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Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades


Estética del Cine
Profesor: Juan Carlos Vargas Maldonado
Alumno: Julio César Ponce Gonzá lez
Reporte del artículo El cine como realización del fin del arte de Juan Carlos Arias
Referencia: Arias, Juan Carlos (2006) El cine como realización del fin del arte en Signo
y Pensamiento, no. 49, vol. XXV. Bogotá , Colombia. Editorial Pontificia Universidad
Javeriana. Pp. 100- 111.
Cómo el título lo indica la lectura es un análisis del papel del arte cinematográfico
dentro de lo que Arthur Danto definió como “el fin del arte”, es decir la transición
del arte moderno al contemporáneo.

El autor comienza definiendo lo que para él es el arte moderno y el


contemporáneo, fincado estas definiciones en premisas aportadas por el crítico
Clement Greeberg y el ya mencionado Danto.

Por principio identifica a la modernidad como aquel momento en que comenzó a


darse “el uso de métodos característicos de una disciplina para criticar a la
disciplina misma, no con el fin de subvertirla sino para atrincherarla más
firmemente en su área de competencia”, Es esa la esencia del arte moderno, muy
cercano a la filosofía y al método científico. Cada diciplina se ensimisma y se
convierte en su principal tema de exposición, rechazando cualquier efecto
prestado desde el exterior, desde cualquier otra disciplina artística. Hablamos
pues de una la búsqueda de la pureza dentro de cada disciplina, notorio ejemplo
de esto, en la pintura será el Cuadro Negro de Kazimir Malévich.

Por su parte el arte contemporáneo puede identificarse a partir de los años 70,
momento en que esta búsqueda de pureza se revierte y desde el paroxismo de
vanguardias existente en ese momento va tomando forma una nueva manera de
concebir el arte, muy estrechamente relacionada con su entorno. Es este el
momento que Dantó considera como el principio de la muerte del arte; Los artistas
pop y los de noveaux realites crean obras cuyos componentes son extraídos de o
imitan a los objetos comunes (los que Dantó llama “meras cosas reales”). El arte
pasa así de aislarse de su entorno a fundirse en él. En contraposición al arte
moderno este nuevo tipo de arte (el contemporáneo) es profundamente impuro.

Llegado este punto, en que han quedado esclarecidos los dos conceptos del arte a
que hace referencia el autor, sus premisas y la dinámica que se ha venido dando
entre ellos y que Danto identifica como “la muerte del arte”, Arias comienza a
reflexionar sobre el papel del cine dentro de esta dinámica, afirmando que por sus
características técnicas y sus componentes materiales el cine no formó nunca
parte de la modernidad del arte, y apoya esta afirmación en tres pilares o
argumentos; La narración, la relación con otras artes y el material cinematográfico.

Para Arias el cine se finca principalmente en la tradición narrativa de la literatura y


por más que ha habido intentos notables de superarla (Dziga Vertov con sus
textos publicados entre 1922 y 23) esto es virtualmente imposible ya que toda
secuencia no narrativa o autorreferecial necesita forzosamente de contrastarse
con una narración para poder adquirir su propia identidad. Es esa la esencia del
discurso cinematográfico; un juego de constante tensión entre una narrativa y
elementos asignificantes.

Para él a pesar de que el cine es llamado el séptimo arte, en realidad este es una
especie de síntesis de las otras seis, si bien reconoce que ha desarrollado su
propio leguaje y esencia; fragmentación de la imagen, cámara lenta o rápida,
repetición de fotogramas, sobreimpresión, etc. Sin embargo tampoco nos dice que
todo se trate solo de una simple síntesis, más bien se trata de una extracción de
los elementos más representativos de otras artes (y de la realidad misma) y su
puesta en escena de tal manera que presenta un nuevo significado, un nuevo
efecto (sería ese el leguaje propio del cine). Hablamos pues de que el cine
contamina a las demás artes con su impureza y a partir de ello forma su propia
esencia.

Por último, al tratarse siempre de una extracción, interpretación y por último


exposición de la realidad el cine siempre trabajará con una multiplicidad de
elementos exteriores a él mismo, ello viene impreso ya en su mismo proceso
técnico. No obstante la dinámica siempre será la toma de esos elementos impuros
para extraer y exponer algo de pureza de ellos. Así pues el cine, por su origen,
impuro, se dedica a purificar los elementos que extrae de las demás artes y de la
realidad.

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