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Héroes

No lo pueden creer, no pueden creer que nuestros sanitarios, que nuestros


muchachos y muchachas, que se han dejado y se dejan la piel en la lucha contra el
virus, estén equivocados, sean tan víctimas como cualquiera del engañ o de la
pandemia y colaboren má s que cualquiera con ese engañ o. ¿Có mo van a ser malos
nuestros muchachos? No me lo creo. No me creo que toda esa gente esté poniendo
en prá ctica protocolos y tratamientos dañ inos y no se entere o no quiera enterarse.
Me creo que los soldados de antañ o tenían su fe y morían y mataban por ella, me
creo que los nazis eran malos y que convencieron o engañ aron a mucha gente —
pero eso es en la historia, en los documentales y la películas: en la vida real, la
mayor parte de la gente son gente decente, que no hacen cosas malas y criminales.
Y dentro de esa mayoría de gente decente está n los héroes: aquellos de los que
se piensa que se dejan la piel por salvar a los demá s. Empezaron siendo los
guerreros, los soldados, que matan para salvar vidas, para salvar al pueblo, y
acaban siendo los «sanitarios», que hacen lo mismo: en la mitología propagada por
los medios de formació n de masas, matan al virus; en la sospecha del pueblo
desengañ ado, matan a la gente, y por eso los llaman ‘matasanos’.
Y la gente les aplaude siempre a los héroes, má s cuanto má s matan, porque el
mito dice siempre: Cuanto má s matan, má s salvan. Dirá n algunos que hay grandes
diferencias —y es verdad que las tá cticas de la masacre y la opresió n han
progresado mucho. Hay diferencias, pero también má s parecidos de los que
habitualmente se reconocen (por má s que el cará cter bélico de la empresa no se
haya disimulado en absoluto). También aquellas guerras a la antigua usanza
perjudicaban al pueblo al que decían salvar, también movían dinero, informació n y
poder, también se hacían en nombre del bien má s alto e indiscutible: la patria, la
vida, la salvació n, los mayores, las mujeres, los niñ os —hoy llamados ‘vulnerables’,
entonces ‘débiles’.
Pero el mundo es ya uno, y no queda enemigo esterno —humano— que
justifique la empresa de la guerra contra la gente, la guerra abierta, por má s que
disimulada, del Poder contra la gente. Y los hombres civilizados, que se habían
vuelto pacifistas, humanistas, ilustrados, tolerantes, siguen aplaudiendo a sus
opresores, siguen ofreciendo sacrificios para salvar a la patria, y vuelven a llamar
héroes a los que no deciden la guerra pero la llevan a cabo.
Sí, a la patria. Porque ¿qué es la salud pú blica má s que la patria? O, si lo
preferís, ¿qué era la patria má s que la salud pú blica por la que había que
sacrificarse? ¿Qué má s da Patria que Salud Pú blica que Bien Comú n? ¡Es
estupendo haber abolido una palabra para poder guardarle una fe má s perfecta a
su Idea! ¡Es estupendo pensar en las gentes pasadas como unos tontos que vivían
en una especie de tiniebla de brutalidad y superstició n que los rayos del sol de
nuestro vago mundo progresado habrían despejado definitivamente!
No: la obediencia es siempre la misma. Tú eres ellos. Tú eres los nazis, los
fascistas, los bolcheviques, los grises, los yanquis, los españ oles, los romanos. Só lo
cuando veas có mo eres ellos, có mo operan en ti y te gobiernan los mismos ideales,
podrá s dejar, tal vez, de serlo.

30 de enero y 26 de marzo de 2021.

Documento técnico del Ministerio de Sanidad «Recomendaciones sobre estrategias


comunicativas frente a la fatiga pandémica»: «Representar al personal sanitario por medio de
testimonios y como transmisores de los mensajes, ya que goza de una gran confianza entre la
ciudadanía» [*]

[*] Documento técnico del Ministerio de Sanidad «Recomendaciones sobre


estrategias comunicativas frente a la fatiga pandémica», Grupo de trabajo del
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para Estrategia
Comunicativa frente a la Fatiga Pandémica. Aprobado por el Consejo
Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 16/12/2020

La diferencia de que los muertos y heridos de esta guerra cuenten al mismo


tiempo como bajas en el bando enemigo (el que «porta» el virus o pudiera portarlo
es el enemigo) y como caídos en el nuestro las dejamos para otra ocasió n, para
atender a lo.

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