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La Sociedad y el individuo en el pensamiento de Émile Durkheim. Ficha de uso interno en la


asignatura Sociología de la Educación/ Sociología de las Instituciones (IES 6001). Elaborada por
Pastrana Natalia Andrea, año 2016

LA SOCIEDAD Y EL INDIVIDUO EN EL PENSAMIENTO DE ÉMILE DURKHEIM

De la lectura de la tesis doctoral “la división del trabajo social” publicada por Emile Durkheim en el año
1893 pueden extraerse la necesidad de existencia de la sociedad tanto para el individuo en forma
particular como para un grupo social en conjunto.

El individuo completa su “humanidad” en la medida que logra conjugar dos seres (uno innato y ligado a
la herencia biológica y otro aprendido del medio social que lo circunda). Mediante esta combinación
entre el ser individual y el ser social, el individuo deviene en persona social. Ello implica la
interiorización de un poder moral externo que lo regula (la sociedad), que contiene sus pasiones
humanas y le permite adaptarse a un grupo social; en otros términos, el hombre llega a ser
verdaderamente “libre” cuando la sociedad ha sido interiorizada1 como una autoridad que lejos de
limitarlo, le emancipa de aquel ser egoísta y asocial (el ser individual).

“Nada más falso que *la oposición que se ha querido establecer+ entre la autoridad de la
regla y la libertad del individuo. Por el contrario, la libertad (nos referimos a la libertad justa,
la que tiene la sociedad el deber de hacer respetar) es ella misma el producto de una
reglamentación).” (2004:9)
Al igual que el individuo todo grupo social necesita para vivir de la existencia de un poder moral
superior que impida que el predomino de “la ley del más fuerte” instaure un “estado de guerra crónico”
(2004:9). En este sentido, la sociedad es definida como un “árbitro” que busca instaurar entre las partes
un estado de cohesión y regularidad, necesario para que reinen el orden y la paz.

“[La sociedad] es el árbitro designado por modo natural para solucionar los conflictos de
intereses y asignar a cada uno estos los límites que convengan. (2004:11)
Si faltara esta autoridad superior, predominaría la anomia y la sociedad sufriría un estado de anarquía
que llevaría a atentar contra el correcto funcionamiento social (la sociedad y el individuo sufrirían las
consecuencias).

Concepción organicista de la sociedad

Durkeim hereda del pensamiento positivista una mirada evolucionista de la organización de las
sociedades, así como la metáfora organicista en su concepción como organismo vivo compuesto por
partes interdependientes.

Según el sociólogo francés a diferencia de las sociedades primitivas (simples), las modernas son
sociedades en las que la división del trabajo social se ha complejizado y con ello ha diferenciado y
super-especializado las funciones sociales2 desempeñadas por las partes de la sociedad. La metáfora

1
En Educación y Sociología, Durkheim denomina socialización a este proceso por el cual las nuevas generaciones aprenden la
herencia social acumulada por las generaciones adultas (interiorizan las normas, conductas, prácticas de la sociedad en que
viven). En este sentido, señala que todo proceso de educación implica una socialización metódica de los miembros más
jóvenes de la sociedad.
2
Retoma la expresión función del campo de las Ciencias Naturales: “la palabra función expresa la relación de correspondencia
que existe entre esos movimientos y algunas necesidades del organismo. Así se habla de la función de digestión, de
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organicista lleva a comprender la división del trabajo como una ley análoga a las leyes de la naturaleza
(que regulan la evolución de los organismos vivientes).
“…la ley de la división del trabajo se aplica a los organismos como a las sociedades; se ha
podido incluso decir que un organismo ocupa un lugar tanto más elevado en la escala animal
cuanto más especializadas son las funciones (…) No es tan sólo una institución social…se trata
de un fenómeno de la bilogía general del que es preciso, parece, buscar sus condiciones en
las propiedades esenciales de la materia organizada…(todo el mundo viviente).” (2004: 47)

¿Cómo se mantienen integradas las sociedades complejas si las partes se han diferenciado? ¿Cómo se
logra la cohesión social?

Durkheim denomina solidaridad al proceso mediante el cual los miembros de una sociedad se
mantienen cohesionados e integrados a ella. A diferencia de las sociedades primitivas donde una
división del trabajo social rudimentaria permitía la existencia de una fuerte moral colectiva que
mantenía integrados a los miembros de la sociedad a partir de lazos de solidaridad mecánica; en las
sociedades modernas la especialización de las funciones derivada de la complejización de la división del
trabajo social lleva a debilitar aquella moral común y a la tendencia a un individualismo moral. No
obstante, por contradictorio3 que parezca es justamente la especialización de las funciones la que
permite el orden y el equilibro en la sociedad, al garantizar, por un lado, el cumplimiento de funciones
diferenciadas necesarias para la supervivencia del todo social, y por otro, los lazos de dependencia que
permiten mantener integradas a las partes que constituyen el todo social (a estos vínculos el autor los
denomina solidaridad orgánica).

“*la división del trabajo+…los servicios económicos que puede en ese caso proporcionar,
valen poca cosa al lado del efecto moral que produce, y su verdadera función es crear entre
dos o más personas un sentimiento de solidaridad…” (2004:60)

“…el efecto más notable de la división del trabajo no es que aumente el rendimiento de las
funciones divididas sino que las hace más solidarias…La utilidad…consiste en el
establecimiento de un orden social y moral sui generis. Los individuos están ligados unos a
otros…conciertan sus esfuerzos, son solidarios (…) esas sociedades que crea la división del
trabajo no pueden dejar de llevar sus marca…no cabe que se parezcan a las que determina la
atracción del semejante por el semejante, (…) Supone el que dos seres dependan
mutuamente uno de otro, porque uno y otro son incompletos…” (2004: 64, 65)

En tal sentido, la función de la división del trabajo en las sociedades modernas tiene un carácter moral.

No obstante, Durkheim era consciente de los efectos desviantes provocados por los abruptos cambios
políticos, económicos, sociales, morales en las sociedades modernas. Consideraba que atentaban
contra el orden y el equilibro en la sociedad, de ahí su denominación como patologías y enfermedades
que atacaban al organismo social. Sin embargo, según su concepción la anarquía social no se
solucionaría instaurando una completa “igualdad ideal” entre los hombres, aun cuando existiera una
“perfecta igualdad económica” entre ellos los problemas no serían resueltos.

“Porque la riqueza no se trasmitiera en adelante con arreglo a los mismos principios de hoy,
el estado de anarquía no habrá desaparecido, pues no depende sólo de que las cosas estén
aquí más bien que allí, en tales manos más que en tales otras, sino de que la actividad a la

respiración, etc…” (2004: 53). En analogía a estas funciones orgánicas que permiten la supervivencia del organismo, en los
grupos sociales encontramos funciones sociales que permiten la supervivencia del todo social.
3
En Durkheim, al contrario a lo que podría pensarse, el principal efecto de la complejización de la división del trabajo social no
redice en el simple aislamiento o dispersión de las personas y en la generación de prácticas egoístas; sino en la instauración de
la dependencia de la función social (del trabajo especializado) que el otro desempeña.
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que dan ocasión o son el instrumento, no está regulada; y no se reglamentará por el


encantamiento, desde el momento que sea útil, si las fuerzas necesarias para establecer esta
reglamentación no han sido previamente suscitadas y organizadas” (2004: 37)

Implícitamente encontramos aquí una mirada opuesta a la idea de “revolución” del socialismo de la
época como mecanismo para destruir las fuentes de las desigualdades sociales (y por ende del
antagonismo de clase). Durkheim, consideraba a estas patologías como transitorias y además como
posibles de ser remediadas a partir de “reformas” sociales. Creía que una de ellas estaba vinculada al
retorno a la organización corporativa como mecanismo de regulación social de las diferentes
profesiones y trabajos del hombre que evitarían el conflicto social. Pero por otro lado, en sus clases de
Pedagogía, en Ciencia de la Educación y Sociología4, asignó a la Escuela Pública la importante tarea de
contribuir a conformar una moral laica (que frente a la disgregación social provocada por la tendencia al
individualismo de las sociedades modernas y a la pérdida de una moral colectiva religiosa) actuara
como una nueva moral compartida (asentada en principios racionales y científicos).

Bibliografía
Durkheim (2004) La División del Trabajo Social, Ed. el Libertador. (Prefacio, Introducción al problema, Cap. I, II y III)
Durkheim Èmile. (2006) Las Reglas del Método Sociológico, Buenos Aires: Ediciones Libertador. (Cap.I)
Durkheim, Émile (1991) Educación y Sociología, México, D.F., Colofón S.A. (3ra Edición) (“La Educación. su naturaleza y su
función”, “Pedagogía y Sociología”)
Durkheim, Émile (2002) La Educación Moral, Madrid: Editorial Trota

4
Catedrático en la Universidad de Burdeos (1887-1902) y luego en la Sorbona (a partir de 1902 por quince años).

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