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y la subjetivación en Colombia*
Trends and dilemmas of individuation
And subjectivation in Colombia
Rogelio A. Hernández López1
Universidad del Atlántico
DOI: http://dx.doi.org/10.15648/am.29.2017.11
RESUMEN
El punto de partida de la reflexión es la puesta en escena y en entredicho de las respuestas clásicas
a la pregunta, qué es, o qué estudia la sociología; reflexión que tiene como fundamento el tímido
reconocimiento que los clásicos le dieron al individuo como elemento configurativo expreso del
objeto de estudio de la disciplina. Con ello, y previo rastreo de ciertas expresiones conductua-
les que fundamentan la pertinencia del contemporáneo análisis sociológico del individuo, se pone
de relieve el sentido de lo que hoy se entiende por individuación y subjetivación, construcciones
conceptuales, resultado del proceso de maduración de la sociología en lo que a la captación y ca-
racterización de las mutaciones sociales se refiere. Así mismo, y posterior a ciertos lineamientos
y fundamentos epistemológicos que asumimos son propios de las microsociologías entre ellas la
sociología del individuo, se entra a analizar el cómo se da el juego aplicativo de este enfoque para
luego entrar en la disquisición de lo que llamamos el extraño maridaje entre modernidad y colo-
nialidad, y su incidencia como razón histórica del por qué la individuación en sociedades como
la colombiana se ha dado en forma estratificada y con disimilitudes temporales, caso concreto, el
reconocimiento de la ciudadanía.
Palabras clave: Individuación, Subjetivación, Coberturas actuacionales, Colonialidad, Pluripers-
pectivismo sociológico.
ABSTRACT
The beginning of the reflection is the staging and interdicting of the classic answers to the ques-
tion, what is, or what the sociology studies. This reflection has as a base the tiny recognition that
the classics gave to the man as a configurative element of the subject of the discipline. Therefore,
and previous tracking of some behavioral expressions that put the basis of the relevance of con-
temporary sociological analysis of the individual to emphasize the sense of what is now known as
individualization and subjectivation; these conceptual constructions are the result of the maturation
process of sociology regarding to collect and characterization of social changes. In this way, and
after some guidelines and epistemological basis that we assume as own and specific of the micro-
sociology including the sociology of the individual, it is analyzed how is the applicative roll of this
approach and then we have to discuss the strange marriage between modernity and colonialism
and its incidence as a historical reason and why the individualization in societies as the Colombian
one has happened in a stratified way and in different times, for example, the specific case of the
recognition of the citizenship.
Keywords:
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fue la figura descollante, sin embargo, esos dos colosos, Weber y Durkheim,
de esa y cualquier otra clasificación en el extremo del tinglado en el senti-
los manuales se cuidan esclarecerlas, do de que el uno representaría al ho-
situación que se constituye en una lismo, es decir, a las emergencias* que
trampa para el principiante hasta el emanan de lo macro, y el otro, o sea
momento inherente a ellos, a la natu- Weber, a la acción, que consecuente
raleza de los manuales. y socialmente produce el individuo,
sin embargo, en lo que poco se hace
Las fronteras entre lo “psico” y lo claridad es en el hecho de que en me-
“socio”, para referirnos al besuqueo dio de las antinomias paradigmáticas
que por momentos se produce entre representadas por los dos pensadores,
las dos disciplinas que se derivan de creemos que no existen en el fondo
ambos prefijos, entraron a ser difusas, oposiciones absolutamente irrecon-
o mejor, a quedar en entredicho desde ciliables entre los mismos, al menos
el mismo momento en que otro de los por el lado de Weber, pues el princi-
colosos de la sociología como lo es pio conceptual que él establece como
Weber, sembró la discordia paradig- objeto de la sociología así lo deja en-
mática al sostener de manera tajante trever cuando dice: “Debe entenderse
y contundentemente que el objeto de por sociología una ciencia que preten-
la misma es, antes que nada, la acción de entender, interpretándola, la acción
social, y esta por naturaleza social es social para de esa manera explicarla
propia del individuo. causalmente en su desarrollo y efec-
tos”. Ese principio admite y destaca
Ese “es, antes que nada”, una tabla de el imperativo de comprender el subs-
salvación que a nuestro juicio intro- trato de lo microsocial, el individuo,
duce Weber, la cual permite mediar y incluso en estado de aislamiento físi-
a su vez transitar entre tres instancias co pero actuando en conexión mental
del análisis sociológico al parecer
poco legitimadas por las teorías con-
temporáneas; son ellas: la unicidad * Porque “el todo no es idéntico a la suma de
analítica per se que viene a ser el indi- sus partes, [las emergencias] son esa consub-
stancialidad social, esa alguna otra cosa cuyas
viduo o la persona, la unidad analítica propiedades difieren de las que presentan las
partes de las que está compuesta”. A pesar de
intermedia, esto es, los micromundos que el paradigma durkheimiano exige para la
o los microsistemas y, el colectivo de identificación y captura de las emergencias,
las características de la coerción, la exterio-
largo alcance, la masa. ridad, la independencia y la generalidad, des-
de la perspectiva incluso del individualismo
metodológico es susceptible hablar de emer-
Lo que queremos decir con ello es gencias cuando “la interacción de las partes
produce efectos o un estado cuyas propiedades
que, aún cuando las interpretaciones no se producirían sin esa interacción, lo cual no
e inferencias dominantes sobre la so- requiere de “ninguna otra cosa” que de las par-
tes individuales y sus relaciones, expresadas de
ciología clásica colocan a cada uno de forma inteligible” .
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con otros u otras*; así mismo, también cuenta de la realidad. Dicho de otra
reconoce la búsqueda de la explica- manera, así como la sociología esce-
ción causal de largo alcance a partir nifica intervenciones “invasivas” para
de la construcción de lo que él llamara por momentos traspasar sus linderos
tipos ideales. al hacer y demostrar que el individuo
es un ente sociológico siempre que
Pero Weber no se cierra ortodoxamen- sus conductas, más allá de su indi-
te de banda sobre el punto del cómo vidualización per se, están tocadas
proceder para conocer la realidad o afectadas por el pensar y el actuar
social, a tal punto de que podemos del otro u otra y viceversa, también la
encontrar en su clásica obra una con- misma sociología, con legitimidad y
tundente afirmación al parecer poco entera satisfacción se regodea cuan-
explotada y que dice: “Ahora bien, la do constata que el conglomerado a
captación de la conexión de sentido estudiar, aunque delimitado, termina
de la acción es cabalmente el objeto siendo relativamente magnánimo en
de la sociología (tal como aquí la en- su tamaño.
tendemos; y también de la historia).
…[sin embargo], … a pesar de esto, la Esa significativa opción que sin aspa-
sociología no puede ignorar, aun para viento nos ofrece Weber, en el sentido
sus propios fines, aquellas estructuras de ser subrepticiamente incluyente
conceptuales de naturaleza colectiva con otras perspectivas paradigmáticas
que son instrumento de otras maneras sin abandonar la defensa de la que él
de enfrentarse con la realidad” (We- con fiereza legitima, es otro de los le-
ber, 1984, p.12). gados de este pensador social que lo
convierte a nuestro juicio en un ver-
O sea, así como la acción social es el dadero mediador entre lo micro y lo
evento primario para que se objetive macro, aunque esta no haya sido la
la reflexión y el análisis sociológico imagen que se ha vendido. Lo cierto
comprensivo, también, y desde otras es que, al perder el funcionalismo-es-
perspectivas metodológicas (es nues- tructural el reinado hegemónico que
tra inferencia), pueden resultar plau- mantuvo incólume hasta los años 60,
sibles otros caminos acompañados y fue su “desaliñada” y para el momen-
guiados por la elaboración de otros to ilegítima propuesta paradigmática
constructos teóricos que también den que al ser desempolvada dio pie para
el surgimiento de las microsociolo-
gías, entre ellas la sociología del indi-
* El individuo o la persona está sociológicamente
conectado con otra u otras personas, o sea, realiza viduo (Martuccelli, 2012).
acción social cuando desde su alcoba y a puerta
cerrada se acicala acomodándose la corbata o
el rubor, si es mujer, de tal suerte que al salir Y a propósito de lo antes dicho con
quienes le observen se formen la impresión que
él o ella esperan. respecto a los manuales, son estas so-
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ciologías micro las que nos han pues- consultarlos con la consciencia de
to en aprieto o nos ponen a gaguear que tienen sus limitaciones, también
cundo al pretender definir qué es o advertirán de que estos, al igual que
qué estudia la sociología, acudimos a los clásicos de la sociología, hay
ingenuamente a cualquier manual en que situarlos en su contexto históri-
busca de su respuesta. co para de esa manera y con sentido
crítico poder valorarlos en su justa
Ante circunstancias como estas, ¿qué dimensión. Por último, lo más reco-
hacer entonces con los manuales si mendable sería, si es que estamos de
por lo general ellos no son dados a acuerdo con lo dicho, decirle a esos
hablar de las sociologías sino de la estudiantes con la debida sustentación
sociología a secas?; ¿qué hacer ante que ellos esperan, que la sociología
la posibilidad, plausible y por demás en su desarrollo ha mostrado ser una
casi que inevitable, de que de entrada disciplina pluriperspectivista teórica
un estudiante novel pero inquieto y y metodológicamente hablando, en
acucioso, nos reciba con la pregunta respuesta al condicionamiento que le
que en este caso menos agrado causa, ha impuesto la compleja dinámica del
cual es, qué es o qué estudia la socio- mundo contemporáneo.
logía?
2. El individuo como ente sociológico
Con respecto a esta última pregunta,
en principio puede que sucedan dos La figura del sujeto particular, para-
cosas; si el profesor o la profesora fraseando a Heller (1977), o si pre-
son tan noveles como su estudiante fiere del individuo ha ido emergiendo
aunque menos cuestionadores, segu- con fiereza y como un imperativo del
ramente responderán invocando la mundo contemporáneo, aun cuando
primera definición que les venga a las mutaciones históricas en cuanto
la mano, en este caso tomada preci- al reconocimiento de éste no tenga la
samente del manual que tienen como misma rítmica para todas las socieda-
ayuda. Pero, si dicho profesor o pro- des. Así pues, porque las rítmicas en
fesora son del conocimiento de que la cuanto al proceso de individuación
sociología en su desarrollo se ha del- se refiere son disímiles en razón a las
tanizado, es decir, se ha pluralizado características mismas de las socie-
en perspectivas y que por consiguien- dades, entendiéndose por aquello, es
te ese deltanismo no debe ser enten- decir, por individuación de acuerdo
dido como un síntoma de fragilidad, con Girola (2005), “el proceso histó-
posiblemente dichos educadores se rico de reconocimiento social al valor
tornen dubitativos y prudentes al dar de la persona y al derecho a la cons-
la respuesta; posiblemente, además titución de una identidad personal”, y
de advertir que los manuales hay que porque ello trae sus efectos en tanto
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Sin embargo, cada uno de ellos y ellas Uno de los reconocimientos primarios
disponen, cultivan, crean y re-crean que los analistas de ese megaproyecto
sus propias iniciativas y habilidades societal etiquetado como la moderni-
con las que afirman la impronta que dad, le hicieron a las características y
les permite darse a conocer; cada uno a la naturaleza de dicho proyecto, fue
de ellos y ellas delimita y echa de la emergencia o la eclosión que con-
mano esos plexos actuacionales, esas secuencialmente se dio alrededor de
‘franjas conductuales del prurito au- la figura del individuo, aún cuando la
tónomo individual’ que les permite, materialización de esa nueva realidad
además de mascarar buena parte de en escenarios concretos conocidos
sus comportamientos, poner en en- como sociedades modernas, se haya
tredicho la solidez de las definiciones producido en tiempos disímiles. Del
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individuo ciertamente, como ente en división social del trabajo fueron dos
su unicidad, se tiene noticia desde los de los indicadores de que las socieda-
tiempos más gregarios del cristianis- des estaban cambiando y que en su
mo; sin embargo, el rostro pleno de diferenciación requerían de nombres
este ente social solo se vino a vislum- acordes: sociedad moderna, lo nuevo,
brar en la sociedad moderna. y sociedad tradicional, lo viejo, lo an-
clado en el pasado, en lo repetitivo, en
Si en las sociedades pre-modernas o la tradición.
tradicionales la vida social era lacó-
nicamente homogénea y simple en Si en el pasado nada parecía que pa-
razón a que las actividades eran poco saba porque la tradición hacía del
diversificadas, y porque también las trasegar de la vida un congelado so-
creencias y valores anastomasadas cial, la sensación del torbellino que el
entre sí, eran quienes a su vez defi- imaginario Saint-Preux experimenta
nían la arquitectura de la comunidad, en “La nueva Eloísa” de Rousseau
por su parte las sociedades modernas (Berman, 1995), es la muestra de que,
vinieron a ser aquellas sociedades en palabras del Ilustrado, “un choque
donde la diversificación de las activi- perpetuo entre grupos y facciones, un
dades productivas, la rítmica intensa permanente flujo y reflujo de prejui-
del intercambio, la aparición de nue- cios y opiniones en conflicto” está en
vas costumbres y valores (sociales y marcha. Y todo porque “la gente está
culturales) y la recomposición de la en constante contradicción consigo
estructura de la vida cotidiana, termi- misma,… todo es un absurdo, pero
naron siendo una constante en ritmos nada escandaliza porque todos están
de ascendente aceleración. acostumbrados a todo”.
Todas y cada una de estas dinámicas En todo caso, en esa convulsión tenue
fueron los síntomas o indicadores de e imperceptible en principio, codifica-
que la modernidad había entrado en da con vocablos como torbellino, re-
curso, y de paso que el individuo es- molino o vorágine, pero que nosotros
taba inexorablemente tomando rostro preferimos compararla con una espe-
en tanto la nueva realidad le presio- cie de licuadora de varias velocida-
naba para que aprendiera y asumiera des, la figura del individuo vigorizada
responsabilidades a título personal. con tendencias y posturas doctrinales
exaltantes de la libertad, la autonomía
Por ello varios de los clásicos o padres y la dignidad (Lukes, 1975), es quien
de la sociología, aunque desde pers- entra a asumir la comandancia en lo
pectivas paradigmáticas diferentes, que a decisiones, determinaciones y
coinciden en reconocer que el indi- autodeterminaciones frente a su vida
vidualismo como consecuencia de la se refiere; es el individuo en su per-
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A todas esas, hay que advertir otra Así pues, individuación y subjetiva-
cosa, y es que la visivilización y re- ción son dos aspectos contradictoria-
conocimiento del individuo por parte mente indisolubles aunque no mar-
de la sociedad lleva implícito otro ele- chen en la práctica al mismo ritmo; y
mento que consustancialmente puja todo porque legislar a favor del indi-
porque también se le reconozca; ese viduo, cuando se hace, y de acuerdo
otro elemento o componente inheren- a la sociedad, no significa que nece-
te a la condición del individuo es la sariamente se recepten y operacio-
subjetivación, quien a su vez tiende a nalicen automáticamente sus sentires
ser comprimida por los dos cotiledo- acorde con la norma que se apruebe.
nes de la cosa pública: la civilidad que Son dos procesos que emanaron el
inexorablemente actúa reconociendo, uno y el otro en el marco de la pri-
cuestionando, juzgando e incluso ne- mera y segunda modernidad pero
gando la diversidad, la diferencia u cuya maduración y nitidez se mues-
otredad, y lo político-administrativo tra desigual entre una y otra sociedad,
quien tiene la responsabilidad del máxime cuando el esquema analítico
direccionamiento del proceso en su de la modernidad/posmodernidad no
conjunto. siempre resulta extrapolable.
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muestran los aparatos y los hilos del taba al hombre, al género masculino,
poder en relación con el estado de di- aunque no a todos los hombres o a
cho proceso calificado por Lipovestky cualquier clase de hombre, así de sen-
como el ‘proceso de personalización’. cillo.
Varios son los factores que resultan La modernidad al igual que el capita-
comprometidos en el asunto, alrede- lismo nace en Europa, siendo la pri-
dor de los cuales intentaremos algunas mera un ensamble de ideas y actitudes
aproximaciones, esas aproximaciones que a manera de sortilegio capturaron
están relacionados con: primero, la el sentir de las nuevas mentalidades
responsabilidad que le cabe al pasa- para de paso arrastrar e impulsar la
do pre-republicano de acuerdo con el materialización del segundo vocablo,
delineamiento que aquella sociedad el sistema capitalista. La modernidad
(léase régimen colonial) hizo del indi- nace, primero como aventura y como
viduo; segundo, con el atornillamien- desencanto e impulso de contra-mo-
to de un Estado que se fuerza por ser notonía frente al orden recibido (Le-
moderno pero que las perturbaciones chner, 1991); pero, muy pronto aquel
de una anomia generalizada y el ac- aletargamiento terminó convirtién-
cionar de una violencia compulsiva dose en una pasión desenfrenada por
de todo tipo terminan confabulándose la búsqueda y el aseguramiento de lo
en contra de las libertades individua- novedoso y que fuera susceptible de
les y de un Estado de Derecho; a ello aprovechamiento y de intercambio
se agrega la pugna que reina entre las generador de riqueza.
tendencias que buscan legitimar ex-
presiones del mundo social otrora Así pues, si el despegue de la moder-
desvirtuadas totalmente en su existir, nidad fue un puro y simple estado de
y el contrapeso cultural que se resiste somnolencia en el que la gente “an-
con fiereza a darle paso a esas nuevas daba a tientas, sin entender lo que les
realidades. afectaba” muy pronto el solo hecho
de andar, o mejor, de atreverse a an-
4. Modernidad y colonialidad: ex- dar en aquel momento termina con-
traño maridaje en el que se inicia virtiéndose en un síntoma consciente
la individuación exclusivamente del de que el mundo estaba alterándose.
hombre colombiano Que detrás del espíritu aventurero que
había empezado a bullir en el hombre
Así claramente; el título del aparte no renacentista y post-renacentista, tam-
es un exclusor de género diferente al bién estaban en él las motivaciones de
masculino; sencillamente, y a tono rapiña, conquista, sometimiento y su-
con el discurrir histórico, para aquel bordinación a todo cuanto se encon-
momento solo se hablaba y se etique- trara a su paso y que se interpusiera en
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del sistema capitalista, existen ex- sonas y alcanzar, por ejemplo, el de-
presiones concretas respecto al naci- recho a la ciudadanía.
miento y desarrollo de este sistema
que, además de corresponderse con el Una de esas realidades histórico-
concepto de formaciones sociales, a sociales subregionales de la Améri-
nuestro juicio tipifican realidades his- ca Latina colonial fue Colombia; en
tórico-sociales o histórico-naturales, ella el capitalismo poco a poco hizo
como les llamara, lo suficientemente su engendro, en principio poco nota-
extensas territorialmente hablando, ble frente a la estructura de corte se-
aunque clasificables como regionales ñorial, pero sí valiéndose de los más
y subregiones, previas al surgimiento extraños y mutantes mecanismos de
de los llamados Estados Nacionales reproducción económico-social. En-
latinoamericanos. tre esos mecanismos cabe destacarse
el de habérsele hecho eco en toda la
Eso quiere decir, si asumimos de región a ciertos principios básicos de
acuerdo con Fals Borda (1979) que, la modernidad y más específicamente
“una formación social puede estudiar- de la Ilustración y de las conquistas
se como una interacción de regiones de la Revolución Francesa en lo que
vinculadas histórica y políticamen- respecta a la exaltación del indivi-
te,… que no conviene parcelar exce- duo; no obstante, lo paradójico del
sivamente el espacio para producir asunto fue la forma como se pudo
visiones microsociales, y a lo que amoldar lo dicho en el contexto de la
más pudiera justificadamente aspi- colonialidad donde lo que más desco-
rarse sería a plantear subregiones”, lló fue la negación de este, del indi-
etc., entonces en el contexto histórico viduo.
de la colonialidad, la América Latina
colonial vino a ser una formación so- La individuación, que a pesar de su
cial o interacción de regiones cuyos estrecha relación no es equivalente
vínculos histórica y políticamente ha- a individualización, es una conquis-
blando fueron: la estructura del poder ta que se ha ido logrando por partes,
colonial; la enajenación obligada de siendo cada sociedad y las fuerzas
la condición y la dignidad humana de que la mueven testigo de sí. Esa con-
quienes socialmente se encontraban quista es comparable y considerable
más allá del límite, o de la frontera como el pasaporte del individuo mo-
bajo cero (como se verá en su mo- derno, no sé si para el caso nuestro
mento); la dificultad histórica que las de la primera o segunda modernidad,
víctimas de esa condición por siglos porque de acuerdo con Callinicos
tuvieron que enfrentar; y, la disimili- (1993), eso de “la postmodernidad es
tud entre una y otras constelaciones una construcción meramente teóri-
sociales para visibilizarse como per- ca,… un síntoma del talante actual de
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Así pues, una cosa es pensar en abs- Un primer hecho histórico de la disi-
tracto sobre el proceso histórico de militud y tortuosidad empieza por la
reconocimiento del individuo en Co- forma como algunas franjas sociales
lombia, y otra cuando se examina y lograron el reconocimiento, prime-
se identifica de cerca la existencia de ro de la condición de ser persona, y
franjas sociales de primera, segunda y luego de acceder a la movilidad so-
tercera categoría, para las cuales di- cial primaria en materia de derechos,
cho reconocimiento también fue lle- la ciudadanía. El obstáculo principal
gando gradualmente. provenía de la tipología humana que
en tiempos de la Colonia los virrei-
5. Del reconocimiento de la ciuda- natos españoles impusieron en estas
danía colombiana: proceso disímil tierras. Como es sabido, durante la
y discontinuo Colonia la composición social de lo
que fue el territorio que posteriormen-
Los derechos civiles, políticos y so- te derivó en la Colombia republicana,
tuvo una estructura social tan rígida
ciales del hombre y la mujer en aque-
que, ideológica y de manera actuan-
llas sociedades que así lo tienen esta-
te se tenía establecido el sistema de
blecido, son el referente básico que
castas para aquellas constelaciones
garantiza que efectivamente dichas
sociales excluidas de reconocimiento
sociedades miran hacia el individuo y
social (Colmenares, 1982); se trata-
las personas que las constituyen. Pero
ba de una línea de demarcación tipo
ello, además de ser un proceso un tan-
frontera cero, límite ese a partir del
to sinuoso, es disímil y discontinuo cual quienes lo traspasaban, es decir,
pues entre una y otra sociedad existen quienes hacían parte del extra-muro
trayectorias diferenciales en razón a social, caían o hacían parte del plano
las particularidades históricas, socia- de lo “humanoide”, aún cuando las le-
les, políticas y culturales que le son yes del virreinato no lo establecieran
propias. taxativamente en esos términos.
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za de novedad, y otras que por la en- Sin embargo, un hecho que plantea
tereza identitaria apenas se están atre- la discusión es si las emociones y los
viendo a enfrentarse al mundo que les hilos afectivos entre personas en el
mantuvo en la subterraniedad, conti- sentido maffesoliano, siempre apun-
núen formando lazos comunitarios y tan a la ascendencia de la condición
ejerciendo el derecho de expresarse a de estas; si la persona maffesoliana es
unívoca, o si por el contrario existen
través de movimientos sociales.
personas-tipo y comunidades-tipo.
La invocación de lazos comunitarios
Así mismo creemos que también
como alternativa de defensa de las existe un sabor no identificado en el
individualidades y las subjetividades contraste maffesoliano individuo-per-
en una sociedad como la colombiana, sona, o mejor, en la propuesta sustitu-
pone de relieve el hecho de que esta tiva del individuo por la persona; ese
no es enteramente una sociedad indi- sabor no identificado está en el hecho
vidualista a ultranza, pues en medio de que no es posible sustentar teóri-
de las perturbaciones que hemos ve- camente un estado de vaciamiento
nido destacando, la constante que in- total de lo social en el individuo, que
duce a establecer generalizaciones es: no existen los bunker herméticamente
cerrados y sellados respecto a lo so-
Somos una sociedad que por el he- cial y con un único contenido, el in-
dividuo quien libre y voluntariamente
cho de ser poli y multiculturalista,
así lo decidió.
en ella se impone la diferenciación;
pero así mismo, somos una sociedad Por consiguiente, no hay por qué in-
poseída por una fuerza integradora sistir en el pleonasmo del individuo
cuyos ingredientes cohesionantes son social ni en el esquema dicotómico
los afectos, las emociones empáticas individuo-persona hasta tanto no se
de contexto y la necesidad de calor esclarezca la gradualidad que cree-
humano que se da entre las personas mos existe a partir de la persona-tipo
aunque sea para al poco momento y de la comunidad-tipo.
agredirse entre sí. O sea, priman las
grupalidades cualesquiera sean las de- Referencias bibliográficas
signaciones que se les den de acuerdo
a los contextos sociales y culturales Berman, M. (1995). Brindis por
la Modernidad. Casullo, Nicolás
o rangos de edades, queriendo decir
(comp). El debate Modernidad/Post-
con ello que, a propósito de las eda-
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Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 29 • Ene-Jun 2017 • 159-182
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