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¿Cuáles son las etapas del desarrollo fetal?

Durante las 40 semanas que dura el embarazo, el desarrollo del bebé pasa por diversas
etapas.

Desde la semana 0 hasta el 10º o 12º día se corresponde con el desarrollo del
blastocito: El cigoto, la célula que se forma cuando el espermatozoide fecunda al óvulo, se
divide en otras muchas, hasta convertirse en una mórula. Al tiempo que “viaja” por la
trompa de Falopio hasta llegar al útero y se produce la implantación embrionaria.

Desde la semana 2 (que en realidad corresponde a la semana 4 del calendario del


embarazo) hasta la 8 ocurre la etapa embrionaria. Tu bebé aún es un embrión, del
tamaño de un grano de arroz. No tiene un aspecto humano, sino que más bien parece un
“renacuajo”. En la semana quinta se desarrolla un primitivo corazón que a partir de
entonces latirá sin descanso. Y en la semana 6 ya se aprecian lo que serán sus ojos y la
columna vertebral. El desarrollo embrionario es clave para la salud del bebé: son los
llamado periodos sensibles del desarrollo, esenciales para que las principales estructuras
y órganos del bebé se formen adecuadamente.

Desde la semana 8 el bebé ya es todo un feto. A partir de ahora, los médicos dividen el
embarazo en tres etapas: primer trimestre, hasta la semana 12; segundo trimestre que
abarca desde la semana 13 a la 25; y el tercer trimestre, que va desde la semana 26
hasta el nacimiento del pequeño que suele ocurrir entre las semanas 36 y 40.

¿Dónde va la orina del feto dentro del útero?

Pero los investigadores han podido saber también cómo es el día a día del bebé dentro
del vientre materno. Sabemos que el bebé ya en la semana 12 se chupa el dedo y traga
líquido amniótico, lo digiere y por supuesto lo expulsa en forma de orina.

¿Y dónde va ese pipí que “fabrica” el bebé? Retorna de nuevo al líquido amniótico,
creándose un “circuito cerrado” perfecto. De hecho, cuando en las ecografías se detecta
que un bebé tiene poco líquido amniótico se puede sospechar algún problema en su
sistema urinario.

cuando el bebé nazca, podrá ver oír, oler, degustar y sentir a través de su piel. Pero sus
sentidos se desarrollan mucho antes, en el vientre materno. Y lo hacen muy pronto.
Tomemos como ejemplo los ojos.

Hacia la semana 5ª de embarazo se aprecian unas manchas oscuras a los lados de la


cara que poco a poco se desplazan hacia el frente.

En la octava semana, se forma la pupila y las primeras conexiones nerviosas que van a
permitir captar la luz.

Aunque su mundo dentro del útero es oscuro, se sabe que si en el segundo trimestre de
embarazo se acerca un foco de luz al vientre materno, el bebé ya aparta la cara.
Fascinante, ¿verdad?
Cuando nazca tu bebé, será perfecto. Desde el momento que salga de dentro de ti y te le
pongan sobre tu pecho, no te cansarás de mirar sus deditos, sus manitas, su carita… A
simple vista no le falta nada. Sin embargo, unos órganos fundamentales para la vida
acaban de ponerse en marcha: los pulmones.

Dentro de ti, tu bebé no los necesitaba. Estaban formados, pero a diferencia de otros
órganos, como el corazón o los riñones, no “funcionaban”, ya que el oxígeno le llegaba
a través del cordón umbilical procedente de la placenta. Pero al nacer tomará su primera
bocanada de aire y sus pulmones se llenarán de oxígeno y también de vida. Su desarrollo
fetal ha terminado y comienza otra apasionante aventura.

Se considera la tercera semana de embarazo como la primera efectiva, pues en las dos
primeras semanas se produce la ovulación y desprendimiento del óvulo que será
fecundado. Esta fecundación tiene lugar ya en la tercera semana: el óvulo y el
espermatozoide se unen formando el cigoto mientras bajan a través de una de las
trompas de Falopio.

MAS

El cigoto continúa dividiéndose formando las nuevas células, a las que pronto les
aparecerá un recubrimiento, denominando a todo el conjunto como blastocisto. La división
de células continúa ocurriendo mientras tanto, hasta que en un cierto punto del desarrollo
este blastocito se transforma en embrión.

En la cuarta semana, el embrión, que ya mide cerca de cinco milímetros, se introduce en


la pared uterina y comienza a nutrirse a través de esta. En la quinta semana ya comienza
a desarrollar los principales sistemas del embrión como el cerebro, la médula espinal, el
corazón o el tracto gastrointestinal.

Las células comienzan a adquirir funciones específicas durante esta semana, y entre las
que se desarrollan se pueden encontrar las células sanguíneas, las del riñón y las
neuronas. Esta quinta semana es una de las que cuenta con mayores riesgos para el
correcto desarrollo del bebé, pues hay un riesgo mayor de que se puedan producir
anomalías genéticas por la ingesta de medicamentos, alcohol, drogas o por infecciones
como la rubeola.

Durante la sexta y séptima semana se continúan desarrollando rasgos que permiten


identificar partes del embrión como los ojos, los oídos o el corazón, así como las manos y
los pies durante la octava semana. El cerebro del embrión también continúa su desarrollo
y se forma el tejido de los distintos huesos. En la novena semana también se pueden
empezar a ver los brazos, los codos, y comienzan a crecer sus órganos esenciales.

A partir de la décima semana ya no se considera embrión, sino feto. El feto ya mide cerca
de 7 centímetros. Durante esta semana también se comienzan a ver los párpados, las
orejas y la cara, y la placenta comienza a nutrir al feto a través del cordón umbilical.
Segundo trimestre

Al principio de este trimestre lo más apreciable del feto es su cabeza, que ocupa cerca de
la mitad de su tamaño total. Se continúan desarrollando durante estas semanas aspectos
como las uñas o los genitales, y la cara ya está formada. Los párpados cierran los ojos del
bebé, y hasta la 28 semana permanecerán así.

El feto empieza a hacer sus primeros movimientos entre las semanas 15 y 18. A estas
alturas, el feto ya tiene una medida cercana a los 18 centímetros y pesa cerca de 200
gramos. Los huesos se vuelven más duros y comienza a aparecer el primer pelo,
denominado lanugo. Entre las semanas 19 y 21 el bebé comienza a oír, y además se
mueve de forma más activa, de modo que la madre puede llegar a sentir sus
movimientos.

En la semana 22 el lanugo ya se ha extendido a todo el cuerpo del feto, apareciendo


también las cejas y las pestañas. El bebé también hace su primera deposición, llamada
meconio, la cual expulsa por el tracto intestinal. El movimiento también sigue siendo
activo, desarrollando ahora los músculos y pudiendo escuchar los latidos de su corazón.

Al final de esta etapa, se desarrollan las vías respiratorias del bebé y la médula ósea
comienza a producir células sanguíneas. El feto también comienza a almacenar grasa.

Tercer trimestre

El bebé comienza a terminar de desarrollar diferentes partes de su cuerpo: todo lo


relacionado con los ojos y las huellas de los pies ya son bien perceptibles. Los pulmones
también alcanzan un alto grado de funcionamiento, aunque no el necesario para
sobrevivir fuera del útero. El feto además es capaz de oír ruidos fuertes del exterior.

Entre las semanas 27 y 30 el bebé vuelve a abrir los párpados, y el sistema nervioso se
desarrolla mucho, sobre todo en el cerebro y para las órdenes de diferentes funciones del
cuerpo. El sistema respiratorio comienza a producir agente tensioactivo, que hace que los
alveolos puedan llenarse de aire cuando nazca. El tamaño del feto para la semana 28 ya
ocupa la mayor parte del útero, y se suele posicionar de forma invertida, de forma que
tenga más facilidad para mover las rodillas y los pies.

A partir de la semana 31 el bebé comienza a retener hierro, calcio y fósforo en su


organismo, lo que impulsa aún más el desarrollo del cuerpo. Los huesos ya están
completamente formados, aunque aún blandos. El sistema respiratorio también continúa
su desarrollo, pero los pulmones aún no son lo suficientemente maduros.

Para la semana 35 el bebé ya pesa cerca de 2,5 kilos, y su corazón y vasos sanguíneos
ya se han formado por completo, como también lo están los músculos y los huesos. El
bebé además adquiere patrones de sueño.
En las últimas semanas, entre la 38 y la 40, desaparece el lanugo excepto de hombros y
brazos, siendo el cabello desarrollado en la cabeza además más grueso y resistente.
Aparecen también los brotes mamarios.

A partir de la semana 40 se considera que el embrión está desarrollado por completo y


listo para nacer, variando la fecha en que ocurre.

Fecundación

La fecundación constituye una secuencia compleja de sucesos moleculares combinados


que se producen por la fusión de un ovocito y un espermatozoide, y habitualmente ocurre
en el tercio distal de las trompas de Falopio.

Diversas señales químicas (atrayentes) secretadas por el ovocito y las células foliculares
que lo rodean, orientan a los espermatozoides capacitados hacia aquel.

A modo de resumen podemos mencionar que mediante la fecundación se consigue:

a) Estimular la finalización de la segunda división meiótica en el óvulo

b) Restablecer el número diploide de la especie

c) Generar variabilidad genética

d) Determinar el sexo cromosómico del embrión

e) Producir la activación metabólica del ovocito fecundado e iniciar la segmentación del

cigoto

Segmentación:

Corresponde a una serie de reacciones mitóticas por parte del cigoto, las cuales provocan
un aumento del número de células sin un aumento del tamaño total de este, lo que implica
una disminución del tamaño celular. Se generan 2 células iguales llamadas blastómeros y
continúan dividiéndose.Finalmente se forma una esfera sólida de 16 blastómeros, aquí
pasa a llamarse Mórula. Algunos blastómeros se aplanan y migran hacia los extremos
formando el trofoblasto. Al interior del trofoblasto, se forma el embrioblasto y una cavidad
denominada blastocele. A esta estructura se le denomina blastocisto. Aquí se produce la
implantación en el endometrio (Útero).

La segmentación comienza unas 30 hs después de la fecundación y consiste en


divisiones mitóticas repetidas del cigoto que conducen a un rápido aumento en el número
de células embrionarias o blastómeras.

Estas células se hacen más pequeñas con cada división dado que no hay aumento de
masa durante este estadio del desarrollo. A partir de la etapa de 9 células, las
blastómeras alteran su forma y se alinean estrechamente para formar una masa celular
compacta. Esta compactación permite una mayor interacción entre las células y constituye
un requisito previo a la separación de las blastómeras internas para conformar el
embrioblasto del blastocito

Cuando el embrión consta de 12 a 32 células se denomina mórula (derivado de la


palabra latina que significa «mora», por su parecido a esta fruta). Las células internas de
la mórula constituyen la masa celular interna y las células que las rodean componen la
masa celular externa. La masa celular interna origina los tejidos propios del embrión,
mientras que la externa forma el trofoblasto, que más adelante contribuirá a la formación
de la placenta. Así, en cada blastómera se activan genes específicos, lo que determina
que algunas de ellas den lugar a partes del embrión y otras a anexos extraembrionarios.

La segunda semana del desarrollo embrionario es de gran importancia, ya que en ella el


blastocisto que se formó en los últimos días de la primera semana experimentará una
serie de cambios que dan lugar al disco embrionario bilaminar, precursor de las tres hojas
embrionarias: ectodermo, mesodermo y endodermo De manera simultánea a la formación
de este disco embrionario, se produce la implantación.

Gastrulación

La gastrulación es el acontecimiento más sobresaliente e importante de la tercera semana


del desarrollo, ocurre aproximadamente entre los días 15 a 18. Por este proceso se
establecen las tres hojas germinativas: ectodermo, mesodermo y endodermo. Durante
este período, el disco bilaminar se convierte en trilaminar y el embrión se denomina
gástrula.
El comienzo de la gastrulación se define con la formación de una línea primitiva en la
superficie del epiblasto). Esta línea se forma por la proliferación y condensación de
células del epiblasto en el plano medial del disco embrionario bilaminar. En el extremo
cefálico de la línea se forma una elevación denominada nódulo primitivo que rodea a la
fosita primitiva, una pequeña depresión. La aparición de la línea primitiva permite
establecer una polaridad en el embrión. Desde este momento es posible hacer referencia
a un eje cráneo-caudal, extremos cefálico y caudal, superficies dorsal y ventral y lados
derecho e izquierdo.

Organogénesis
La embriología humana, define como organogénesis el período comprendido entre la
tercera a la octava semana de desarrollo. En esta etapa (3ª semana), primero se produce
el paso de embrión bilaminar a trilaminar (gastrulación); dando lugar a el ectodermo, el
mesodermo y el endodermo embrionario. Éstos a su vez, en las siguientes semanas, se
diferenciarán y especializarán dando lugar a los diferentes órganos del cuerpo, cuyos
esbozos quedarán conformados antes del tercer mes de gestación (periodo fetal).

El período de organogénesis corresponde a la etapa más delicada y en el que las


influencias externas van a producir mayores consecuencias adversas, al condicionar el
buen desarrollo de los diversos órganos del cuerpo humano.
Endodermo: El endodermo es la capa de tejido más interno de las tres capas en las que
se divide los tejidos del embrión animal (o capas germinativas),

Mesodermo: El mesodermo es una de las tres hojas embrionarias o capas celulares que
constituyen el embrión. Su formación puede realizarse por enterocelia o esquizocelia a
partir de un blastocisto en el proceso denominado gastrulación. En el proceso previo a la
formación del mesodermo, la gastrulación, se han formado ya las dos primeras capas,
ectodermo y endodermo.

Ectodermo: El ectodermo (del griego ecto, "externo" y derma, "piel") es la primera hoja
blastodérmica del embrión. Se forma enseguida en el desarrollo embrionario, durante la
fase de blástula. De él surgirán el endodermo y el mesodermo durante la
gastrulación.Emerge primero del epiblasto durante la gastrulación y forma la capa externa
de las capas germinativas.

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