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Soimer Andersson Díaz Sánchez

TITULAR: NUESTROS CORAZONES TAMBIEN HAN TEMBLADO


BAJADA: Terremoto de 7.9 grados azota Pisco, y deja cifras de muertos y heridos que aún siguen
en aumento.
Una brisa nocturna azota el tenso plástico de las carpas mientras apenas Oscar Cusihualpa
desorientado no sabe dónde ha despertado en media noche con un fuerte dolor de cabeza, él vivía
solo en Pisco alejado de su familia que reside en Lima, a sus 28 años llego a Pisco a emprender un
negocio en la venta de ropa y calzados ya subsistía acá dos años su negocio en una pequeña galería
donde le iba relativamente bien.
En esta cruda noche aún, Oscar se dirige a una muchedumbre de gente que observa algunos que aún
siguen llorando y otros en las facciones de los rostros denotan las ganas de no querer vivir,
comienza a contar cada casa que podía ver hecha escombros una a una destruidas y hechas pedazos
de mil maneras. Al regresar a su carpa él no hace más que intentar volver a dormir y olvidar los
recuerdos de lo que sucedió el 15 de agosto, han pasado dos días y aquellas memorias aun le duelen
tanto como el fuerte golpe en su cabeza, pero ellos llegan solos a su cabeza.
Un día tan simple como todos Cusihualpa, se dirigía a su negocio salía de su casa a las 6 de la
mañana, apresuraba a tomar el bus para llegar temprano a la plaza y abrir su negocio. El día
avanzaba las ventas y todo andaba normal, Cusihualpa antes de cerrar el negocio llamaba a su
madre Agnes usualmente para preguntar cómo estaba todo allá en lima.
Las 6:40 del 15 de agosto del 2007, Oscar comienza a sentir como los zapatos y la ropa comienza a
tambalearse como si de un trapecista profesional en la cuerda floja se tratase al principio un salto
leve, Cusihualpa comienza a ponerse un poco nervioso, pero Perú es el país de los temblores nada
de qué preocuparse replico; ante su asombro ve como los focos comienzan a caerse uno a uno
comienzan a reventar Oscar como si de una estatua de piedra se tratase solo contempla como todo
comienza moverse sin poder mover ningún músculo, hasta que un grito desgarrador de una mujer lo
devuelve a la vida “ terremoto” y mientras que otro hace que el corra “ la pared se está rompiendo”.
Devuelto a la vida Oscar comienza a salir apresurado dejando atrás parte de su vida, su negocio su
alimento del día a día, no hace más que correr como si de un robot siguiendo órdenes se tratase, aún
un tanto petrificado hasta llegar a la pista y con la piel pálida y la sangre que brotaba de su cabeza
dobla el cuello y puede ver cómo es que parte por parte, uno a uno se va cayendo esa galería donde
tenía su negocio, su dinero todo aquello por lo que luchó quedaba aplastado sobre escombros en
ello cae de rodillas y se desmaya.
La ciudad de Pisco (Ica) ha sido el epicentro de un terremoto de 7.9 grados de magnitud en la escala
de Ritcher, siendo uno de los movimientos telúricos más violentos ocurridos en el Perú en los
últimos años.
Este sismo ha dejado a la fecha 400 muertos, casi 2000 heridos, y aún se desconoce el número de
las viviendas que fueron totalmente destruidas e inhabitables y 431 mil personas resultaron
afectadas (cifras que siguen en aumento). Las zonas más afectadas fueron las provincias de Pisco,
Ica, Chincha, Cañete, Yauyos, Huaytará y Castrovirreyna. La magnitud ha sido tan destructiva del
terremoto que también ha causado grandes daños a la infraestructura que proporciona los servicios
básicos a la población, tales como agua y saneamiento, educación, salud y comunicaciones.
A la fecha autoridades y ciudadanos vienen realizando labores de ayuda y beneficiencia como
donaciones y misiones de rescate para nuestros vecinos afectados, y así de algún modo poder dar
un poco de apoyo para ellos.
Sin duda alguna un terremoto que no solo ha estremecido nuestras tierras peruanas, sino que
también nuestros corazones.

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