esos cuerpos de agua, que son nacionales, pero aquí la administración la ejercen algunas entidades descentralizadas como las corporaciones regionales. Las carreteras y sus accesorios que no tengan carácter departamental o municipal. Desde la revolución industrial ocasionada por la máquina de vapor entraron como bienes de uso público con destinación específica y restringida las ferrovías, los túneles y otros bienes que se les asemejan. Estos bienes en general son nacionales pero su determinación, administración y conservación ha quedado a cargo de entidades descentralizadas del orden nacional. I. Bienes de uso público de las entidades territoriales 1. ¿Cuáles bienes de uso público son departamentales y cuáles municipales? DEPARTAMENTALES: son de uso público departamental: Los inmuebles que pertenecían a los antiguos Estados y que no pasaron a propiedad de la Nación en el momento de la reunificación, como podrían ser ciertos parques y áreas históricas locales. Las vías departamentales por destinación directa o por transferencia que le haya hecho la Nación. Los aeropuertos construidos con recursos departamentales MUNICIPALES: son de uso público municipal los inmuebles del espacio público que tengan el carácter de bienes de uso público urbano. (Plazas, parques, vías, andenes, puentes, etc.). Edificios de espectáculos y zonas de recreación de libre acceso (estadios, teatros, canchas de juego). Sistemas de transporte público de propiedad del municipio (metros, tranvías). 2. ¿Cuáles bienes de uso público son de entidades descentralizadas? Como ejemplo de bienes de uso público de las entidades descentralizadas del orden nacional están: Las vías férreas y las terminales correspondientes, salvo aquellos ferrocarriles estrictamente excluidos, como los trenes para la explotación de ciertas actividades. Los aeropuertos (pistas, zonas de carreteo, hangares y parqueo, terminales de pasajeros) que hoy en día sean de la Dirección de Aeronáutica Civil. No se incluye el espacio aéreo, por la dificultad de tomarlo como apropiable y la actuación de la autoridad aeronáutica es de regulación y nunca de titularidad. Son bienes de uso público de entidades descentralizadas locales los bienes destinados a un servicio público comunitario (teléfonos de emergencia, elementos del alumbrado público, pilas comunales, redes de alcantarillado pluvial, hidrantes de incendios, etc.). I. Atributos de los bienes de uso público II. Utilización de bienes de uso público De acuerdo con la teoría de los derechos reales, los bienes prestan uno o más servicios según su naturaleza y por eso quienes pretendan servirse de los bienes de uso público, solo pueden beneficiarse de tales bienes de la manera ordinaria, sin llegar a modificar su destinación o causar el deterioro, pero no se llega al nivel de ius utendi. La utilización de estos bienes es por naturaleza libre que no puede verse como una facultad concedida por el titular y por eso quien hace uso del bien obra con una facultad propia y no puede impedir que los demás se sirvan de él. Además, tratándose de bienes cuya función natural es servir directa e indiscriminadamente a quienes lo requieran, el beneficio se obtiene como una facultad directa y bastante limitada, luego, no se aplicarán a este tipo de uso las reglas establecidas para los demás derechos en materia de régimen patrimonial, capacidad de ejercicio, representación, causa, etc. No se puede hacer uso legítimo del bien público para que sirvan a las construcciones privadas y si se hace con autorización, no por ello se adquiere derecho alguno. No habrá problema si el particular se limita a realizar actividades tendientes a mejorar el bien o el servicio mismo que éste presta, siempre que no se trate de una intervención de consideración. III. Administración de los bienes de uso público En materia de administración el ente público tendrá muchas de las facultades y todas las cargas propias del administrador, en las deficiencias en que incurra en esa administración darán origen a responsabilidad por parte del Estado, de esa manera especial que le corresponde a quien está encargado de velar por el bienestar de la comunidad. 1. Facultades de conservación y custodia de los bienes de uso público La ley trae la quizá más contundente regla para proteger los bienes de uso público, al declararlos inalienables, inembargables e imprescriptibles, lo que supone que ni siquiera la inactividad de la autoridad en la defensa directa del bien, permite que los particulares lleguen a ejercer derechos reales sobre los bienes de uso público. Cualquier actuación de hecho de un particular tendiente a generar ventajas exclusivas y excluyentes constituye una infracción a la norma y no por permanecer llega a ser más legítima, por eso no hay posesión de los bienes de uso público. Como extensión del derecho de propiedad de los bienes de uso público para establecer el alcance de la utilización que pueden hacer los particulares, corresponde al ente titular del bien velar porque se mantenga en condiciones apropiadas, para lo cual tendrá que asumir la tarea de adecuación, reparación y cuidado de dichos bienes y salir a su defensa frente a cualquiera que pretenda actuar más allá de lo que corresponda, según el destino del bien. Pero en cuanto a la carga misma de custodia hay que decir que nuestro Derecho carece de un régimen coherente sobre las cargas de conservación de modo que es el juez el que determina a su criterio el alcance de esta función y, por ende, de la responsabilidad por daños producidos por el deterioro o el inadecuado mantenimiento. El particular también puede asumir las funciones de protección y conservación, ya sea como parte de la comunidad o como delegatario tácito o expreso del ente público. A la entidad pública titular del bien no le interesa interferir en la actuación de los particulares, a menos que trascienda a alguna forma de abuso o pueda generar riesgos para terceros, lo cual se dará cuando implique una forma de apoderamiento y excluya a los sujetos que puedan hacer uso del bien Es importante hacer notar que cuando el particular realiza alguna obra o incorpora sus bienes a un bien de uso público, los pierde por razón de la accesión y en ningún caso se podrá ejercitar derecho de retención del bien, ni siquiera en el caso de que la entidad pública que administra el bien resulte condenada al pago de mejoras 2. Actos de administración propiamente dichos Como actos de administración específicos podemos encontrar todos aquellos que impliquen la utilización para usos o actividades diferentes a las estrictamente ligadas al uso público, como las exclusiones e intervenciones por parte de otras entidades públicas o por particulares. A falta de régimen legal tenemos que decir que estos actos quedan de cargo de la entidad que tiene asignado el bien. La administración del bien puede ejercerla directamente la entidad pública que aparece como titular, pero también puede entregar tal administración a particulares, sea para que estos lo hagan sin modificar su condición de libre acceso o con la restricción del uso en beneficio exclusivo de quien lo recibe Otra modalidad consiste en entrega formal, directa y regulada, del bien de uso público al particular para que lo conserve o administre sin pagarle remuneración alguna, que puede verse como un paso adelante en el apoyo del particular a la función estatal. Por último, encontramos la contratación onerosa de estas actividades con particulares. El particular es contratado para la ejecución de la obra pública y sigue las reglas de esta clase de contrataciones en materia de selección del contratista, remuneración, garantía y responsabilidad. Se emplea la figura de concesión, un contrato de especial modalidad por el cual se entrega a un particular el inmueble destinado al uso público para que éste construya, mantenga, reponga, amplíe o mejore el bien, a cambio de una contraprestación en dinero de la entidad “concesionante”, o a cambio de las tasas que se recauden a quienes se sirven del bien de uso público. En cuanto a los recursos monetarios que reciban las entidades públicas como contraprestación por las ventajas que obtenga el particular con el bien de uso, la situación tampoco es simple. Todo lo que podemos decir es que no desvirtúa la naturaleza de bien de uso público del que el Estado pueda sacar provecho económico por permitir la utilización exclusiva del bien, bajo las distintas modalidades de utilización precaria del bien, tanto de Derecho público como privado. El pago entonces es una forma de generar rentas contractuales por el hecho de impedir a otros el uso del bien, pero no la remuneración que recibe el propietario por conceder a otro una ventaja que le es propia porque la utilización del bien de uso público es propia de cada individuo y no deriva de la autoridad. IV. Restricciones a la utilización de los bienes de uso público Los bienes de uso público pueden ser utilizados por todos o por ciertas personas, según la función natural de los mismos. Sólo por excepción se puede recortar la amplia facultad de todos a servirse del bien de uso público en unas situaciones, enunciadas en la ley aunque no reguladas con la debida sistematización. 1. La utilización exclusiva y excluyente del bien de uso público por el usuario al que está destinado: Son aquellos bienes de los que no existe posibilidad de utilización simultánea por varios sujetos y por eso quien en un momento se sirve del bien excluye a los demás. 2. El servicio inmediato que presta el bien público al bien de uno o más particulares: Los bienes de uso público van a tener restricciones debido a la necesidad de prestar un servicio al bien del particular, eventos en los que se admite la utilización preferencial y a veces excluyente a favor del particular. 3. Concesión directa del bien a un particular o a alguna entidad del Estado: Se trata de aquellos bienes de uso público que se asignan para beneficio exclusivo de ciertos particulares. Entre los casos más reconocidos están la utilización de playas y zonas adyacentes a mares o ríos para la construcción de puertos y algunos desarrollos especialmente de tipo turístico, la utilización de lechos y cauces para explotación de minerales, instalación de “terrazas” en los andenes por restaurantes. 4. La inutilización temporal del bien por necesidades del servicio es debida a reparaciones o adecuaciones, construcción de obras, seguridad colectiva: En estos casos el retiro del destino al uso público del bien por razones de necesidades del servicio no afecta su naturaleza ni condición y, cuando cesan las causas que motivaron la medida, el bien retoma su carácter de público y la libre utilización. 5. La sustracción temporal del bien a su destinación sucede cuando mediante, en acto estrictamente voluntario, la autoridad que tiene los bienes a su cargo retira la facultad general de uso, ya para aprovecharlo directamente o para permitir que algunos terceros lo aprovechen, como las plazas o vías que se reservan para el desfile de los estudiantes o militares, o para la filmación de una película, o por razones de seguridad de edificios públicos y otras causas. 6. Uso especial para infraestructura de servicios públicos domiciliarios: Una modalidad especialmente reglada es la utilización que hacen las empresas de servicios públicos domiciliarios de los bienes de uso público para instalación de los elementos destinados a la prestación del servicio público domiciliario. 7. “Servidumbres” a favor de particulares: Cuando los particulares realizan “obras” privadas que ocupan el espacio público como la facultad del propietario del bien colindante con el bien de uso público de construir balcones sobrepasando el lindero 8. Fuerza mayor: para recordar simplemente que estos eventos, inundación, avulsión, toma violenta y otras más, pueden impedir el uso público. Se ha dado el caso de que el accidente que hace inutilizable el bien de uso público sea imputable a los particulares y en tal caso tendrán que indemnizar el daño causado a la colectividad, representada por la entidad a cargo del respectivo bien de uso público, en estos eventos el bien sigue siendo de uso público y con su condición de inapropiable, inajenable, inembargable e imprescriptible, sin perjuicio de excluir de su uso todos o a algunos potenciales beneficiarios, en favor de algún particular o de ninguno.