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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE COMUNICACIÓN
CARRERA DE COMUNICACIÓN
Edición Audiovisual
Nombre: Jheraldyn Salas
COM-SOC-VE-2-6
Quito, 19 de enero de 2021
Another Brink in the Wall
Ante el fenómeno Pink Floyd, el mundo se divide en dos tipos de aficionados: los
que los adoran en todas sus vertientes y los impacientes, que en sus discos nos
saltamos las partes de elegante divagación buscando la miga de los tres cortes
asequibles. El doble «The Wall» –qué camp suena ya lo de «disco doble» Es la
segunda obra más celebrada de un grupo británico de culto, solo por detrás de
«The dark side of the moon» (1973).
El Muro supuso en su momento (1979) un acontecimiento cultural: cinco semanas
de número uno en el Reino Unido y quince en Estados Unidos, donde vendió más
de ocho millones de discos. El sencillo «Another brick on the wall (Part II)», cuyo
sonido disco está en las antípodas del canon Floyd y fue una idea del productor
Bob Ezrin, sigue vigente. «The Wall» fue el disco que salvó literalmente a Pink
Floyd, pues liberó a sus miembros de la bancarrota. Pero también el envite que
acabó con el grupo, que no resistió el subidón de ego de su principal compositor,
Roger Waters.
A diferencia de bandas de clase obrera, como The Beatles, los integrantes de Pink
Floyd eran chavales de buenas familias de Cambridge, llamados a «carreras
serias». Pero los iluminó la llamada de la excitante bohemia londinense. En 1965,
los estudiantes de arquitectura Roger Waters (bajo), Nick Mason (batería) y
Richard Wright (teclados) se juntaron con el guitarrista, cantante y compositor Syd
Barret, un atractivo estudiante de arte, de psique herida y genio amplio y
desaliñado. Barret les puso el nombre, tomado de dos ignotos músicos de blues
campestre, Pink Anderson y Floyd Council. Pero blues habría poco.
La psicodelia, la experimentación con LSD, abrían nuevas puertas a la música, que
se tornaba vanguardista, arty, intelectualoide, espacial. Nueva. Barret reinó en ese
revoltijo. Un brevísimo mandato: en dos años las drogas agravaron su
esquizofrenia y hubo de acogerse a los cuidados de su madre en Cambridge, donde
llevó una vida esquiva hasta su muerte, en 2006. Fue sustituido por el guitarrista
David Gilmour, más terrenal y técnico. Nacía la segunda etapa de Pink Floyd, con
Gilmour y el complicado Waters repartiéndose la composición y las voces.
Bibliografía
https://www.abc.es/cultura/musica/20141130/abci-aniversario-muro-pink-floyd-
201411292109.html

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