Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ernest Hemingway
1
ELLOS LO SABEN TODO
acontecimientos inesperados, las luces y las sombras, las calles y las personas
que caminaban de un lado a otro y aún el aire cálido que estremecía sus
cuerpos.
tema, simplemente dejaba que transcurriera el tiempo y que las cosas tornaran
que nunca los lectores del diario se enterarían, eran suculentos almuerzos
después de concluida una jornada, y parte de los cuales él, como mago que
Pero los verdaderos instantes de gloria eran cuando una vez al mes el director
2
Eran conversaciones amigables que se deslizaban suavemente para que
que debía decirle las cosas que había escuchado en las calles, los
lengua… lo mejor de todo era que no estaba obligado- aunque bien podía- a
dar los nombres ni más detalles de los presuntos culpables, solo el hecho en sí.
Ni siquiera pudo recordar cuál había sido su aporte la última vez, pero sí que el
el mes anterior daba fe de que si seguía tomándose las cosas tan a la ligera en
infalible para en un turno ajeno al suyo dejar seca una de las calderas del
3
nefasto: un grupo disidente envenenaría la fuente de abasto de agua de la que
se nutría la población.
del gobierno.
mañana para hacer sus ejercicios de yoga. Aún medio dormido se puso la
trusa, le gustaba aquella pieza que conservaba hacía más de treinta años,
cuando era miembro del equipo de lucha de la provincia, porque quizás aunque
o sentado ante el televisor junto a su mujer y su hijo pequeño sobre las rodillas.
pequeños surcos alrededor de los ojos, nuevas arrugas en el rostro o las líneas
4
Mientras el sonido el ventilador llenaba todos los espacios del cuarto escogió
cuerpos se deslizó por su piel con pequeñas manchas oscuras en las manos.
aquellos que alguna vez habían compartido su vida y que ahora eran
tal forma que solo dejaba al descubierto la nariz aguileña sobre una mandíbula
gastado como otros muchos, al menos hasta que le tocó hablar al presidente
5
amontonados a la entrada de la cooperativa así lo indicaba. Al principio,
su cuerpo.
Debía salir del mal trance inmediatamente y puso en ello todo su empeño, lo
uno de los ayudantes cayó en el cemento recién fundido, la zanja era profunda
equipo que se apagaba, el flujo de las ideas del presidente se cortó de golpe y
6
-Ahora los invitamos a recorrer la instalación, equipada con moderna
capó.
El periodista suspiró, fue hacia la cocina y preparó un pedazo de pan con salsa
hundido y la cara vuelta hacia la casa del periodista. Entonces como de golpe
en el asiento.
amortiguada por el follaje de los árboles le parecía que el gris acerado del auto
7
Se despertó exactamente a las tres de la madrugada y fue directamente al
oscuridad azul del horizonte. Un poco más allá, descubrió a otra figura sentada
vecino.
yermos, rastrojos, el ingenio con una columna de humo hacia el cielo, casas
manto…el vértigo.
pantalla se iluminó. Los dedos pulsaron las teclas. Al repetir por segunda vez la
-¿Quién es?
mi casa.
8
Escuchó un ruido apagado, como el de unos pies deslizándose por el camino
Corrió de nuevo al cuarto, abrió la persiana y los ojos hacia la oscuridad. Nada.
Un tiempo atrás apenas conocía a Sergio; todo sucedió una tarde en que los
parte resultaba que se había sobre cumplido todos los planes relacionados con
frijoles, las hortalizas, la leche y la carne se mostraban como cifras que corrían
sobre él, un hombre sentado a su izquierda, varias sillas más allá lo estaba
mirando fijo, con intensa curiosidad. Una mirada ajena por completo a los
los ojos se cruzaron, pero ese breve lapso de tiempo bastó para que la amistad
café, fumar unos cigarros y conversar, nunca hablaban de lo cara que estaba la
9
comida, la ropa, ni de la escasez de artículos o la falta de economía familiar.
Eran temas muy escabrosos por lo que su sola mención pudiera conducir a los
mal pensados que pululaban por doquier y a los soplones a creer que ambos
fuego bajo las ropas y que hablaban con palabras y falsas bocas dibujadas la
y ahí se quedó dormido, cuando abrió los ojos ya había amanecido; en la calle
Fue a la cocina y se preparó otro pan con salsa fría. Tenía el cuerpo adolorido,
Tomó una ducha, las bolsas bajo los ojos eran dos manchas oscuras. Mientras
10
ellas, solo fotos de su ex mujer y su hijo y cartas personales… pero era su vida
del sobretodo a la policía. ¿Pero qué le diría, que un extraño que usaba
‘trompeta”, “bochinche”, todos los epítetos denigrantes con que se aludía a los
delatores.
Lo más acertado sería llamar a otra vez a Sergio y contarle todo lo ocurrido con
lujo de detalles.
del sobretodo y el sombrero hundido, o tal vez otra gente. A estas alturas creía
11
de un plan meticulosamente montado para sacarlo del camino. La pregunta
“¿Y si no era así pero Sergio había caído en sus manos, y si ya confesó?”, se
preguntó.
Fue hasta la persiana y observó la calle. El hombre del sobretodo estaba fuera
del carro, fumando. A cada rato, como al descuido, lanzaba una mirada furtiva
hacia la casa.
Era muy confuso. Si pudiera volver atrás al día nefasto en que perdió por
12
LEGÍTIMA DEFENSA
escucha que pudiera tener un feto, muchísimo menos cuando todo el tiempo
doctora inclinada sobre ella, poderosamente armada- iba a aplicarme los forcé-
Según fui creciendo me di cuenta de que las mujeres eran infinitamente más
de nervios resultante y también una lucha que los hombres habían postergado
expresión: dar la nota patriótica. Para entonces me sentía tan cansado que mis
ideas se deslizaban hacia otro lugar o un cúmulo de ellas que resultaban muy
Revista bimensual “Mujeres”; en ella descubría entre líneas cómo las féminas
13
repudio total de mi padre- en las desagradables labores domésticas que
lucha, se imponían los disfraces más sofisticados, las inyecciones letales, los
artificio, armas de exterminio masivo....; aunque existía otro grupo, no por ello
Fue una casualidad por demás desgraciada que las hostilidades se rompieran
noche en que mamá roció con alcohol los genitales de mi padre, arrojándole
fin disponer del tiempo suficiente para pensar en cómo protegerme de las
Conocía a las mujeres tan bien que sus actitudes no deberían producirme
ningún efecto, pero reconozco que nunca desapareció la sensación de que iba
14
a ser exterminado sin tregua, acechado en todos los lugares y lo peor, asaltado
Sofocada fue abriéndose paso, adherida al olor que los cuerpos me enviaban
al ritmo de la respiración de sus cavidades más íntimas, una idea: “No estar
Durante años me había mantenido vigilante para no ser sorprendido otra vez.
ataque y tomara la iniciativa con una astucia que provenía de una temprana
confianza de especie. Dos de las causas más antiguas el amor y los negocios
Dentro de unos minutos o una hora - el tiempo del espíritu es muy complejo-
es ¿estará armada?
estrellas del cine ibérico. Para ganar esta categoría las muchachas tenían que
15
ser vistas, estudiadas, inspeccionadas y por último templadas por Patas flacas,
La casa paladar era una edificación antigua que había sido modernizada o
a prueba de robos: en fin, un híbrido que los más jóvenes llamaban moderno y
las personas de más edad una pocilga. En la entrada había colgado un letrero
Patas”.
perjudicas.
partido; todavía tenía dudas de que existiera un plan, una idea detrás de todo lo
aparente y sencillo.
Cerró los ojos e inclinó hacia delante el busto, en lo que consideraba una
actitud desafiante.
- ¡Cógela!
16
Nadie como Patas para localizar a una lesbiana o un gay, no sé de qué arte se
Un bomboncito oscuro cubierto con un mini vestidito rosa que se movía entre
de mesa.
Cerré los ojos y dominando todos los sonidos escuché el ruido que haría al
cabalgar a aquella chica; un ruidito muy especial que nadie puede describir
pero que se reconoce siempre ¡Dios mío, cuánto lo deseaba! por inoportuno
que pudiera ser ese acto o como se llamase aquello que se enrollaba alrededor
y luego una gran sonrisa que flotaba llenando todos los espacios.
- Atiéndeme aunque sea una vez en tu vida.- dije, pellizcándole la cara bulbosa
- ¿Quién coño crees que eres para venir a decírmelo a esta hora? Ahí afuera a
mil mariposas de tres al cuarto como tú? ¿Te imaginas lo que hay invertido en
este negocio?
17
La risa de Patas flotó desde la silla pegando en mi pecho y continuó subiendo
condena menor.
Hubo una pausa. Reflejo metálico de alerta que en otras circunstancias podía
Iba saliendo del paladar cuando escuché que me llamaba. Se había sentado a
- No puedo.
Esta era precisamente una de las preguntas que los años no habían
Cuando conocí a Patas yo tenía quince años y era el protegido del Kinito
Maraña, un hampón del barrio de América Latina. Patas flacas con ayuda de
18
Como no dije, Patas y su amiga le pagaban protección a Maraña. Mas
favor especial.
-Le voy a mandar a una de las muchachas, por la casa- dijo ella.
-El muchacho está encaprichado contigo. Quiere que seas tú y no una de las
muchachas.
En aquel lugar parecía no había nadie más que ellos dos, como si fuesen los
- ¿Cuándo?
Patas flacas se puso de pie y echó a andar hacia uno de los cuartos, yo
también lo hice.
grandísimo.
-Acabemos ya - dijo.
19
Me acerqué.
Se sentó en la cama.
No hay nada más doloroso que el rechazo. Nada más terrible para una
-Ven aquí - me pidió, abriendo lentamente las piernas para descubrir de nuevo
Yo era un niño. Jamás debí lanzarme sobre Patas tomando con mis labios sus
Poco después cuando estuve preso, era Patas flacas quien me llevaba las
Nunca más volvimos a intentarlo, nunca probamos otra fantasía sexual. Pero
nos quedó el recuerdo y hoy me avergüenza decir que aquella noche fue como
Cruzó los brazos en el respaldo del asiento y apoyó la barbilla esperando sin
20
Su sonrisa me desarmaba. La pistola se fue convirtiendo en algo incorpóreo.
los ojos, vi a la chica negra con un fusil de cañón recortado bajo el vestido.
- Claro que no mi sol. Te la vas a joder tú mismo- entonces fue Patas quien
pellizcó mi cara.
Me sentí fluido, incongruente. Patas flacas tomó mis manos y las puso en su
cabeza mientras yo decía que no; fue trazando con ellas un dibujo en el
cerquillo de la frente hasta colocarlo por detrás de las orejas - el pelo era tieso
Dentro de unos minutos o una hora - el tiempo del espíritu es muy complejo-
21
ENDOGAMIA
reconocer
Así eran la mayoría de los cuentos de mi barrio: primero una discusión, luego la
quienes se habían especializado en abrir los huecos para una casa un sábado
amanecer del domingo los habitantes nos encontrábamos con otra covacha,
y si continuaba el ritmo normal de las cosas debería educarme yo, mis hijos y
los hijos de mis hijos. Y es que en aquel barrio no entraba ni de visita el Jefe de
visita que nos hiciera mi tío Anselmo, el de la Habana, le regaló unos libros de
volumen entre las manos; él era uno de los caciques del suburbio.
22
Los hombres de La Rebambaramba no tomaban sopa- en el sentido estricto de
la palabra- no se acostaban en las camas por el día y las afrentas eran lavadas
con sangre.
Vi flotando ante mis ojos el cuerpo rojo del Chévere, y en los horrorizados de
Atlético, de La Habana.
Ya mis aficiones literarias no eran un secreto para nadie. Un día ofrecí una
23
Otro día llegó al lugar la buena noticia: Una Editorial publicaría un libro de
cuentos míos.
Esta vez pusieron dos tanques más grandes unidos por un tablón forrado con
encaramé.
Les leí a los pobladores reunidos sobre el loco que cree que está en medio de
una guerra entre los hombres y las mujeres y donde ellas ganan posiciones
policía, que es la única forma de estar armado; de la mujer que está muriendo
escritor de barrio es vejado una y otra vez por un enano mafioso, encaprichado
en quitarle todas las mujeres que lucha, hasta que el capón literato se decide a
el chivato que denunciaba las cosas que ocurrían en el barrio al Jefe de Sector,
para que este le quitara del medio la competencia y quedarse él con todos los
como el mismo decía: “Hay presas tan grandes que ni se les apunta”
más que traté de ayudarla. Entonces desde la tierra dijo que ella tenía un hijo
que tomaba sopa, pero que era guapo por decir cosas que no le gustaban al
gobierno, que deambulaba por las noches y dormía en la cama por el día, que
24
la única vez que se había fajado el Chévere le habían roto la cara, sin que él
25
LA LOCA DEL PELO AZUL
de lo posible y que algunas tardes están hechas con nitroglicerina, pero no soy
único donde un vaso de té puede ahuyentar los ruidos del barrio, el único en
que las mujeres ricas que bailan, esconden luces en el fondo de sus vaginas.
ellos no diferencian entre poetas y narradores; pero no saben que lo que hace
este lugar tan especial es que junto a las mesas, se mueven solo para mí las
La tarde es el mejor horario para escribir y cuando termino los poemas se los
apena decirlo- porque las aguas de mayo pueden destruir toda mi obra.
Quiroga mira las poesías, sin escuchar los suspiros que salen del papel, sin
respirar los perfumes ricos de las cunetas, ciego ante la ternura del cuerpo de
las putas.
- Algún día voy a pagar todos los té que te debo- le digo a modo de despedida.
26
A nosotros los escritores con cierta madurez nada nos asombra, pero cualquier
otra persona con menos experiencia hoy se hubiese caído de espaldas al ver a
una de las bailarinas del bar acercarse a mi mesa. Lo más llamativo es que
hombros.
De lo que si no me quedan dudas es que está loca. Tiene que estar muy mal
Quiroga.
Bala equivocada, porque ella no se parece a las otras bailarinas, a las que con
solo cerrar los ojos poseo bien suave para tener un orgasmo escondido, como
que después tengo que buscar el perdón de Quiroga en cada sorbo del té que
me refresca la garganta.
¿Qué espera, acaso que le cuente por qué estoy viviendo una crisis
existencial?
27
Alberto San Pedro. Apellido de santo, santo chiquito. Algunas noches sueño
que lo llevo a patadas desde el Puente de las flores hasta el edificio nuevo de
la Palma.
San Pedro mide uno sesenta y siempre anda acompañado de Pipe y Papo. A
sus espaldas la gente lo llama “el enano”; en cambio a la pareja que miden uno
Le cuento a la loca que el enano es el dueño de todos los negocios del barrio y
que allí no pasa ni una guasasa sin que él lo sepa y le cobre el vuelo.
Según Chachi, Alberto le tiene echado el ojo a mi cuarto para una valla de
romance con ella; un poco antes que Juan Carlos el Viruta, que era músico de
a la loca del pelo azul, le digo que en este barrio de Calabazar de Sagua donde
hubiera podido darle a Alberto San Pedro las manos de patadas que se me
antojaran.
Pero el tiempo es eso, tiempo, y diez años más tarde ella era lo mejor del
poemazos limpios.
cuando uno no cree en ellas ¿pero quién se le resiste? Aquí donde están de
28
importante lo hiciera, las inaugurábamos nosotros- le hago un guiño a la loca-
iba a quitar.
Cuando Chachi empezó con San Pedro algunas noches ella se dejaba caer por
mi covacha, disculpándose con que lo único que quería era heredarlo; una
fantasía increíble porque ese enano tiene más salud que un toro. Yo sabía que
ella también andaba con Juan Carlos, el hijo del Pelú, al que todavía no le
decían Viruta.
Después de la visita que le hizo la pareja de Pipe y Papo, Juan Carlos perdió
como yo. Me había acercado a ella con el pretexto de que tenía sensibilidad
artística y todas las condiciones para ser la futura Dulce María Loynaz de la
sensibilidad era yo que necesitaba una mujer que inspirase mis poemas.
Para no engañar a la loca del pelo azul, según pasaban los días, los temas
Hacer el amor con la Tiqui era distinto. No puedo culparla de que le faltara
del doblete o la tripleta. Por si fuera poco había un gusanito en la mente que no
29
me dejaba tranquilo ¿que podría pasar si el cabrón del enano también se
debajo de la manga. Empecé a imaginarme cerrando los ojos que la Tiqui era
Chachi. Entonces mis noches fueron poesías, amor y piel y besos y magia.
Lo difícil fue enfrentarme al presentimiento de que con el día algo malo tenía
que pasar. Solo así puedo explicarme que una mañana Alberto y la pareja me
abrieran el cuartito y digo abrir para no asustar a la loca del pelo azul, pues
La Tiqui estaba durmiendo conmigo, boca abajo, las nalgas al aire. Tiqui que
Pedro, que sin vista volvía la vista hacia mí, con desgano.
- Oye, quiero que hagas un libro sobre todo lo bueno que yo he hecho por este
barrio.
“Como en una película. Enano de mierda ¿Quién coño cree que es, Al
Capone?”
Decidí entonces ganarle por medio de esa sabiduría antiquísima que tenemos
30
- Claro Hemingway, después. Ahora nos vamos para que la señora pueda
vestirse.
Antes de salir, Pipe quitó la puerta de en medio, con tan mala suerte que el
desgraciado no tenía idea de lo que son los planes editoriales, las fechas
Esa tarde le entregué a Quiroga un poema que se titulaba “El gran escape“,
sobre un escritor que se fuga para la provincia de Oriente con el dinero que le
Pensé que veía por última vez mi casa o lo que quedaba del cuarto, un
cobertizo casi sin techo y un rayo de sol que entraba a empujones. Estuve allí
tanto tiempo que cuando el sol fue bajando la luz se fundía con las paredes y
La Tiqui estaba dentro. La miré y me di cuenta que la había visto muchas veces
La loca enseña otra vez los dientes; es su expresión de que entiende todo.
31
Y yo tuve la certeza que en mi cuarto y en mi cama habían pasado cosas que
más.
Me gustan las tardes porque te inmunizan contra las noches, contra el dolor y
el miedo.
Esa noche no fue como las otras, por el ritmo desigual que el hombre le pone al
tiempo.
Chachi.
Bienaventurados los poetas, que convierten las ideas más lúgubres en un vals
murmurado.
recompensados.
eróticas.
- Las apuestas en el barrio están nueve a uno que no pasa de mañana a que
me cambien el nombre por el de Picadillo- le digo a la loca del pelo azul, que
32
Esta vez no le leo a Quiroga, pero pongo encima de la mesa para él mi primera
creación de narrativa.
No dejo que la loca me acompañe hasta la puerta del bar porque el tiempo y el
Horas, días, tal vez seremos trasplantados en otro siglo… pero ni siquiera la
- Leí lo que dejaste aquí la otra vez- me dice Quiroga al verme- ¡ahora si la
pegaste, Hemingway!
- Está muy bien escrito - prosigue- Pero dime una cosa, Hemingway, si todavía
no había pasado ¿cómo carajo tú sabías que esa noche el enano iba a tirarse
Busco con la vista inútilmente a la loca. El aire que desplazan las bailarinas me
33
LOS CABALLOS NO MERECEN EL CIELO
Abajo las hojas de los árboles no se movían, ningún viento las agitaba, como a
él. No había ruidos y el silencio era insoportable, pero para Luisi era mejor no
Miró a los lados. Todo eso lo había caminado con Vilma, su esposa, un día tras
otro; una fotografía gastada que conocía con los ojos cerrados, pues mientras
le acariciaba los senos y la rosa tibia estaba consciente de que algo muy
Gotas frías como las palabras del mariconcito; la cara que puso cuando lo
obligó a bajarse del tractor. Debió ver algo en Luisi, no sé si fue el miedo a la
Tenía la boca amarga, la cabeza pesada. Vilma asomó dentro del baño.
- Hace calor
“¿Cómo puedo hablar con ella así de cualquier cosa; la hora, el baño, el frío....
“, pensó.
- Estaba pensando.
34
- ¿Estás seguro?
“¡Que sed! “, pensó, “necesito algo fresco“. Pero no; besos y apretones para
suave para dejar bien claro que tenía calor y por eso se dio la ducha.
- No he abierto la boca.
Mejor así. Probable lo interpretase mal y además haría bien en interpretar mal
las voces; no quería que oyese a toda esa gente que no lo dejaba, de pronto se
llamara. Porque para él, el gran problema era que no podía vaciarse rápido en
Vilma, así como toda esa gente de su cabeza creía que sus problemas eran los
Las personas de su tiempo todavía creían y temían. Luisi tenía aparte de Dios,
sus padres los llamaban según la maldad que él estuviese haciendo. Su hijo
Raulín estaba libre, solo tenía a su madre, la maestra, a él..... ¿a él? Para
terraplén. A veces lo miraba con cariño, a veces con rabia. Parecía otro.
“Caballo Blanco”
35
Entonces hizo conciencia de que estaban hablando a través de su boca. Algo
estaba muriendo, también lo que tenía dentro de Vilma; a ella se le llenaron los
ojos de lágrimas. Le dio lástima y un poco de miedo. Si, un poco de eso le dio
- Sabes que el niño no quiere llevar merienda a la escuela - dijo Vilma al rato,
- No me digas.
- Parece que comentaron algo, que los otros padres no tienen lo que nosotros o
- ¡Que problema !
“¿Qué estaba haciendo? “ Ah sí, se demostraba que todo estaba bien, que era
un triunfador y que su vida era solo rutina.... “menos anteayer “, se dijo. Ese día
pintura, pero cuando se sentó en el tractor vio que tenía el pecho plano y la
cara afeitada.
“No me lo pareció”.
“¿Por qué?”
36
“Luce diferente, no como los hombres que he visto en Dos Amigos”.
sin hipocresías.
mesa.
- No es eso.
“No lo fue aquel día”, pensó, pero cuando le dijo que era diferente se puso
tractor como hoja en remolino. Por suerte el ave no habló más y entonces
¿Pero Luisi a quién iba a llamar? Al menos si fuera como antes. Desde niño
creía en El. Por las noches se arrodillaba en la oscuridad a rogarle para que su
padre dejara la bebida y que los Reyes Magos le trajeran buenos juguetes;
de su padre.
Se bajó de la cama.
“¿Qué diablos iba a hacer con esa pudrición, con ese desespero? “
37
- ¿Qué dices? No estoy loco.
- No es como siempre.
sus amigos si supieran que con once años tenía miedo dormir solo? Luisi
tendría poco más que eso y ya se la rifaba en la calle llevando de un lado a otro
ganarte el baro fácil “, le dijo. Vestidos los dos aquella noche que ni para qué;
se colaron dónde estaba la disco- móvil. Allí la laguna estaba suelta. Isidro
empezó a pintarle a un pato durito, con unas sortijas en los dedos. Él se dio
cuenta y vino hacia ellos meneándose más que una zaranda y con un cigarro
en la mano:
“Candela no tenemos, loca, pero si buscas otra cosa mi primo aquí presente,
38
quiso. Después se agachó en el suelo a vomitar porque como siempre estaba
borracho.
“Ya no tengo hijo coño, eres bagazo....”. El viejo lo pateó duro y él tuvo que
ningún pájaro; ya no les hacía falta. Tenían la casa preparada como casa de
citas y lo de ellos era solo cobrar. Caro, eso sí, porque ¿en que otro lugar los
sentir que los trataban con respeto? Caballo por lo de él con los maricones y
Blanco por el color de la piel. El caso fue que cuando Isidro llegó ya Luisi tenía
Los viejos, Luisi chiquito, Isidro, Caballo Blanco, él otra vez, los gansos que no
39
Cuando retiró las manos Vilma y Raulín estaban abrazados, los dos pares de
ojos fijos en él. Montones de veces lo había visto en otras caras, el miedo...
Y era que de toda aquella confusión quedaban solo los tres, era como si por
aprisa.
- Vilma- la llamó.
Tenía que entenderlo porque para algo era su mujer. Quería decirle que lo que
tenían no era de ellos; la casa, lo de dentro, nada. Todo lo ganó Caballo Blanco
preguntaría: ¿Por qué ese tal Caballo Blanco le daría tantas cosas? ¿Qué le
iba a responder?
El alma se le vino abajo, iba a explicarle que el pasado acabó y que iban a
empezar de nuevo, desde cero, como quien dice, pero antes de abrir la boca le
negocito.... pero si se torcía otra vez ¿qué base tenía lo que iba a hacer?
- Atiende para acá - dijo, animado porque ya las cosas habían empezado a
salir- no podemos quedarnos en este lugar ni con la casa. Nos vamos de aquí
40
- ¿Qué estás pensando, vender lo nuestro?
- No. No quiero ese dinero. Ahora mismo cogemos carretera los tres.
Vilma caminó hacia atrás, Luisi se quedó con los brazos en alto.
- Eran locuras mías, muchacha. Y ahora apúrense que les va a coger tarde.
Allá abajo aparte de Vilma y Raulín nada se movía, había tanta paz y él estaba
- Yo no soy Caballo Blanco - dijo, inclinándose cada vez más sobre el marco de
la ventana.
Y cerró los ojos como si con eso pudiera apagar las luces del día.
41
LA ÚLTIMA HISTORIETA
Cierro los ojos y me veo chiquito, viviendo todavía en Granadillo Viejo; mis
hermanos, mis padres y los abuelos con una vejez tan cansada y tranquila que
todo era permitido – y un espejo grande, decíamos las palabras mágicas frente
a él y al otro día dentro del baúl aparecían juguetes. El muro de las imágenes
distingo.
¡Mala suerte!, como diría el capitán Galán en su lucha contra los malvados de
parece que ha acabado con ellos, al otro día vuelven con nuevas tretas.
las vecinas.
42
A mí esos diálogos no me hacen falta, lo mío son los muñequitos: en el
televisor, los libros o cualquier periódico cómico. A cada rato tiro una mano con
«Nadie en este país gana eso», dice él, pero con todo nunca salgo del
De los que vamos yo soy el que más conocimiento tiene del monte y me
suyos, movimiento que no conducen a ningún lugar sino a una larga, dolorosa
-¡Eh, Varón!
pájaros.
camino, pero cuando más apurado se está menos se avanza; me enredo con
Parece que responden muy lejos. Me detengo… silencio. Con unos tajos más
43
Todo por la dichosa javita que ni siquiera es para mí o por el jueguito, me
lamento.
Busco asiento en una lometa de tierra. Al poco rato quiero levantarme, pero las
espalda.
Estoy casi muerto. Sí, porque veo una sombra deslizarse a mi orilla. Desde el
cuando yo quiera y que los otros darán conmigo, aunque en el fondo sé que
una nota que lo mismo puede ser de risa que de dolor ¡Solavaya, los perros
jíbaros!
mente.
tarde dibujada por el mismo que coloreó el monte, las veredas, el estero… todo
44
mano en el bolsillo para sacar un tabaco. Pero, ¿cómo? Ni tabaco ni fósforos
Estos son mis pensamientos cuando algo da un coletazo en medio del agua.
han visto por estos rumbos, por eso salgo a lo seco como un desenfrenado.
Así cuando la luna se levanta yo no sé si estoy lleno de ronchas o soy una sola
Ahora ya no siento los huesos apretados contra mí mismo, más bien un mareo
un alma.
45
Tengo el lugar completo para mí, nadie me vigila ni estoy obligado a nada, ni
¡Soy el Rey!, les advierto a los mosquitos que de seguro no han visto a Alicia
Pedazos de algo, me doy ánimos, ni siquiera bestias. Las bestias son enteras y
lugares y las gentes se alegran o sufren, pero al final serán siempre los
escombros, al otro día un macito de cabillas jorobadas, luego coges más valor
debajo… el volcán.
46
Félix miraba y miraba sin abrir la boca. Quería explicarle que lo hacía por
necesidad, que con ciento cuarenta pesos al mes no se puede y mucho menos
con una casa cayéndoseme arriba; pero no lo hice porque tiene tremendo
mejor saliera.
Pero no fue por esa impresión que me aconsejé con el Fabre, que es camaján
-¿Qué juego?
No aguanto más y mil veces lo he dicho, pero hoy no aguanto más de verdad y
desafío, pero también del desprecio y hasta del adiós. Me cubro los oídos con
las manos tratando de olvidar un pasado próximo por uno más antiguo.
Grito así por engaño. Le tengo pánico a la muerte, no tanto a esta que tengo
casi encima y que es solo el soplo de una brasa que se apaga; sino a la
arrastrarme como una lombriz detrás de Miguelito el Chino, a regalar una java a
cada rato.
47
El sol me sorprende garabateando palabras en las que nunca había pensado
Es bueno remover el olor a tierra, a plantío. Por eso no escucho las voces que
me llaman hasta que están muy cerca. Aprieto en mi mano el palo afilado.
Son muchos. Después todo el monte es silencio, solo el chillido de una lechuza
Oigo risas.
Mis padres, los abuelos, el baúl… todo evaporado, fundido en gelatina oscura
de sentimientos.
penetran tu mente y forman los cuerpos y las voces de tus seres queridos; los
-¡CONSTANTE…!
48
Deben existir cien mil formas de librarse de uno, pero ellos escogen la más
dolorosa.
Ya están a tiro.
49
SINFONÍA EN YO MAYOR
gente cree, lo que decide son los accidentes, las cosas pequeñas. El mundo
Y como uno de esos seres especiales que usted nunca afirmó que existen,
pero que a veces deja entrever su presencia, yo tengo un plan maestro para
ascender al paraíso.
La muerte también existe, como existe el temor al castigo social por un hecho o
Sería injusto conducirlo por las calles de Calabazar de Sagua sin proveerlo
mente con datos físicos y económicos sobre una comarca que se localiza a la
50
ex jefe de sector trazara caprichosamente en un mapa, para repartir a partes
Será preciso extenderme un poco para que se entienda que este accidente de
la cúspide.
gentes de todo tipo: buenos, malos, ricos y pobres… pero lo que realmente nos
La melodía verde era acompañada por el ruido de los vehículos, de las reses
51
ordenamiento está determinado por el yo y por el ello, que son estados de
nuestra conciencia.
Y dije nuestra porque aunque no esté dentro de sus teorías es propio que en
lugares así la gente siempre tenga algo que esconder. Mi yo, por ejemplo, ha
tratado en secreto de superar la barrera que me han impuesto ellos, los que me
Nada mejor para conocer a una persona que un mote. El nombre te lo imponen
reverbero….y yo.
Por pudor no comentaré la infame lista que ha viajado conmigo junto a los
años. Permítame dar un salto en las estaciones hasta tres años después del
obligaba con sus caricias y mimos a buscar y leerle todos los cuentos que yo
encontraba.
52
Y le haré esta anécdota para que vea que tengo muchísimas pruebas de que
familia y mi poblado.
Cire la viborilla, sentía una predilección especial por una noveleta sobre un
pícaro ruso, de remoquete “No sabe nada” y para regocijo general llamaba así,
pueblo entero creía saber de un prodigio local que tenía un hermano con cinco
caminé casi tres kilómetros campo adentro y me tendí sobre la hierba, parda en
su dolor.
Esa misma noche, en secreto, fue destruida por el fuego “Las Aventuras de no
asumí lo que para ellos fue una decisión heroica: me comprometía a resolver el
Pero mi estado de gracias o sin nombretes duró muy poco; un vecino buen
53
El epíteto de Doctor Sherlock Culaso, que estuvo molestándome bastante
Había sido tanto el éxito del dichoso vademécum que la Empresa decidió
aunque tal vez solo estaba bebido; el caso es que cambió el titulo original de
“No sabe nada y sus amigos” por el de “Nada sabe y sus amigos”. De esa
lista.
Tengo que alegar en mi defensa que si bien desde aquella época yo no era
bueno para algunas cosas como trabajos físicos, los juegos y las peleas
mientras cenábamos.
La maestra fingió enfadarse, pero yo creí ver como su pierna derecha se movía
Cigarreta.
54
Inconscientemente me he extendido en una disquisición más amplia de lo que
pretendía, pero espero sabrá entenderme porque algo muy parecido le sucedió
después de lo cual fue declarado Anticristo por la Iglesia católica. Usted dijo
¿Acaso usted sabe lo que es tener deseos de algo y no poder hacerlo por
burlas y las costumbres de todos los días, porque esas son dos formas de
55
influencia del respeto social en la destrucción de los estigmas que acompañan
al hombre.
admiraban por sus libros y temían por su mal carácter y su lengua rápida y
mordaz.
Mi aliado descendía por rama paterna de los Bartolos, nombre ilustre que
bandera de lujo una larga lista de tíos y primos con los que en los primeros
Sucedía que por su carácter inestable mi tutor era propenso a incumplir sus
más difícil y por ello descargaban en mi persona toda la ira que sus embarques
le provocaban.
56
imaginación; sino porque en su teoría usted hace alusión a la lucha y la unidad
de los contrarios por el dominio del cerebro y ejemplifica con una roca que se
Para no recordar solo sus defectos y sin pasar por alto la velocidad que solo el
la cárcel.
de veinte años me habían indicado que lo único que permitiría que me librase
Con su licencia, cito a un filósofo alemán que sé que de haber coincidido con
“Para lograr una Revolución social tienen que coincidir una serie de
57
Según el diccionario de la lengua competencia significa emulación, y esta
conflagración encabezada por el taimado Cigarreta y para salir vivo de ella era
Dice un viejo refrán que es mejor ver una sola vez a que te lo cuenten cien
veces.
delante de ella una y otra vez, mirando inteligentemente con el rabillo del ojo.
Tengo que decirle querido amigo, si es que me permite llamarlo así, que fue
uno de los peores momentos de mi existencia, pues nunca imaginé que el Jefe
plan había sido detectado desde los primeros momentos e informado por los
plan, pues donde quiera que yo fuese me sentía blanco de innumerables ojos.
58
permitía siempre salir ileso hasta de las situaciones más angustiantes. Pero
Para que entienda, entre mi pueblo y la cabecera municipal hay una vía férrea,
los incultos llaman a esa porción de la Cordillera del Purio, unas elevaciones
cierto es que en uno de los costados del camino que conduce al macizo existe
vacas y cerdos.
había sido visto un almiquí, una bestia casi prehistórica, parecida a un ratón
gigante con una coraza. Como prueba irrefutable de su existencia, durante tres
dispusieron numerosas partidas de caza. Dos días después había tanta gente
Pasados tres días con tres noches, civiles y militares se sentían exhaustos, y
Pero el Delegado nunca dijo que no se dejase a varios hombres frente a casa
59
apostado junto a la vía férrea, nunca dijo explícitamente que aquella partida de
por parte del teniente Ibraim Carvajal, alias Cigarreta, provocó el desastre en
diablos era él para pasar por encima de una orden superior y extralimitarse en
sus funciones? También se demostraría más adelante que los troncos pelados
no fueron hechos por los dientes del bruto acorazado, si no por cuchillos
También fue claro, que esa actitud errónea por parte del oficial era lo que los
tranquilamente robaron una puerca de casi quinientas libras que poseían los
Rundy, y salieron como pedros por su casas, pues no había policías frente a la
riesgo.
Hay policías malos y policías buenos. Ibraim Carvajal, el Cigarreta, era un muy
mal policía. Pero Calabazar de Sagua no olvidaba a sus hijos, por graves que
fueran los errores cometidos, así que pese a todo el oficial no fue despedido de
60
se jugaba el futuro de este, pues eso de la leche, los boniatos y las calabazas
Nacional.
Así para reafirmar más su papel de agente secreto, Cascajal cambió hasta sus
enzarzado en discusiones tan banales como ¿cuál era mejor al paladar, el frijol
mantequilla o el colorado?
enemigos vigilantes, no me quedaba otra cosa que hacer que esperar la del yo,
que en italiano, ese bello idioma que esconde los más caros deseos del alma,
comunión perfecta de los sentimientos suyos y los míos, le pido permiso para
paso del tiempo- escuchando su canto. A cada rato saco un espejito del bolsillo
llenado de arrugas.
que yo pudiese resistir tanto tiempo inmóvil, sin necesidad de efectuar esas
funciones que ellos creen vitales, como comer, dormir y defecar. Hasta hubo un
61
profesor de anatomía comparada que dio una clase junto a mí, tomándome de
ejemplo, hiriendo mis puntos vitales con una vara de madera dura. “Muerto
personas, después de vez en vez alguien traía a un visitante curioso para que
observara a aquel raro “fenómeno local”. Más adelante la gente pasaba por mi
maestra y los demás. Pero sé que los veré pronto. Ya imagino su sorpresa.
podría suceder con mi salud y mi suerte. Pero yo solo permanecía con los ojos
Ahora nadie me ve, nadie me oye. Soy invisible, soy incorpóreo. Para ellos yo
62
SUCESOS DE LA CALLE
por eso mejor no la tientes. Digo más, la violencia es una forma de provocarla.
preocupa que pueda estar apuntándoles. Eso es lo que ella ha estado haciendo
todo este tiempo una y otra vez, en el centro de un sueño que desborda un
Estoy acostado sobre ella, soy alguien que flota en su corriente. A veces no me
viola, incansable lo hace todo el otro tiempo. El rencor se desborda tibio porque
me gusta. Me gusta que beba con el suyo la plenitud de mi sexo, esa frialdad
63
A veces las historias vienen y otras es uno quien va tras ellas. El Claria era de
esos tipos que hacían que las historias te llegaran, pero que en realidad nunca
No recuerdo si dije que yo soy el jefe de Sector de este Reparto y que el Claria
buenas con nosotros, esconder sus propios delitos o para “reventar” a alguien y
heredar su negocio.
cuando vine a abrir los ojos ya era demasiado para detonarlo en pedazos.
de la Cadena hasta chocar por un lado con la Avenida que venía del Hospital
Materno y por el otro la del Hospital Nuevo. Lo que es efectivo es que en ese
todo ello suficiente para nacer, caminar, prepararte para la guerra, estudiar
para salvar vidas, gastar los cuatro centavos que ganas y curarte o morir si
fuese necesario.
Hay una frase típica del argot popular y que en los tiempos que corren se
64
Según el Claria un día llegó a La Calle, una permuta triple, venta oculta o
la Vivienda. Jottavich.
El nuevo vecino era un peso completo con cutis rosado y manos bien
entrenamiento de jiujitsu, que es una mezcla temible de todas las demás artes
monje ni de chino.
suculentos bistecs de res desgrasados en las comidas y dos veces por semana
Porque Jottavich, con su bella barba, además de prestamista al por mayor que
que siempre andaba arrancado, pero que era el toque de distinción y respeto
mudada en la cama - casi todo libros - media hora después una rastra con
vikingo bajaba otra mudada en la misma casa. Francia iba para la Habana
65
Si bien Francia era director de Empresa y lo representaba, aquel Hércules de
Tres días después ya el Tite sabía hasta la hora del nacimiento del nuevo
vecino y este perdía así su inmunidad diplomática. No obstante tuvo para con
vanidad.
parque Vidal, penetró en sus salas y allí sobre el fondo de la pared contempló
la tela de “La Pasión Gris”, de Pineda. Sonrió al recuerdo y al rostro aquel del
cuadro.
- Para dejar las cosas bien claras- continuó el Tite - aquí no permitimos usura.
El otro no dijo nada, estaba tan sorprendido por el parecido y por la voz
tipo.
66
Un sentimiento de humillación se difundía poco a poco por el inquilino. Salía del
Poco a poco algo muy amargo nacía en Jottavich, las palabras ascendían a sus
- Quizás...
Esta conversación y otras de un color gris- incluso con esas manchas perla que
ostentaban los servicios fúnebres- fueron la base de uno de los consorcios más
pinchado, pasara junto a ellos la mulatita de diez años con formas incipientes.
acompasado en miniatura.
67
- Listo- dijo la Garrapata a aquel que le recordaba ya a otro silencio solo
monje Chino- que el primero era hombre muerto y que para la consumación del
Nadie pudo explicarme porque la gente bautizó aquel encuentro como: “La
noche de los cuchillos largos”, si todo el mundo supo que fue a eso de las cinco
eso era idioma chino- porque según el coincidía con la hora de la meditación en
Shaolín.
El pórtico de la entrada tiene dos columnas y detrás la puerta, sobre esta había
un cartel escrito en jeroglíficos y digo eso, porque aquella tarde Jorge el mulo lo
de la farmacia de la esquina.
La puerta caída sonó como una bomba y Jorge en medio del polvo y los
68
-No es cosa tuya- repitió el mulo, un poco más alto.
venganza.
risa y menos que ni siquiera se dignase a negociar personalmente con él, sino
Escuchaba las palabras del mulo y del Chino con una satisfacción que no podía
regocijo, dijo.
respiración de Jorge.
Este avanzó un paso y el Chino hizo otro tanto. Jottavich sonriendo dijo:
-Ojo por ojo- y era como si con sus palabras le ofreciera al Chino un don
- Ojo por ojo- y los brazos y piernas del Chino se disparaban hacia delante.
golpeo tan preciso en los puntos vitales. Fueron dos o tres minutos en que el
69
En los febriles ojos del Chino, en su frente empapada, en todo el cuerpo
Jorge extendió sus manos como una flecha y le atrapó el pié. Luego sonrió,
como lo izaron por el cinto ni como fue lanzado hacia delante; un golpe y otro
- ¿Y ahora qué?
Cuando la petite Margarite dejó de ser la beaux maitresses del Tite, para
convertirse otra vez en una amazona más de la Calle caída en desgracia, tuvo
que agarrar otra cosa, o como algunos comentaban, “aferrarse a lo que tuviese
70
Lo cierto que una noche Margarita desapareció y nunca más se supo de ella.
Pero una jinetera perdida más o menos, no es de las cosas que preocupan
Levantó las manos y avanzó un paso; pero con el usurero debería ser
diferente, no era un peso ligero como el Chino, sino un pesado doble ancho en
plenitud de forma, que además del jiujitsu conocía todas las mañas de la lucha
pulgada de grueso. Era amplísimo de hombros lo cual indicaba que ofrecía más
Caía del techo una luz que se reflejaba en los equipos del gimnasio. Nada a no
ser el cuerpo del Chino, inmóvil en el piso recordaba la ruina que envolvía la
escena.
callejones de barrio. No era aquel, hecho de las mil exhalaciones de las viejas
flores amontonadas.
Jorge el mulo vaciló, no podía matar a Jottavich - por sus negocios con el Tite,
claro - tampoco podía quebrarle una mano - el sistema empresarial del usurero
estaba montado en una serie de papelitos (Chicho dale esto a...., Neno toma
71
Jottavich percibió la duda en el mulo. No fue siquiera una decisión; avanzaba
Nunca sabría el efecto que produjo ese golpe, algo como un torpedo impactó
hurgando por curiosidad en aquella escena de triunfo, dijera que fue un solo
golpe del tubo, una parábola que lanzaba su arco revelador sobre la compleja
naturaleza de Jottavich.
Después un grito del usurero. El sonido largo y vibrante que aumentando poco
Precisamente a Jorge se debe aquella frase que después formaría parte del
Jorge prendió las luces, fue al baño para asearse un poco y después discaría
en el teléfono.
72
He aquí uno de los actos más humanos que se recuerdan en las crónicas de La
dijo:
- Manden para acá una ambulancia especial que a Jottavich le rompieron los
cojones.
Y colgó.
MIREYA LA GORDA
la primera vez, junto al mar. Se enamoró de los caminos de Malena, la paz que
ocultar.
Con aquel historial, el recién graduado Enrique fue ubicado de Jefe de grupo
73
conflictivos de patrullar de la ciudad y de donde se sabía salía un gran
Clara.
diez custodios subordinados a él habían pedido la baja del centro, junto a dos
no era Trompeta. Agarraba a la gente “in iso factu” y les daba la oportunidad de
matadero, la Unidad de Ceba Porcina de Santa Clara pasó a ser de las menos
Era increíble, los cerdos alcanzaban los noventa kilos estipulados para el
Una noche, tuvo una visión; se veía caminar sin rumbo por las calles de la
una poza oscura y profunda. Por alguna razón Enrique no podía mover los
cama, pero antes que él pudiera darse cuenta de su propio gesto ella se echó a
llorar. A su alrededor todo era silencio solo roto por los sollozos y el sonido
74
- Puedo esperar- dijo.
- ¿Esperar, que?
Ella miró fríamente a sus ojos vacilantes. Algo malvado, ávido y humillado en la
Esconder el rostro, huir por las calles, caer en un charco, hundido totalmente el
cuarto… sin que se diera cuenta la disciplina que había impuesto con mano
que al llegar a casa tomaría a Malena por los hombros, le acariciaba el cabello,
le hacía el amor...
Traqueteo.
casa sobre el trabajo. Apenas salía de la Unidad, amanecía en ella, casi dormía
odiaban profundamente, pero por alguna razón uno de los custodios, Omarito,
75
comenzó a acercarse a él, venía a conversar incluso en sus días francos, hasta
almuerzo.
todo el tiempo.
Nunca comprendería porque lo hizo, quizás fue porque era domingo y había
pocas personas en el trabajo, o tal vez porque la brisa y el silencio del patio
hacían que todo pareciese más leve y flotante como una enseña blanca. Lo
un brillo malévolo en los ojos oscuros de Omarito y una semi sonrisa de alivio
de aquel enorme problema fuese tan sencilla como tomarse un vaso de agua.
Pero no fue precisamente agua. Al otro día al salir del Cebadero fueron a beber
Así los sorprendió la noche, levemente sumergidos los dos en los ojos claros
Un breve instante Enrique pensó que aquello no estaba bien, no era lógico que
76
Mireya daba vueltas por la sala atendiendo personalmente a los clientes
ellos.
- ¿Qué le sucede a este tipo tan lindo?- preguntó ella, mirando a Enrique
el alcohol.
- No se le para- dijo Omarito con crudeza y fijó su vista en la gorda, una mirada
- Tranquilo, eso no es nada, está muy tenso por todos los líos del trabajo.
Tiene que dejar un poco esa revertera detrás de la gente, porque esa Unidad
adivina o qué?
Y Mireya le levantó la barbilla, los ojos claros y tranquilos en la victoria, tal vez
77
Enrique no tuvo tiempo de ver a la tal Pastora porque Mireya lo tomó de la
Había solo una mesita de noche en la habitación y una cama tendida con una
sábana blanca. Enrique tuvo deseos de acostarse en ella, cerrar los ojos y
Pero las cosas que habían estado serenas hasta ese momento cambiaron, la
Ella lo empujó sobre la cama y Enrique cayó hacia atrás. A girones Mireya le
arrancó la ropa.
Enrique sintió un calorcillo casi olvidado que le subía desde la planta de los
dedos de la mujer, entre sus labios ávidos. ¿Cómo hablar de las cosas que
- Ahora te toca a ti, lindo- dijo ella, cambiando a la segunda persona del
singular.
Y Enrique bebió de su néctar, con los ojos cerrados, gloriosa ambrosía, sangre
de Dios.
78
Y Enrique le dio, le dio, le dio… hasta el cansancio, con un gozo profundo,
placer.
Los cuerpos aún desnudos humeaban dulcemente por los restos del incendio.
Después Enrique regresó a su casa. Malena estaba allí, otro paisaje extendido
sobre la cama, un hermoso conjunto que ocultaba las tormentas bajo la piel, un
- Que era cosa sicológica, que bastaba con que los dos nos lo propusiésemos
- Bueno, no tan así, comprendes. Dijo que estoy muy estresado y que necesito
dejar un poco el lio que tengo detrás de la gente de la Unidad, que ya el Centro
Porcino tiene nombre, también me dijo que esta terapia de hoy había que
- Si- dijo ella con aprensión- pasado mañana será un buen día para intentarlo
de nuevo.
Y cerró los ojos para intentar sentirse acompañado por Malena, porque la
mente.
79
CALEIDOSCOPIO
La Ciudad duerme agitada por pesadillas. Las luces de la calle iluminan los
árboles junto a la cerca, si uno las mira las sombras se alargan y después
Ensayo frente al espejo. El rocío del aliento se desvanece ante su imagen, son
las lágrimas de dos personas con un espacio entre ellas; quiero romper el
80
Uno, dos…dos…dos…dos…uno,dos…dos. Los pasos de papá y aquel olor que
lo sigue.
Mis brazos y piernas son ramas torturadas, el cuerpo un tronco que se dobla, el
Ssss….sss…sss.
- Vete- le digo
quien me salva.
- Si- le miento.
Me abraza. La gente dice que los come candelas cogen buches de alcohol y lo
- ¿Qué te pasa?
-Nada- respondo.
Suspira, luego otro y otro. Una cadena de suspiros que se mecen para luego
caerse.
- ¡Calla!- le grito
81
Están cavando un agujero debajo de la cama.
Ellos no lo saben y yo nunca se los voy a decir. Me tapo la cara con las manos.
“¿Qué es esto?”
unas alas.
Al fin me libero. Ahora voy hacia arriba pisando paredes, de ellas cuelgan
colmena de celdas blancas que respiran y caen gotas de lluvia con el sonido de
los pasos. Mis pies pisan capullos que se marchitan al tocarlos y derraman
lamentos: “Los padres de mis amigos no viven como tu; el resto de la gente no
es así…”
82
Pero yo apenas los oigo, la colmena me empuja hacia arriba, hacia arriba…
Papá está inmóvil entre los trozos del espejo roto; se vuelve hacia mí con los
alma.
PEDRO EL TORO
Pedro nació en el batey del ingenio “El Purio”, pegado a la costa norte de la
provincia de Villa Clara, y cuando abrió los ojos en lo primero que los fijó fue en
una guitarra polvorienta que tenía su padre encima del escaparate del cuarto.
limpio se volvió artista y a los siete años ya tocaba con el combo de Amado. A
los diez su tocallo Pedrito Reyes se lo llevó para su combo, y después que
83
Pero ocho años después, aún Pedro seguía añejado en el combo de Pedrito
Reyes, en el batey, y lo más lejos que había ido era a la Casa Comunal, o a la
Peña campesina de Roso Yánez. Y no era por falta de consejos, porque todas
las personas que lo oían tocar le sugerían lo mismo: “Vete para Santa Clara,
Pedro tardó un par de años más en decidirse, primero tuvo que conocer la
urbe, y eso lo logró estudiando, porque cuando salió del Concentrado de “Ojo
en Santa Clara.
Así que un buen día echó sus cosas en una caja y guitarra al hombro se
marchó a la ciudad. Pero ya allí comprendió que una cosa es decir y otra muy
Para empezar, con su inteligencia natural comprendió que había que estar
cuartucho medio podrido, de tablas y cartones viejos junto al rio Bélico, que
hacía tiempo había abandonado el Peque La rata, quien se fue del aire
84
pasaba el sombrero. Poco a poco, kilo a kilo fue reuniendo hasta que pudo
Aun así la mejora no fue mucha para él y al joven saltimbanqui le parecía que
estaba en medio de una conflagración y que esta iba a seguirlo donde fuese.
el llamado estrés postraumático, tan llevado y traído por los escritores que
la Universidad.
Desde chico era aficionado también a la escritura. Muy buen alumno, hubiera
que los países del campo socialista se habían puesto a inventar con la política
contra miles de personas inocentes, por tantas víctimas entre los países que
efímera.
85
Si lograra que el tiempo volviese atrás, en vez de haber abandonado su carrera
la terminaría, como habían hecho muchos de sus compañeros que hoy les
que bastaba una mirada, o un mal gesto para provocar una agresión física y ya
de Santa Clara.
pagar el alquiler del cuarto que ocupaba en el reparto de América Latina, Pedro
central, y aunque lo que ganaba apenas le daba para sobrevivir, saber que
ganaba un sueldo fijo todos los meses, al menos fue un alivio para su espíritu.
muy grande, se dejan crecer la barba y el pelo, toman té con ron y se escudan
del mundo circundante con sus historias un poco inventadas y un poco ciertas.
Pedro tenía la ventaja que sabía tocar la guitarra. Mientras más cosas uno
comenzó a escribir sus memorias, que incluían el fatídico momento en que dejó
86
rápidamente y le cerraban las puertas, literalmente hablando. Argüían que el
estilo era demasiado burdo. El retrato que hacía de la ciudad les parecía brutal
del texto.
Pero era imposible prescindir de esa parte, pues al hacerse menos realista, el
pagar más adelante, porque en el barrio hasta las ofensas más chicas se
lavaban, por moral y quien viviera en el pasaje no podía perder ni a las bolas.
Eran hippies, pero aquella mulatica de ojos pardos, hablaba diferente, sonreía
Pedro se sentía contento. Hasta ese momento eran otros los que habían
tomado las decisiones por él y dictado su ritmo de vida. Pero ahora sería
distinto. Eso le daba una provechosa ventaja sobre los demás, sobre todo
Mientras vivió en el Purio las manecillas del reloj del tiempo avanzaban
lentamente, y a Pedro le gustaba esa cadencia armónica. Santa Clara era otra
gente enloquecía para marchar al ritmo de aquel intervalo fantástico. Abrir los
87
ojos, levantarse, salir a la calle, búsqueda de dinero, bullicio, comida frugal,
cerrar los ojos y ya las manecillas del reloj del tiempo lo obligaban a abrirlos y
Aliuska fue la calma, el espacio en que el tiempo pierde todo sentido; estar en
Un canto llegaba a sus oídos a través del agua que caía en la tarde. Era tal la
semejanza que Pedro no podía distinguir donde tenía los pies y donde la
cabeza.
La letra de la canción tan conocida se desvanecía para subir otra vez de tono,
tan fuerte que Pedro tenía la certeza de estar al lado mismo de Yanet.
Yanet era una mulata clara que vivía dos cuartos más allá del de Pedro. Yanet
había nacido en el reparto Escambray, que era residencia de las personas con
La gente no sabía cómo una muchacha tan fina había ido a parar a aquel
arrabal, pero tampoco les importaba; estaba ahí y eso era suficiente.
espectaculares.
Mientras la cara de las mujeres del barrio se estiraba, los ojos de los hombres
88
Debajo del laurel, debajo del laurel,
una nalga. Tenía las nalgas grandes y levadas: Pedro contenía el aliento,
que caía sobre el techo de zinc. A Pedro le parecía que lo escuchaba por
acompasado. No tenían prisa. Y a la vez sí. Pegados uno al otro en nuevo roce
húmedo.
De dos cuartos más allá llegaba la voz apacible de Yanet, pero a Pedro ya no
89
que llegó al barrio de América Latina dos años antes, pero nunca las había
interpretado.
Yo he visto un colora’o
Dolía. Una sensación parecida al frio intenso. Era como estar muerto o perdido.
Podría ser algo que no estuviera ocurriendo ahora. Era totalmente imposible
cambiar un hecho del pasado o del futuro. Sin sentido; solo parecía real el
A través de Aliuska Pedro podía ver a los hombres que la acariciaban. Podía
Una intención velada. Todos los cantos de negros eran cantos de puyas.
“Un colora’o …”, pensó Pedro. ¿Cuántos colorados no habría en Santa Clara?
90
Personalmente conocía a uno del reparto Dovarganes que le decían Chea.
Chea López. Siempre sonriente. Un jodedor, que era lo más cercano a un loco
Ahora todo cobraba sentido. Maldito Chea. Bajito y fuerte, se comía los hierros.
Purio y se agarraba a los postes de una cerca hasta que pasase la tormenta.
cada palabra.
Se puso de pie.
¿Adónde iba a ir? ¡A buscar un bate! Chea López hacía ejercicios todas las
91
COSAS DE MUJERES
Quien haya vivido en la ciudad de Santa Clara, tiene que haber al menos oído
Pero el Fide no es famoso por eso, sino porque una vez fue uno de los
prospectos más grandes que tuvo el boxeo en Cuba, y ahí ganó su apodo de
puente donde el rio Bélico, que viene de pasar junto a la Audiencia atraviesa la
92
El Condado es para Santa Clara como lo es el barrio de Villa Alegre para la
Como todo ser humano normal, el Fide Stevenson se enamoró de una mujer,
ESPA nacional, en la capital del país, primero por no dejar sola a su madre y
La cosa era que con buenas intenciones solo no se mantenía una casa, y
muchísimo menos una hembra del calibre de la suya, así que el Fide
más Angelina gastaba más, y el Fide se fue involucrando cada vez con
93
imposible pedir más a los consumidores habituales por la venta. Entonces las
Cuando el importe de venta se mantiene y los costos suben, para equiparar las
mantuviera en su calle y dentro del Condado, para los competidores las cosas
muchas veces se había sentido tentado a salir hacia los campos aledaños a las
allá sin ser notado? ¿Qué tiempo duraría a salvo sin que aquella tropa de los
fin. Una persona que viajaba al mismo lugar una y otra vez con un maletín
Por otra parte ya Angelina no quería vivir tan cerca de las aguas
94
Fue Toto, su primo, quien le dio la solución. El Fide siempre había tenido a
Toto como un hombre de muy poco ingenio, incapaz de ver más allá de las
nalgas de su mujer.
agraciada mulata que escondía bajo su cuerpo delgado una ambición sin
ninguno de los hombres que compartieron su cama valieron gran cosa después
de la ruptura.
De nada le importaron los consejos y las alertas al primo Toto. Estaba tan
estaba tan dominada por la mujer, que haría cualquier cosa no ya por
simple sonrisa.
95
Una tarde la libertad que iba sintiendo le llevó hasta formular una idea. Tal vez
ni reflexionó siquiera.
- Primo, yo sé que las cosas no te están saliendo tan bien, como antes
El Fide miró a Toto, asombrado de que este pudiera hablar de un tema que no
fuera Laura.
- Aparentemente nada…
que hacía mucho tiempo Toto era un joven normal lleno de ideas y de sueños.
abrió.
- Yo creo que lo mejor que haces es hablar con Silvino, quizás el te pueda
ayudar.
Silvino era un prestamista del barrio, daba dinero a garrote a pagar dos por uno
casita pequeña.
El Fide se echó a reír. El sonido disonante chocó contra el techo y volvió hacia
y jugártela todos los días. Eso de la venta a toda hora te va a durar hasta que
96
te cojan saltimbanqui por ahí o hasta un día en que un “chiva” de este barrio dé
Y era tan perfecto el momento que los dos respiraron palpitantes, escuchando
aprendido era que en el condado nadie, ni siquiera el primo Toto, daba nada de
gratis.
- Solo quiero que aumentes las cantidades a vender y yo iré contigo en eso,
como tú sabes yo no tengo ni un kilo para empezar nada, pero con tu ayuda y
eso…
Toto continuó respirando levemente, vibrando todavía bajo los efectos de los
97
- Vamos a extendernos a otras farmacias. Los medicamentos los compramos
Hasta que nos cojan, iba a decir Toto, pero se contuvo, pues en ese instante la
Stevenson era sumar y multiplicar fajos de billetes, casa nueva, un fogón pique
simple.
de vuelta en su cuerpo.
- Voy a pensarlo toda la noche y me ves mañana, después que yo vuelva del
Si, así como Angelina, solo que un poco más pequeña y quemada.
cerca del gimnasio de boxeo donde entrenaba “el Fide Stevenson”. Campo
Los atletas de boxeo, entre ellos “el Fide Stevenson” aprovechaban las
98
El Fide siempre era el primero en la pista; en las vueltas al ovalo los demás
atletas lo único que veían era su dorso. Cuando concluían las carreras el Fide
vértigo.
Encima del ring, los contrarios pensaban que el Fide estaba rehuyendo el
como había ensayado en Campo Sport. El Fide pegaba hacia atrás con tanta
Pero en los últimos días algo cambió, el Fide apenas era uno de los atletas del
Fue un comentario que comenzó semanas atrás muy bajito en el barrio y luego
se fue arrastrando por todas las calles y las casas, hasta que el día menos
pensado llegaría adonde no debía llegar, con todo su efecto destructivo, como
siempre.
fallas en un solo pago el cuarto es mío otra vez”, le dijo Silvino, y ese maldito
no creía en boxeadores ni en los guapos del barrio; tenía dinero y con eso se
creía que él era la palabra de Dios y le era fácil cumplir con sus promesas.
El Fide Stevenson volvió a abrir la boca para oxigenar al máximo los pulmones.
más esperado por todos: los sparrings. Nadie quería hacer sparring con el Fide
99
Stevenson, sacaba las manos tan rápido que aunque no lo quisiera le hacía
daño al contrario.
tirador de swines y gancheador tremendo, que si bien pesaba más que él, era
castigaba sus planos bajos con ganchos y opercouts y salía del ángulo con
Los presentes tuvieron la primera señal de que las cosas no andaban bien
velocidad suficientes en las piernas para escapar de las esquinas. Primero los
con ligera ventaja para el Fide, que pegaba con más exactitud, colocando sus
manos por dentro, luego se veía que sus golpes ya no llevaban la fuerza de los
Danzante y con una sonrisa en la cara el Torito se retiró hacia una esquina
100
al espejo, habría sorprendido la misma mirada de desconcierto que tenía el
campeón ruso Ustinov cuando fue noqueado por él, en la final del torneo
Mientras el entrenador conversaba con el Fide el suelo se movía bajo sus pies.
- Tomate el tiempo que sea, pero resuelve tus problemas y solo entonces
vuelve, porque yo sé que algo está pasando. Hace días que te observo y te veo
ayudarte.
No fue a correr a Campo Sport, no podía. Una hora después cuando Angelina
- Estás en peligro- dijo ella sin saludarlo- en el barrio dicen que tu primo Toto va
a echar pa’lante a Silvino con la policía por lo de los préstamos, porque hasta
-Lo veía venir, coño, ese problema yo sabía que pasaría. Habiendo tantas
101
a mí, y si lo hace será su palabra contra la mía. ¿A quién van a creer?- dijo,
- La cosa es que Silvino dice que Toto es un flojo, y que cuando vaya a
mundo canta”. Silvino quiere que tú resuelvas ese problema, o nos va a quitar
la casa.
- Cágate en tu suerte, pero tenemos que hacer algo y rápido, porque me veo en
jabas!
humedecían los ojos haciendo que lo viera todo borroso; pero no era lo peor.
- ¿Y yo qué sé? Solo vine a decirte que lo que vayas a hacer, lo hagas rápido,
Qué clase de mujercita aquella, lo llevaba contra las cuerdas todo el tiempo,
Nunca había liquidado a nadie, pero le sobraba valor para hacerlo, por
102
cantaría lo humano y lo divino. Era seguro que el también caería; por eso del
sí sacaba del aire al Toto el mundo entero pensaría que era cosa del
103
PRÁCTICAS DE GUERRA
-Yo creo en Nietzsche- respondí a una pregunta de Carlos aquella tarde en que
que aleteaban informes, después voces cayendo. Todo giraba con lentitud,
Vivir toda la vida en un instante, un minuto, dos, media hora quizás, exhalando
los no nacidos, de los nacidos muertos, de este color azul donde nunca es
noche ni día.
-Los sueños no son solo sueños- explicaba el- existe en ellos un punto donde
Pero para mí todo marchaba como siempre, con el mismo orden, el mismo
Weimar- afirmé
104
- No me prestas atención, te estoy hablando de la Galería y tú en la luna. Te
decía que lo que más le llama la atención a la gente es el cuadro de Corot- dice
mi esposa.
Una calle en un punto donde los árboles descienden hacia el mar; al costado el
huerto que rodea una casita; en la fachada se abre el arco de una glorieta y
delante de ella un árbol con las hojas doradas por el último fuego del verano
contra el verde transparente de las aguas: " Avanzada Azul", pintado por Corot
Desde el portal veo la calle que enciende sus ojos amarillos y blancos. Mil
-No tienes que cavar nada, hace diez años que regresaste.
Quiero creerle, aunque a pesar mío no puedo dejar de saber que tal vez no es
-Llevas razón- le digo a ella o a los que eran como nosotros, y como nosotros
dotados del don de amar y de morir de una vez para siempre en vez de
105
Pronuncio palabras para acallar los viejos ruidos ¿pero cómo distinguir el
verdadero rumor a través del dilema del ser o el no ser? ¿Será el sonido de un
mi hombro.
que son los mismos; dormido yo imaginando los objetos más próximos,
las capas de algún dolor. Las teclas van saltando y quedan allí, muertas.
Me miro en el espejo.
Tomo un pincel, sobre mi boca dibujo una sonrisa para que nunca se borre. El
-Si podemos- dice ella con los ojos casi cerrados, su mano busca mi cara y me
acaricia.
106
No respondo, porque puede que yo ni siquiera haya conocido a aquel que una
y me dijo.
hacerse daño.
-Son Naoh y Gamla que en una caverna encienden por primera vez el primer
fuego- afirmó.
Debí haberme imaginado que varios días después de haber remontado una
-No puedo- ¿quién podría saber por los siglos de los siglos o en un instante
cuantas personas han querido inútilmente ver el mar o a un hijo que está lejos?
por primera vez en el tiempo que llevaba combatiendo tuve deseos de matar,
107
-Estoy en casa- dijo.
abandonando.
Carlos era un poco lo mismo pero distinto. Aquella noche puse mis dedos sobre
sus ojos. Los intestinos formaban un nudo entre los muslos, a la claridad de la
Vigas sobre mi cabeza, detrás de los párpados. Gritos pisándose unos a otros,
- ¡¿Quién es Carlos?!
108
hecho de que Napoleón con una bola de cristal haya arrasado una ciudad
decía: " Dos negaciones equivalen a una afirmación”. Entonces negando lo que
ya he negado descubro que Goethe bien pudo no ser Goethe- quizás fuese
Weimar- tal vez su propia casa o la antimateria- y que el vértigo puede ser la
existido y solo sea el sueño de algún soldado que en estos momentos está
muriendo.
109
110