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Cuaderno 1
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Cuaderno de trabajo 1
Identificación y resignificación de conflictos
Prohibida la reproducción total o parcial, analógica o digital del contenido de esta obra, sin
la autorización por escrito de los titulares de los derechos patrimoniales de autor.
CONTENIDOS
[PRELIMINARES]
Esta unidad le permitirá analizar las creencias que se ponen en juego en el momento de
resolver conflictos escolares. Además, al narrar sus propias experiencias y analizar casos de
conflictos reales que se presentan en la escuela, tomará distancia para reflexionar acerca de
las situaciones conflictivas que haya vivido. Con esta nueva perspectiva usted le podrá dar
un nuevo significado a su experiencia.
Objetivos
Revisar críticamente los procesos y las acciones que se llevan a cabo para la
resolución de un conflicto, a partir de su descripción.
Aprendizajes esperados
El docente
CASO 1
Como cada semana, se presentaron a realizar la guardia las mamás; en esta ocasión,
una de ellas fue la señora González del grupo 3°A. Como es habitual, se le
proporcionó el material necesario para realizar su guardia. La señora González colocó
el material sola, y al abrir la puerta para que los padres de familia ingresaran al
plantel, me comunicó que aún no llegaba la persona de apoyo. En ese momento, me
dirijo hacia el otro extremo de la calle para apoyar a la señora. Mientras tanto, el papá
de la alumna Espinosa decidió ayudarme y quedarse en mi lugar. De regreso a la
puerta, una de las mamás solicita hablar conmigo, por lo que nos dirigimos hacia la
dirección. En ese momento, siendo aproximadamente las 12:05 del mediodía, me
avisan: “maestra: un carro rompió el lazo y se aventó”. Inmediatamente salgo a ver
qué sucede y observo cómo el papá de la niña Espinosa se coloca frente a una combi
color blanco y enfrenta a su conductor, quien con palabras altisonantes lo amenazaba
con continuar el camino. En ese instante, decido interceptarlo y le pido que, por favor,
se tranquilice, ya que puede ocasionar un accidente. El chofer continúa molesto,
insultándome. Me acerco hacia el padre de la niña Espinosa y le hago la observación
de que se haga a un lado porque no sabemos cuál puede ser su reacción. En ese
momento, el señor se dirige hacia mí y me amenaza diciendo que yo me cuide porque
voy a pagar muy caro esto que está sucediendo y repite en varias ocasiones “cuídese”,
arranca su carro y lo deja ir hacia el señor y hacia mí, por lo que una mamá me jala
para no ser atropellada, y el papá se avienta hacia el otro extremo. El episodio
enfurece a los padres de familia y al señor que vende dulces afuera del plantel, y
todos comienzan a juntarse alrededor de la combi. El vendedor encara al conductor y
le pregunta si está loco, ante lo cual, el conductor intenta continuar su camino. Pese a
ello, el vendedor se lo impide y el conductor hace el intento de sacar algo que trae
dentro de la combi. Inmediatamente me dirijo a la dirección y llamo a una patrulla, a
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ATENTAMENTE
¿Ha vivido o visto alguna situación similar a la presentada en este relato? Descríbala
brevemente.
¿Considera que la directora del plantel actuó de manera adecuada?, ¿en qué sí?, ¿en qué
no?
Suponga ahora que esta situación generó diversos problemas a la directora del plantel.
Entre ellos, el que algunos papás iniciaran una querella en contra de la Mesa Directiva de la
Asociación de Padres de Familia, en la que argumentaban que ésta no había organizado y
apoyado debidamente la entrada de los alumnos al plantel. Además, la acusaron de manejar
los recursos económicos de forma poco clara, de no brindar información oportunamente a
los padres y de actuar con prepotencia. En contraste, otros padres apoyaron a la Mesa
Directiva y sostuvieron que, en general, los que no participaban eran los propios padres, al
desatender sus turnos de guardias.
¿Cuál debería ser la actitud y cuáles las acciones de la directora ante esta nueva situación?
¿El conflicto inició con el problema de la “combi”? o ¿puede decirse que existía desde
antes?, ¿por qué?
Imagine que usted protagonizó las situaciones descritas (en el papel de la directora del
jardín de niños), y describa, con frases breves y concretas, lo que hubiera hecho al respecto.
(Si lo considera necesario, lea nuevamente el informe e identifique sus puntos de acuerdo y
desacuerdo).
1.
2.
3.
4.
5.
Recuerde alguna situación similar que usted haya vivido y desarrolle la secuencia como
en el ejemplo anterior:
8
Participantes
¿Quiénes participan
de manera indirecta y
cómo influyen?
Interacciones
Adaptado de Torrego J. C. (coord.). Mediación de conflictos en instituciones educativas. Manual para la formación de
mediadores, Narcea, Madrid, 2007.
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Sentimientos
¿Se advierten
emociones y
sentimientos?
Proceso
Valores
¿Qué valores se
aprecian o se
manifiestan
explícitamente?
Intereses y
necesidades
¿Qué es lo que
interesa resolver
principalmente?
¿Qué necesidades
están asociadas a tales
intereses?
Posiciones
Resolución
Proponga una
solución diferente a la
ocurrida, desde el
punto de vista de “A”
y de “B”.
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Al redactar lo indicado con respecto a cada uno de los elementos del conflicto,
usted está afinando y mejorando su conocimiento del problema, identificando
sus aspectos medulares y reconociendo las diferentes partes de la estructura, la
dinámica y el proceso del conflicto. Con ello, amplía su comprensión del
mismo para que su propia intervención, ya sea como protagonista, mediador o
investigador, pueda ser la adecuada.
¿Qué aprendió?
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La narrativa en la escuela
Los relatos forman una parte importante de nuestra vida: “El hombre es siempre un
narrador de historias –dice Sartre–, vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a
través de ellas todo lo que sucede y trata de vivir su vida como si las contara”. En
realidad, rara vez pasamos un día entero, quizá ni siquiera una hora, sin oír o leer un
relato y sin contarle algo a alguien. Todas las personas tienen una urgencia fuerte y
natural por contar una historia cuando tienen que dar sentido a sus experiencias. Quizá
por eso, por ser una experiencia tan común y rutinaria, a veces, la presencia de los relatos
pasa inadvertida en la escuela.
Nos conocemos a nosotros mismos como una serie entretejida de episodios. Descubrimos
nuestra identidad y lo que somos por medio de la narrativa, y cuando sintetizamos nuestra
existencia lo hacemos a través de una simple historia que se cuenta. La narrativa se
convierte entonces en el vehículo más adecuado tanto para captar la manera en que las
personas constituyen su autoconocimiento, como para solicitarles que transmitan el
sentido personal que encuentran en las cosas, organizando su experiencia a lo largo de
una dimensión temporal o secuencial.
Al contar historias acerca de la enseñanza, hacemos algo más que registrar el surgimiento
de las prácticas: potencialmente estamos alterándolas. Al reconstruir la práctica a través
del lenguaje, estamos contribuyendo a su evolución.
Una de las consecuencias del poder de las historias para modificar nuestra manera de
hacer las cosas es que debemos reconocer que esas historias contribuyen a producir el
cambio educativo. Si el propósito del raciocinio práctico no es sólo obtener una mejor
interpretación de nuestras prácticas docentes sino, de algún modo, mejorarlas, entonces
tiene sentido utilizar historias que exploren el ámbito de lo real y de lo posible. Es decir,
al describir nuestra práctica por medio de un relato, nos damos cuenta de que puede haber
otras formas inexploradas de prácticas diferentes, nos percatamos de otros caminos que
pudimos haber transitado o de otras puertas que quizá debimos abrir en el momento. En
síntesis: nos comprometemos en lo que puede llegar a ser la práctica y no sólo lo que es.
Contamos historias acerca de la docencia, con la esperanza de que al decir algo nuevo
aprenderemos a enseñar mejor, no tratamos de descubrir lo que es la docencia de una vez
y para siempre, sino de encontrar nuevas, mejores y más interesantes maneras de hablar
de la docencia.
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Un relato trata no sólo de hechos, ideas o teorías sino también de sueños, temores y
esperanzas que están escritas desde la perspectiva de la vida de alguien y en el contexto
de las emociones de una persona concreta. Al concentrarnos en el relato de la experiencia
pedagógica devolvemos al currículum y a la enseñanza las emociones humanas; ellas
también pueden brindarnos significación y sentido. La narrativa es una operación
fundamental de construcción de sentido que posee la mente: cuenta una historia, relata un
suceso y verás cómo aparecen significados nuevos en tu experiencia.
Tiene el propósito de comunicar quiénes somos, qué hacemos, cómo nos sentimos y
por qué debemos seguir cierto curso de acción y no otro.
Hace inteligibles nuestras acciones para nosotros mismos y para los otros.
Contribuye a fortalecer nuestra capacidad de debatir acerca de cuestiones y problemas
educativos.
Es una organizadora de la experiencia docente frente al ritmo implacable, las
interacciones humanas, las dimensiones normativas, los objetivos contradictorios y la
actividad imparable que se produce en el aula.
Nos permite comprender el mundo de nuevas maneras y nos ayuda a comunicar
nuevas ideas a los demás.
Nos ayuda a crear puentes entre mundos diversos; a enfrentar mundos diferentes del
nuestro; a vernos y a ver nuestros motivos íntimos en las historias de los otros; a
combatir injusticias e iniciar un proceso de cambio en nosotros mismos.
Nos ayuda a transformar el “saber en decir” al implicar siempre interpretación y
reinterpretación, a reestructurar la experiencia a través del acto de contarle algo a
alguien.
Describa algún conflicto escolar en el que se haya visto involucrado. Haga uso de las
siguientes pautas para estructurar su relato:
Resignificación
En caso de que hubieran cambiado, ¿cuáles son sus nuevos puntos de vista?
¿Han cambiado sus sentimientos y emociones en relación con esa situación?, ¿cómo
se siente ahora respecto a esa circunstancia?
Resignificación de la práctica
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Basándose en su propio relato sobre el conflicto que vivió, complete con detenimiento el
siguiente cuadro. Este ejercicio le ayudará a resignificar el conflicto relatado.
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Con la
elaboración
del relato
Interrogantes ¿modifiqué
Respuesta
críticas mis puntos de
vista
anteriores?
Sí No
¿A qué atribuyo mi
forma de reaccionar
ante los hechos
sucedidos?
¿Cuál es el origen de
las ideas que
manifesté en el
conflicto?
¿Cómo llegué a
tener esas ideas?
¿Sigo sosteniendo
todavía esas ideas en
alguna situación de
conflicto?, ¿por
qué?
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¿Qué relaciones de
poder estuvieron
implicadas en la
experiencia
conflictiva?
¿Cómo influyen
estas ideas en mis
relaciones con
alumnos, colegas y
directivos?
A partir de lo que he
descubierto ¿es
necesario adoptar un
enfoque diferente?
3. El conflicto escolar…
Defina qué es para usted un conflicto escolar:
Indique los tipos de conflicto que, según usted, se presentan en las escuelas:
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La consideración de la gravedad de un problema como “poco grave” o “muy grave” depende de su
apreciación personal. Por su parte, el criterio relativo a la dificultad en la resolución refiere a las siguientes
definiciones: “de fácil resolución” es aquella situación que puede ser subsanada dentro del plantel escolar,
mientras que una situación “de difícil resolución” implica la intervención de actores externos a la escuela.
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¿Cuáles de las situaciones expuestas se han presentado en su plantel escolar?, ¿con qué
frecuencia ocurren (frecuentemente, a veces, nunca)?
¿Cuáles de las situaciones expuestas son positivas?, ¿en qué consiste que lo sean?
¿Cuáles de las situaciones expuestas son negativas?, ¿en qué consiste que lo sean?
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¿Qué es el conflicto?
1. Se tiende a confundir los conflictos en las aulas con las conductas violentas. Se habla
de violencia de un modo indiscriminado, cuando sólo estamos ante la presencia de
conflictos que, aun rompiendo el clima normal de la clase o del centro, no representan
manifestaciones que lesionen física o psíquicamente a profesores y alumnos. Por ejemplo,
violencia es la agresión física o verbal a un profesor con la intención de amedrentarle; la
agresión física, amenaza verbal, la burla continuada a un compañero hasta producir su
aislamiento o su abandono del colegio; las intimidaciones y vejaciones; insultar y hacer
comentarios racistas; inducir a agredir a un tercero, etcétera. La violencia conlleva el
maltrato físico o verbal, la exclusión o marginación del agredido y supone una perversión
de las relaciones entre éstos (iguales), al desaparecer el carácter horizontal de la
interacción, es decir, la relación de igualdad, que es sustituida por una relación jerárquica
de dominación-sumisión entre el agresor y la víctima. La violencia puede entenderse
como un acto o una actitud, basada directa o indirectamente, en un uso abusivo de la
fuerza o del poder, una falta de respeto intencional o no y percibida por el otro como un
atentado a su persona, a su integridad física, psíquica, social, cultural, un atentado a su
seguridad o a su sentimiento de seguridad. La violencia genera siempre un estado de
ansiedad e inseguridad, a veces cuadros represivos que dificultan gravemente la actitud
de enseñanza y aprendizaje en quienes la padecen. El conflicto, por el contrario, visto
como algo negativo, trastorna e interrumpe el ritmo de enseñanza-aprendizaje en el aula,
entorpece el clima de clase, altera las relaciones interpersonales entre los alumnos y
profesor-alumnos, pero no daña gravemente la vida del centro, no genera un clima de
ansiedad e inseguridad en las aulas, ni crea alarma social. Cuando hablamos de conflicto
en las aulas, nos referimos a faltas de disciplina continuadas, incumplimiento sistemático
de los deberes escolares, falta de respeto a los compañeros o al profesor, resistencia al
cumplimiento de las normas establecidas en el centro, falta sistemática de puntualidad,
interrupción del trabajo e los compañeros y del profesor, etcétera. Todas estas conductas
generan conflictos muy perjudiciales para la escuela y, sin embargo, no las deberíamos
calificar como violentas.
vida, pautas de comportamiento, etcétera, que en una sociedad democrática, que se rige
por el diálogo y la tolerancia, debe encontrar su espacio y ámbito de expresión. El
conflicto y las posiciones discrepantes pueden y deben generar debate y servir de base
para la crítica pedagógica y, por supuesto, como una esfera de lucha ideológica y
articulación de prácticas sociales y educativas liberadoras. No es esperable ni deseable
que, en una sociedad plural, todos los ciudadanos se expresen desde un mismo sistema de
valores y pretendan ordenar la sociedad desde un mismo proyecto político. El conflicto se
da, y forma parte de la sociedad democrática. Por lo que sería conveniente hablar más
bien de gestión del conflicto o de cómo resolver situaciones conflictivas, integrando el
conflicto como una situación educativa. Es decir, habría que ir pensando en utilizar el
conflicto como una situación de enseñanza y aprendizaje y, entonces, educar desde el
conflicto.
Tome en cuenta lo que acaba de leer y explique en qué consiste el conflicto, si usted
considera que lo hay, en las situaciones siguientes:
Proyecto escolar.
Maltrato físico.
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Maltrato psicológico.
Acoso sexual.
Abuso sexual.
Vandalismo.
Violencia escolar.
Valores.
Adicciones en la escuela.
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Normatividad y su aplicación.
Autoestima.
Una de las tareas más recurrentes en las escuelas de educación básica, tanto para
directores como para supervisores escolares, consiste en saber anticipar y estar
preparados para intervenir en los conflictos que se presentan en las mismas.
La experiencia y el análisis de los conflictos que se presentan en los planteles escolares
nos permite afirmar que ellos se producen como consecuencia de cuatro factores
principales:
Uno. El desconocimiento, las interpretaciones discrepantes y la renuencia a acatar la
normatividad establecida. Los supervisores y directores pueden anticipar los conflictos en
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las escuelas si, de manera permanente y oportuna, informan y hacen conciencia de los
lineamientos técnicos, administrativos y jurídicos que organizan y rigen la vida
institucional. Esta información debe proporcionarse al personal en general desde el inicio
del ciclo escolar y recordarse conforme se acerquen fechas claves y trascendentes para el
desarrollo de la actividad educativa, así como en la medida en que sucedan
acontecimientos que transgreden y violentan la norma establecida y sobrepasen las
fronteras de la ética docente. El abuso y maltrato infantil; las faltas recurrentes
injustificadas del personal; la impuntualidad; el maltrato y ninguneo hacia los padres de
familia; los padres que tratan de imponer sus condiciones a un plantel, por ejemplo, al
querer nombrar a un director; los maestros que azuzan a los padres; el manejo inadecuado
de recursos materiales y económicos y el no rendir cuentas claras de los mismos, son
motivos recurrentes de conflictos en los planteles que por mucho se producen por
ignorancia, mala interpretación u omisión de la normatividad. Los directivos pueden
contar para este efecto, mes con mes, con una agenda de riesgos; discutida
colegiadamente, que les permita anticipar y prevenir posibles conflictos y riesgos para la
gobernabilidad de las escuelas.
Dos. Ineficiencia pedagógica o directiva, funcionamiento empobrecido, atascado o
aletargado de la escuela e incluso actos de corrupción, que a corto o mediano plazo
producen malestar y protestas hacia el colectivo en general, hacia el director o hacia
algún profesor en particular. Los directivos deberán precaverse de que en su ámbito de
acción no se produzcan hechos como los siguientes:
Incidencias de puntualidad y asistencia del personal que no sean debidamente
documentadas y rebasen lo establecido por la normatividad establecida, así como
poca atención en cumplir escrupulosamente los horarios y tiempos escolares.
Pobre desempeño pedagógico en la planeación, desarrollo y evaluación de la
enseñanza y el aprendizaje de uno o varios profesores, quejas reiteradas de los
padres en ese sentido y desatención de las mismas.
Manejo deshonesto y falta de transparencia de los siempre escasos recursos que
ingresan al plantel. El director debe informar y consultar con toda la comunidad
―maestros, alumnos y padres― cuánto ingresa, cuánto se gasta y comprobar
documentalmente lo anterior en el ámbito de su competencia, así como vigilar y
asegurarse que los ingresos y los gastos de otras instancias como cooperativa
escolar, sociedad de padres, etc., sean debidamente documentados y empleados.
Venta abierta o subrepticia de parte de maestros, padres o directivos de artículos
escolares o de cualquier otra índole que no esté enmarcado dentro de los
procedimientos normativos.
Edificios escolares descuidados, maltratados, sucios y sin proyectos mínimos de
mantenimiento.
Riesgos para la seguridad física de los alumnos al interior o exterior, ausencia de
vigilancia de las personas ajenas que entran al plantel, así como vandalismo,
delincuencia o narcomenudeo sin que esto sea, por lo menos, reportado y
documentado ante las autoridades superiores.
Conocer y no intervenir en casos evidentes de alcoholismo, acoso sexual o desorden
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El siguiente ejercicio está destinado a ayudarlo a analizar cómo responde usted a conflictos
en el aula. No hay preguntas tramposas ni respuestas absolutamente correctas o
equivocadas. El objetivo de este ejercicio no es juzgar su conducta, sino que tome
conciencia de ella.
Si usted no es profesor de grupo, pero lo ha sido, de igual manera puede realizarlo con base
en su experiencia, pero de no ser así, puede imaginar qué haría usted en caso de enfrentarse
a las situaciones planteadas.
Lea las frases del cuadro. Si alguna describe una respuesta que generalmente usted da a un
conflicto en el aula, escriba un (3) en el espacio correspondiente. Si es una respuesta que
usted da ocasionalmente, escriba (2) en el lugar indicado. Si rara vez o nunca da esa
respuesta, escriba (1).
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8. Convertirlo en un chiste.
16. Presentar a los niños algunas alternativas de entre las que puedan elegir.
17. Ayudar a que todos se sientan cómodos.
Ahora sume los números que anotó, según se indica en las columnas que se muestran abajo
(por ejemplo, deberá sumar en la columna I lo que obtuvo en los ítems 1, 6, 11, y 16). Cada
columna refleja un enfoque y una actitud particulares hacia el conflicto en el aula. ¿En qué
columna tuvo usted el puntaje más alto?
I II III IV V
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1 2 3 4 5
6 7 8 9 10
11 12 13 14 15
16 17 18 19 20
I. El enfoque sin vueltas. No cedo. Trato de ser equitativo y honesto con los niños, pero
ellos necesitan una guía firme para aprender lo que es una conducta aceptable y lo que no lo
es.
III. El enfoque de lograr un acuerdo. Escucho a los niños y los ayudo a escucharse los unos
a los otros. Luego los ayudo a ceder un poco. No podemos tener todo lo que queremos.
Medio pan es mejor que nada.
IV. El enfoque de suavizar. Me gusta que el ambiente esté tranquilo y pacífico siempre que
sea posible. La mayoría de los conflictos de los niños es relativamente poco importante, así
que procuro dirigir su atención hacia otras cosas.
V. El enfoque de ignorar. Yo marco los límites y dejo que los niños solucionen las cosas
por sí mismos. Es bueno para ellos y necesitan aprender cuáles son las consecuencias de su
conducta. De todos modos no hay demasiado que uno pueda hacer con relación a
situaciones de conflicto.
¿En qué enfoque obtuvo usted mayor puntuación?, ¿está de acuerdo en que coincide con su
manera de resolver conflictos?, ¿sí?, ¿no?, ¿por qué?
2
Adaptado de Kathryn, G., y J. Koch, (1996). Resolución de conflictos en las escuelas. Manual para
educadores, Barcelona, España, Garnica.
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¿Cuál o cuáles de los enfoques señalados piensa usted que son más adecuados para abordar
conflictos en el aula?
Para concluir este primer cuaderno, complete los siguientes enunciados acerca del
conflicto.
Bibliografía
34
Kathryn, G.y J. Koch (1996). Resolución de conflictos en las escuelas. Manual para
educadores, Barcelona, Garnica.
Ortega, P., R. Minués y P. Saura (2003). Conflicto en las aulas. Propuestas educativas,
Barcelona, Ariel.