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Empezaremos preguntándonos ¿Qué hay más importante que el conocimiento mismo?

,
no únicamente el conocimiento propio que participa como elemento cultural en una
sociedad, sino como elemento propuesto para aprender, explicar, y llegar a la máxima
demanda de la ciencia que es el predecir.
Es por eso por lo que en una realidad concreta se nos enseña ante nosotros como un todo
conformado por elementos enlazados entre sí, relacionándose en un perfecto orden de
estructuras que se colocan en frente de nuestros ojos para simplemente estar. No
obstante, lo perfecto merece la importancia de ser estudiado, entendido; no simplemente
para permitirnos el hecho de conocerlo y explicarlo, sino para otorgarnos la posibilidad de
imitarlo y reproducirlo, para crear de algo que ya existe algo nuevo.
Una de las cosas más importantes a lo largo de la historia siempre ha sido la difusión
científica, gracias a eso generación por generación el humano ha podido descubrir cosas
nuevas a lo largo de las generaciones.
Los humanos nos hemos encargado de buscar las respuestas a las cosas que no sabemos y
a las cosas que queremos facilitar. Todo esto apegado a la naturaleza, la cual nos da
intriga de muchas cosas.
Son cada vez más numerosos los aspectos en los cuales la sociedad acciona con base en
las nociones que tiene en ese momento acerca de un determinado fenómeno, producto o
hecho.
Las opiniones sobre la conveniencia o no de tomar una conducta, de aceptar o no un
cierto tipo de reglas o procedimientos y hasta de ropas o alimentos, influyen
poderosamente en muy numerosas y variadas materias de interés común, determinando
la orientación de la participación ciudadana. Tales opiniones modulan de manera decisiva
tanto la estrategia de legisladores y grupos de interés que buscan la sanción de medidas
legislativas como la estrategia de los productores y comercializadores de bienes. Los
políticos en busca de apoyo las estudian y hacen uso de ellas.
Todo lo anterior se posibilita mediante la investigación, la invención y la innovación que,
más que conceptos, son modos que el humano va adoptando para entender su entorno,
reproducirlo y modificarlo; transformándolo en algo cómodo y placentero que poco a
poco ha ido nombrando suyo. Conocer y transformar se muestran como pasos de un
método complejo que acerca al humano a una visión más general de lo que es su entorno,
facilitándole la proyección de sus ideas en algo que sea factible de hacer con la realidad.
Es responsabilidad de toda la sociedad, pero más aun de los comunicadores sociales como
difusores del conocimiento, de los docentes como formadores de conocedores, y de los
investigadores, como creadores del conocimiento, asegurar que la información necesaria,
suficiente y correcta llegue a la mayor cantidad posible de ciudadanos. Se trata de una
responsabilidad compartida, consciente de que los saberes no habrán llegado a su destino
último mientras no sean apropiados por la sociedad, y las sociedades que a lo largo del
tiempo han generado y acumulado saberes han de hacerlos conocer de todos, sin
distinciones.
Primero que nada, me gustaría comenzar relatando que la investigación científica es el
primer paso.
La investigación se puede definir como el deseo de conocer y donde la observación se
vuelve primordial para quien desea estudiar al objeto. El individuo tiene la gran
responsabilidad de generar lo más objetivamente posible una representación que les
permita a él y a sus semejantes aproximarse a la realidad.
El diccionario de la Real Academia Española explica que la investigación es el hacer
diligencias para descubrir una cosa. Lo que no disipa mucho nuestras dudas acerca de lo
que significa, ya que la refiere como el hecho de descubrir algo ya creado; en este caso, el
objeto de estudio, sin abordar el acto de la interacción que posee con él el que lo estudia,
es decir, el observado.
La difusión del conocimiento: La divulgación del conocimiento científico es una
responsabilidad de todo aquel que investiga, porque contribuye a la democratización del
conocimiento, realimentar las desigualdades preexistentes o comunicar resultados a la
comunidad formada por los especialistas en la materia.  Gérard Fourez (1992) plantea que
la divulgación de la investigación científica "...consiste en una actividad de relaciones
públicas de la comunidad científica que se interesa por mostrar al "buen pueblo" las
maravillas que los científicos son capaces de producir. Muchas emisiones de televisión o
artículos de divulgación tienen este objetivo. Tratan de explicar lo que hacen los científicos
a las gentes que no entienden nada de eso. La finalidad de esa divulgación no es transmitir
un verdadero conocimiento, ya que, al terminar la emisión, lo único que se sabe con
certeza es que no se entiende gran cosa de todo aquello. Este tipo de divulgación da un
cierto "barniz de saber"; pero precisamente en la medida en que no se ofrece un
conocimiento que permita actuar, da un conocimiento superficial; es un saber que no lo
es porque no es poder".
Por ello, el diseño de herramientas y estrategias de divulgación científica que apunten a la
reapropiación social del conocimiento científico es uno de los principales desafíos que
permiten hacer posible el protagonismo ciudadano en la toma de decisiones de problemas
que afectan la calidad de vida de generaciones presentes y futuras. En este proceso, el
papel de la comunidad científica resulta decisivo.
La difusión es la propagación del conocimiento entre especialistas y constituye un tipo de
discurso diferente, contiene un conjunto de elementos o signos propios de un discurso
especializado y una estructura que se constituyen en factores clave a la hora de su
evaluación.
Tanto la difusión como la divulgación científica son actividades de comunicación.  Canale y
Swain al identificar las dimensiones de la competencia comunicativa apuntan hacia el
aspecto verbal y pragmático, pues tienen en cuenta el conocimiento de las estructuras
lingüísticas, la adecuación de su uso a las exigencias del contexto, la estructuración
coherente del discurso y el empleo de estrategias afectivas para iniciar, desarrollar y
finalizar la comunicación. La competencia comunicativa considera "los conocimientos y
habilidades necesarios para lograr una comunicación eficiente" (1980:61).
Los informes y artículos científicos constituyen, hoy día, un tipo de discurso escrito con
una forma determinada y con unas condiciones de contenido, que permiten cumplir con
un propósito final de comunicación, la difusión científica. Estas normas, construidas en el
tiempo, son las que todo investigador debe conocer y aplicar en el momento de escribir lo
que ha investigado. Junto a estas normas propias de la difusión del conocimiento, existe
otro conjunto de normas propias del discurso escrito.
Difusión de invenciones: El momento de descubrir un nuevo invento puede ser de gran
emoción como lo demuestra el conocido caso de Archimedes, quien salió de su tina con
tanto apuro que, según se dice, se olvidó de vestirse. La tentación del descubridor de
gritar por las calles dando a conocer su hallazgo es propia de nuestra voluntad de
manifestar alegría por lo novedoso, pero puede ser fatal para el posterior
aprovechamiento económico del invento.

Las patentes de invención son la forma jurídica de otorgar dominio sobre los inventos,
siempre que cumplan con ciertos requisitos establecidos en nuestra ley; de los cuales
debemos destacar la exigencia de novedad del invento cuya patente se está solicitando.
Nuestra ley define como novedoso aquel invento que no haya sido divulgado o hecho
accesible al público, en cualquier lugar del mundo, mediante una publicación en forma
tangible, la venta o comercialización, el uso o cualquier otro medio.

Esta exigencia legal claramente se contrapone al impulso comunicacional antes


mencionado, ya que al informar al público del invento hace que ese mismo pierda
novedad, y quizás no sea posible protegerlo posteriormente. De ahí nuestra advertencia a
los inventores, especialmente cuando han sido financiados por empresas, por lo que
existe la pretensión de tratar de explotar el beneficio comercial del invento.

La regla de oro, para no perder el derecho de obtener una patente y los beneficios
asociados a la misma, es que siempre deben presentar primero la solicitud de patente,
aunque signifique apaciguar temporalmente el entusiasmo de comunicar el
descubrimiento. Pero en el caso de que leyeron tarde este artículo no hay que desesperar,
la misma ley se ha puesto en el caso de que el mismo solicitante haga la divulgación,
siempre que se presente la solicitud dentro de un año desde que se dio a conocer el
invento y se identifique con la presentación cual fue el acto divulgativo. Pero esta buena
excepción puede tener su trampa si el cliente desea patentar su invento fuera de Chile, ya
que no todos los países tienen la misma excepción.
El hombre y la naturaleza: EL hombre necesita totalmente de su alrededor para poder
investigar, inventar y divulgar, por eso la relación entre el hombre y la naturaleza es muy
importante, nosotros aun no hemos descubierto el 100% de lo que existe en nuestro
planeta, y ni hablar del espacio, gracias a esa falta de conocimiento aún tenemos mucho
más por descubrir.
Bibliografía:
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