La cuestión social es la puesta en escena de la falla estructural del Estado
moderno inmerso en un sistema capitalista, el cual es el garante de los
derechos y deberes cívicos, como así también de la relación de dependencia en cuanto al mercado de trabajo, motivo por el cual el estado debe trabajar sobre ella, a través de planes y programas de los diversos sectores de la política social del Estado. Si bien la cuestión social es un fenómeno que prevalece a lo largo de los años, sus manifestaciones (los problemas sociales) y la orientación de las acciones para la solución del mismo, dependen del contexto en el que se trabaje. Es por esto que, según la mirada del Estado respecto de la misma y de sus manifestaciones, a las políticas sociales, en cuanto al bienestar social de la población (políticas de promoción social, políticas sectoriales o políticas de protección social), se les imprimirá cierta direccionalidad. Es decir, “estas políticas expresan los principios y postulados que organizan la vida social (…), expresan la medida en que una sociedad se acerca o se aleja del reconocimiento y de las necesidades de todos sus miembros y su capacidad de protección de los mismos” (Estela Grassi, “Políticas y problemas sociales en la sociedad neoliberal. La otra década infame I”, 2003. Capítulo I, página 25)