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Los determinantes sociales de la salud son las condiciones sociales y económicas que
influyen en las diferencias individuales y colectivas en el estado de salud. Se trata de aquellos
riesgos asociados a las condiciones de vida y de trabajo—por ejemplo, la distribución
de ingresos, bienestar, poder—, más que factores individuales —como sería el estilo de
vidaindividual o la herencia genética—, que aumentan la vulnerabilidad hacia
las enfermedades. De acuerdo con algunos puntos de vista, la distribución de los
determinantes sociales de la salud está relacionada con la política pública, que manifiesta
la ideología del grupo en el gobierno dentro de una jurisdicción. 1 La Comisión sobre
Determinantes Sociales de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, en el
resumen analítico de su trabajo final, que la distribución desigual de los fenómenos que dañan
a la salud no es un fenómeno natural en modo alguno. Ante todo, es el resultado de una
«combinación tóxica» de políticas públicas de la pobreza, acuerdos económicos desiguales y
mal gobierno.2
Los determinantes sociales de la salud se entienden como las condiciones sociales en que las
personas viven y trabajan, que impactan sobre la salud. También se ha fraseado como “las
características sociales en que la vida se desarrolla.
De manera que los determinantes sociales de la salud se refieren tanto al contexto social
como a los procesos mediante los cuales las condiciones sociales se traducen en
consecuencias para la salud. Los determinantes sociales objetos de políticas públicas son
aquellos susceptibles de modificación mediante
intervenciones efectivas.
El concepto de determinantes sociales surge con fuerza desde hace dos décadas, ante el
reconocimiento de las limitaciones de intervenciones dirigidas a los riesgos individuales de
enfermar, que no tomaban en cuenta el rol de la sociedad. Los argumentos convergen en la
idea que las estructuras y patrones sociales forman u orientan las decisiones y oportunidades
de ser saludables de los individuos. Así una pregunta clave para las políticas de salud es:
¿Hasta que punto es la salud una responsabilidad social y no sólo una responsabilidad
individual?
Por otra parte, la atención de salud no es la principal fuerza que determina la salud de las
personas, sino que es otro determinante más; siendo más importantes los factores que
permiten a las personas mejorar o mantener su salud que los servicios a los cuales acceden
cuando se enferman.
Determinantes sociales de la salud
Los determinantes sociales de la salud son las circunstancias en que las personas nacen,
crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Esas circunstancias son el
resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel mundial, nacional y local,
que depende a su vez de las políticas adoptadas.
Los determinantes sociales de la salud explican la mayor parte de las inequidades sanitarias,
esto es, de las diferencias injustas y evitables observadas en y entre los países en lo que
respecta a la situación sanitaria.
Antecedentes
A través del trabajo de investigadores como Sir Michael Marmot, ahora entendemos
que la buena salud no se basa únicamente en las intervenciones médicas, sino
también con las condiciones de vida y las opciones personales (4, 5). Los
determinantes de salud son propiedades basadas en el estilo de vida afectadas por
amplias fuerzas sociales, económicas y políticas que influyen la calidad de la salud
personal. Estos atributos incluyen pero no se limitan a la enseñanza, el empleo el
nivel de ingresos y la distribución, la vivienda, el desarrollo infantil, la seguridad
alimentaria y la nutrición, la raza, el género y el estrés. Se ha demostrado que dichos
factores tienen asociaciones marcadas con los riesgos para diferentes enfermedades,
la esperanza de vida y la morbilidad de por vida. En las últimas décadas, las
crecientes disparidades de salud en los países desarrollados y entre países en vías
de desarrollo y los países desarrollados han sido asociadas con estos factores
sociales. Mientras los trabajadores de salud pública y los políticos tratan de reducir
esta brecha, se enfrentan a retos en el diseño e implementación de programas que
sean lo suficientemente amplio como para abordar cuestiones que tienen relaciones
complejas y causales, de largo plazo con vías de enfermedades específicas. Sin
embargo, tanto la motivación como la acción eficaz para desarrollar la investigación y
los métodos de intervención seguirá creciendo en este campo de la salud pública (1).