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Trayectorias 2007-1205: Issn: Trayectorias@uanl - MX
Trayectorias 2007-1205: Issn: Trayectorias@uanl - MX
ISSN: 2007-1205
trayectorias@uanl.mx
Universidad Autónoma de Nuevo León
México
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esde su legitimación como campo peda- solutos, entre otros rasgos. Se trata de discursos ins-
gógico, la educación ambiental (EA) se ha critos dentro de la corriente esencialista que admite
encontrado en un permanente antagonis- la subjetividad metafísica; es decir, considera al suje-
mo, o al menos divergencia, de enfoques to como origen y fundamento del sentido (De Peretti,
y posturas teóricas y metodológicas. Ha arropado nu- 1989; Barnes, 1996).
merosos discursos, desde sus vínculos con la ense- En otras palabras, en nombre de la EA se ha
ñanza de la ecología (como una rama de las ciencias justificado una pluralidad enorme de discursos que
naturales) y la educación para la conservación hasta simultáneamente han apuntalado y minado una per-
los enfoques con fuertes cargas en la dimensión cívi- cepción social favorable de su campo1. Este resulta-
ca, en la formación ciudadana (González Gaudiano do contradictorio suele presentarse en campos emer-
y De Alba 1996; Mrazek, 1996, 1997), la educación gentes que congregan adscripciones múltiples y
moral y ética; la dimensión política (Robottom, diversas (Reid, 2003). Esto es, al igual que ocurre en
1987), desde el análisis crítico de la globalización, la otros campos simbólicos en constitución, la EA ha
inequidad social y la relación norte–sur, así como la sido un punto de confluencia de especialistas y prac-
dimensión rural (Altieri, 2004; Toledo y Castillo, ticantes no sólo provenientes de las ciencias sociales
1999), por citar algunas muy representativas. Todo y humanas, así como de las naturales y exactas, sino
ello coexistiendo con enfoques ligados al conocimien- de las más disímbolas actividades y creencias.
to científico (Jenkins, 2003; Castillo, 2000; Castillo, Sin embargo, en esta compleja trayectoria ha
Ruvalcaba y Martínez, 2002), pero también con sido evidente la intención de hegemonizar el campo
aproximaciones a filosofías orientales (Guha y Mar-
tínez-Alier, 1997; Guha, 2000), así como con el vas- 1
La pluralidad discursiva es frecuente dentro del campo de lo
to espectro de la ecoespiritualidad (Berry, 1988; social. Sin embargo, en el caso de la EA se incrementa aún más
Scharper, 1998; Hallman, 1994). por la diversidad existente, incluso del propio concepto, deriva-
do, entre otros aspectos, de las variadas definiciones de lo que es
Asimismo, muchos de los discursos identifica-
el medio ambiente. Encontramos concepciones que ven al am-
dos en la EA se encuentran fuertemente asociados a biente como naturaleza, recursos naturales, sistema, y ambiente,
un modo de concebir la realidad que busca la verdad desde el punto de vista local y global, y como problema, entre
otros (Sauvé, 1997b).
universal y cree en el camino de plenitud y progreso,
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Campo de partida
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posesión de reservas petroleras y la ocupación de las Rio y después de Johannesburgo, y de muchas otras
rutas geopolíticamente estratégicas. reuniones cumbre sobre habitat, mujer, población,
Smyth agrega que la idea del desarrollo sus- educación, pobreza, inter alia, se ha ampliado en el
tentable requiere de un mayor esclarecimiento y un mundo la brecha entre el desarrollo y el subdesarro-
uso cuidadoso, y menciona que no deja de llamar la llo: los pobres son aún más pobres, y los ricos más
atención la popularidad de que goza entre gobier- ricos, sobre todo las grandes corporaciones interna-
nos, empresarios de industrias y reconocidas orga- cionales y los capitales financieros. Pero también
nizaciones; incluso es popular entre los países en durante esos años, el deterioro ambiental ha crecido
desarrollo que creen ver ahí las posibilidades de un dramáticamente. Según la Evaluación de los Ecosis-
mundo más justo en los intercambios comerciales y temas del Milenio (Millennium Ecosystem Assessment,
la distribución de la riqueza. No es de extrañar que 2005), la cantidad de agua extraída de los ríos y la-
la sustentabilidad sea la bandera de las grandes cor- gos para el riego, el uso doméstico y la industria se
poraciones mundiales y de los gobiernos a ellas aso- duplicó en los últimos 40 años; de 1980 a la fecha se
ciadas, así como de las grandes organizaciones ha perdido aproximadamente 35% de los manglares
conservacionistas “no lucrativas” que se ven benefi- y se destruyó 20% de los arrecifes del mundo y 20%
ciadas con sus contribuciones. Lo que extraña es la ha sido seriamente degradado o destruido; las activi-
expectativa ingenua de quienes piensan que con base dades humanas generan ahora más nitrógeno bioló-
en la sustentabilidad puede construirse un mundo gicamente disponible que el que producen todos los
solidario y equitativo. procesos naturales juntos, y más de la mitad de todo
En 1992, el PNUD publicó su tercer informe el fertilizante a base de nitrógeno producido hasta
de desarrollo humano. En ese año, el informe fue ilus- ahora se ha aplicado desde 1985; por lo menos un
trado por la gráfica conocida por su forma como la cuarto de las poblaciones de peces marinos, están
“copa de champagne” que mostraba la enorme des- siendo sobreexplotadas, entre muchos otros datos.
igualdad en el consumo mundial de los recursos na- Frente a tal panorama de insustentabilidad, la
turales, financieros, energéticos, etc. 82.7% de estos economía y el consumismo han crecido a niveles
recursos era consumido por 20% de la población más nunca vistos, a partir de un nuevo rasgo del way of
rica, mientras que sólo 1.4% por el quintil más po- life de occidente, centrado en un modelo adquisitivo
bre4 (PNUD, 1992). En 2001, según el PNUD, había individual que ha sido introducido en todo el mun-
4,000 millones de personas en el mundo que sobre- do, ofreciendo la ilusoria emancipación del sujeto
vivían con dos dólares diarios o menos. Esta es la (Peters, 2005). En base a lo anterior es posible reco-
verdadera relación proporcional entre el desarrollo y nocer que en estos tres conjuntos sobrepuestos de la
el subdesarrollo. En el periodo de catorce años post- economía, la sociedad y el ambiente, con los cuales
se suele representar la idea del desarrollo sustentable
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en forma genérica y al margen de definiciones, lo
Por cierto el índice de desarrollo humano del UNDP no con-
templó inicialmente factores ambientales, solamente económicos, que al final prevalece, en forma abrumadora, es la
de educación y salud. En los años sucesivos, fueron incorporán- racionalidad económica (Stevenson, 2002: 191).
dose criterios de ajuste por desequilibrios regionales internos,
desigualdades de género en el acceso a la educación y otros servi-
Citando a Pezzey (1998), Smyth (1995: 11)
cios, etc. Así fue como hasta 2001, se adicionó el factor de sus- acepta que el opaco concepto de desarrollo susten-
tentabilidad ambiental representado por los valores de emisiones table “es útil para forjar un consenso para promover
de dióxido de carbono y eficiencia energética, como un elemento
a considerar en la evaluación del desarrollo humano y de la cali- el desarrollo sustentable pero también obscurece los
dad de vida (PNUD, 2001). temas políticos, filosóficos y técnicos que todavía
permanecen sin resolver” y denuncia que estos tér- riamente limitada. Smyth pregunta: “¿Necesitaremos
minos se han “convertido en la propiedad de un una crisis internacional de algún tipo para posicionar
sacerdocio ambientalmente ilustrado presentado mejor esto en la agenda política?”
como símbolos de bondad a ser iluminados, no ex- En cuanto a la identidad, Smyth señala que la
plicados”, por lo que advierte que los “educadores educación acorde con la Agenda 21 está sufriendo
deberían asegurarse en sus propias mentes que sa- una crisis de identidad, reflejada en las actuales difi-
ben lo que están diciendo, y que los otros también lo cultades sobre cómo denominarla: educación am-
saben, porque hay mucha gente alrededor de quie- biental, educación para el desarrollo sustentable, para
nes apoyan la falta de claridad sobre las implicacio- la sustentabilidad, o alguna de las otras variantes exis-
nes de un estilo de vida globalmente sustentable, que tentes. “Los educadores están en peligro de perder
no lo están”. sus bases de entendimiento común sobre los térmi-
¿Cómo educar bajo esta perspectiva? La ma- nos empleados para describir el ambiente, el desa-
yor contribución a los procesos educativos sería rrollo y la sustentabilidad: lo cual debilita la presión
develar los intereses que se encuentran enquistados para la reforma educativa” (Smyth, 1998: 18).
en los discursos de sustentabilidad; desenmascarar En uno de sus más conocidos y mejor logra-
los discursos que pregonan las “buenas nuevas” al tiem- dos párrafos, parafraseando a Winston Churchill,
po que, en los hechos, desangran y saquean continen- Smyth (1998: 15) afirma que: “Si la educación am-
tes enteros; deconstruir la supuesta posibilidad de tras- biental significa una educación largamente confina-
cender hacia un nuevo estadio civilizatorio, mientras la da al ambiente verde, entonces ciertamente podría
pobreza, el hambre y la degradación ecológica cam- ser el principio del fin. Pero si se adopta una mirada
pean por doquier. De ahí que Plant (1995: 261) apun- holística del ambiente, como originalmente se preten-
ta hacia “la naturaleza contenciosa del desarrollo sus- día, y se desarrolla entre la gente la perspectiva de
tentable”, así como a la necesidad de “promover una vida mejor, más rica, menos amenazada, un
enfoques de la educación ambiental que valoren y mundo más seguro, entonces simplemente podría ser
respondan críticamente a las realidades económicas el final del principio y nos equipará para el futuro
y políticas”. con una visión más clara que nos sostendrá y condu-
En un trabajo posterior, Smyth (1998) reco- cirá hacia delante” (cursivas de González-Gaudiano).
noce que la EA congruente con los objetivos de la En una perspectiva cualitativamente diferente
Agenda 21, está generando preocupación en varios y en un discurso poco común en la discusión entre la
aspectos, pero principalmente en dos de ellos: su EA y la EDS, Bonnett (2002: 4) afirma que la esencia
estatus y su identidad. A nivel de estatus dice que de la sustentabilidad “es intrínseca a la auténtica con-
continúa siendo relativamente bajo, tanto en el con- ciencia humana” por lo que empleada “como un
texto internacional como en el nacional, pese a sus marco mental no alude sólo al tema de las actitudes
frecuentes referencias; asimismo, existe una pobre hacia el ambiente, sino que representa una perspec-
representación de los educadores, tanto gubernamen- tiva sobre el conjunto de las más fundamentales con-
tales como no gubernamentales, en los procesos de sideraciones éticas, epistemológicas y metafísicas para
planeación a ellos asociados y en las negociaciones, describir al ser humano; una perspectiva que es tan-
y una casi nula prioridad en los presupuestos; bajo to teórica como práctica en cuanto a lo que preocu-
nivel de compromiso de los profesionales (practitio- pa esencialmente respecto de las prácticas antrópicas,
ners), y quienes están de manera entusiasta dedica- así como las concepciones y valores en ellas imbui-
dos en lo individual poseen una influencia necesa- das”. Se trata de una postura filosófica hacia una
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¿TENSIÓN O
TRANSICIÓN?
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complejidad y responsabilidad de lo que ocurre, so- social sin mediación alguna, como lo está haciendo
bre todo si dicha refundación tiene como origen ve- la propuesta de la UNESCO para la instrumentación
leidades de organismos internacionaless8, puede re- de la EDS durante la Década 2005-2014 (UNESCO,
sultar muy peligroso ante los críticos rezagos del 2004). Por ello será posible observar una tensión
desarrollo y la agudización de las expectativas socia- permanente no sólo durante el decenio, sino hasta
les. En suma, no pueden imputársele a la EA los ma- cuando la EDS empiece a mostrar sus limitaciones y
gros resultados de las políticas ambientales, sociales problemas de diverso tipo y sea desplazada por al-
y económicas, y con eso justificar la imposición de gún otro concepto que pueda discursivamente fun-
oscuros neologismos, para con ello postergar el in- cionar para seguir encubriendo el ejercicio del po-
evitable enfrentamiento decidido de los riesgos y der, un “nuevo y paradójico eslogan político”
amenazas del presente y los que están tocando a la (Stables, 2006: 159), no sin antes recibir una gran
puerta. cantidad de nuevas definiciones y significados reci-
Sin embargo, existe el convencimiento de que clados los que podrán ser analizados, interpretados
el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sus- y debatidos a la luz de su iterabilidad9. Por todo ello,
tentable (2005-2014) es una oportunidad para eva- el campo estará tensionado pero también estará en
luar críticamente el quehacer de los educadores am- transición porque, a final de cuentas, toda tensión
bientales, así como para reforzar las debilidades y discursiva es constitutiva de la identidad de cualquier
superar los sesgos que están a la vista. Se requiere campo.
regresar a los puntos de partida, a los pronuncia-
mientos que dieron origen al campo, revisarlos para BIBLIOGRAFÍA
actualizarlos; un aggiornamento para ponerlos a punto
con los tiempos que corren. De la misma manera, Altieri, M. A. (2004), “Linking ecologist and traditional farmers in
the search for sustainable agriculture”, en Frontiers in Ecology
pueden aprovecharse contribuciones que se han he- and the Environment, 2 (1), pp.35-42.
cho desde la EDS y que tienen mucho sentido. Por Barnes, T. J. (1996), Logics of dislocation. Models, metaphors, and
ejemplo, Tilbury (1995) insiste en que hay que dejar meanings of economic space, New York: The Guilford Press.
Berry,T. (1988), The dream of the Earth, San Francisco: Sierra Club.
de poner el acento en la educación como un proceso Bifani, P. (1992), “Desarrollo sustentable, población y pobreza:
curricular para verla más como un proceso social; Algunas reflexiones conceptuales”, en Conferencia magis-
coincidiendo con Tilbury, es algo que hay que hacer tral en el Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental,
Guadalajara, México. Noviembre.
para no seguir atrapados en los rituales estereotipados Bonnett, M. (2002), “Education for sustainability as a frame of
de la escolarización. Esto ha sido ya señalado innu- mind”, en Environmental Education Research, 8 (1), pp. 9-
20.
merables veces, pero pareciera que hay una especie
Bourdieu, P. (1990), Sociología y cultura, México: Grijalbo-Cona-
de fuerza centrípeta que vuelve a concentrar el foco culta.
en la dimensión curricular. Para luchar contra esto, tam- Buenfil-Burgos, R. N. (2000), “Globalization, education and
discourse political analysis. Ambiguity and accountability
bién se necesitan otras vías de pensar el currículo. in research”, en International Journal of Qualitative Studies
La crisis ambiental es social antes que ecológica, in Education, 13 (1), pp 1-24.
pero eso no conduce a subsumir lo ambiental en lo Castillo, A. (2000), “Communication and utilization of science in
developing countries: the case of Mexican ecology”, en
Science Communication, 22, pp. 46-72.
8
Se alude aquí a la política de la UNESCO por imponer el con-
cepto de EDS, para lo cual extendió el certificado de defunción
9
de la EA en 1997 durante el proceso preparatorio de la Confe- Fue Derrida (1982) quien formuló la idea de iterabilidad como
rencia de Tesalónica, ignorando incluso los acuerdos surgidos en una repetición circular que se recrea a sí misma introduciendo
contrario en la misma (UNESCO, 1997). algunos cambios que alteran su planteamiento previo.
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