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¿CÓMO CUIDA UN PASTOR A SUS OVEJAS?

El libro de los Salmos que aparece en la Biblia, fue escrito por el Rey David. Este hombre
en su juventud fue pastor de ovejas. Conocía muy bien su oficio y comparó el cuidado que
le daba a sus rebaños, con la manera con la que Dios nos cuida a nosotros.
El Salmo 23 comienza diciendo: "EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA. EN
LUGARES DE DELICADOS PASTOS ME HARÁ DESCANSAR".
Un Pastor de ovejas comienza a pastorear como a las 4 de la mañana. Las ovejas caminan
constantemente mientras van pastando. A media mañana, las ovejas están calurosas y
sedientas. Pero el Pastor entendido, sabe que las ovejas no deben tomar agua cuando
están acaloradas o con el estómago lleno. Por eso las lleva a descansar en pastos verdes,
en un lugar fresco. Dios a veces nos hace descansar, tal vez con una enfermedad, para
darnos oportunidad de mirar hacia arriba, y detener por un momento nuestras ocupaciones.
El Salmo continúa diciendo: "...JUNTO A AGUAS DE REPOSO ME PASTOREARÁ". La oveja
es muy tímida. Se asusta con las corrientes de agua, pues no puede nadar. En el agua, su
lana se empapa y la hunde. Por eso, el pastor la lleva hacia aguas tranquilas, o con unas
cuantas piedras forma una pequeña poza, donde pueda beber sin temor hasta el más
pequeño corderito. Dios conoce nuestra debilidad, y no nos obliga a ir donde nos podamos
ahogar.
Luego el salmo dice: "...CONFORTARÁ MI ALMA...". Cuando las ovejas salen a pastar, cada
una coge su lugar en el rebaño. Sin embargo en algún momento del día, cada oveja corre
hacia su Pastor. Con cariño él le frota las orejas, dándole seguridad y ánimo.
El Salmo también dice: "ME GUIARÁ POR SENDAS DE JUSTICIA, POR AMOR DE SU
NOMBRE..."
Los campos de Palestina, estaban cubiertos de caminos estrechos, por los cuales los
Pastores llevaban a sus ovejas. Un perro o un caballo si se pierden, pueden encontrar el
camino de regreso. Una oveja no. Y además es muy corta de vista. Ellas siguen al Pastor
por cualquier camino, sabiendo que él siempre las lleva a un buen lugar. Los caminos de la
vida no son siempre fáciles ni planos. Pero cada paso, lo podemos caminar con Él.
"AUNQUE ANDE POR VALLE DE SOMBRA Y MUERTE, NO TEMERÉ MAL ALGUNO,
PORQUE TÚ ESTARÁS CONMIGO. TU VARA Y TU CAYADO ME DARÁN ALIENTO..." La
oveja es un animal indefenso, presa fácil para los animales salvajes. Pero el Pastor lleva
una vara, para protegerla. También  lleva un cayado de 2 metros de largo, que es curvo en
un extremo. Cuando una oveja se desbarranca, el Pastor puede levantarla con el cayado y
volver a ponerla en el camino. Además, las ovejas no sienten miedo cuando el camino se
hace angosto y difícil porque el Pastor va con ellas. La soledad, el fracaso o el temor,
pueden ser situaciones difíciles en la vida. Pero siempre podemos sentir Su presencia que
nos da valor y fortaleza, y nos enseña el camino.
"PREPARAS LA MESA DELANTE DE MÍ, EN PRESENCIA DE LOS QUE ME ANGUSTIAN.
UNGES MI CABEZA CON ACEITE MI COPA ESTÁ REBOSANDO..."
En los suelos de la Tierra Santa crecen plantas venenosas o con espinas, que son fatales
para las ovejas. El Pastor tomaba su azadón, arrancaba y quemaba estos enemigos de las
ovejas. Así los pastizales llegaban a ser como una mesa preparada, donde las ovejas
podían comer sin peligro. Pero a veces el filo de alguna piedra las hería, una zarza les
arañaba o se les metía una espina. Así que al terminar el día el pastor se paraba en la puerta
del corral y  a medida que las ovejas iban entrando, las revisaba una por una. A la oveja
herida, le ponía aceite calmante y sanador. Así la herida pronto sanaba. Además tenía una
gran jarra con agua fresca. Cuando la oveja entraba, el Pastor sacaba agua de la jarra y ella,
cansada, tomaba grandes tragos de aquel líquido que le devolvía la vida. Las heridas de las
personas pueden ser en el cuerpo, pero también en la mente. La tristeza por ejemplo, corta
profundamente, pero hace una herida limpia que puede sanar a menos que se meta en ella
algo como la amargura, la lástima por uno mismo o el resentimiento. Si una herida se
infecta por estas cosas, podemos acudir a Dios, como las ovejas buscan al pastor. Él nos
ofrece descanso y nos ayuda a sanar.
Para terminar el salmo dice: "CIERTAMENTE, EL BIEN Y LA MISERICORDIA ME SEGUIRÁN
TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA, Y EN LA CASA DEL SEÑOR MORARÉ POR LARGOS DÍAS..."
Cuando el Rey David escribió este salmo, estaba anciano. Había llegado a conocer a un
Dios que cuida a sus hijos, que restaura y quita el temor. Aunque David viera una tormenta
venir, estaba seguro que Dios traería un Sol radiante después. A veces oímos hablar de la
destrucción del mundo, guerras o terremotos. Pero cuando pensamos que el pastor cuida
sus ovejas, recuperamos la esperanza. Además, igual que el Rey David, sabemos que al
terminar esta corta vida, nos espera un lugar donde vivir eternamente: la casa de nuestro
Señor.

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