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 Reflexión- María Camila Gamboa Duarte

En el ensayo del elogio de la dificultad de Estanislao Zuleta, nos invita a reflexionar


sobre la sociedad en la que vivimos, un mundo en el cual el facilismo y todas sus
formas de expresión han logrado carcomernos a tal punto de llevarnos a desear
siempre ser parte del grupo, a odiar lo diferente y querer volver al paraíso. En esta
sociedad abunda la pobreza mental, nos queremos sumergir en el “mundo feliz",
donde las dificultades no existan, y nuestras expectativas se tornan tan altas que nos
refugiamos en la conformidad, esperando a que llegue todo lo que deseamos de la
nada, como un milagro, tratamos de sustentar todos nuestros actos y los actos del otro
a través de la no reciprocidad lógica donde mis resultados fueron por motivos
externos aunque de lo mejor de mí y los resultados del otro sean causa de sus
actitudes y su ser y es el caso de Colombia ya que toda nuestra convivencia y
estructura social se basa en esto lo que sale de mi boca es la verdad “mi verdad" y
todo aquello que lo cuestione pasa a ser malo y se vuelve extraño pues le tenemos
miedo a cuestionar, a preguntarnos el porqué de las cosas es, una angustia ciega a
la razón, porque nos sentimos bien en la zona de confort en el grupo en la enferma
fraternidad que no hace más que corroer todo aquello con lo que se vincule sin
embargo, no perdemos la esperanza de que las luchas que emprendemos por cambiar;
esas luchas que se generan por la inconformidad, y de que algunos logren sus
objetivos y como nos dice la frase final lleguemos a obtener una altísima , existencia y
no cualquiera, sino la propia en la cual alcancemos el éxito sin importar que signifique
eso para cada uno de nosotros.

 Reflexión-María Fernanda Muñoz López


El escritor Estanislao Zuleta en su ensayo del elogio de la dificultad, nos habla de la
felicidad como una utopía, o sea una emoción o una acción que sea muy fácil de
conseguir o una felicidad inasequible, nos dice también que deseamos mal, no por las
cosas que deseamos, sino la manera en como planteamos para lograrla, ya que
anhelamos una felicidad sin tropiezos o soñamos y nos imaginamos con llegar a un
paraíso en el cual nos creamos ideas facilistas y queremos que todo sea hacedero o
en lo posible que nos lo regalen, donde no explotamos o estimulamos nuestro esfuerzo,
haciendo que no desarrollemos nuestra capacidad de luchar, que nos quedemos
estancados y no salgamos de nuestra zona de confort. De igual manera somos pobres
de mentalidad, nos da miedo cuestionarnos, no pensamos por si solos, nos da temor
fracasar y llegar a la frustración por no lograr nuestros objetivos o metas, y optamos
porque otras personas por medio de la autoridad o del poder, hablen y actúen sobre
nuestra vida y un claro ejemplo es la iglesia y la política, donde ajustamos nuestro vivir
a lo que ellos digan. Zuleta nos invita a vivir la vida con dificultad ya que sin esfuerzo y
sin lucha y que todo sea fácil, la vida sería aburrida y no tendría sentido.

 Reflexión-Lina Marcela Ospino Beleño

El escritor Estanislao Zuleta nos quiere demostrar y dar a entender el amor propio y el
sentido de nuestra vida. Muchas veces optamos por las cosas fáciles y envidiamos al
que le va bien deseándoles el mal. Él dice deseamos mal en lugar de desear una
relación compleja que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, lo
anterior, quiere dar a entender que debemos luchar por lo que queremos y por una
sociedad diferente, sin querer todo fácil y envidiando al otro por su superación, que
debemos cambiar nuestro pensamiento facilista y encontrar nuestra auto-superación. El
autor dice, no se trata de nuestra capacidad de alcanzar nuestros objetivos, sino ¿Qué
es lo que deseamos? ¿Cuál es el objetivo que nos proponemos? ¿son alcanzables o
inalcanzables? Y evidentemente es así nos creamos metas demasiado altas. El ser
humano puede lograr muchas cosas, pero muchas veces nos proponemos cosas que
se salen de nuestras manos y eso conlleva a la frustración. Zuleta nos dice, cada vez
miramos a las demás personas como nuestros enemigos, sin darles la oportunidad de
conocerlas, juzgamos todo el tiempo sin a veces escuchar la opinión de la otra persona
y creemos que sus argumentos son inválidos.

 Reflexión -María Fernanda Ortiz Herrera

El ser humano en todo el devenir de su historia se ha caracterizado por temerle a lo


diferente, a lo que lo saque de su zona de confort o de su estatus que le tenemos a la
frustración, a la superación, a la dificultad y hasta a la felicidad, queremos que todo sea
igual y no cambie según nuestro momento perfecto en el creemos haber encontrado la
tranquilidad. Elogio a la dificultad dejo en mí una gran repercusión y un mensaje claro,
tomo la dificultad como algo necesario para darle sentido a nuestra vida, a nuestro que
hacer. Cuando por el contrario de elogiar, le tenemos a la dificultad va a ser difícil llegar
a encontrar un éxtasis y una satisfacción personal inigualable. La dificultad no es algo a
lo que debamos huir o no es algo que lo tomemos como una figura inalcanzable,
inimaginable o simplemente imposible, debemos tomarlo como un proceso inmanente
al ser humano a ese ser humano que tiene que vivirla desde que nace hasta que de su
ultimo hálito de vida como una manera de darle sentido a sus acciones y
pensamientos. La dificultad es el camino no sé si correcto, pero si el mejor para crecer,
transcender, mejorar, avanzar y sobre todo superar. En ese camino de altos, bajos,
buenos, malos, peores, pero es el prototipo de sistema o esquema que hace que
nosotros aprendamos, crezcamos y soñemos en imposibles-posibles porque muchas
veces nuestras limitaciones son a causa de eso, de vituperar la dificultad.
SÍNTESIS DEL ENSAYO DEL ELOGIO DE LA DIFICULTAD-ESTANISLAO ZULETA

Después de confrontar y analizar las ideas del grupo, con base en el ensayo “El elogio
a la dificultad” del escritor Colombiano Estanislao Zuleta, logramos concluir que las
personas hemos adoptado una concepción errada de felicidad, idealizándola como
sinónimos de vida buena, satisfacción, superación y facilismo, llegando a construir
metas demasiado altas que se limitan en la medida en que no trabajamos por ellas,
esperando que llegue por una contingencia o circunstancia superior a nuestras
capacidades de pensar y actuar. A esto se suma el miedo que le tenemos al liderazgo
nos comportamos como ovejas pasivas esperando a ser dirigidas por alguien más,
perteneciendo siempre al rebaño, esa enferma fraternidad que nos idealizo a temerle y
a rechazar todo aquello que busca el cambio, o sea lo diferente y se rehúsa a seguir las
reglas debido a la falta de razonamiento y el seguimiento de los patrones sociales
evitamos contacto con cualquier cuestionamiento pues, lo consideramos como una
agresión.

Debido a nuestra falta de respeto por las diferencias, a la hora de hacer juicios
caemos en una no reciprocidad lógica donde nuestras acciones y sus resultados
son justificados desde el circunstancialismo y los del contrario o de la otra persona
desde un esencialismo limitado, es decir defendemos nuestros actos con el argumento
de que aquel resultado se vio afectado por causas externas y no porque no hallamos
echo lo posible por lograr un buen fruto, mientras que las consecuencias de mi opositor
son a raíz de su intelecto.

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