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D. B.

Cooper
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D. B. Cooper

Retrato robot del FBI de D.B. Cooper (1972)

Información personal

Nacimiento años 1930 

Información profesional

Ocupación Desconocida

Seudónimo Dan Cooper y D. B. Cooper 

Información criminal

Cargo(s)
Secuestro de un Boeing 727
criminal(es)

[editar datos en Wikidata]


D. B. Cooper es el nombre atribuido a un hombre que secuestró un avión Boeing
727 en los Estados Unidos el 24 de noviembre de 1971, recibió un rescate de
200 000 USD y saltó en paracaídas desde la aeronave.1 El nombre que el
secuestrador usó para abordar el avión fue Dan Cooper. Sin embargo, las iniciales
«D. B.» se asociaron permanentemente con el secuestrador debido a un error de
comunicación con la prensa, que tuvo conocimiento de que poco después del
secuestro el FBI había interrogado a un hombre de Portland llamado D. B. Cooper,
quien nunca fue considerado un sospechoso importante. 2
La forma en la que Cooper escapó de la justicia así como la incertidumbre sobre
su paradero continúan intrigando al público. El caso de Cooper, cuyo código es
«Norjak» en el FBI,3 es el único caso de piratería aérea sin resolver en los Estados
Unidos4 y es uno de los pocos de ese tipo que quedan sin resolver en todo el
mundo junto al vuelo 370 de Malaysia Airlines.
A pesar del gran número de pistas que se han encontrado con el paso de los
años, no se ha encontrado evidencia concluyente sobre la identidad del
secuestrador y su paradero. Existen múltiples teorías de lo que pudo haber
sucedido tras el salto, pero el FBI cree que Cooper no sobrevivió. 5 A finales de
1978, cerca del área donde se cree que aterrizó el secuestrador, se descubrió un
cartel en el que había indicaciones para abrir las compuertas traseras de un
Boeing 727. Asimismo, en febrero de 1980, en las orillas del río Columbia, un niño
de ocho años encontró 5880 USD en billetes de 20 dólares que resultaron ser
parte del rescate pagado.6 El resto del dinero no ha sido recuperado.
En octubre de 2007, el FBI declaró que había obtenido un perfil parcial del ADN de
Cooper a partir de la corbata que había dejado en el avión. 7 En diciembre de ese
mismo año, la agencia reabrió el caso publicando nueva información y varios
retratos que nunca antes habían sido mostrados al público con el objetivo de tratar
de obtener nuevas pruebas que llevaran a su identificación. En la rueda de prensa,
el FBI reiteró que cree que Cooper murió tras el salto, pero que continuaban
investigando su identidad.7 El 12 de julio de 2016, la agencia anunció que daba
por terminada la investigación activa en el caso para enfocarse en casos más
prioritarios.8

Índice

 1Secuestro

o 1.1Intercambio de pasajeros

o 1.2De vuelta en los aires

 2Desaparición
 3Sospechosos

o 3.1John List

o 3.2Richard McCoy, Jr.

o 3.3Duane Weber

o 3.4Kenneth Christiansen

o 3.5William Gossett

 4Repercusiones

o 4.1Efecto en las aerolíneas

o 4.2Nueva evidencia y esfuerzos recientes del FBI

o 4.3Cierre del caso

 5Fenómeno cultural

 6Referencias

 7Bibliografía

 8Enlaces externos

Secuestro[editar]
El miércoles 24 de noviembre de 1971, un día antes del día de Acción de
Gracias en Estados Unidos, un pasajero que viajaba bajo el nombre de Dan
Cooper abordó un Boeing 727-100 en el vuelo 305 (número de registro de
la FAA N467US) de Northwest Orient (posteriormente Northwest Airlines) que
partía del Aeropuerto Internacional de Portland con destino
a Seattle, Washington.9 Dan Cooper fue descrito como un hombre de unos 45
años, con una altura entre 1,78 y 1,83 metros que ese día llevaba una gabardina
negra, mocasines, traje oscuro, camisa blanca, corbata negra, gafas de
sol oscuras y un alfiler de corbata hecho de madreperla.10 Se sentó en la parte
trasera del avión en el asiento 18C y después de que la nave despegara, le
entregó una nota a la sobrecargo Florence Schaffner,11 que se encontraba sentada
en un asiento plegable cerca de la salida trasera, justo a la derecha del asiento de
Cooper. Ella pensó que se trataba de su número de teléfono, por lo que guardó la
nota en su bolsillo sin leer su contenido.12 Sin embargo, Cooper se le acercó y le
dijo: «Señorita, mejor lea lo que hay en esa nota. Tengo una bomba». 13 En el
mensaje estaba escrito: «Tengo una bomba en mi maletín. La usaré si es
necesario. Quiero que se siente junto a mí». 14
La nota también pedía US$200 000 en billetes sin marcar y dos sets
de paracaídas (dos paracaídas de espalda y dos paracaídas de emergencia) 15 y
explicaba detalladamente cómo se debían entregar estos objetos una vez que el
avión aterrizara en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma; si no se
cumplían sus demandas, haría estallar el avión. 16 Cuando la sobrecargo informó a
la cabina de vuelo sobre Cooper y sus demandas, el piloto, William Scott, contactó
con el control del tráfico aéreo de Seattle-Tacoma, quienes a su vez se pusieron
en contacto con la policía de Seattle y el FBI. La agencia se puso en contacto con
el presidente de Northwest Orient, Donald Nyrop, quien pidió a Scott que
cooperase con el secuestrador.15 El piloto ordenó a Schaffner volver a la parte
trasera del avión y sentarse junto a Cooper para tratar de averiguar si la bomba
era real. Cuando el secuestrador descubrió las intenciones de la sobrecargo, abrió
su maletín momentáneamente, lo suficiente para que ella viera varios cilindros
rojos, una gran batería y cables, convenciéndose de que la bomba era
verdadera.17 Cooper le ordenó que le dijera al piloto que no aterrizara hasta que el
dinero y los paracaídas estuvieran listos en el aeropuerto. Schaffner regresó a la
cabina para entregar las instrucciones del secuestrador. 15
Intercambio de pasajeros[editar]

Póster editado por el FBI para la captura de D. B. Cooper

Después de que las demandas fueron comunicadas a las autoridades, el avión


empezó a sobrevolar el Puget Sound, un estrecho marítimo cerca de Seattle.
Mientras recolectaban el dinero, los agentes del FBI siguieron las instrucciones de
usar solo billetes sin marcar, pero decidieron usar billetes impresos principalmente
en 1969 y con números de serie empezando con la letra L, emitidos por el Banco
de la Reserva Federal de San Francisco.18 Asimismo, los agentes pasaron
rápidamente los 10 000 billetes de 20 dólares por un dispositivo Recordak para
crear una fotografía en microfilm de cada uno y así grabar los números de serie. 16
19
Las autoridades inicialmente pretendían usar paracaídas militares de la Base de
la Fuerza Aérea McChord, pero Cooper especificó que quería paracaídas civiles
que tuvieran cordones de apertura manuales. La policía de Seattle encontró unos
ejemplares como los que exigía el secuestrador en una escuela local
de paracaidismo.18
Mientras tanto, Cooper permaneció sentado en el avión bebiendo un cóctel
de bourbon whisky con soda de limón por el que ofreció pagar. Tina Mucklow, una
sobrecargo que permaneció junto al secuestrador la mayor parte del tiempo, lo
describió como una persona agradable y lo suficientemente considerada para
pedir que le dieran comida a la tripulación después del aterrizaje en Seattle. 18 Sin
embargo, los investigadores del FBI afirmaron que el secuestrador era obsceno y
que usaba «malas palabras».18 A las 17:24, el control de tráfico del aeropuerto le
comunicó a Scott que las demandas de Cooper habían sido cumplidas. Entonces
el secuestrador permitió al piloto aterrizar. El avión tocó tierra a las 17:39. 20
Posteriormente, Cooper ordenó a Scott que llevara la aeronave a una sección
remota de la pista y que atenuara las luces en la cabina para evitar a
los francotiradores de la policía. Asimismo, pidió al control de tráfico que enviara a
una persona a entregar los $200 000 y los paracaídas.20 La persona elegida, un
empleado de Northwest Orient, se acercó hasta el avión y entregó los objetos a la
sobrecargo Mucklow a través de las escaleras traseras. Pocos minutos después,
Cooper liberó a los 36 pasajeros y a Schaffner, pero retuvo al piloto Scott, a
Mucklow, al primer oficial Bob Rataczak y al ingeniero de vuelo H. E. Anderson.20
En ese momento, los agentes del FBI desconocían las intenciones del
secuestrador y estaban perplejos por su demanda de cuatro paracaídas.
Asimismo, se preguntaban si tendría un cómplice a bordo o si los paracaídas eran
para los cuatro miembros de la tripulación que permanecían con él. 18 Nunca antes
había intentado nadie saltar en paracaídas desde un avión comercial secuestrado.
Mientras la aeronave era reabastecida, un oficial de la Administración Federal de
Aviación que quería explicar al secuestrador las implicaciones legales de
la piratería aérea caminó hasta la puerta del avión y pidió permiso a Cooper para
abordar el avión, pero este se lo negó al instante. 21 Una bolsa de vapor en el motor
del camión con gasolina retrasó el proceso de reabastecimiento y Cooper empezó
a sospechar cuando, después de 15 minutos, no habían acabado. El secuestrador
amenazó nuevamente con hacer estallar el avión, por lo que los encargados del
abastecimiento aceleraron la tarea, hasta completarla. 20

De vuelta en los aires[editar]


Después del reabastecimiento y de una inspección detallada del dinero y los
paracaídas, Cooper ordenó a la tripulación despegar nuevamente a las 19:40.
También decidió que volaran con rumbo a la Ciudad de México, a una velocidad
relativamente baja de 170 nudos (320 km/h), a una altitud de 3 000 m (la altitud
normal de crucero es entre 7 600 y 11 000 m), con los trenes de aterrizaje
desplegados y con 15 grados de flaps.22 Sin embargo, el primer oficial Rataczak le
dijo que el avión solo podría volar 1 600 km en esas condiciones, por lo que
Cooper y la tripulación discutieron otras rutas antes de decidir volar
hasta Reno, Nevada, en donde se reabastecerían nuevamente. 20 También
decidieron volar en la ruta Victor 23, una ruta aérea federal que transcurre al oeste
de la cordillera de las Cascadas. Asimismo, Cooper ordenó a Scott que dejara la
cabina despresurizada, ya que esto evitaría una salida violenta de aire y facilitaría
la apertura de cualquier puerta para saltar en paracaídas. 20
Inmediatamente después del despegue, Cooper pidió a Mucklow, quien había
estado sentada junto a él, que volviera a la cabina y que permaneciera allí. 23 Antes
de que pasara tras las cortinas que separaban la primera clase de la clase
económica, la sobrecargo vio al secuestrador atando algo a su cintura. Momentos
más tarde, en la cabina, la tripulación observó una luz intermitente indicando que
Cooper intentaba abrir la puerta trasera de la aeronave. A través del interfono,
Scott le preguntó si había algo que pudieran hacer por él, a lo que el secuestrador
respondió: «¡No!».23

Boeing 727, con la puerta trasera abierta.

La tripulación empezó a notar un cambio de presión en la cabina. Cooper había


abierto la puerta trasera y había saltado del avión. 2 Esta fue la última vez que se
supo de él. El FBI cree que el salto se realizó a las 20:13 sobre el suroeste del
estado de Washington, ya que a esta hora las escaleras traseras se sacudieron,
posiblemente en el instante en que abandonó la aeronave. En ese momento, el
avión estaba volando a través de una tormenta, y la nubosidad impedía ver el
suelo.7 Debido a la mala visibilidad, los aviones de caza F-106 que seguían a la
aeronave no se dieron cuenta del salto del secuestrador. 24 Inicialmente se creyó
que había aterrizado al sureste del área no incorporada de Ariel (Washington),
cerca del lago Merwin, 48 km al norte de Portland (Oregón).25 Teorías posteriores,
basadas en varias fuentes tales como el testimonio del piloto de Continental
Airlines, Tom Bohan —quien volaba a 1 200 metros sobre el vuelo 305 y 4 minutos
detrás del mismo—, ubican la zona del aterrizaje a 32 km al este de ese punto. 26
Después de dos horas y media del despegue en Seattle, el avión, con la
compuerta trasera abierta, aterrizó en Reno a las 22:15. 23 El aeropuerto y la pista
fueron rodeados por agentes del FBI y de la policía local. Tras comunicarse con el
capitán Scott, se determinó que Cooper había abandonado la aeronave y los
agentes abordaron el avión para buscar cualquier evidencia que hubiera dejado,
encontrando varias huellas dactilares, una corbata con un alfiler de madreperla,
dos de los cuatro paracaídas y ocho colillas de cigarrillos. 27 Sin embargo, no había
rastro del maletín del secuestrador, del dinero, de la bolsa que lo contenía ni de
los dos paracaídas restantes. Las personas que habían interactuado con Cooper a
bordo del avión y en tierra fueron interrogadas para crear un retrato robot. La
mayoría de los testigos proporcionaron la misma descripción, por lo que el FBI
estima que el retrato es una representación fiel de Cooper y lo utiliza en todos los
pósteres en los que se requiere su captura.287

Desaparición[editar]

Animación del salto de Cooper desde la puerta trasera del Boeing 727. La puerta no había sido
diseñada para ser abierta durante el vuelo y era operada por gravedad, por lo que permaneció abierta
hasta que el avión aterrizó.

Aunque a finales de 1971 y principios del año siguiente se llevaron a cabo


diversas búsquedas aéreas y terrestres en un área de 73 km² en donde se creía
que Cooper había aterrizado, no se encontró ningún rastro del secuestrador o de
su paracaídas. La velocidad del avión (91 metros por segundo), las diferencias de
altitud y la incertidumbre del momento del salto dificultaron la determinación del
punto exacto de aterrizaje. Debido a esto, el FBI cree que Cooper no sabía dónde
iba a aterrizar, por lo que probablemente no había un cómplice en tierra que lo
ayudase a escapar.7 Inicialmente, el FBI trabajó junto a los policías de los
condados de Clark y Cowlitz, quienes realizaron búsquedas a pie y en helicóptero.
Otros patrullaron el Lago Merwin y el Lago Yale en botes.29 Pese a que con el
paso del tiempo no aparecía ningún tipo de pistas, la llegada del deshielo con la
primavera boreal favoreció que se realizara una búsqueda terrestre extensiva,
llevada a cabo por el FBI y más de 200 miembros del Ejército de los Estados
Unidos que estaban estacionados en Fort Lewis. La expedición examinó metro por
metro del área estimada de aterrizaje durante dieciocho días consecutivos del mes
de marzo y por otros dieciocho días en abril de 1972. Después de seis semanas,
la búsqueda no rindió ningún resultado, 30por lo que existe controversia sobre si
Cooper aterrizó realmente en esa área y si sobrevivió al salto.
Mientras tanto, el FBI empezó a rastrear los 10 000 billetes de $20 usados para el
rescate, dando a conocer los números de serie a bancos, compañías financieras y
otros negocios. Asimismo, varias agencias policiales alrededor del mundo,
incluyendo Scotland Yard, recibieron información sobre Cooper y los números de
serie de los billetes. Durante los meses que siguieron al secuestro, Northwest
Airlines ofreció una recompensa del 15% del dinero que se recuperara hasta un
máximo de $25 000, pero la aerolínea retiró la oferta al no aparecer ninguna
prueba.31 En noviembre de 1973, The Oregon Journal, un periódico de Portland,
publicó por primera vez y con permiso del FBI los números de serie y ofreció
$1 000 a la primera persona que encontrara uno de los billetes de $20. 31
Posteriormente, el Seattle Post-Intelligencer ofreció una recompensa de $5 000
por uno de los billetes.32 A pesar del interés desatado por estas recompensas, los
periódicos nunca recibieron ninguno de los billetes del rescate. Durante la década
que precedió el secuestro, la policía local y el FBI habían resuelto dos crímenes
importantes en el noroeste de los Estados Unidos (un robo de banco y
una extorsión) rastreando los números de serie de los billetes y en ambos casos
las autoridades tardaron solo varias semanas en atrapar a los criminales que
habían usado el dinero en un área cercana pocos días después del crimen, 33
circunstancia que no ocurrió en el caso de Cooper.

Fotografía de algunos de los billetes recuperados por Ingram en 1980.

Con el paso de los años, nuevas evidencias fueron apareciendo. A finales de


1978, un cazador que se encontraba al norte del área estimada de aterrizaje
encontró una pancarta con instrucciones para abrir la puerta trasera de un Boeing
727. Después de ser analizada, se determinó que pertenecía a la puerta del avión
secuestrado.34 El 10 de febrero de 1980, Brian Ingram, un niño de ocho años que
estaba de pic-nic con su familia, encontró 5.880$ en billetes semidestruidos (un
total de 294 billetes de $20 todavía atados en bandas elásticas) aproximadamente
a doce metros de la orilla del río Columbia a ocho kilómetros al noroeste
de Vancouver (Washington).35 Después de comparar los números de serie de
estos billetes con los de los billetes entregados a Cooper, se determinó que el
dinero encontrado por Ingram era parte del rescate pagado nueve años atrás. 34
Varios científicos locales reclutados por el FBI declararon que el dinero pudo
haber llegado a ese lugar después de que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de
los Estados Unidos dragara varias secciones del río en 1974. Otros expertos,
incluyendo al geólogo Leonard Palmer de la Portland State University, estimaron
que el dinero tuvo que haber llegado después de que el dragado hubiera finalizado
ya que Ingram encontró los billetes sobre depósitos de arcilla que habían sido
sacados del río por la draga.36 Varios investigadores e hidrólogos creen que los
billetes llegaron al río Columbia a través de uno de sus afluentes, posiblemente
el río Washougal, el cual nace en el área donde se cree que aterrizó Cooper.
El descubrimiento de los $5 880 respaldó la teoría del FBI de que Cooper no
sobrevivió al salto ya que era improbable que un criminal dejara atrás parte de un
botín por el que arriesgó su vida. Las autoridades conservaron los billetes
recuperados hasta 1986, cuando un tribunal repartió el dinero entre Ingram, el FBI,
Northwest Airlines y su compañía de seguros.37 El 13 de junio de 2008, de acuerdo
con los deseos de Ingram, la casa de subastas Heritage Auctions vendió 15 de los
billetes en Dallas (Texas) a varios compradores por un total de más de $37 000.38
Con la excepción del dinero recuperado por Ingram, el resto del rescate continúa
desaparecido. Los números de serie de los 9.998 billetes entregados al
secuestrador se encuentran en una base de datos que puede ser consultada por
el público a través de un motor de búsqueda.39

Sospechosos[editar]

Retrato de Cooper por el FBI, con progresión de edad.

El FBI ha investigado a más de mil sospechosos y descartado a casi todos como


el verdadero secuestrador.4 La agencia cree que Cooper estaba familiarizado con
el área de Seattle, ya que reconoció desde el aire la ciudad
de Tacoma (Washington) mientras el avión sobrevolaba el Puget Sound. También
había comentado a la asistente de vuelo Mucklow que la Base de la Fuerza Aérea
McChord estaba aproximadamente a veinte minutos del Aeropuerto Internacional
de Seattle-Tacoma. Aunque inicialmente el FBI creía que Cooper podría haber
sido un miembro activo o retirado de la Fuerza Aérea debido a sus conocimientos
de aerodinámica y paracaidismo,18 esta hipótesis se descartó, ya que ningún
paracaidista experimentado habría intentado un salto tan arriesgado. 7
John List

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