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Virgen de Chapi

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Virgen de la Candelaria de Chapi
Venerada en Iglesia católica
Flag of Peru.svg Perú
Festividad 1 de mayo
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La Virgen de Chapi, es una advocación mariana del Perú. Su santuario al cual acuden
en peregrinación miles de devotos, está ubicado a unos 90 kilómetros de Arequipa en
el desértico lugar denominado Chapi que se encuentra en el límite fronterizo entre
los departamentos de Arequipa y Moquegua en el distrito de Polobaya que pertenece
al departamento de Arequipa.

Sus festividades se celebran el 2 de febrero; Día de la Purificación o Candelaria.


Sin embargo, sus fieles, han escogido el 1 de mayo, fecha en que se da inicio al
mes dedicado a la Virgen María, al igual que el 8 de septiembre, fiesta de su
Natividad.

Vista del nuevo templo de la Virgen de Chapi.

Índice
1 Contexto geográfico
1.1 Ruta de acceso
2 Orígenes
2.1 Extensión de su culto en Arequipa
2.2 Llegada de la imagen de la Virgen a Chapi
2.3 Capilla Vieja
2.4 Traslado de la imagen
2.5 El nombre de la Virgen
3 De una "chujlla" al Templo Viejo
3.1 El Templo Viejo o Iglesia Vieja
4 Referencias
Contexto geográfico
Chapi está situado en el valle que lleva el mismo nombre a las faldas de los Andes
peruanos, en la zona denominada "cordillera volcánica", debido a la gran cantidad
de volcanes (extinguidos en su mayor parte) ubicada en la región de Arequipa. Hoy
en día la apariencia del lugar es árida con un clima seco, más semejante a una
quebrada que a su vez desemboca en el río Tambo, el cual tiene su vertiente hacia
el océano Pacífico. El Santuario de la Virgen de Chapi está situado en una ladera
de la margen derecha de dicha quebrada, a una altura aproximada de 3105 msnm. Es un
lugar de difícil acceso, los caseríos y pueblos más cercanos se encuentran a varios
kilómetros de camino. La ciudad de Arequipa, sede del arzobispado, dista del
santuario unos sesenta kilómetros, en el límite con la región de Moquegua.

Ruta de acceso
Tomando como punto de partida la ciudad de Arequipa se atraviesan los distritos de
Paucarpata, Sabandía, Characato hasta llegar a Yarabamba (Arequipa). Aquí la gente
que hace el camino a pie suele hacerse de bastones hechos de sauce para seguir su
peregrinación. La ruta continúa por cerros de Yarabamba para llegar al pueblo de
San Antonio o Pampas Nuevas y siguiendo ese camino se llega a un punto desde donde
se divisa, rodeado de vegetación, el pueblo de Sogay. Se encuentran luego los
peregrinos con la llamada Primera Apacheta, señalada por tres cruces que marcan el
inicio del prolongado ascenso a la "Cuesta de Hornillos", llamada así por el
sofocante calor que en ella se experimenta, de ahí que esta cuesta se pase,
normalmente, durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde.
Luego de este ascenso se llega al Alto de Hornillos. Aproximadamente a la mitad de
camino los peregrinos deben continuar por los bordes de las montañas hasta una
pampa salpicada de arbustos (de Tola y Ccapo generalmente), ésta es la pampa de
Tumbambay. Cerrando este tramo se alza la Segunda Apacheta, montón de piedras que
terminan en una cruz. Continúa el camino accidentado hasta llegar a otra pampa, tan
arenosa y extensa como la anterior denominada Pampa del Tolar, seguidamente después
se encuentra Siete Toldos, llamado así porque en la antigüedad siete negociaciones
con sus respectivos toldos atendían a los peregrinos vendiendo alimentos y bebidas.

Tiempo después la Cruz Roja y la Policía Nacional del Perú establecieron también
puestos de guardia para auxiliar a los peregrinos y brindarles alguna protección.
En este mismo lugar existe una cruz en el interior de una capilla, la cual es
venerada especialmente por los transportistas que hacen servicio al santuario y
también por los camioneros que transportan greda a Arequipa. Aquí en Siete Toldos
el camino se bifurca a la derecha, el que siguen los carros y a la izquierda el de
los peregrinos. Terminada la pampa de los Siete Toldos y sobre el camino de
vehículos se encuentra una pequeña bifurcación de un camino que lleva hacia Minas
el Rescate; en este llano hay una Cruz Verde que da nombre al lugar. Casi
finalizado el camino de los peregrinos se encuentra la Tercera Apacheta o Alto de
la Escalerilla. Comienza luego el descenso por un camino difícil hasta llegar a La
Escalerilla. Por unos momentos se puede divisar el Santuario, lo cual aumenta el
ánimo de los peregrinos para seguir el último tramo de camino. Solo unos minutos
más y habrán alcanzado la meta, el Santuario de la querida "Mamita de Chapi".

"...quien no tenga a María por Madre, tampoco tiene a Dios por Padre".1

Orígenes
La expansión de la fe en Perú y América en general como alma de la empresa
descubridora del continente. Así se expresaba la reina Isabel la Católica en una de
sus cartas al gobernador en Indias Nicolás de Obando en 1501:

"Porque nos deseamos que los indios se conviertan a nuestra fe católica y sus
ánimas se salven, porque éste es el mayor bien que les podemos desear; para lo cual
es menester que sean informados en las cosas de nuestra fe, para que vengan en
conocimiento de ella, tendréis mucho cuidado de procurar, sin les facer fuerza
alguna, como los religiosos que allá están, les informen y amonesten para allá con
mucho amor, de manera que lo más presto que puedan se conviertan".2
Vicente Sierra, El sentido misional de la conquista de América, Bs. As., 198, p.
Y en 1503, la misma reina le da otra previsión que dice así:

"(Para) compeler a los indios a tratar con los cristianos y trabajar, pegándolas su
jornal y mantenimiento, juntándose para ser adoctrinados como personas libres que
son y no como siervos".
El sentido misional de la conquista de América, Bs. As., 198, p.
Esta carta respondía al mandato del Santo Padre Alejandro VI dado a los Reyes
Católicos en su bula Inter caetera y en otros documentos, de evangelizar el nuevo
mundo. Fue así como arribaron numerosos religiosos a América quienes desafiando
peligros de toda especie extendieron la fe católica. Y además del amor a
Jesucristo, transmitieron el legado de su madre la Virgen María. De ahí que en
estas tierras denominadas marianas se tributa gran devoción a María bajo sus
diversas advocaciones, entre ellas la de Nuestra Señora de la Candelaria. según nos
dicen los documentos históricos, Arequipa ya era Obispado en el año 1609 al
desmembrase del de Cusco. A fines del siglo XVI ya habían arribado a la ciudad de
Arequipa todas las órdenes religiosas: Dominicos en 1535, Mercedarios en 1578, los
Recoletos de la Orden Franciscana en 1642.4}}

Edmundo Mottas Samalloa, El agua, la serpiente y la Candelaria de Arequipa, Univ.


Nac. Mayor de San Marcos, Seminario de historia rural andina, Lima, 1985, p. 40ss.

Igualmente los monasterios de religiosas hacen su registro en Arequipa desde la


segunda mitad del siglo XVI, la primera de las cuales fue el de Santa Catalina en
1580.5 Edmundo Mottas Samalloa, El agua, la serpiente y la Candelaria de Arequipa,
Univ. Nac. Mayor de San Marcos, Seminario de historia rural andina, Lima, 1985, p.
40ss.

En todas las iglesias se veneraba a Nuestra Señora bajo alguna advocación


particular, por ejemplo Nuestra Señora de Copacabana en la iglesia de los padres
agustinos; Nuestra Señora de Loreto y Nuestra Señora de la Chiquita, en la de los
padres jesuitas; Nuestra Señora de las Mercedes (llamada también La Portera) y
Nuestra Señora del Consuelo, en la de los padres mercedarios; etc. En lo que se
refiere a la advocación de La Candelaria se tenía especial devoción en Cayma y
luego en Characato.

Extensión de su culto en Arequipa


La Virgen de la Candelaria fue difundida principalmente por los Agustinos en todo
el sur del Perú y Bolivia (más conocida aquí como Virgen de Chapi). Rápidamente se
difundió su advocación en Puno, Apurimac, Arequipa, Moquegua y Tacna. Difusión que
estuvo favorecida también por el gran intercambio que se daba entre estas regiones.

Llegada de la imagen de la Virgen a Chapi


Sus orígenes del Santuario de Chapi se remontan aproximadamente al siglo XVIII. No
hay certeza de quiénes trajeron la imagen de la Virgen Chapi desde España.
Probablemente fueron los misioneros franciscanos a principios del siglo XVIII ya
que éstos tenían a su cargo el curato de Pocsi del cual Chapi era una de sus
capillas. También puede que la hayan traído los misioneros jesuitas quienes estaban
establecidos en Moquegua desde el año 1709. La primera vez que aparece el nombre de
Chapi en un documento histórico es en 1655. No se hace referencia a imagen o
capilla de la Virgen sino solo a un "vallecillo" de poca extensión: "...se
vendiesen a Españoles y otras personas y en particular un vallecillo de los de otro
repartimiento de Pocsi tienen llamado Chapi. Aprox. 116'573 peregrinos llegan a los
pies de la Santísima.

Archivo Departamental de Arequipa. Sección histórica .-Corregimiento; asuntos


Administrativos (18 de enero de 1655).

El canónigo Presbítero Leónidas Bernedo Málaga (que fue párroco de Quequeña y


además historiador, cita documentos históricos que no se han podido encontrar aún.
Pero de ellos hace mención de que en agosto de 1795 hizo un viaje por el valle de
Chapi el Sr. Francisco Gómez, Agrimensor público del rey y teniente de cosmógrafo
mayor del reino. En este viaje el Sr. Gómez da cuenta de la imagen de la Virgen de
la Candelaria que allí se venera y que fue traída desde Paranay en 1743). Otro
documento que atestigua la existencia del valle de Chapi es una relación legalizada
dela visita que hiciera el gobernador Intendente y Vice-Patrón real; Don Antonio
Álvarez Jiménez el 22 de septiembre de 1791. En esta visita no habla de la imagen
de la virgen de la Candelaria pero sí del lugar donde se encuentra el Ayllu de
Chapi que es el lugar que actualmente se llama "Capilla Vieja" situado a unos 6
kilómetros quebrada abajo. Este lugar era un ayllu de buen clima, y un lugar
adecuado para la permanencia de los párrocos encargados de la zona. Este ayllu
pertenece a Moquegua (ya que el límite de las regiones está entre la Capilla Vieja
y el actual Santuario).
Capilla Vieja
Cuando por Real cédula se decide desviar las aguas del Alto Arequipa hacia tierras
más cercanas a la ciudad (Yarabamba y Quequeña), mucho de los pobladores que vivían
en las cercanías de la antigua ciudad de Churajón (conocida también con el nombre
de la Huaca) se ven obligados a trasladarse. Una gran parte se dirigió hacia
Yarabamba y Quequeña ya que allí les otorgarían tierras de cultivo. Otra parte se
estableció en Pocsi y Polobaya y un tercer grupo principalmente los indígenas que
vivían en el pueblecito de Paranay, se dirigió hacia la quebrada pues aunque las
aguas fueron desviadas había suficiente caudal en el río para el cultivo del valle.
En estos traslados hacia los mencionados pueblos los habitantes llevaban consigo
las imágenes de sus santos más venerados. En el caso de los indígenas de Paranay
fue la imagen de la Virgen de la Candelaria (ya que aún no se la llamaba Virgen de
Chapi). Escribe el P. Bernedo Málaga que en el año 1743 cuando la imagen de la
virgen llegó al valle de Chapi según constaba en una relación dada por el Sr.
Francisco Gómez en el año 1795.9 Leónidas Bernedo Málaga, Mons., Crónica del
Congreso Mariano, Arequipa, 1947,p.51. Los paranayos se extendieron a lo largo de
todo el valle de Chapi que era un "ayllu" de buen clima y el lugar de frecuente
residencia de los párrocos.10 Leónidas Bernedo Málaga, Mons., Crónica del Congreso
Mariano, Arequipa, 1947, p.51, citando una crónica del intendente Don Antonio
Álvarez y Jiménez, 21 de agosto de 1791.

Situado donde los terrenos se ensanchan más aproximadamente a la mitad del valle en
la zona denominada "Capilla Vieja" porque fue allí donde le construyeron a la
imagen de la Virgen una capilla de barro, piedra y techo de paja. Durante poco más
de cincuenta años los pobladores que ya no eran paranayos sino chapeños veneraron a
su patrona en esa humilde capilla cuyos restos aún hoy pueden verse.11 La tradición
oral indica 100 años. Esta construcción mide aproximadamente 20 metros de largo y
7.70 metros de ancho con una sola nave y muros de 1.15 metros de espesor con cuatro
contrafuertes; una puerta central de acceso y dos laterales, cerca del altar
principal donde seguramente estuvo la imagen, en este lugar vemos hoy una cruz
vestida donde los peregrinos cada año van acumulando "vestiduras", milagros,
fotografías y notas pidiendo alguna gracia. Al pie de esa cruz se puede leer la
siguiente inscripción:

"Estos son los restos de la antigua iglesia de nuestra linda y hermosa madre de
Chapi, peregrino eleva tus (dulces) oraciones".

Alrededor de esta capilla se encuentran cuatro altares en cada ángulo de la


construcción que servían de "posadas" donde eran colocada la imagen durante la
procesión. Allí la Virgen era homenajeada por los paranayos con expresiones propias
de su folklore, como danzas ejecutadas con vestidos de plumas representando al
cóndor. A la imagen se la adornaba también con plumas y con diminutos frascos de
perfume que se le colocaban a modo de collar.

Por aquellos años solamente se celebraba la fiesta de febrero que seguramente el


número de peregrinos iría aumentando poco a poco ya sea porque asistían los
antiguos devotos de Paranay que no vivían en Chapi, ya sea porque los favores
recibidos aumentaban la fama de la venerada imagen (lo cierto es que estos
peregrinos eran lo suficientemente numerosos e indisciplinados, como para que los
vecinos por boca de un tal Felipe Adrián elevaran una queja al párroco de Pocsi (al
cual pertenecía Chapi). Don Juan de Dios José Tamayo pidiéndole que por favor se
trasladara la imagen de la Virgen debido a que había "toda clase de
desórdenes"12Leónidas Bernedo Málaga, Op.cit., p. 52. y o que "las casas y sembríos
de los chapeños sufrían grandes deterioros"13 Leónidas Bernedo Málaga, Op. cit., p.
52 cuando los peregrinos festejaban a nuestra señora. atendiendo a las razones
dadas el señor Párroco ordenó el traslado de la imagen hacia Pocsi, esto fue en
1798.

Traslado de la imagen
De acuerdo por lo dispuesto por el Párroco de Pocsi la imagen sería trasladada
desde el valle de Chapi hacia Sogay, cerca de Quequeña, para lo cual nombró "dos
comisiones especiales de indígenas de Sogay y Chapi".14 Edmundo Motta Zamalloa,
Op.cit., p.108. Los miembros de dichas comisiones arreglaron un poco el camino y
cuando concluyeron éstos y los demás trabajos preparatorios sacaron la imagen de su
capilla éstos y cargándola en hombros comenzaron su trayecto hacia Sogay.
Recordemos que por aquella época a la "Capilla Vieja" sólo se llega a pie o a lomo
de burro por un sendero angosto y accidentado de ahí que el traslado fuera una
tarea poco fácil. Cuando las comitivas hubieron hecho más o menos una legua (4.6
kilómetros) se detienen probablemente a descansar antes de comenzar el difícil
ascenso de la escalerilla.

Los más antiguos ubican el lugar de parada en el frente del actual Santuario donde
hoy se estacionan los colectivos. Fue aquí cuando tuvo lugar un hecho milagroso que
se ha transmitido oralmente, de ahí que algunos detalles no coincidan. Se mezclan
en el relato el núcleo de verdad con elementos piadosos. Unos dicen que una lluvia
de ceniza unida a un fuerte viento impedía la visibilidad por lo cual tuvieron que
detenerse dejando la imagen en el suelo y al querer levantar la imagen para
proseguir no pudieron hacerlo. Otros dicen que una vez detenidos comenzó a llover
ceniza y a correr fuerte viento por lo que quisieron re-emprender la marcha pero al
querer levantar la imagen no pudieron. Y otros dicen; que terminado el descanso
tratan de levantar la imagen pero no pueden hacerlo y que al intentarlo nuevamente
comenzó a soplar un viento fuerte y arremolinado que arrojó gran cantidad de
ceniza. ¿Cómo sucedió pues el hecho?. A ciencia cierta nadie puede decirlo lo que
sí podemos decir con verdad que sucedió es que la virgen manifestó su voluntad de
quedarse haciendo que su imagen pesara más de lo normal (milagro ocurrido también
en otras ocasiones: con la imagen de la Virgen de la Candelaria de Cayma que estaba
destinada al Cusco. Edmundo Motta Zamallo,o con la imagen de Nuestra Señora de la
Raíz en México o con la de Nuestra Señora de Copacabana en Bolivia, etc.). En
cuanto al fuerte viento con ceniza, puede explicarse ya que para esa época el
volcán "Omate" o "Huaynaputina" de Moquegua arrojó durante ocho días una gran
cantidad de ceniza abarcando aún la zona del valle de Chapi llamada El cenicero. Lo
milagroso de este fenómeno fue que esta ceniza cayera cuando se estaba realizando
la traslación de la imagen.

El nombre de la Virgen
Cuando sucedió lo anteriormente narrado viejas quichuístas que iban en la comitiva
oyeron una voz que dijo " ¡¡Chaypi, Chaypi!!", otros: "¡¡Chajchay llallápi!!" y
otros: "¡¡Chaj llallápi!!", expresión que según los entendidos provienen del
quechua y del aymara y que todas expresan más o menos lo mismo "¡¡Aquicito
nomás!!", "¡¡aquí, aquí!!", "¡¡aquí nomás!!", "!!hasta aquí!!". Fueron entonces
estas mismas personas según los mayores los que dijeron: "La Virgen no solo quiere
quedarse aquí sino que se ha dado el nombre". A partir de ese momento
probablemente, se comenzó a conocer a esta imagen con el nombre de Virgen de Chapi
(o sea la Virgen de Aquí). Ya que hasta entonces —según el P. Málaga— se la conocía
como Nuestra Señora de la Purificación del Valle de Chapi. Lo cual encierra algo de
verdad ya que aunque su nombre actual coincide con el valle (llamado así por la
abundancia de "chapis", es decir cactus) a sus iguales de Cayma y Characato siempre
se las conoció como la Candelaria de Cayma y la Candelaria de Characato (o más
antiguamente la Purificación de Cayma y la Purificación de Characato). Pero a esta
imagen se la conoce como la Virgen de Chapi. Estos milagros fueron los que
recorrieron los pueblos aledaños y aun la ciudad de Arequipa, causando el aumento
del número de peregrinos. Sea como fuere y aun prestando oídos a los más escépticos
si queremos ser fieles a la verdad histórica debemos afirmar que en este lugar del
valle de Chapi (donde está el actual santuario).

De una "chujlla" al Templo Viejo


Después de que el cielo manifestara su voluntad de que la imagen de la Virgen
quedara en Chapi, los indígenas de Sogay y de Chapi inmediatamente levantaron un
chujlla es decir una pequeña ramada o "cabaña con techo de ramas" para cobijar la
imagen en el lugar del milagro mientras le edificaban la capilla de barro y piedra.
Lo cierto es que a la orilla derecha de la "Plaza Vieja" (si miramos de frente al
Templo Viejo) se encontraba la capilla antes mencionada (la mayoría de la tradición
oral dice esto) donde estoy se ubican las construcciones de los comerciantes que
vienen en mayo. Esta pequeña capilla sufrió un incendio, pero los pobladores la
volvieron a reconstruir y en el año 1868 se cae con el terremoto que asoló el sur
peruano. De manera asombrosa la imagen salió indemne.

Luego del terremoto el señor cura Don Pablo Retamozo Málaga comenzó la construcción
de un nuevo templo "con la cooperación voluntaria y eficaz de los vecinos de Chapi
y Quequeña".16 Leónidas Bernedo Málaga, Op. cit., 54. Si bien nadie nos sabe decir
donde se construyó el templo del P. Málaga creemos que fue sobre el que cayó y no
como dice el P. Cárdenas, que lo identifica con el "Templo Viejo" ya que esto no
coincide con lo dicho por el P. Bernedo Málaga. Además desde que el P. Retamozo
decide construir el templo Viejo en 1887 hasta 1893 en que se cavan los cimientos
(lo cual da a suponer algo nuevo y no continuación de algo comenzado) y hasta 1898
en que se terminó el Templo Viejo; lo lógico es que los oficios religiosos se hayan
continuado en la otra capilla elevada por el P. Bernedo Málaga en vez de hacerlo al
aire libre o en un ligar provisional máxime porque febrero es mes de lluvias.
también hay que tener en cuenta que el actual Templo Viejo de sillar y de "de
aspecto digno y decoroso"18 Leónidas Bernedo Málaga, Op. cit., 54 y la del P.
Málaga era de barro y piedra "de aspecto tan humilde y modesto como la que se
cayó".19 Leónidas Bernedo Málaga, Op. cit., 54. Ahora bien de estos antiguos
templos no quedan huellas, y de haberlas podrían estar bajo los cimientos de los
antedichos mercadilleros.

El Templo Viejo o Iglesia Vieja


Refiere el P. Bernedo Málaga que el P. Don Emeterio Retamozo, a la sazón párroco de
Pocsi, visitó la antigua capilla de Chapi levantada por el P. Málaga y al ver su
"triste estado" 20 Ibidem decide levantar un "templo digno y decoroso que sirviera
de morada a la Madre de Dios".21 Ibidem Como la obra demandaría gran esfuerzo el P.
retamoso decide formar una junta con aquellos devotos que quisieran ayudarlo en su
propósito. "estos señores fueron: Ciriaco Herrera, Manuel Arrieta, Pascual Cornejo
y Manuel Quiroz".22 Ibidem fue así como el 12 de febrero de 1893 se comenzaron a
excavar los cimientos del nuevo templo, el cual tendría aproximadamente 41 metros
de largo por casi 9 metros de altura. el techo —que sería abovedado y de calaminas—
con una linterna en la parte superior para dar luminosidad al recinto ya que solo
había dos ventanas, una en el ábside y otra en la torre que se comunica con el
interior. Para poder realizar esta construcción se utilizaría sillar, pero tendrían
que traerlo desde Arequipa, afortunadamente se encontraron con este material en una
de las laderas de las montañas que a partir de ese momento se comenzó a llamar Las
Canteras. este lugar queda a 40 minutos de camino recorrido a pie desde el templo
viejo, quebrada abajo, a mano derecha y a unos 200 metros, sobre el nivel del
camino. Todavía pueden verse los restos del sillar que quedaron luego de ser
labrados. Por los comentarios de la gente más vieja esa pequeña cantera dio al
sillar necesario para toda la iglesia y las construcciones complementarias.

En general la iglesia guarda en su forma exterior una semejanza con las iglesias
coloniales de Arequipa. La fachada estaba adornada con cuatro columnas y una
pequeña torre rematada con una cruz. en la cúpula sobre dos estatuas como de niños
o ángeles con los brazos abiertos dando la bienvenida a los peregrinos. Delante del
templo se colocó una cruz como era costumbre en esa época y sobre el arco de la
puerta central hay una cabeza como de fraile y se cree que representa al P.
Retamoso quien inició la obra. Aunque lo más probable es que sea del P. León,
franciscano, quien como testigo directo se transformó en un propagador de su
devoción. El templo viejo lució por lo menos tres colores distintos a lo largo de
los años. Por las capas de pintura podemos ver que primero fue pintada de coloro
rojo ladrillo (como siena tostada pero más rojizo), luego de un color beige (como
una mezcla de siena tostado y amarillo ocre) y por último azul celeste (muy
parecido al azul ultramar). Colores muy utilizados desde la época de la colonia y
que actualmente pueden verse en los edificios restaurados como en los claustros del
convento Santa Catalina. El interior era muy sencillo. El piso era de ladrillo (de
forma hexagonal) asentado sobre arena. A los costados como a la mitad del templo
hay dos hornacinas donde estaban las imágenes de San Miguel (a la izquierda de la
puerta principal) y de San Isidro Labrador y su esposa —María de la cabeza— (a la
derecha de la puerta principal). Todavía se ven los restos de las molduras de
madera colocadas a los costados de los mismos. Y cerca del ábside se encontraba el
altar principal con el retablo donde estaba la imagen de la Virgen que dominaba
todo el recinto. El altar con la virgen estaba sobre un área de 4.30 metros por
2.90 metros aproximadamente, debajo del cruce entre la nave central y los
laterales. esta zona tenía como un "pasillo" que rodeaba el altar de unos 0.80
metros y que tenía piso de mosaico. Tal habían uno o dos escalones revestidos
también en mosaico y el altar y el pedestal donde estaba la Virgen era de sillar o
ladrillo estucado y pintado. Por detrás del altar había una pequeña escalera que
permitía descender la imagen en los días de fiesta. Frente a toda esta área había
una reja que servía además de comulgatorio. Y cerca de la Virgen dos ángeles
arrodillados llamados los Negritos ya que como a ellos les alcanzaba todo el humo
de las velas habían quedado tiznados, de ahí que recibieran ese apodo.

Referencias
Luis María Grignion de Monfort, San, tratado de la verdadera devoción a la
santísima virgen, Lima, 1983, 4º Ed., p.24.
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