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Una cultura reformista para el

Chile del siglo XXI: Libertad,


justicia y democracia representativa

1
El Estado que no cuenta con
medios de cambio no cuenta con
medios de conservación.

Edmund Burke 1

Las reformas son las únicas que


impiden las revoluciones.

José Victorino Lastarria


Federico Errázuriz 2

Existen muchas y muy diversas


causas para explicar el “malestar”
que afecta a Chile, y todavía está
por verse cuáles serán las utiliza-
das por los historiadores del futu-
ro cuando ensayen explicaciones
relativamente racionales y convin-
centes de lo que estamos viviendo tera? ¿Debemos renegar de nuestro
como sociedad. Hay, sin embargo, pasado, instituciones y formas de re-
dos cuestiones que todo análisis lacionarnos? En este documento se
sobre la materia debería conside- plantea la siguiente hipótesis: con-
rar: en primer lugar, que lo sucedi- cordando que el país no volverá a ser
do en el país hace ya casi dos años el mismo; aceptando las reflexiones
cambió estructuralmente nuestra más pesimistas surgidas al calor del
convivencia política. Chile no será llamado “estallido social” y que tien-
-no puede ser- igual a como era -o den a ser más inculpatorias que ex-
creíamos que era- hasta octubre de plicativas; reconociendo que el Chile
2019, por lo que toda pretensión de del siglo XXI debe ser el resultado de
retroceder el reloj al 17 de ese mes un gran y profundo remezón, soste-
será un ejercicio infructuoso. Cual- nemos que la canalización de la crisis
quiera sea el resultado de las elec- será más efectiva y perdurable en el
ciones presidenciales y del proceso tiempo si consideramos el aprendi-
constituyente; cualquiera la visión zaje acumulado a lo largo de nuestra
que tengamos de lo que era o de- historia republicana, en especial el
bió haber sido Chile, el resultado objetivo reformista, más que revolu-
será diferente, novedoso, original. cionario, de sus protagonistas. Vere-
Similar a lo que sucede con los hí- mos que hablar de “reforma” no le
bridos: el producto de la sumatoria quita radicalidad ni profundidad a las
entre A y B no es AB, sino A+B=C3. modificaciones que habrán de intro-
ducirse, como tampoco significa re-
La pregunta que debemos hacer- plicar las recetas utilizadas en déca-
nos, y esta es la segunda cuestión, das anteriores. Más bien, implica que
es si acaso esa nueva sumatoria de- no es necesario ni verdaderamente
bería seguir el inexorable camino útil comenzar el país todo de nuevo,
de la refundación. O, para ponerlo como si nos encontráramos en 1810
en términos más simples, ¿has- y nos viéramos ante la necesidad de
ta dónde es conveniente no sólo construir desde foja cero todo el en-
cambiar el “modelo”, sino también tramado institucional.
cada uno de sus elementos consti-
tutivos, como la economía social de Una hipótesis complementaria plan-
mercado, el sistema presidencial, tea que el reformismo del siglo XXI
la bicameralidad y un largo etcé- debe abarcar distintas tradiciones si

1
Arturo Fontaine Talavera (editor), “Selección de Escritos Políticos de Edmund Burke”, en Estudios Públicos 9, 1983, p. 145.

2 José Victorino Lastarria y Federico Errázuriz, Bases de la reforma, Imprenta del Progreso Santiago, 1850, p. 9.
2

3
Serge Gruzinski, El pensamiento mestizo, Paidós, Barcelona, 2000.
es que pretende influir en la toma
de decisiones y perdurar en el tiem-
po. Conservadores, liberales, soci-
alcristianos y comunitaristas están
llamados a confluir en un proyecto
que no se oponga a los cambios,
sino que busque llevarlos a cabo de
forma gradual y siempre dentro de
la institucionalidad conocida. Dichas
escuelas de pensamiento descreen
de la ingeniería social, es decir, de la
supuesta capacidad de los Estados
o gobiernos de construir un modelo
de sociedad de arriba hacia abajo y
en nombre del “bien común”. En ese
sentido, prefieren la moderación y la
participación de la sociedad civil en
la generación de políticas públicas
de largo alcance, conscientes como
son de la imposibilidad de carac-
terizar bajo un concepto unívoco y
monolítico una sociedad compleja y
heterogénea como la chilena.

A continuación, presentaremos al-


gunas causas generales del “males-
tar”, para lo cual nos enfocaremos
sobre todo en cómo ha afectado a
la clase media chilena el “modelo
de desarrollo” de los últimos treinta
años. Luego, analizaremos los prin-
cipales rasgos de la cultura refor-
mista en Chile, la que se construye
a partir de tres conceptos organi-
zadores: “libertad”, “democracia re-
presentativa” y “justicia”. El objetivo
es comprender de qué manera la
“reforma” se diferencia tanto de la
“refundación” como del “inmovilis-
mo reaccionario”. Finalmente, estu-
diaremos con ejemplos concretos
algunas áreas en que una posición
con esas características podría ser
adoptada por el amplio espectro
que hoy pretende congregar a con-
servadores, liberales, socialcristia-
nos y comunitaristas.
3
¿Cómo llegamos hasta acá?

Si bien la intención de este docu-


mento no es ahondar en la crisis
que atraviesa el país, vale la pena
preguntarse por qué y cómo llega-
mos hasta acá. Y dentro de dicha
reflexión, examinar el papel de la
dirigencia política de las últimas
décadas con el fin de diagnosticar y
avanzar hacia el futuro. Este ejerci-
cio de autorreflexión es tanto valo-
rativo como prospectivo.

Los cuatro gobiernos de la Concer- para lo que ofrece el Estado y de-


tación tuvieron como prioridad con- masiado pobre para lo que ofrece
solidar las instituciones democráti- el mercado. Esto significa que sus
cas y resolver los problemas sociales integrantes entran de manera des-
que afectaban a los chilenos, como ventajosa en todos los subsistemas
la pobreza, la escasez de viviendas, sociales: no disfrutan ni de los meca-
la cobertura escolar y la deficiente nismos estabilizadores de la pobreza
infraestructura. En el corazón de ese ni de aquellos de la riqueza. La cre-
modelo de desarrollo se encontraba ciente deuda es el reflejo económico
una combinación entre dinamismo de dicha integración deficiente.
económico y políticas sociales finan-
ciadas fundamentalmente a partir Uno de los golpes de gracia a esta
del crecimiento. Bajo esta lógica se inestabilidad estructural está dado
logró una exitosa reducción de la po- por el proceso demográfico: la jubi-
breza en términos porcentuales, así lación precaria de los nacidos entre
como también garantizar servicios fines de la década de 1940 e inicios
mínimos a la población, de la mano de la de 1960 es un tsunami gene-
de una fuerte expansión de la eco- racional. El índice de fecundidad (hi-
nomía, de los salarios reales y de las jos promedio por mujer) de aquellos
oportunidades de empleo. Algo no años era de alrededor de 5, cayen-
muy distinto logró el primer gobier- do a 3 a inicios de los años setenta
no de Sebastián Piñera, quien en lo (hoy ronda 1,5). ¿Qué implica esto?
grueso siguió el mismo camino de la Que una pareja promedio de chile-
Concertación. Sin embargo, ni la cen- nos de clase media nacidos en 1980
troizquierda ni la centroderecha ad- tendrá, cada cual, entre uno y dos
virtieron a tiempo las tensiones que hermanos. Cuando sus padres, naci-
venían creciendo y arrastrándose si- dos alrededor de 1955 y con una tra-
lenciosamente durante las últimas yectoria laboral precaria, se jubilen,
décadas, en especial al interior de las el cuidado de ellos, con costos cre-
distintas capas de la clase media. cientes, deberá ser distribuido en-
tre esos hermanos durante 15 años.
En efecto, la crisis social chilena es, Cada uno de esos hermanos, a su
en buena medida, una crisis econó- vez, vive mucho mejor que sus pa-
mica e institucional de las unidades dres, pero fuertemente endeudado.
domésticas de clase media. Ellas se El costo que supone ayudar a la ge-
encuentran sobrecargadas de fun- neración anterior simplemente des-
ciones y expectativas, a la vez que carrila el presupuesto familiar.
desprovistas de los apoyos básicos
para sostener dichas cargas. La cla- Fue este tipo de problemas sociales
se media chilena es demasiado rica que la dirigencia política no quiso o
4
no pudo abordar política ni intelec-
tualmente, consecuencia de lo cual
fueron las fuertes movilizaciones en
2011 y luego en octubre de 2019. Más
allá de las diferencias respecto del
diagnóstico de sus líderes y de sus
excesos retóricos, las movilizacio-
nes encontraron eco en la ciudada- Lo segundo es preguntarse dónde
nía y se expresaron sin piedad ante fallaron las dos grandes coaliciones
un sistema que no supo descifrar el que nos gobernaron desde el retor-
descontento que se escondía detrás no de la democracia. En su segundo
de estos movimientos. Las causas gobierno, Michelle Bachelet reco-
de las movilizaciones son múltiples gió acríticamente la agenda de los
y muchas veces disímiles entre sí. movimientos sociales y quiso darles
Con todo, en la mayoría se repite un forma política, particularmente en
factor que las aglutina: las carencias educación, sin advertir que los voce-
materiales que día a día enfrentan ros de los movimientos sociales no
millones de chilenos, y que se ven representaban necesariamente el
reflejadas en el endeudamiento, los sentir de la ciudadanía, la que mu-
precios de los medicamentos, las chas veces apoyó las protestas más
alzas del transporte público y la in- como reacción a ciertos desconten-
flación subterránea. Las consignas tos que por coincidir en las propues-
contras las AFPs, las Isapres y las tas específicas del movimiento estu-
colusiones refieren, en efecto, a esa diantil. De algún modo, el segundo
nada despreciable cantidad de in- mandato de Bachelet se caracteri-
dividuos y familias que no cuentan zó por representar más el sentir de
con lo suficiente para llegar a fin de ciertos grupos de interés que el de
cada mes. la mayoría del país, quedando así
nuevamente postergadas materias
¿Cómo buscar un camino de salida? que son fundamentales para el de-
Lo primero es entender el ejercicio sarrollo del país. Esta desconexión
político de otro modo. No como un de la izquierda bacheletista podría
medio para enaltecer al soberano, explicar la fisonomía pluriclasista de
sino como una herramienta tera- las protestas que han azotado al país
péutica. La política como curación desde octubre de 2019.
del cuerpo social. No como una es-
trategia de administración de pa- Ahora bien, la obsesión de algunos
siones voraces, sino como una em- sectores de derecha en cuanto a que
presa que busque su moderación. el crecimiento económico soluciona
El tratamiento de males diversos, las deficiencias e injusticias del mo-
muchos de ellos crónicos, con la ar- delo es sesgado y simplista. Los em-
monía como horizonte. Es momento presarios y tecnócratas que renie-
de que volvamos a discutir pública- gan de la política han olvidado los
mente sobre los bienes humanos y dos principios fundamentales de un
su jerarquía. Sobre la antropología capitalismo en forma y dinámico: la
detrás de nuestras instituciones. No inexistencia de privilegios y la com-
es otro “relato” el que los gobiernos petencia leal. Si la colusión es un me-
necesitan para legitimarse, sino otro canismo monopólico en el cual se
concepto de desarrollo, incluyen- refugian unos pocos privilegiados, el
do otra visión sobre lo que significa pago a 60 días es, a su vez, un abuso
ejercer el poder. flagrante que cometen los grandes
5
contra los pequeños y medianos. En
ello no hay nada que nos recuerde
a Adam Smith; muy por el contrario,
hay un capitalismo irresponsable y
anticompetitivo, que se parapeta en
un discurso anti-estatal por conside-
rar que cualquier tipo de regulación
va en contra del crecimiento econó-
mico. Como bien ha demostrado la
historia política, cuando actúa im-
parcialmente –fiscalizando las in-
dustrias monopólicas y subiendo la
carga impositiva cuando las circuns-
tancias así lo requieren- el Estado
puede transformarse en el mejor
garante de la libertad. y reflexiva a la hora de reformar el
sistema que tanto defendió desde
Porque detrás de esto hay también 1990. Abundó más la inercia que la
una muy baja comprensión por par- iniciativa y la acción, resultado de lo
te de la derecha de las distintas tradi- cual fue un modelo que, aun cuan-
ciones liberales que se han dado cita do generó prosperidad y avances
en el país. Buena parte del sector se significativos en la reducción de
tragó el argumento de que para ser la pobreza, no logró resguardar de
“liberal” bastaba con el laissez faire buena forma a grandes sectores de
de los 90; que lo verdaderamente la población. Así, cuando el estallido
relevante era que el país creciera lo social y la pandemia del COVID-19
más posible, sin importar los efectos tocaron a nuestra puerta y miles de
de una economía desregulada. Se chilenos perdieron sus empleos, em-
han hecho esfuerzos para promo- prendimientos y avances educacio-
ver una competencia más eficiente nales, caímos en cuenta de que algo
(la Fiscalía Nacional Económica, el estaba mal; de que algo deberíamos
Sernac y el Tribunal de Defensa de la haber hecho para mejorar las condi-
Libre Competencia son tres buenos ciones de sobrevivencia de las fami-
ejemplos de cómo una economía lias chilenas, cansadas de vivir bajo
puede, sin dejar de ser capitalista, la eterna promesa de lo imposible.
mejorar sus estándares competiti-
vos). Pero todavía falta mucho para Esta ausencia de reformas opor-
que el empresariado del país com- tunas ha generado, en resumen,
prenda que el Estado puede ser el un nivel de presión que cada vez
principal defensor de la libertad in- se vuelve más difícil de someter a
dividual. Por de pronto, en todo lo un ritmo de cambio equilibrado.
que dice relación con la igualdad Tal como el shock de la migración
ante la ley y el emparejamiento de campo-ciudad a comienzos de la
la cancha. segunda mitad del siglo XX reventó
la máquina institucional, la transi-
Por lo visto hasta aquí, se podría con- ción masiva de la pobreza a la clase
cluir que la clase política “binomi- media amenaza con reventar nues-
nal” no fue suficientemente abierta tro aparato administrativo.
6
Buscando los orígenes
del reformismo

Hay distintas razones históricas y de


contingencia política que explican
por qué hoy es un buen momento
para que conservadores, liberales,
socialcristianos y comunitaristas
busquen construir un proyecto ma-
yoritario de futuro. Muchas veces ri- estructurales, a través de la institu-
vales a lo largo de la historia, tienen cionalidad democrática, procuran-
ahora la oportunidad de dejar sus do acuerdos y con la gradualidad
diferencias de lado y abocarse a la que imponen la realidad y las cir-
preparación de un programa políti- cunstancias. Dicha postura descree
co, social, económico y cultural que a su vez de las certezas plenas y los
vaya más allá de la división taxativa modelos que todo lo explican. Por
entre derechas e izquierdas. Con el eso privilegia el cambio gradual, el
ánimo de ordenar el debate, vale la aprendizaje paulatino, el prudente
pena preguntarse por los elemen- ensayo y error.
tos que podrían unir a dichas tradi-
ciones. Sobresale aquí un concepto El concepto de reforma ha sido utili-
muchas veces utilizado pero pocas zado por distintos sectores -primero
veces definido de manera cabal: el por conservadores y liberales, luego
de “reforma”. Un término que en las por radicales, socialcristianos y so-
últimas décadas no ha gozado de cialdemócratas- con el propósito de
buena salud entre los chilenos, para enfatizar que los cambios pueden y
quienes la “reforma” (y sus sucedá- deben realizarse en un esquema ins-
neos) ha terminado significando titucional respetuoso de las distintas
todo lo malo de la política local: la instancias y estructuras que confor-
“cocina”, la “transaca”, los “no-cam- man el sistema político chileno. La
bios”. Como resultado de lo anterior, historiografía clásica señala que el
se ha perdido de vista la historia del “régimen conservador” de Diego
reformismo chileno y sus distintos Portales impuso a revolucionarios y
cultores, así como los objetivos de revoltosos el “peso de la noche”, ga-
un tipo de visión de mundo que, pre- rantizando así el orden que, se creía,
cisamente por ser reformista, no es era prerrequisito insustituible de la
ni “refundacional” ni “reaccionario”. construcción de la república. Una
interpretación distinta -que com-
El reformismo tiene una larga tra- partimos- enfatiza, por el contrario,
dición en el Chile republicano. De que incluso durante las tres décadas
hecho, las épocas en que nuestro de gobiernos conservadores (1831-
país más ha prosperado han estado 1861) existió y se fue reforzando un
marcadas por políticas reformistas consenso básico en torno a ciertos
que han posibilitado períodos de ideales liberales, como las libertades
desarrollo y progreso. Al contrario, civiles y la noción de “progreso”.
cuando se han intentado transfor-
maciones refundacionales, han so- Incluso las tendencias autoritarias
brevenido fuertes confrontaciones de Manuel Bulnes y Manuel Montt
políticas y divisiones en la sociedad tuvieron como horizonte la cons-
que han terminado en rupturas trucción gradual de un régimen de
institucionales e incluso guerras libertad. En palabras del historiador
civiles. El reformismo chileno se inglés Simon Collier, “hay un sentido
sustenta en la voluntad de llevar subyacente en que tanto la mirada
adelante transformaciones, incluso conservadora como la liberal caen
7
dentro de los límites del liberalis-
mo del siglo XIX […] [que], como sa-
bemos, era una congregación muy
amplia”4. Esta convergencia permi- En este ejercicio reformista y de
tió, después de 1861, la consolidación aprendizaje paulatino sobresale,
de una república cuya práctica po- hasta la década de 1840, una visión
lítica -y ya no sólo su discurso- era negativa de la democracia, la cual
decididamente liberal. Sol Serrano era asociada tanto a los gobiernos
e Iván Jaksic identifican tres hechos de los “antiguos”, esencialmente
que marcaron esta manera de com- pequeños territorial y demográfica-
prender el liberalismo chileno du- mente, como a la “anarquía” políti-
rante el siglo XIX. Primero, todas las ca de los revolucionarios franceses8.
fuerzas políticas -y no únicamente Como consecuencia, las constitu-
las que se llamaban a sí mismas “li- ciones de 1828 y 1833 establecieron
berales”- estaban de acuerdo en que que el gobierno chileno se regiría
el sistema republicano era la mejor mediante el sistema “representati-
forma de gobierno para Chile. Se- vo popular”, pero sin hacer mención
gundo, la tensión central entre las a la democracia9. Fue a partir de
distintas posiciones estuvo dada los años cuarenta que la democra-
por la lucha entre el poder Ejecu- cia comenzó a aparecer en térmi-
tivo y el Legislativo, buscándose el nos positivos, aunque sólo una vez
equilibrio entre ambos. Tercero, las que a ella se le sumó el concepto
transformaciones “de carácter libe- de “representación” 10. Intelectua-
ral” se lograron a través de refor- les como Pedro Félix Vicuña argu-
mas y no revoluciones5. mentaron que la democracia era la
consecuencia lógica de la repúbli-
De ahí, pues, que los conservadores ca, en la medida en que el “sistema
no fueran los únicos arquitectos de democrático se ha establecido en-
la república. Enfrentado a la disyun- tre nosotros desde que hicimos la
tiva de derogar o reformar la Cons- revolución de la independencia” 11.
titución de 1833, ya en 1850 José Sin embargo, en comentarios que
Victorino Lastarria, junto a Federi- recuerdan a Benjamin Constant, Vi-
co Errázuriz, escribía: “Las reformas cuña aclaró en 1841 que existía una
son las únicas que impiden las revo- diferencia fundamental entre la
luciones. Las reformas que nosotros “democracia de los antiguos” y la de
creemos más adaptables a las cir- los “modernos”, siendo la segunda
cunstancias presentes de Chile, las más adecuada a su contexto dado
únicas que a nuestro juicio pueden su carácter representativo12.
facilitar su desarrollo y encaminar-
lo a un alto grado de prosperidad y La democracia representativa, me-
a la más perfecta realización en lo diante la cual la ciudadanía elige a
futuro del sistema democrático”6. sus “representantes” en elecciones
Lastarria y la mayor parte de sus periódicas con el fin de que sus in-
correligionarios optaron, en conse- tereses sean “representados” nacio-
cuencia, no por la ruptura sino por nalmente, comenzó a abrirse paso
la mejoría de la Constitución, dan- entre las opciones políticas en jue-
do razón de ser a lo que sería una go, e incluso los sectores conserva-
constante del liberalismo chileno: la dores la hicieron suya a partir de la
cultura reformista7. elección presidencial de 184613.
4
Simon Collier, Chile: The Making of a Republic 1830-1865, Cambridge University Press, Cambridge, 2003, pp. 122-123.
5
Iván Jaksic y Sol Serrano, “El gobierno y las libertades. La ruta del liberalismo chileno en el siglo XIX”, Estudios Públicos, 118, 2010, p. 71.
6
José Victorino Lastarria y Federico Errázuriz, Bases de la reforma, Imprenta del Progreso Santiago, 1850, p. 9.
7
Cf. Juan Luis Ossa, Chile Constitucional, Fondo de Cultura Económica, Santiago, 2020.
8
Javier Fernández Sebastián, “Democracia”, en Javier Fernández Sebastián y Juan Francisco Fuentes (eds.), Diccionario político y social del siglo XIX espa-
ñol, Alianza Editorial, Madrid, 2002; Joanna Innes y Mark Philp (eds.), Re-imagining democracy in the Age of Revolutions. America, France, Britain, Ireland
1750-1850, Oxford University Press, Oxford, 2013; y Gerardo Caetano, “Itinerarios conceptuales de la voz ‘democracia’ en Iberoamérica (1770-1870), en Javier
Fernández Sebastián (dir.), Diccionario político y social del mundo iberoamericano. Democracia, Fundación Carolina, Sociedad Estatal de Conmemora-
ciones Culturales, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2014; François Furet, Revolutionary France 1770-1880, Blackwels, Oxford, 1992;
William Doyle, Origins of the French Revolution, Oxford University Press, Oxford, 1999; y Patrice Gueniffey, La Revolución Francesa y las elecciones. Demo-
cracia y representación a fines del siglo XVIII, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 2001.
9
Marcelo Casals, Andrés Estefane y Juan Luis Ossa, “From rejection to acknowledgement and dispute: four moments in the origins of Chilean representati-
ve democracy, 1822–1851”, Journal of Iberian and Latin American Studies, volume 26, número 2, 2020.
10
Bernard Manin, Los principios del gobierno representativo, Alianza, Madrid, 1999.
11
El Elector Chileno, 3 de abril de 1840, número 1, pp. 1-4
12
El Elector Chileno, 24 de abril de 1841, número 3, pp. 3-4. Véanse los comentarios de Constant sobre la libertad de los “antiguos” y de los “modernos” en su
Principios de política aplicables a todos los gobiernos, Liberty Fund and Katz Editores, Buenos Aires, 2010, pp. 397, 398, 408, 412 y 415.
13
Casals, Estefane y Ossa, “From rejection to acknowledgement”.
8 .
De ese modo, la competencia elec-
toral14, sumada a la creación de los
partidos políticos15 y del auge de los
grupos provinciales durante el go- ciones maximalistas que dividieron
bierno de Manuel Montt16, valoraron al país en tres tercios excluyentes y
y dieron contorno a la incipiente de- totalizantes. Si bien de distinto sig-
mocracia representativa chilena. Un no político, compartían el mismo
tipo de gobierno que puede ser ca- denominador común: “la convicción
talogado al mismo tiempo de liberal de que es posible construir una so-
y conservador, en tanto sus bases ciedad desde arriba mediante un
fundantes -la igualdad ante la ley, diseño abstracto, sin mayor consi-
la constitucionalización de la toma deración por la realidad cultural y
de decisiones y el equilibrio de po- social” 17. La ingeniería social que su-
deres- se consolidaron a través de pone esta posición es quizás la prin-
reformas graduales más que de mo- cipal característica de lo que Mario
vimientos revolucionarios. Góngora denominó como “planifi-
caciones globales”, y que pueden
Esa cultura reformista experimentó resumirse en que todo cambio está
una fuerte ruptura en 1891, cuando llamado a refundar los cimientos
las diferencias en el ámbito consti- históricos de la convivencia política,
tucional y otras referidas al rol del social y económica de un país de-
Estado y de la economía hicieron terminado. Es a lo que apuntaron el
imposible que los sectores políticos proyecto desarrollista de la CEPAL,
en pugna llegaran a un acuerdo. El la Unidad Popular a principios de los
resultado fue una sangrienta guerra setenta y la dictadura militar a partir
civil cuyas consecuencias se hicieron de 197318. En todos esos casos, sobre-
sentir hasta bien entrada la tercera sale el convencimiento “de que se
década del siglo XX. A partir de en- puede construir una estructura so-
tonces, se pueden reconocer nuevos cial concebida intelectualmente por
períodos en que volvió a primar una los hombres, e impuesta de acuerdo
cultura reformista, sobre todo en la a un plan, sin tener en consideración
experiencia de los gobiernos radi- los procesos culturales evolutivos” 19.
cales y hasta el gobierno de la De-
mocracia Cristiana. Durante el de- Así, a diferencia de los proyectos
nominado “Estado de compromiso” constructivistas y de la ingeniería
(1938-1970), la sociedad chilena vivió social, la cultura reformista no as-
una importante transformación mo- pira a refundar de arriba a abajo lo
dernizadora, cuando gobernó una conocido, sino a introducir modifi-
coalición de partidos de izquierda caciones graduales en la realidad
que, bajo el liderazgo de los radica- material. Esto no debe confundirse,
les, mantuvo una actitud de respeto sin embargo, con el “inmovilismo
a la institucionalidad democrática y reaccionario”, una posición que, tal
conciliadora con los grupos domi- como dice su nombre, nubla toda
nantes. Lo mismo puede decirse del posición de cambio. Pensando en
gobierno de la Democracia Cristiana el siglo XXI, conviene concentrar la
que, aún en un contexto de extre- mirada en dos conceptos comple-
ma ideologización, representó una mentarios para comprender el tipo
alternativa reformista –inspirada en de reformismo al que deberían en-
la tradición socialcristiana- frente al caminarse conservadores, liberales,
espíritu revolucionario que recorría socialcristianos y comunitaristas: li-
América Latina después de la Revo- bertad y justicia.
lución Cubana.
Las sociedades modernas requie-
Lamentablemente, a fines de los ren libertad para emprender, crear
años sesenta este espíritu “refor- y expresar opiniones; libertad para
mista” terminó cediendo ante posi- educar a nuestros hijos según crite-
14
Samuel Valenzuela, Democratización vía reforma: la expansión del sufragio en Chile, IDES, Buenos Aires, 1985.
15
Timothy Scully, Los partidos de centro y la evolución política chilena, CIEPLAN, Santiago, 1992.
16
Joaquín Fernández, Regionalismo, liberalismo y rebelión. Copiapó en la Guerra Civil de 1859, Ril Editores, Santiago, 2016.
17
Francisca Echeverría, “El rediseño de Chile. La crítica de Góngora a las planificaciones globales”, Punto y Coma 4, Instituto de Estudios de la Sociedad,

9
Santiago, marzo, 2021, p. 37.
18
Mario Góngora, Ensayo sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX, Editores La Ciudad, Santiago, 1981.
19
Friedrich A. Hayek, El Mercurio, 19 de abril de 981. Citado en Góngora, Ensayo, p. 137.
rios propios y no impuestos; libertad
para elegir nuestro credo religioso
(o simplemente libertad para elegir
no tener un credo); libertad de movi-
miento; libertad para disentir; liber-
tad para desarrollar distintos tipos
de vida sin ser castigados ni repren-
didos por ello. Es decir, cuotas equi- los primeros treinta años después
valentes de lo que el pensador bri- de 1990, en el binomio “crecimiento/
tánico Isaiah Berlin denominó como igualdad” heredero de la Concerta-
“libertad negativa” y “libertad posi- ción. Refiere a un tipo de economía
tiva”; la primera entendida como el que, reconociendo e impulsando el
deseo de no ser coartado u obligado papel de cada persona y grupo in-
por alguien o algo, la segunda como termedio en la sociedad, entrega
la capacidad de autorrealización (o una base común solidaria para que
el “para” algo). Al estar la vida huma- nadie quede desamparado. Para
na llena de ejemplos en los que indi- que ello ocurra, el Estado no sólo
viduos y colectivos buscan tanto en- debe ser visto como un “generador
sanchar su libertad individual como de oportunidades” y un “eliminador
mejorar sus condiciones materiales, de abusos”, sino como un procura-
ambas libertades pueden coexistir y dor de políticas públicas cuyo fin es
no son excluyentes20. crear mayores espacios de justicia
y mejores políticas de crecimiento.
Del mismo modo, la justicia no se Tanto Estado como sea necesario,
contrapone a la libertad, en especial tanto mercado y sociedad civil como
cuando esta es entendida desde la sea posible.
perspectiva de la “libertad positiva”.
Las injusticias pueden asemejarse a Al respecto, debemos recordar que
las desigualdades, pero no necesa- el Estado y el mercado se necesitan
riamente significan lo mismo. Bien mutuamente. Autores como Luigi
sabemos que una “desigualdad” Zingales han señalado la conve-
puede ser culturalmente explicada; niencia de encaminarse hacia una
no obstante, una “injusticia” suele suerte de capitalismo compasivo, es
llevar aparejada la intervención ar- decir, un capitalismo más humano,
tificiosa de un tercero. Para que eso idea que ya aparecía en el famoso
no ocurra, al Estado le cabe la misión libro Salvando al capitalismo de los
de emparejar la cancha con el obje- capitalistas21. Las implicancias de
tivo de que la igualdad ante la ley se esta perspectiva saltan a la vista: las
transforme en una verdadera y per- empresas no deben enfocarse sólo
durable igualdad de oportunidades. en generar utilidades, sino que tie-
Su objetivo es generar las acciones, nen la responsabilidad de jugar un
redes y estructuras necesarias para rol social, asegurando la prosperidad
conseguir que los que comienzan de sus empleados y protegiendo las
con desventaja puedan llegar más comunidades en las que se desa-
lejos, en base a sus esfuerzos y al rrollan22. Esta suerte de “liberalismo
propio mérito, y para que las des- social” tiene su correlato político en
igualdades inmerecidas, propias del lo que Miguel Ángel Centeno ha re-
origen y el estatus, desaparezcan. sumido como los dos grandes pro-
pósitos del liberalismo del siglo XXI:
¿Es posible abrazar las ideas de jus- proteger los derechos de propiedad,
ticia y al mismo tiempo reconocer por una parte, y los derechos de ciu-
que el libre mercado y la propiedad dadanía, por otra. Es esta combina-
privada tienen valor en la sociedad? ción la que permite la interacción
Por supuesto: es lo que histórica- entre mercados y democracia, entre
mente se ha llamado como econo- acumulación de riqueza e igualdad
mía social de mercado y que en Chi- política; cada tipo de derecho actúa
le se manifestó, al menos durante como freno o cortapisa del otro23.
20
Isaiah Berlin, “Two Concepts of Liberty”, en Four Essays On Liberty, Oxford University Press, Oxford, 1969.
21
Raghuram Rajan y Luigi Zingales, Saving capitalism from the capitalists: how open financial markets challenge the establishment and spread prosperity
to rich and poor alike. Currency, 2003.
22
Luigi Zingales, A capitalism for the people: Recapturing the lost genius of American prosperity. Basic books, 2012.
23
Miguel Ángel Centeno, Liberalism and the Good Society in the Iberian World, The ANNALS of the American Academy of Political and Social Science, 610,

10 2007, pp. 45-72.


Resaltan, en definitiva, tres elemen-
tos cuando se estudia el reformis-
mo en clave histórica: en primer lu-
gar, la convicción de que el cambio
gradual y constante en sociedades
complejas no sólo es inevitable, sino
también conveniente. “Las reformas
tempranas son arreglos amistosos
con un amigo que detenta el po-
der”, decía Edmund Burke, mientras
que “las reformas tardías son tér-
minos impuestos al enemigo con-
quistado”24. El reformista se distan-
cia tanto del maximalista que cada
cierto tiempo comparece ante la ne-
cesidad de refundar el sistema polí-
tico-económico a través de posturas
revolucionarias, como del inmovi-
lista reaccionario que, por temor a
lo desconocido, opta por aferrarse
al statu quo. En segundo lugar, la
cultura reformista desconfía de las
planificaciones globales y la inge-
niería social, demostrando con ello
una inclinación que es conservadora
y liberal al mismo tiempo. Conserva- lo que sostendrían diversos liberta-
dora, ya que se opone a la demoli- rios. Por el contrario, ambas se com-
ción de las instituciones conocidas o plementan y se enriquecen mutua-
tradicionales por el mero hecho de mente. Mientras más justicia exista
que un grupo o facción política así lo en una sociedad determinada, más
estipule. Liberal, pues al oponerse al libre serán sus componentes para
estatismo desmedido, promueve la desarrollar sus respectivas formas
libertad individual y la limitación del de vida.
poder. Ahora bien, y este es el tercer
elemento, el reformista deposita en Si es cierto que vivimos una crisis so-
la “libertad negativa” y en la “liber- cial y que hay demasiadas reformas
tad positiva” una confianza similar, que no se hicieron a tiempo, estar
a sabiendas de que el individuo vive dispuestos a desperdiciar años an-
en comunidad y le entrega al Estado tes de emprenderlas es suicida. La
parte de su libertad con el objeto de mejor perspectiva de lo que viene es
contar con instituciones públicas le- pensar que muchas reformas socia-
gítimas y perdurables en el tiempo. les e institucionales son necesarias
En ese sentido, libertad y justicia no para el ajuste entre estructura insti-
son polos opuestos, a diferencia de tucional y política.

Arturo Fontaine Talavera (editor), “Selección de Escritos Políticos de Edmund Burke”, en Estudios Públicos 9, 1983, p. 146.
11
24
Una cultura reformista para el
siglo XXI
El estallido social fue una sorpre-
sa para toda la clase política. Con
el triunfo de Sebastián Piñera en la
última elección presidencial, parte
importante de la derecha asumió
que con ello se confirmaba que el
malestar que inspiró las reformas
del último gobierno de Michelle Ba-
chelet era un invento de la izquier-
da. Vino así un primer gabinete sin directamente. No hay oferta en esos
complejos, aunque rápidamente fue términos en el presente: la izquierda
posible anticipar el tipo de dificulta- ha asumido que las mayorías bus-
des que se presentarían en el futuro: can transformaciones radicales (y un
la derecha carecía de diagnóstico y Estado omnicomprensivo) y la dere-
propuesta para el Chile actual y para cha, por su parte, se ha atrinchera-
la magnitud de sus conflictos. do. Lo que muestra la evidencia, en
cambio, es que la radicalidad reside
Una candidatura reformista debe en la forma de hacer política y no en
hacerse cargo de este vacío, ofre- el contenido específico de las trans-
ciendo un proyecto de transfor- formaciones, lo que se expresa en un
mación y cambio que enfrente los “ímpetu estabilizador” que permita
problemas de las grandes mayorías. contar con apoyos para asegurar el
Aunque estos tienen múltiples aris- mantenimiento e incremento de lo
tas y abarcan diversas dimensiones, que se ha conseguido. El mérito de
podríamos resumirlos en un eje cen- hecho, como principio, está lejos de
tral: las personas en Chile experi- haber desaparecido.
mentan un malestar que se expresa
fundamentalmente en una inseguri- La exigencia de “ímpetu estabiliza-
dad respecto al funcionamiento de dor” ofrece una guía para pensar
la vida, marcada por la fragilidad y la dicha agenda. Si lo que se deman-
incertidumbre. Frente a todo el es- da es asegurar el funcionamiento
fuerzo que ha permitido mejorar las frágil de la vida, hay que apuntar a
condiciones presentes respecto de los distintos frentes que gatillan esa
las generaciones anteriores, las per- incertidumbre: salud, pensiones,
sonas sienten que no cuentan con educación son los más evidentes,
apoyos de ningún tipo para asegurar pero también una política de vivien-
todo lo que se ha conseguido. Y que da integradora (y respetuosa de las
las instancias ofrecidas por el Estado formas de vida de las personas), re-
(y no mediadas por la capacidad de ducción de la segregación urbana,
pago) sólo perpetúan o profundizan cuidado del medioambiente (otra
esa situación de precariedad. relevante fuente de angustia y que
inspiró un número importante de
A esa experiencia es que debemos votos en la Convención Constitucio-
apuntar conservadores, liberales, so- nal), mejoramiento de las condicio-
cialcristianos y comunitaristas: plan- nes de trabajo (aumento de salarios
tear una agenda reformista orienta- y fortalecimiento de los sindicatos),
da a entregar mayor seguridad a las cuidado de la familia. Son sólo ejem-
personas para poder llevar a cabo plos de las áreas prioritarias y el tipo
sus propios proyectos de vida. Que de énfasis que debiera inspirar a
las instituciones sean espacio de cer- una cultura reformista pensada para
teza y buen trato, y que las políticas otorgar a la ciudadanía mayores es-
públicas consideren a las personas pacios de libertad, pero también
en las decisiones que las involucran mayores grados de justicia.

12
El estallido posicionó la consigna del
“no tenemos nada que perder” para
legitimar las versiones más violentas
de las manifestaciones y represen-
tar la profundidad del malestar. Sin
embargo, lo que la evidencia mues-
tra es que la hipótesis es equivoca-
da: las personas tienen mucho que
perder y eso explica su “paciencia
colmada”, su angustia, sus temores
y, también, sus esperanzas en las
posibles transformaciones futuras, Y que esa promesa, que ese horizon-
sobre todo las vinculadas al proceso te, aunque se avance lento hacia él,
de cambio constitucional. Es a ese y aunque izquierdas y derechas dis-
deseo de cuidar lo que se tiene y de puten su mejor interpretación, sea
ofrecer transformaciones que esta- tan creíble como compartido.
bilicen y den certezas, asegurando
la participación de los destinatarios Este objetivo es económica y políti-
de la acción del Estado, que debe camente exigente. Demanda des-
apuntar el proyecto reformista. Lo plazar el centro gravitacional del
anterior exige ser capaces además bienestar y la tranquilidad desde los
de apropiarse de lo avanzado en los segmentos acomodados de la clase
últimos treinta años, sin que signifi- alta hacia la esfera de la clase me-
que (como ha hecho Chile Vamos) dia. Con esto nos referimos a lograr
desconocer la magnitud de los con- que la vida de un segmento impor-
flictos y problemas que nos aquejan. tante de la sociedad chilena no esté
marcada por el miedo a caer en la
En cuanto al horizonte de las refor- pobreza, así como una disminución
mas, se requerirá realismo político y sustantiva del terror de los sectores
tiempo. Hay requisitos materiales y acomodados a caer en la clase me-
políticos que deben ser tomados en dia. Hoy, lamentablemente, estos
cuenta. En particular, que debere- miedos confrontan los intereses de
mos responder a criterios de respon- ambas clases: la lucha de la clase
sabilidad económica y de pluralismo media por mejores condiciones en-
institucional. Si la izquierda insiste en cuentra oídos sordos en una élite
aplastar la autonomía de los cuerpos sobrepoblada y polarizada inter-
intermedios y en plantear cambios namente, atravesada por amargas
rápidos que no podemos financiar, luchas por la distribución de pocos
el destino es la violencia. Lo mismo cargos y posiciones de influencia, ri-
si la derecha sigue insistiendo en un queza y control.
Estado mínimo. ¿Cuál es el objetivo?
Universalizar de a poco algunos ser- En términos concretos, este proyec-
vicios básicos, articulando la tríada to reformista debería concentrarse
Estado, mercado y sociedad civil de en cuatro grandes objetivos: 1) recu-
manera inteligente y respetuosa de perar y profundizar la democracia
sus propias lógicas. De ir creciendo representativa; 2) modernizar el Es-
en cobertura en la medida en que tado para que esté al servicio de la
se va ganando experiencia y capa- ciudadanía; 3) aspirar a un desarro-
cidad institucional. De proponernos, llo con mayor justicia territorial; y 4)
de aquí a 20 o 30 años, ser un país potenciar el crecimiento económico,
con garantías educacionales, sanita- pero nunca a costa del medioam-
rias y laborales adecuadas a las ex- biente. En lo que sigue se analizan
pectativas de la nueva clase media. brevemente estos objetivos.
13
1. Recuperación y profundización de la
democracia representativa

No es exagerado decir que la demo-


cracia chilena está peligro; o al me-
nos lo que históricamente hemos
entendido por democracia, con la
representación como eje articulador
de su funcionamiento. ¿Por qué?
En primer lugar, por los devaneos
soberanistas que han aparecido en
el último tiempo y que tienen por
objeto refundar cada unos de los pi-
lares políticos y económicos en los
que se ha sostenido el país desde
1990. Ocurre tanto en buena parte
del Frente Amplio como en diversos
miembros de la Convención Cons-
titucional, para quienes cualquier Esto encierra una profunda parado-
tipo de “poder constituido” debe ser ja, ya que los constituyentes chile-
aniquilado bajo la promesa de que nos han sido elegidos gracias a que
el “poder constituyente originario” existen tales reglas (en este caso la
todo lo puede. El problema con esta reforma constitucional de diciem-
forma de entender el proceso cons- bre de 2019 que habilitó el proceso
tituyente es que puede terminar constitucional), y cualquier inten-
justificando la arbitrariedad contra to por desentenderse de ellas irá a
todo aquel que piense distinto, tal contrapelo de la institucionalidad
como ha ocurrido cuando, en nom- democrática que quedó refrenda-
bre del supuesto “pueblo” que dicen da en el plebiscito del 25 de octubre
representar, distintos gobiernos han de 202027. Atribuirse la soberanía en
barrido con todos los límites “im- nombre del “pueblo” en una instan-
puestos por la historia, la moral, la cia como la Convención es descono-
religión, la economía”25. Ocurrió, por cer el resultado electoral (es decir, el
ejemplo, durante el Terror en la Re- ejercicio soberano por excelencia)
volución Francesa, así como durante que, entre otras cosas, dispuso que
el nazismo en la década de 1930. los constituyentes deben actuar a
través de un mandato “derivado”,
La segunda razón de por qué la de- no “originario”. Nadie resumió mejor
mocracia representativa atraviesa este tipo de dilemas que el pensador
aguas turbulentas está relacionada inglés Michael Oakeshott: “los juga-
con la anterior, aunque tiene que ver dores en el curso de un juego podrán
con una cuestión más normativa: considerar nuevas tácticas, impro-
cuando una parte del cuerpo políti- visar nuevos métodos de ataque y
co se arroga el poder constituyente defensa, considerar cualquier estra-
sin mediar más que una declaración tegia para derrotar las expectativas
de intenciones (como la de los “34”), de sus oponentes, excepto inventar
es altamente probable que el auto- nuevas reglas”28. Eso es exactamen-
denominado “constituyente sobera- te lo que están intentando hacer los
no” se salte las reglas del juego para “34”: en nombre de la “democracia”,
hacer valer su posición26. están inventando nuevas reglas.

25
Joaquín Trujillo, “Amor propio II”, en La Tercera, 16 de junio de 2021.
26
Véase la declaración del 8 de junio de 2021 de la “Vocería de los pueblos de la revuelta popular constituyente”, firmada por 34 constituyentes represen-
tantes de la “Lista del Pueblo” y de algunos pueblos originarios.
27
Jorge Contesse, “La paradoja del poder constituyente”, en La Tercera, 10 de junio de 2021.
28
Michael Oakeshott, “On being Conservative”, p. 6. En http://www.geocities.com/Heartland/4887/conservative.html.

14
Bien sabemos, sin embargo, que la
democracia no puede ser entendida
de manera subjetiva; existen reglas
e instituciones que permiten su exis-
tencia y garantizan su sobrevivencia.
Si cada grupo o facción entiende la
práctica democrática a su antojo, entrar en el detalle de cada una,
entonces el edificio institucional es importante que los cambios
tiene serias posibilidades de colap- tomen en cuenta dos fines com-
sar. Estuvimos cerca de presenciar plementarios: la gobernabilidad y
su caída en octubre/noviembre de la representatividad. Sólo de esa
2019, pero la institucionalidad repre- forma retomaremos el equilibrio
sentativa terminó rescatándola. La perdido durante los últimos tres
pregunta ahora es hasta qué punto años, pero sin que ello signifique
la izquierda estará dispuesta a reto- regresar al duopolio binominal.
mar la senda de la representación o Los partidos son insustituibles
si, por el contrario, se rendirá ante las en una democracia representati-
posiciones maximalistas de los sec- va, pues en ellos descansa buena
tores violentistas. Antes de que ello parte del ejercicio representativo,
ocurra, será preciso defender el valor ya sea en el Congreso, los minis-
histórico de la representatividad, al terios o las municipalidades. Sin
tiempo que será necesario introdu- embargo, los millones de inde-
cir algunas reformas profundas con pendientes que no militan en los
el objeto de hacer de nuestra demo- actuales partidos son igualmente
cracia un régimen más participativo. relevantes a la hora de pensar y
La cultura reformista del siglo XXI no ejecutar las políticas públicas. Es,
le teme, en ese sentido, a la partici- pues, responsabilidad del sistema
pación, aunque sí es consciente de político re-encantar a la ciudada-
sus alcances y límites. nía con propuestas novedosas y
representativas de la diversidad
Sobresalen aquí dos reformas es- cultural que existe en el país.
tructurales que habrán de imple- Para eso, lo primero es moderni-
mentarse con miras a recuperar y zar profundamente las institucio-
profundizar nuestra democracia re- nes del Estado para que, de una
presentativa: la de los partidos polí- vez por todas, estén al servicio de
ticos y la del régimen electoral. Sin los ciudadanos.
15
2. Un Estado moderno al servicio de los ciudadanos

Nos hemos acostumbrado a hablar


del Estado como si se tratara de una
entelequia; como si tuviera vida pro-
pia y bastara con utilizar el concepto
para saber de qué hablamos cuando
hablamos “del Estado”. Por supues-
to, en estas pocas páginas no agota-
remos una discusión interdisciplina- positarias. O, en otras palabras, que
ria que podría llenar la más grande estén al servicio de los ciudadanos
de las bibliotecas. No obstante, es que han jurado, a través del mono-
importante preguntarse cuál debe- polio de la violencia, defender y pro-
ría ser el rol de un Estado en el siglo teger. Al Estado le cabe, entonces,
XXI; sólo así estaremos en condicio- un papel de primera importancia
nes de comprender su función, sus en el diseño y desarrollo de políticas
alcances y la manera en que las re- públicas que vayan en directo bene-
particiones estatales afectan la vida ficio de la ciudadanía, en especial
cotidiana de los chilenos. de los más desposeídos. Aquellas
políticas públicas se financian ge-
Podría decirse que el Estado es el neralmente con medidas redistri-
medio que permite que los ciudada- butivas provenientes de impuestos
nos vivan en sociedad, para lo cual y aranceles. Sin embargo, el nivel de
es necesario respetar ciertas reglas autonomía de la autoridad para sol-
establecidas legalmente, así como ventar sus gastos dependerá de su
entregar parte de nuestra libertad propia capacidad de justificación: el
y propiedades a una autoridad cuya Estado, en efecto, no puede hacer y
legitimidad está dada por los pro- deshacer a su antojo, pues se debe a
pios gobernados que se pretende la sociedad que lo compone. De ahí
gobernar. La gran diferencia entre que la discusión sobre “más o menos
un Estado de Antiguo Régimen y un Estado” sea poco sustanciosa: al ser
Estado moderno es que, al menos las necesidades variadas y múltiples,
en teoría, el mandato de las autori- no es útil decretar verticalmente la
dades en este último caso surge de extensión o la disminución de lo es-
la voluntad popular, la que puede tatal, como si el Estado se comporta-
expresarse electoral o normativa- ra monolíticamente y las diferencias
mente (a través, por ejemplo, de una -geográficas, demográficas, cultu-
Constitución u otro tipo de entra- rales- no importaran. ¿Más o menos
mado legal). Los Estados modernos subsidiariedad? ¿Más o menos soli-
existen en buena medida para hacer daridad? Dependerá de cuál sea el
respetar las leyes que ellos mismos, objetivo y cuáles las herramientas
a partir de la separación de poderes, para lograr aquel objetivo.
diseñan y generan. En una demo-
cracia representativa, las leyes sue- Para que el Estado realmente esté al
len estar pensadas para que nadie servicio de las personas, se hace ur-
ejerza un poder desmedido sobre el gente diferenciar entre lo estatal y lo
otro; es decir, para que haya justicia gubernamental. Un Estado es mu-
en un ambiente de libertad. cho más que un gobierno: éstos se
eligen cada cuatro años y tienen, en
Pero para que nada ni nadie ejerza consecuencia, fecha de caducidad.
un poder desmedido sobre el otro Los Estados están (o deberían estar)
es necesario que las reparticiones por sobre la contingencia política,
públicas respeten e incentiven la propósito para lo cual es clave con-
misma legitimidad de la que son de- tar con una burocracia civil (pareci-
16
da al civil service británico) que esté
compuesta por hombres y mujeres
cuya contratación dependa exclusi-
vamente de su mérito. De lograrlo,
estaríamos en condiciones de en-
frentar dos males complementarios:
por un lado, el problema que signi- por el bienestar de su comunidad
fica que las instituciones estatales más cercana, la que puede ser de ín-
estén cooptadas por el clientelismo dole doméstico (como una junta de
de los operadores políticos. Por otro, vecino) o laboral (como un sindicato
que los departamentos y oficinas o un gremio).
públicas se llenen (y vacíen) a partir
de consideraciones que más tienen El futuro de la cultura reformista
que ver con cuotas y repartijas de dependerá en buena medida de la
poder que con el profesionalismo de libertad con la que la sociedad civil
los postulantes. Modernizar la buro- pueda llevar a cabo sus diferentes
cracia estatal es un imperativo ad- programas de vida. De las muchas
ministrativo, pero también, y quizás áreas en las que los privados están
más relevante, un deber moral. llamados a aportar con sus conoci-
mientos y vitalidad emprendedora,
Detrás de la modernización del Esta- sobresalen la educación primaria, la
do se encuentra el convencimiento salud, la seguridad social y la vivien-
de que a la sociedad civil (confor- da; en todas ellas el objetivo es habi-
mada por los millones de personas litar la “participación activa de la so-
que día a día -y muchas veces de ciedad civil y el sector privado en la
forma anónima- habitan, estudian y cooperación con el Estado en estos
trabajan en Chile) le cabe una gran bienes sociales fundamentales, ga-
responsabilidad en la comunidad rantizando también un contrapeso
política. Muchas veces se sostiene democrático fundamental”30.
que la sociedad civil se encuentra en
las antípodas del Estado y los parti- Se puede ejemplificar este tipo
dos. Esta visión no es necesariamen- de provisiones mixtas con la liber-
te correcta, ya que la sociedad civil tad de enseñanza, un derecho que,
y sus prácticas asociativas pueden desde el siglo XIX, se ha entendido
constituirse en grupos más o menos bajo la premisa de que los padres
organizados para demandar la in- pueden escoger libremente el es-
tervención del Estado, ya sea “para tablecimiento educacional de sus
activar una mayor acción guberna- hijos, para lo cual deben existir tan-
mental en áreas específicas o exigir to colegios públicos como privados
reformas políticas de mayor alcan- (religiosos o no). Los miles de soste-
ce”29. Ahora bien, existen cientos de nedores y fundaciones que han ayu-
espacios no gubernamentales y pa- dado a educar a la sociedad chilena
raestatales que merecen ser fomen- lo han hecho con el convencimien-
tados en una sociedad diversa como to de que el ejercicio libre y diverso
la chilena para que, de esa forma, las de la educación es el mejor antídoto
soluciones a problemas concretos no ante los intentos de adoctrinamien-
sean entorpecidas por la burocracia to. Si bien es de esperar que el Es-
estatal. Esto no significa restar im- tado continúe garantizando, entre
portancia a la futura modernización otras cuestiones, que todos los niños
del Estado ni quitar prerrogativas a tengan acceso a la educación, no es
las instituciones y oficinas estatales conveniente que una comunidad
que funcionan; más bien, significa multicultural como la nuestra sea
depositar en el ciudadano común y uniformada mediante un proyecto
corriente la responsabilidad de velar educacional único, tal como voces

29
Andrés Baeza, “El asociacionismo político en Chile. Trayectorias de organización, reivindicación y resistencia en el Chile republicano, 1808-1980”, en Iván
Jaksic y Juan Luis Ossa (editores), Historia Política de Chile. Tomo Prácticas Políticas, Fondo de Cultura Económica, Santiago, 2017, p. 118.
30
Horizontal, “Evolución constitucional. Bases conceptuales y propuestas para pensar la nueva Constitución”, Santiago, 2020, p. 40. 17
de izquierda vienen planteando des-
de hace décadas. Nuevamente nos
enfrentamos aquí al viejo dilema so-
bre la libertad y la justicia: mientras
más opciones educacionales existan,
más oportunidades tendrán nues-
tros hijos de desarrollar sus talentos
justa y oportunamente.

En resumen, hay espacio en una cul-


tura reformista para construir una
fuerte y perdurable alianza públi-
co-privada. Si logramos sacarnos las
anteojeras ideológicas de los últimos
años -esas que dividen el mundo en
una lucha taxativa entre el mercado
y el Estado- estaremos en condicio-
nes de retomar la antigua idea que
permitió, durante el siglo XIX y buena
parte del XX, una complementarie-
dad fecunda entre las instituciones
particulares y estatales31.

3. Desarrollo con justicia territorial


La descentralización ha sido una pre-
ocupación constante de los chilenos
a lo largo de la historia. La exclusión
territorial, la falta de participación en
la toma de decisiones y la distancia líderes para lograr una descentra-
entre las necesidades locales y las po- lización concreta y perdurable en
líticas públicas de carácter nacional el tiempo; b) consolidar la idea de
son algunas de las percepciones más que a la ciudadanía le cabe un rol
comunes entre las regiones del país. relevante en la implementación de
El objetivo de la descentralización es las reformas que se han introduci-
redistribuir el poder de manera res- do a lo largo del país en materia de
ponsable y lograr una mayor justicia gobierno local.
territorial, estrechando los lazos en-
tre el Estado y las familias para iniciar La descentralización administrati-
un proceso de redemocratización de va, por su parte, dice relación con
la institucionalidad pública y privada. el papel específico de las munici-
Para ello, es indispensable reevaluar palidades y gobiernos regionales,
cuatro conceptos clave: descentrali- los que deben contar con compe-
zación política, descentralización ad- tencias que modernicen la flexibili-
ministrativa, descentralización fiscal dad administrativa, la fiscalización
y desarrollo integral. y la gestión financiera. En ambos
casos, las autoridades comunales
Respecto a lo primero, es fundamen- y regionales están llamadas a pro-
tal fortalecer el desarrollo institucio- poner proyectos estructurales que
nal y afianzar el poder de decisión de no dependan del gobierno central,
las regiones, provincias y comunas. sino de las necesidades de cada co-
Los esfuerzos políticos deberían con- muna y región. Es importante, a su
centrarse en dos puntos: a) fomentar vez, afianzar la gestión municipal y
la participación de más y mejores regional en áreas fundamentales

31
Juan Luis Ossa, “El Estado y los particulares en la educación chilena, 1888-1920”, Estudios Públicos 106, Santiago, 2007.

18
como la salud y la educación. Para
cumplir ese objetivo, se requieren bierno central a aquellas comunas
recursos nacionales que fortalezcan y regiones que generen un desarro-
al municipio y a las regiones a través llo industrial respetuoso del medio
de estrategias anuales de desarrollo ambiente; b) redistribuir los ingre-
local. Todo eso debe ir acompañado sos municipales y regionales a nivel
de una mayor transparencia y parti- nacional para acortar las brechas de
cipación vecinal. desigualdad en el país.

Ahora bien, la descentralización po- Finalmente, tenemos el desarrollo


lítico-administrativa no es posible integral. La tarea aquí es velar por
de materializar sin una efectiva des- una planificación urbana respon-
centralización fiscal: las regiones, sable, que considere tanto la crea-
primero, y los municipios, después, ción de nuevas y mejores viviendas
requieren mayores recursos para sociales como la construcción ar-
enfrentar las desigualdades locales. moniosa de edificios públicos y pri-
Es importante fomentar la inversión vados. Esto debe ir en sintonía con
local a través de proyectos de largo las necesidades culturales de los
alcance, así como encaminarse ha- habitantes regionales y comunales,
cia una progresiva autonomía finan- única manera de equilibrar las ur-
ciera. Algunas propuestas concretas gencias materiales básicas con un
son: a) bonificar por parte del go- desarrollo sustentable.

4. Crecimiento económico y cuidado


del medioambiente

¿Cómo congeniar el crecimiento eco- dual y empresarial sea una constante.


nómico y la creación de más y me- Tenemos una oportunidad única de
jores empleos con el respeto por el integrar a las comunidades y empre-
medioambiente? Un gobierno refor- sas locales en un proyecto anclado
mista debe proponer un modelo de en decisiones económicas compro-
desarrollo sostenible que estimule el metidas con el cuidado del entorno
crecimiento económico, el cuidado y el respeto de la biodiversidad. Con
del entorno natural, la competencia ese fin, es urgente generar nuevos
justa, la inexistencia de monopolios recursos que fortalezcan institucio-
y la participación de los emprende- nes para solucionar problemas coti-
dores en la generación de recursos, dianos, como los vertederos ilegales,
bienes y servicios. el colapso de los rellenos sanitarios,
la deforestación y la falta de recursos
En una primera aproximación, es fun- hídricos, entre otros.
damental asociar la idea de desarro-
llo sostenible con otros dos concep- La educación, por su parte, dice re-
tos: armonía y educación. Respecto lación con la formación e inclusión
a lo primero, el desarrollo sostenible integral de todos los actores de la
busca armonizar los aspectos econó- sociedad. En primer lugar, habrá que
micos y sociales con los medioam- organizar programas de estudio que
bientales. Es importante proponer enseñen y difundan, desde la educa-
estrategias de desarrollo que apun- ción básica, prácticas e ideas sobre el
ten a cambiar la visión actual de una cuidado del medioambiente. Es clave
economía lineal (basada en producir, hacer parte a los vecinos en este pro-
utilizar y eliminar) a una economía ceso, remarcando que la preserva-
circular (los recursos y materiales se ción del territorio es responsabilidad
deben mantener en el ciclo produc- de todos. Asimismo, hay que diferen-
tivo para que conserven su vida útil), ciar e identificar las distintas indus-
en la que la responsabilidad indivi- trias que existen a lo largo del país,
19
así como cuál es su impacto y apor-
te en temas como la conservación,
reparación, compensación y mitiga-
ción del medioambiente. Lo relevan-
te es tener una sociedad informada
y participativa.

Esta responsabilidad social en la


estructuración de una economía
circular está relacionada también
con el emprendimiento. En efecto, do debe garantizar la conectividad
a diferencia de lo que ocurría en los digital como un servicio básico, ade-
años noventa, hoy la mayor parte de más de establecer mecanismos que
los empleos son generados por em- permitan contar con leyes tributarias
presas medianas y pequeñas. No que no asfixien al emprendedor. Asi-
podemos, en consecuencia, omitir mismo, tiene la misión de velar por
su aporte al progreso, a la innova- el correcto desarrollo de los merca-
ción y al bienestar social, razón por dos, fortaleciendo a las instituciones
la cual es imperioso que un pro- que hoy castigan el abuso, la colu-
grama reformista fomente los em- sión y otras prácticas que afectan la
prendimientos actuales y futuros. competencia limpia y justa. Esta es
¿Cómo hacerlo? la principal manera de robustecer el
vínculo entre el Estado y el mundo
Por de pronto, resguardando y fo- privado, facilitando la gestión de los
mentando el derecho a emprender servicios que prestan derechos socia-
libremente. La libertad económica es les y las actividades burocráticas rea-
consustancial al mundo moderno y a lizadas por los particulares.
la democracia representativa, por lo
que no es conveniente poner trabas En definitiva, un futuro gobierno de
a un derecho tan preciado. No obs- cultura reformista está llamado a con-
tante, es cada vez más urgente con- geniar la libre iniciativa económica
tar con un Estado dinámico y moder- con la labor de instituciones estata-
no que asegure el orden público y el les que ayuden a cuidar el medioam-
buen funcionamiento de las peque- biente y el bienestar de los pequeños
ñas empresas. Por otro lado, el Esta- y medianos emprendedores.
20

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