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Tendencias y dilemas de la individuación

y la subjetivación en Colombia*
Trends and dilemmas of individuation
And subjectivation in Colombia
Rogelio A. Hernández López1
Universidad del Atlántico

DOI: http://dx.doi.org/10.15648/am.29.2017.11

RESUMEN
El punto de partida de la reflexión es la puesta en escena y en entredicho de las respuestas clásicas
a la pregunta, qué es, o qué estudia la sociología; reflexión que tiene como fundamento el tímido
reconocimiento que los clásicos le dieron al individuo como elemento configurativo expreso del
objeto de estudio de la disciplina. Con ello, y previo rastreo de ciertas expresiones conductua-
les que fundamentan la pertinencia del contemporáneo análisis sociológico del individuo, se pone
de relieve el sentido de lo que hoy se entiende por individuación y subjetivación, construcciones
conceptuales, resultado del proceso de maduración de la sociología en lo que a la captación y ca-
racterización de las mutaciones sociales se refiere. Así mismo, y posterior a ciertos lineamientos
y fundamentos epistemológicos que asumimos son propios de las microsociologías entre ellas la
sociología del individuo, se entra a analizar el cómo se da el juego aplicativo de este enfoque para
luego entrar en la disquisición de lo que llamamos el extraño maridaje entre modernidad y colo-
nialidad, y su incidencia como razón histórica del por qué la individuación en sociedades como
la colombiana se ha dado en forma estratificada y con disimilitudes temporales, caso concreto, el
reconocimiento de la ciudadanía.
Palabras clave: Individuación, Subjetivación, Coberturas actuacionales, Colonialidad, Pluripers-
pectivismo sociológico.
ABSTRACT
The beginning of the reflection is the staging and interdicting of the classic answers to the ques-
tion, what is, or what the sociology studies. This reflection has as a base the tiny recognition that
the classics gave to the man as a configurative element of the subject of the discipline. Therefore,
and previous tracking of some behavioral expressions that put the basis of the relevance of con-
temporary sociological analysis of the individual to emphasize the sense of what is now known as
individualization and subjectivation; these conceptual constructions are the result of the maturation
process of sociology regarding to collect and characterization of social changes. In this way, and
after some guidelines and epistemological basis that we assume as own and specific of the micro-
sociology including the sociology of the individual, it is analyzed how is the applicative roll of this
approach and then we have to discuss the strange marriage between modernity and colonialism
and its incidence as a historical reason and why the individualization in societies as the Colombian
one has happened in a stratified way and in different times, for example, the specific case of the
recognition of the citizenship.
Keywords:

Recibido: 14 de junio de 2016 Aceptado: 16 de septiembre de 2016


* La idea central del presente texto, aquí revisado y complementado sustancialmente, fue presentada en el
GT17, “pensamiento latinoamericano y teoría social” del XXIX Congreso Latinoamericano de Sociología
(ALAS, Chile) en Santiago de Chile en el 2013
1 Profesor asociado, Programa de Sociología, Universidad del Atlántico

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1. De la sociología a las sociologias, en cuanto a extensión se refiere pero,


entre ellas la sociología del individuo desafortunadamente con escasos de-
dos de profundidad”.
Una de las contribuciones a nuestro
juicio más importantes que le hiciera Si bien este fue un llamado que en su
Gonzalo Cataño a las generaciones de momento iba dirigido básicamente al
sociólogos y sociólogas venideras de lego, es decir, a todo aquel o aque-
Colombia, y por qué no de cualquier lla que se iniciara en el estudio de la
otra nacionalidad que le llegasen a disciplina, ya sea de manera formal e
consultar, es el llamado que nos hace institucional o como autodidactas, sin
a que valoremos en su justa dimen- embargo, ese llamado, si lo activamos
sión los manuales de sociología como en su máxima vitalidad, seguramente
fuentes de consulta, esto es, que se les caemos en cuenta que la invitación
reconozca su importancia y utilidad compromete al lego pero también al
pero, que a su vez se tengan en cuen- que se encuentra por encima de éste,
ta los riesgos que se corren cuando la pues a fin de cuentas la vieja discu-
valoración es ingenua, acrítica y ex- sión acerca del objeto de la sociología
cesiva (Cataño, 1995, p.119-124). El pareciera reencaucharse a tal punto
pálpito me dice que esa recomenda- que, definitivamente y de manera in-
ción termina siendo pertinente para disciplinada tenemos que admitir que
todas las disciplinas científicas. seguimos sin saber responder con se-
guridad a la pregunta qué es, o qué
La advertencia está en no caer en la estudia la sociología.
trampa de pensar que los manuales
son fuentes de suficiencia plena para En cualquier manual de sociología
el lleno del conocimiento buscado; es dado encontrar como definición
de que podamos cavilar en cuanto de esta, repertorios que dicen que es
sea posible respecto a las apretadas la ciencia que estudia de manera ob-
consideraciones con las que siempre jetiva, metódica y sistemática, las
empiezan haciendo referencia estos conductas o los comportamientos que
libros sobre el objeto de la sociolo- motivan la vida grupal; que la socio-
gía y la diversidad de temáticas que logía establece sus fronteras con las
pretenden abarcar. En otras palabras, demás Ciencias Sociales entre ellas
que los manuales apuntan a ser, al la psicología en tanto ella, la sociolo-
decir del historiador Milton Zambra- gía, centra su atención en el grupo, en
no cuando se refiere a las ciencias y la masa o el pelotón, mientras que la
a las ventajas de la especialización psicología lo hace en el mundo inte-
de estas siempre que no se cercene rior de cada quien. Pero si bien esta
la integralidad del campo u objeto de es la perspectiva positivista y neopo-
estudio, “una especie de inmenso mar sitivista clásica de la cual Durkheim

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fue la figura descollante, sin embargo, esos dos colosos, Weber y Durkheim,
de esa y cualquier otra clasificación en el extremo del tinglado en el senti-
los manuales se cuidan esclarecerlas, do de que el uno representaría al ho-
situación que se constituye en una lismo, es decir, a las emergencias* que
trampa para el principiante hasta el emanan de lo macro, y el otro, o sea
momento inherente a ellos, a la natu- Weber, a la acción, que consecuente
raleza de los manuales. y socialmente produce el individuo,
sin embargo, en lo que poco se hace
Las fronteras entre lo “psico” y lo claridad es en el hecho de que en me-
“socio”, para referirnos al besuqueo dio de las antinomias paradigmáticas
que por momentos se produce entre representadas por los dos pensadores,
las dos disciplinas que se derivan de creemos que no existen en el fondo
ambos prefijos, entraron a ser difusas, oposiciones absolutamente irrecon-
o mejor, a quedar en entredicho desde ciliables entre los mismos, al menos
el mismo momento en que otro de los por el lado de Weber, pues el princi-
colosos de la sociología como lo es pio conceptual que él establece como
Weber, sembró la discordia paradig- objeto de la sociología así lo deja en-
mática al sostener de manera tajante trever cuando dice: “Debe entenderse
y contundentemente que el objeto de por sociología una ciencia que preten-
la misma es, antes que nada, la acción de entender, interpretándola, la acción
social, y esta por naturaleza social es social para de esa manera explicarla
propia del individuo. causalmente en su desarrollo y efec-
tos”. Ese principio admite y destaca
Ese “es, antes que nada”, una tabla de el imperativo de comprender el subs-
salvación que a nuestro juicio intro- trato de lo microsocial, el individuo,
duce Weber, la cual permite mediar y incluso en estado de aislamiento físi-
a su vez transitar entre tres instancias co pero actuando en conexión mental
del análisis sociológico al parecer
poco legitimadas por las teorías con-
temporáneas; son ellas: la unicidad * Porque “el todo no es idéntico a la suma de
analítica per se que viene a ser el indi- sus partes, [las emergencias] son esa consub-
stancialidad social, esa alguna otra cosa cuyas
viduo o la persona, la unidad analítica propiedades difieren de las que presentan las
partes de las que está compuesta”. A pesar de
intermedia, esto es, los micromundos que el paradigma durkheimiano exige para la
o los microsistemas y, el colectivo de identificación y captura de las emergencias,
las características de la coerción, la exterio-
largo alcance, la masa. ridad, la independencia y la generalidad, des-
de la perspectiva incluso del individualismo
metodológico es susceptible hablar de emer-
Lo que queremos decir con ello es gencias cuando “la interacción de las partes
produce efectos o un estado cuyas propiedades
que, aún cuando las interpretaciones no se producirían sin esa interacción, lo cual no
e inferencias dominantes sobre la so- requiere de “ninguna otra cosa” que de las par-
tes individuales y sus relaciones, expresadas de
ciología clásica colocan a cada uno de forma inteligible” .

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con otros u otras*; así mismo, también cuenta de la realidad. Dicho de otra
reconoce la búsqueda de la explica- manera, así como la sociología esce-
ción causal de largo alcance a partir nifica intervenciones “invasivas” para
de la construcción de lo que él llamara por momentos traspasar sus linderos
tipos ideales. al hacer y demostrar que el individuo
es un ente sociológico siempre que
Pero Weber no se cierra ortodoxamen- sus conductas, más allá de su indi-
te de banda sobre el punto del cómo vidualización per se, están tocadas
proceder para conocer la realidad o afectadas por el pensar y el actuar
social, a tal punto de que podemos del otro u otra y viceversa, también la
encontrar en su clásica obra una con- misma sociología, con legitimidad y
tundente afirmación al parecer poco entera satisfacción se regodea cuan-
explotada y que dice: “Ahora bien, la do constata que el conglomerado a
captación de la conexión de sentido estudiar, aunque delimitado, termina
de la acción es cabalmente el objeto siendo relativamente magnánimo en
de la sociología (tal como aquí la en- su tamaño.
tendemos; y también de la historia).
…[sin embargo], … a pesar de esto, la Esa significativa opción que sin aspa-
sociología no puede ignorar, aun para viento nos ofrece Weber, en el sentido
sus propios fines, aquellas estructuras de ser subrepticiamente incluyente
conceptuales de naturaleza colectiva con otras perspectivas paradigmáticas
que son instrumento de otras maneras sin abandonar la defensa de la que él
de enfrentarse con la realidad” (We- con fiereza legitima, es otro de los le-
ber, 1984, p.12). gados de este pensador social que lo
convierte a nuestro juicio en un ver-
O sea, así como la acción social es el dadero mediador entre lo micro y lo
evento primario para que se objetive macro, aunque esta no haya sido la
la reflexión y el análisis sociológico imagen que se ha vendido. Lo cierto
comprensivo, también, y desde otras es que, al perder el funcionalismo-es-
perspectivas metodológicas (es nues- tructural el reinado hegemónico que
tra inferencia), pueden resultar plau- mantuvo incólume hasta los años 60,
sibles otros caminos acompañados y fue su “desaliñada” y para el momen-
guiados por la elaboración de otros to ilegítima propuesta paradigmática
constructos teóricos que también den que al ser desempolvada dio pie para
el surgimiento de las microsociolo-
gías, entre ellas la sociología del indi-
* El individuo o la persona está sociológicamente
conectado con otra u otras personas, o sea, realiza viduo (Martuccelli, 2012).
acción social cuando desde su alcoba y a puerta
cerrada se acicala acomodándose la corbata o
el rubor, si es mujer, de tal suerte que al salir Y a propósito de lo antes dicho con
quienes le observen se formen la impresión que
él o ella esperan. respecto a los manuales, son estas so-

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ciologías micro las que nos han pues- consultarlos con la consciencia de
to en aprieto o nos ponen a gaguear que tienen sus limitaciones, también
cundo al pretender definir qué es o advertirán de que estos, al igual que
qué estudia la sociología, acudimos a los clásicos de la sociología, hay
ingenuamente a cualquier manual en que situarlos en su contexto históri-
busca de su respuesta. co para de esa manera y con sentido
crítico poder valorarlos en su justa
Ante circunstancias como estas, ¿qué dimensión. Por último, lo más reco-
hacer entonces con los manuales si mendable sería, si es que estamos de
por lo general ellos no son dados a acuerdo con lo dicho, decirle a esos
hablar de las sociologías sino de la estudiantes con la debida sustentación
sociología a secas?; ¿qué hacer ante que ellos esperan, que la sociología
la posibilidad, plausible y por demás en su desarrollo ha mostrado ser una
casi que inevitable, de que de entrada disciplina pluriperspectivista teórica
un estudiante novel pero inquieto y y metodológicamente hablando, en
acucioso, nos reciba con la pregunta respuesta al condicionamiento que le
que en este caso menos agrado causa, ha impuesto la compleja dinámica del
cual es, qué es o qué estudia la socio- mundo contemporáneo.
logía?
2. El individuo como ente sociológico
Con respecto a esta última pregunta,
en principio puede que sucedan dos La figura del sujeto particular, para-
cosas; si el profesor o la profesora fraseando a Heller (1977), o si pre-
son tan noveles como su estudiante fiere del individuo ha ido emergiendo
aunque menos cuestionadores, segu- con fiereza y como un imperativo del
ramente responderán invocando la mundo contemporáneo, aun cuando
primera definición que les venga a las mutaciones históricas en cuanto
la mano, en este caso tomada preci- al reconocimiento de éste no tenga la
samente del manual que tienen como misma rítmica para todas las socieda-
ayuda. Pero, si dicho profesor o pro- des. Así pues, porque las rítmicas en
fesora son del conocimiento de que la cuanto al proceso de individuación
sociología en su desarrollo se ha del- se refiere son disímiles en razón a las
tanizado, es decir, se ha pluralizado características mismas de las socie-
en perspectivas y que por consiguien- dades, entendiéndose por aquello, es
te ese deltanismo no debe ser enten- decir, por individuación de acuerdo
dido como un síntoma de fragilidad, con Girola (2005), “el proceso histó-
posiblemente dichos educadores se rico de reconocimiento social al valor
tornen dubitativos y prudentes al dar de la persona y al derecho a la cons-
la respuesta; posiblemente, además titución de una identidad personal”, y
de advertir que los manuales hay que porque ello trae sus efectos en tanto

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el achicamiento del mundo, producto témico, ya sea porque el cumpli-


de la revolución en materia de comu- miento del rol resulte ser un campo
nicaciones termina profanando los que contribuye a que el individuo
secretismos, por ello precisamente las se reproduzca y se yerga en cuanto
sociologías contemporáneas se la jue- tal.
gan contributiva y colaborativamente • El cumplimiento del rol por parte
con la postura clásico-instrumental del individuo no es una motiva-
aun cuando ambos cuerpos episté- ción o convicción prístina frente a
micos se sustenten cada quien en sus la pauta. En la motivación para el
propios principios epistemológicos. cumplimiento del rol suelen estar
en juego, según las circunstancias,
Algunos de esos principios epistemo- intereses habilidosamente prag-
lógicos en el caso de las microsocio- máticos y por consiguiente ajenos
logías, entre ellas la sociología del a impulsos gustosos.
individuo son: • Las microsociologías trabajan en
• El individuo en su unicidad y sin- equipo e intermitentemente acom-
gularidad es un ente sociológico pasadas, además de contribuir co-
porque, al ser la sociedad quien laborativamente con los análisis
lo etiqueta en cuanto tal, su indi- apostados en estructuras concep-
vidualidad se esculpe en tanto in- tuales macrosociales.
teractúa con los demás, situación • El trabajo en equipo de las micro-
esta que inevitablemente segrega sociologías se debe a que en todo
emergencias que trascienden lo in- contexto que les concierna siempre
trospectivo de la unicidad. están en juego situaciones de senti-
• La unicidad del individuo es un do y de significados mentados que
substrato natural amorfo e inocuo los actores le asignan a lo que les
hasta tanto no le sobreviene a este interesa o desinteresa; los sentidos
el soplo de divinidad social; solo y significados mentados suelen ser
así es cuando emana con firme- expresados por lenguajes directos
za la figura del individuo propia- o simbólicos (verbales, corporales,
mente dicha; solo así aparece y se gesticulares, imágenes, etc.), pero
configura la figura del yo, el “yo también a través de medios como
social”. el ambiente, los códigos culturales
• El individuo en su particularidad así como por la definición de la si-
está inevitablemente ligado a las tuación que prime en el asunto.
estructuras que le atañen, ya sea • El individuo en su acción social
que estas se tornen inteligente- nunca pierde su subjetividad y
mente seductoras para que en su tampoco esta es necesariamen-
libertad de acción termine siendo te lineal y fielmente consecuente
consecuente con el engranaje sis- con las condiciones materiales en

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las que se desenvuelve el actor. anastomosadas que terminan siendo


Así pues, en la hermenéutica de de inevitable interés para las microso-
Bourdeau, el lugar en la estructura ciologías.
social (posición social) no condu-
ce irrestrictamente a una interio- Son estos presupuestos la plataforma
rización en línea de ‘valores de epistémica mínima en los que se sus-
clase’ (toma de posición, habitus) tenta particularmente la sociología del
y consecuencialmente a actuar en individuo, atendiendo sin embargo al
refrendación con la ecuación o la hecho de que ello se vería empírica-
cascada referida (disposición). mente constatado según sea la visi-
bilización de este en la sociedad a la
Quiere decir entonces que el indivi- cual pertenece.
duo dispone entre otros escenarios de
ámbitos, de márgenes o de coberturas El caso es que las microsociologías
actuacionales que no necesariamente destacando la sociología del individuo
estarían determinadas por la estructu- son, paradójicamente, una muestra de
ra o por la posición que ocupe en ella; adultez de la libertad de acción y del
márgenes de iniciativa individuales empoderamiento que ha alcanzado la
que aunque orilleras o “insustancia- disciplina; es decir, son opciones en-
les” a primera vista frente al poder de riquecedoras para el logro del acerca-
la estructura, crean escenarios socio- miento y del entendimiento compren-
lógicos disruptivos y en consecuencia sivo del cada vez más abigarrado y
no abordables desde los parámetros complejo mundo social, mundo este
epistemológicos influyentes de la so- que terminó por hacer del monismo
ciología en su nacimiento. metodológico un chiste insulso.

Esos márgenes o coberturas actuacio- Al decir que son paradójicamente


nales que en el contexto de la liber- una muestra de adultez nos referi-
tad de acción de acuerdo con Rivera mos al hecho de que, a diferencia,
(1995), las hemos identificado como por ejemplo, de ciertas tendencias
franjas conductuales del prurito au- socio-religiosas como el protestantis-
tónomo individual, no solo influyen mo contemporáneo que a pesar de su
en las relaciones y actuaciones del ac- expansión en regiones como América
tor con respecto a su álter-ego, sino Latina, su infra-institucionalidad es
que, y en la medida que conserven la notable, a juzgar por la proclividad al
autonomía que les identifica, unas y fraccionamiento o aparición de sub-
otras van formando imperceptible- corrientes, fenómeno este al que he-
mente plexos conductuales de ma- mos llamado deltanismo religioso, las
yor visibilidad, algo así como redes microsociologías por el contrario son
comportamentales individuales pero una consecuencia como ya se dijo del

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abigarrado mundo social que impone a cabo en Mompox*, su autor pudo


por la naturaleza de sus lógicas, múl- identificar entre otros aspectos que,
tiples miradas. Es esa multiplicidad todos los miembros de aquella pobla-
de miradas lo que llamamos en la óp- ción asumen que las y los jóvenes de
tica de Ortega y Gasset pluriperspec- la cabecera municipal y de veredas
tivismo sociológico, el cual, lejos de circunvecinas, son devotos(as) y fie-
reflejar debilidad, por el contrario lo les seguidores(as) de la fervorosidad
entendemos como muestra de mayo- religiosa que matiza la cotidianidad
ría de edad en cuanto a que, reconocer de ese pueblo, siendo los días de la
las “verdades” son solo aproximacio- Semana Mayor en el mundo cristiano,
nes que además de transitorias están la fecha más álgida de aquella cele-
sujetas a reconocimiento pero desde bración. Sin embargo, para esos jóve-
el ángulo o perspectiva desde donde nes, hombres y mujeres, aquella fer-
se mire la realidad. El caso es que las vorosidad según el autor del estudio,
múltiples miradas que dan cuenta de no es más que un juego simulado de
esas también múltiples perspectivas, sentido y de significado religioso; una
siempre están puestas sobre un mis- mascarada o estrategia goffmaniana,
mo objetivo, la realidad social que en palabras de Martucceli (2012), del
además de preciarse de cambiante, no espíritu juvenil de aquella municipali-
se deja capturar por un solo y único dad para hacer creer a los adultos de
enfoque. su devoción siendo que lo buscan es
satisfacer sus fantasías juveniles que
Una muestra a manera de ilustración van más allá de las creencias.
empírica de esas franjas, pero tam-
bién de que el cumplimiento de roles La habilidosa estrategia consiste pri-
no es el resultado de una obediencia mero que todo, y ese es el paso inicial,
magnánima, puede ser el relato de en buscar cómo engranarse la mayor
la experiencia investigativa que sis- parte del año en todas las activida-
tematizó un egresado del Programa des que la iglesia Católica programa,
de Sociología de la Universidad del máxime si se tiene en cuenta que la
Atlántico. cotidianidad, como ya se dijo, y en
general la vida social de Mompox gira
Recientemente, hablo del año 2013, teleológica y cíclicamente en función
un egresado de Sociología de la Uni- de la preparación y realización de
versidad del Atlántico, presentó su
monografía de grado bajo el título
“Las representaciones sociales de los * Mompox, población ubicada a la orilla del Rio
Magdalena, fundada en 1537 y quien fuera
jóvenes en sus prácticas religiosas puerto fluvial obligado durante la Colonia, por
de Semana Santa en el municipio de su Arquitectura y su Tradición Religiosa fue
declarada por la Unesco en 1995, Patrimonio
Mompox”. En dicho trabajo, llevado Histórico y Cultural de la Humanidad.

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las actividades festivo-religiosas de dualidad, ingenio y habilidad; cada


la Semana Santa. Mompox es Patri- quien busca implementar sus propios
monio Histórico y Cultural de la Hu- impulsos, esto es, sus propias más-
manidad por su arquitectura colonial caras, de tal suerte que puedan im-
y por el arraigo hegemónico que los presionar a la jerarquía religiosa del
dominicos aún mantienen. poblado y ser incluidos e incluidas en
los actos ceremoniales.
Ese engranaje les permite sobre todo
a los y las jóvenes más habilidosos y Lograda la primera parte del trabajo
habilidosas hacerse notar ante los do- en su espléndida teatralidad, los jóve-
minicos para que los y las hagan partí- nes y en sentido estricto cada joven en
cipes de los actos litúrgicos y ceremo- particular, activa de nuevo su artille-
niales más significativos de esos días. ría para pasar a la segunda ronda, que
Pero según el autor de la monografía, viene a ser el acto de exhibirse públi-
los jóvenes, hombres y mujeres, no camente en los desfiles y rituales que
actúan por convicción excelsa de sus sean requeridos y en los cuales aspi-
creencias; lo hacen fundamentalmen- ran poder objetivarse.
te para capitalizar imagen social y por
galantería y devaneo juvenil. Esos Así pues, mientras el párroco y su
dos tipos de gratificación social laica equipo están convencidos que el tra-
se miden en el reconocimiento hono- bajo evangelizador que realizan con
rífico y supraclasista que los jóvenes los jóvenes es doctrinalmente todo
esperan recibir de quienes les obser- un éxito, a juzgar por el interés que
van en los desfiles y demás espacios muestran por los actos ceremoniales,
de alta significación simbólica, y, en por su parte ellos y ellas, individual
la posibilidad de los varones poder y grupalmente y aplicando un refrán
mostrarse como sujetos de galanteo campesino que en la región lo recitan
ante las jovencitas a quienes buscan y diciendo, “una cosa piensa el burro
aspiran impresionar. y otra quien lo va arriando”, silen-
ciosamente están construyendo otra
Las acciones de esos jóvenes parece- realidad, es decir, su propia realidad
rían ser grupales y en aparente repre- pero sobre una cimentación que no les
sentación de su segmento social pero, pertenece.
por ser una competencia de varios ni-
veles, entre ellos el social, nivel este Ahora bien, ciertamente la actitud y
que por cierto aparece pañetado o en- las mascaradas acciones de los y las
cubierto con las cualidades personales jóvenes no son una total mentira pues
y actitudinales de los y las actoras y ellos dicen ser religiosos aparte de
sus familias, cada uno de ellos y ellas mostrarse respetuosos y respetuosas
tiene que jugársela desde su indivi- con el juego simbólico en cuestión.

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Lo otro es que en aras de exhalar que comúnmente nos suministran los


sus motivaciones y prédicas propias manuales acerca de la pregunta, qué
del mundo juvenil, las y los actores es, o qué estudia la sociología.
acuden y habilidosamente cooptan y
ponen en función de lo suyo lo que Y es que la pregunta se vuelve todo un
la realidad social les suministra. Eso complique cuando, al entrar a analizar
permite inferir que, el sentido menta- las acciones y actuaciones del indivi-
do que los y las jóvenes le imprimen duo, e incluso de la ‘persona’ en su en-
a la parafernálica semana es bastante jambre tribal, para irnos aproximando
ajeno a las nítidas irradiaciones que a Maffesoli (1990), nos encontramos
la hegemónica institución pretende con que buena parte de esas acciones
difundir. y actuaciones contienen, aunque in-
fluidas por el mundo exterior, toques
Ahora bien, ¿está la estructura o el y partituras pletóricas de autonomía
hecho social durkheimiano presente respecto al grupo, o a la ‘tribu’ si se
en el hallazgo antes descrito? Pensa- prefiere; esos toques y partituras de
mos que sí, toda vez que el referen- autonomía se constituyen en nodos
te de esos jóvenes son la familia y la tributarios del tejido social, en falan-
iglesia Católica con sus marcos de ges que aunque poco protuberantes
introyección en la vida social y cul- frente al actuar social, de todas ma-
tural del poblado; así mismo, en esa neras presionan para que el individuo
búsqueda del reconocimiento social o la ‘persona’ sean reconocidos como
está presente la coerción, la presión y entes u objetos sociológicos.
la fuerza que ejerce sobre ellos y ellas
el mundo cultural que les vio nacer y 3. Individuación y subjetivación:
que se encargó de moldearlos como elementos consustanciales pero
seguidores o creyentes católicos. contradictorios en su concreción

Sin embargo, cada uno de ellos y ellas Uno de los reconocimientos primarios
disponen, cultivan, crean y re-crean que los analistas de ese megaproyecto
sus propias iniciativas y habilidades societal etiquetado como la moderni-
con las que afirman la impronta que dad, le hicieron a las características y
les permite darse a conocer; cada uno a la naturaleza de dicho proyecto, fue
de ellos y ellas delimita y echa de la emergencia o la eclosión que con-
mano esos plexos actuacionales, esas secuencialmente se dio alrededor de
‘franjas conductuales del prurito au- la figura del individuo, aún cuando la
tónomo individual’ que les permite, materialización de esa nueva realidad
además de mascarar buena parte de en escenarios concretos conocidos
sus comportamientos, poner en en- como sociedades modernas, se haya
tredicho la solidez de las definiciones producido en tiempos disímiles. Del

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individuo ciertamente, como ente en división social del trabajo fueron dos
su unicidad, se tiene noticia desde los de los indicadores de que las socieda-
tiempos más gregarios del cristianis- des estaban cambiando y que en su
mo; sin embargo, el rostro pleno de diferenciación requerían de nombres
este ente social solo se vino a vislum- acordes: sociedad moderna, lo nuevo,
brar en la sociedad moderna. y sociedad tradicional, lo viejo, lo an-
clado en el pasado, en lo repetitivo, en
Si en las sociedades pre-modernas o la tradición.
tradicionales la vida social era lacó-
nicamente homogénea y simple en Si en el pasado nada parecía que pa-
razón a que las actividades eran poco saba porque la tradición hacía del
diversificadas, y porque también las trasegar de la vida un congelado so-
creencias y valores anastomasadas cial, la sensación del torbellino que el
entre sí, eran quienes a su vez defi- imaginario Saint-Preux experimenta
nían la arquitectura de la comunidad, en “La nueva Eloísa” de Rousseau
por su parte las sociedades modernas (Berman, 1995), es la muestra de que,
vinieron a ser aquellas sociedades en palabras del Ilustrado, “un choque
donde la diversificación de las activi- perpetuo entre grupos y facciones, un
dades productivas, la rítmica intensa permanente flujo y reflujo de prejui-
del intercambio, la aparición de nue- cios y opiniones en conflicto” está en
vas costumbres y valores (sociales y marcha. Y todo porque “la gente está
culturales) y la recomposición de la en constante contradicción consigo
estructura de la vida cotidiana, termi- misma,… todo es un absurdo, pero
naron siendo una constante en ritmos nada escandaliza porque todos están
de ascendente aceleración. acostumbrados a todo”.

Todas y cada una de estas dinámicas En todo caso, en esa convulsión tenue
fueron los síntomas o indicadores de e imperceptible en principio, codifica-
que la modernidad había entrado en da con vocablos como torbellino, re-
curso, y de paso que el individuo es- molino o vorágine, pero que nosotros
taba inexorablemente tomando rostro preferimos compararla con una espe-
en tanto la nueva realidad le presio- cie de licuadora de varias velocida-
naba para que aprendiera y asumiera des, la figura del individuo vigorizada
responsabilidades a título personal. con tendencias y posturas doctrinales
exaltantes de la libertad, la autonomía
Por ello varios de los clásicos o padres y la dignidad (Lukes, 1975), es quien
de la sociología, aunque desde pers- entra a asumir la comandancia en lo
pectivas paradigmáticas diferentes, que a decisiones, determinaciones y
coinciden en reconocer que el indi- autodeterminaciones frente a su vida
vidualismo como consecuencia de la se refiere; es el individuo en su per-

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170 Tendencias y dilemas de la individuación y la subjetivación en Colombia

sonalización quien entra a definir la del ordenamiento social, modernos o


arquitectura del destino y del protago- postmodernos continúan dirigiendo
nismo social de cada quien. su libertad.

Ahora bien, la emergencia o eclosión Las fuerzas que dialécticamente libe-


social del individuo no vino a ser un raron al individuo para que se hicie-
hecho voluntarista, es decir, un he- ra visible en su libre determinación
cho promovido por la pura iniciativa (económicas, políticas, culturales,
particular y autónoma de este; por el religiosas, etc), fueron fuerzas socia-
contrario, fue la expresión y mani- les objetivas, y en eso son plenamente
festación de un conjunto de fuerzas coincidentes Marx y Durkheim cuan-
sociales que al actuar dialécticamen- do hacen alusión, por ejemplo, a las
te articuladas entre sí, terminaron li- consecuencias de la división social
berando al individuo para que en su del trabajo que impusieron corolaria-
unicidad se hiciera responsable de su mente la primera y la segunda Revo-
vida, de su destino social en el marco lución Industrial
del contexto del cual hace parte. Así
pues, el advenimiento de la moder- Por ello es de advertir que, la libera-
nidad no solo significó un cambio de ción del individuo respecto al nuevo
mentalidad y de actitud del hombre ordenamiento, es decir, al mundo mo-
frente al mundo, cambio este refleja- derno, no vino a ser dadivosamente
do entre otras cosas en los sueños y en legítima; por eso la relación indivi-
las gestas libertarias a las que se fue duo-sociedad es una relación contra-
acostumbrando, sino que, esa búsque- dictoria; por eso la puja por ese reco-
da de libertad le significó el tener que nocimiento del individuo, así como
acostumbrarse a unos nuevos precep- los logros alcanzados, es lo que ha
tos de libertad; algo así como, en ade- dado forma a esos procesos y a esas
lante serás libre pero, a mi manera. nuevas realidades mentales y mate-
riales que además de ser retos para
O sea, la libertad del hombre moder- la sociología, esta la ha identificado
no significó el tener que sujetarse a asignándole un nombre en su jerga
la presión y al condicionamiento de discursiva: individuación.
la nueva estructura, del nuevo arma-
zón institucional. Eso significa que El reconocimiento social al individuo
el individuo jamás ha estado suelto; lo avala en derecho la institucionali-
que siempre, y por muy acrisolada dad oficial pero también la masa, el
que esté hoy su libre determinación, pueblo, la civilidad, esto es, el colecti-
o por muy laxos e imperceptibles que vo civil respecto al quehacer y a la sa-
sean los controles que establece la tisfacción que cada quien busca llenar
sociedad, de todas formas los hilos de acuerdo con sus gustos, sus moti-

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vaciones y preferencias. Esos logros, alcance de la impactación que pro-


esas conquistas se van dando pero en duzca su actuar social, entra en juego
forma dosificada además de que los el sujeto mentado de cada quien, es
avances y la magnitud de tales dosis decir, la subjetividad que le es propia
están en conexión con la postura cul- a cada individuo y que está presente
tural, con la visión y con la filosofía en el actuar para la transformación de
política que orienta a las fuerzas en- sí y de los demás, o para la inhibición
cargadas de dirigir aquella sociedad. de tales propósitos.

A todas esas, hay que advertir otra Así pues, individuación y subjetiva-
cosa, y es que la visivilización y re- ción son dos aspectos contradictoria-
conocimiento del individuo por parte mente indisolubles aunque no mar-
de la sociedad lleva implícito otro ele- chen en la práctica al mismo ritmo; y
mento que consustancialmente puja todo porque legislar a favor del indi-
porque también se le reconozca; ese viduo, cuando se hace, y de acuerdo
otro elemento o componente inheren- a la sociedad, no significa que nece-
te a la condición del individuo es la sariamente se recepten y operacio-
subjetivación, quien a su vez tiende a nalicen automáticamente sus sentires
ser comprimida por los dos cotiledo- acorde con la norma que se apruebe.
nes de la cosa pública: la civilidad que Son dos procesos que emanaron el
inexorablemente actúa reconociendo, uno y el otro en el marco de la pri-
cuestionando, juzgando e incluso ne- mera y segunda modernidad pero
gando la diversidad, la diferencia u cuya maduración y nitidez se mues-
otredad, y lo político-administrativo tra desigual entre una y otra sociedad,
quien tiene la responsabilidad del máxime cuando el esquema analítico
direccionamiento del proceso en su de la modernidad/posmodernidad no
conjunto. siempre resulta extrapolable.

Si la individuación es el proceso de En el caso de Colombia, por ejem-


reconocimiento del individuo por par- plo, país y sociedad esquina del norte
te de la sociedad, la subjetivación vie- de Sur América y quien en medio de
ne a ser el reconocimiento de que ese sus particularidades y especificida-
individuo sea protagónico, responsa- des históricas aparece zunchada en
ble y dueño de sí; el reconocimiento el contexto de la región subcontinen-
de que sea un ser de proyección y de tal, creemos que la individuación y
transformación en cuanto tal, un agen- la subjetivación son procesos que se
te de su destino, un sujeto histórico de encuentran actualmente en un estado
sí y de la sociedad a la cual pertenece. de tránsito calificable de emergen-
Por supuesto que en ese revestimiento te o preliminar, si se tiene en cuenta
del individuo respecto a su vida y al la forma tortuosa y sinuosa como se

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muestran los aparatos y los hilos del taba al hombre, al género masculino,
poder en relación con el estado de di- aunque no a todos los hombres o a
cho proceso calificado por Lipovestky cualquier clase de hombre, así de sen-
como el ‘proceso de personalización’. cillo.

Varios son los factores que resultan La modernidad al igual que el capita-
comprometidos en el asunto, alrede- lismo nace en Europa, siendo la pri-
dor de los cuales intentaremos algunas mera un ensamble de ideas y actitudes
aproximaciones, esas aproximaciones que a manera de sortilegio capturaron
están relacionados con: primero, la el sentir de las nuevas mentalidades
responsabilidad que le cabe al pasa- para de paso arrastrar e impulsar la
do pre-republicano de acuerdo con el materialización del segundo vocablo,
delineamiento que aquella sociedad el sistema capitalista. La modernidad
(léase régimen colonial) hizo del indi- nace, primero como aventura y como
viduo; segundo, con el atornillamien- desencanto e impulso de contra-mo-
to de un Estado que se fuerza por ser notonía frente al orden recibido (Le-
moderno pero que las perturbaciones chner, 1991); pero, muy pronto aquel
de una anomia generalizada y el ac- aletargamiento terminó convirtién-
cionar de una violencia compulsiva dose en una pasión desenfrenada por
de todo tipo terminan confabulándose la búsqueda y el aseguramiento de lo
en contra de las libertades individua- novedoso y que fuera susceptible de
les y de un Estado de Derecho; a ello aprovechamiento y de intercambio
se agrega la pugna que reina entre las generador de riqueza.
tendencias que buscan legitimar ex-
presiones del mundo social otrora Así pues, si el despegue de la moder-
desvirtuadas totalmente en su existir, nidad fue un puro y simple estado de
y el contrapeso cultural que se resiste somnolencia en el que la gente “an-
con fiereza a darle paso a esas nuevas daba a tientas, sin entender lo que les
realidades. afectaba” muy pronto el solo hecho
de andar, o mejor, de atreverse a an-
4. Modernidad y colonialidad: ex- dar en aquel momento termina con-
traño maridaje en el que se inicia virtiéndose en un síntoma consciente
la individuación exclusivamente del de que el mundo estaba alterándose.
hombre colombiano Que detrás del espíritu aventurero que
había empezado a bullir en el hombre
Así claramente; el título del aparte no renacentista y post-renacentista, tam-
es un exclusor de género diferente al bién estaban en él las motivaciones de
masculino; sencillamente, y a tono rapiña, conquista, sometimiento y su-
con el discurrir histórico, para aquel bordinación a todo cuanto se encon-
momento solo se hablaba y se etique- trara a su paso y que se interpusiera en

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sus propósitos, entre ellas, personas y colonialidad fueron enteramente


ajenas o extrañas a quienes comanda- compatibles; aunque odioso, sí tiene
ban aquella intrépida marcha. sentido, en tanto el europeo no salió
en busca de mundos desconocidos a
Hablamos de motivación de rapiña, llevar o enseñar “las buenas nuevas”
de conquista, sometimiento y subor- de su mundo, aún cuando la iglesia
dinación desde el mismo despertar Católica mil veces se empeñó en ase-
de la modernidad, primero porque el gurarlo.
consenso tiene establecido de que esta
se inicia en el siglo XVI (Habermas, Modernidad y capitalismo son dos
1990), y segundo porque los relatos caras de una misma moneda, pues
del cronista italiano Galeotto Cey, ti- cualesquiera sea el abordaje que des-
tulados “Viajes y descripción de las de la reflexión se le dé a la primera
Indias”, son uno de los tantos regis- categoría y tal vez una de las más po-
tros que muestran lo que el europeo lémicas del siglo XX, la instrumen-
siempre tuvo en mente desde el mo- talización del cuerpo de ideas que
mento que se enteró de la existencia sobre ella se tenga siempre aparece
de estas tierras. asociada, en condición de nutriente,
al flujo vital que el capitalismo como
En ese viaje realizado entre 1539 y sistema requirió para su nacimiento,
1553 a regiones, hoy países centro afianzamiento y expansión. Y en ese
americanos, pero también de bue- flujo vital no tuvo que ver solamente
na parte de lo que es Colombia, el el ingenio, la creatividad y la libre ini-
aventurero italiano no solo describió ciativa para la creación y el impulso
aspectos de la flora, la fauna y de empresarial; también la violencia, el
las técnicas para los nativos preser- saqueo y la colonización hacen parte
var sus alimentos, sino que también de él.
mostró la dura realidad americana y
el abatimiento en que se encontraban El caso es que en ambos procesos,
muchos que, “llegaron por locura y pero sobre todo en la materialización
se quedaban por vergüenza”; y todo del segundo, la figura clave vino a ser
porque para la época las noticias que el individuo. Ciertamente su emana-
circulaban en Europa sobre lo “fácil ción se empieza a visualizar desde
que era hacer fortuna en estas promi- la antigüedad, sin embargo, su reco-
sorias tierras”, eran vox populi (Gue- nocimiento social como maduración
rra W, 2013). ¿Valiéndose de qué mé- histórica solo la alcanza en la “Edad
todos? Bueno, “blanco es y la gallina Media y alto del capitalismo”.
lo pone”, dice el agraciado refrán.
No obstante, en medio de la lógica
Por eso aunque extraño, modernidad relacionada con las leyes generales

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del sistema capitalista, existen ex- sonas y alcanzar, por ejemplo, el de-
presiones concretas respecto al naci- recho a la ciudadanía.
miento y desarrollo de este sistema
que, además de corresponderse con el Una de esas realidades histórico-
concepto de formaciones sociales, a sociales subregionales de la Améri-
nuestro juicio tipifican realidades his- ca Latina colonial fue Colombia; en
tórico-sociales o histórico-naturales, ella el capitalismo poco a poco hizo
como les llamara, lo suficientemente su engendro, en principio poco nota-
extensas territorialmente hablando, ble frente a la estructura de corte se-
aunque clasificables como regionales ñorial, pero sí valiéndose de los más
y subregiones, previas al surgimiento extraños y mutantes mecanismos de
de los llamados Estados Nacionales reproducción económico-social. En-
latinoamericanos. tre esos mecanismos cabe destacarse
el de habérsele hecho eco en toda la
Eso quiere decir, si asumimos de región a ciertos principios básicos de
acuerdo con Fals Borda (1979) que, la modernidad y más específicamente
“una formación social puede estudiar- de la Ilustración y de las conquistas
se como una interacción de regiones de la Revolución Francesa en lo que
vinculadas histórica y políticamen- respecta a la exaltación del indivi-
te,… que no conviene parcelar exce- duo; no obstante, lo paradójico del
sivamente el espacio para producir asunto fue la forma como se pudo
visiones microsociales, y a lo que amoldar lo dicho en el contexto de la
más pudiera justificadamente aspi- colonialidad donde lo que más desco-
rarse sería a plantear subregiones”, lló fue la negación de este, del indi-
etc., entonces en el contexto histórico viduo.
de la colonialidad, la América Latina
colonial vino a ser una formación so- La individuación, que a pesar de su
cial o interacción de regiones cuyos estrecha relación no es equivalente
vínculos histórica y políticamente ha- a individualización, es una conquis-
blando fueron: la estructura del poder ta que se ha ido logrando por partes,
colonial; la enajenación obligada de siendo cada sociedad y las fuerzas
la condición y la dignidad humana de que la mueven testigo de sí. Esa con-
quienes socialmente se encontraban quista es comparable y considerable
más allá del límite, o de la frontera como el pasaporte del individuo mo-
bajo cero (como se verá en su mo- derno, no sé si para el caso nuestro
mento); la dificultad histórica que las de la primera o segunda modernidad,
víctimas de esa condición por siglos porque de acuerdo con Callinicos
tuvieron que enfrentar; y, la disimili- (1993), eso de “la postmodernidad es
tud entre una y otras constelaciones una construcción meramente teóri-
sociales para visibilizarse como per- ca,… un síntoma del talante actual de

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la intelectualidad occidental”, y de su en procesos políticos, y ya en el siglo


realidad en cuanto tal, diríamos noso- XX los derechos sociales con el mis-
tros. Por eso desconfiamos que para el mo estatus de los ya mencionados.
caso de Colombia sea sensato y perti-
nente ponerle el pecho a esa discusión Sin embargo, según Guillermo O
en los mismos términos que lo hacen Donnell (citado en Rojas, 2008), en
los analistas europeos; creo que mu- América Latina el comportamiento
chos son los factores que se muestran histórico de la adquisición de los de-
como fuerzas de impedimento a pesar rechos del hombre y del ciudadano
de que la puja dialéctica se encuentra fue diferente, pues la constante fue la
en el escenario. negación sistemática de los derechos
civiles, lo que explica, según el autor,
Por ejemplo, el decurso histórico del la fragilidad de la ciudadanía, o mejor
en sus palabras, la existencia de una
proceso de individuación nuestro nos
‘ciudadanía de baja intensidad’.
hace pensar, si lo comparamos con la
forma como comúnmente se dio en
En el caso de Colombia, advierte
Europa, que una de las consecuencias
Rojas (2008), lo que primero salió a
de la colonialidad fue la inversión en
relucir fueron los derechos políticos,
lo que concierne a los logros factua-
pero siempre sobredimensionados
les en materia de derechos, que como
y tutelados por intereses partidistas
indicadores reflejan las conquistas intercambiantes entre sí del poder.
progresivas de individuación en cual- Así las cosas, lo notable fue siempre
quier sociedad. la ausencia de lo social, en palabras,
pues esta dimensión en todo momen-
Los derechos civiles, políticos y so- to fue presentada como una preocupa-
ciales, ayer solo del varón y del ciuda- ción del Partido Liberal y del Partido
dano, no se dieron abrupta y sincróni- Conservador.
camente en ninguna sociedad. En Eu-
ropa, cuna de la adquisición de estos, Pero además de la represión siste-
el orden y la secuencia temporal fue mática de la individuación en tanto
la siguiente: la base de esta, los derechos civiles,
fueron negados por la estructura del
Primero fueron los derechos civi- poder colonial y postcolonial, otro
les, adquiridos en el siglo XIII y es- ingrediente que se agrega a la atipici-
pecialmente los relacionados con la dad del proceso fue la diferencia que
igualdad ante la ley y el derecho a en materia de tratamiento recibieron
la protección de la propiedad priva- los diferentes sectores o franjas de la
da; después, durante el siglo XIX se sociedad hasta muy entrado incluso el
dieron los derechos a la participación siglo XX.

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176 Tendencias y dilemas de la individuación y la subjetivación en Colombia

Así pues, una cosa es pensar en abs- Un primer hecho histórico de la disi-
tracto sobre el proceso histórico de militud y tortuosidad empieza por la
reconocimiento del individuo en Co- forma como algunas franjas sociales
lombia, y otra cuando se examina y lograron el reconocimiento, prime-
se identifica de cerca la existencia de ro de la condición de ser persona, y
franjas sociales de primera, segunda y luego de acceder a la movilidad so-
tercera categoría, para las cuales di- cial primaria en materia de derechos,
cho reconocimiento también fue lle- la ciudadanía. El obstáculo principal
gando gradualmente. provenía de la tipología humana que
en tiempos de la Colonia los virrei-
5. Del reconocimiento de la ciuda- natos españoles impusieron en estas
danía colombiana: proceso disímil tierras. Como es sabido, durante la
y discontinuo Colonia la composición social de lo
que fue el territorio que posteriormen-
Los derechos civiles, políticos y so- te derivó en la Colombia republicana,
tuvo una estructura social tan rígida
ciales del hombre y la mujer en aque-
que, ideológica y de manera actuan-
llas sociedades que así lo tienen esta-
te se tenía establecido el sistema de
blecido, son el referente básico que
castas para aquellas constelaciones
garantiza que efectivamente dichas
sociales excluidas de reconocimiento
sociedades miran hacia el individuo y
social (Colmenares, 1982); se trata-
las personas que las constituyen. Pero
ba de una línea de demarcación tipo
ello, además de ser un proceso un tan-
frontera cero, límite ese a partir del
to sinuoso, es disímil y discontinuo cual quienes lo traspasaban, es decir,
pues entre una y otra sociedad existen quienes hacían parte del extra-muro
trayectorias diferenciales en razón a social, caían o hacían parte del plano
las particularidades históricas, socia- de lo “humanoide”, aún cuando las le-
les, políticas y culturales que le son yes del virreinato no lo establecieran
propias. taxativamente en esos términos.

En Colombia esos derechos al día de Esa rígida pirámide exhibía en sus


hoy continúan siendo frágiles, fragi- caras laterales tres puntos, niveles o
lidad que como constante histórica, estancias sociales, así: una estancia
tiene sus antecedentes en las dificul- social alta conformada por la nobleza
tades, la dureza y la tortuosidad por española y criolla, una estancia media
las que transitó la conquista del más representada por la cúpula eclesiásti-
elemental derecho de todo ser huma- ca, y una estancia baja que aglutina-
no, cual es, el derecho a la ciudadanía, ba al pueblo, a la plebe. Pero más al
entre principios del siglo XIX y me- fondo de la base piramidal, existía,
diados del siglo XX. según los imaginarios sociales de los

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representantes del poder colonial e in- pero actuante en la dura realidad de


cluso del español común y corriente, quienes la vivían, representaba la ne-
un submundo social asimilado men- gación per se de la condición humana
talmente y de manera adrede como un de esa mancha de personas, hombres
inframundo, el cual lo conformaban y mujeres, inexorablemnte converti-
la población indígena y los esclavos dos y convertidas en cosas y en presas
africanos incluidos sus descendientes. del despojo absoluto de su dignidad y
de su existencia en vida.
La colonialidad fue una cosa dura;
tan dura que aún es un lastre que no Aquella realidad indeseada por parte
se ha recuperado del todo. Si por un de quienes la vivían continuó vién-
lado “La Declaración Francesa de los dose reflejada en varios hechos que
Derechos del Hombre y del Ciudada- en todo momento mostraron el rostro
no fue usada como el evangelio por la social de lo que sería la recién forma-
da Colombia republicana. Ese rostro
mayoría de los países americanos tal
siempre fue definido por los cuerpos,
como se refleja en la mención de ideas
los segmentos y las fuerzas sociales
sobre la soberanía individual” (Rojas,
estamentales de la época, quienes
2008), por otro lado la construcción
además de disponer del poder para
de la ciudadanía, inmersa en la ex-
autolegitimarse con el mayor brillo
periencia colonial, fue durante largo
de visibilidad para sí, también podían,
tiempo un acto fallido si se tiene en
y de hecho así lo hicieron, dejar en
cuenta que el poder colonial no solo
completa oscuridad social a esa otra
estamentó a la población inspirándo- capa estamental, aunque su robusteci-
se en criterios raciales, sino que, esas miento proviniera del succionamiento
jerarquías sobreviven y aún se man- de las energías de dicha capa.
tienen mimetizadas en “relaciones
económicas, laborales, sexuales, de Todo aquel imaginario frente al poder
autoridad y, en general, en estructuras para calificar y descalificar lo que se
de conocimiento” (Quijano, 2001, ci- consideraba legítimo y “naturalmen-
tado en Rojas, 2008). te” merecido e inmerecido, respondía
a cabalidad con la visión que el euro-
Aquello significaba pues, un golpe al peo tuvo respecto a las personas que
sueño de adquirir ciudadanía y a la fueron ajenas a cualquier nacionali-
individuación como proceso y como dad del viejo continente.
parte de los ideales modernos.
Tan fuerte fue esa visión que terminó
Los indígenas y los esclavos consti- por replicarse hasta muy avanzado el
tuían el nivel social bajo cero, el cual, siglo XX, y ser además uno de los so-
desde un plano puramente ideológico portes de la interpretación que ofrece

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178 Tendencias y dilemas de la individuación y la subjetivación en Colombia

T. H. Marshall (citado en Rojas, 2008, quiera fuera el lugar que se alcanzara


p.297) acerca de la ciudadanía. en ese recorrido, era un ascenso, una
movilidad vertical ascendente, un es-
Dice Rojas, a propósito de la tesis de tatus cuya adquisición en ese momen-
Marshall: “Los fundamentos de los to era una especie de “dádiva” insti-
principios sobre la ciudadanía fue- tucional.
ron trazados por T. H. Marshall en su
estudio sobre Inglaterra; según él, la Por eso, hechos como el derecho a la
ciudadanía es un status que se adquie- libertad por parte de esclavos africa-
re al delimitar quiénes son los miem- nos y de sus hijos e hijas nacidos y
bros de la comunidad que pueden re- nacidas en estas tierras, y el recono-
clamar ciertos derechos” (las cursivas cimiento y otorgamiento formal de la
son nuestras). En contravención a di- ciudadanía, primero a los hombres y
cha posición, la tesis de Rojas es que, cien años después a las mujeres (Ro-
“la ciudadanía, más que un estatus jas, 2008, p.304), continuaron siendo
adquirido, es una construcción social hasta muy entrado el siglo XX mues-
cuyo significado varía de acuerdo con tras nítidas de la disimilitud del pro-
los imaginarios que se originan local ceso de la individuación en Colombia.
y globalmente” (Rojas, 2008).
En relación con el derecho de los es-
No obstante de declararnos en sim-
clavos a ser libres, ciertamente aque-
patía con la tesis de Rojas, creemos
lla inquietud se empezó a ventilar en
que el significado de ciudadanía como
1810 cuando recién es creado el Esta-
parte del proceso de individuación
do de Cartagena; sin embargo, aque-
exige de una contextualización his-
llo no fue más que una idea pintoresca
tórica; que si bien hoy las instancias
y risible para los negreros que seguían
constitutivas de aquel proceso son en
teniendo esa actividad como la opción
efecto una construcción en la que los
sujetos singulares y colectivos inter- más rentable de su economía. Inclu-
vienen activamente, sin embargo, la so, en 1816 estando Bolívar en plena
ciudadanía como parte de ese proce- campaña libertaria, una de sus pro-
so, en Colombia y América Latina, sí puestas y llamados insurreccionales
tuvo en algún momento de la historia fue que, negro que se enrolara en el
un significado ligado directamente a ejército revolucionario debía hacerlo
la movilidad social vertical ascenden- pensando en la independencia de su
te con harto pero también con menos nueva patria pero también en su liber-
significado para unas y otras grupali- tad personal.
dades.
El caso es que, es en 1821 durante el
Traspasar el nivel social de frontera Congreso de Cúcuta, cuando y donde
bajo cero en ruta ascendente, cuales- se empieza a ventilar como política

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Rogelio A. Hernández López 179

oficial el tema de la abolición de la era que, además de lo económico, con


esclavitud no obstante que tuvieron la excepción de los hijos e hijas de las
que pasar 30 años más, es decir, hasta élites criollas, la gente perteneciente
1851, para que se decretara en forma a la plebe y más aún al extra-muro
expresa dicha abolición, norma que social (frontera bajo cero), además de
empezaría a regir a partir del 1º de analfabetas, literalmente no tenían en
enero de 1852. dónde caer muertos.

Lograr oficialmente la libertad en En el caso de la mujer, es en 1932


condición de esclavos significó para cuando esta como colectivo de géne-
los negros en Colombia el apenas ini- ro y como persona particular alcanza
cio de su visibilización como seres el primer reconocimiento en el marco
humanos y de su dignidad como per- jurídico-normativo al aprobarse pri-
sonas, proceso este que en apariencia mero, la libre disposición por su parte
se empalmaría con otro de los ele- de los bienes a que tuviere derecho, y
mentos centrales del reconocimiento luego, en 1933 el derecho a la educa-
del individuo por parte de la sociedad ción superior. Empero, este logro no
moderna, cual es, el derecho formal dejó de ser engañoso, pues como ya
de la ciudadanía expresado en el do- se dijo, lo económico es entre otros el
determinante de la desigualdad social
cumento de identidad, la cédula.
en cualquier sociedad del mundo, y
es claro que, una cosa es que la mu-
Decimos que aquel empalme fue apa-
jer colombiana en sentido genérico
rente pues si bien un año después de
conquiste el derecho a la educación
que se aboliera la esclavitud se aprue-
superior y otra el tipo de mujer que
ba una nueva Constitución, la Cons-
en la práctica entraría a acceder a ese
titución de 1853 en la que se estable-
derecho.
ce el reconocimiento y derecho a la
ciudadanía, ese derecho, inspirado en Veintidós años después, 1954, el Es-
el acto de sufragar, solo era, primero tado colombiano tardíamente da uno
para los hombres, segundo para el que de los pasos más importantes en be-
supiera leer y escribir y tercero, para neficio de la mujer, cual fue, recono-
el que tuviera bienes económicos. cerle el derecho a la ciudadanía y a
la participación política, aún cuando
Eso quiere decir que en la práctica tales derechos, específicamente el
aquella Constitución siguió excluyen- relacionado con el voto, solo se hizo
do de un solo trazo a los hombres ne- efectivo en 1957, paradójicamente en
gros frente a la posibilidad de acceder la gubernatura del dictador Gustavo
al derecho a la ciudadanía, puesto que, Rojas Pinilla.
el sentido común en lo que concierne
a la desigualdad social de la época, Ahora bien, entre los años 1957 y

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1990 se aprobaron leyes importantes simple caricatura; la delincuencia or-


en relación con los derechos civiles, ganizada al más alto nivel pero tam-
políticos y sociales de las mujeres y bién la llamada delincuencia común,
las minorías étnicas. No obstante de la ilegitimidad de ciertas institucio-
esos logros, un hecho de significativa nes del Estado, ya sea por su inope-
importancia para esas constelaciones rancia o por el comprometimiento
sociales fue la discusión y aproba- con prácticas corruptas; las fuerzas
ción en 1991 de una nueva e histórica políticas guerreristas que parecieran
Constitución. preocuparles cualquier posibilidad de
acuerdo con la insurrección, el narco
La Constitución de 1991 se constitu- y el microtráfico que pareciera per-
ye en la ruptura y quiebre del ordena- mear y apalancar patológicamente
miento y aparato jurídico-político que todos y muchos más aspectos de los
venía rigiendo al país desde el siglo ya señalados; la resistencia que cultu-
XIX, en el cual el Estado aparecía en- ralmente muestran amplios sectores
marcado en un régimen bipartidista y de la sociedad con respecto a ciertas
además excluyente de toda nueva ex- libertades individuales y colectivas, y,
presión social que pujara por espacios con las tendencias moralmente timo-
de representación. ratas que desde algunas instituciones,
incluso del Estado se agitan, son, para
La nueva Carta Constitucional le no seguir listando, claros ejemplos
abre en efecto espacios interesantes del cómo la panorámica de la indivi-
a nuevas opciones políticas, a la dife- duación, en este caso relacionada con
rencia y a la diversidad étnica, social derechos civiles e identidades indivi-
y cultural, y con ello la posibilidad duales y colectivas en Colombia, en-
de que nuevos escenarios sociales e frentan dificultades y retos nada sub-
identidades individuales y colectivas, estimables.
otrora satanizadas por la sociedad y el
establecimiento, busquen la formali- No obstante de esos obstáculos, los
zación de canales que les representen. canales legales, las acciones y las ac-
tuaciones por parte de algunas fuerzas
Sin embargo, y a manera de conclu- y posturas políticas en los organis-
sión, factores relacionados con la mos de poder, parecen hacer posible
compleja realidad sociopolítica que avanzar en el reconocimiento de las
vive el país relacionada con fenó- diferencias y de la personalización
menos como la lucha armada, el pa- que cada vez más puja por ser una
ramilitarismo que aunque presumi- realidad. Sin embargo, esos procesos
blemente desmontado en la última cobrarían efectividad solo y en tanto
administración del expresidente Ál- las configuraciones y constelaciones
varo Uribe, tal pareciera en muchos sociales a las que se hizo referencia,
aspectos que aquel desmonte fue una algunas de ellas emergentes con fuer-

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za de novedad, y otras que por la en- Sin embargo, un hecho que plantea
tereza identitaria apenas se están atre- la discusión es si las emociones y los
viendo a enfrentarse al mundo que les hilos afectivos entre personas en el
mantuvo en la subterraniedad, conti- sentido maffesoliano, siempre apun-
núen formando lazos comunitarios y tan a la ascendencia de la condición
ejerciendo el derecho de expresarse a de estas; si la persona maffesoliana es
unívoca, o si por el contrario existen
través de movimientos sociales.
personas-tipo y comunidades-tipo.
La invocación de lazos comunitarios
Así mismo creemos que también
como alternativa de defensa de las existe un sabor no identificado en el
individualidades y las subjetividades contraste maffesoliano individuo-per-
en una sociedad como la colombiana, sona, o mejor, en la propuesta sustitu-
pone de relieve el hecho de que esta tiva del individuo por la persona; ese
no es enteramente una sociedad indi- sabor no identificado está en el hecho
vidualista a ultranza, pues en medio de que no es posible sustentar teóri-
de las perturbaciones que hemos ve- camente un estado de vaciamiento
nido destacando, la constante que in- total de lo social en el individuo, que
duce a establecer generalizaciones es: no existen los bunker herméticamente
cerrados y sellados respecto a lo so-
Somos una sociedad que por el he- cial y con un único contenido, el in-
dividuo quien libre y voluntariamente
cho de ser poli y multiculturalista,
así lo decidió.
en ella se impone la diferenciación;
pero así mismo, somos una sociedad Por consiguiente, no hay por qué in-
poseída por una fuerza integradora sistir en el pleonasmo del individuo
cuyos ingredientes cohesionantes son social ni en el esquema dicotómico
los afectos, las emociones empáticas individuo-persona hasta tanto no se
de contexto y la necesidad de calor esclarezca la gradualidad que cree-
humano que se da entre las personas mos existe a partir de la persona-tipo
aunque sea para al poco momento y de la comunidad-tipo.
agredirse entre sí. O sea, priman las
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Referencia de este artículo (APA):


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