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ABOGADO Y NOTARIO
Tema:
Carne: 201646317
Habla del odio y el amor el menciona que no hay que ser amado pero
respetado o amado pero que te tenga un cierto punto de miedo, es mejor ser
amado o temido, es mejor ser las dos cosas pero un poco más temido que
amado por que las personas son hipócritas, falsas, miedosas, conveniencieras
y solo ven por si misma te van a decir que están contigo, te van a jurar su
lealtad, su vida y en realidad cuando las necesitas no van a estar ahí por eso
hay que ser temido que amado.
CAPITULO I AL XI:
1. Destruirlo
2. radicarse en él
Nada hay mejor para conservar una ciudad acostumbrada a vivir libre que
hacerla gobernar por los mismos ciudadanos. El único sistema seguro de
dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla. Quien se haga
dueño de una ciudad así y no la aplaste, debe esperara ser aplastado por ella.
Sus rebeliones siempre serán representadas con el nombre de libertad. El
recuerdo de su antigua liberad no les concede ni un momento de reposo si los
habitantes no se separan ni se dispersan, inmediatamente recurren a cualquier
contingencia.
Cuando las ciudades o provincias están acostumbradas a vivir bajo un
príncipe, y por la extinción de este y su linaje queda vacante el gobierno, por
un lado los habitantes están acostumbrados a obedecer y por otro no tienen a
quién, y no se ponen de acuerdo para elegir a uno entre ellos, ni saben vivir en
libertad, y por último tampoco se deciden a tomar armas contra el invasor.
Los hombres siguen casi siempre el camino abierto por otros y se empeñan en
limitar las acciones de los demás. Todo hombre que sea prudente debe imitar a
los que han sido excelsos, para que, si no los iguala en virtud, por lo menos se
les acerque.
Las dificultades nacen de las nuevas leyes y costumbres que se ven obligados
a implantar para fundar el Estado y proveer sus seguridad. No hay nada más
fácil de emprender, ni más dudoso de triunfar, ni más peligroso de manejar que
el introducir nuevas leyes. El innovador se transforma en enemigo de todos los
que se benefician con las leyes antiguas, se consigue la amistad tibia de los
que se benefician con las leyes nuevas.
Los que sólo por suerte se convierten en príncipes y poco esfuerzo necesitan
para llegar a serlo, se mantienen pero con muchísimo trabajo.
Las dificultades se presentan una vez instaladas. Estos príncipes no se
sostienen más que por la voluntad y la fortuna (mudables e inseguras) de
quienes los elevaron y no saben ni pueden conservar aquella dignidad. No es
factible que conozca el arte del mando. ya que han vivido siempre como
simples ciudadanos.
Un príncipe jamás podrá dominar al pueblo cuando tenga por enemigo. Lo peor
que un príncipe puede esperar de un pueblo que no o ame es el ser
abandonado por él; de los nobles, si los tiene por enemigos, es que se rebelen
contra él. Es una necesidad del príncipe vivir siempre con el mismo pueblo,
pero no con os mismos nobles, puede crear nuevos o deshacerse de lo que
tenía a su conveniencia.
El que llegue a ser príncipe mediante el favor del pueblo debe esforzarse por
conservar su afecto, pues el pueblo sólo pide no ser oprimido. El que se
convierta en príncipe por ayuda de los nobles perecerá si se empeña en
conquistarlo, lo que sólo será fácil si lo toma bajo su protección.
Un príncipe que obtiene una plaza fuerte, y a quien el pueblo no odie, no puede
ser atacado. Si fuese el atacado se vería obligado a retirarse sin gloria, son tan
vitales las cosas de este mundo que es imposible que alguien permanezca con
sus ejércitos un año situando ociosamente una ciudad.
Estos son los únicos que tienen Estados y no los defienden; súbditos no os
gobiernan. Pero a pesar de eso no les son arrebatados y los súbditos no se
preocupan, ni piensan, ni podían situarse a su soberanía. Son los únicos
principados seguros y felices.
Las formas de ataque y de defensa pueden ser necesarias un cada uno de los
Estados antes mencionados.
Las tropas con las que un príncipe defiende a sus Estados son propias,
mercenarias, auxiliares o mixtas. Las auxiliares y mercenarias son útiles y
peligrosas; el príncipe que descanse en mercenarios nunca estará seguro ni
tranquilo, por que están desunidos, ambiciosos y desleales, violentos entre los
amigos y cobardes cuando se encuentran frente al enemigo por que no tienen
disciplina y durante la paz despoja a su príncipe tanto como los enemigos
durante la guerra. Quieren ser soldados minetras el príncipe no hace guerra.
Habla sobre las clases de milicias y como lidiar con ellas básicamente como
lidiar con las fuerzas de sus principados y como medirlas principalmente tener
hombres, dinero, recursos y un ejército se calificaría como algo efectivo en
cambio si no posee lo dicho anteriormente no queda de otra que refugiarte tras
las murallas y resistir los ataques enemigos. Con relación a los ejércitos y los
soldados que el príncipe debe de tener a su disposición Maquiavelo afirma que
pueden ser de tres tipos: propios, auxiliar o mixto.
Habla de los mercenarios que son hombres que pelean por dinero y que jamás
pelearían por lealtad al rey o el príncipe.
DE LOS CAPITULOS XV AL XXI:
Habla acerca de cómo se debe comportar el príncipe como aquello que hace
que un príncipe sea alabado o censurado, Maquiavelo expone en que el
príncipe en función de las circunstancias y consecuencias de sus acciones y
decisiones debe comportarse; también hace una gran referencia hacia la
generosidad y la avaricia y realiza consideraciones sobre cuál es más
conveniente, la primera suele ser entendida como algo bueno pero en realidad
a la larga resulta ser algo perjudicial para el gobierno pues para mantener esta
reputación el príncipe tendría que gastar su patrimonio lo que no sería para
nada conveniente en cambio si opta por la avaricia entonces podría ahorrar
impuestos al pueblo lo que lo ayudaría en momentos difíciles como financiar
empresas o ganar guerras de modo que terminaría siendo amado por la gran
mayoría.
Habla sobre la elección de los secretarios advierte acerca de los criterios que
debe tener el príncipe a la hora de elegir sus secretarios o ministros que serán
más ayudante los cuerpos de ayudantes y consejeros y por lo mismo tendrán
que ser los más sinceros y fieles, en esa misma línea recomienda huir de
aquellos aduladores por que no dicen la verdad.
DEL CAPITULO XXIV:
Habla sobre la razón de el por qué muchos príncipes en Italia perdieron sus
estados.
Una prueba del interés que suscitó El Príncipe fueron la cantidad de copias y
ediciones que se realizaron en los años posteriores a su publicación. Esto es
signo de que la doctrina política de Maquiavelo tenía su repercusión. Unas
críticas que no siempre han sido y son positivas. Con los años se le asignó a
Maquiavelo un cierto cinismo que incluso llegó a ser origen del adjetivo
maquiavélico. Que, por otra parte, es una enorme prueba de la influencia del
libro en la historia.
Por tanto, no hay fuentes externas que puedan distorsionar las palabras de
Maquiavelo. La sinceridad del autor al recomendar ciertos aspectos que hoy se
considerarían como políticamente incorrectos ayuda también a razonar acerca
del modo de actuar que tuvieron los monarcas de la época e incluso los
políticos de la actualidad.
Nicolás Maquiavelo decía las cosas como son, y quizás en esta sociedad
nosotros lo pensamos mucho pero jamás lo decimos. Maquiavelo vivió en Italia
cuando no estaba pasando su mejor momento y por consecuente el entorno le
creo esta forma de pensar, por su forma de ser el llego a ser un teorizador
político y una de sus grandes obras fue por supuesto el príncipe que nos lleva
a una especie de manual y supongo que él lo escribió con ese sentido para el
su obra no es más que un prototipo de que es lo que se debe hacer en el poder
; un particular punto de vista una idea central de esta obra es la anticorrupción
y el establece tres puntos de cómo se puede combatir teoría en la que se
establece un sistema económico equilibrado es decir adiós ley de Pareto, adiós
ochenta veinte, otro punto es que se formuló la idea de crear leyes para
fomentar la necesidad o la falsa necesidad de la sociedad a mantener un
comportamiento virtuoso, con estas reglas creía que también podríamos
fomentar nuestro comportamiento virtuoso y como último punto es mantener
los usos y costumbres de la sociedad se puede interpretar mantener esta
manera de convivencia de nosotros y es que un Estado que convive de la
mejor manera por supuesto que no va a tener la necesidad de revelarse
llegando a un grado extremo que es lo que menos busca y es a lo que más se
rehúsa, Maquiavelo puede llegar a tal grado de permitir la violencia siempre y
cuando sea para erradicar a estos enemigos que en fechas posteriores pueden
llegar a revelarse contra él.