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El artículo 7.º del Estatuto de Autonomía de Castilla y León establece que corresponde a los
poderes públicos de Castilla y León promover las condiciones para que la libertad y la igualdad
del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los castellanos y
leoneses en la vida cultural. Fácilmente se ve la imposibilidad del acercamiento individual o
colectivo a una cultura abierta y plural si no se facilita el acceso a los registros más
representativos del pensamiento humano de todos los tiempos; asimismo, resulta difícil
proclamar la existencia de una verdadera igualdad si todos y cada uno de los castellanos y
leoneses no disponen de las fuentes de información necesarias para el estudio, la educación
permanente y la toma de decisiones personales de alcance individual, profesional o social.
Por otro lado, el artículo 46 de la Constitución Española determina que es tarea de los poderes
públicos garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico,
cultural y artístico de los pueblos de España. Dentro del patrimonio histórico es de primordial
importancia el patrimonio bibliográfico y documental como medio para el mantenimiento de
la identidad histórica y del propio idioma, entendido este como vehículo básico de
comunicación y de convivencia social.
Así pues, en virtud de las competencias citadas que confiere el Estatuto de Autonomía y
teniendo en cuenta la importancia de las bibliotecas, públicas y privadas, como vía de acceso a
la cultura y medio para suministrar a los ciudadanos la información que necesitan y como
instrumento, el más seguro, para la preservación y difusión del patrimonio bibliográfico, se
promulga la presente Ley que ha de ser norma básica para estimular y dirigir la acción de los
poderes públicos en la creación, organización, funcionamiento y coordinación de las
bibliotecas públicas dentro de nuestra región, así como para ofrecer a las restantes bibliotecas
un marco que haga posible la cooperación imprescindible para la consecución de los fines a los
que estos centros culturales están destinados.
Por otra parte, la elaboración de información bibliográfica a partir de las obras recopiladas por
medio del Depósito Legal, que constituye otro de los fines de éste, permite a la Comunidad
Autónoma el cumplimiento de otra de las obligaciones que estatutariamente le han sido
encomendadas, cual es la promoción del Libro y de las ediciones sonoras y audiovisuales,
competencia transferida también mediante el Real Decreto 3019/1983, de 21 de septiembre,
sobre traspaso de funciones y servicios del Estado en materia de cultura a la Comunidad de
Castilla y León.
El Depósito Legal de Castilla y León tiene como misión esencial recoger los registros
bibliográficos y audiovisuales producidos en esta Comunidad Autónoma, contribuyendo de
esta forma a la conservación, enriquecimiento y difusión del patrimonio histórico castellano-
leonés. Por otra parte, la elaboración de información bibliográfica a partir de las obras
recopiladas por medio del Depósito Legal, que constituye otro de los fines de éste, permite a la
Comunidad Autónoma el cumplimiento de otra de las obligaciones que estatutariamente le
han sido encomendadas, cual es la promoción del Libro y de las ediciones sonoras y
audiovisuales, competencia transferida también mediante el citado Real Decreto.
La Ley 9/1989, de Bibliotecas de Castilla y León, establece una nueva organización del Sistema
de Bibliotecas de la Comunidad Autónoma, creando la Biblioteca de Castilla y León como
primer centro bibliotecario y bibliográfico del Sistema. Una de las funciones primordiales de
dicha Biblioteca es la de reunir, conservar y difundir los fondos bibliográficos, hemerográficos,
sonoros y audiovisuales integrantes del patrimonio costellano-leonés, así como todo tipo de
materiales producidos sobre cualquier soporte de información en Castilla o León o que traten
sobre esta Comunidad Autónoma bajo cualquier aspecto. Para el mejor cumplimiento de estos
fines, la Biblioteca de Castilla y León se constituye en depositaria de los ejemplares
procedentes del Depósito Legal que quedan en propiedad de la Comunidad Autónoma.
Para garantizar la conservación y consulta de todo lo publicado en Castilla a través del Sistema
de Bibliotecas de esta Comunidad, se publica el presente Decreto, cuyo contenido regula el
número de ejemplares de los distintos tipos de materiales publicados a depositar en las
Oficinas del Depósito Legal de las provincias de Castilla y León y la distribución de los mismos,
que no menoscaba en ningún caso la cantidad de ejemplares que debe recibir la Biblioteca
Nacional.
El Sistema de Bibliotecas de Castilla y León así concebido está formado por el Consejo de
Bibliotecas de Castilla y León, la Biblioteca de Castilla y León, y los centros y servicios
bibliotecarios de cualquier titularidad que en él están integrados o puedan integrarse en el
futuro.
La Comunidad de Castilla y León tiene atribuidas, en virtud del artículo 26.1.13 de su Estatuto
de Autonomía, competencias exclusivas en materia de bibliotecas, hemerotecas y otros
centros culturales de interés para la Comunidad que no sean de titularidad estatal.
En desarrollo de estas competencias, y como soporte normativo para su ejecución; con la Ley
9/1989, de Bibliotecas de Castilla y León, la Comunidad Autónoma ha previsto las bases y
estructuras fundamentales para la actuación de los centros y servicios bibliotecarios públicos y
privados que colaboren en el servicio de biblioteca pública dentro de su ámbito territorial.
El instrumento fundamental que prevé la Ley de Bibliotecas para la consecución de estos fines
es la creación de un Sistema de Bibliotecas de ámbito regional, que ha de poner en
comunicación a los diferentes organismos de carácter bibliotecario para asegurar este servicio
a todos los ciudadanos de la Comunidad Autónoma mediante la cooperación y la coordinación
de actuaciones. El Sistema de Bibliotecas de Castilla y León así concebido está formado por el
Consejo de Bibliotecas de Castilla y León, la Biblioteca de Castilla y León, y los centros y
servicios bibliotecarios de cualquier titularidad que en él están integrados o puedan integrarse
en el futuro.
Una vez desarrollada la regulación del Consejo de Bibliotecas y la Biblioteca de Castilla y León,
el presente Reglamento tiene por finalidad completar el marco jurídico necesario para el
funcionamiento del Sistema de Bibliotecas de la Comunidad, estableciendo las normas básicas
para su organización y gestión, así como los cauces oportunos para el acceso al mismo de
centros y servicios bibliotecarios que, no estando aún integrados en él, deseen hacerlo en el
futuro.
Para el mejor ejercicio de las funciones antes referidas, se ha considerado conveniente realizar
una delegación de algunas funciones que esta Comunidad tiene sobre los Sistemas Provinciales
de Bibliotecas a favor de todas las Diputaciones Provinciales.
Para el mejor ejercicio de las funciones antes referidas, se ha considerado conveniente realizar
una delegación de algunas funciones que esta Comunidad tiene sobre los Sistemas Provinciales
de Bibliotecas a favor de todas las Diputaciones Provinciales, sin perjuicio de que para su
efectividad sea aceptada por la Entidad Local interesada.
Todo ello en consonancia con las disposiciones generales dictadas por la Ley 16/1985, de 25 de
junio del Patrimonio Histórico Español, el Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, de
Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas y el
Decreto 214/1996 de 13 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de los Centros y
Servicios bibliotecarios integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León.
La coordinación de las Bibliotecas Públicas de titularidad estatal y los restantes centros del
Sistema de Bibliotecas de Castilla y León, así como la integración de éste en el Sistema Español,
son fines que se ponen de manifiesto en la Ley de Bibliotecas de Castilla y León. Así, al Decreto
214/1996 de 13 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de los Centros y Servicios
bibliotecarios integrados en el Sistema de Bibliotecas de Castilla y León atribuye a estas
bibliotecas el papel de cabeceras de los sistemas provinciales y centrales de servicios técnicos
de apoyo para las demás bibliotecas. En consecuencia, las Bibliotecas Públicas de titularidad
estatal tienen atribuidas por mandato legal determinadas funciones dentro de los sistemas
provinciales, que se han de añadir a los que les corresponden en el ámbito local de acuerdo
con el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado.
Sin embargo, además de acometer la tarea de procurar a sus usuarios, con la ayuda de las
nuevas tecnologías, el acceso universal a la información, la biblioteca pública ha de contribuir
decididamente al conocimiento de su propio entorno social y cultural y al afianzamiento de las
señas de identidad locales y autonómicas. Por esta razón, dando cumplimiento a lo establecido
en el artículo 20 de la citada Ley de Bibliotecas que promueve la creación en las bibliotecas
públicas de secciones locales con la finalidad de conservar y difundir los fondos especializados
en el estudio del ámbito geográfico más cercano, las Bibliotecas Públicas gestionadas por la
Comunidad Autónoma de Castilla y León han de ser también centros de documentación sobre
la localidad y la provincia en la que están enclavados, a partir de una colección lo más amplia
posible de recursos de información especializada en temas locales.
Dentro del Título V de la Ley, el artículo 67 establece los bienes que forman parte del
patrimonio bibliográfico de Castilla y León. La Ley recoge las medidas adecuadas de protección
y fomento, así como el régimen inspector y sancionador de los mismos.
La Ley tiene como finalidad la protección, acrecentamiento y difusión del Patrimonio Cultural
de Castilla y León, así como su investigación y transmisión a las generaciones futuras. Contiene
para su consecución un conjunto de normas rectoras de la acción administrativa dirigida a la
protección y acrecentamiento del Patrimonio Cultural de la Comunidad, y concreta los
derechos y deberes concernientes a quienes realicen actuaciones que afecten a los bienes que
lo integran.
El nivel mayor de protección establecido es, como se ha dicho, el de los Bienes de Interés
Cultural, en cuya regulación la Ley ha incorporado los planteamientos de la legislación estatal
vigente en el momento de su aprobación, aunque procurando completarla y clarificarla en
algunos extremos que en la práctica han resultado conflictivos o insuficientes. El sistema de
protección que establece la Ley pretende seguir así las pautas y principios que rigen en dicha
legislación, con el propósito de propiciar la homogeneidad, coordinación y colaboración
interadministrativa que se consideran necesarias para la protección de estos bienes.
La Ley introduce, además, un segundo nivel de protección, el de los bienes inventariados, para
complementar al anterior.
Pese al abandono que han sufrido durante largos períodos de nuestra Historia, son muy
numerosos en el territorio de Castilla y León los ejemplos de bienes culturales que, sin alcanzar
el grado de excelencia que les haría merecedores de la declaración como Bienes de Interés
Cultural, presentan un incuestionable valor para su disfrute y utilización como exponentes de
facetas de nuestra cultura tales como el arte, la historia o la técnica, así como la vida,
costumbres, lengua y economía tradicionales. La importancia que este valor confiere a estos
bienes, unida a su abundancia, dispersión y variedad, los convierten en elementos
caracterizadores de nuestro territorio y sociedad, haciendo necesaria la articulación de un
sistema adecuado para su protección y tutela, en el que se combinen la agilidad de los
procedimientos de declaración y control de intervenciones con las garantías que exige la
seguridad jurídica de sus titulares o poseedores. Por las razones anteriores se ha configurado
para estos bienes una categoría y régimen de protección, como bienes inventariados, de rango
inferior a la de los Bienes de Interés Cultural, previéndose la descentralización de las funciones
de tutela para los bienes inmuebles, mediante la intervención municipal.
El Título II de la Ley contiene las normas especiales para la protección de los Bienes de Interés
Cultural e inventariados, junto con las que se aplican en general a todos los bienes que
integran el Patrimonio Cultural de Castilla y León de acuerdo con esta Ley. El Capítulo I de este
Título contiene los deberes y derechos generales que afectan a todo titular o poseedor de
bienes integrantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León, hayan o no hayan sido calificados
como Bienes de Interés Cultural o inventariados, así como las normas de protección que son
comunes a ambas categorías. Entre estas normas se incluyen las referentes a los derechos de
tanteo y retracto instituidos en beneficio de las entidades públicas y no lucrativas, mediante
los cuales se pretende favorecer la conservación y utilización de los bienes más significativos
por tal clase de instituciones y garantizar el disfrute y conservación en la Comunidad
Autónoma de los bienes muebles inventariados o declarados de interés cultural. Las normas de
particular aplicación para la protección de los bienes inventariados y declarados de interés
cultural se encuentran igualmente recogidas en este Título II, en sus Capítulos II y III,
respectivamente. Todo ello conforma el régimen general de protección y conservación
correspondiente a las categorías de bienes establecidas en la Ley, en el que se prevén las
potestades administrativas y deberes necesarios para garantizar su conservación, así como la
función de tutela sobre ellos que corresponde a la Administración competente.
En el Título IV, que trata del patrimonio etnológico y lingüístico, tienen su marco de protección
las manifestaciones inmateriales del Patrimonio Cultural, junto con los bienes, muebles o
inmuebles que son testimonio de la cultura y vida tradicionales. Se prevé en él la adopción de
medidas para su protección, adecuadas a la naturaleza de los distintos bienes incluidos en
dicho concepto.
El Título VI, referente a medidas de fomento, introduce algunas previsiones nuevas cuya
finalidad es el mejor conocimiento, la comprensión de nuestro patrimonio y su difusión, tanto
en el sistema educativo como mediante la implantación de servicios especializados.
Se dedicará especial atención a los niños, a los jóvenes y a los colectivos más desfavorecidos en
relación con la lectura, tales como personas mayores, inmigrantes, personas con discapacidad
y habitantes del mundo rural.
La figura del depósito legal fue introducida en España por primera vez en el siglo XVII. Felipe III
concede a la Real Biblioteca de El Escorial el privilegio de recibir un ejemplar de cuantos libros
se imprimiesen, siendo Felipe V quien amplía este privilegio mediante Real Cédula de 26 de
julio de 1716, a la recién fundada Librería Real, hoy Biblioteca Nacional de España. Desde
aquella fecha ha sido una preocupación constante el cumplimiento de esta obligación, dando
lugar a diversas y sucesivas disposiciones.
La presente ley tiene por objeto regular el depósito legal, que se configura como la institución
jurídica que permite a la Administración General del Estado y a las Comunidades Autónomas
recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo reproducidas en cualquier clase de
soporte y destinadas por cualquier procedimiento a su distribución o comunicación pública,
sea ésta gratuita u onerosa, con la finalidad de cumplir con el deber de preservar el patrimonio
bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital de las culturas de España en cada momento
histórico, y permitir el acceso al mismo con fines culturales, de investigación o información, y
de reedición de obras, de conformidad con lo dispuesto en esta ley y en la legislación sobre
propiedad intelectual.
La ley cuenta con 20 artículos agrupados en cinco capítulos, tres disposiciones adicionales, una
disposición derogatoria, y cuatro disposiciones finales.
- El Capítulo I establece las disposiciones relativas a la institución del depósito legal y sus
objetivos, así como una serie de definiciones a los efectos de esta ley.
- El Capítulo II se refiere a la obligación del depósito legal y señala cuáles son las
publicaciones objeto del depósito legal, así como los sujetos obligados al mismo,
conteniendo una especificación relativa a las publicaciones electrónicas en línea.
- El Capítulo III se refiere a la administración del depósito legal y a las instituciones
implicadas en la misma, como son los centros de conservación y las oficinas de
depósito legal.
- El Capítulo IV determina las disposiciones relativas a la constitución del depósito legal
y al número de ese depósito, con una consideración específica sobre las publicaciones
electrónicas.
- El Capítulo V establece, en último lugar, el régimen de infracciones y sanciones.
El Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León que ahora se crea
es un órgano colegiado, adscrito a la consejería competente en materia de archivos,
bibliotecas y centros museísticos, y pretende ser el lugar de encuentro de los responsables de
la gestión de estas instituciones, y de los técnicos y especialistas que, desde distintos ámbitos,
trabajan en estos sectores en la Comunidad de Castilla y León. Este órgano nace así con la
finalidad de ofrecer propuestas y recomendaciones de carácter técnico que sirvan para
perfeccionar las políticas en materia de archivos y patrimonio documental, bibliotecas,
fomento de la lectura y patrimonio bibliográfico, y centros museísticos.
Los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos son instituciones culturales
fundamentales para cumplir con los mandatos constitucionales y estatutarios relacionados con
la conservación, acrecentamiento y difusión de la riqueza cultural y patrimonial de Castilla y
León y con la garantía de igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos en el acceso a la
cultura y a la información. Buena parte del patrimonio cultural de Castilla y León se custodia en
los archivos, las bibliotecas y los centros museísticos radicados en su territorio, por lo que el
cumplimiento de estos mandatos no podría entenderse sin la participación de estas
instituciones culturales.
Los archivos, como instituciones encargadas de conservar y difundir los bienes integrantes del
patrimonio documental, desempeñan un papel primordial, ya que, además, son garantes de la
libertad de información, constituyen una salvaguarda de los derechos y libertades ciudadanos
y permiten un funcionamiento eficaz y eficiente de la Administración.
Por otro lado, es preciso recordar que la Administración de la Comunidad de Castilla y León
diseña las políticas en materia de archivos, bibliotecas y centros museísticos, con las que
contribuir a garantizar la conservación del rico patrimonio que éstos custodian, así como a
mejorar los servicios que esos centros prestan a los ciudadanos. En este contexto, se considera
necesario crear un órgano asesor y consultivo en materia de archivos y patrimonio
documental, de bibliotecas, fomento de la lectura y patrimonio bibliográfico, y de centros
museísticos, que contribuya a la implementación de las políticas de la Comunidad de Castilla y
León en esos sectores, gracias a las propuestas y recomendaciones técnicas que se elaboren en
su seno
Del mismo modo, con el fin de evitar la dispersión normativa, favorecer la racionalización
orgánica y conseguir una mayor eficacia en el funcionamiento de los órganos adscritos a la
consejería competente en materia de archivos, bibliotecas y centros museísticos,
especialmente, simplificando trámites y agilizando la gestión, asume las funciones que hasta
ahora desempeñaban otros órganos sectoriales. Así y de acuerdo con la disposición adicional
cuarta de la Ley 1/2012, de 28 de febrero, de Medidas Tributarias, Administrativas y
Financieras, el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros Museísticos de Castilla y León viene a
sustituir al Consejo de Archivos de Castilla y León, al Consejo de Bibliotecas de Castilla y León y
al Consejo de Museos de Castilla y León.
Por otra parte, con el presente decreto también se viene a dar cumplimiento al Acuerdo
22/2014, de 30 de enero, de la Junta de Castilla y León, por el que se aprueban las Medidas
para la reforma de la Administración de la Comunidad de Castilla y León, y, en concreto, con la
necesaria agilización en la tramitación de todos aquellos asuntos de los que conocían hasta
ahora los tres Consejos, así como avanzar en la racionalización, eficacia y eficiencia en el
funcionamiento de la Administración Autonómica.
Para cumplir con las tareas técnicas que hasta ahora han desempeñado esos órganos y para
hacerlo en condiciones de eficacia y eficiencia, el Consejo de Archivos, Bibliotecas y Centros
Museísticos de Castilla y León funcionará en pleno, y en la Comisión Sectorial de Archivos y
Patrimonio Documental, en la Comisión Sectorial de Bibliotecas y en la Comisión Sectorial de
Centros Museísticos.
Este decreto está compuesto, en su parte dispositiva, por quince artículos y, en su parte final,
por catorce disposiciones: cinco adicionales, una disposición transitoria, una derogatoria y
siete finales.
Para su desarrollo el II Plan de Lectura se estructura en ocho líneas de actuación que recogen,
a través de diversas acciones, las directrices y actuaciones que se van a implementar durante
los cinco años de duración del citado plan.
2. El Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León contará con las siguientes áreas
técnicas:
2. El Servicio de Bibliotecas y Biblioteca de Castilla y León contará con las siguientes áreas
técnicas: