Es notoria la necesidad de encontrar un criterio que nos ayude a definir lo político
por sí mismo y la referencia a esa noción de amigo y de enemigo como un criterio único de lo político, el propósito es plausible y hay una dupla amigo-enemigo propuesta por Carl Schmitt no es suficiente, al considerar que es producto, por un lado, leer la realidad en un término dialectico y por el otro de estar situado en un momento historio que ya se encuentra determinado. Lo político a partir de la definición precisa de ese otro (real y concreto) considerado amigo o enemigo, el objetivo del texto estaba en legitimar la búsqueda de la unidad política como condición de existencia del Estado, y así, permitir que la Alemania fragmentada encontrara su viabilidad a través de ese concepto. Lo relevante, al igual que en la consideración anterior, independientemente de que el supuesto sea falso o verdadero, está en que el concepto de lo político tendría en sí mismo una utilidad política y tendría que asumirse como elemento constitutivo en su creación. La definición precisa de ese otro real y concreto que atentaba contra la unidad política de Alemania podría ser, por tanto, ese otro que habría que rechazar y negar como realidad óntica contrapuesta de existencia. No sólo la contraposición es en el terreno de lo concreto, de lo existencial, entonces, la política habría nacido para hacerle frente a lo antipolítico, es decir, al Liberalismo; según él, la noción de lo político está atada a la furia antiliberal del alemán (Silva 1996). Por tanto, si se asumen como válidos ambos razonamientos, toda construcción teórica está situada históricamente. El Estado como ese ente final que marca la pauta, quien define la posibilidad (no obligatoria) del surgimiento de la necesidad de lucha en el dominio de lo real. El apartado sobre la rebeldía cuestiona esta afirmación. Ubicar la pregunta o el problema en el sujeto concreto, existencial, es desplazar el cuestionamiento de una unidad política organizada (entiéndase Estado), al sujeto de carne y hueso que participa en su ordenamiento, Schmitt hace ver que lo político es inmanente a las agrupaciones humanas. Aun así, hay una condición para que una agrupación pueda llegar a ser considerada una agrupación política: la oposición (la cual es política siempre y cuando se esté dispuesto a matar físicamente). La guerra desde esta visión no es la solución de los conflictos por medios no políticos; la guerra misma se convierte en un asunto político, su asunto por excelencia. La posibilidad del uso de la violencia de un grupo frente a otro grupo define estos grupos como agrupaciones políticas. Y paradójicamente tanto la guerra, la paz o el cese de hostilidades son asuntos políticos. La disposición al combate no significa que aquel tenga que darse necesariamente. La tensión de la oposición, los acuerdos y compromisos que se adquieren para evitar la confrontación física, todo esto es contenido de lo político, la guerra, si bien es el presupuesto de la política, también es su fracaso. Parece extraña la advertencia de Schmitt de que la guerra no es contenido de la política, aunque si el presupuesto que está dado como posibilidad real. Cómo puede pensarse que no sea su contenido, que no esté implícita, una vez se ha determinado como el criterio propio de lo político el de amigo-enemigo, y además se ha definido el enemigo como un conjunto de hombres que siquiera eventualmente se opone en combate con otro conjunto análogo. Esta enemistad se diferencia de la personal en tanto que se refiere a una posición de oposición de un grupo. Desde esta perspectiva, enemigo es quien se opone. Nada más. Y se opone (como posibilidad extrema) con otro conjunto de hombres. Si se dice que la realización más extrema de la enemistad es la guerra, entonces no puede negársele su posición dentro de lo político. Bien puede entenderse como su límite más extremo, como uno al cual no es deseable llegar. La guerra es de indudable importancia conceptual para la determinación de las categorías centrales de lo político, pues sin aquella el concepto de enemigo no tendría sentido. También se piensa a través de ella principalmente por una razón: la guerra es la manifestación más extrema de la oposición. La guerra es el lugar en que se evidencia con más fuerza el ámbito de lo político, es su instancia crítica.
La crítica al liberalismo Schimtt La crítica al liberalismo Kelsen
Cuestiona la concepción de la Es un contenido específico del orden
legitimidad de los sistemas jurídicos estatal predominante en el Estado de derecho liberal.
la soberanía popular, que en el Estado No intenta analizar los sistemas
consecuentemente democrático es jurídicos existentes (“positivos”), sino la única fuente de legitimidad del que solo le interesa establecer derecho y del poder político lineamientos generales de un conocimiento jurídico, que permita a través de una Teoría Pura de Derecho concebir una peculiar Ciencia del Derecho, que tenga como tarea solamente definir qué es el Derecho y cómo analizar su estructura. la universalización de los derechos El Estado, dicho como un orden políticos y la consiguiente aparición de jurídico determinado, no tiene que democracias de masas desbordan encontrar una relación con el Derecho, imparablemente las instituciones de la pues concebido de esta forma supera democracia parlamentaria. el dualismo destacado por otras doctrinas, siguiendo criterios que restringen cualquier enfoque sobre este solo al que sea netamente jurídico.