Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PROCESAL PENAL
Por: Mg. Ricardo Pablo Jiménez Flores
Fiscal Provincial Titular de la Fiscalía
Provincial Mixta de San Martín – Tarapoto.
El Ministerio Publico es el titular del ejercicio de la acción penal. Actúa de oficio, a instancia de la
victima, por acción popular o por noticia criminal.
El Ministerio Publico detenta el monopolio de la acción penal pública, en la medida que la acción
penal privada esta sujeta a instancia del ofendido, entonces podemos decir que el Ministerio Publico
es el acusador oficial.
El Fiscal conduce desde su inicio la investigación del delito. Con tal propósito la Policía Nacional
esta obligada a cumplir con los mandatos del Ministerio Publico en el ámbito de su función. Este
precepto constitucional se encuentra previsto en el artículo 159 inciso 4 de la Constitución. El nuevo
Código Procesal Penal enfatiza el rol directriz del Ministerio Publico en la investigación del delito y
la unidad de la investigación, de tal forma que la Policía Nacional es un órgano ejecutivo
coadyuvante de tal función, por lo que deberá someterse funcionalmente a las directrices que en
este ámbito imparta el Ministerio Publico. Consecuentemente, quien traza la estrategia de
investigación es el Fiscal y no la policía. Ejercer un rol directriz en la investigación del delito,
implica también ser garante de la legalidad de dichas actuaciones, como defensor de la legalidad y
por el respeto de os derechos fundamentales y de las libertades individuales.
I. LA POLICIA
1.1. DEFINICION.
La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado creada para garantizar el orden interno, el
libre ejercicio de los derechos fundamentales de las personas y el normal desarrollo de las
actividades ciudadanas. Sus integrantes representan la ley, el orden y la seguridad en toda la
República y tienen competencia para intervenir en todos los asuntos que se relacionan con el
cumplimiento de su finalidad fundamental.
La nueva reforma procesal penal, implica que el Ministerio Público asume la conducción de la
investigación del delito, no solo ejerciendo un control de la legalidad, sino diseñando la estrategia de
investigación teniendo como soporte técnico a la Policía Nacional, de tal forma que la colaboración y
coordinación entre ambas instituciones es una premisa indispensable para que el sistema de
investigaciones funcione a cabalidad, teniendo en cuenta que la Policía interviene como órgano
técnico que presta auxilio y actúa ordenadamente bajo la dirección del Fiscal.
El Ministerio Público es titular del ejercicio público de la acción penal en los delitos y tiene el deber
de la carga de la prueba. Asume la conducción de la investigación desde su inicio.
El Ministerio Público está obligado a actuar con objetividad, indagando los hechos constitutivos de
delito, los que determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia del imputado. Con esta
finalidad conduce y controla jurídicamente los actos de investigación que realiza la Policía Nacional.
Los actos de investigación que practica el Ministerio Público o la Policía Nacional no tienen carácter
jurisdiccional. Cuando fuera indispensable una decisión de esta naturaleza la requerirá del órgano
jurisdiccional, motivando debidamente su petición.
La Policía Nacional en su función de investigación debe, inclusive por propia iniciativa, tomar
conocimiento de los delitos y dar cuenta inmediata al Fiscal, sin perjuicio de realizar las diligencias
de urgencia e imprescindibles para impedir sus consecuencias, individualizar a sus autores y
partícipes, reunir y asegurar los elementos de prueba que puedan servir para la aplicación de la Ley
penal. Similar función desarrollará tratándose de delitos dependientes de instancia privada sujetas a
ejercicio privado de la acción penal.
Tan pronto la Policía tenga noticia de la comisión de un delito, lo pondrá en conocimiento del
Ministerio Público por la vía más rápida y también por escrito, indicando los elementos esenciales
del hecho y demás elementos inicialmente recogidos, así como la actividad cumplida, sin perjuicio
de dar cuenta de toda la documentación que pudiera existir. Las citaciones que en el curso de las
investigaciones realice la policía a las personas pueden efectuarse hasta por tres veces.
La Policía Nacional en su función de investigación, bajo la conducción del Fiscal, podrá realizar lo
siguientes:
a) Recibir las denuncias escritas o sentar el acta de las verbales, así como tomar declaraciones a los
denunciantes.
b) Vigilar y proteger el lugar de los hechos a fin de que no sean borrados los vestigios y huellas del
delito.
c) Practicar el registro de las personas, así como prestar el auxilio que requieran las víctimas del
delito.
d) Recoger y conservar los objetos e instrumentos relacionados con el delito, así como todo
elemento material que pueda servir a la investigación.
e) Practicar las diligencias orientadas a la identificación física de los autores y partícipes del delito.
f) Recibir las declaraciones de quienes hayan presenciado la comisión de los hechos.
g) Levantar planos, tomar fotografías, realizar grabaciones en video y demás operaciones técnicas y
científicas.
h) Capturar a los presuntos autores y partícipes en caso de flagrancia, informándoles de inmediato
sobre sus derechos.
i) Asegurar los documentos privados que puedan servir a la investigación. En este caso, de ser
posible en función a su cantidad, los pondrá rápidamente a disposición del Fiscal para los fines
consiguientes quien los remitirá para su examen al Juez de la Investigación Preparatoria.
j) Allanar locales de uso público o abierto al público.
k) Efectuar, bajo inventario, los secuestros e incautaciones necesarios en los casos de delitos
flagrantes o de peligro inminente de su perpetración.
l) Recibir la manifestación de los presuntos o partícipes de delitos, con presencia obligatoria de su
Abogado Defensor. Si éste no se hallare presente, el interrogatorio se limitará a constatar la
identidad de aquellos. ART.67 literal “L”.
m) Reunir cuanta información adicional de urgencia permita la criminalística para ponerla a
disposición del Fiscal.
n) Las demás diligencias y procedimientos de investigación necesarios para el mejor esclarecimiento
de los hechos investigados.
De todas las diligencias antes mencionadas, la Policía sentará actas detalladas las que entregará al
Fiscal. Respetará las formalidades previstas para la investigación. El Fiscal durante la investigación
Preparatoria puede disponer lo conveniente en relación al ejercicio de las atribuciones reconocidas a
las Policía.
El imputado y su defensor podrán tomar conocimiento de las diligencias practicadas por la Policía y
tendrán acceso a las investigaciones realizadas. El Fiscal, de ser el caso, decretará el secreto de las
investigaciones por un plazo prudencial que necesariamente cesará antes de la culminación de las
mismas.
La Policía podrá informar a los medios de comunicación social acerca de la identidad de los
imputados. Cuando se trate de la víctima, testigos, o de otras personas que se encontraren o
pudieren resultar vinculadas a la investigación de un hecho punible requerirá la previa autorización
del Fiscal.
3.1. El Fiscal puede requerir que la policía realice diligencias preliminares. La DILIGENCIAS
PRELIMINARES tiene por finalidad inmediata realizar los actos urgentes o inaplazables destinados
a determinar si han tenido lugar los hechos delictuosos, así como asegurar los elementos materiales
de su comisión, individualizar a las personas involucradas incluyendo a los agraviados.
3.2. El plazo de las Diligencias Preliminares es de veinte días, salvo que se produzca la detención de
una persona. El Fiscal podrá fijar un plazo distinto según la complejidad y circunstancias de los
hechos de investigación.
3.4. Realizada la diligencia cuya frustración motivó la medida, o en todo caso, antes de que
transcurran veinticuatro horas de ejecutada la orden de fuerza, el Fiscal dispondrá su
levantamiento, bajo responsabilidad.
3.5. El imputado tiene derecho a que no se emplee en su contra medios coactivos, intimidatorios o
contrarios a su dignidad, ni a ser sometido a técnicas o métodos que induzcan o alteren su libre
voluntad o a sufrir una restricción no autorizada ni permitida por Ley.
3.6. El plazo de las Diligencias Preliminares es de veinte días, salvo que se produzca la detención de
una persona. El Fiscal podrá fijar un plazo distinto según la complejidad y circunstancias de los
hechos de investigación.
La Policía, en el marco de sus funciones, sin necesidad de orden del Fiscal o del Juez, podrá requerir
la identificación de cualquier persona y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o
en el lugar donde se hubiere hecho el requerimiento, cuando considere que resulta necesario para
prevenir un delito u obtener información útil para la averiguación de un hecho punible. El
intervenido tiene derecho a exigir al Policía le proporcione su identidad y la dependencia a la que
está asignado.
4.1. Si existiere fundado motivo que el intervenido pueda estar vinculado a la comisión de un hecho
delictuoso, la Policía podrá registrarle sus vestimentas; equipaje o vehículo. De esta diligencia
específica, en caso resulte positiva, se levantará un acta, indicándose lo encontrado, dando cuenta
inmediatamente al Ministerio Público.
4.2. Retención Policial. En caso no sea posible la exhibición del documento de identidad, según la
gravedad del hecho investigado o del ámbito de la operación policial practicada, se conducirá al
intervenido a la Dependencia Policial más cercana para exclusivos fines de identificación. Se podrá
tomar las huellas digitales del intervenido y constatar si registra alguna requisitoria. Este
procedimiento, contado desde el momento de la intervención policial, no puede exceder de cuatro
horas, luego de las cuales se le permitirá retirarse. En estos casos, el intervenido no podrá ser
ingresado a celdas o calabozos ni mantenido en contacto con personas detenidas, y tendrá derecho a
comunicarse con un familiar o con la persona que indique. La Policía deberá llevar, para estos casos,
un Libro-Registro en el que se harán constar las diligencias de identificación realizadas en las
personas, así como los motivos y duración de las mismas
5.3. La Policía, cuando interviene en operaciones de prevención del delito, debe elaborar un acta de
las diligencias realizadas, y abrirá un Libro-Registro en el que se harán constar las comprobaciones
de aire aspirado realizadas, y comunicará lo ejecutado al Ministerio Público adjuntando un informe
razonado de su intervención.
6.1. La Policía detendrá, sin mandato judicial, a quien sorprenda en flagrante delito. Existe
flagrancia cuando el sujeto agente es descubierto en la realización del hecho punible, o acaba de
cometerlo, o cuando:
6.2. Ha huido y ha sido identificado inmediatamente después de la perpetración del hecho punible,
sea por el agraviado, o por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual o
análogo que haya registrado imágenes de éste y, es encontrado dentro de las 24 horas de producido
el hecho punible.
6.3. Es encontrado dentro de las 24 horas, después de la perpetración del delito con efectos o
instrumentos procedentes de aquél o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en
sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en el hecho delictuoso.
6.4. Si se tratare de una falta o de un delito sancionado con una pena no mayor de dos años de
privación de libertad, luego de los interrogatorios de identificación y demás actos de investigación
urgentes, podrá ordenarse una medida menos restrictiva o su libertad.”
8.1. La Policía en todos los casos en que intervenga elevará al Fiscal un Informe Policial.
8.2. El Informe Policial contendrá los antecedentes que motivaron su intervención, la relación de las
diligencias efectuadas y el análisis de los hechos investigados, absteniéndose de calificarlos
jurídicamente y de imputar responsabilidades.
8.3. El Informe Policial adjuntará las actas levantadas, las manifestaciones recibidas, las pericias
realizadas y todo aquello que considere indispensable para el debido esclarecimiento de la
imputación, así como la comprobación del domicilio y los datos personales de los imputados.
Referencias Bibliográficas.
- Constitución Política del Perú.
- Nuevo Código Procesal Penal.
- Ley Orgánica de la Policía Nacional.
Introducción
El Código Procesal Penal, actual constituye un instrumento jurídico valioso que
revoluciona la administración de justicia penal; este código procesal penal ha
implementado un sistema procesal penal acusatorio garantista, en el que se
separa debidamente la función persecutoria y de investigación del delito, la que
queda a cargo del Ministerio Público de la función de juzgamiento o jurisdiccional,
a cargo del Poder Judicial; asimismo establece las más amplias garantías para las
partes sujetas al proceso penal, de tal suerte que al final del proceso se logren
resultados óptimos desde la perspectiva jurídica así como en términos de la
resolución del conflicto sometido al proceso, propendiéndose de este modo al
logro de los fines del derecho: la paz social, con miras al bienestar general.
La vigencia del nuevo código procesal penal, implica no sólo la puesta en vigencia
de un conjunto de normas positivas, sino que trae consigo la creación de
nuevas instituciones, nuevos procedimientos y hasta de nuevos hábitos
de conducta, costumbres y formas de pensar de los sujetos implicados en
su interpretación y aplicación, por lo que exige el más amplio debate,
cuestionamiento y reflexión sobre cada una de las instituciones jurídicas
contenidas en dicho cuerpo legal.
La estructura del proceso penal es parte esencial de la reforma y tiene que ver con
el diseño general del proceso, así como el papel que asigna a los sujetos
procesales, con la afirmación y respeto de los derechos fundamentales, incluidos
los de la víctima, y con una nueva concepción de la potestad punitiva del estado.
La reforma del proceso penal en nuestro país ha seguido un camino complejo de
avances y retrocesos que ha traído como consecuencia en yuxtaposición
de estructuras, modelos, instituciones y normas contrapuestas.
Una reforma procesal penal exige conceptos claros de los objetivos de
la política criminal y si no se prevé los postulados que imponen la constitución y
los tratados internacionales no tiene sentido alguno. La estructura del proceso
sería la siguiente; la fase de investigación preparatoria a cargo del Fiscal, que
comprende las llamadas diligencias preliminares y la investigación formalizada; la
fase intermedia a cargo del Juez de la investigación preparatoria, que comprende
los actos relativos al sobreseimiento, la acusación, la audiencia preliminar y el auto
de enjuiciamiento y la fase del juzgamiento comprende el juicio oral público y
contradictorio en el que se actúan y desarrollan las pruebas admitidas, se
producen los alegatos finales y se dicta la sentencia. Binden, sostiene que la
implementación de un nuevo sistema implica un conjunto de tareas estructura del
litigio. El núcleo central de la implementación reside en una serie de medidas que
aseguren un efectivo cambio en la misma.
La Detención policial se trata de una medida cautelar de orden personal para la
cual deben concurrir como requisitos para su imposición la existencia de una
imputación concreta y el peligro de fuga, además de estar directamente vinculada
con el proceso penal y la futura aplicación de una sanción; y el arresto domiciliario
es otra de las medidas cautelares de orden personal a la que el Juez puede echar
mano con la finalidad de sujetar al imputado al proceso o investigación, que
consiste en la afectación de la libertad ambulatoria del imputado por cuyo mérito
debe permanecer en su domicilio o en otro designado expresamente por el Juez,
bajo la custodia de la autoridad policial, de cualquier otra institución pública o
privada o de tercera persona.
El legislador de 2004 ha mejorado sustancialmente la regulación de la llamada
detención preliminar judicial prevista también en el artículo 107º - tercer párrafo -
del Código Procesal Penal de 1991 en los siguientes términos: "en casos de
urgencia y peligro por la demora, antes de iniciar formalmente la investigación
podrá solicitar al juez penal dicte mandato de detención hasta por 24 horas
cuando no se da el supuesto de flagrancia".
El Código Procesal Penal
Es necesario señalar que más allá de los grandes aciertos del legislador
contenidos en éste código procesal, como toda obra humana, resulta perfectible,
por presentar vacíos, deficiencias o incompatibilidades que pueden impedir o
dificultar su eficacia, o implicar afectaciones innecesarias a las garantías y
derechos de las personas; merecen destacarse los aciertos y anotarse las
pequeñas deficiencias a fin de explicarlas e interpretarlas de conformidad con
los principios generales del derecho, con los criterios políticos criminales que han
orientado la promulgación del código y conforme con el orden constitucional y
respeto irrestricto de los derechos fundamentales de la persona humana; ya que
es necesario entender que el código es tan sólo un instrumento que no basta por
sí sólo para el logro de los objetivos de cambio; en tal sentido, uno de los factores
imprescindibles del cambio propuesto por el código, es la asunción de
nuevas actitudes y paradigmas por parte de los actores del proceso; jueces,
fiscales, auxiliares, abogados, partes y sociedad en general. Naturalmente esto
implicará el abandono definitivo de actitudes y paradigmas propios del proceso
penal inquisitivo o mixto con rasgos predominantemente inquisitivos que se intenta
superar. Es importante destacar asimismo, que no debemos perder de vista, para
garantizar el éxito del nuevo modelo procesal impuesto por el código, que no se
debe exigir de éste la asunción de funciones que no le corresponden.
Las sociedades, azuzadas muchas veces por la propaganda generada por
los medios masivos de comunicación, esperan que el proceso penal resuelva el
problema de la delincuencia y los altos niveles de inseguridad, tarea que, en
verdad, corresponde al diseño de una política criminal en sentido amplio por parte
de las esferas de dirección política de la sociedad. La función que cumple y debe
cumplir el proceso penal es únicamente la resolución o redefinición del conflicto
generado por la comisión del delito. No le corresponde de una manera directa
resolver el problema de la delincuencia y de la inseguridad ciudadana; cuando
éste último papel le es asignado artificialmente al proceso penal, muchas veces de
manera interesada, por la clase política, con la finalidad de despojarse de sus
reales responsabilidades, se genera una honda frustración, y la sociedad termina
atribuyéndole injustamente al modelo procesal responsabilidades que no le
corresponden, sin percatarse que los verdaderos responsables se encuentran en
otros niveles del sistema.
Y tenemos que el proceso penal es un instrumento previsto por el Estado para la
realización del derecho punitivo y, como tal, tiene un carácter necesario, es
de interés público y tiene una finalidad práctica y tiene como marco de referencia
un conflicto suscitado entre el delincuente y la sociedad, que es del caso que el
Estado decida. Para que sea posible este enjuiciamiento, debe existir una
acusación del Ministerio Público y reconocerse el equivalente derecho de defensa
del imputado; además, su dilucidación requiere de una contradicción efectiva,
sobre la base de argumentos jurídicos y pruebas concretas y determinadas, cuyo
corolario es la sentencia penal.
Paralelamente, el proceso penal es un "proceder", es decir,
un procedimiento regulado en la ley y que a través de él se realizan actividades de
investigación, destinadas a reunir la prueba necesaria para determinar si la
conducta incriminada es delictuosa, las circunstancia o móviles de su
perpetración, la identidad del autor o partícipe y de la víctima, así como la
existencia del daño causado, con fines de enjuiciamiento y la consiguiente cadena
o absolución.
El Proceso y el Derecho Procesal es, como materia de estudio, un objeto cultural;
es creado por el hombre a medida que establece formas de convivencia y por ello
el contenido de sus reglas es contingente y en el marco de la represión de
los delitos, la influencia del tiempo ha sido más sensible a las evoluciones de cada
momento histórico, en atención a la gama de preocupaciones jurídicas,
ciudadanas y políticas.
Históricamente se han dado tres grandes sistemas procesales penales que han
determinado la configuración externa del proceso penal. Se trata de los sistemas
acusatorio, inquisitivo y mixto, que se suceden en su aparición y responden a
criterios dispares.
Las características más saltantes de este Código procesal penal es que insiste,
siguiendo el modelo eurocontinental, en señalar que la acción penal es
de naturaleza pública, que su ejercicio corresponde al Ministerio Público y que
sólo se exceptúan los casos expresamente establecidos por la ley; y el principio
de legalidad u oficialidad de la acción penal, se exceptúa en los supuestos de
oportunidad reglada, que siguiendo el modelo germano se sustenta en razones de
falta de necesidad de pena y falta de merecimiento de pena en los delitos de
bagatela y mínima culpabilidad ; y corresponde al Ministerio Público,
sin control judicial, decidir cuándo aplica dicho principio. El ejercicio de la acción
penal por el Ministerio Público comprende el inicio y dirección de la investigación,
la acusación y la participación del Fiscal en el juicio oral. Es de destacar que la
etapa de investigación es de titularidad fiscal, con lo que se desestima la figura del
Juez Instructor. El Juez Penal interviene en la etapa de investigación para aprobar
la promoción de la acción penal, dictar las medidas cautelares e instrumentales
restrictivas de derechos y decidir el sobreseimiento. La acción penal es pública
porque surge del ejercicio de una atribución conferida al ministerio público o un
derecho individual, ante un órgano también estatal, el poder Judicial y prohibida
como está la autotutela de los derechos subjetivos por los particulares que
impiden la venganza privada, el ministerio público asume el monopolio del
ejercicio de la acción penal y por consiguiente la facultad de calificar, conforme a
ley, las conductas que merecen reproche penal. Por ello, para que exista proceso
y se concrete el ejercicio de la potestad jurisdiccional, es preciso que la actividad
de los tribunales se promueva desde fuera de ellos, mediante el ejercicio de la
acción penal y otros. En este sentido, se dice que la publicidad de la acción se
refiere también al hecho de que se dirige al órgano jurisdiccional para que éste
administre justicia, y por tanto, para que realice una función pública.
El Órgano Jurisdiccional asume el control o supervisión de la investigación fiscal y
tiene a su cargo las fases intermedia y del juicio oral. Todo proceso, en cuanto
define la culpabilidad de una persona y, en su caso, determine la imposición de
una pena, requiere inevitablemente el debate oral. La investigación tiene
un objetivo definido: reunir la prueba necesaria que permite al Fiscal decidir si
formula o no acusación.
En materia de derecho probatorio, resalta las exigencias de contradicción,
inmediación, publicidad y oralidad en la actuación de las pruebas, así como
inhabilita de todo valor a las actuaciones probatorias actuadas con violación de las
disposiciones constitucionales y legales (BELING las denominó "PRUEBAS
PROHIBIDAS"). Además, el Juez no interviene activamente en la actividad
probatoria. Se sigue el principio de aportación, en cuya virtud las partes ofrecen
las pruebas y sólo ellas interrogan a los testigos y peritos.
En Materia Recursal, se instaura el Recurso de Casación con reenvió en todos los
casos y se precisa los supuestos de Recurso de Apelación.
Se introduce el principio de interdicción de la reforma peyorativa, se exige la
motivación del recurso y se permite al Fiscal recurrir a favor del reo e interés de la
Ley.
Es de tener presente que el Régimen de las necropsias, que incluía la
obligatoriedad de la necropsia dispuesta por el Fiscal en los supuestos
de muerte sospechosa de criminalidad, fue modificado por la Ley Nº 26715, de 27
de Diciembre de 1996, que estableció que en los supuestos de fallecimiento
producido por accidente en un medio de transporte o como resultado de un
desastre natural, en que las causas del deceso sean consecuencia directa de
estos hechos, no será exigible la necropsia, salvo el caso de quien tenía a cargo la
conducción del medio de transporte o lo exijan los familiares de las víctimas.
Rol de la Policía Nacional del Perú
En nuestro tema a tratar nos referiremos al Rol de la Policía desde la perspectiva
de nuestro nuevo sistema acusatorio garantista adversarial debido a que nuestra
Policía Nacional se constituye en una institución encargada de tutelar la seguridad
ciudadana y sobre todo colaboradora de la justicia penal, cuyas autoridades
dependen funcionalmente del Ministerio público, en cuanto a la investigación de
delitos y faltas, pues reúne los elementos de prueba obtenidos, además de cumplir
órdenes de las autoridades judiciales dentro del proceso judicial.
El Rol fundamental de la Policía Nacional aparece descrito en el Art. 166º de la
Constitución de 1993 cuando establece que: "La Policía Nacional tiene por
finalidad fundamental, garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Prestar
protección y ayuda a las personas y a la comunidad.
La Policía Nacional, tal como la define la Constitución Política del Estado,
concordante con el D. Leg. Nº1148 Ley de la Policía Nacional del Perú del 12 de
diciembre de 2012, es una Institución del Estado cuya misión o finalidad
fundamental es garantizar, mantener y restablecer el orden interno, el libre
ejercicio de los derechos fundamentales de las personas y el normal desarrollo de
las actividades ciudadanas, así mismo, garantiza el cumplimiento de las leyes y
la seguridad del patrimonio público y privado.
En orden a tal misión o finalidades la Constitución y las leyes le han otorgado
diversas funciones, atribuciones y facultades entre las que destacan
fundamentalmente las vinculadas a la prevención, combate e investigación de los
delitos y faltas contenidos en el Código Penal y demás leyes especiales.
LA POLICIA NACIONAL es su labor de combate y prevención del delito está
dotada de las facultades necesaria para realizar todo tipo de acciones tendentes a
lograr su misión y finalidades, labor que podrá desarrollarla por iniciativa propia
(conforme a sus planes institucionales, en el marco del plan general del Estado y
la Sociedad), así como también en coordinación con las demás entidades
vinculadas a la prevención y lucha contra la criminalidad u otro tipo de actividades
atentatorias contra el orden interno.
En el caso de la investigación del delito, conforme a la Constitución Política del
Estado, la misma que determina la distribución y asignación
de competencias entre las diversas instituciones que integran la estructura del
Estado, dicha función se ha asignado al Ministerio Público, cuando se trata de
delitos cuyo ejercicio de la acción penal es público, y al Poder Judicial
las investigaciones por los delitos de ejercicio privado de la acción penal (delitos
contra el honor, etc.). En estos casos, serán dichos organismos los que dirijan
dichas investigaciones. En tal sentido, la Policía Nacional participará en las
investigaciones bajo la dirección del Fiscal o del Juez respectivamente. Ello
significa que la Policía puede intervenir en la investigación y procesamiento del
delito, por iniciativa propia, por disposición del Fiscal así como también por
disposición del Juez.
Para comprender debidamente esta opción político criminal asumida por el
legislador de facultar a la Policía actuar por iniciativa propia así como también por
disposición del Fiscal o del Juez en la investigación del delito, se debe tener en
cuenta que lo que se busca es armonizar los criterios de eficacia en la
investigación y persecución del delito, con el respeto de las garantías y derechos
fundamentales de las personas que eventualmente pudieran verse afectadas en
una investigación o un proceso penal.
Pues con la conducción de la investigación por parte del Fiscal o del Juez se
evitará la posible arbitrariedad en la que los órganos policiales pudieran incurrir,
pero también se tiene que tomar en cuenta los aportes de eficacia que podría
significar la intervención inmediata y oportuna de la Policía ante los hechos
delictivos, los que obviamente abonará el camino para evitar la impunidad. Sólo de
este modo, se puede ganar en lalegitimación de la Administración de Justicia
Penal para resolver los conflictos sociales generados por la comisión del delito.
La actuación policial por propia iniciativa tiene sus justificación en la inmediación y
oportunidad con la que puede producirse, toda vez que la POLICIA tiene presencia
en lugares a los que la Fiscalía y en su caso el Juez, puede llegar únicamente de
modo mediato, por lo que de sujetar toda intervención policial a la dirección o
autorización del Fiscal o del Juez, implicaría atentar contra la eficacia de
investigación al dificultarse el acopio de pruebas importantes para el
esclarecimiento de los hechos o para evitar el ocultamiento de los efectos del
delito o impedir su consumación o perpetración en los casos de flagrancia o de
inminencia de su comisión respectivamente.
Sin embargo, esta actuación por propia iniciativa de la Fiscalía de
la Nación pudiera impartir respecto a las actuaciones policiales en forma
específica y al desarrollo de las investigaciones en general (Art. 69º CPP). O
también a las instrucciones que el propio Fiscal con competencia para conocer los
delitos en determinada circunscripción, pudiera impartir respecto al cómo deben
realizarse las actuaciones policiales a fin de no invalidar o viciar su contenido y
puedan servir eficazmente para los fines de las investigaciones (Art. 68º 2 CPP).
En los Artículos siguientes se ha establecido las funciones y facultades generales
de la Policía Nacional en la investigación del delito sobre todo en la etapa de la
investigación preparatoria en los delitos de ejercicio público de la acción penal a
cargo del Ministerio Público, así como también en el caso en las investigaciones
de los casos de ejercicio privado de la acción penal. Claro que en forma específica
se establecen las facultades de la POLICIA principalmente en el Titulo
correspondiente a la búsqueda de prueba y restricción de derechos (ART 202º
CPP y siguientes.), así como en la sección referida al Proceso por delito de
ejercicio privado de la acción penal o procesos iniciados por querella de parte (Art.
459ª CPP y siguientes). Estas funciones, casi en su totalidad, ya están contenida
en la ley que regula la intervención de la Policía Nacional y el Ministerio Público en
la Investigación Preliminar del Delito Ley Nº 27934, del 11 de febrero del 2003
recientemente modificada por el D. Legislativo Nº 989 del 22Julio del 2010, el
mismo que a la vez se ha inspirado en el texto del Proyecto del Código, que se
aprobó con algunas variaciones por las que se limita la actuación policial por
propia iniciativa.
La Detención Policial y Preliminar
La Detención Policial es toda privación de libertad, distinta a la prisión provisional,
que puede ocasionarle en función de un procedimiento penal; la detención policial
se trata de una medida cautelar de orden personal para la cual deben concurrir
tanto el FUMUS BONI JURIS como el PERICULUM IN MORA.
Como certeramente lo puntualiza GIMENO, la detención se diferencia de la prisión
provisional en dos aspectos fundamentales; que puede ser adoptada por persona
o autoridad distinta a la jurisdiccional, de tal suerte que podrá ser acordada por la
Policía e inclusive por particulares, excepto la llamada detención preliminar judicial
prevista en el artículo 261º; y que es provisionalísima y no sólo provisional como
las demás medidas de coerción procesal, en atención al breve plazo de duración
que el código establece (24 horas y hasta 15 días, tratándose de los delitos
de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas. y es importante destacar que,
como toda medida cautelar, está sometida al principio de proporcionalidad, de tal
manera que la persona que la decrete, sea el Juez, la Policía, o un particular, no
podrá vulnerar la libertad del detenido más allá de lo necesario; esto es, más allá
del tiempo necesario para ponerlo a disposición de la autoridad competente.
La Detención Policial es una verdadera medida cautelar ya que tiene como
requisitos para su imposición la existencia de una imputación concreta y el peligro
de fuga, además de estar directamente vinculada con el proceso penal y la futura
aplicación del JUS PUNIENDI; y mediante D. L. Nº 983, publicado en el diario
oficial el Peruano con fecha 22 de Julio de 2007, el poder ejecutivo ha modificado
el texto original del presente artículo, introduciendo en cierta forma algunos
supuestos de urgencia como excepción a la detención por mandato judicial.
En las dos hipótesis previstas en los literales a) y b) del numeral 1 modificado, se
faculta a la Policía, a detener al autor del hecho punible dentro de las 24 horas de
su perpetración, cuando ha huido y ha sido identificado inmediatamente por el
agraviado, o por cualquier otra persona que haya presenciado el hecho, o por
medio audiovisual o análogo de registro de imágenes; o cuando es encontrado
dentro del mismo plazo después de la perpetración del hecho punible con efectos
del mismo o con instrumentos que hubiesen sido empleados para cometerlo o
"con señales en sí mismo o en su vestido que indiquen su posible autoría o
participación".
Y para que exista flagrancia en la comisión de un delito, necesariamente debe
tratarse de cualquiera de los siguientes supuestos; inmediatez temporal; es decir
que el delito se esté cometiendo o se haya cometido momentos antes e
inmediatez personal, que el agente se encuentre en el lugar de los hechos, en el
momento de la comisión del delito, y esté relacionado con el objeto o los
instrumentos del delito.
La flagrancia del delito es el hecho en que el agente es descubierto en el preciso
momento de perpetrar el hecho punible y la cuasi flagrancia del delito es cuando el
autor es aprehendido inmediatamente después de la realización del acto punible,
tras haber huido y ser perseguido por la Policía, o cuando es sorprendido con
objetos o huellas que evidencien que acaba de perpetrarlo.
Por otro lado, en la detención preliminar judicial el propósito es de exigir la debida
individualización del imputado contra quien se dicta orden de detención preliminar
para evitar las posibles detenciones arbitrarias de personas homónimas. La
naturaleza de la medida cautelar de detención, que permite una grave restricción
de la libertad ambulatoria del imputado, exige obligatoriamente tal requisito; el
fiscal solicita la detención preliminar, el juez la decreta y la policía la ejecuta. He
aquí la acción de casi la totalidad del Sistema Penal.
Los medios a través de los cuales la autoridad judicial pone en conocimiento de la
autoridad policial la medida de detención para su efectiva ejecución son diversos;
en primer lugar deberá ser por escrito y bajo cargo; sin embargo, bajo
circunstancias extraordinarias, por ejemplo la urgencia ante la inminente fuga del
imputado puede resultar aceptado que la orden sea librada a través de medios
electrónicos, facsímil, teléfono o cualquier otro mecanismo que la ciencia y
la tecnología pueda poner al servicio de la justicia, siempre y cuando el afectado
sea debidamente individualizado al igual que en el caso de la orden escrita y bajo
cargo.
Entendemos que las circunstancias extraordinarias hacen atendible el uso de tales
mecanismos, pero no eximen al Juez y a la Policía de regularizar posteriormente
el mandato a través de la orden escrita y bajo cargo exigido en principio; siendo el
mandato de detención preliminar y las requisitorias cursadas a la Policía para su
ejecución verdaderas "agresiones" a la esfera de la libertad individual del
imputado, no es posible pretender que ellas mantengan una vigencia indefinida en
el tiempo.
De allí que la norma en cuestión establezca un plazo límite de seis meses para
todos los delitos, excepto los de terrorismo, espionaje y tráfico, licito de drogas
respecto de los cuales las requisitorias no tienen plazo de caducidad sino hasta la
detención de los afectados. Una Norma de similar redacción estuvo prevista en el
artículo 136º - in fine – del Código Procesal Penal de 1991, con la única diferencia
que dicha norma no se refería al delito de espionaje.
Conclusiones
Que, la intervención del Estado se justifica por la indiscutible necesidad
social de regular el ejercicio de los derechos y la interacción de los sujetos, y
además, por la incuestionable necesidad de reprimir la violación de derechos y,
una idea de reforma debe tener como fin la supremacía de la persona humana, y
no el afán desmedido de preservar el orden social a costa de vulnerar derechos
fundamentales, tirando por tierra los progresos y avances que en materia de
enjuiciamiento penal se han logrado a través de muchos siglos; y debemos
reflexionar que cualquier reforma procesal debe entenderse de manera estructural,
en orden a muchos factores, no sólo técnico-jurídicos, sino comprendiendo que
junto a los problemas procesales subyacen una serie de manifestaciones de orden
cultural, que si no son tomadas en cuenta, sobreviene el fracaso.
A diferencia del Código de Procedimientos Penales de 1940 que no
regulaba cuáles eran las funciones de la Policía, el nuevo Código Procesal Penal
señala una lista de atribuciones establecidas en el artículo 68º.1; que entre otras
tienen como de recibir las denuncias escritas o sentar acta de las verbales, así
como tomar declaraciones a los denunciantes; practicar el registro de las
personas, así como prestar el auxilio que requieran las víctimas del delito y de
todas las diligencias que efectúe la Policía sentará actas detalladas las que
entregará al Fiscal; pues la investigación policial es de carácter técnico y
especializado, siendo la Policía un órgano subordinado y auxiliar del Ministerio
Público.
La Policía Nacional del Perú depende orgánicamente del Ministerio del
Interior mientras que tienen dependencia funcional del Ministerio Público; y la
intervención de la Policía en la investigación del delito puede ser por comisión o de
oficio; o cuando reciba una denuncia, escrita o verbal, o como consecuencia de su
actividad preventiva o de seguridad, tome conocimiento directo de la comisión de
un delito.
La detención es una medida cautelar de carácter personal que consiste en
la privación de la libertad ambulatoria del imputado, en mérito de un mandato
judicial a fin de cautelar los fines del proceso penal; esta medida cautelar consiste
su duración máxima legalmente preestablecida, practicada para poner a una
persona a disposición del Juez, con el fin de que pueda efectivamente realizarse la
prisión provisional que aquel pueda acordar, además de cumplir con otros fines
propios de la investigación.
La detención es una medida coercitiva considerada la más importante,
porque afecta uno de los derechos más trascendentes del individuo, el derecho a
la libertad personal, el cual está protegido en las normas constitucionales e
internacionales como valor supremo de la persona y como exigencia genérica de
la naturaleza humana; y el derecho a la libertad de toda persona, lo señala la
carta magna vigente, que no permite forma alguna de restricción de la libertad
personal, salvo los casos previstos en la ley; y asimismo nadie puede ser detenido
sino por mandamiento escrito y motivado del Juez o por las autoridades policiales
en flagrante delito.
Referencias Bibliográficas
Albín, E. (1998) Temas de derecho penal y procesal penal. Idemsa. Lima Perú.
Armenta Deu, Teresa. (1995). El Principio Acusatorio y Derecho Penal Bosch.
Barcelona
Asencio Mellado, José María. (1991). Principio Acusatorio y derecho de defensa
en el proceso penal. Trívium Madrid
Bernal Cuellar, Jaime. (1995). El Proceso Penal. Universidad Externado
de Colombia,
Catacora, G. M. (1990) Lecciones de derecho procesal penal. Cultural Cuzco
Lima. Perú.
Fairen, G. V. (1990) Doctrina general del derecho procesal. Librería Bosch.
Barcelona. España.
Gálvez, Rabanal y Castro. (2010) El Código procesal penal. Juristas Editores.
Lima. Perú.
Gimeno, Moreno y Cortes. (1997) Derecho procesal penal. 2da Edición Editorial
Colex.
Gonzáles, Daniel; Safford, Joan B; Binder, Alberto; Caminos, Miguel Ángel y Fabri,
Marco. (1996). La implementación de la reforma procesal penal. Centro de
Desarrollo Jurídico Judicial. Santiago de Chile.
Guasp, Jaime. (1997). Concepto y método de Derecho Procesal. Civitas. Madrid
Neyra Flores, José Antonio. (2010). Manual del Nuevo Proceso Penal & De
Litigación Oral. IDEMSA. Lima Perú.
Oré Guardia, Arsenio. (1993). Estudios de Derecho Procesal Penal. Alternativas.
Lima
Ore, G. A. (1999) Manual de derecho procesal penal. Segunda Edición. Editorial
Alternativas Lima Perú
San Martín, C.C. (2003) Derecho procesal penal Vol. I, II Segunda edición
actualizada y aumentada Editora Jurídica Grijley. Lima Perú.
Schonbonhm, H. (1995). Proceso Penal, Juicio oral en América Latina y Alemania,
Ciedla. Caracas.
Tocora, Fernando. (1993). Los Procedimientos Garantistas; El debido Proceso o el
Principio de Igualdad Procesal. Materiales de Lectura. Lima.
Vélez Mariconde, (1981). Alfredo. Derecho Procesal Penal. Tomo I y II. Marcos
Lerner. Editora. Córdoba.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos101/codigo-procesal-penal-y-rol-
del-policia/codigo-procesal-penal-y-rol-del-policia.shtml#ixzz4HbSuUCCE
I. ANTECEDENTES
A Nivel Nacional
A Nivel Provincial
1
Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013 - 2018
El alto crecimiento de la población, aparte de los factores mencionados
anteriormente, ha dado lugar al incremento de la delincuencia, de la
violencia, del pandillaje, del desorden y riesgo en calles, avenidas, de los
robos y asaltos callejeros y demás conductas que caen en el marco de la
ley penal.
Las encuestas del Instituto APOYO para 1998 por lo general confirman los
resultados del INEI para 1997. A partir de las encuestas, Instituto APOYO
calcula que en Lima Metropolitana en 1998:
Está claro que existe muy poca confianza en que el sistema de justicia
pueda capturar a los criminales, recuperar la propiedad o castigar a los
delincuentes.
Si la policía sólo recibe informes de una pequeña porción de los delitos que
se cometen, no podrá de ninguna manera desarrollar datos que respondan
efectivamente a los patrones siempre cambiantes de la delincuencia.
Asimismo según los datos, pareciera que algunas denuncias que efectúan
los ciudadanos a la policía no aparecen en las estadísticas policiales
finales.2
A Nivel Distrital
2
Plan de Acción para la Ciudad de Lima (The Bratton Group LLC)
b. Primera Encuesta Metropolitana del Victimización 2011, realizada por
CIUDAD NUESTRA entre el 21 de Enero y el 25 de Marzo del 2011.
PERCEPCION DE INSEGURIDAD
Encuesta %
CIT PERU 2007 70.0
CIUDAD NUESTRA 52.9
2011
CIUDAD NUESTRA 62.6
2012
PERCEPCIÓN DE INSEGURIDAD
70 62.6
60.0 52.9
30.0
0.0
Los gráficos nos muestran que si bien en el año 2011 se había disminuido
considerablemente la percepción de inseguridad en el distrito con relación
al 2007, para el año 2012 está vuelve a incrementarse en casi un 10% lo
cual es una cifra bastante preocupante, por lo que las actividades del
presente plan deben estar dirigidas a disminuir esta percepción de
inseguridad y volver a generar confianza en sus autoridades por parte del
vecino de Pueblo Libre.
33
VICTIMIZACIÓN REAL VICTIMIZACIÓN
30.0
20.0
18.9 19.6 REAL
10.0
0.0
Encuesta %
CIT PERU 2007 33.0
CIUDAD NUESTRA 18.9
2011
CIUDAD NUESTRA 19.6
2012
A. ESTADISTICAS POLICIALES
Total
Faltas Registradas
Comisaria
PersonaContra La
BuenasContra
SeguridadContra La
TranquilidaContra La
ViolenciaContra
DenunciasOtras
PatrimonioContra El
Pueblo
Libre
Enero 4 16 1 4 11 36
Febrero 5 19 1 3 3 13 44
Marzo 3 10 1 2 7 3 26
Abril 7 18 1 2 4 13 45
Mayo 7 19 5 13 44
Junio 4 16 3 9 32
Julio 3 12 1 2 6 1 25
Agosto 8 22 1 2 7 16 56
Setiembre 6 19 2 5 14 2 48
Octubre 5 18 1 1 4 13 42
Noviembre 6 19 1 1 4 14 45
Diciembre 5 13 1 2 16 37
TOTALES 63 201 7 13 45 145 6 480
Fuente: Comisaria de la Policía Nacional de Pueblo Libre 2014
Recursos Comisaría de Pueblo Libre
En la Comisaría del distrito de Pueblo Libre se cuenta con 102 policías y la
población del distrito estimada al año 2014 es de 74,608 habitantes. Con
estos dos indicadores tenemos que hay un (01) policía por cada 731
habitantes. Este indicador es muy bajo ya que según la recomendación de
la Organización de Naciones Unidas (ONU) debería haber un (01) policía
por cada 357 habitantes, es decir, 208 efectivos policiales en el distrito.
Según estos indicadores en el distrito debería incrementarse 96 efectivos
policiales.
SITUACION ACTUAL
Pueblo Libre es un distrito turístico, ubicado en el casco urbano consolidado
de Lima Metropolitana, con una extensión superficial de 4,74 Km2. Tiene
una población de 76,743 habitantes 2,013. La densidad demográfica del
distrito es de 17.521 habitantes por Km2.
El distrito de Pueblo Libre, tiene una Comisaría PNP, con un efectivo de 102
policías, de los cuales descontando el personal administrativo y de diversos
servicios de la Región Policial de Lima, realizados fuera de la jurisdicción de
Pueblo Libre, solamente dispone de (26) efectivos policiales para
resguardar la seguridad del distrito. Es decir si dividimos la cantidad de
pobladores de la jurisdicción, entre los efectivos policiales resulta lo
siguiente: 75,000 / 26 = 2,884.62. Cada policía responde por 2,884
pobladores.
Todo esto nos indica que la investigación de delitos y faltas, así como los
hechos de violencia familiar y otras denuncias que se realizan en la
Comisaría PNP, no son atendidos, o lo son en mínima proporción, situación
que desaliente a los denunciantes porque evidentemente no encuentran
solución a sus problemas de seguridad.
Por lo que se puede inferir que en este tipo de delitos, el robo a personas
(simple o agravado) y el robo a domicilios son los que se cometen con
mayor frecuencia en el distrito en las zonas mencionadas anteriormente,
por lo que es necesario establecer estrategias que minimicen este accionar
y permitan recuperar la confianza de la población
II. ESTRATEGIAS
Primera Fase
La reestructuración de las 8 zonas administrativas en 4 áreas
operativas a los cuales se le asignaran los recursos humanos y
materiales disponibles, para que el vecino conozca que serenos
y supervisores, así como con qué medios dispone en su área
para brindarle seguridad.
Intensificación del patrullaje integrado con la PNP
Segunda Fase
Tercera Fase