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EXAMEN FINAL

ECONOMIA PARA LA
INGENIERIA

Docente: Ing. Velasquez Garnica, Shirley Yolanda

Nombre: Cristhian Ribaldo Calderon Chambi


Código SAGA: A20753-5
C.I.:10019442 L.P.
Fecha: 24-06-2021
APLICACIONES DE LOS ELEMENTOS FINITOS FUERA DE LA
INGENIERÍA CIVIL Y LAS NUEVAS TENDENCIAS E
INVESTIGACIONES REFERIDOS A ELEMENTOS FINITOS
INTRODUCCIÓN
Actualmente la modelación estructural se centra en el análisis de estructuras
convencionales como pórticos y armaduras. A pesar de la existencia de métodos para el
análisis de estructuras más complejas, hay una tendencia a modelar los mismos tipos de
estructuras. El método de los elementos finitos y su implementación por medio de
aplicaciones computacionales, permite modelar todo tipo de estructura, hasta aquellas
en las que aun no se tienen claros los diferentes comportamientos que se generan frente
a diferentes tipos de solicitaciones; algunas de estas estructuras son las ménsulas, las
zapatas sobre pilotes, los cascarones y las conexiones de concreto. Los programas
especializados en la modelación por medio del método de los elementos finitos,
interpretan el comportamiento de las estructuras de una forma gráfica, en donde se
pueden discutir las diferentes zonas críticas y proporcionar resultados más aproximados
debido al buen manejo de fronteras. Este método se basa en la conversión de las
ecuaciones de equilibrio a sistemas lineales o no lineales para llegar a la solución de un
análisis tanto estático como dinámico. A partir de la utilización de un programa
especializado, en este caso Ansys Civilfem, se reconoce que el método de los elementos
finitos proporciona la mayor aproximación del comportamiento de una estructura bajo
condiciones reales, facilitando la búsqueda de las falencias y también de las formas y
diseños óptimos con los cuales se puede mejorar su desempeño.
El análisis del comportamiento de un gran número de estructuras hidráulicas (aliviaderos,
cuencos de amortiguación, desagües de fondo, etc.) se ha venido realizando a lo largo de
los años en base a ensayos de laboratorio en modelo físico. Esta forma de actuar ha
permitido desarrollar criterios de diseño que han sido aplicados profusamente por la
comunidad técnica a nivel mundial. La generalización realizada en base a estos ensayos ha
evitado en ocasiones tener que realizar modelos físicos para cada caso particular. Los
cuencos de disipación analizados y tabulados por el U. S. Bureau of Reclamation
norteamericano son un claro ejemplo de este hecho. En otros casos, sin embargo, no ha
sido posible establecer criterios generales de diseño, bien por deficiencia de la tecnología,
bien por la dificultad de parametrizar el fenómeno, o bien por falta de recursos para su
investigación. En estos casos, resulta inevitable construir modelos a escala específicos
sobre los que comprobar el funcionamiento hidráulico de la estructura, introduciendo
modificaciones en caso de ser necesario. El inconveniente principal de los modelos físicos
es su elevado coste y el tiempo que se requiere para su construcción, que hace que sean
muy rígidos a la hora de estudiar alternativas sensiblemente diferentes. En general, a
partir del diseño del proyecto, únicamente se pueden realizar pequeñas modificaciones, ya
que la construcción de un nuevo modelo suele ser inviable por motivos de coste y plazo.
Como alternativa, en los últimos años se han desarrollado modelos numéricos que se
aplican frecuentemente en diferentes campos de la ingeniería. Tradicionalmente, para la
realización de cálculos de mecánica de fluidos se han utilizado métodos de elementos
finitos (MEF). Más recientemente, se han desarrollado y se están aplicando también
modelos de partículas (SPH). Algunos de los problemas hidráulicos más importantes que
no ha sido posible modelar (o al menos no de una manera eficaz) con los métodos
numéricos tradicionales son la interacción fluido-estructura y el fenómeno de mezcla
agua-aire en regímenes altamente turbulentos. En general, los métodos de elementos
finitos tienen problemas para calcular la superficie libre del fluido, especialmente en
fenómenos en los que ésta presenta fuertes irregularidades y variabilidad espacio-
temporal. Estas características se dan muy frecuentemente en el movimiento del agua en
algunas de las infraestructuras hidráulicas más comunes, especialmente en los órganos de
desagüe de presas y balsas
2 Sobre el método PFEM En los últimos años se ha invertido un considerable esfuerzo en
todo el mundo en el desarrollo de métodos robustos y eficientes para el análisis de
problemas de ingeniería que involucren la interacción fluido-estructura teniendo en
cuenta los grandes movimientos de la superficie libre del fluido y la posible existencia de
cuerpos sumergidos total o parcialmente. Los ejemplos de este tipo son comunes en
problemas de hidrodinámica de barcos, estructuras portuarias off-shore, flujos en lámina
libre en canales y en aliviaderos de presas, tanques de agua y de gas licuado, reactores de
mezclas, procesos de llenado de moldes, etc. El estudio de la interacción entre un fluido en
movimiento y una estructura deformable, es probablemente de los problemas acoplados
más complejos. Las dificultades surgen debido a la elevada no linealidad intrínseca a las
ecuaciones de ambos medios que interactúan entre sí. En la estructura, los grandes
movimientos debidos a la acción del agua inducen no linealidades de tipo geométrico y
también de tipo constitutivo por pérdida del comportamiento lineal del material, lo que
conduce a la fractura y el colapso de la estructura. En el fluido, la no linealidad la
introducen los términos convectivos en las ecuaciones de momento y la existencia de la
superficie libre. A este hecho hay que añadir la coexistencia de elementos rígidos (o cuasi-
rígidos) y deformables en la estructura, que dificulta la utilización de algoritmos clásicos
para la integración dinámica de las ecuaciones. A todo ello se suma la dificultad de
modelar el comportamiento incompresible del fluido y los fenómenos de turbulencia en el
medio viscoso. Si añadimos la circunstancia de que las ecuaciones no lineales de ambos
sistemas (la estructura y el fluido) están acopladas, se entiende bien la dificultad intrínseca
del cálculo de la estabilidad de estructuras bajo la acción de cargas hidrodinámicas. El
movimiento de sólidos inmersos en fluidos se analiza normalmente con el método de
elementos finitos (MEF) utilizando la denominada formulación arbitraria Lagrangiana-
Euleriana (ALE). En el método ALE, el movimiento de las partículas del fluido está
desacoplado del de los nodos de la malla. Por tanto, la velocidad relativa entre los nodos
de la malla y las partículas se utiliza como la velocidad convectiva en las ecuaciones de
cantidad de movimiento. La formulación ALE se ha utilizado conjuntamente con el método
de elementos finitos estabilizados para obtener diferentes procedimientos numéricos para
resolver el problema de interacción fluido-estructura. Por ejemplo, Tezduyar et al. (2001)
han utilizado una formulación de un dominio deformado espacial junto con una técnica de
estabilización en el espacio-tiempo para el cálculo de problemas de interacción de fluido-
estructura con superficie libre. Las dificultades típicas del análisis de la interacción fluido-
estructura utilizando el MEF, bien con la formulación Euleriana o con la ALE, incluyen el
tratamiento de los términos convectivos y de la condición de incompresibilidad en las
ecuaciones de fluido, el modelado y seguimiento de la superficie libre en el fluido, la
transferencia de la información entre los dominios del fluido y de la estructura bajo
estudio vía las interfases de contacto, el modelado de la rotura de olas, la posibilidad de
tratar grandes movimientos de sólidos rígidos y deformables dentro del fluido, la
actualización eficiente de las mallas de elementos finitos para la estructura y el fluido, etc.
La mayoría de estos problemas desaparecen si se utiliza una descripción Lagrangiana para
formular las ecuaciones de gobierno de los dominios del fluido y de la estructura. En la
formulación Lagrangiana se sigue el movimiento de cada una de las partículas de líquido o
del sólido de forma individual y, consecuentemente, los nodos en una malla de elementos
finitos pueden considerarse como “partículas” en movimiento. Por consiguiente, el
movimiento de la malla que discretiza el dominio total (incluyendo los dominios del fluido
y de la estructura) se sigue durante la solución en el tiempo. En los últimos años, CIMNE ha
desarrollado una clase particular de formulación Lagrangiana para resolver problemas en
los que interviene la interacción entre fluidos y sólidos. El método se denomina método de
partículas y elementos finitos (PFEM). El PFEM trata los nodos en la malla, tanto en los
dominios del fluido como de la estructura, como partículas que pueden moverse
libremente e incluso separarse del dominio principal del fluido representando, por
ejemplo, el efecto de gotas o chorreones de agua. Una malla de elementos finitos conecta
los nodos que definen el dominio discretizado donde se resuelven las ecuaciones de
gobierno de la mecánica de fluidos (para el líquido) y de la mecánica de sólidos (para la
estructura) en la forma estándar del MEF. El PFEM es la evolución natural del trabajo
reciente de diversos investigadores de CIMNE para la resolución de problemas de
interacción fluido-estructura utilizando métodos de elementos finitos Lagrangianos y
técnicas sin malla [Idelsohn et al. (2003a; 2003b; 2004; 2006); Aubry et al. (2004); Oñate et
al. (2003; 2004)]. Una ventaja obvia de la formulación Lagrangiana es que los términos
convectivos desaparecen de las ecuaciones del fluido. La dificultad, sin embargo, se
transfiere al problema de mover adecuadamente (y eficientemente) los nodos de la malla.
En general, para el cálculo de estructuras hidráulicas, suele ser necesario remallar a lo
largo
de la solución en cada paso de tiempo. La técnica desarrollada por CIMNE utiliza un
procedimiento de regeneración de la malla innovador que mezcla elementos de diferentes
formas mediante un método extendido de Delaunay [Idelsohn et al. (2003a; 2003c)]. Estos
elementos finitos poliédricos necesitan funciones de forma especiales. En los desarrollos
realizados por CIMNE se utilizan las funciones de forma del denominado método de
elementos finitos sin malla (PFEM) [Idelsohn et al. (2003a)]. En la formulación Lagrangiana
existe todavía la necesidad de tratar adecuadamente la condición de la incompresibilidad
en el fluido. El uso de interpolaciones de elementos finitos estándar puede conducir al
bloqueo de la solución por deformación volumétrica, a menos que se tomen algunas
precauciones. En la literatura se encuentran diferentes procedimientos de elementos
finitos para aliviar el problema del bloqueo en fluidos incompresibles [Codina (2002);
Codina y Zienkiewicz (2002); Zienkiewicz y Taylor (2000)]. Un objetivo general de todos
estos métodos es poder utilizar elementos de bajo orden con el mismo tipo de
interpolaciones para las variables de velocidad y presión. En el método se utiliza una
técnica de estabilización basada en el método de cálculo finito (FIC). En las referencias
[García y Oñate (2003); Oñate (2004); Oñate et al. (2004); Oñate y García (2001)] se
pueden encontrar diferentes aplicaciones de la técnica FIC para problemas de fluidos
incompresibles utilizando elementos triangulares y tetraédricos lineales. La formulación
Lagrangiana tiene muchas ventajas para seguir el movimiento de las partículas del fluido
en flujos en donde existen grandes desplazamientos de la superficie libre, como en el caso
de olas que rompen sobre una estructura (Figura 1). Recordamos que la información en el
método PFEM es típicamente nodal, es decir, la malla de elementos finitos se utiliza
fundamentalmente para obtener los valores de las variables de estado (por ejemplo las
velocidades, presiones, etc.) en los nodos. 2.1 Ideas básicas del método de partículas y
elementos finitos Consideremos un dominio que contiene subdominios de fluido y de
sólido. Las partículas de fluido en movimiento interaccionan con los contornos del sólido
induciendo por tanto la deformación del sólido que a su vez afecta al movimiento del
fluido y, por consiguiente, el problema está totalmente acoplado. En la técnica PFEM,
tanto los dominios del fluido como del sólido se modelan utilizando una formulación
Lagrangiana actualizada. Se utiliza el método de los elementos finitos para resolver las
ecuaciones de gobierno en ambos dominios. Por tanto debe generarse una malla que
discretiza estos dominios para resolver las ecuaciones de gobierno para el fluido y el sólido
con métodos finitos tradicional. Se destaca de nuevo que los nodos que discretizan los
dominios del fluido y del sólido pueden interpretarse como partículas cuyo movimiento se
sigue durante la solución transitoria. La calidad de la solución numérica depende
obviamente de la discretización utilizada, como sucede en el MEF estándar. Con PFEM es
posible definir diferentes tamaños de malla en diversas zonas del dominio de análisis, para
mejorar la solución en zonas donde ocurran grandes movimientos del fluido o de la
estructura, o bien donde se quiera obtener mayor precisión. Como hemos explicado, la
formulación Lagrangiana permite seguir el movimiento de cada partícula individual del
fluido (un nodo). Esto es útil para modelar la separación de las partículas del líquido del
dominio principal del fluido y para seguir su movimiento como partículas individuales con
una velocidad inicial y sometidas a las fuerzas de gravedad. En resumen, una solución
típica con el PFEM involucra las etapas siguientes: 1. Discretizar los dominios del fluido y
de la estructura con una malla de elementos finitos. En nuestro trabajo utilizamos un
esquema de generación de malla innovador basado en una teselación extendida de
Delaunay [Idelsohn et al. (2003a; 2003b; 2004)]. 2. Identificar los contornos externos para
los dominios del fluido y del sólido. Esta es una etapa esencial ya que algunos contornos
(como la superficie libre en los fluidos) pueden haberse distorsionado severamente
durante el proceso de solución, incluyendo la separación y reentrada de nodos. En nuestro
trabajo utilizamos el método de Alpha Shape [Edelsbrunner y Mucke (1994)] para la
definición de los nodos del contorno. 3. Resolver las ecuaciones acopladas del movimiento
Lagrangiano para los dominios del fluido y de la estructura. Calcular las variables de estado
relevante en ambos dominios en cada paso de tiempo: las velocidades, la presión y las
tensiones viscosas en el fluido, y los desplazamientos, las deformaciones y las tensiones en
la estructura.
4. Mover los nodos de la malla a una nueva posición en función del tamaño del paso del
tiempo. Esta etapa es típicamente una consecuencia del proceso de solución de la etapa 3.
5. Generar una nueva malla en caso necesario. El proceso de regeneración de la malla
puede tener lugar después de un número prescrito de pasos de tiempo, o cuando la malla
actual ha sufrido importantes distorsiones debido al movimiento Lagrangiano. 6. Volver a
la etapa 2 y repetir el proceso de solución para el paso de tiempo siguiente. Para
completar esta descripción, en la Figura 1 se muestra un ejemplo típico de una aplicación
bi-dimensional del PFEM. Las figuras corresponden al análisis del problema de la rotura de
una columna de agua en el interior de un recipiente. La Figura 1a muestra la malla inicial
de elementos rectangulares de cuatro nodos que discretizan el dominio del fluido y las
paredes del recipiente. Se aprecia en las Figuras 1b y 1c la malla en los dominios del fluido
y del recipiente en dos instantes de tiempo diferentes.

3 Aplicación de PFEM al diseño de infraestructuras hidráulicas Introducción El método


PFEM ya ha sido validado mediante comparación con resultados de ensayos de laboratorio
realizados para el estudio de diferentes fenómenos hidráulicos, como el desagüe bajo
compuerta, trampolines, o aliviaderos escalonados [Laresse et al, (2008)]. En base a los
desarrollos previos de PFEM, y con la experiencia acumulada en las aplicaciones ya
realizadas en infraestructuras portuarias (proyectos SAYOM y DILAPE), en CIMNE se han
abierto nuevas líneas de investigación para el desarrollo de las capacidades del método
PFEM que permitan resolver problemas complejos relacionados con infraestructuras
hidráulicas. El objetivo final es mejorar el estado de la seguridad de presas y balsas a
través del conocimiento de su comportamiento, para lo cual se trabaja en dos líneas
generales: A. Hidráulica de aliviaderos. B. Rotura de presas de materiales sueltos El
desarrollo de estas líneas se apoya en la alianza estratégica que CIMNE mantiene con la
cátedra de presas de la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Mediante esta colaboración se pretende aunar la experiencia de CIMNE en el campo de los
métodos numéricos con el conocimiento de la UPM de la problemática concreta en el
campo de las infraestructuras hidráulicas. De este modo, se pretende que el desarrollo de
las herramientas numéricas tenga una aplicación directa en la resolución de problemas
prácticos.
3.1 Hidráulica de aliviaderos Dentro de este primer campo, se pretende desarrollar
herramientas numéricas para ejecutar eficazmente cálculos hidráulicos relacionados con:
a) aliviaderos con cajeros altamente convergentes, b) aliviaderos de bloques en forma de
cuña, c) estudio de ondas de choque en canales de descarga y d) análisis de cuencos de
colchón. Se trata de profundizar en el conocimiento de determinados fenómenos propios
de la ingeniería de aliviaderos con el objetivo final de ampliar el campo de aplicación de
tipologías menos convencionales y de mejorar el estado del conocimiento de las
tradicionalmente utilizadas. En muchos casos, las dificultades técnicas que estos estudios
conllevan, así como el coste asociado a la elaboración de los modelos físicos, a la ejecución
de los ensayos y al análisis de resultados, hace que en muchas ocasiones se opte por
soluciones tradicionales, aunque resulten menos ventajosas desde el punto de vista
técnico y/o económico. 3.1.1 Aliviaderos con cajeros altamente convergentes Los
Aliviaderos con Cajeros Altamente Convergentes (en adelante, ACAC), resultan una
solución muy interesante en presas de fábrica de nueva planta cuando es necesario
disponer de una longitud de vertido sensiblemente mayor que la anchura del cauce
disponible. Así mismo, los ACAC pueden en muchas ocasiones ser la solución más idónea
para aumentar la capacidad de desagüe en presas de fábrica existentes que tengan una
capacidad de evacuación insuficiente de acuerdo con los criterios actuales, más exigentes
que los utilizados al diseñar la mayor parte de nuestras presas. Los responsables de la
vigilancia y explotación de las presas en España se están enfrentando a este tipo de
problema con frecuencia en los últimos años. La investigación persigue caracterizar
adecuadamente el comportamiento hidráulico y mecánico de esta tipología de aliviadero,
cuyo fundamento se basa en recoger en el pie de presa los caudales vertidos en ambas
márgenes y conducirlos hasta el dispositivo de disipación situado en la zona de cauce.
Existen referencias a nivel mundial de aliviaderos de este tipo, como son la presa de
Vatnsfell en Islandia, la de Pagade en Portugal, o la de Hammam Grouz en Argelia. En
concreto, en España se tiene la referencia de varias presas como son las de Bayona,
Vilasouto, Doña Ana y Zapardiel de la Cañada, en las que se seleccionó esta solución desde
un principio, y la presa de Torre Abraham, donde se utilizó esta tipología para aumentar la
capacidad de desagüe del aliviadero primitivo.

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