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LO QUE NO SE MIDE NO SE PUEDE MEJORAR

INSTRUMENTOS INFALTABLES EN UN TALLER METALMECÁNICO

Hoy por hoy, se habla de transferencia tecnológica, innovación y


desarrollo, automatización y control de calidad como prioridad para la
competitividad de las empresas que trabajan con metales; es allí,
donde hay que cuidar cada detalle de la producción y, por que no,
comenzar por conocer los diferentes instrumentos de medición, su
correcto manejo, aplicación y mantenimiento.

Hace algún tiempo un empresario bogotano, fabricante de piezas


metálicas, tocó las puertas de un reconocido laboratorio de metrología
en el país, con el fin de solicitar la verificación y certificación
dimensional del prototipo de una insignia de la Policía Nacional de
Colombia, usada como distintivo en el uniforme de los hombres y
mujeres que sirven en esta institución.

En ese momento, el industrial participaba en la licitación para obtener


el contrato de fabricación de dicha insignia y, por esta razón, debía
presentar el certificado de metrología ante el comité técnico evaluador
de la Policía. No obstante, una vez el jefe del laboratorio verificó las
medidas de la pieza –según el plano– encontró que las dimensiones
requeridas, aunque cercanas, no eran exactas, e inmediatamente
colocó sobre aviso al cliente.
El error entre las medidas del plano y el prototipo fue consecuencia de
no utilizar el instrumento de medición correcto. Afortunadamente, con
asesoría del laboratorio, lograron corregir las dimensiones de la pieza
y ganar el contrato.

Esta historia se repite continuamente en la industria. Talleres, pymes y


hasta grandes compañías metalmecánicas desconocen las
herramientas de medición y su adecuado uso; hay que ver algunos
operarios emplear, por ejemplo, los pie de rey como rayadores o
incluso como martillos, o torcometros1 como simples llaves de apriete.

Así mismo, es común que los industriales subestimen el buen uso de


los instrumentos, su mantenimiento y calibración periódica. Sin
percatarse que pueden perder contratos o cerrarse las puertas de
mercados internacionales; simplemente, porque no cuentan con
certificaciones de calidad, para las cuales hay que demostrar, como
requisito mínimo, un correcto y exigente manejo de las herramientas e
instrumentos. En este sentido, es fundamental que, junto al
fortalecimiento de los conocimientos técnicos, las empresas
contemplen la importancia, el cuidado, las diferentes recomendaciones
de uso y almacenamiento, así como los programas de control
metrológico de los instrumentos; con el fin de cumplir no sólo con la
normatividad vigente, sino también con los estándares de calidad que
cada proceso requiere, y obtener el mayor provecho, reconocimiento,
ahorro y productividad.

En los talleres no deberían faltar instrumentos de precisión como el


calibrador2 o el micrómetro3, descritos en ediciones anteriores
de Metal Actual; aunque no son los únicos infaltables. El rigor, la
exigencia industrial y los adelantos tecnológicos, traen consigo nuevos
instrumentos y herramientas mejoradas para hacer más fácil, fiel,
exacto y preciso el arte de medir.

Pues bien, entre los llamados instrumentos imprescindibles, también


hay que nombrar los deformímetros o comparadores de carátula; el
reloj palpador; los micrómetros especiales; el goniómetro, el medidor
de alturas y las galgas pasa – no pasa; todos ellos, instrumentos de
gran utilidad para las actividades de fabricación y control en
manufactura mecánica. El siguiente artículo, describe el deformímetro
o comparador de carátula,

En una próxima entrega se dedicará espacio para continuar


mostrando las particularidades de los instrumentos de medición del
taller.
 

Deformímetro o Comparador de Carátula

Para medir superficies o piezas en movimiento, verificar o rectificar su


forma o perímetro, tal como sucedería en los procesos con tornos,
fresadoras, centros de mecanizado o en el ajuste de los pistones de
un motor, se requiere un instrumento que permita interactuar con la
máquina en funcionamiento, en estos casos el deformímetro es el más
indicado.

También se le conoce como comparador de carátula o reloj


comparador porque muestra, en una caratula similar a la de un reloj,
las diferencias superficiales (deformaciones) que puede presentar una
pieza o, incluso, deformaciones entre dos o más piezas, causadas por
el exceso o carencia de material, defectos de fabricación,
desalineamientos, descentramientos, excentricidad, desviaciones y
todo tipo de errores de planitud, circularidad, esfericidad o
desplazamientos incorrectos, desafíos comunes en todo taller.
En suma, básicamente, es un instrumento con un dial que mide las
deformaciones superficiales de cualquier pieza ya sea cilíndrica o
plana, además sirve para comparar los cambios dimensionales entre
dos o más componentes. El deformímetro no registra el valor de la
medición, como lo hace un pie de rey, sino que indica los errores o
variaciones de dichas mediciones, de ahí su nombre.

Consta de una barra central (husillo cilíndrico) que en el extremo


inferior tiene un palpador y en el superior una cremallera dentada, la
cual, a su vez, está conectada a un tren de engranajes que transmiten
el movimiento a dos agujas en el reloj (aguja principal y aguja
cuentavueltas). Éstas rotan sobre una escala reglada en la caratula
para representar las variaciones superficiales de las piezas. Cada
vuelta completa de la aguja principal, a lo largo de la escala del dial,
representa una vuelta de la aguja pequeña.

Al utilizar el comparador, primero hay que montarlo sobre un soporte


provisto de una base magnética, la cual se sujeta a un componente
metálico cerca de la pieza a medir o comparar. Después es necesario
aproximar la punta del palpador a la superficie de la pieza hasta sentir
claramente un contacto directo, de mínimo 200 micrómetros.

En ese momento, el operario mueve la escala giratoria del reloj para


que coincida exactamente el punto cero con el comienzo de la zona de
medición, luego procede a medir la deformación de la pieza en
movimiento o comparar una pieza con respecto a otra; por ejemplo,
para establecer y verificar el alineamiento del cabezal en un torno o la
bancada de una fresadora.

En cualquier caso, el husillo cilíndrico se desplaza en movimientos


longitudinales, de abajo hacía arriba,mientras las agujas se mueven
circularmente y muestran las variaciones superficiales de la pieza en
la escala de la caratula.

Por ejemplo, en un deformímetro, con rango de medición entre 0.01


mm a 10 mm, la aguja principal gira en total diez vueltas, que son
registradas, una a una, por la aguja pequeña, en una caratula
secundaria. Así, el operario logra saber cuántas vueltas ha dado la
aguja principal en la escala y verificar la deformidad de la pieza. En
este caso, cada división (línea) de la escala equivalente a 10
micrómetros; entonces, una vuelta completa es proporcional a 1.000
micrómetros (1.0 mm).
Si la aguja principal del dial se mueve en el sentido de las manecillas
de un reloj el valor es positivo, y representa un pico (bache) en la
superficie de la pieza; por el contrario, si la aguja se mueve en contra
del reloj, el valor indicado por el instrumento es negativo y representa
un valle o hendidura.

Su exactitud está relacionada con el tipo de medidas que se requiera


verificar o comparar. Generalmente, suelen medir rangos en
milímetros o pulgadas, de 0,25 mm a 300 mm (0,015 a 12,0 pulgadas)
con resoluciones de 0,001 mm a 0,01 mm ó 0,00005 a 0,001
pulgadas. Según la forma de lectura, los deformímetros, se clasifican
en análogos o digitales; los primeros registran variaciones en
milímetros o pulgadas, mientras los digitales son capaces de mostrar
ambas lecturas.

El avance de tecnología digital incluye deformímetros cuyo principio de


medición se realiza a través de un rayo infrarrojo. En estas
herramientas, el husillo está provisto de un disparo infrarrojo que cae
sobre un punto preciso de la superficie, a medida que el rayo se
desplaza a lo largo de la superficie de la pieza, registra las
deformaciones de la misma.

El deformímetro es un instrumento que, en su evolución, se ha


adaptado a diferentes propósitos, para lo cual los fabricantes han
diseñado diversas monturas, soportes y accesorios que en conjunto
forman un nuevo instrumento de medición con base en el
deformímetro básico, permitiendo más comodidad y agilidad en
mediciones especiales. En el mercado hay un gran número de
soportes para comparadores de carátula, entre los más comunes se
encuentran:

 Medidor de espesores: Medir el grosor de una lámina, las


dimensiones de un cubo pequeño o el diámetro de una varilla por
ejemplo, es una tarea que con un pie de rey tardaría más y sería
incómoda para el operario, por esto los fabricantes han diseñado una
montura fija para el deformímetro básico, con el fin de usarlo como
medidor de espesores; un instrumento rápido y fácil de utilizar con una
gran precisión que no puede faltar en cualquier banco donde se
tengan piezas pequeñas, en general menores a 10 mm.

 
 Medidores de interiores: Foto Por el contrario, si es necesario
medir diámetros internos o conjuntos de diámetros, existen dos
instrumentos para tal fin, el primero un medidor de interiores para
diámetros pequeños y el segundo para diámetros más grandes,
utilizando el deformímetro con extensiones para tal propósito. El
medidor con carátula para diámetros pequeños se usa solamente
como un instrumento de comparación y debe utilizarse junto con anillo
de fijación o un micrómetro. El medidor usa un resorte que da a la
punta de contacto una presión de medición constante.

Tipos de soporte para comparadores de carátula

Deformímetro o reloj palpador: Otra variante del comparador de


caratula son los reloj palpadores, especiales para realizar medidas
durante la fabricación de piezas cilíndricas, o superficies
perfectamente planas, en las que el control de calidad debe ser
estricto en la detección de deformaciones muy pequeñas sobre las
piezas. Los recorridos del palpador alcanzan máximo 0,8 mm (800
micrómetros).

Este es un tipo de deformímetro de alta precisión al tener corto


recorrido, está dotado de una punta palpable escualizable, la cual
mide en ambas direcciones y proporciona comodidad y mejor
exactitud, que la alcanzada con un deformímetro común sobre una
base magnética. Los palpadores están graduados en centésimias
(0,01 mm) o milésimas de mm (0,001 mm), para lectura horizontal o
vertical, con múltiples accesorios, en especial puntas y varillas de
medición, como las puntas largas para medir el interior de un agujero
profundo.

Aunque cuenta con una carátula, similar a la de un deformímetro


convencional, el cuerpo del instrumento es diferente y esta provisto de
una base. En diferentes versiones la carátula se puede inclinar hacía
el ángulo de visión del operario.

Los relojes palpadores análogos son muy parecidos a los


deformímetros comunes, mientras los digitales tienen un cableado
externo que conecta a una interfaz digital en la que hay una pantalla
que muestra la deformidad de la pieza. En ocasiones se pueden
colocar dos o más instrumentos al tiempo para medir diferentes
deformidades a la vez.
De aquí otro tema

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