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OSTEOPOROSIS

La osteoporosis es el tipo más común de enfermedad ósea. Es una enfermedad metabólica del
hueso que se caracteriza por una densidad mineral reducida y por una distribución estructural
alterada del hueso. Si bien la osteoporosis no produce síntomas por sí misma, la densidad del
hueso y los cambios estructurales asociados a la osteoporosis provocan un desequilibrio de la
fuerza del esqueleto y un incremento considerable del riesgo de fracturas.

La osteoporosis se presenta cuando el organismo no es capaz de formar suficiente hueso


nuevo, cuando gran cantidad del hueso antiguo es reabsorbido por el cuerpo o en ambos
casos.

Normalmente se diferencia entre dos tipos de osteoporosis. La osteoporosis primaria es la


pérdida de densidad mineral del hueso por causas desconocidas. Los factores de riesgo de la
osteoporosis primaria incluyen deficiencia de estrógenos, edad avanzada, menopausia
temprana, antecedentes familiares e índice de masa corporal bajo. La osteoporosis secundaria
es la pérdida de densidad mineral del hueso debido a una causa identificada. La causa más
común de osteoporosis secundaria es el uso crónico de corticoesteroides o tratamientos
hormonales.

La osteoporosis y las fracturas debidas a ella son más frecuentes en la raza blanca, seguida de
la asiática, que en relación con la raza negra y los hispanoamericanos, presentan una
incidencia menor. Se estima que en España la prevalencia de osteoporosis en mujeres mayores
de 50 años es del 22,8 %. Pero esta no es una enfermedad patrimonio de las mujeres, como se
ha pensado de manera tradicional, de los dos millones de personas que se estima que están
afectadas por osteoporosis, en torno a 700.000 son hombres.

El calcio y el fósforo son dos minerales esenciales para la formación normal del hueso. Es
fundamental el periodo de la juventud, cuando el cuerpo utiliza estos minerales para producir
huesos. Si uno no obtiene suficiente calcio o si el cuerpo no absorbe suficiente calcio de la
dieta, se puede afectar la formación del hueso y los tejidos óseos.

A medida que uno envejece, el calcio y el fósforo pueden ser reabsorbidos de nuevo en el
organismo desde los huesos, lo cual hace que el tejido óseo sea más débil. Esto puede
provocar huesos frágiles y quebradizos que son más propensos a fracturas, incluso sin que se
presente una lesión.
Por lo general, la pérdida ocurre de manera gradual en un período de años y, muchas veces, la
persona sufrirá una fractura antes de darse cuenta de la presencia de la enfermedad. Cuando
esto ocurre, la enfermedad ya se encuentra en sus etapas avanzadas y el daño es grave.

Los objetivos del tratamiento para la osteoporosis son: Controlar el dolor asociado con la
enfermedad.

➝ Retardar o detener el proceso de pérdida ósea.

➝ Prevenir fracturas con medicamentos que fortalezcan el hueso.

➝ Minimizar el riesgo de caídas que podrían causar fracturas.

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