La actividad de indagar u investigar es una acción completamente inherente en el
ser humano, partiendo del interés de obtener información acerca de algo o alguien en dependencia de nuestras orientaciones y contextualización. La posibilidad de poder emprender un proceso investigativo es completamente extensa por la gran universalidad que este posee como característica. La utilidad de este proceso se sostiene en ampliar el conocimiento de la humanidad en temas realistas. Estos mismos deben ser planteados en torno al área de trabajo. Antes de emprender una investigación se deben establecer ideas, las cuales resultan ser el primer acercamiento de lo que se pretende investigar. También se debe dar un tiempo muy específico para poder definir tales ideas a partir de la observación de las fuentes existentes. Hoy en día podemos destacar que la más usual por estar al alcance de todos es el internet, sin embargo, también podemos mencionar otras como; libros, revistas, tesis, periódicos, foros u hasta en conversaciones y más. Es importante tomar en cuenta que las ideas pueden resultar ser repetitivas, pero cada personalidad tiende a plasmar una propia perspectiva, por lo tanto, es completamente vital poder conocer los antecedentes a través de los medios posibles y evitar que la información sea redundante. No esta demás adoptar recomendaciones para que esto no suceda, que la idea sea atractiva, novedosa y que posibiliten generar nuevas interrogantes son de las más destacadas. La orientación que se pretende dar a la investigación debe ser muy direccionada hacia enfoques específicos, teniendo como pilar métodos que sea adecuen a las necesidades, especialmente el científico y experimental. CONCLUSION A través de la información dada a conocer en el presente documento es notorio poder destacar la importancia de la selección y conocimiento de un método acorde a las necesidades de indagación propuestas. Como también la estrecha relación que conllevan las fuentes de absorción de ideas con la realidad de la contextualización. Tener enfoques concretos y saber controlar la temporalidad del proceso investigativo, son pilares justificables que nos orientan a la obtención de los objetivos claros y precisos generados desde la planificación correspondiente. El tipo de aprendizaje o conocimiento obtenido debe ser estrictamente de carácter significativo, aportando así una nueva perspectiva de experimentación al tema o reforzamiento en caso de que el mismo ya posea un historial. La investigación debe ser progresiva, por lo tanto, se espera que cada documentación que pueda generarse a futuro logre enriquecer el tema tratado, adaptando nuevos aportes que se dan a conocer en base a los medios y fuentes de investigación disponibles durante su presente. Hoy en día podemos destacar los medios tecnológicos como nuestros primeros apoyos para la obtención de antecedentes, mientras que con anterioridad se recurrían a literaturas u escritos específicos (bibliotecas). Al momento de desligar los pilares o fundamentos en la creación de una nueva investigación, nos conducimos a un resultado negativo, ya que la sincronización de los componentes debe ser congruente desde principio a fin. El no dar rienda a la posibilidad de presencia de este suceso asegura la obtención del éxito deseado.