1. LOS EFESIOS Esta carta comienza con un saludo diciendo “Ignacio, llamado también Teóforo, a aquella que es grandemente bendecida en la plenitud de Dios Padre, predestinada antes de los siglos a estar por siempre, para una gloria que no pasa, inquebrantablemente unida y elegida en la pasión verdadera, por la voluntad del Padre y de Jesucristo nuestro Dios, a la Iglesia digna de ser llamada bienaventurada, que está en Éfeso de Asia”, y luego en el comienzo del cuerpo de la carta, recuerda que han sabido llevar todo por la fe en Jesucristo, pero al mismo les dice, en cuanto que ellos se enteraron que iba a visitarlos , ellos se apresuraron a verle, pues con él tenían la misma fe y esperanza, sabiendo que debía combatir contra las bestias en Roma. Luego tiene un gesto de gratitud, para con Burro, Onésimo, Euplo y Frontón, en quienes él ha visto su gratitud, y les invita que todo lo que hacen sea para glorificación de Dios, en nuestro Señor Jesucristo, pero al mismo tiempo los exhorta a caminar de acuerdo con el pensamiento de Dios, sin olvidar que también se debe caminar con el pensamiento de acuerdo con el pensamiento del obispo, a quienes ya ellos habían elegido , es decir, que se sometan a una obediencia, como también a vivir en unidad, pues el obispo es el centro de la unidad, de tal manera que los invita a no poner resistencia al obispo, para estar sometidos a Dios. Él continuando con su carta, también los invita a ser cuidadosos, con aquellos que actúan con astucia, utilizando el nombre de Dios, para beneplácito humano y así actuando de manera indigna, que lleva a comportarse como salvajes. Y por eso dirá; “que nadie, pues, os engañe, como por otra parte no os dejéis engañar, siendo enteramente de Dios”. Y es por esto que advierte que algunos que son portadores de mala doctrina y recuerda que “vuestra fe os tira hacia lo alto, y la caridad es el camino que os eleva hacia Dios”. Y en cuanto los cristianos que están frente a los paganos, los motiva a “orar sin cesar” y de esta manera los anima a seguir con empeño, en reunirse para pedir a Dios acción de gracias, para que eso los lleve a callar contra todo desagravio y actuar con caridad constante, como verdaderos hijos de Dios. Y termina colocando, lo que ocurrirá con su vida, así pues dice; “Rogad por la Iglesia que está en Siria, de donde soy conducido a Roma encadenado, pues soy el último de los fieles de allá, y yo he sido juzgado digno de servir al honor de Dios. Me despido en Dios Padre y en Jesucristo, nuestra común esperanza”. 2. MAGNESIOS Esta carta, a los magnesianos, cuenta con 15 capítulos, y cominza con el saludo y a quien esta destina la carta, por ello al iniciar dirá; “Ignacio, llamado también Teóforo, a la Iglesia de Magnesia del Meandro que ha sido bendecida por la gracia de Dios el Padre en Cristo Jesús nuestro Salvador, en quien saludo, y le envío abundantes salutaciones en Dios el Padre y en Jesucristo”, pide al buen Dios que se tenga unidad entre la carne y el Espíritu y por eso el manifestó su alegría poder ver a esta Iglesia, así mismo, exalta a Dios Padre, pero haciendo la analogía, reconoce la universidad dl Obispo, por eso los pide una sinceridad de vida, de tal manera que dirá “es apropiado que no sólo seamos llamados cristianos, sino que lo seamos; tal como algunos tienen el nombre del obispo en sus labios, pero en todo obran aparte del mismo. Estos me parece que no tienen una buena conciencia, por cuanto no se congregan debidamente según el mandamiento” y por consiguiente, todo lo asemeja a una moneda, donde una cara es de Dios y otra cara es del mundo. Sin embargo, Ignacio, llama a la concordia, para alcanzar conformidad ante Dios, teniendo reverencia los unos hacia los otros, y como ejemplo de tenemos a Jesucristo, que no hizo nada sin el Padre y es así que vuelve a reafirmar la unidad que debe existir, para que las doctrinas extrañas no los logren seducir, evitando que se generen actitudes sin provecho. Si bien los profetas vivian según Cristo y por eso también fueron perseguidos, pero luego los discípulos, por causa de Jesús y al proponer una nueva forma de vivir, fueron sometidos a la persecución. Adicional a todo ello, agrega “Es absurdo hable de Jesucristo y al mismo tiempo practicar el Judaísmo. Porque el cristianismo no creyó (se unió) en el Judaísmo, sino el Judaísmo en el Cristianismo, en el cual toda lengua fue reunida a Dios”. Finalmente da una breve recomendación, diciendo; “Sabiendo que estáis llenos de Dios, os he exhortado brevemente. Recordadme en vuestras oraciones, para yo pueda llegar a Dios; y recordad también a la Iglesia que está en Siria de la que nos soy digno de ser llamado miembro. Porque tengo necesidad de vuestra oración unida a vuestro amor en Dios”. 3. ROMANOS La carta a los Romanos comienza con un saludo, dirigido a la Iglesia que es amada e iluminada por medio de la voluntad de Aquel que quiso todas las cosas que son, por la fe y el amor a Jesucristo nuestro Dios. Porque temo vuestro mismo amor, que no cause daño, porque vosotros os es fácil hacer lo que queréis, pero para mí es difícil alcanzar a Dios, a menos que seas clementes conmigo. Es decir que teme a la caridad por parte de la comunidad, pero sin embargo, lo único que busca es que se procuren en agradar a Dios antes que a los hombres, por so lo que se reciba, que no se reciba de mala gana, porque son instructores de otros, es decir, se convierte en testigo de Dios, a lo que él lo compara como el trigo, pues el dirá que es trigo de Dios, que es entregado a las fieras y que con ello llegara hasta Dios. Para llegar a afirmar que “Entonces seré verdaderamente un discípulo de Jesucristo, cuando el mundo ya no pueda ver mi cuerpo. Rogad al Señor por mí, para que por medio de estos instrumentos pueda ser hallado un sacrificio para Dios” Luego la carta en su desarrollo, hace notar el amor de Jesucristo por cada hombre, de tal manera que; “No tengo deleite en el alimento de la corrupción o en los deleites de esta vida, deseo el Pan de Dios, que es la carne de Cristo, que era del linaje de David; y por bebida deseo su sangre, que es amor incorruptible” y así, buscar no vivir más como los hombres, sino conforme al mandato de Jesucristo. Finaliza pidiendo que recen por él, y que dirijan a Dios sus oraciones, Pues Él es nuestro único pastor que guiara la vida de cada uno de los creyentes. 4. FILADELFIOS Esta es una de las carta que comienza elogiando al obispo, y por ello dirá: “he hallado que este obispo ostenta el ministerio que pertenece al bienestar común, no por sí mismo o por medio de hombres, ni para vanagloria, sino en el amor de Dios y el Padre y el Señor Jesucristo”, pero al mismo tiempo exhorta a la comunidad a evitar las divisiones y las doctrinas falsas, para que allí que esta el pastor de la Iglesia le sigan como ovejas, porque hay muchos lobos engañosos con deleites fatales. De tal manera que se abstengan de platas nocivas, que no son cultivadas por Jesucristo, porque no son plantadas por el Padre, porque si alguno sigue a otro que hace un cisma, no heredara el reino de Dios, y que por tanto, motiva a que viva la Eucaristía como centro de unidad. Luego en su carta, sigue insistiendo en no dejarse engañar por artes e intrigas de este mundo, porque los hombres sin Jesucristo, son sepulcros vacíos, y aun cuando ciertas personas han deseado engañarme según la carne, con todo, el espíritu no es engañado, siendo de Dios; porque sabe de dónde viene y adónde va, y escudriña las cosas escondidas. De tal manera que pide que no hagan nada sin el Obispo y mantengan la carne como un templo de Dios. De esta manera, presenta al Evangelio como superior al Antiguo Testamento, anunciando las buenas noticias de Antioquia. 5. ESMIRNIOTAS Se da gloria a Jesucristo, quien concede toda la sabiduría; porque he percibido que estas afianzados en la fe inamovible, puesto que Cristo sufrió por nosotros y si sufrió verdaderamente, de mismo modo que resucito verdaderamente, porque sé y creo que Él estaba en la carne después de la resurrección, porque cuando se presenta a Pedro les dice que coloque las manos sobre Él para mostrar que no es algo sin cuerpo. Por otra parte, ciertas personas, por ignorancia, niegan a Jesucristo, pero el que niega, también es negado ante los ojos de Dios. Para que los cargos no desvanezcan a ninguno, porque la fe y el amor lo son todo en todos, y nada tiene preferencia antes que ellos. Y así los que contradicen el buen Dios perecen por ponerlo en duda. Es bueno reconocer a Dios y al Obispo, porque el que hace algo sin el conocimiento del obispo rinde servicio al diablo. Y por tanto, para que vuestra obra pueda ser perfeccionada tanto en la tierra como en el cielo, es conveniente que vuestra iglesia designe, para el honor de Dios, un embajador de Dios que vaya hasta Siria y les dé el parabién porque están en paz. Finalmente, Ignacio quiere que todos sean imitadores de Cristo, puesto que administramos los misterios de Dios.