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El 14 de mayo, Júpiter se colocó retrógrado en Capricornio; sumándose al camino retrógrado también de Plutón,

Saturno y Venus.Júpiter es el Guía Espiritual entre los planetas, es el que nos apoya a dar sentido a nuestro camino,
el que nos expande o maximiza las zonas donde podemos encontrar fe, esperanza y conexión con lo divino. En ese
caminar de retrogradación estará hasta el 12 de septiembre de 2020.

¿Y qué nos trae este movimiento? Sin duda, la oportunidad de redefinir nuestra fe, reflexionar nuestras elecciones y
las formas como conectamos con lo divino... si en nombre de la espiritualidad o el pensamiento mágico irracional nos
evadimos de la realidad.

Los cuatro meses que se vienen de la mano de Júpiter retrógrado en Capricornio nos dan el espacio insuperable para
la contemplación, es decir, la observación atenta, serena e íntima de la realidad en que vivimos.

Mientras muchas personas conciben los meses por venir como un semáforo en verde que invita a ir rápido y acelerar
el paso que hemos tenido que aquietar... Saturno y Plutón retrógrados seguirán colocando el freno, y Venus en el
inframundo nos hará mirar el dolor que no hemos querido asumir en nuestras relaciones, donde quizás seguimos sin
poner límites, donde no hemos hablado claramente, porque estamos equivocando el placer con la indulgencia y la falta
de amor propio, perpetuando sistemas íntimos que nos borran.

Si pensamos que los meses que vienen "nos retornarán a la normalidad", y sentimos que hay que buscar cuanto antes
"ponernos al día", "acelerar el paso", "volver a ser productivas como antes"... con seguridad lo único que
encontraremos en seguida, es frustración y el dolor de la incertidumbre.

Júpiter es el regente, el líder y guardián de la Escuela de Sagitario, que edifica los aprendizajes acerca de la libertad,
la filosofía de vida, los viajes y las formas de viajar. Si lo que tiene que reorganizarse en esos aspectos no lo hace a
nivel individual y colectivo, nada podrá marchar hacia adelante con fluidez. Plutón y Saturno seguirán restringiendo
el potencial de Júpiter.

Hacemos lo que nos toca hacer o seguiremos llamando a la restricción total de nuestra libertad, filosofía de vida y
formas de viajar (en todos los aspectos).

Este espacio sagrado de Júpiter Retrógrado nos está ofreciendo cuatro meses para elaborar internamente lo que nos
apoyará a cruzar el otro lado del camino,  lo que daremos a conocer como nuestra nueva vida, medicina, nuestro
nuevo estar en el mundo en el mes de septiembre de 2020 y hacia adelante. Mientras no elaboremos desde la
contemplación, la fe que obra y la reflexión interna un nuevo estado de consciencia, Saturno seguirá limitándonos,
restringiéndonos, colocándonos límites rigurosos, desolación y austeridad.

Estos cuatro meses son un tiempo precioso para recolocar nuestras prioridades en las formas como tejemos nuestra
filosofía de vida: ¿Nuestra alimentación es consciente? ¿Nuestras relaciones, estilo de vida, caminar, viajar,
transportación, conexión con nosotras... es consciente? ¿En nuestro camino cocreamos desde una responsabilidad
sagrada?

Saturno estará constantemente tendiendo puntos de control para asegurarse que nuestro diálogo con Júpiter, con la
fe, lo divino y la toma de consciencia, nuestra guía interna estén en coherencia. Por tanto, toca mirar y tomar la
seguridad, la supervivencia en todos los sentidos (incluyendo la espiritual), el enfoque, la disciplina, el cuidado de la
cultura como temas sumamente vitales a elborar dentro de nuestro ser y fuera. No podemos pensar y actuar de
forma individualista. No, porque nos tocará lamentarnos de forma cruenta.

No podemos actuar irresponsablemente o desde la indisciplina, o desde el descuido, porque corremos el riesgo de ser
engullidos por Saturno. Aquí, Júpiter se vuelve una linterna en la oscuridad si aprendemos a tener verdadera fe. Si
no dejamos morir el pensamiento mágico irracional... ese que nos invita simplemente a decretar que todo esto pasará,
que si pensamos bonito nos irá bonito o que con frases espiritualoides nos invita a hacernos irresponsables o a
permitir que otros sean irresponsables con sus propias vidas, correremos el riesgo de ser engullidos por Saturno.

El Gran Cambio de Tiempo


El Gran Cambio de Tiempo es esto que estamos cruzando, como un espacio liminal (un no-lugar) donde el tiempo
usual parece diluirse, y lo miramos reinventarse, construirse una realidad día a día, donde la incertidumbre es la
compañera de tod@s.

Y el llamado es a encontrar nuestro ritmo verdadero, como personas, familias, sociedades y mundo. Entender cómo
estamos tejiendo el tiempo desde nuestra energía vital. Preguntarnos ¿cuándo esto termine, qué idea, relación o
experiencia despediría definitivamente de mi vida? ¿a qué ya no dedicaría más mi tiempo? ¿en dónde ya no me
quedaría sólo por quedarme, sólo porque es lo que hay? ¿qué formas de vincularme dejaría en la inanición?

El llamado es a tomar clara consciencia acerca de nuestras formas de habitar la tierra, de las formas de producir y
consumir alimento, donde dependemos de fronteras y empresas estén abiertas para conseguirlo, donde casi nadie tiene
un huerto familiar y obtener alimentos orgánicos y saludables requiere un alto nivel adquisitivo. Donde la gran
mayoría ya no conocemos y mucho menos honramos el ritmo de la tierra y sus ciclos de siembra y cosecha.

El llamado es a generar nuevas formas de empleo, servicios y sistemas que honren el tiempo de trabajo y de quietud
por igual (para que la Madre Tierra se renueve, respire y baje su ritmo de sostén humano). Estructuras que puedan
ir a un ritmo orgánico, lejos de la dinámica de la explotación que exige extraerlo y gastarlo todo apostando por
seguir sustentando estructuras frágiles que colapsan ante un mes de quietud. Nuevas formas de comunicar, de
transportar, de viajar, de contar las historias que nos preceden y las que construyen el futuro.

Ya no regresaremos a la normalidad. Estamos ante una gran oportunidad de reinventarnos, atrevernos, de crear lo
que creímos imposible, de impulsar lo que siempre soñamos pero nunca nos atrevimos. El rostro de nuestra Madre
Tierra se está liberando: en el entramado íntimo de todo nuevas posibilidades laten si decidimos escuchar, resonar,
sintonizarnos y alzar la visión del corazón. Donde si nos damos a la contemplación, si abrazamos una nueva forma de
libertad o la filosofía de vida que tanto soñamos vivir, lograremos cruzar con belleza.

En este cambio vamos por la libertad, por nuevas filosofías de vida al servicio de la creatividad en forma de estilos
de vida, nuevas empresas, nuevos oficios, nuevos sistemas... nos convertimos en nuestras propias maestras de camino,
somos nuestra propia religión, somos nuestro mito sagrado y comenzaremos a develar lo que se escondió en la palabra
y nos puede restaurar la salud total.

Los cuatro meses que vienen son una ventana sagrada para encontrar nuevos sentidos a nuestra vida, a nuestra
presencia en la Tierra; buscando un nuevo ritmo individual y colectivo, una forma más genuina de servir, preparando
lo que daremos a luz en septiembre de 2020 y que quizás ayude a construir sociedades listas para los años por venir.
Lo que esté latiendo en tu corazón, ten la valentía de escucharlo y seguirlo para que sea soplado como un fuego
nuevo al servicio de la Tierra y la Humanidad.
Karina Falcón,
Creadora y Directora en La Mujer Lunar

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