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A Alvarez Verona
Además de los usos a los que se destina el agua, en la naturaleza los ecosistemas acuáticos
albergan múltiples especies y proveen diversos servicios ambientales, que incluyen: control
de inundaciones, almacenamiento de agua, control de plagas, retención del suelo, control y
estabilización de microclimas, provisión de alimentos, purificación de desechos, provisión de
servicios estéticos y recreativos, entre muchos otros.
No obstante, el uso intensivo del agua en las diversas actividades socioeconómicas ha dado
lugar a: sobreexplotación de las aguas superficiales y subterráneas; sobre concesión de
derechos de agua; alteración de los flujos de agua por presas, bordos y canales, lo que
aunado a el aumento en el número de eventos hidrometeorológicos extremos y otros
problemas tales como: cambio de uso del suelo, tala de bosques, descarga de aguas
residuales municipales, industriales y de retorno agrícola, e introducción accidental o
deliberada de especies exóticas que desplazan a las especies nativas han hecho que los
ecosistemas acuáticos presenten un gran deterioro. Las deficiencias en la administración del
agua; y el manejo no sostenible del recurso en la mayoría de las cuencas pone en riesgo la
seguridad hídrica del país, la biodiversidad que albergan y los sistemas ambientales que
prestan estos sistemas.
En el contexto de competencia por los usos del agua se ha dejado poco para la conservación
de la biodiversidad. La protección de los servicios ambientales y la restauración ecológica en
México se ubica en una posición sumamente desfavorable, ya que en la mayor parte de los
casos, las necesidades humanas inmediatas y cortoplacistas han sido privilegiadas, sobre los
altos costos ambientales que se presentan por el deterioro de la biodiversidad y de los
ecosistemas que impactan negativamente a la economía nacional y al medio ambiente.
(Ochoa P, 2017)
México como signatario del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) adoptó el Programa
de Trabajo sobre Áreas Protegidas aprobado en la Séptima Conferencia de las partes
realizada en Kuala Lumpur en 2004. Con el objetivo de cumplir con dichos acuerdos del
convenio y de crear y mantener sistemas de áreas protegidas nacionales y regionales que
contribuyan a la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, en México como en muchos
otros países, las primeras áreas protegidas se decretaron con base en criterios estéticos,
recreativos y de oportunidad y no precisamente con la visión de la protección de especies.
Esto llevó a que a pesar de que la red de áreas protegidas se hubiera incrementado en los
últimos años y hubieran aumentado las capacidades de gestión, la pérdida de la diversidad
biológica continuara. Para corregir el rumbo, el país decidió realizar un análisis de los vacíos
y omisiones en conservación de la biodiversidad para los ambientes terrestres, marinos y
acuáticos epicontinentales de todo el país, a diversas escalas incluyendo en el análisis
criterios que incluyen el funcionamiento, conectividad y representatividad de las áreas
Estos análisis permitieron reorientar las estrategias para la conservación, como el
establecimiento de nuevas áreas protegidas y de otros instrumentos de conservación in situ.
En el proceso, coordinado por la CONABIO y la CONANP 1*, participaron más de 260
especialistas de diversas instituciones académicas y de investigación, organizaciones de la
sociedad civil y dependencias gubernamentales de los tres niveles de gobierno.
1
* Institución que actualmente da seguimiento al Programa de Trabajo sobre Áreas
Protegidas del CDB
Bajo esta perspectiva, se han identificado sitios prioritarios de conservación, para permitir
dirigir los esfuerzos de conservación, rehabilitación y manejo sustentable.
Muchos de los cuerpos acuáticos continentales de México son de gran importancia para la
vida silvestre, la biodiversidad y el ecoturismo. Asimismo son esenciales para las diversas
actividades humanas, incluidas la agricultura, el desarrollo industrial y urbano y las
economías locales.
A pesar del cambio de visión de protección específica de especies a sitios que se han
determinado para conservación, es difícil que con las estrategias establecidas se proteja la
biodiversidad ya que para el caso del agua se requiere una visión más amplia. A diferencia de
los ecosistemas terrestres que se encuentran en un lugar delimitado, el ciclo hidrológico,
hace que el agua circule a través de distintas áreas y no respete límites ni políticos, ni
ecológicos, por otra parte la parte social impacta de gran manera. Actualmente, la
disponibilidad de agua para los diferentes usos deja en gran desventaja la protección de los
sistemas ecológicos, mientras que los tomadores de decisiones y los sectores productivos,
no tomen conciencia del alto costo que tiene la pérdida no solo de la biodiversidad, sino del
funcionamiento de los ecosistemas.
Legislación
Si bien, las especies protegidas comenzaron siendo la médula espinal sobre la cual se
diseñaron las primeras estrategias globales de conservación de la biodiversidad, para lo cual
se buscaron y protegieron especies específicas en riesgo de extinción; posteriormente, se vio
la necesidad de proteger a las especies en su hábitat, ya que, resulta difícil proteger una
especie si su hábitat y las especies que en él se desarrollan no se encuentran en equilibrio.
Fue así como se establecieron zonas Protegidas. De acuerdo con este esquema, es que se
realizó la legislación actual. Se establecieron áreas protegidas que por su importancia son
atendidas a nivel Federal y otras a nivel estatal. Sin embargo, los resultados no han sido tan
exitosos como se esperaba y si bien las inversiones no han sido suficientes para cubrir todo
lo que se pretende, los avances no reflejan los montos invertidos.
También se hace necesario modificar las leyes particularmente la Ley del Equilibrio Ecológico
para incluir a los ecosistemas completos, ya que en este momento las leyes se enfocan en
proteger las ANP; posteriormente, será necesario hacer cumplir cabalmente lo establecido
en la misma.
En materia de agua La ley de Aguas Nacionales, tipifica el “Uso Ambiental” o uso para la
conservación Ecológica. Los criterios ecológicos de calidad del agua establecen las
características que debe de tener el agua para preservar los ecosistemas acuáticos y la NOM-
001-SEMARNAT-1996 también contempla las características de las descargas para proteger
a los organismos acuáticos. Sin embargo, dados los usos consuntivos, se prioriza el suministro
de agua para la población, el riego agrícola, el uso industrial, la generación de energía, antes
que la protección del medio ambiente.
También es necesario incluir en la legislación normas que regulen la descarga de las aguas
de retorno agrícola y establecer zonas de amortiguamiento en torno a los lagos, para evitar
que la actividad agrícola o ganadera afecten la calidad del agua.
(Ochoa P, 2017)
Bibliografía