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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

LICENCIATURA EN DERECHO

MAESTRO. EN DERECHO: GERMAN GARCIA RIVAS GARDUÑO

DERECHO ADMINISTRATIVO SEGUNDO CURSO

UNIDAD 3, 4.

ALUMNO: OSCAR DEL RIO JIMÉNEZ

FECHA: 21 DE NOVIEMBRE DE 2019


3.1 Actividades desarrolladas por los particulares que requieren
la aprobación, vigilancia y control de la administración pública.
La actividad administrativa realiza dentro de su esfera la finalidad
principal del Estado, que es la de dar satisfacción al interés general
por medio de la policía que comprende las medidas necesarias para
salvaguardar el orden público, o sea, la tranquilidad, seguridad y
salubridad públicas; por medio de intervenciones tendientes a regular
y fomentar la actividad de los particulares; por medio de los servicios
públicos que otorguen prestaciones para satisfacer las necesidades
colectivas y por la gestión directa en la vida económica, cultural y
asistencial.
Ahora bien, como esas actividades se realizan en forma de función
administrativa y como ésta consiste en la ejecución de actos
materiales o de actos que determinan situaciones jurídicas para casos
individuales, es necesario hacer, aunque sea en una forma somera, la
caracterización de los actos administrativos más importantes.
Los criterios que se usarán para esa caracterización serán a) el de la
naturaleza misma de los actos; b) el de las voluntades que intervienen
en su formación; e) el de la relación que dichas voluntades guardan
con la ley; d) el del radio de aplicación del acto; y e) el de su contenido
y efectos jurídicos.
Desde el punto de vista de su naturaleza, los actos administrativos se
pueden clasificar en las dos categorías ya conocidas de actos
materiales y actos jurídicos, siendo los primeros los que no producen
ningún efecto de derecho y los segundos los que sí engendran
consecuencias jurídicas1.
3.2 Actos de admisión, aprobación, dispensa o condonación,
permiso, licencia o autorización, concesión de servicio público y
concesión de obra pública.
Los actos administrativos de admisión son los que dan acceso a un
particular a los beneficios de un servicio público. Estos actos de
1
Serra, Andrés, Derecho Administrativo Vol. 2, p. 229.
admisión tienen lugar cuando se trata de servicios que sólo se prestan
a un número limitado de personas, o a personas que se encuentran en
determinadas condiciones, a diferencia de otros servicios que sólo
requieren el cumplimiento de determinadas exigencias legales. Así,
mientras que el goce de servicios de correos, telégrafos, bibliotecas y
museos no requiere un acto administrativo de admisión, el ingreso a
instituciones públicas de enseñanza o de asistencia sólo puede
lograrse mediante un acto administrativo especial que es precisamente
el acto de admisión.
La naturaleza de los derechos que engendra el acto de admisión
depende de las disposiciones que en cada caso adopte la ley
respectiva, existiendo una tendencia bien marcada que coincide con el
desarrollo de ideas sociales acerca de las atribuciones del Estado, en
el sentido de dar a los particulares un verdadero derecho para exigir
las prestaciones de los servicios públicos a que han sido admitidos 2.
Los actos de aprobación son los actos por virtud de los cuales una
autoridad superior da su consentimiento para que un acto de una
autoridad inferior pueda producir sus efectos.
El acto de aprobación, aunque posterior a la emisión del acto que por
medio de aquél es aprobado, constituye un medio de control
preventivo dentro de la misma Administración que tiende a impedir que
se realicen actos contrarios a la ley o al interés general.
Múltiples ejemplos de actos de aprobación se establecen en las leyes
que regulan la organización administrativa. En ellas se encuentran
desde la exigencia de aprobación para todas las resoluciones, o bien
sólo para casos en que concurran circunstancias particulares. Así,
mientras la Comisión Nacional Bancaria no puede llevar a efecto sus
determinaciones en tanto no sean aprobadas por la Secretaría de
Hacienda (art. 163 de la Ley General de Instituciones de Crédito), el
Jefe del Departamento del Distrito Federal sólo en casos especiales
señalados en la ley necesita de la aprobación expresa del Presidente
de la República, como ocurre tratándose del nombramiento de
2
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 235.
determinados empleados del Departamento [art. 12 de la Ley Orgánica
del Departamento del Distrito).
El acto de aprobación produce el efecto jurídico de dar eficacia a un
acto válido anterior. Es decir, que el acto aprobado tiene desde el
momento de su emisión todos los caracteres que la ley exige para su
validez, pero no puede producir efecto hasta que viene el acto de
aprobación.
De aquí se desprende que el acto aprobado y el acto de aprobación
son dos actos jurídicos sucesivos diferentes, en los que la voluntad de
los dos órganos que los realizan no coinciden en cuanto al objeto y fin
de sus respectivos actos, puesto que mientras el objeto y fin del acto
aprobado es el que se manifiesta en su contenido, el objeto y fin del
acto aprobatorio tiende normalmente a mantener la regularidad en el
funcionamiento de la Administración y a preservar intereses más
amplios que los que afecta en forma directa el acto aprobado. De esta
manera hay que concluir que el particular adquiere derechos o contrae
obligaciones por virtud del acto aprobado, respecto del cual el de
aprobación no es elemento integrante, sino simplemente
complementario.
El acto de aprobación se usa también en nuestro sistema para
manifestar la conformidad de la Administración con un acto de un
particular que condiciona una actividad posterior de éste. Así es
frecuente encontrar la necesidad de obtener la aprobación de planos,
proyectos, condiciones sanitarias, etc.3.
La dispensa es el acto administrativo por virtud del cual se exonera un
particular de la obligación de cumplir una ley de carácter general o de
satisfacer un requisito legal.
Ejemplos de actos de esta clase son los de dispensa de edad para
contraer matrimonio o para que el tutor contraiga nupcias con la
persona que ha estado a su guarda, el acto por virtud del cual se
concede una prórroga para el pago de un crédito fiscal, se condona o

3
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 236.
se reduce dicho crédito o bien se releva a un particular de la obligación
de asegurar el interés del Fisco para suspender el cobro de un crédito
a favor de éste.
El acto de dispensa sólo puede realizarse cuando lo autoriza la ley y
constituye un medio por el cual se da a la norma legal una elasticidad
que permite aplicarla con mayor equidad, tomando en cuenta
circunstancias personales que no pueden ser previstas en una regla
general4.
La autorización, licencia o permiso, es un acto administrativo por el
cual se levanta o remueve un obstáculo o impedimento que la norma
legal ha establecido para el ejercicio de un derecho de un particular.
En la generalidad de los casos en que la legislación positiva ha
adoptado el régimen de autorizaciones, licencias o permisos, hay un
derecho preexistente del particular, pero su ejercicio se encuentra
restringido porque puede afectar la tranquilidad, la seguridad o la
salubridad públicas o la economía del país, y sólo hasta que se
satisfacen determinados requisitos que dejan a salvo tales intereses
es cuando la Administración permite el ejercicio de aquel derecho
previo.
Así es, pues, que la autorización, la licencia y el permiso constituyen
actos que condicionan para un particular el ejercicio de algunos de sus
derechos.
La doctrina ha subrayado los caracteres de la autorización
contraponiéndolos a los de la concesión, porque ésta se emplea para
aquellos casos en los que no hay ningún derecho previo del particular
a la materia que es objeto de la concesión, en que ninguna facultad le
corresponde, en que ninguna actividad puede desarrollar si no es por
virtud de la propia concesión que es la que crea directamente tales
derechos o facultades.
Las licencias o permisos son exigidos como medios de restricción o
reglamentación de la propiedad o de la libertad de los individuos, como

4
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 236.
ocurre, entre otros, en los siguientes casos: para la explotación
forestal de propiedades privadas (Ley Forestal); para la vigilancia de
Ias autoridades del Distrito Federal de acuerdo con el Reglamento
General para establecimientos mercantiles y espectáculos públicos en
el mismo Distrito. Este Reglamento vino a sustituir todos los
reglamentos parciales anteriores sobre las mismas materias. Para sus
efectos se considera como licencia el documento que permite el
funcionamiento de los giros y espectáculos que allí se regulan y como
autorización el documento expedido con carácter provisional y por
tiempo determinado o en sitio específico.
En todos los casos señalados, la licencia, el permiso y la autorización
constituyen medios adecuados para el ejercicio de las funciones de
policía, entendiendo por ésta la atribución del Estado que lo faculta
para afectar los derechos de los particulares a fin de asegurar
principalmente la tranquilidad, la seguridad y la salubridad públicas, sin
las cuales no es posible la vida en común5.
La concesión de un servicio público es un acto administrativo
complejo, contractual y reglamentario, en virtud del cual el
funcionamiento de un servicio público es confiado temporalmente a un
individuo o empresa concesionaria, que asume todas las
responsabilidades del mismo y se remunera con los ingresos que
percibe de los usuarios del servicio concedido.
Es necesario precisar que la concesión de un servicio público se aplica
a determinados servicios, como aquellos en que hay posibilidad de
recibir del usuario una contraprestación. Un servicio público gratuito o
servicios en los que no es posible concretar a los usuarios, no cabe en
el campo de esta concesión.
Debemos insistir en que no toda la actividad del Estado se realiza bajo
la forma de un servicio público. El campo que corresponde en nuestro
derecho administrativo al servicio público, es aún muy limitado y su
reglamentación se circunscribe a determinadas materias del orden
federal.
5
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 236-238.
En todo caso, el punto de partida es la decisión del Estado para erigir
una actividad en servicio público. Como hemos estudiado antes, él
puede crear tanto el régimen jurídico que lo regule, como el organismo
público que lo atienda o confiar su atención a los particulares, a través
de la concesión de servicio público6.
LAS EMPRESAS DE ECONOMÍA MIXTA Y LOS SERVICIOS
PÚBLICOS
Es necesario aludir a la forma como el Estado interviene en
determinadas ocasiones en los servicios públicos, principalmente bajo
la forma de empresas de economía mixta, a las cuales nos hemos
referido con anterioridad, sobre todo al aludir a la opinión de André de
Laubadere que al referirse a estas empresas, agrega:
1. La estructura financiera de las empresas de economía mixta es la
asociación de capital público y privado. Sin embargo, no es el solo
hecho de la actividad financiera del Estado lo que caracteriza a la
sociedad de economía mixta; es preciso que esta intervención revista
las formas particulares de ser una participación de la colectividad. De
este rasgo fundamental se siguen las otras características del
procedimiento.
2. Las consecuencias del procedimiento financiero en el régimen
administrativo, en razón de la estructura financiera que la
administración va a ejercer sobre el servicio un control administrativo
interno. Indudablemente que este control administrativo rebasa las
márgenes habituales del control establecido de acuerdo con las reglas
del derecho mercantil, y por lo que respecta a las calidades de los
accionistas y obligacionistas y de algunas de estas calidades es donde
se encuentra el principio inicial: un régimen administrativo como
consecuencia del régimen financiero y en este consecuente el fin que
persigue el Estado al utilizar el sistema de economía mixta
acrecentando el control administrativo.

6
Serra, Andrés, Derecho Administrativo Vol. 2, p 432.
3. Una consecuencia más del sistema financiero, el organismo que
proporciona el servicio público es un organismo mixto. Entre los
servicios públicos prestados por un órgano público y los servicios
prestados por un organismo privado, concesionario, viene ahora a
establecerse una categoría de servicios prestados por un organismo
mixto constituido por asociaciones de capitales privados. La
participación financiera de la administración puede ser, por otra parte,
mayoritaria o minoritaria
4. La economía mixta no es necesariamente un modo de gestión de
los servicios públicos; efectivamente, si este procedimiento ha sido
empleado a menudo por el Estado como modo de organizar un
servicio público, también ha sido usado algunas veces para permitirle
participar en el funcionamiento de las empresas privadas sin que por
ello dicha empresa se, convierta en un servicio público. La justificación
financiera tiene entonces como fin el ayudar a una empresa privada o
permitir que la colectividad haga una inversión 7.
DERECHOS y OBLIGACIONES DE LOS CONCESIONARIOS DE UN
SERVICIO PÚBLICO.
Los derechos y obligaciones del concesionario derivan de la concesión
o contrato del servicio, en el cual se fijan con precisión cuáles son las
finalidades gubernamentales al entregar un servicio a un particular.
Esos derechos y obligaciones parten de un principio general, o sea la
obligación de asegurar el funcionamiento regular del servicio. El poder
público tiene interés en que el servicio se preste de la manera más
eficiente y continua, a través de las obligaciones se asegura un
régimen estricto para mantener el servicio en condiciones favorables.
La concesión se reserva medios administrativos para obligar al
concesionario al cumplimiento de sus deberes, como es el poder de
modificar el régimen del servicio.
Pero sería un error pensar sólo en obligaciones y no en derechos al
concesionario.

7
Serra, Andrés, Derecho Administrativo Vol. 2, p 436.
Éste hace fuertes inversiones y realiza no una labor de filantropía, sino
un negocio que debe proporcionarle rendimientos normales y
adecuados, que no lleguen a una explotación indebida del servicio.
En las concesiones de servicio público la relación es más directa, ya
que el usuario es el objeto de la actividad en la concesión. Las
relaciones del usuario se definen como una situación de carácter
reglamentario que regula los diversos aspectos del servicio, sin que el
particular pueda alterarlo, fuera de los casos en que usa de un
derecho previsto en la ley.
Los concesionarios están obligados a proporcionar el servicio a todo el
que lo solicite, de acuerdo con el principio de la igualdad de los
usuarios, sin embargo, en la realidad se ofrecen serios inconvenientes
que crean penosas situaciones como en el caso de los teléfonos.
3.3 ÓRDENES ADMINISTRATIVAS, ACTOS DE SANCIÓN Y ACTOS
DE EJECUCIÓN.
Pasando ahora al estudio de los actos destinados directamente a
restringir la esfera jurídica de los particulares, encontramos, en primer
término, las órdenes administrativas. Estas constituyen actos
administrativos que imponen a los particulares una obligación de dar o
hacer o de no hacer, llamándose, según el caso, mandatos o
prohibiciones.
Las órdenes se distinguen de las advertencias, porque en éstas
simplemente se llama la atención sobre una obligación preexistente,
así como de los apercibimientos, ya que éstos implican una amenaza
de sanción para el caso de incumplimiento de una obligación
preexistente8.
Las sanciones y la ejecución forzada constituyen actos administrativos
por medio de los cuales la autoridad administrativa ejercita coacción
sobre los particulares que se niegan a obedecer voluntariamente los
mandatos de la ley o las órdenes de la referida.

8
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 239.
Una parte muy importante de la actividad administrativa son los actos
de sanción por virtud de los cuales se castiga la infracción de las leyes
o de las órdenes administrativas.
Con motivo de la forma en que está redactado el artículo 21
constitucional, se ha discutido la competencia de la autoridad
administrativa para sancionar la falta de cumplimiento de las leyes
administrativas. En efecto, se dice que mientras en el texto del mismo
artículo de la Constitución de 1857 se atribuía a la autoridad judicial
sólo la imposición de las penas propiamente tales, o sean las que
correspondían a infracción de una ley penal, dejando a la autoridad
política la sanción de las infracciones de otras leyes, en el texto
vigente se declara que "la imposición de las penas es propia y
exclusiva de la autoridad judicial"; lo que, a falta de la calificación que
se hacía en el texto anterior, parece referirse a toda clase de penas, y
más si se tiene en cuenta que el mismo texto vigente sólo deja a la
autoridad administrativa la competencia para el castigo de las
infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía 9.
Los actos de ejecución en el derecho administrativo se pueden
presentar únicamente en los que imponen deberes a los administrados
y a cuyo cumplimiento se opone el particular y hasta lo podemos
relacionar con su ejecutoriedad y la ejecutividad es común en todos
los actos administrativos10.
3.4 Actos de registro, certificación, autentificación, notificaciones
y publicaciones.
Debemos hacer referencia a una categoría especial de actos por virtud
de los cuales la Administración hace constar la existencia de un
hecho, de una situación o el cumplimiento de requisitos exigidos por
leyes administrativas.
Entre esos actos hay unos que consisten en la recepción de
declaraciones de los particulares o en la inscripción que hace la
autoridad administrativa de personas, bienes o cualidades de unas o
9
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 240.
10
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 241.
de otros, como en el caso de los padrones, del catastro, etc. Dentro de
este primer grupo se encuentran toda una serie de actos a que hemos
aludido antes (supra, núm. 14), por cuyo medio la administración
interviene para dar autenticidad, validez, publicidad o certidumbre a
determinadas relaciones de la vida civil de los particulares, tales como
los actos de registro civil, de registro de la propiedad, de registro de
comercio, etc.
Será fácil apreciar la relación que guardan las atribuciones con las
funciones legislativa, administrativa y judicial, estudiando el papel que
juega cada una de las últimas en la realización de las primeras.
1. Respecto a las atribuciones que se refieren a la reglamentación de
las actividades de los particulares, la función legislativa constituye el
medio de realizar esa regulación, puesto que ella se hace por normas
generales de derecho.
La función administrativa interviene muy poco en esta categoría. Sin
embargo, pueden señalarse varios casos en que es notable esa
intervención:
a) En primer término y tratándose de relaciones familiares, es por
medio de funciones administrativas que se presta el servicio del
registro civil que da validez, publicidad y certidumbre a esas
relaciones.
b) De igual manera, los registros de propiedad y de comercio, cuyas
actuaciones son también administrativas, constituyen medios
adecuados para dar estabilidad a las relaciones privadas.
e) El servicio notarial, impuesto como forzoso en unos casos y
voluntario en los demás, constituye otra de las formas en que la
función administrativa interviene con motivo de las atribuciones de que
venimos hablando11.
Otro grupo dentro de la misma categoría consiste en la expedición de
constancias por la autoridad administrativa respecto a las cualidades
de personas o bienes, o respecto al cumplimiento de determinados
11
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 242.
requisitos exigidos por las leyes para realizar o ser objeto de
actividades que las mismas leyes prevén. Así pueden citarse como
ejemplos los certificados de conducta, de enseñanza, de sanidad, de
pesas y medidas, etc., etc.
Los actos de registro, lo mismo que los de certificación, no en todos
los casos producen los mismos efectos jurídicos, pues mientras que
algunos tienen efectos constitutivos respecto de la relación misma,
tales como el matrimonio civil, el registro de sociedades comerciales,
otros se limitan a constituir una prueba del hecho o de la relación,
como el registro de nacimiento o defunción o los certificados que se
expiden para servir de base a otro acto administrativo.
Finalmente, a todos los actos anteriores se pueden agregar los actos
de notificación y los de publicación, cuyo objeto es dar a conocer
resoluciones administrativas fijando el punto de partida para otros
actos o recursos12.
3.5 Contrato administrativo.
Se ha afirmado que dentro de la actividad contractual del estado
existen determinados actos celebrados por la administración pública, a
los cuales la doctrina considera no sujetos a las reglas de! derecho
privado (a tales actos Georges Vedellos ha denominado contratos de
la administración), sino que son regulados por e! derecho público,
concretamente por el derecho administrativo.
Tradicionalmente se consideraba que los contratos administrativos
típicos eran e! de obra pública y el de suministro; sin embargo, esta
tesis se encuentra superada desde hace tiempo. Por una parte, la
autonomía del derecho administrativo ha hecho que éste desarrolle
sus instituciones y las delimite con perfiles singulares, y no como un
apéndice del derecho civil y, por la otra, e! proceso normal, tanto de la
administración pública como de nuestra asignatura, ha creado sus
propios mecanismos y formas de actuar, de lo que no se excluye su.
tarea contractual. De esta suerte podemos encontrar contratos de

12
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p 242.
empréstito, tanto interno como externo, otorgados con particulares,
con gobiernos extranjeros o con organismos internacionales; de
consultoría, suscritos con personas físicas o morales; de riesgo; de
subsidio; de juego; de concesión (muy discutible) y dentro de éstos,
los de minería, aguas, servicios públicos, y finalmente los de función
pública. A todos ellos la doctrina los ha denominado contratos
administrativos especiales13.
Criterio del régimen a que están sujetos los contratos administrativos:
a) De derecho privado. Como ya se ha expuesto, la administración
pública, en nombre de la federación, puede celebrar contratos de toda
índole (a los que se ha denominado contratos de la administración),
los cuales son regulados por normas de derecho privado, ya sean
éstas civiles o mercantiles.
Es necesario aclarar que la administración pública no sólo debe
ceñirse a esas reglas de derecho privado, sino que antes de su
celebración, y como requisito indispensable, debe someterse al marco
normativo de la actuación del gobierno federal, atendiendo así, por
ejemplo, a la Ley General de Deuda Pública; la Ley de Presupuesto,
Contabilidad y Gasto Público Federal; la Ley de Planeación; la Ley de
Adquisiciones, Arrendamiento y Servicios del Sector Público; Ley de
Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas; Ley Federal
para la Administración y Enajenación de Bienes del Sector Público; el
presupuesto de egresos de la federación, etc., y el cocontratante de la
administración, tiene que aceptar, estas disposiciones. En razón de lo
anterior, se afirma que los contratos administrativos sólo son de
nombre, pues su naturaleza corresponde a un contrato de adhesión;
esta afirmación es falsa, porque existe la voluntad del particular de
contratar y la administración pública, por su parte, está obligada a
respetar su marco jurídico; de lo contrario, podría atacarse de nulidad
al contrato. Así, lo que parece una limitante se convierte en seguridad
para el gobernado.

13
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 102.
b) De derecho público. El estado debe' respetar la normatividad. En
este sentido, su actividad contractual tiene un definido matiz de
derecho público; en el caso de contratos administrativos, es claro que
e! régimen a que éstos se sujetarán es de derecho público, con apego
estricto a todas las disposiciones que se encuentren relacionadas con
la materia específica en la que se pretenda celebrar un contrato.
3.5.1 Contrato administrativo de obra pública.
Es el más usual e importante de los contratos administrativos y
prácticamente el único que ha sido estudiado. Principiaremos por un
concepto del objeto de este acto.
Concepto de obra pública:
En tanto que la doctrina francesa considera como obra pública el
trabajo realizado sobre bienes inmuebles con fines de interés público y
con cargo a un ente público, la ley y la doctrina de otros países
sostienen que la obra pública puede referirse a bienes muebles e
inmuebles. Por nuestra parte, aceptamos el segundo criterio como
válido. Podemos definir la obra pública como la construcción o mejora
de un mueble o inmueble realizada para comodidad o servicio de la
sociedad y que pertenece a un ente público 14.
A pesar de que en teoría la obra pública abarca bienes muebles e
inmuebles, la ley que regula el contrato de obra pública sólo hace
referencia a los inmuebles, por lo que debemos concebirla como toda
construcción, ampliación, conservación o mejora que realiza un
particular contratista, en bienes inmuebles del estado y que éste utiliza
en sus cometidos.
Elementos del contrato de obra pública. Como elementos de este
contrato administrativo señalaremos:
a) Sujetos. Entidad o dependencia de la administración pública
(federal, local o municipal) y el particular que realizará la obra, llamado
contratista.

14
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 113.
b) Consentimiento. Habrá de otorgarse por decisión del funcionario
facultado legalmente y el particular contratista o su representante
acreditado en debida forma.
e) La obra pública. Es la construcción o mejora de algún inmueble
propiedad del estado. Es el objeto del contrato.
d) Forma. Se celebrará por escrito, previo procedimiento de licitación.
e) Causa. Una necesidad pública que debe ser satisfecha; para el
particular: la obtención de un lucro razonable.
f) Licitación. Es necesario seguir el procedimiento de concurso previsto
en la legislación, o exceptuarlo del mismo en los casos citados.
Base constitucional.
El fundamento constitucional del contrato de obra pública se halla en
el art. 134, cuyo contenido es el siguiente:
Los recursos económicos de que dispongan el gobierno federal y el
gobierno de la CDMX, así como sus respectivas administraciones
públicas paraestatales, se administrarán con eficiencia, eficacia y
honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados.
Las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de
bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la
contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a
través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública para que
libremente se presenten proposiciones solventes en sobre cerrado,
que será abierto públicamente, a fin de asegurar al estado las mejores
condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento,
oportunidad y demás circunstancias pertinentes.
Cuando las licitaciones a que hace referencia el párrafo anterior no
sean idóneas para asegurar dichas condiciones, las leyes
establecerán las bases, procedimientos, reglas, requisitos y demás
elementos para acreditar la economía, eficacia, eficiencia,
imparcialidad y honradez que aseguren las mejores condiciones para
el estado.
El manejo de recursos económicos federales se sujetará a las bases
de este artículo. Los servidores públicos serán responsables del
cumplimiento de estas bases en los términos del título cuarto de la
constitución.15
3.5.2 Contrato administrativo de suministro y abastecimiento.

El contrato administrativo de suministro se puede explicar de manera


omnicomprensiva como aquel en que una de las partes es una
administración pública en ejercicio de función pública, en virtud del
cual una de ellas surte a la otra de un determinado bien o producto, en
el momento, cantidad o volumen y calidad que esta última lo requiere,
a cambio de una remuneración periódica en dinero, con sujeción a un
régimen exorbitante del derecho ordinario.
El contrato administrativo de suministros es un acto jurídico realizado
por la administración y una o varias personas, o una empresa o
institución, por el cual ésta se compromete, a cambio del precio o de
servicios, a prestaciones muebles, es decir, a la provisión de los
artículos necesarios para la atención de los servicios públicos, tales
como los cuerpos de tropa, los hospitales, las escuelas, las cárceles,
los tribunales de menores y otros análogos16.
Este contrato se realiza para la obtención de determinados bienes de
uso corriente de la administración, como papelería, artículos de
escritorio, refacciones, mobiliario y productos para limpieza.
En principio, el bien o producto a que se refiere el suministro viene a
satisfacer una necesidad del suministrado y, en consecuencia, su
entrega se habrá de producir siempre que se presente dicha
necesidad, la cual se caracteriza por ser en unos casos periódica o
cuando menos repetitiva, y en otros continua, pero siempre duradera;
se trata, pues, de una necesidad hasta cierto punto insaciable, que
genera en los con-tratantes un interés permanente de asegurar su
satisfacción oportuna; luego entonces, en el contrato de suministro,

15
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 114.
16
Serra, Andrés, Derecho Administrativo Vol. 2, p 469.
tanto la necesidad como el interés de satisfacerla y la satisfacción
misma son duraderos
A diferencia entre contrato administrativo de suministro y su análogo
de compraventa, consiste en que en este último la administración
pública compradora puede adquirir determinados bienes, en unos
casos porque los necesita y en otros por si los llegara a necesitar,
evento que puede ocurrir después de varios años, pocos o muchos, o
incluso pudiera no llegar a necesitar, como suele ocurrir en la compra
de refacciones para maquinaria y equipo, que se dan de baja sin
haberse usado, porque ya no existe el bien al que estaban destinadas;
mientras que en el contrato de suministro, la adquirente particular o
administración pública busca asegurar una provisión o caudal de
bienes que requiere constantemente o con frecuencia, para que no
lleguen a faltar y poder disponer de ellos inmediatamente, siempre que
los necesite, como ocurre en el suministro de agua potable, en el que
puede darse el caso de que el usuario del servicio público no llegue a
necesitar el agua, porque no llega ocupar la casa para la que contrató
el suministro17.
3.5.3 Forma de adjudicación de los contratos administrativos.
Es el acto principal precontractual y separable que finaliza la etapa
esencial.
Lo dicta unilateralmente la Administración y establece cuál es la
propuesta más ventajosa, produciendo el compromiso del gasto
El acto de adjudicación compete a los ordenadores de gastos, los que
pueden apartarse, fundadamente, de lo aconsejado por la Comisión de
Adjudicaciones.
La Administración puede rechazar todas las ofertas o declarar desierto
el procedimiento porque la licitación no es un procedimiento instruido
para proteger, primariamente, los intereses del licitante sino, para
proteger el interés público. Asimismo, el oferente no tiene un derecho
subjetivo, ni un interés legítimo a la adjudicación.
17
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 115.
2) EFECTOS
El acto de adjudicación produce los siguientes efectos:
a) Genera, de principio, el derecho subjetivo del adjudicatario, para
contratar con el organismo licitante, de acuerdo a lo dispuesto por los
pliegos de condiciones.
b) La Administración debe celebrar, necesariamente, el contrato con el
adjudicatario. Por lo expuesto, se excluyen a los demás oferentes.
c) En tercer lugar las partes quedan vinculadas por lo dispuesto en los
pliegos y, el licitante, por lo oportunamente ofertado.
d) El adjudicatario deberá garantizar, oportunamente, el cumplimiento
del contrato.
e) Produce la eventual responsabilidad de las partes en caso de
desistimiento del contrato.
f) Se genera el derecho de los restantes oferentes de retirar los
documentos presentados y la garantía de mantenimiento de la oferta.
El procedimiento de licitación pública tiene diversos objetivos, entre
ellos destacan los siguientes:
1. Permite a la administración pública financiar las obras públicas al
mejor precio posible, por medio de la competencia y eliminando las
colusiones y esquemas que produzcan patrocinio y otras colusiones.
2. Permite a toda persona competente hacer negocios con el gobierno
y los organismos dependientes.
3. Establece un régimen de equidad en el procedimiento de concesión
de los contratos, con el objetivo de favorecer la igualdad de
oportunidades, reconociendo la importancia de adoptar reglas
comunes aplicables por igual a todos los interesados 18.
3.6 Dependencias que en su carácter de autoridades
administrativas realizan funciones de policía administrativa.

18
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 125.
Jorge Olvera Toro sostiene que la policía generalmente se concibe
como el conjunto de prescripciones reglamentarias o medidas
individuales que imponen límites a la libertad individual, con el fin de
asegurar el orden público. La limitación de las libertades negativas del
individuo, para alcanzar la plenitud de sus libertades positivas, o en
otros términos, es el poder de coacción que garantiza al todo social de
los perjuicios que pudiera causar la libre actividad humana 19.
La policía administrativa es la facultad del Estado o de la
administración pública, para realizar determinados actos directamente
encaminados a preservar el orden público, la seguridad, la
tranquilidad, la salubridad en el Estado. La actividad encaminada a
ejercer el poder de policía haciéndose dinámico. Y facultad de policía,
el conjunto de disposiciones, leyes, decretos, acuerdos, actos
administrativos, ordenanzas, que tiene por objeto regular aquella
actividad y organizar esa función haciendo compatible su misión con
los derechos públicos subjetivos, que en cada caso se reconozcan al
individuo, y haciéndolos coincidir con el interés general que persigue el
Estado20.
Narciso Sánchez Gómez menciona que se encuentran dos situaciones
que deben ser consideradas preferentemente respecto de la actuación
policial:
a) Los deberes del Estado, el cual, por medio de sus órganos, tiene a
su cargo la protección de la sociedad y velar que las actividades
individuales no lesionen los derechos sociales de la comunidad.
b) Las obligaciones de los particulares, de hacer y no hacer, hasta
ayer encerradas en el marco de los principios de liberalismo del siglo
pasado, en el más notorio de los egoísmos: aquél que se desentiende
de los problemas sociales que lo rodean… El particular tiene plena
libertad para actuar como lo juzgue conveniente, gobernado siempre
por su interés.

19
Bielsa, Rafael, El poder de policía no es privativo de la época contemporánea, ha existido
siempre, p. 82.
20
Sánchez Gómez, Narciso, Segundo curso de derecho administrativo, p. 324.
En nuestro país, el artículo 21 Constitucional cita que “…la
investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las
policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en
el ejercicio de esta función. Y añade, en el párrafo cuarto del referido
ordenamiento que: “Compete a la autoridad administrativa la
aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos
gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa,
arresto hasta por treinta y seis horas o en trabajo a favor de la
comunidad; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese
impuesto, se permutará esta por el arresto correspondiente, que no
excederá en ningún caso de treinta y seis horas”.
La Secretaría de Seguridad Pública, para cumplir con su misión bajo
los principios constitucionales de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos, diseñó
la Estrategia Integral de Prevención del Delito y Combate a la
Delincuencia, entre cuyos programas estratégicos se encuentra la
conformación de un Nuevo Modelo Policial que restablezca el sentido
original de la función de la seguridad pública del Estado, cuya premisa
es “Proteger y Servir a la Sociedad”21.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos determina
en su décimo párrafo del artículo 21, lo siguiente: “Las instituciones de
seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El
Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de
gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la
seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad
Pública, que estará sujeto a las siguientes bases mínimas:
a) La regulación de la selección, ingreso, formación, permanencia,
evaluación, reconocimiento y certificación de los integrantes de las
instituciones de seguridad pública. La operación y desarrollo de estas
acciones será competencia de la Federación, el Distrito Federal, los
Estados y los municipios en el ámbito de sus respectivas atribuciones.

21
Martínez, Rafael, Derecho Administrativo 2º Curso, p 132.
b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de
personal para las instituciones de seguridad pública. Ninguna persona
podrá ingresar a las instituciones de seguridad pública si no ha sido
debidamente certificado y registrado en el sistema.
c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir la
comisión de delitos.
d) Se determinará la participación de la comunidad que coadyuvará,
entre otros, en los procesos de evaluación de las políticas de
prevención del delito así como de las instituciones de seguridad
pública.
e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel
nacional serán aportados a las entidades federativas y municipios para
ser destinados exclusivamente a estos fines”22.

Cfr. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf y en
22

http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/60/2009/abr/20090423-IX.html.
4.1 DERECHOS PÚBLICOS SUBJETIVOS DE LOS
ADMINISTRADOS.
El Derecho Subjetivo consiste en la facultad de un sujeto para exigir
de otro una acción u omisión concreta, protegida directamente por el
Derecho Objetivo. Es decir, que el derecho subjetivo supone la
existencia de dos elementos: una facultad de exigir y una obligación
correlativa. Haciendo referencia a la situación concreta en que se
colocan las personas, ya sea en forma individual o colectivamente,
respecto a ese derecho objetivo, representado por un conjunto de
normas.23
El Derecho Subjetivo consiste en la facultad de un sujeto para exigir
de otro una acción u omisión concreta, protegida directamente por el
derecho objetivo. Es decir, que el derecho subjetivo supone la
existencia de dos elementos; a) una facultad de exigir, b) una
obligación correlativa.24
El Derecho Subjetivo supone como primer elemento, la existencia de
una relación jurídica. De esta manera el sujeto activo, como se ha
señalado, es el que formula la exigencia; el sujeto pasivo el que la
sufre. Por ello, se ha dicho que el derecho subjetivo sólo se manifiesta
cuando dos sujetos han entrado en una relación jurídica.
Los derechos públicos de los administrados o el derecho
subjetivo se encuentran previstos en la doctrina jurídica universal en
dos tendencias: una que afirma y otra que niega la existencia de
derechos subjetivos. Y dentro de ellas, encontramos:
a) Dentro de la tendencia afirmativa hay una gran diversidad de
criterios para caracterizar el derecho subjetivo, y que sostienen que es
un poder de voluntad conferido por el ordenamiento jurídico
(Windscheid), o que es un interés jurídicamente protegido (Ihering), o
que es un poder de voluntad protegido y reconocido por el
ordenamiento jurídico y que tiene por objeto un bien o un interés

Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 411.


23

Delgadillo Gutiérrez, Luis Humberto, Lucero Espinosa, Manuel, Compendio de derecho


24

administrativo, p. 19.
(Jellinek) o, por último, que es el poder de poner en movimiento la
acción ante la justicia (Thon).
b) Dentro de la tendencia negativa, se sostiene que lo que se
llama derecho subjetivo no es más que un fragmento del derecho
objetivo imputado a una persona y que después de la imputación
conserva los caracteres del derecho objetivo (Kelsen), o bien, que si el
individuo quiere y puede una cosa, no es en virtud de un pretendido
derecho subjetivo, sino en virtud de la regla de derecho, ya que no es
concebible dentro de la ciencia positiva que exista una voluntad que
pueda imponerse a otra (Duguit).25
Poder que está condicionado por tres elementos: 26
1. Que haya para el sujeto pasivo una obligación jurídica
resultante de una regla de derecho.
2. Que esa obligación haya sido establecida para dar
satisfacción a ciertos intereses individuales,
3. Que el sujeto activo del derecho sea precisamente titular de
uno de esos intereses en atención a los cuales se ha establecido la
obligación.
Los derechos públicos en razón de su contenido, es decir, tomando en
cuenta lo que por medio de ellos puede ser exigido, se pueden separar
en tres grupos:
1. Derechos de libertad, también llamados derechos naturales,
derechos del hombre y derechos o libertades individuales. Es decir, la
esfera de libertad que se encuentra jurídicamente protegida por la
obligación que el Estado se impone de abstenerse de ejecutar
cualquier acto que la obstruya.
2. Derechos políticos. Definidos como poderes de los individuos,
en su carácter de miembros del Estado, con una calidad especial, la
de ciudadanos, para intervenir en las funciones públicas o para
participar en la formación de la voluntad del Estado, bien sea
25
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 424.
26
Bonnard, Dr., Administración, p. 32.
contribuyendo a la creación de los órganos de éste, bien fungiendo
como titulares de dichos órganos.
3. Derechos cívicos. Cuya característica principal consiste en el
poder de exigir del Estado las prestaciones establecidas por las leyes.
Respecto de los cuales, existen tres grandes grupos27:
4.1.1 DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS AL
FUNCIONAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN Y A LAS
PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS ADMINISTRATIVOS.
Dentro de este primer grupo se comprenden tanto los derechos
activos como los pasivos. Como ejemplo se pueden mencionar los
servicios de correo, telégrafo, registro civil, registro publico de la
propiedad y del comercio, concesiones, licencias, permisos,
autorizaciones y todo tipo de servicios públicos. Algunas veces, la
autoridad esta obligada por alguna ley, previo cumplimiento de
determinados requisitos, a la prestación de algún servicio, mientras
que, en otros casos, la autoridad tiene la facultad discrecional para
otorgarlo o no, como ocurre en el caso de las concesiones.
4.1.2 DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS A LA
LEGALIDAD DE LOS ACTOS DE LA ADMINISTRACIÓN.
En este sentido, el artículo 16 de la constitución federal
establece que nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio papeles, o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funda y motive la causa legal
del procedimiento.
4.1.3 DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS A LA
REPARACIÓN DE LOS DAÑOS CAUSADOS POR EL
FUNCIONAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN.
En este caso, el código civil federal dispone que el estado tiene
la obligación de responder del pago de los daños y prejuicios casados
por sus servidores públicos con motivo del ejercicio de las atribuciones
que les estén encomendadas.
27
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 429.
Por su parte, la ley federal de responsabilidades administrativas
de los servidores públicos establece que cuando el proceso
administrativo disciplinario se haya determinado la responsabilidad del
servidor público y este haya causado daños o perjuicios a los
particulares, estos podrán acudir antes la secretaria o contralor interno
respectivo para que elaboren el dictamen correspondiente que
comunicaran a la dependencia o entidad en la que el infractor se
encuentre adscrito, para que estas, si así lo determinan, reconozcan la
responsabilidad de indemnizar la reparación de los daños y perjuicios
en cantidad liquida y ordenar su pago, sin necesidad de que acudan
ante la instancia judicial o cualquier otra.
4.2 OBLIGACIONES DE CARÁCTER PÚBLICO A CARGO DE
LOS PARTICULARES.
El solo conocimiento de los derechos e intereses de los
particulares frente a la Administración es insuficiente para formar una
idea completa de la situación jurídica de los primeros. Es necesario
conocer también cuáles son las obligaciones de carácter público que
son a su cargo. De la misma manera que entre las atribuciones del
Estado se cuentan las de satisfacer determinados intereses
individuales cuyo reconocimiento obliga a otorgarles un poder de exigir
la prestación correspondiente dando origen al derecho público
subjetivo de que nos hemos ocupado antes, así el cumplimiento de las
atribuciones exige cierta cooperación de los particulares que se
impone unilateralmente a éstos, originándose para ellos una obligación
especial.
Esta obligación se distingue claramente de la obligación civil, por
la diversidad del régimen jurídico a que está sujeta, pues en virtud de
su conexión con las atribuciones del Estado, las normas que le son
aplicables son normas de derecho público, es decir, normas diversas
de las que se destinan a regular las relaciones de la vida privada. 28

28
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 426.
Por razón de su origen, las obligaciones públicas pueden
dividirse en dos grupos: las impuestas directamente por la ley y las
que derivan de un acto jurídico especial.
Pasando ahora a la clasificación de las obligaciones públicas por
razón de su contenido, pueden distinguirse en obligaciones personales
y obligaciones reales (servicio militar, modalidades a la propiedad);
positivas o negativas (pago de impuestos, abstención de actos que
eviten o tiendan a evitar la libre concurrencia, y todas las restricciones
en materia de policía).
Pero, además, las obligaciones son susceptibles de otra división
partiendo de un criterio semejante al que usamos para la clasificación
de los derechos, y agruparse en tres categorías: obligaciones de
policía en general, obligaciones cívicas y obligaciones políticas 29.
4.2.1 OBLIGACIONES IMPUESTAS POR LA LEGISLACIÓN
DE POLICÍA.
Las obligaciones que afectan a las libertades individuales son
principalmente restricciones que las limitan para coordinarlas entre sí y
hacer posible la vida en sociedad. Dentro de este capítulo tienen un
lugar preponderante las obligaciones impuestas por la legislación de
policía.
El poder de policía del Estado, se considera dentro de algunas
legislaciones como el conjunto de atribuciones que a aquél
corresponden para promover el orden y bienestar generales por medio
de restricciones y reglamentaciones de los derechos del individuo, en
forma tal que puedan prevenirse o reducirse las consecuencias
perjudiciales que su disposición en términos absolutos acarrearía para
la vida en común. Como se ve, para precisar el concepto es
indispensable definir lo que debe entenderse por orden y bienestar
públicos.
Estos se descomponen en una gran variedad de intereses que
como prenden los fundamentos de la seguridad, tranquilidad y

29
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 430.
salubridad públicas, llegando hasta abarcar los intereses de índole
económica y de carácter estético Ahora bien, con el desarrollo de la
civilización cada uno de esos intereses va exigiendo el respeto de
ciertos mínimos que varían en el espacio y en el tiempo, pero que en
todas partes y en todos tiempos son indispensables para la
conservación de toda comunidad organizada.
Así los intereses de seguridad, orden y salubridad requieren un
mínimo de satisfacción sin el cual no es posible la existencia en
común. Por esa razón, la policía, en su aspecto más simple, debe
comprender todas las medidas necesarias para dar ese mínimo de
satisfacción a los intereses primarios de que hablamos 30.
4.2.2 OBLIGACIONES CÍVICAS Y DE ORDEN
ADMINISTRATIVO.
Se incluyen todas las prestaciones positivas o negativas que,
distintas de las que se estudiaron en el punto anterior y de las que
más adelante examinaremos baja el rubro de obligaciones políticas, se
establecen por la ley o por un acto jurídico especial derivado de ella, a
cargo de los individuos.
Quedan incluidas, en primer término, las obligaciones generales
impuestas a los mexicanos en el artículo 31 constitucional, o sean la
de hacer que sus hijos o pupilos menores de quince años concurran a
las escuelas públicas o privadas para obtener la educación primaria
elemental y militar; la de asistir, en los días y horas fijados por el
Ayuntamiento del lugar, para recibir la instrucción cívica o militar; la de
alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley respectiva,
para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los
derechos e intereses de la patria, así como su tranquilidad y el orden
interior, y, por último, la de contribuir para los gastos públicos de la
Federación, Estados y Municipios, de la manera proporcional y
equitativa que fijen las leyes.
A este respecto conviene llamar la atención acerca de que otras
leyes secundarias establecen obligaciones de prestar servicios
30
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 430-433.
personales, cuando se trata de la salubridad pública, de plagas que
afecten a la agricultura y a la ganadería, y de la construcción de
ciertas obras públicas31.
4.2.3 OBLIGACIONES POLÍTICAS.
Tratándose de esta clase de obligaciones es fácil reconocer que
ellas se refieren, como los derechos de la misma índole, a individuos
que tienen un vínculo especial con el Estado, que son miembros de él
con el carácter de ciudadanos.
Entre dichas obligaciones se encuentran algunas que son
derechos políticos, como las de inscribirse en los padrones
electorales, votar en las elecciones populares y desempeñar los
cargos de elección popular32.

31
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 433.
32
Fraga, Gabino, Derecho administrativo, p. 433.
BIBLIOGRAFIA

Fix Zamudio, Héctor, Derecho administrativo, Editorial Porrúa, México,


2000.

Fraga, Gabino, Derecho administrativo, Editorial Porrúa, México, 2002.

Jean Meynaud, La elaboración de la política económica, Editorial Ariel,


México, 1984.

Olivera Toro, Jorge, Manual de derecho administrativo, Ortega, Blace,


Diccionario de Planeación y Planificación, Editorial Edicol, 1982.

Sánchez Gómez, Narciso, Segundo curso de derecho administrativo,


Editorial Porrúa, S.A., México.

Serra Roja, Andrés, Derecho administrativo, tomo 2, 13ª. Edición,


Editorial Porrúa, México 1987.

Tena Ramírez, Felipe. Derecho Constitucional Mexicano, XI edición.


Editorial Porrúa, México, 2003.

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