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El Sonido

¿Cómo se mide el sonido?


La intensidad del sonido se mide en
decibeles (dB); siendo 0dB la mínima
intensidad, y 120dB la intensidad del
sonido a partir de la cual ya genera dolor.

El oído humano puede soportar cierta


intensidad de los ruidos; si éstos superan
los niveles aceptables, provocan daños en
el órgano de la audición.

En la ciudad, los niveles de ruido varían


entre 35dB y 85dB. Se considera el ruido
diurno comienza a ser molesto entre los
60dB y 65dB.

¿Qué es el ruido?
El ruido es el contaminante acústico más común, y puede definirse como cualquier sonido que
sea molesto, indeseado, inoportuno o desagradable. El ruido presenta grandes diferencias con
respecto a otros contaminantes:

 Es el contaminante más barato de producir, y necesita muy poca energía para ser
emitido.
 Es complejo de medir.
 No deja residuos, ni se acumula en el medio ambiente, pero puede tener efectos
acumulativos en sus consecuencias en las personas.
 Actúa en zonas mucho menores que otros contaminantes.
 No se traslada a través de los sistemas naturales (como el aire contaminado movido
por el viento, por ejemplo).
 Se percibe sólo por uno de los sentidos: el oído, y por ello se suele subestimar su
efecto.

Contaminación Acústica
“La contaminación acústica es característica de los lugares industrializados, especialmente en
las grandes ciudades donde hay mucho tráfico de vehículos”.

En los últimos treinta años se ha producido un importante incremento del ruido ambiental,
debido al aumento de la densidad de población, el mayor uso de máquinas para las actividades
humanas, y la gran abundancia de vehículos a motor.
Según recientes estadísticas, unos 300 millones de personas viven en zonas donde los ruidos
ambientales superan los 65 dB, sobrepasando el nivel máximo de ruido admisible.

Entre los jóvenes aumentan los problemas acústicos derivados de la utilización de audífonos
para escuchar música, y del elevado nivel de ruido existente en sus lugares de diversión
(fiestas, discotecas, recitales, etc.).

Este ruido excesivo provoca la pérdida gradual de la audición, e interfieren el sueño y


capacidad de lectura y concentración. Puede incluso provocar alteraciones fisiológicas en el
sistema cardiovascular, como riesgo coronario, aumento de la tensión arterial, o alteraciones
del ritmo cardíaco. También puede originar trastornos en el aparato digestivo y aumento de
secreción de adrenalina, desencadenando una conducta más agresiva.

Sería necesario tomar ciertas medidas para proteger a la población de los ruidos excesivos:
planificar las vías de circulación fuera de las zonas de viviendas, insonorizar los edificios,
instalar barreras acústicas como pantallas anti-ruidos y plantaciones densas de árboles, y
propiciar una educación ambiental que fomente el disfrute del silencio, sonidos naturales y
musicales.

Ruido y ciudad
La naturaleza siempre fue una fuente inagotable de sonidos, increíblemente variados tanto en
timbre como en intensidad, desde un trinar de un pájaro o el flujo de una vertiente, hasta el
estruendo de un trueno o una erupción volcánica; pero los entornos civilizados superan
ampliamente los ejemplos mencionados, ya sea en la cantidad de fuentes generadoras, como
en la periodicidad en que se manifiestan.

Los vehículos motorizados son la fuente de ruido más importante en las grandes ciudades del
mundo. Los niveles y espectros del ruido están en función de diversos parámetros como: tipo
de vehículos, carga que transporten, condiciones de utilización, estado de las infraestructuras
urbanas (pavimento, regulación de tráfico, disposición de calles y viviendas). Le siguen los
aviones, y por último los ferrocarriles.

Por otro lado, se consideran como “fuentes fijas” de ruido en la ciudad, como las industrias,
talleres, centros de recreación, etc.

Todas las fuentes de ruido que mencionamos y muchas otras más, contribuyen en mayor o
menor medida al "ambiente sonoro" que caracteriza nuestras ciudades. Por este motivo,
incluso en el caso de que en algún momento determinado, no nos consideremos afectados por
un suceso acústico claramente identificable, siempre percibiremos un cierto rumor general,
producido por la actividad global de la comunidad urbana en que nos encontramos y que
solemos denominar ruido de fondo.

Efectos en el ser humano


El ruido aparenta ser el contaminante más inofensivo, ya que usualmente es percibido sólo por
el oído (aunque a veces llega a sentirse también por medio del tacto, al sentir fuertes
vibraciones por sonidos muy altos). Esto lo hace más peligroso, ya que sin darnos cuenta nos
vemos afectados por la contaminación sonora todos los días, y ésta va acumulando efectos
negativos en nuestra persona.

La exposición a niveles de ruido intenso durante un largo período de tiempo, lleva a pérdidas
de audición. Cuando las pérdidas de audición comienzan siendo recuperables, pero con el
tiempo pueden llegar a hacerse irreversibles, convirtiéndose en sordera permanente.

Efectos auditivos
 Desplazamiento temporal del umbral de audición: Es una elevación del umbral
producida por la presencia de un ruido, existiendo la recuperación total de la audición
después de cierta cantidad de tiempo, siempre que no se exponga de nuevo al ruido
que lo provocó. Se suele producir dentro de la primera hora de exposición al ruido.
Por ejemplo: para que una persona escuche un sonido, éste debe ser de al menos 10dB.
Si una persona se expone a un ruido muy fuerte (por ejemplo, una explosión), puede
desplazarse temporalmente su umbral de audición: esto significa que por un cierto
tiempo sería incapaz de escuchar los sonidos suaves, y en vez de comenzar a escuchar a
partir de los 10dB, comenzaría a escuchar a partir de los 60dB. Esta condición suele ser
temporal.
 Desplazamiento permanente del umbral de audición: Cuando un individuo sufre
muchas veces a lo largo de los años del desplazamiento temporal del umbral de
audición, la recuperación comienza a ser cada vez más lenta y parcial, y termina
convirtiéndose en irreversible.
 Interferencia en la comunicación oral: La inteligibilidad de la comunicación se reduce
por el ruido de fondo. Nuestros oídos detectan todos los sonidos a nuestro alrededor:
no pueden elegir qué escuchar y que no. Es nuestro cerebro quien se encarga de
identificar qué consideramos sonidos, y qué consideramos ruidos. El ruido de fondo
que impide comprender lo que intentamos comunicar no solo genera molestias, sino
que puede llegar a provocar accidentes dependiendo del lugar (por ejemplo, en una
construcción, que no comprendan una advertencia o indicación.)

Efectos no auditivos
Además de los problemas de salud que provoca el ruido en los oídos, también actúa
negativamente en otras partes del organismo. En presencia de ruidos fuertes, el organismo
adopta una postura defensiva y hace uso de sus mecanismos de protección. Se pueden
producir alteraciones en el proceso digestivo, cólicos, trastornos intestinales, tensión
muscular y presión arterial, incremento significativo del estrés, entre otros.

Las reacciones del cuerpo ante el ruido no se consideran como problemas de salud si
ocurren de vez en cuando, pero en exposiciones prolongadas pueden llegar a ser riesgosas
para la salud.
Efectos psicológicos
 Efectos sobre el sueño: El ruido puede provocar dificultad para dormirse, y también
dificultad para despertar a quienes ya están dormidos. Es fundamental para gozar de
buena salud el poder descansar la cantidad necesaria, durmiendo profundamente.
Estudios han comprobado que los sonidos de 60dB en adelante reducen la
profundidad del sueño.
 Efectos sobre la conducta: Suelen ser alteraciones pasajeras producidas porque el
ruido provoca en la persona inquietud, inseguridad, o miedo.
 Efectos en la memoria: En tareas que utilizan la memoria, se observa mejor
rendimiento en las personas que no han estado sometidos al ruido. En presencia del
ruido, es mucho más difícil poder memorizar o comprender lo que estamos
escuchando o leyendo.
 Efectos en la atención: Es uno de los aspectos que más afecta el ruido, reduciendo
significativamente la atención.
 Estrés: Está comprobado que el ruido es uno de los elementos estresantes
fundamentales; no solo los ruidos de alta intensidad, también los débiles pero
repetidos.
 Efectos sobre los niños: El ruido repercute negativamente en el aprendizaje. Niños que
estudian en un ambiente ruidoso se convierten en menos atentos a las señales
acústicas, sufren perturbaciones en su capacidad de escuchar y retraso en el
aprendizaje de la lectura. Dificulta la comunicación verbal, favoreciendo el aislamiento
y poca sociabilidad.

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