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Rawls, John.

 Lecciones sobre
la historia de la Filosofía Moral.
Paidós. Barcelona. 2001. 

Introducción 

La Filosofía Moral Moderna


(1.600 – 1.800) 
Los antiguos se preguntaron por
la forma más racional de la
verdadera felicidad, o del bien
supremo, y que indagaron el
modo en que la conducta
virtuosa y las virtudes, en tanto
que aspectos de carácter – las
virtudes del coraje y la
templanza, de la sabiduría y la
justicia, que son bienes por sí
mismos – se relacionan con el
bien supremo, ya como medios,
ya como elementos constitutivos,
ya como ambas cosas. 
Los modernos se preguntaban
principalmente, o al menos en
primera instancia, por lo que
consideraban prescripciones
imperativas de la recta razón, y
por los derechos y deberes, las
obligaciones a que estas
(predicciones) prescripciones de
la razón daban lugar. Sólo
después volvían su mirada hacia
los bienes que estas
prescripciones nos permitían
perseguir o encarecer. (Pág.22) 
Filosofía Moral griega 
Surge dentro del contexto
histórico y cultural de una religión
cívica de una polis en la que la
épica homérica, con sus dioses y
héroes, desempeñaba un papel
central. 
Al rechazar el ideal homérico
(Sócrates) y al no encontrar guía
alguna en la religión cívica, la
filosofía griega tuvo que elaborar
por sí misma nociones de bien
supremo para la vida humana,
nociones adecuadas para la muy
distinta sociedad que era Atenas
del siglo V. 
Los griegos se centraron en la
idea de bien supremo como un
ideal atractivo, como la búsqueda
razonable de nuestra verdadera
felicidad. (Pág. 24) 
Su filosofía moral fue siempre el
ejercicio de la mera razón, libre y
disciplinada. No se fundó en la
religión, ni mucho menos en la
revelación, pues la religión cívica
nunca se erigió en rival suyo. 
Al buscar ideales morales más
adecuados que los de la edad
homérica para la sociedad y la
cultura de Atenas del siglo V, la
filosofía moral griega se sostuvo
más o menos a sí misma desde
el principio. 
Filosofía Moral Moderna 
Son tres los principales
desarrollos históricos que dan
cuenta de la naturaleza de la FM
en el período moderno: 
1.Reforma del S. XVI: la Reforma
fragmentó la unidad religiosa de
la Edad Media y condujo al
pluralismo religioso, con todas
sus consecuencias para los
siglos posteriores. 
2.El desarrollo de Estado
Moderno: en su forma altamente
centralizada el Estado Moderno
era gobernado por monarcas con
enormes poderes, que intentaban
ser absolutos, cediendo parte del
poder a la (democracia)
aristocracia y clases medias
ascendientes. El desarrollo del
Estado se produjo a ritmos
diferentes en los diversos países
de Europa. Los Estados
centrales se consolidaron
bastante bien en Inglaterra,
Francia y España (fines del siglo
XVI), pero no en Alemania e Italia
hasta el siglo XIX. 
3.Desarrollo de la Ciencia
Moderna: comenzó en el siglo
XVII, la Astronomía con
Copérnico y Galileo – Kepler y la
física de Newton. El análisis
matemático de Leibniz. Los
avances de la matemática y la
física van de la mano. (Pág. 25) 
El Cristianismo Medieval tenía
cinco importantes rasgos de los
que carecía la religión cívica
griega: 
-Era una religión oficial cuya
autoridad era institucional, con el
papado en el centro,
prácticamente absoluto. 
-Era una religión de salvación,
una vía de acceso a la vida
eterna, la salvación exigía la fe
verdadera tal como era enseñada
por la iglesia. 
-Era una religión doctrinal con un
credo en el que había que creer. 
-Era una religión de sacerdotes
que monopolizaban la autoridad
para dispensar los medios de
gracia. 
-Era un religión expansionista, de
conversión, que no reconocía
límites territoriales a su autoridad
salvo el mundo entero. 
La filosofía moral en la Edad
Media estaba subordinada a la
autoridad de la Iglesia y fue
practicada para satisfacer la
necesidad de poseer una
Teología Moral. (Pág. 26) 
El problema que se planteó no
era ya simplemente el problema
griego de cómo vivir, sino el de
cómo puede uno vivir con gentes
que profesan una religión oficial y
salvífica diferente. 
Los Problemas de la Filosofía
Moral Moderna 
Hacia el siglo XVIII muchos
pensadores intentaron establecer
una base para el conocimiento
moral que fuera independiente de
la autoridad eclesiástica y
accesible para cualquier persona
razonable y consciente.
Desarrollaron un abanico de
conceptos y principios desde los
que poder definir la AUTONOMÍA
y la RESPONSABILIDAD. 
Se deja de lado la visión
tradicional de la iglesia según la
cual, en ausencia de revelación
divina, no podemos conocer los
principios desde los que poder
definir el bien y el mal. 
Tres cuestiones que se
desprenden de lo anterior. Es
decir, todos somos capaces de
conocer nuestros deberes y
obligaciones morales sin la
revelación de Dios. 
Primero: ¿Dimana del orden
moral que se nos exige de una
fuente externa, o surge de la
naturaleza humana y de las
exigencias de nuestra vida en
sociedad? 
Segundo: ¿Es el conocimiento o
la conciencia de cómo debemos
actuar directamente accesible
sólo para algunos, o para unos
pocos, o es accesible para toda
persona que sea razonable y
consciente? 
Tercero: ¿Tiene que
persuadirnos u obligarnos a
cumplir con las exigencias de la
moralidad alguna motivación
externa, o nuestra naturaleza nos
alcanza para obrar tal como
debemos? (Pág. 29) 
Rawls concibe a la Filosofía
Moral como una familia de
diferentes tradiciones: 
1.Las escuelas del derecho
natural y del sentido moral 
2.Las escuelas del intuicionismo
racional 
3.Las escuelas del utilitarismo 
Sus diferencias no radican en el
contenido de la moral sino en sus
fundamentos. 
Virtudes que defienden: fidelidad
a las promesas, cumplimiento de
los contratos, la veracidad, la
benevolencia y la caridad. 
Hume y Kant creen que el orden
moral surge de alguna manera
de la propia naturaleza humana y
de las exigencias de nuestra vida
en sociedad. (Pág. 30) 
Hume rechaza las “virtudes
monásticas”, el celibato, el
ayuno, la penitencia, la
mortificación, la negación de sí
mismo, la humildad, el silencio, la
soledad. 
Para Kant la ley moral tiene
realidad objetiva y no acuerda
con el escepticismo de Hume. 
Kant cree que hay una sola razón
que promulga diferentes ideas y
principios según su aplicación. 
Imperativo Categórico: puede
ilustrar la doctrina del hecho de la
razón y de la unidad de la razón
y la primacía de lo práctico, lo
que nos sitúa en el centro de la
filosofía crítica kantiana
considerada como un todo. (Pág.
36) 
David Hume según Rawls 
La moralidad psicologizada y las
pasiones. Su trasfondo:
escepticismo y fideísmo de la
naturaleza. 
Hume (1711 – 1776) 
Fideísmo de la naturaleza es la
concepción resultante de unir su
naturalismo a su escepticismo.
Escepticismos (Pág. 42) 
-Teórico: pone en cuestión por
varias razones la solidez o la
base de determinado esquema
de creencias o sistema de
pensamiento. 
-Radical: sostiene que las
creencias en cuestión no tienen
respaldo racional alguno, que
carecen totalmente de
fundamento. 
-Moderado: considera que esas
creencias están menos fundadas
de lo que habitualmente se
piensa. 
-Normativo: nos encarece que
suspendamos toda creencia,
moderadamente, para darle
menos crédito. 
Una persona que sigue el
escepticismo normativo es en
escéptico practicante. 
-Epistemológico: acepta un
esquema de creencias como
significativo e inteligible pero
cuestiona que tenga fundamento
y esté sustentado en razones. 
Para Hume la mayoría de las
veces son otras las fuerzas
psicológicas, tales como la
costumbre y la imaginación, las
que regulan nuestras creencias
cotidianas y nuestra conducta. 
El escepticismo de Hume, para
Rawls, es inseparable de su
naturalismo psicológico.
(Pág.44) 
La razón ocupa un lugar
secundario en su FM. 
Clasificación de las Pasiones 
Hume clasifica los contenidos de
la experiencia, lo que llama
PERCEPCIONES, de la siguiente
manera. 
Percepciones: Impresiones de
Sensación (color, olor, tacto,
placer, dolor) y de Reflexión
(pasiones, deseos, emociones) 
Ideas son copias hechas por la
mente. 
Las Impresiones de Reflexión
pueden a su vez ser copiadas
por la memoria o la imaginación,
y de esta forma dan origen a
nuevas ideas. 
Pasiones Primarias originales
(instintos implantados) 
1)A menudo violentas 
2)A menudo serenas 
Secundarias no originales 
3)Directas 
4)Indirectas. 
(Págs. 46 – 47) 
La concepción de Hume de la
DELIBERACIÓN RACIONAL 
Para él, todas las criaturas
racionales están obligadas a
regular sus acciones mediante la
razón, como premisa del
racionalismo, merece algunas
objeciones: 
a)La razón por sí sola nunca
puede ser el motivo de ninguna
acción de la voluntad. 
b)La razón por sí sola nunca
puede oponerse a la pasión en la
dirección de la voluntad. 
Hume sólo reconoce dos
funciones de la razón: 
1)La razón puede establecer
verdades demostrativas basadas
en las relaciones abstractas entre
nuestras ideas. 
2)La razón también puede
establecer, sobre la base de la
experiencia, las relaciones de
causa y efecto, entre objetos y
sucesos. 
El impulso para razonar, sobre
los medios y para adoptarlos no
“surge de la razón sino que sólo
es dirigido por ella”. 
La razón por sí sola nunca puede
oponerse a las pasiones sólo si
pudiera generar un impulso
contrario a las pasiones (Pág.
48) 
Las pasiones no pueden ser
contrarias a la razón: 
Una pasión no es más que un
estado psicológico que acontece.
Una pasión no afirma nada. 
Para Hume el racionalista
confunde la influencia de las
pasiones serenas con las
operaciones de la razón. 
Define la fortaleza de ánimo
como una disposición presente
en la que las pasiones serenas
son normalmente efectivas a la
hora de controlar nuestras
deliberaciones y de influir nuestra
conducta. 
En la deliberación cada cadena
de razones en el razonamiento
sobre adecuación de medios y
fines es finita, tiene como punto
de llegada un fin último o final;
que es un propósito de una o
más pasiones. 
Los propósitos de las pasiones
son muchos, y no hay un único
fin, ni siquiera el de conseguir el
placer y evitar el dolor. 
Distinción de funciones
desempeñadas por los placeres y
los dolores (son 3) –Pág. 52- 
1.Como causas de las pasiones 
2.Como resultados de la
satisfacción de las pasiones 
3.Como propósitos y objetivos de
las pasiones. 
Estos propósitos en Hume no
son hedonistas ni egoístas. 
El proceso de deliberación del
razonamiento práctico puede
corregir nuestras pasiones. 
Tres cuestiones sobre la
concepción oficial: 
A)-La primera cuestión concierne
a las clases de los posibles
efectos de la deliberación
racional sobre las pasiones. 
B)-Sobre la naturaleza de las
pasiones. Hume las concibe
como impresiones de reflexión:
orgullo, vergüenza, amor, odio. 
C)-Hume carece de una
concepción de “razón práctica”. 
Clasificación de las virtudes:
Artificiales y Naturales 
La moralidad es un hecho natural
explicable a partir de los
naturales intereses humanos y
de nuestra necesidad de
sociedad. 
Explicar el fundamento de las
virtudes, tanto naturales como
morales, y cómo surgen y se
desempeñan sus diferentes
papeles, es una de las
problemáticas morales que
conforman la ciencia de la
naturaleza humana así
concebida. 
Las virtudes artificiales implican,
como no lo hacen las virtudes
naturales, designio e intención,
juicio y entendimiento, y son obra
de la razón en general, tal como
podemos apreciarla en nuestros
proyectos y convenciones, en
nuestras leyes e instituciones.
(Pág. 71) 
Virtudes naturales: benevolencia,
generosidad, clemencia, caridad,
amor a la vida, amabilidad para
con los niños. 
Las virtudes naturales existían en
la humanidad antes del estado
civilizado. 
Las virtudes artificiales como la
justicia, la fidelidad y la honradez
se entienden como disposiciones
del carácter a acatar ciertos
(sistemas) esquemas de reglas o
convenciones, disposiciones que
no expresan ningún principio
original de nuestra naturaleza o
de los instintos. 
Las virtudes, para Hume, son
disposiciones del carácter, son
rasgos psicológicos de nuestra
persona que influyen
conjuntamente en lo que
hacemos y cómo nos
comportamos. Es propio de
nuestra naturaleza tener o
adquirir virtudes. La moralidad es
un hecho natural. 
El espectador juicioso
desempeña un papel importante
para su explicación de los juicios
morales. 
La simpatía es la base de las
distinciones morales; pero las
simpatías son parciales y
variables. 
El apetito general del bien
conecta con intereses de nuestro
yo desde el presente hasta el
futuro, la simpatía transmutada
por el punto de vista del
espectador juicioso, despierta en
nosotros una preocupación
imparcial por los intereses de las
personas dondequiera estén. 
La simpatía unida al apetito
general del bien, establece líneas
de juicio que pueden mantener
unido el mundo social. 
En la investigación sobre los
principios de la moral, el papel de
la simpatía es asumido por lo que
Hume llama el PRINCIPIO DE LA
HUMANIDAD. 
JEAN–JACQUES ROUSSEAU
(1712 – 1778) 
Insatisfacción absoluta con la
sociedad que le resulta
intolerable es el rasgo más
característico de su obra. La
naturaleza es la gran inspiradora
del sistema político de
Rousseau. 
Existe un camino que conduce
del hombre natural al hombre
civil, no inscripto necesariamente
en el orden ontológico de los
humanos. Para investigar al
hombre natural hay que
despojarlo de todas las
cualidades propias de la vida
social y política: 
La primera es la razón; la razón
es habla y el habla es ya vida
social. El hombre natural no es
racional, es sólo animal; es pura
potencialidad orientada desde su
propia naturaleza: libre y
perfectible. 
El individuo pierde su libertad
natural, pero gana la libertad civil,
con la libertad moral el hombre
se hace verdaderamente dueño
de sí mismo, pues la esclavitud
es la sujeción al impulso de los
apetitos, mientras que la libertad
es la obediencia a la ley que uno
mismo se prescribe. 
INMANUEL KANT (1724 –
1804) 
Tres problemas de la Filosofía
Moral:la ley moral, el hecho de la
razóny la fe práctica. 
Para Hume las personas
virtuosas son aquellas que
poseen cualidades del carácter
inmediatamente agradables para
ellas mismas o sus allegados, o
bien útiles para unos u otros.
Kant no puede aceptar esta
concepción, pues rechaza que
podamos juzgar el valor moral
del carácter apelando a una
concepción independiente de
bondad como puede ser la de
Hume, que la reduce a
agradabilidad y utilidad para
nosotros mismos y los demás. 
Para Kant una buena voluntad es
siempre buena en sí misma, bajo
toda condición, mientras que
todo lo demás es bueno bajo
ciertas condiciones. 
La buena voluntad es el Bien
Supremo en Kant. (Pág. 173)

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