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¿Cuál es la función de COFADEH?

Como institución no gubernamental sin fines de lucro, el Comité de Familiares de Detenidos


Desaparecidos en Honduras, COFADEH, es un organismo con proyección nacional e internacional,
cuyo propósito fundamental es luchar contras las diferentes formas de impunidad, así como
reivindicar la memoria de las víctimas, ...

¿Cómo surge COFADEH?

El COFADEH surge al iniciar la década de los años ochenta, en plena aplicación de la Doctrina de
Seguridad Nacional, marcada por la militarización de la sociedad y la subordinación extrema de las
instituciones civiles a las fuerzas armadas. ... El Cofadeh fue fundado el 30 de noviembre de 1982
en Tegucigalpa.

Desaparecidos

La práctica de desaparecer personas por razones políticas, se inicia en Honduras en el año de


1979, pero se practica con mayor intensidad a partir del año de 1981.

Las Desapariciones Forzadas en Honduras han sido una práctica ejecutada y tolerada por las
autoridades del Estado. La Desaparición de más de 200 personas es la prueba irrefutable de lo que
la desaparición forzada fue una política de Estado durante los años ochenta.

La creación del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)


constituye una acción concreta de la ineficiencia del Estado para garantizar el derecho de las
víctimas a la vida y al debido proceso entre otros derechos violados.

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1993 1995

Cofadeh 2010

Este 30 de agosto se conmemora el Día Nacional de Detenido Desaparecido en


Honduras, creado mediante decreto legislativo N. 284-2002. Más

http://www.cofadeh.org/index.htm

ioladores de Derechos Humanos

A partir de 1980 se establecen en Honduras unidades contra insurgentes y de inteligencia militar


especializadas, como el cuerpo de policía Antisubversión, conocido como Cobras, las Tropas
Especiales para Operaciones de Selva y Nocturnas (TESON), batallón ligero para combatir la
subversión.

La desaparición Forzada
La práctica de desaparecer personas por razones políticas, se inicia en Honduras en el año de
1979, pero se practica con mayor intensidad a partir del año de 1981 .

Las Desapariciones Forzadas en Honduras han sido una práctica ejecutada y tolerada por las
autoridades del Estado. La Desaparición de más de 200 personas es la prueba irrefutable de lo que
la desaparición forzada fue una política de Estado durante los años ochenta.

Hogar contra el Olvido

Con el propósito de edificar un sitio conmemorativo de los detenidos desaparecidos y asesinados


por motivos políticos en la década de 1980, el COFADEH adquirió �en 1999- un predio de 10,776
metros cuadrados en la aldea La Joya, municipio de Santa Ana, a unos 40 kms al sur de
Tegucigalpa, zona de clima agradable y de gran belleza.

©2004 - 2007 COFADEH

espués de 20 años de gobiernos militares, Honduras eligió un gobierno civil. Con el nuevo gobierno
entraba en vigor la nueva legislación que incluía un amplio catalogo de derechos humanos, tanto
en la Constitución como en la ley penal. Pero también incluía una amplia gama de delitos contra el
Estado. En abril de 1982, el Congreso Nacional aprobó el Decreto 33 conocido con el nombre de
Ley Antiterrorista.

La responsabilidad de la seguridad interna recayó en el General Gustavo Álvarez Martínez,


formado en las escuelas militares argentinas y responsable de la creación de cuerpos de
inteligencia militar, que llevaba a cabo las detenciones ilegales, secuestros, desapariciones y
asesinatos. Esos cuerpos realizaban además, interrogatorios bajo tortura y detenciones en cárceles
clandestinas.

El descontento social era significativo y se había experimentado un alto nivel de violencia


antigubernamental de motivación política.

A partir de 1979 se inicia la represión en contra de los movimientos sindicales, académicos,


agrarios, estudiantiles y sociales.

Con el apoyo militar de los Estados Unidos , llegaron al país instructores y asesores argentinos,
israelíes, chilenos y de la CIA.
Para el año de 1982, cuando el control administrativo del Estado es asumido por el Presidente
Roberto Suazo Córdova, el país se coloca en manos de los militares nacionales y extranjeros. La
Contra Revolución Nicaragüense controlaba el sur y el oriente del territorio. Las Bases Militares
Estadounidense se ubicaban en Comayagua y Trujillo. Las fronteras con El Salvador y Guatemala
eran controladas por las Fuerzas Territoriales, que recibían financiamiento total de los Estados
Unidos. A lo interno se crearon los escuadrones especiales antisubversión, entre los más
destacados figuran:

Fuerzas Responsables

A partir de 1980 se establecen en Honduras unidades contra insurgentes y de inteligencia militar


especializadas, como el cuerpo de policía Antisubversión, conocido como Cobras, las Tropas
Especiales para Operaciones de Selva y Nocturnas (TESON), batallón ligero para combatir la
subversión.

Escuadrones de la Muerte: Se crearon escuadrones de la muerte dirigidos por oficiales de


inteligencia de las Fuerzas Armadas, entre estos: El grupo de los Catorce, comandado por el Mayor
Adolfo Díaz; la Dirección Especial de Investigación (DIES), dirigida por el oficial de policía Alexander
Hernández; Batallón de Inteligencia 3-16 y Fuerzas Contra Revolucionarias de Nicaragua conocidas
como los Contras, que apoyaban a los escuadrones de Honduras en los operativos contra
disidentes políticos. Las Estructuras judiciales no tenían control sobre ninguno de estos cuerpos.

El Batallón de Inteligencia 3-16 tenía acceso a enormes cantidades de información especial y


además tenía la responsabilidad de apoyar a todos los batallones de las fuerzas especiales y
asumía el rol de coordinador de actividades de inteligencia, comunicaciones, planificación y
programación. Este cuerpo ha sido responsabilizado de cientos de asesinatos políticos, torturas,
desapariciones forzadas.

Cuerpos Oficiales: La Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNI), sus agentes vestían de
civil. Entre sus actividades figuraba combatir las actividades políticas clandestinas.

Fuerza de Seguridad Pública (FUSEP), que era una rama de las Fuerzas Armadas, sus instalaciones
eran utilizadas para mantener prisioneros políticos y someterlos a torturas, y muchos de sus
comandantes reprimían las manifestaciones públicas y detenían disidentes políticos.

Batallones Especiales de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Territoriales que recibían
financiamiento del Gobierno de los Estados Unidos.
Ejercicios Militares Conjuntos, denominados Ahuas Tara I y II, ejercicios en el que participaron más
de 6,000 soldados estadounidenses.

La mayoría de los jefes de inteligencia, de los cuerpos especiales antisubversión y de los


escuadrones de la muerte, eran egresados de la Academia Internacional de Policía con sede en
Washington y de la Escuela de las Américas, basada en Panamá.

Práctica de la Desaparición Forzada

En este contexto las detenciones ilegales seguidas de secuestro, ejecución en secreto de la víctima
y el ocultamiento del cadáver con el objeto de borrar toda huella del crimen y de procurar la
impunidad, además de obtener información de la víctima indefensa, también buscaba crear un
estado generalizado de angustia, inseguridad y temor.

La práctica se mantuvo en forma sistemática y reiterada hasta 1989. Pero el fenómeno no se


erradicó totalmente. Aún persisten casos, que si bien es cierto no es sistemática y organizada,
encara el mismo patrón de impunidad.

Las víctimas eran generalmente personas consideradas por las autoridades hondureñas como
peligrosas para la seguridad del Estado. Las víctimas usualmente habían estado sometidas a
vigilancia y seguimiento por periodos largos y sistemáticos.

La información disponible refleja que las víctimas son de diferente nacionalidad. La mayoría
jóvenes y sospechosos de pertenecer a movimientos de izquierda o de apoyar a los grupos
armados de El Salvador, de promover movimientos de solidaridad con los vecinos países y
actividades sociales en Honduras o grupos revolucionarios. Las víctimas pertenecían a sindicatos,
movimientos estudiantiles, dirigentes políticos, abogados y otros profesionales, cuerpos de
solidaridad y religiosos, entre otros.

Las armas empleadas en la captura eran de uso reservado a las autoridades militares y de policía y
se usaban vehículos con cristales polarizados, cuyo uso requiere autorización oficial.

En algunas ocasiones las detenciones se realizaron por agentes del orden público sin disimulo ni
disfraz. En otros, eran previamente despejados los lugares donde se ejecutaría los secuestros y por
lo menos en una ocasión los secuestradores al ser detenidos por agentes de línea, continuaron
libremente su marcha al identificarse como autoridades.

Las personas secuestradas eran vendadas, llevadas a lugares secretos e irregulares de detención y
trasladadas de un lugar a otro, eran interrogadas y vejadas cruelmente. La mayoría de las víctimas
fueron ejecutadas y sus cuerpos enterrados en cementerios clandestinos.

Las autoridades negaban sistemáticamente la detención y el paradero de las víctimas, tanto a sus
familiares, abogados o instituciones de derechos humanos, a los jueces ejecutores en recursos de
exhibición personal.

Las autoridades militares y de policía como el gobierno y el poder judicial, se negaban y mostraban
incapacidad de prevenir, investigar y sancionar los hechos. Tampoco eran capaces de auxiliar a las
personas que buscaban información sobre el destino de las víctimas o de sus restos. En las
prisiones clandestinas a los detenidos se les sometía a los maltratos siguientes: Toques eléctricos,
privación de alimentos y agua, aislamiento, vendas cegantes, aplicación de capucha, violaciones
sexuales, utilización de perros amaestrados para torturas, inmersión en aguas con heces fecales,
aspiración forzada de líquidos por la nariz, colgamientos, desnudez prolongada, torturar a otros
detenidos, simulación de ejecución con arma de fuego, amenazas con secuestrar a la familia.

Las Desapariciones Forzadas en Honduras ha sido una práctica ejecutada y tolerada por las
autoridades del Estado. La Desaparición de más de 200 personas es la prueba irrefutable de lo que
la desaparición forzada fue una política de Estado durante los años ochenta. La creación de
comisiones militares para la investigación amañada de los hechos consolidados, la impunidad de
los autores materiales e intelectuales.

La creación del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras constituye una


acción concreta de la ineficiencia del Estado para garantizar el derecho de las víctimas a la vida y al
debido proceso entre otros derechos violados.

Las Víctimas

La información disponible refleja que las víctimas son de diferente nacionalidad. La mayoría
jóvenes y sospechosos de pertenecer a movimientos de izquierda o de apoyar a los grupos
armados de El Salvador, de promover movimientos de solidaridad con los vecinos países y
actividades sociales en Honduras. Las Víctimas pertenecían a sindicatos, movimientos
estudiantiles, dirigentes políticos, abogados y otros profesionales, cuerpos de solidaridad y
religiosos, entre otros.

Los recursos legales como el Habeas Corpus y el Amparo eran ineficaces, la Corte Suprema de
Justicia rechazaba el recurso o retardaba los plazos en forma irrazonables y, cuando eran
admitidos, a menudo lo ignoraban las autoridades requeridas.
Violadores de Derechos Humanos

A partir de 1980 se establecen en Honduras unidades contra insurgentes y de inteligencia militar


especializadas, como el cuerpo de policía Antisubversión, conocido como Cobras, las Tropas
Especiales para Operaciones de Selva y Nocturnas (TESON), batallón ligero para combatir la
subversión.

Reseña Histórica

En 1981 Honduras retorna al proceso democrático después de 20 años de dictaduras militares,


pero este retorno del poder a manos de los civiles no significó respeto al Estado constitucionalista
ni a los derechos humanos, por el contrario es en esta época que aplica -siguiendo mandatos de
los EE.UU- la doctrina de Seguridad Nacional que ya se aplicaba en la América del Sur.

Hogar contra el Olvido

Con el propósito de edificar un sitio conmemorativo de los detenidos desaparecidos y asesinados


por motivos políticos en la década de 1980, el COFADEH adquirió �en 1999- un predio de 10,776
metros cuadrados en la aldea La Joya, municipio de Santa Ana, a unos 40 kms al sur de
Tegucigalpa, zona de clima agradable y de gran belleza.

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