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CARTA DEL PRESIDENTE DE FEPAL A LOS MIEMBROS DEL BOARD DE LA

ASOCIACIÓN PSICOANALÍTICA INTERNACIONAL

Lima, 19 de noviembre de 2004

Me permito dirigirles esta carta, no solo porque he sido testigo de los eventos que

describiré a continuación, sino también por haber estado presente en las reuniones de

presidentes latinoamericanos de México en marzo de 1999 como miembro del Casa de

Delegados; luego, como su representante ante el Comité Ejecutivo y, finalmente, como

Vicepresidente de la API para América Latina.

Es mi responsabilidad, en mi calidad de presidente de FEPAL recientemente elegido y

por supuesto como latinoamericano, expresar mis puntos de vista y los de mi región de

la manera más directa posible, a causa de las críticas hacia América Latina recibidas

en los últimos tiempos. No solo opino que estas son injustificadas e incluso insultantes,

sino que estoy convencido de que no pueden quedar sin réplica .

Me limitaré a presentar los hechos de índole formal, cuya información se encuentra

disponible para todos los miembros del Board en los archivos de la API, así como

también, para todo aquel que lo desee, en mis archivos personales.

Evito, deliberadamente, temas de naturaleza teórica y metodológica, ya que estos nos

involucrarían en un debate interminable que ya ha venido sobreviniendo durante años y

que, a mi parecer, ha permitido una suficiente discusión sobre los temas mencionados.
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Asimismo, menciono y cito, en este documento, solo la información más importante. No

obstante, un apéndice ubicado al final de este presenta la lista de documentos

relevantes que han sido revisados, aun si no se han hecho alusiones directas a ellos en

este texto.

ANTECEDENTES

Resulta importante señalar que los Standards and Criteria for Qualification and

Admissions to Membership of the IPA son relativamente recientes, dato que suele ser

ignorado, y que puede sorprender a aquellos que no se encuentren familiarizados con

el contexto y bagaje histórico del tema.

Estos estándares solo han regido la admisión de miembros a partir del 23 de julio de

1975. Fue entonces cuando quedó establecido e incorporado el modelo único, no en la

Constitución y Estatutos (Constitution and Bylaws) como creen muchos, sino en el

Código de Procedimientos (Procederal Code). Los miembros admitidos con

anterioridad fueron automáticamente aceptados, debido a que estos criterios fueron el

resultado de las consecutivas divisiones de la Sociedad Psicoanalítica de París. Dichas

fraccionamientos llevaron a la creación de la Sociedad Psicoanalítica Francesa (SPF),

luego denominada Asociación Psicoanalítica de Francia (APF), luego de la salida de

Jacques Lacan y de la formación de la Escuela Freudiana , al margen de la API.

Para enfrentar esta situación y admitir las dos sociedades francesas, se introdujo, en

1974, una Cláusula de excepción (Grandfather Clause) que eximía a las sociedades

francesas y uruguayas de los requerimientos de frecuencia que son objeto de este


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acalorado debate. La necesidad de introducir esta cláusula se debió al hecho de que la

SPP y la AFP no siguieran el modelo Eitingon tradicional en lo que se refiere a la

frecuencia (tres veces por semana durante 45 minutos); al llamado “análisis didáctico”,

que es previo a la selección; y al status de Analista Didáctico. Uruguay, por razones

históricas particulares, tenía una frecuencia de tres veces por semana, pero no las

otras características mencionadas. Quiero enfatizar, de este modo, que la idea de un

modelo único, con las excepciones mencionadas, no es una virtuosa y venerable

tradición, sino una que data tan solo de hace 30 años.

Sería interesante saber si, antes de las escisiones de 1953 y de 1963 en Francia, el

tema era objeto de tan acalorado cuestionamiento. La incorporación de una cláusula de

excepción en el modelo único es, pues, el resultado de una decisión relativamente

reciente que buscó evitar una escisión con Sociedades que no compartían la frecuencia

requerida por el modelo Eitingon (el cual, por cierto, nunca consiguió su propósito de

una educación psicoanalítica homogénea, por la cual los estudios fueran idénticos en

los diferentes institutos del mundo, de modo que uno pudiera cambiarse de un instituto

a otro con reconocimiento inmediato).

El propósito de la mencionada cláusula fue mantener los modelos de educación

distintos del modelo Eitingon como excepciones dentro de la API por razones

netamente prácticas. Así, esta situación fue consecuencia de una decisión política y no

teórica, y se establecieron las excepciones sobre la base de este criterio.

1. Desde una perspectiva histórica, resulta, por lo tanto, completamente falso

atribuir a América Latina el deseo de “disolver los estándares de la API” (“Dilute

the Standards of the IPA”) o el “todo vale” (“Anything goes”), como fue
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recientemente expresado por un fervoroso defensor de la tradición y ortodoxia.

Falso también resulta atribuir este propósito a la Resolución adoptada por la

Declaración de Presidentes Latinoamericanos en México DF, en 1999.

Por el contrario, los hechos citados son las secuelas de la tradición francesa, con

sus modelos, y de la situación excepcional de Uruguay. Por lo tanto, es falso atribuir

a América Latina los problemas de indiferencia y de falta de determinación, que

algunos consideran indisolublemente ligados con una frecuencia menor de “cuatro a

cinco veces por semana, sobre la base de no más de una sesión por semana” y con

el hecho de “que cada sesión debiera tener una duración de 45 a 50 minutos”. No

obstante, respeto este punto de vista y me consta la franqueza con que es

defendido por muchos amigos, cuya sinceridad no cuestiono.

Si algunos creen que es posible reducir la esencia del análisis a un horario

ferroviario o simplemente a los aspectos formales del encuadre, no estamos

obligados a compartirlo y, mucho menos, a declararlo anatema, como si se tratase

de un dogma religioso.

2. El mismo concepto de análisis ortodoxo es también, por cierto, una creación

reciente. Esta fue forjada por Kurt Eissler como reacción a los experimentos de

una terapia breve y a los del Instituto Psicoanalítico de Chicago, introducidos por

Franz Alexander y Thomas French en los años cincuenta. La consecuencia de

estos experimentos fue establecer un alcance y una aplicación de la técnica más

amplia que el establecido por Sigmund Freud, a quien difícilmente se le podría

considerar ortodoxo. Quienes lo critican lo juzgan como “mal analista” o un


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“analista inadecuado”, olvidando que expresó explícitamente que era la técnica

más adecuada para él y que no excluía otras .

3. La Resolución de los Presidentes Latinoamericanos adoptada en México en

1999 afirmaba que era preciso “considerar la necesidad de que las sociedades

componentes tengan autonomía para introducir flexibilidad en sus estándares de

entrenamiento dentro de los amplios lineamientos considerados como válidos

por la API para otras sociedades componentes”. La Resolución fue presentada a

la API como una petición formal. Esta fue aceptada por el Comité Ejecutivo en

julio de 1999; se pidió al Comité de Educación formular una respuesta formal a

esta propuesta, que fue secundada y aprobada (seis a favor / dos en contra /

cuatro abstenciones).

4. La urgencia de una reconsideración en la educación psicoanalítica fue

manifestada en el discurso del doctor Otto Kernberg durante el Congreso de

Niza, 2001. Sus contenidos fueron publicados luego en el IJPA y en una serie de

artículos en los que él demostró tener una articulada y desafiante posición sobre

este tema. Probablemente muchos estuvieron en desacuerdo con su postura

pero, por lo menos hasta donde tengo conocimiento, esta no escandalizó a

nadie.

5. Para no agobiarlos con detalles, estoy obviando numerosas discusiones del

Consejo Ejecutivo y de la Casa de Delegados: Puerto Vallarta, enero de 2001

(donde se discutió sobre el Instituto de Europa del Este); Miami, enero de 2002,

(donde el asunto fue también objeto de debate); y los “retiros” en los que el

entonces presidente de la API, Otto Kernberg, se reunió con los presidentes de


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las organizaciones regionales en que también se abordó el punto. Quiero

enfatizar que esta se refirió no únicamente a la frecuencia, como se ha

manifestado reiteradamente, sino fundamentalmente, a la aceptación de una

pluralidad de modelos (y no solo de uno, con excepciones) a la luz de nuevos

retos que enfrenta el desarrollo del psicoanálisis.

6. En la reunión del Comité Ejecutivo en julio de 1999, se estipuló “que, en el retiro,

había existido un fuerte consenso (con los presidentes de las asociaciones de

las diferentes regiones) sobre la existencia de una crisis en educación y sobre

el hecho de que la psicoterapia había sido considerada como tema tabú hasta

ese momento, pero que ahora el psicoanálisis requería competir y estar

preparado para enfrentar la realidad de los requerimientos de los pacientes”.

7. El tema de educación ha sido tarea de, al menos, tres distintos comités:

COMPSED (dirigido por Jacqueline Amati-Mehler), TRAMPE (dirigido por

Ekkehardt Gattig) y el reciente Comité de Educación (dirigido Sara Zac de Filc,

aunque con una función totalmente diferente). Difícilmente, pues, se puede

argumentar que “se necesita estudiar más este tema”.

8. Merece la pena recordar algunas conclusiones del TRAMPE: su mandato

específico “era considerar la autorización para que los Institutos

Latinoamericanos puedan elegir alternativas de modelos psicoanalíticos de

educación entre los modelos actualmente aceptados por la API” (el hincapié

es mío). Esto implicaba tan solo admitir la realidad: lo que los presidentes se

propusieron fue que aquello que solo había sido admitido como una excepción
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(Cláusula del Abuelo) fuera reconocido como parte de una pluralidad de

modelos. El informe agregó “el deseo de los presidentes latinoamericanos de

que los Institutos de las sociedades componentes de la API tengan una mayor

autonomía que les permita tener mayor flexibilidad para organizar sus

entrenamientos psicoanalíticos”. La solicitud se refirió no solo a la situación

socioeconómica actual en Latinoamérica. La doctora Lucía Martinto de Paschero

manifestó que su propósito no era “disminuir los estándares de educación de la

API bajo la presión de la realidad externa, sino buscar, de una manera creativa,

nuevas formas para mantener la calidad del entrenamiento psicoanalítico de la

API, aun bajo condiciones socioeconómicas desafiantes. El informe de TRAMPE

concluyó “que sería provechoso considerar las ventajas y las desventajas del

modelo Eitingon y las del francés, sin el uso exclusivo de cualquiera de ellos

(énfasis del texto), y, finalmente, que se tomaran en cuenta las condiciones

culturales y socioeconómicas para el modelo educativo y el crecimiento de los

institutos de la API”. Se trata de un texto claro y equitativo, escrito por un grupo

de renombrados psicoanalistas que nunca serían acusados de ningún tipo de

inclinación demagógica.

9. El término “flexibilidad” rápidamente cayó en desacredito; aparentemente,

porque se le consideró sinónimo de “desenfreno”. Sin embargo, Otto Kernberg lo

utilizó reiteradamente en su correspondencia con la doctora Sara Zac de Filc, en

junio de 2002, donde afirma( y en mi opinión con razón) su “recomendación de

tomar en consideración la realidad social y económica que ha sido señalada por

los presidentes de América Latina (….) y que retoma temas sobre la

educación psicoanalítica que han sido recalcados en discusiones recientes y


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que han adquirido urgencia por un sentido general de que los desafíos serios

para el psicoanálisis requieren significativas modificaciones en nuestros

programas de educación (…)”. Kernberg agrega un problema crucial relativo a

los procedimientos de la API para enfrentar temas controversiales: “la

investigación formal relacionada con los estándares actuales de práctica

seguida por estudios comparativos de la efectividad de la educación

psicoanalítica es un proceso muy largo y complicado (…). Propongo que no

debemos esperar ese lento proceso para que nos guíe en el cambio de nuestros

métodos educativos (…); por el contrario, temo que el pedido de realizar esta

investigación antes de que se introduzca cualquier cambio en nuestra

forma de trabajar pueda ser un pretexto para evitar el cambio!” (el énfasis

es mío).

10. El Memorando sobre educación presentado por la doctora Sara Zac de Filc en

junio del 2002 concluyó lo siguiente: 1. El Comité Ejecutivo considera que los

principios adoptados en los procedimientos actuales de la API constituyen

recomendaciones que siguen siendo válidas y que siguen constituyendo bases

óptimas para que los candidatos puedan adquirir una competencia psicoanalítica

comprensiva. 2. La API tiene diversos modelos de entrenamiento a su

disposición. Sus ventajas y desventajas necesitan estar claramente enunciadas,

aunque habría que tener en mente que cada uno de estos modelos tiene su

propia consistencia interna. Esta no solo se basa en un punto de vista teórico

global, sino también en el hecho de que una reforma de entrenamiento tiene

consecuencias que podrían conllevar otras medidas. 3. Depende de cada

organización componente adoptar esos modelos dentro del contexto general de


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la política de entrenamiento que intenta la práctica de acuerdo con sus propios

requerimientos clínicos, y de acuerdo con la situación social y económica de la

región (personalmente, agregaría situaciones culturales, como, por ejemplo, la

situación excepcional del Japón). 4. También depende de cada organización

componente utilizar los métodos de evaluación que le permitan asegurar

excelentes criterios de selección de candidatos así como los métodos que

emplearían para la educación y el entrenamiento. 5. Si un nuevo grupo solicita

su reconocimiento en un país, debe asegurar que la reglamentación, los

principios y los métodos de entrenamiento que pretende emplear estarán de

acuerdo con los criterios equivalentes de la API o con aquellos que rigen en la

organización componente de la API que ya exista en ese país.

11. Quisiera, simplemente, destacar algunos puntos en este informe que han sido

pasados por alto. A) El informe se limita a reflejar la realidad; es un hecho que

existen, en el momento, no solo dos modelos, como ha sido reiterado con

frecuencia; existen varios: el modelo Eitingon, los diferentes modelos franceses

(APF y SPP), el de Uruguay, y situaciones especiales como el Shuttle-Analysis y

el análisis condensado, que son de gran importancia en la difusión, sin

mencionar una gran variedad de situaciones intermedias. B) Así, el tema nunca

fue elegir entre la alternativa del llamado modelo francés y el de Eitingon. C)

Parece extraño que, cuando se presentó el proyecto del Instituto Europeo en el

Consejo Ejecutivo, nadie objetara el hecho de que este estuviera explícitamente

exonerado de los requerimientos de las sociedades europeas. Cuando señalé

este hecho dentro del Consejo Ejecutivo, me contestaron irónicamente: “no

seamos celosos”. Si menciono la situación es porque puede ser un ejemplo del


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modelo Quod licet Jovi, non licet bovi (lo que le está permitido a Júpiter no se

le permite al buey`). D) Los criterios están cuidadosamente estipulados y no

existe ninguna imposición de una región sobre otra. Nadie desea forzar a

ninguna sociedad a que adopte un modelo que no se desea. E) Esta situación

demuestra un acercamiento más maduro a los institutos. La API no puede ser

un Estado policiaco que vigile cuidadosamente lo que hace cada sociedad. En el

mejor de los casos, será educadamente ignorada; en el peor, promoverá la

hipocresía. F) Resulta claro que lo señalado por los presidentes

latinoamericanos en 1999 no se refería a la frecuencia como tal, sino al

reconocimiento de una pluralidad de modelos de educación.

12. El tema crucial, bajo mi punto de vista, es que el Memorando sobre Educación

fue presentado al Consejo Ejecutivo el 28 de julio de 2002 y fue votado. Este fue

aprobado por 11 votos. Además, el mismo Memorando, que contenía una

propuesta del Comité Ejecutivo en relación con los modelos de entrenamiento,

fue discutido y aprobado por 10 votos y una abstención. Esta decisión del

Consejo Ejecutivo, incluidas las modificaciones en su redacción, consta en las

Actas de la reunión de Londres del 27 y del 28 de julio en el punto 5, secciones

a, b y c. Los cambios menores en la redacción del documento no tienen grandes

consecuencias. La versión final agrega “Los criterios equivalentes de la API” y

elimina la frase “y que estas sociedades componentes están de acuerdo con

ellas”; se lee así el último párrafo: “If a new group requests recognition in a

country, it must ensure that the training regulations it intends to employ within its

principles and conform to the IPA`s Equivalency criteria or of those of existing

Constituent Organizations within that Country”. La inclusión de estos contenidos


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implicaba, obviamente, una modificación del Código de Procedimientos de la

API.

13. También se acordó que todo ingreso de información sobre la frecuencia en el

Código de Procedimientos debería ser revisado individualmente para su

aprobación. Este acuerdo fue enviado al doctor Sachs porque estaba en juego la

reformulación de estas propuestas para la futura política del Comité de Nuevos

Grupos.

14. Debo confesar que no puedo entender, y mucho menos aceptar, que una

decisión tomada por el Consejo Ejecutivo sea ignorada por un grupo que

simplemente no consigue registrar las decisiones que no son de su agrado.

Tengo, además, la impresión de que los miembros del Board no fueron lo

suficientemente informados acerca de la documentación previa. Si este fuera el

caso, el voto en New Orleáns fue una reconsideración de una decisión tomada

anteriormente por el Consejo Ejecutivo, en especial, si la decisión se tomó

ignorando todos los precedentes, sujetos a mayoría calificada de dos tercios,

como estipula el Robert´s Rules of Order.

15. Como se puede apreciar, no me he referido al fondo del tema y me rehúso a

hacerlo. Este ya ha sido discutido, revisado y debatido durante años. Si aquellos

que respaldan esta propuesta son sinceros (como sé que muchos lo son) y

realmente creen que la frecuencia per se es esencial, deberían, en

consecuencia, rehusarse a aceptar a un Presidente y a un ex – Secretario


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General de la API que no se han formado con dicho modelo, así como a un

número de distinguidos analistas educados bajo uno diferente del considerado.

16. Finalmente, es totalmente infundado atribuir a América Latina “la dilución de

estándares”, así como también es inadecuado fomentar la división entre el

análisis latinoamericano y el análisis europeo. Hay mayores diferencias

atravesando el Canal de la Mancha que las existentes entre los analistas

kleinianos del Reino Unido y los de América Latina. Tengo la impresión de que

existe una intención políticamente motivada de algunos para enfrentar entre si a

las regiones. Ésta que tuvo su primer precedente con el intento de los miembros

europeos de la Casa de Delegados de imponer condiciones a los candidatos al

Board en la última elección (carta de Jan Scheffer), afortunadamente, sin éxito.

Este fue, a mi entender, el primer precedente de que una región (o de aquellas

que se atribuyeron a sí mismas la representación de una) intentara imponer sus

criterios sobre las demás. Esta situación se ha prolongado por una sistemática y

selectiva ignorancia de puntos previamente establecidos con lo que algunos

miembros no están de acuerdo.

17. Los discursos de David Tuckett en Sorrento y, especialmente, en Helsinki son

históricamente falsos. Se basan en la premisa de que lo que es bueno para la

Sociedad Británica es lo mejor para el mundo. Por supuesto, no considero el

punto de vista de Tuckett como representativo de Europa, sino tan solo de su

propia perspectiva, y no comentaré el complejo argumento que basa sus

premisas en una combinación de darwinismo social y economía de mercado

(con el curioso ejemplo de Suiza como modelo). Yo no era consciente de estos


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argumentos psicoanalíticos y, en mi ignorancia, pensé que la economía con

mayor crecimiento era China, lo que presentaría un serio problema para sus

premisas. No estoy molesto con David Tuckett; él es mi amigo y tiene derecho a

creer en lo que piensa que es mejor para el psicoanálisis. Lo que me disgusta es

que lo mejor de la tradición democrática, que aprendí en la educación Británica,

es totalmente ignorado en este proceso y que los latinoamericanos somos

tratados como ciudadanos de segunda clase. Me rehúso a admitir que esta

situación refleje la realidad de una institución con la cual estoy profunda y

seriamente comprometido, como es la API, y considero que urge al Board

reflexionar sobre el tema.

18. Es desafortunado el hecho de que los latinoamericanos seamos siempre vistos

como ineficientes, desorganizados e informales. Pienso que mi precedente

como Chair de los comités de Revisión de Nominaciones y de Revisión de

procedimientos balotarios ha demostrado, ampliamente, mi compromiso

personal de acatar y respetar las reglas de la API. Ahora, como Presidente

recientemente electo de la FEPAL, con la autoridad que puedo reclamar con una

voz unánime, hablo en representación de mi región, como es mi obligación.

19. Si realmente vamos a discutir estos temas de una manera creativa, los incito a

respetar las decisiones tomadas, a observar las reglas que las guían y,

específicamente, a aprender a valorar las diferencias. Sin estas premisas,

ningún diálogo será productivo. Invoco a todos ustedes a evitar la promoción de

confrontaciones inútiles y falsas atribuciones, y a aprender a respetar las

características de cada región. Finalmente, no hay tal cosa como análisis


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latinoamericano, europeo o norteamericano: lo que es materia de cambio, y lo

que hace la diferencia lo constituyen el contexto social y cultural en el cual este

se practica. Por ejemplo, la falta de pacientes de una alta frecuencia puede ser

una definición de crisis en Europa con su Seguro y Seguridad Social, y puede

existir el temor de que se diluya la identidad del psicoanálisis con la

psicoterapia.

20. En América Latina, los problemas sociales como el terrorismo, la corrupción y la

violencia nos llevan a otra concepción de crisis: falta de trascendencia social. No

percibimos la psicoterapia como una pérdida de identidad, sino como una

adaptación adecuada a los requerimientos a los que nos hemos visto forzados

por nuestra realidad social.

Cordialmente,

Prof. Alvaro Rey de Castro

Presidente

FEPAL

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