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Tema 19 – La legislación bibliotecaria en Castilla y León

Ley 9/1989, de 30 de noviembre, de Bibliotecas de Castilla y


León
En virtud de las competencias conferidas a la Comunidad Autónoma de Castilla y León por la
Constitución Española, los Decretos de Transferencias, y el Estatuto de Autonomía, y teniendo
en cuenta la importancia de las bibliotecas públicas y privadas, como vía de acceso a la cultura
y medio para suministrar a los ciudadanos la información que necesitan y como instrumento,
el más seguro, para la preservación y difusión del patrimonio bibliográfico, se promulga la
presente Ley que ha de ser norma básica para estimular y dirigir la acción de los poderes
púbicos en la creación, organización, funcionamiento y coordinación de las bibliotecas públicas
dentro de nuestra región, así como para ofrecer a las restantes bibliotecas un marco que haga
posible la cooperación imprescindible para la consecución de los fines a los que estos centros
culturales están destinados.

El artículo 7.º del Estatuto de Autonomía de Castilla y León establece que corresponde a los
poderes públicos de Castilla y León promover las condiciones para que la libertad y la igualdad
del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los castellanos y
leoneses en la vida cultural. Fácilmente se ve la imposibilidad del acercamiento individual o
colectivo a una cultura abierta y plural si no se facilita el acceso a los registros más
representativos del pensamiento humano de todos los tiempos; asimismo, resulta difícil
proclamar la existencia de una verdadera igualdad si todos y cada uno de los castellanos y
leoneses no disponen de las fuentes de información necesarias para el estudio, la educación
permanente y la toma de decisiones personales de alcance individual, profesional o social.

Por otro lado, el artículo 46 de la Constitución Española determina que es tarea de los poderes
públicos garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico,
cultural y artístico de los pueblos de España. Dentro del patrimonio histórico es de primordial
importancia el patrimonio bibliográfico y documental como medio para el mantenimiento de
la identidad histórica y del propio idioma, entendido este como vehículo básico de
comunicación y de convivencia social.

La consecución de estos objetivos en el ámbito geográfico de Castilla y León es cometido que


corresponde a la Comunidad Autónoma, ya que el artículo 26 del Estatuto de Autonomía
establece que la Comunidad de Castilla y León tiene competencia exclusiva en materia de
patrimonio histórico y de bibliotecas, hemerotecas y otros centros culturales de interés para la
Comunidad que no sean de titularidad estatal. El artículo 28 del Estatuto confiere asimismo a
la Comunidad, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 149 de la Constitución,
competencias de ejecución para la gestión de las bibliotecas y otros centros de carácter
cultural que sean de titularidad estatal y de interés para la región en el marco de los Convenios
que, en su caso, puedan celebrarse con el Estado.

Así pues, en virtud de las competencias citadas que confiere el Estatuto de Autonomía y
teniendo en cuenta la importancia de las bibliotecas, públicas y privadas, como vía de acceso a
la cultura y medio para suministrar a los ciudadanos la información que necesitan y como
instrumento, el más seguro, para la preservación y difusión del patrimonio bibliográfico, se
promulga la presente Ley que ha de ser norma básica para estimular y dirigir la acción de los
poderes públicos en la creación, organización, funcionamiento y coordinación de las
bibliotecas públicas dentro de nuestra región, así como para ofrecer a las restantes bibliotecas
un marco que haga posible la cooperación imprescindible para la consecución de los fines a los
que estos centros culturales están destinados.

Decreto 176/1990, de 13 de septiembre, por el que se


establecen normas reguladoras del Depósito Legal en la
Comunidad de Castilla y León
El Depósito Legal de Castilla y León tiene como misión esencial recoger los registros
bibliográficos y audiovisuales producidos en esta Comunidad Autónoma, contribuyendo de
esta forma a la conservación, enriquecimiento y difusión del patrimonio histórico castellano-
leonés.

Por otra parte, la elaboración de información bibliográfica a partir de las obras recopiladas por
medio del Depósito Legal, que constituye otro de los fines de éste, permite a la Comunidad
Autónoma el cumplimiento de otra de las obligaciones que estatutariamente le han sido
encomendadas, cual es la promoción del Libro y de las ediciones sonoras y audiovisuales,
competencia transferida también mediante el Real Decreto 3019/1983, de 21 de septiembre,
sobre traspaso de funciones y servicios del Estado en materia de cultura a la Comunidad de
Castilla y León.

El art. 48 de la Ley 16/1985, del Patrimonio Histórico Español, considera el patrimonio


bibliográfico como parte integrante del patrimonio histórico. De acuerdo con el art. 26.13 del
Estatuto de Autonomía, la Comunidad de Castilla y León tiene competencia exclusiva en
materia de patrimonio histórico, competencia que le fue transferida mediante el Real Decreto
3019/1983, de 21 de septiembre, sobre traspaso de funciones y servicios del Estado en
materia de cultura a la Comunidad de Castilla y León.

El Depósito Legal de Castilla y León tiene como misión esencial recoger los registros
bibliográficos y audiovisuales producidos en esta Comunidad Autónoma, contribuyendo de
esta forma a la conservación, enriquecimiento y difusión del patrimonio histórico castellano-
leonés. Por otra parte, la elaboración de información bibliográfica a partir de las obras
recopiladas por medio del Depósito Legal, que constituye otro de los fines de éste, permite a la
Comunidad Autónoma el cumplimiento de otra de las obligaciones que estatutariamente le
han sido encomendadas, cual es la promoción del Libro y de las ediciones sonoras y
audiovisuales, competencia transferida también mediante el citado Real Decreto.

La Ley 9/1989, de Bibliotecas de Castilla y León, establece una nueva organización del Sistema
de Bibliotecas de la Comunidad Autónoma, creando la Biblioteca de Castilla y León como
primer centro bibliotecario y bibliográfico del Sistema. Una de las funciones primordiales de
dicha Biblioteca es la de reunir, conservar y difundir los fondos bibliográficos, hemerográficos,
sonoros y audiovisuales integrantes del patrimonio costellano-leonés, así como todo tipo de
materiales producidos sobre cualquier soporte de información en Castilla o León o que traten
sobre esta Comunidad Autónoma bajo cualquier aspecto. Para el mejor cumplimiento de estos
fines, la Biblioteca de Castilla y León se constituye en depositaria de los ejemplares
procedentes del Depósito Legal que quedan en propiedad de la Comunidad Autónoma.

Para garantizar la conservación y consulta de todo lo publicado en Castilla a través del Sistema
de Bibliotecas de esta Comunidad, se publica el presente Decreto, cuyo contenido regula el
número de ejemplares de los distintos tipos de materiales publicados a depositar en las
Oficinas del Depósito Legal de las provincias de Castilla y León y la distribución de los mismos,
que no menoscaba en ningún caso la cantidad de ejemplares que debe recibir la Biblioteca
Nacional.

Decreto 56/1991, de 21 de marzo, por el que se establecen la


estructura y funciones de la Biblioteca de Castilla y León
El artículo 12 de la Ley 9/1989 , de 30 de noviembre, de Bibliotecas de Castilla y León, crea la
Biblioteca de Castilla y León como cabecera funcional y técnica, núcleo central y primer
establecimiento bibliográfico del Sistema de Bibliotecas de Castilla y León.

Se establece la sede, funciones y organización interna de la Biblioteca de Castilla y León. La


Biblioteca tendrá como objetivo prioritario la formación de una colección amplia y
representativa de las obras publicadas sobre temas y autores castellano-leoneses y la difusión
de la información bibliográfica. Realizará además funciones de recuperación, control,
conservación y difusión del patrimonio bibliográfico de la Comunidad, encargándose de la
coordinación de los catálogos colectivos y poniendo a disposición del Sistema de Bibliotecas de
Castilla y León medios adecuados para la microfilmación, preservación y restauración de
aquellos materiales que presenten problemas de conservación.

Decreto 214/1996, de 13 de septiembre, por el que se aprueba


el Reglamento de los centros y servicios bibliotecarios
integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León
El instrumento fundamental que prevé la Ley de Bibliotecas para la consecución de los fines
encomendados a la Comunidad Autónoma en este campo, es la creación de un Sistema de
Bibliotecas de ámbito regional, que ha de poner en comunicación a los diferentes organismos
de carácter bibliotecario para asegurar este servicio a todos los ciudadanos de la Comunidad
Autónoma mediante la cooperación y la coordinación de actuaciones.

El Sistema de Bibliotecas de Castilla y León así concebido está formado por el Consejo de
Bibliotecas de Castilla y León, la Biblioteca de Castilla y León, y los centros y servicios
bibliotecarios de cualquier titularidad que en él están integrados o puedan integrarse en el
futuro.
La Comunidad de Castilla y León tiene atribuidas, en virtud del artículo 26.1.13 de su Estatuto
de Autonomía, competencias exclusivas en materia de bibliotecas, hemerotecas y otros
centros culturales de interés para la Comunidad que no sean de titularidad estatal.

En desarrollo de estas competencias, y como soporte normativo para su ejecución; con la Ley
9/1989, de Bibliotecas de Castilla y León, la Comunidad Autónoma ha previsto las bases y
estructuras fundamentales para la actuación de los centros y servicios bibliotecarios públicos y
privados que colaboren en el servicio de biblioteca pública dentro de su ámbito territorial.

El instrumento fundamental que prevé la Ley de Bibliotecas para la consecución de estos fines
es la creación de un Sistema de Bibliotecas de ámbito regional, que ha de poner en
comunicación a los diferentes organismos de carácter bibliotecario para asegurar este servicio
a todos los ciudadanos de la Comunidad Autónoma mediante la cooperación y la coordinación
de actuaciones. El Sistema de Bibliotecas de Castilla y León así concebido está formado por el
Consejo de Bibliotecas de Castilla y León, la Biblioteca de Castilla y León, y los centros y
servicios bibliotecarios de cualquier titularidad que en él están integrados o puedan integrarse
en el futuro.

Una vez desarrollada la regulación del Consejo de Bibliotecas y la Biblioteca de Castilla y León,
el presente Reglamento tiene por finalidad completar el marco jurídico necesario para el
funcionamiento del Sistema de Bibliotecas de la Comunidad, estableciendo las normas básicas
para su organización y gestión, así como los cauces oportunos para el acceso al mismo de
centros y servicios bibliotecarios que, no estando aún integrados en él, deseen hacerlo en el
futuro.

Decreto 250/1996, de 7 de noviembre, por el que se delega el


ejercicio de funciones en materia de Sistemas Provinciales de
Bibliotecas en las Diputaciones Provinciales
La actuación de la Junta de Castilla y León en el ámbito provincial y en materia bibliotecaria se
realizará a través de los Sistemas Provinciales de Bibliotecas. Entre las funciones que
comprende esta actuación se encuentran las correspondientes al apoyo a las bibliotecas y
servicios bibliotecarios integrados en el Sistema Provincial de Bibliotecas, que se ejercen
mediante la prestación de servicios y asesoramiento técnico a través de las Bibliotecas de
titularidad estatal gestionadas por la Comunidad Autónoma, y mediante la aplicación de
créditos destinados a la creación y mejora de los servicios bibliotecarios y al incremento
equitativo de sus fondos.

Para el mejor ejercicio de las funciones antes referidas, se ha considerado conveniente realizar
una delegación de algunas funciones que esta Comunidad tiene sobre los Sistemas Provinciales
de Bibliotecas a favor de todas las Diputaciones Provinciales.

El Estatuto de Autonomía de Castilla y León reconoce a la Provincia como ámbito territorial


para el desarrollo y gestión de las competencias y funciones de la Comunidad y establece las
bases para que, conforme a criterios de descentralización, eficacia y coordinación de
funciones, se posibilite la prestación de funciones y servicios atribuidos a la Administración de
Castilla y León por aquellas Entidades que, como las Diputaciones Provinciales, tienen una
acreditada tradición de eficaz prestación de servicios y cercanía al administrado que los hacen
idóneos para la ejecución de determinadas competencias.

La 6/1986, de 6 de junio, Reguladora de las Relaciones entre la Comunidad Autónoma de


Castilla y León y las Entidades Locales, prevé en sus artículos 11 y siguientes la delegación del
ejercicio de funciones de titularidad de la Comunidad en las Entidades Locales, mediante
Decreto de la Junta de Castilla y León a propuesta de las Comisiones que dicha Ley regula. Y el
Decreto 214/1996 , de 13 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de los centros y
servicios bibliotecarios integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León determina en
su articulo 9º la posibilidad de delegar en las Diputaciones Provinciales determinadas
funciones que afectan a la gestión de los Sistemas Provinciales de Bibliotecas.

La actuación de la Junta de Castilla y León en el ámbito provincial y en materia bibliotecaria se


realizará a través de los Sistemas Provinciales de Bibliotecas. Entre las funciones que
comprende esta actuación se encuentran las correspondientes al apoyo a las bibliotecas y
servicios bibliotecarios integrados en el Sistema Provincial de Bibliotecas, que se ejercen
mediante la prestación de servicios y asesoramiento técnico a través de las Bibliotecas de
titularidad estatal gestionadas por la Comunidad Autónoma y mediante la aplicación de
créditos destinados a la creación y mejora de los servicios bibliotecarios y al incremento
equitativo de sus fondos.

Para el mejor ejercicio de las funciones antes referidas, se ha considerado conveniente realizar
una delegación de algunas funciones que esta Comunidad tiene sobre los Sistemas Provinciales
de Bibliotecas a favor de todas las Diputaciones Provinciales, sin perjuicio de que para su
efectividad sea aceptada por la Entidad Local interesada.

El Consejo de Cooperación de la Administración de la Comunidad Autónoma con las provincias


de Castilla y León, en su reunión del día 28 de octubre de 1996 tuvo conocimiento de la
propuesta de delegación de funciones en materia de Sistema Provincial de Bibliotecas a las
Diputaciones Provinciales, según proyecto elaborado por la Consejería de Educación y Cultura
y, previa deliberación, fue aprobado en los términos del presente Decreto.

Decreto 263/1997, de 26 de diciembre, por el que se aprueba el


Reglamento interno de organización de los servicios de las
Bibliotecas Públicas de titularidad estatal gestionadas por la
Comunidad de Castilla y León
Se define la naturaleza y funciones específicas de las Bibliotecas Públicas de titularidad estatal
gestionadas por la Comunidad de Castilla y León, estableciendo las líneas fundamentales para
el tratamiento administrativo y técnico de los fondos, las funciones de la dirección y de las
áreas básicas de trabajo, las condiciones de acceso para el público, y los servicios mínimos que
se han de ofrecer a los usuarios. Además se definen las líneas de cooperación con los sistemas
urbanos, comarcales y provinciales de bibliotecas de la Comunidad.

Todo ello en consonancia con las disposiciones generales dictadas por la Ley 16/1985, de 25 de
junio del Patrimonio Histórico Español, el Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, de
Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas y el
Decreto 214/1996 de 13 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de los Centros y
Servicios bibliotecarios integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León.

El Real Decreto 3019/1983, de 21 de septiembre, sobre traspaso de funciones y servicios del


Estado en materia de cultura a la Comunidad de Castilla y León, transfiere a ésta la gestión de
las bibliotecas de titularidad estatal y determina en su Anexo I, B), e) que mediante convenio
entre el Ministerio de Cultura y la Comunidad Autónoma se establecerán los términos de los
derechos y obligaciones de ambas partes en materia de gestión de estos centros, de acuerdo
con los principios constitucionales y estatutarios. Dicho convenio se suscribió con fecha de 5
de junio de 1986, siendo publicado por Resolución de 9 de junio de 1986, de la Secretaría
General Técnica del Ministerio de Cultura.

Tras la promulgación de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, y


dando cumplimiento a lo estipulado en su disposición transitoria, 2.ª, se aprueba por el Real
Decreto 582/1989, de 19 de mayo, el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del
Sistema Español de Bibliotecas, el cual, tras definir la naturaleza y funciones específicas de
dichos centros, establece las líneas fundamentales para el tratamiento administrativo y técnico
de los fondos; las funciones de la dirección y de las áreas básicas de trabajo; las condiciones de
acceso para el público, y los servicios mínimos que se han de ofrecer a los usuarios, todo ello
sin perjuicio de las facultades que corresponden a la Administración encargada de la gestión
de estos centros en lo que se refiere al desarrollo de estas líneas generales.

En el período de tiempo transcurrido desde la publicación del citado Reglamento se ha


producido en España una notable evolución del concepto de biblioteca pública, de forma que
la aplicación de nuevas tecnologías, y la presencia de nuevos soportes de información en
aquélla es ahora frecuente, en especial en las Bibliotecas Públicas de titularidad estatal cuya
gestión corresponde a la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Por esta razón, a partir de la
organización y servicios que propone el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del
sistema Español de Bibliotecas, se ha de concebir una biblioteca pública donde tengan cabida
nuevos soportes y servicios y donde la cooperación presida el trabajo bibliotecario, de forma
que se pueda lograr el pleno aprovechamiento de los recursos de información existentes,
incluidos los accesibles a través de Internet. La Ley 9/1989, de 30 de noviembre, de Bibliotecas
de Castilla y León, incorpora a la definición de biblioteca pública las ideas esbozadas en el
párrafo anterior, dando a esta institución una notable proyección de futuro.

La coordinación de las Bibliotecas Públicas de titularidad estatal y los restantes centros del
Sistema de Bibliotecas de Castilla y León, así como la integración de éste en el Sistema Español,
son fines que se ponen de manifiesto en la Ley de Bibliotecas de Castilla y León. Así, al Decreto
214/1996 de 13 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de los Centros y Servicios
bibliotecarios integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León atribuye a estas
bibliotecas el papel de cabeceras de los sistemas provinciales y centrales de servicios técnicos
de apoyo para las demás bibliotecas. En consecuencia, las Bibliotecas Públicas de titularidad
estatal tienen atribuidas por mandato legal determinadas funciones dentro de los sistemas
provinciales, que se han de añadir a los que les corresponden en el ámbito local de acuerdo
con el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado.

Sin embargo, además de acometer la tarea de procurar a sus usuarios, con la ayuda de las
nuevas tecnologías, el acceso universal a la información, la biblioteca pública ha de contribuir
decididamente al conocimiento de su propio entorno social y cultural y al afianzamiento de las
señas de identidad locales y autonómicas. Por esta razón, dando cumplimiento a lo establecido
en el artículo 20 de la citada Ley de Bibliotecas que promueve la creación en las bibliotecas
públicas de secciones locales con la finalidad de conservar y difundir los fondos especializados
en el estudio del ámbito geográfico más cercano, las Bibliotecas Públicas gestionadas por la
Comunidad Autónoma de Castilla y León han de ser también centros de documentación sobre
la localidad y la provincia en la que están enclavados, a partir de una colección lo más amplia
posible de recursos de información especializada en temas locales.

En conclusión, las peculiaridades derivadas de la legislación autonómica sobre la materia, así


como la posibilidad de ofrecer recursos y servicios bibliotecarios más amplios y mejor
adaptados a las necesidades de los usuarios reales y potenciales, justifican la conveniencia de
promulgar el presente Reglamento, dando así cumplimiento a lo dispuesto a la Disposición
Transitoria Primera de la Ley de Bibliotecas de Castilla y León en lo referente a la
reglamentación del régimen interno de las Bibliotecas Públicas de titularidad estatal.

Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León


La Ley tiene como finalidad la protección, acrecentamiento y difusión del Patrimonio Cultural
de Castilla y León, así como su investigación y transmisión a las generaciones futuras. Contiene
para su consecución un conjunto de normas rectoras de la acción administrativa dirigida a la
protección y acrecentamiento del Patrimonio Cultural de la Comunidad, y concreta los
derechos y deberes concernientes a quienes realicen actuaciones que afecten a los bienes que
lo integran.

Dentro del Título V de la Ley, el artículo 67 establece los bienes que forman parte del
patrimonio bibliográfico de Castilla y León. La Ley recoge las medidas adecuadas de protección
y fomento, así como el régimen inspector y sancionador de los mismos.

El Patrimonio Cultural de Castilla y León, en el que se incluyen los bienes de cualquier


naturaleza y las manifestaciones de la actividad humana que, por sus valores, sirven como
testimonio y fuente de conocimiento de la Historia y de la civilización, es, debido a su
singularidad y riqueza, un valor esencial de la identidad de la Comunidad Autónoma. La
salvaguarda, enriquecimiento y difusión de los bienes que lo integran, cualesquiera que sean
su régimen y titularidad, son deberes encomendados a todos los poderes públicos, derivados
del mandato que nuestro texto constitucional les dirige, para que promuevan y tutelen el
acceso a la cultura y velen por la conservación y enriquecimiento del patrimonio histórico,
cultural y artístico.

En virtud de lo dispuesto en el artículo 149.1 de la Constitución española, y sin perjuicio de lo


que establece el apartado 2 de dicho precepto, la Comunidad de Castilla y León es titular, con
carácter exclusivo y en los términos del artículo 32.1.12.a de su Estatuto de Autonomía, de
competencias en materia de patrimonio histórico, artístico, monumental, arqueológico,
arquitectónico y científico. Le corresponden por ello las potestades legislativa y reglamentaria,
así como la función ejecutiva, incluida la inspección, en todo lo referente a dichas materias que
sea de interés para la Comunidad y no se encuentre reservado al Estado.
Desde la asunción de las competencias correspondientes por la Comunidad Autónoma, la
mencionada potestad legislativa se ha ejercitado en las materias de Bibliotecas, Archivos y
Patrimonio Documental y Museos, mediante la Ley 9/1989, de 30 de noviembre; la Ley 6/1991,
de 19 de abril, y la Ley 10/1994, de 8 de julio, respectivamente. La actuación en otros campos
del Patrimonio Cultural, como son los regulados en esta Ley, se ha venido rigiendo por la
legislación estatal, complementada y desarrollada por medio de reglamentos de la
Administración de la Comunidad referentes, fundamentalmente, a cuestiones de organización
y procedimiento.

La presente Ley pretende dar satisfacción a la necesidad de dotar a la Comunidad de Castilla y


León de una norma que al mismo tiempo complete el conjunto de figuras de protección del
Patrimonio Cultural hasta ahora aplicable, y proporcione un marco de actuación en esta
materia más adecuado a nuestra realidad regional. Asimismo establece normas específicas
aplicables a nuevas formas de actuación e intervención públicas y privadas sobre los bienes a
los que afecta, que han cobrado auge en los últimos tiempos.

La Ley tiene como finalidad la protección, acrecentamiento y difusión del Patrimonio Cultural
de Castilla y León, así como su investigación y transmisión a las generaciones futuras. Contiene
para su consecución un conjunto de normas rectoras de la acción administrativa dirigida a la
protección y acrecentamiento del Patrimonio Cultural de la Comunidad, y concreta los
derechos y deberes concernientes a quienes realicen actuaciones que afecten a los bienes que
lo integran.

El texto de la Ley está estructurado en un Título Preliminar, que contiene disposiciones


generales sobre las distintas materias que constituyen el objeto de aquélla, y siete títulos que
tratan, respectivamente, de la clasificación de los bienes que integran el Patrimonio Cultural de
la Comunidad, de su régimen de protección y conservación, del patrimonio arqueológico, del
patrimonio etnológico y lingüístico, del patrimonio documental y bibliográfico, de las medidas
de fomento y, por último, del régimen inspector y sancionador, además de una parte final
compuesta por tres disposiciones adicionales, tres transitorias, dos derogatorias y tres
disposiciones finales.

Partiendo de un concepto amplio de Patrimonio Cultural, en el que se integran los bienes


muebles, inmuebles, actividades y específicamente, el patrimonio documental y bibliográfico y
lingüístico, la Ley contiene los principios, normas y procedimientos que han de regir la política
de protección de los bienes culturales en la Comunidad Autónoma. Para ello establece en su
Título preliminar los principios básicos de actuación de las distintas instancias que intervienen
en este ámbito, haciendo una referencia especial a la Iglesia Católica, en consideración al
destacado papel que desempeña en la conservación de una parte muy importante de aquellos.

La protección que se dispensa al Patrimonio Cultural de la Comunidad en virtud de esta Ley se


articula en tres regímenes que, en función del interés apreciado en los bienes integrantes de
aquél, determinan la aplicación de las distintas normas de la misma. El primero de dichos
regímenes se refiere a todos los bienes en los que se aprecien los valores definitorios de dicho
Patrimonio. El segundo se refiere a los bienes incluidos en el Inventario de Bienes del
Patrimonio Cultural de Castilla y León, y el tercero a los bienes declarados de interés cultural.
En el Título I se definen estas categorías y se establecen las normas de procedimiento que
deben seguirse para la inclusión de los distintos bienes en ellas.

El nivel mayor de protección establecido es, como se ha dicho, el de los Bienes de Interés
Cultural, en cuya regulación la Ley ha incorporado los planteamientos de la legislación estatal
vigente en el momento de su aprobación, aunque procurando completarla y clarificarla en
algunos extremos que en la práctica han resultado conflictivos o insuficientes. El sistema de
protección que establece la Ley pretende seguir así las pautas y principios que rigen en dicha
legislación, con el propósito de propiciar la homogeneidad, coordinación y colaboración
interadministrativa que se consideran necesarias para la protección de estos bienes.

La Ley introduce, además, un segundo nivel de protección, el de los bienes inventariados, para
complementar al anterior.

Pese al abandono que han sufrido durante largos períodos de nuestra Historia, son muy
numerosos en el territorio de Castilla y León los ejemplos de bienes culturales que, sin alcanzar
el grado de excelencia que les haría merecedores de la declaración como Bienes de Interés
Cultural, presentan un incuestionable valor para su disfrute y utilización como exponentes de
facetas de nuestra cultura tales como el arte, la historia o la técnica, así como la vida,
costumbres, lengua y economía tradicionales. La importancia que este valor confiere a estos
bienes, unida a su abundancia, dispersión y variedad, los convierten en elementos
caracterizadores de nuestro territorio y sociedad, haciendo necesaria la articulación de un
sistema adecuado para su protección y tutela, en el que se combinen la agilidad de los
procedimientos de declaración y control de intervenciones con las garantías que exige la
seguridad jurídica de sus titulares o poseedores. Por las razones anteriores se ha configurado
para estos bienes una categoría y régimen de protección, como bienes inventariados, de rango
inferior a la de los Bienes de Interés Cultural, previéndose la descentralización de las funciones
de tutela para los bienes inmuebles, mediante la intervención municipal.

El Título II de la Ley contiene las normas especiales para la protección de los Bienes de Interés
Cultural e inventariados, junto con las que se aplican en general a todos los bienes que
integran el Patrimonio Cultural de Castilla y León de acuerdo con esta Ley. El Capítulo I de este
Título contiene los deberes y derechos generales que afectan a todo titular o poseedor de
bienes integrantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León, hayan o no hayan sido calificados
como Bienes de Interés Cultural o inventariados, así como las normas de protección que son
comunes a ambas categorías. Entre estas normas se incluyen las referentes a los derechos de
tanteo y retracto instituidos en beneficio de las entidades públicas y no lucrativas, mediante
los cuales se pretende favorecer la conservación y utilización de los bienes más significativos
por tal clase de instituciones y garantizar el disfrute y conservación en la Comunidad
Autónoma de los bienes muebles inventariados o declarados de interés cultural. Las normas de
particular aplicación para la protección de los bienes inventariados y declarados de interés
cultural se encuentran igualmente recogidas en este Título II, en sus Capítulos II y III,
respectivamente. Todo ello conforma el régimen general de protección y conservación
correspondiente a las categorías de bienes establecidas en la Ley, en el que se prevén las
potestades administrativas y deberes necesarios para garantizar su conservación, así como la
función de tutela sobre ellos que corresponde a la Administración competente.

En el Título III, referente al Patrimonio Arqueológico, la Ley mantiene expresamente vigentes


en la Comunidad Autónoma algunas de las normas y medios de protección establecidos por la
legislación estatal, en unos casos por razones de competencia material y en otros, como es el
caso de los bienes susceptibles de ser trasladados por el territorio del Estado, por considerar
que puede resultar más eficaz su protección si se utilizan categorías y medios homogéneos,
que no planteen dudas sobre su aplicabilidad en las distintas Comunidades Autónomas.
Siguiendo los criterios expuestos, se ha completado en este Título el conjunto de actividades
arqueológicas hasta ahora previsto en la legislación aplicable, añadiendo otras nuevas, como
las de control arqueológico o los estudios directos con reproducción de arte rupestre, además
de regular después, en el Título VI, los requisitos mínimos que deberán cumplirse en zonas
arqueológicas y espacios análogos que se declaren como espacios culturales para la difusión de
sus valores.

También en relación con el patrimonio arqueológico, la Ley introduce algunas novedades


encaminadas a reforzar la intervención preventiva en este campo, regulando, en distintos
apartados, su tratamiento en los instrumentos de planeamiento urbanístico y en los estudios
de evaluación de impacto ambiental. Así mismo se ha completado la normativa hasta ahora
vigente sobre hallazgos casuales, con el fin de evitar la realización de actividades arqueológicas
no autorizadas.

En el Título IV, que trata del patrimonio etnológico y lingüístico, tienen su marco de protección
las manifestaciones inmateriales del Patrimonio Cultural, junto con los bienes, muebles o
inmuebles que son testimonio de la cultura y vida tradicionales. Se prevé en él la adopción de
medidas para su protección, adecuadas a la naturaleza de los distintos bienes incluidos en
dicho concepto.

El Título V contiene la regulación concerniente al patrimonio documental y bibliográfico.


Remite, para lo que se refiere al primero de ambos sectores del Patrimonio Cultural, a la
legislación especial de la Comunidad Autónoma sobre Archivos y patrimonio documental. El
patrimonio bibliográfico se extiende a las distintas formas de aparición de obras en ejemplares
múltiples o para una pluralidad de destinatarios. Para los bienes que integran estos sectores se
establece un régimen de protección afín al previsto en la Ley para los bienes muebles, con las
especificidades que resultan necesarias en razón de sus peculiaridades y que se completa en la
Disposición Adicional tercera.

El Título VI, referente a medidas de fomento, introduce algunas previsiones nuevas cuya
finalidad es el mejor conocimiento, la comprensión de nuestro patrimonio y su difusión, tanto
en el sistema educativo como mediante la implantación de servicios especializados.

El último de los Títulos de la Ley, dedicado al régimen inspector y sancionador, contiene la


necesaria tipificación de las infracciones y sanciones correlativas a los deberes que impone la
Ley, con sujeción a la normativa general sobre procedimiento administrativo más reciente,
adecuándola a las peculiaridades que normalmente ofrecen las actividades ilícitas en materia
de Patrimonio Cultural, según la experiencia proporcionada por la gestión.

Acuerdo 50/2006, de 11 de abril, de la Junta de Castilla y León,


por el que se aprueba el Plan de Lectura de Castilla y León 2006-
2010
El Plan de Lectura de Castilla y León surge por iniciativa de la Comisión del IV Centenario del
Quijote en Castilla y León, y se encuadra en la estrategia regional para el desarrollo de la
sociedad de la información, que posibilita el pleno desarrollo personal, profesional, social y
cultural de los individuos, así como la promoción de la identidad cultural de Castilla y León en
aquellos aspectos relacionados con la lectura.
El objetivo básico es poner al alcance de todos los ciudadanos de Castilla y León medios
adecuados y suficientes para hacer posible el desarrollo de los hábitos lectores y de la
capacidad de disfrutar del placer de la lectura, ya que se considera que ésta es una
herramienta imprescindible para el aprendizaje, básica para acceder a la sociedad del
conocimiento y a la cultura, y recomendable como alternativa creativa de ocio.

Se dedicará especial atención a los niños, a los jóvenes y a los colectivos más desfavorecidos en
relación con la lectura, tales como personas mayores, inmigrantes, personas con discapacidad
y habitantes del mundo rural.

Ley 23/2011, de 29 de julio, de depósito legal


El patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital de las culturas de España es uno
de los más ricos y representativos del mundo y debe ser preservado en beneficio de las
generaciones presentes y futuras.

La figura del depósito legal fue introducida en España por primera vez en el siglo XVII. Felipe III
concede a la Real Biblioteca de El Escorial el privilegio de recibir un ejemplar de cuantos libros
se imprimiesen, siendo Felipe V quien amplía este privilegio mediante Real Cédula de 26 de
julio de 1716, a la recién fundada Librería Real, hoy Biblioteca Nacional de España. Desde
aquella fecha ha sido una preocupación constante el cumplimiento de esta obligación, dando
lugar a diversas y sucesivas disposiciones.

La presente ley tiene por objeto regular el depósito legal, que se configura como la institución
jurídica que permite a la Administración General del Estado y a las Comunidades Autónomas
recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo reproducidas en cualquier clase de
soporte y destinadas por cualquier procedimiento a su distribución o comunicación pública,
sea ésta gratuita u onerosa, con la finalidad de cumplir con el deber de preservar el patrimonio
bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital de las culturas de España en cada momento
histórico, y permitir el acceso al mismo con fines culturales, de investigación o información, y
de reedición de obras, de conformidad con lo dispuesto en esta ley y en la legislación sobre
propiedad intelectual.

La ley cuenta con 20 artículos agrupados en cinco capítulos, tres disposiciones adicionales, una
disposición derogatoria, y cuatro disposiciones finales.

- El Capítulo I establece las disposiciones relativas a la institución del depósito legal y sus
objetivos, así como una serie de definiciones a los efectos de esta ley.
- El Capítulo II se refiere a la obligación del depósito legal y señala cuáles son las
publicaciones objeto del depósito legal, así como los sujetos obligados al mismo,
conteniendo una especificación relativa a las publicaciones electrónicas en línea.
- El Capítulo III se refiere a la administración del depósito legal y a las instituciones
implicadas en la misma, como son los centros de conservación y las oficinas de
depósito legal.
- El Capítulo IV determina las disposiciones relativas a la constitución del depósito legal
y al número de ese depósito, con una consideración específica sobre las publicaciones
electrónicas.
- El Capítulo V establece, en último lugar, el régimen de infracciones y sanciones.

Decreto 18/2014, de 24 de abril, por el que se crea y regula el


Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de
Castilla y León.
Los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos son instituciones culturales
fundamentales para cumplir con los mandatos constitucionales y estatutarios relacionados con
la conservación, acrecentamiento y difusión de la riqueza cultural y patrimonial de Castilla y
León y con la garantía de igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos en el acceso a la
cultura y a la información. Buena parte del patrimonio cultural de Castilla y León se custodia en
los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos radicados en su territorio, por lo que el
cumplimiento de estos mandatos no podría entenderse sin la participación de estas
instituciones culturales.

El Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León que ahora se crea
es un órgano colegiado, adscrito a la consejería competente en materia de archivos,
bibliotecas y centros museísticos, y pretende ser el lugar de encuentro de los responsables de
la gestión de estas instituciones, y de los técnicos y especialistas que, desde distintos ámbitos,
trabajan en estos sectores en la Comunidad de Castilla y León. Este órgano nace así con la
finalidad de ofrecer propuestas y recomendaciones de carácter técnico que sirvan para
perfeccionar las políticas en materia de archivos y patrimonio documental, bibliotecas,
fomento de la lectura y patrimonio bibliográfico, y centros museísticos.

Los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos son instituciones culturales
fundamentales para cumplir con los mandatos constitucionales y estatutarios relacionados con
la conservación, acrecentamiento y difusión de la riqueza cultural y patrimonial de Castilla y
León y con la garantía de igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos en el acceso a la
cultura y a la información. Buena parte del patrimonio cultural de Castilla y León se custodia en
los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos radicados en su territorio, por lo que el
cumplimiento de estos mandatos no podría entenderse sin la participación de estas
instituciones culturales.

Los archivos, como instituciones encargadas de conservar y difundir los bienes integrantes del
patrimonio documental, desempeñan un papel primordial, ya que, además, son garantes de la
libertad de información, constituyen una salvaguarda de los derechos y libertades ciudadanos
y permiten un funcionamiento eficaz y eficiente de la Administración.

Por su parte, las bibliotecas, además de ser depositarias de un valiosísimo patrimonio


bibliográfico que conservan y difunden, ofrecen a todos los ciudadanos una serie de servicios
vinculados a la creación y al desarrollo de los hábitos lectores de los ciudadanos, a través de
los ciudadanos, a través de los que también contribuyen, de un modo determinante, a
garantizar el derecho de acceso a la cultura y a la información. En tercer lugar, los centros
museísticos son asimismo lugares de custodia de bienes pertenecientes al patrimonio cultural
de Castilla y León, dedicados tanto a transmitir esos bienes como los conocimientos y la
información a ellos asociados; con ese fin los centros museísticos llevan a cabo una importante
labor de recuperación, incremento, documentación y conservación de la riqueza patrimonial
que albergan.

Por otro lado, es preciso recordar que la Administración de la Comunidad de Castilla y León
diseña las políticas en materia de archivos, bibliotecas y centros museísticos, con las que
contribuir a garantizar la conservación del rico patrimonio que éstos custodian, así como a
mejorar los servicios que esos centros prestan a los ciudadanos. En este contexto, se considera
necesario crear un órgano asesor y consultivo en materia de archivos y patrimonio
documental, de bibliotecas, fomento de la lectura y patrimonio bibliográfico, y de centros
museísticos, que contribuya a la implementación de las políticas de la Comunidad de Castilla y
León en esos sectores, gracias a las propuestas y recomendaciones técnicas que se elaboren en
su seno

Sobre la base de estos planteamientos y en el ejercicio de las competencias exclusivas que


ostenta la Comunidad de Castilla y León en materia de estructura y organización de la
Administración de la Comunidad y en materia de cultura, con especial atención a las
actividades culturales de la Comunidad, de acuerdo con lo establecido en el artículo 70.1.2.º y
31.º, respectivamente, del Estatuto de Autonomía, en el presente decreto se crea el Consejo
de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León.

Este órgano colegiado, adscrito a la consejería competente en materia de archivos, bibliotecas


y centros museísticos, pretende ser el lugar de encuentro de los responsables de la gestión de
los archivos, bibliotecas y centros museísticos, y de los técnicos y especialistas que, desde
distintos ámbitos, trabajan en estos sectores en la Comunidad de Castilla y León; este órgano
nace así con la finalidad de ofrecer propuestas y recomendaciones de carácter técnico que
sirvan para perfeccionar las políticas en materia de archivos y patrimonio documental,
bibliotecas, fomento de la lectura y patrimonio bibliográfico, y centros museísticos. Su puesta
en funcionamiento redundará igualmente en una gestión más eficaz y eficiente de las políticas
de la Comunidad de Castilla y León en esas materias.

Del mismo modo, con el fin de evitar la dispersión normativa, favorecer la racionalización
orgánica y conseguir una mayor eficacia en el funcionamiento de los órganos adscritos a la
consejería competente en materia de archivos, bibliotecas y centros museísticos,
especialmente, simplificando trámites y agilizando la gestión, asume las funciones que hasta
ahora desempeñaban otros órganos sectoriales. Así y de acuerdo con la disposición adicional
cuarta de la Ley 1/2012, de 28 de febrero, de Medidas Tributarias, Administrativas y
Financieras, el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León viene a
sustituir al Consejo de Archivos de Castilla y León, al Consejo de Bibliotecas de Castilla y León y
al Consejo de Museos de Castilla y León.

Por otra parte, con el presente decreto también se viene a dar cumplimiento al Acuerdo
22/2014, de 30 de enero, de la Junta de Castilla y León, por el que se aprueban las Medidas
para la reforma de la Administración de la Comunidad de Castilla y León, y, en concreto, con la
necesaria agilización en la tramitación de todos aquellos asuntos de los que conocían hasta
ahora los tres Consejos, así como avanzar en la racionalización, eficacia y eficiencia en el
funcionamiento de la Administración Autonómica.

En orden a un funcionamiento más eficaz y eficiente del procedimiento para la aprobación de


las propuestas de reglas y calendarios de conservación de documentos que se presenten para
su aprobación por la consejería competente en materia de archivos, bibliotecas y centros
museísticos, el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos asumirá las funciones de
la Comisión Calificadora de Documentos de Castilla y León.

Para cumplir con las tareas técnicas que hasta ahora han desempeñado esos órganos y para
hacerlo en condiciones de eficacia y eficiencia, el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros
Museísticos de Castilla y León funcionará en pleno, y en la Comisión Sectorial de Archivos y
Patrimonio Documental, en la Comisión Sectorial de Bibliotecas y en la Comisión Sectorial de
Centros Museísticos.

El Pleno del Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León


contribuirá a mejorar las políticas en estas materias, a través de su asesoramiento en la
definición de las políticas sectoriales y en los proyectos de creación o gestión de nuevos
centros por la Administración autonómica; también trabajará con ese fin, mediante la
elaboración de propuestas relacionadas con la calidad de los servicios que prestan los archivos,
las bibliotecas y los centros museísticos, contribuyendo con ello a la racionalización de sus
procedimientos y métodos de trabajo. Desde el Pleno se podrán asimismo realizar estudios y
propuestas relativas a iniciativas normativas en esas materias, e igualmente asesorar a la
consejería competente en materia de archivos, bibliotecas

y centros museísticos en cuantas cuestiones se refieran a los archivos y el patrimonio


documental, las bibliotecas y el patrimonio bibliográfico, y los centros museísticos. Por su
parte la Comisión Sectorial de Archivos y Patrimonio Documental, la Comisión Sectorial de
Bibliotecas y la Comisión Sectorial de Centros Museísticos desempeñarán las funciones asesora
y consultiva, que respectivamente les corresponden dentro de este órgano, en aquellos
aspectos técnicos que se circunscriban bien a los archivos y el patrimonio documental, bien a
las bibliotecas, el fomento de la lectura y el patrimonio bibliográfico, bien a los centros
museísticos.

El Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León, como órgano


colegiado que pretende dar cabida tanto a representantes de la gestión de archivos,
bibliotecas y centros museísticos de la Comunidad de Castilla y León, como a otros
profesionales y expertos técnicos en esas materias, estará integrado por responsables de esos
sectores en la Administración autonómica, en la Administración local y en las universidades
públicas de Castilla y León, así como en la Iglesia católica y en otras entidades privadas. El
Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León también acogerá a
personas de reconocida competencia en esas materias, con lo que la Comunidad de Castilla y
León se dota de un órgano asesor y consultivo que permite aunar tanto las experiencias y
conocimientos, como las responsabilidades imprescindibles para dar las respuestas más
adecuadas y contribuir al fortalecimiento de las políticas en estos sectores.

Este decreto está compuesto, en su parte dispositiva, por quince artículos y, en su parte final,
por catorce disposiciones: cinco adicionales, una disposición transitoria, una derogatoria y
siete finales.

En el articulado se determina el objeto de la norma, se crea el Consejo de Archivos, Bibliotecas


y Centros Museísticos de Castilla y León y se fija su adscripción a la consejería competente en
materia de archivos, bibliotecas y centros museísticos. Además, se establecen las funciones
que se atribuyen a este órgano colegiado y la composición del mismo, al tiempo que se
concretan las reglas sobre el nombramiento, el mandato y la suplencia de sus miembros.
Finalmente, se fija la estructura del Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de
Castilla y León, que funcionará en pleno o en las comisiones sectoriales anteriormente
señaladas, y su régimen de funcionamiento.

En la parte final, las disposiciones adicionales determinan el plazo en el que deberá


constituirse el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León, el
régimen para llevar a efecto las propuestas de nombramientos de las personas titulares y
suplentes de las vocalías, y la provisión de los medios personales y materiales que requerirá el
órgano colegiado en su constitución y funcionamiento. Además, prevén la posibilidad de que el
Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León pueda utilizar medios
electrónicos para constituirse, así como para adoptar acuerdos. Finalmente, la disposición
adicional quinta regula el régimen de indemnizaciones por razón de servicio.

La disposición transitoria recoge el régimen transitorio aplicable a la Comisión Calificadora de


Documentos de Castilla y León, con el objeto de garantizar la continuidad en las funciones de
este órgano. a disposición derogatoria, además de contener una cláusula genérica de
derogación, deroga expresamente determinadas disposiciones normativas como consecuencia
de la racionalización orgánica que se opera en este decreto.

La disposición final primera recoge las normas supletorias aplicables al régimen de


funcionamiento del Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León.
Las disposiciones finales segunda a quinta modifican los distintos decretos de creación de los
museos de titularidad de la Comunidad Autónoma en lo que se refiere a su estructura básica.
Por su parte, la disposición final sexta establece la habilitación normativa para el desarrollo y
ejecución de este decreto. Por último, la disposición final séptima regula la entrada en vigor de
esta norma.

Acuerdo 3/2016, de 18 de enero, de la Junta de Castilla y León,


por el que se aprueba el II Plan de Lectura de la Comunidad de
Castilla y León 2016-2020
Este II Plan de Lectura, se concibe como el marco estratégico para las actuaciones de la
Administración Autonómica en materia de alfabetización, lectura, libro y bibliotecas. En
términos generales, propone una estrategia autonómica basada en criterios de cooperación,
sostenibilidad e innovación, en la que se encuadran y coordinan las actuaciones de las
Consejerías, de las distintas Administraciones Públicas (Ministerios, Diputaciones Provinciales y
Ayuntamientos) y de todo tipo de entidades públicas y privadas interesadas en dichas
materias.

Entre los objetivos principales de este Plan se encuentran:

- Fomentar el desarrollo de los hábitos de lectura necesarios para la plena integración


en la sociedad del conocimiento de todos los castellanos y leoneses.
- Extender y facilitar el acceso a la lectura a las personas con más riesgo de exclusión
social
- Favorecer el desarrollo de las competencias que hacen posible una lectura digital
eficaz
- Conseguir mayor cooperación y contacto con la ciudadanía y las asociaciones de las
localidades
- Mejorar los índices de lectura en el medio rural
- Convertir a las bibliotecas en centro neurálgicos de la lectura y lugares de encuentro
para los lectores
- Impulsar el respeto a la propiedad intelectual como principio ético frente a la piratería

Para su desarrollo el II Plan de Lectura se estructura en ocho líneas de actuación que recogen,
a través de diversas acciones, las directrices y actuaciones que se van a implementar durante
los cinco años de duración del citado plan.

1. La práctica de lectura persigue dar la posibilidad a todos los ciudadanos, y


especialmente a los más alejados de las prácticas lectoras, de sumergirse en esta
habilidad intelectual que nos permite acceder a los recursos de información en
igualdad de oportunidades y faculta para desplegar el potencial de desarrollo cultural,
creativo, personal y laboral.
2. La lectura digital y se centra en los nuevos soportes documentales y la diversificación
de formatos y nuevas formas de lectura, así como en el desarrollo de competencias y
destrezas en lectura digital.
3. La participación ciudadana, pretende una mayor implicación del ciudadano y conseguir
que sea un agente comprometido con planes y proyectos, lo que, sin duda, mejorará la
gestión y favorecerá la transparencia y la aceptación de los mismos.
4. El medio rural, tiene tres objetivos: elevar los índices de lectura del medio rural,
impulsar el papel de la biblioteca como centro de cultura y ocio de la localidad, y
mejorar los servicios bibliotecarios móviles.
5. Otros agentes, se centra en la cooperación con los diferentes agentes profesionales del
sector del libro y la lectura, que juegan un papel imprescindible en el fomento de la
lectura, en la consolidación de los hábitos lectores y en la alfabetización.
6. Un nuevo perfil profesional del bibliotecario, lo cual permitirá que pueda seguir
desempeñando un papel activo en la educación permanente, en la alfabetización y en
el fomento y consolidación de los hábitos de lectura.
7. Lectura y lengua. Las bibliotecas serán centros de apoyo al español, como lugares de
prácticas que permitan la interacción de los alumnos tanto con los usuarios como con
el personal de las bibliotecas y, naturalmente, proporcionan bibliografía, información o
referencia relacionados con la lengua, la cultura, el arte y la literatura en español.
8. Un nuevo marco normativo que se adapte a los tiempos actuales, a la irrupción de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, a las necesidades de mayor
coordinación del Sistema de Bibliotecas de la Comunidad, así como la regulación de la
creación, uso y preservación de los contenidos digitales de Castilla y León.

Orden CYT/1199/2019, de 29 de noviembre, por la que se


desarrolla la estructura orgánica de los Servicios Centrales de la
Consejería de Cultura y Turismo
En virtud de esta norma, la Dirección General de Políticas Culturales, para el ejercicio de las
funciones que tiene encomendadas en el artículo 7 del Decreto 26/2019, de 1 de agosto, y de
las demás que se le atribuyan legalmente, se estructura en las siguientes unidades
administrativas:

a) Servicio de Promoción Cultural


b) Servicio de Museos
c) Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León
d) Servicio de Archivos y Archivo General de Castilla y León
e) Servicio de Gestión y Apoyo

2. El Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León contará con las siguientes áreas
técnicas:

a) La Biblioteca de Estudios Castellano y Leoneses


b) La Biblioteca Pública de Valladolid
c) La Hemeroteca de Castilla y León
d) El Centro de audiovisuales de Castilla y León
e) El Centro Bibliográfico de Castilla y León

Artículo 10. Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León.

1. El Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León ejercerá las siguientes funciones:

a) Las previstas en el artículo 4 del Decreto 56/1991, de 21 de marzo, por el que se


establece las funciones y la estructura de la Biblioteca de Castilla y León.
b) La promoción de la lectura y del libro.
c) El impulso, coordinación y desarrollo de los servicios bibliotecarios.
d) La recuperación, protección, conservación, catalogación, difusión y puesta en valor del
patrimonio bibliográfico.
e) Las correspondientes a la Biblioteca Pública de Valladolid como centro de lectura
pública de titularidad estatal, de acuerdo con lo establecido en la normativa
reguladora de las Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas.
f) La coordinación de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla y León y la dirección y
mantenimiento del Catálogo Colectivo de la Red y de todos aquellos catálogos y
servicios de carácter común que se desarrollen.
g) La planificación, desarrollo y ejecución, en coordinación con el Servicio de Informática
de la Consejería, de actuaciones en materia de bibliotecas digitales y protección del
patrimonio digital.
h) Las correspondientes a la Administración Autonómica en materias del libro, depósito
legal y registro de la propiedad intelectual.
i) La mejora de la calidad e innovación en el acceso a la información y en la prestación de
servicios bibliotecarios.
j) La coordinación de los centros bibliotecarios adscritos a la Dirección General.
k) La restauración y reproducción de materiales y documentos de la Biblioteca de
a) Castilla y León.
l) La planificación y explotación, en coordinación con el Servicio de Informática de la
Consejería, de los recursos informáticos de la Biblioteca de Castilla y León.
m) La investigación, organización, mantenimiento y restauración de colecciones, actuales
y retrospectivas, de recursos continuados que hayan sido editados en Castilla y León
en cualquier soporte y medio de difusión.
n) Las establecidas en la Ley 9/1989, de 30 de noviembre, de Bibliotecas de Castilla y
León.
o) Cualquier otra que le fuese encomendada o le viniese atribuida por vía normativa.

2. El Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León contará con las siguientes áreas
técnicas:

a) La Biblioteca de Estudios Castellano y Leoneses.


b) La Biblioteca Pública de Valladolid.
c) La Hemeroteca de Castilla y León.
d) El Centro de audiovisuales de Castilla y León.
e) El Centro Bibliográfico de Castilla y León.

3. Corresponde al titular del Servicio Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León la dirección de la


Biblioteca de Castilla y León y de la Biblioteca Pública de Valladolid, pudiendo existir en aquélla
una subdirección.

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