Está en la página 1de 16

ARTÍCULO / ARTICLE 337

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


Cuidados informales de larga duración en
España: retos, miradas y soluciones

Long-term informal care in Spain: challenges, views


and solutions

Lina Masana1

1
Doctora en Antropología RESUMEN El cuidado de la enfermedad crónica a todas las edades representa un pro-
Médica. Investigadora
colaboradora, Medical
blema social y de salud pública en aumento. En España, debido a la insuficiente cober-
Anthropology Research tura estatal, cerca del 80% de los cuidados de larga duración los realiza la red social del
Centre, Universitat Rovira enfermo. A partir de una investigación etnográfica sobre cronicidad, desarrollada entre
i Virgili, Tarragona,
España. * 2009 y 2013 en el estado español, este artículo analiza la problemática de los cuida-
dos informales de larga duración sobre la base de las narrativas de adultos de mediana
edad con enfermedades crónicas. Los resultados señalan los factores que condicionan,
favorecen o limitan el cuidado informal: la situación personal, doméstica y familiar del
enfermo; el curso cíclico de la enfermedad crónica; y la respuesta social a la enferme-
dad. Las limitaciones del modelo de cuidado informal emplazan a escuchar las voces de
los afectados para conocer sus necesidades reales y adecuar los planes y programas de
atención a la cronicidad.
PALABRAS CLAVES Enfermedad Crónica; Autocuidado; Antropología Médica; Políticas
Públicas; España.

ABSTRACT Caring for chronic illnesses at all ages represents a growing social and public
health problem. Due to insufficient public coverage in Spain, around 80% of long-term
care is provided by the sick person’s social network. Based in ethnographic research
on chronicity carried out between 2009 and 2013 in Spain, this article analyzes the
problem of long-term informal care for middle-aged adults with chronic diseases. The
results highlight the factors that condition, enhance or limit informal care: the personal,
domestic and family situation of the sick person; the cyclical course of chronic diseases;
and the social response to illness. The limitations of the informal care model suggest the
need to listen to the voices of those affected in order to understand their real needs and
adapt official programs oriented towards chronicity accordingly.
KEY WORDS Chronic Disease; Self Care; Medical Anthropology; Public Policies; Spain.

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
338
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

INTRODUCCIÓN la necesidad de contener el gasto. En este


contexto tan poco prometedor ¿qué pasa con
los enfermos crónicos que necesitan y nece-
El incesante aumento de personas que sitarán asistencia continuada de por vida?
padecen alguna enfermedad crónica repre- Las enfermedades crónicas generan ne-
senta un problema social y de salud pública cesidades crónicas de atención y, por tanto,
para los países europeos con Estado de bien- requieren de cuidados a largo plazo: el cono-
estar, como España. Según la Organización cido long term care (LTC). Es importante su-
Mundial de la Salud (OMS), actualmente brayar que todas las enfermedades crónicas
las enfermedades crónicas suponen más de requieren cuidados en mayor o menor grado
la mitad de la carga mundial de morbilidad, y conllevan rutinas de autocuidado para el
y es la causa del 75% de las muertes anua- día-a-día del enfermo crónico. Este grupo
les, por lo que se considera, incluso, una de enfermedades precisan de un modelo de
nueva epidemia(1,2). Según la última Encuesta atención diferente al que durante décadas ha
Europea de Salud en España (EESE) de 2014(3) funcionado para tratar las enfermedades agu-
el 59,83% de la población mayor de 16 das. La principal diferencia radica en cuidar
años padece al menos un proceso crónico, frente a curar, puesto que las enfermedades
un aumento significativo respecto del 45,6% crónicas son incurables, hasta que la medi-
reportado en la encuesta anterior de 2009. cina no demuestre lo contrario. Por ello, lo
Además, algunas personas sufren más de una único que se puede hacer por el momento
enfermedad crónica, lo que se conoce como es cuidar/atender las enfermedades crónicas,
comorbilidad: en España, el 22% de la pobla- es decir, cuidar/atender a los enfermos cróni-
ción padece dos procesos crónicos o más, y cos, ayudándolos también a que ellos cuiden
dichos porcentajes tienden a incrementarse de su salud. Pero ¿cómo se hace y quién se
con la edad(4). En Cataluña –una de las 17 co- ocupa de ello?
munidades autónomas de España en las que La problemática de la responsabilidad de
se desarrolló esta investigación– tres de cada la atención y el cuidado de las personas que
cuatro adultos declara tener una enfermedad padecen enfermedades crónicas tiene una
crónica que, a su vez, es la causa principal de doble dimensión: pública y privada. Por un
discapacidad y/o dependencia derivada (hasta lado, el Estado de bienestar provee servicios
un 6% de la población)(5). Las enfermedades sanitarios y sociales a los ciudadanos con en-
crónicas generan el 75% del gasto sanitario fermedades crónicas a través de programas
y el 80% del gasto farmacéutico para los paí- y planes de actuación, lo que conocemos
ses occidentales(6), y se estima que el 80% de por políticas públicas. Por otro lado, encon-
las visitas al médico de atención primaria se tramos a la persona enferma y su red social
deben a algún padecimiento crónico(4,6). Las cercana de apoyo, que pondrán en marcha
cifras se revelan altas, pero ¿de qué nos están estrategias para atender el día-a-día de las ne-
hablando estas cifras? cesidades, a través de lo que conocemos por
Estas cifras ponen de relieve la preocu- autoatención y cuidados informales. ¿Cuál es
pante carga de morbilidad y mortalidad y su el equilibrio entre lo público y lo privado en
impacto en una sociedad que envejece con el caso español?, ¿qué repercusiones tiene
muchos enfermos crónicos. Ello supone se- para el individuo enfermo y su familia o su
rias implicaciones económicas para los paí- entorno cercano?
ses europeos con Estado de bienestar y un En este artículo se dará cuenta del fenó-
reto para la provisión de servicios sanitarios meno de los cuidados informales de larga
y sociales de acuerdo con los principios de duración en España para adultos con enfer-
universalidad e igualdad de acceso para to- medades crónicas desde la perspectiva de la
dos los ciudadanos. En el caso español, el antropología médica, a partir del análisis de
reto se acrecienta en un contexto de crisis las narrativas de la enfermedad de los parti-
económica, de recortes presupuestarios y de cipantes de la única investigación etnográfica

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 339

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


sobre cronicidad desarrollada recientemente 1) metodológicas, la necesidad de acotar una
en el estado español(7). El objetivo es mostrar muestra esencialmente heterogénea y amplia
las limitaciones del modelo del cuidado in- dentro de una temática amplia; 2) científicas,
formal, emplazando a revisar los discursos y al tratarse de un grupo infraestudiado y a
prácticas con relación a los procesos de sa- menudo invisibilizado en la literatura sobre
lud, enfermedad, atención y cuidado (PSEAC) cronicidad, y 3) impacto de una enfermedad
de larga duración. crónica, para dar respuesta al principal ob-
jetivo de conocer el impacto en una edad
en la que se (pre)supone que uno debe es-
METODOLOGÍA tar sano, socialmente activo y laboralmente
productivo.
Los participantes se seleccionaron de
Este artículo se basa en parte del material diversas maneras: por el método de bola de
etnográfico recogido durante mi investiga- nieve, a partir de un centro de atención pri-
ción doctoral en antropología médica sobre maria, el hospital de referencia de la zona
la experiencia y la gestión de la cronicidad en geográfica en la que se desarrolló la inves-
adultos, que desarrollé en Cataluña (España) tigación, y a partir de asociaciones de pa-
entre 2009 y 2013(7). El objetivo de la inves- cientes y de contactos de la investigadora
tigación era profundizar en la experiencia en jornadas o charlas públicas relacionadas
y la gestión del día-a-día de la cronicidad, con la temática. El trabajo etnográfico de las
entendida como una categoría analítica que narrativas de la enfermedad se basó, funda-
incluye diferentes tipos de enfermedades o mentalmente, en los relatos de las personas
malestares, biomédicamente diagnosticados en las entrevistas en profundidad, (n=20),
o no, que persisten durante un largo período las observaciones realizadas en un grupo
de tiempo. de ayuda mutua de una asociación de per-
Para ello, se seleccionó un grupo hete- sonas afectadas de fibromialgia y síndrome
rogéneo de participantes con diversas afecta- de fatiga crónica (n=12), y en un grupo te-
ciones crónicas físicas, también denominadas rapéutico de un hospital para pacientes de la
somáticas u orgánicas. Se trató de obtener unidad de dolor crónico (n=6). La etnografía
una muestra diversa de diferentes padeceres se tejió incluyendo las narrativas de algunos
crónicos con afectaciones leves o modera- diarios personales de enfermos (n=4), libros
das para la vida diaria a partir de los diversos autoetnográficos (n=11), narrativas disponi-
campos de especialización médicos: enfer- bles en blogs, y sitios web de asociaciones de
medades cardiológicas, respiratorias, endocri- diversas enfermedades (n=6) e información
nas, digestivas, musculoesqueléticas, etc. La proveniente de lo que algunos autores deno-
muestra final proporcionó participantes con minamos etnografía informal y que son narra-
diferentes enfermedades o padeceres crónicos tivas que aportan datos complementarios a la
tales como celiaquía, diabetes, enfermeda- muestra principal objeto de la investigación.
des de la tiroides, hipertensión, cardiopatías, Antes de cada entrevista, se revisó y
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica firmó por duplicado el documento de con-
(EPOC), asma, bronquitis crónica, síndrome sentimiento informado; la investigadora
de fatiga crónica, fibromialgia, osteoporosis, guardó una copia y el participante otra. Para
artritis, procesos cancerígenos, enfermedades las observaciones no se requirió documento
degenerativas en estado inicial, e incluyó par- de consentimiento informado en ninguno de
ticipantes con malestares crónicos todavía sin los grupos. Se obtuvo la aprobación para la
diagnóstico biomédico preciso. investigación por parte del equipo directivo
Se escogieron participantes entre 30 y 50 de la asociación de pacientes, y por parte
años, grupo etario que se acostumbra a deno- del director de la Unidad de Dolor Crónico
minar adultos o adultos jóvenes. El grupo de y del director médico del hospital donde se
edad concreto fue escogido por tres razones: realizaron las observaciones. En todos los

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
340
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

casos se siguió el Código de Buenas Prácticas referirme a los sujetos de estudio, cabe apun-
en Investigación de la Universitat Rovira i tar que algunas personas con problemas de
Virgili, en donde se adscribió la investigación salud crónicos no se definen como enfermos,
doctoral. ni se sienten enfermos (aunque realicen ta-
Los datos personales se trataron de reas de autocuidado diarias), y que no todas
acuerdo con lo que dispone la Ley Orgánica las personas con malestares o problemas de
15/1999, de 13 de diciembre, de Protección salud crónicos referirán que tienen una en-
de Datos de Carácter Personal. Se atribuyó fermedad ni que son enfermos crónicos, al-
un pseudónimo a cada participante a excep- gunos ni tendrán un diagnóstico preciso. En
ción de aquellos que pidieron aparecer con este trabajo no discerniré sobre las diferentes
su nombre real, y se procuró anonimizar los percepciones de la experiencia personal del
datos necesarios para preservar la confiden- padecer crónico, que he explorado en traba-
cialidad de los participantes, sus allegados, jos anteriores(7), pero por razones de finalidad
centros de salud y/o profesionales sanitarios analítica se hace necesario adscribirlos a un
referenciados. grupo genérico que denominaré (provisional-
Las entrevistas y observaciones son el mente) enfermos crónicos.
grueso etnográfico que informa este artículo Cabe especificar que para esta investi-
parcial derivado de esta investigación doc- gación se escogieron personas con enfer-
toral. Los datos empíricos se discuten y se medades crónicas con limitaciones leves o
cruzan con la bibliografía existente desde la moderadas para su vida diaria. ¿Quién define
antropología y la sociología de la medicina qué es leve o moderado? Más allá de lo que
sobre la experiencia de la enfermedad cró- el sentido común dicte, según el contexto
nica y el cuidado informal. También se refie- sociocultural, las valoraciones y percepcio-
ren los informes y publicaciones principales nes sobre el grado de afectación variarán de
de los organismos públicos pertinentes, en unos individuos a otros, incluso entre estos y
este caso, los planes y programas de inter- sus familiares o allegados, y con los profesio-
vención para la atención a la cronicidad y a nales que los atiendan. Entendiendo que no
la dependencia. hay una única escala universal que valore el
grado de afectación, se hace necesario esco-
ger una para definir y acotar los términos. En
Marco conceptual y contextual el caso español, los grados leve y moderado
se corresponden a los grados moderado y
Antes de adentrarnos en el análisis es severo descritos por los profesionales, según
preciso definir los conceptos y nociones que el baremo de valoración de la dependencia
se utilizarán en este trabajo con relación a: (BVD) vigente en el estado español a raíz de
1) los sujetos de análisis y 2) los cuidados la creación en 2004, y de la implementación
informales. desde 2006 hasta 2016 de la Ley 39/2006 co-
nocida como Ley de Dependencia(8):
Cronicidad, enfermos crónicos y grado de
dependencia Grado I. Dependencia moderada: cuando
la persona necesita ayuda para realizar
Utilizo el concepto de cronicidad en- varias actividades básicas de la vida dia-
tendida como una categoría analítica que ria, al menos una vez al día o tiene nece-
incluye diferentes tipos de enfermedades o sidades de apoyo intermitente o limitado
malestares, biomédicamente diagnosticados para su autonomía personal.
o no, que persisten durante un largo período
de tiempo(7) (a partir de 12 meses). En este Grado II. Dependencia severa: cuando la
sentido, aunque utilice los términos enferme- persona necesita ayuda para realizar va-
dades crónicas, enfermos crónicos, enfermos rias actividades básicas de la vida diaria
o crónicos, como términos generales para dos o tres veces al día, pero no requiere

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 341

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


el apoyo permanente de un cuidador o privado, que denominamos apoyo informal
tiene necesidades de apoyo extenso para o cuidado informal. Debo apuntar que, a lo
su autonomía personal. largo del trabajo, se utiliza el término cui-
dado informal, ampliamente utilizado y con-
Grado III. Gran dependencia: cuando la sensuado en la comunidad científica, para
persona necesita ayuda para realizar va- facilitar el entendimiento de aquello a lo que
rias actividades básicas de la vida diaria nos estamos refiriendo, aunque con ciertas
varias veces al día y, por su pérdida total reticencias. Dicho término se tomará como
de autonomía física, mental, intelectual categoría paraguas, la cual incluye otros tér-
o sensorial, necesita el apoyo indispen- minos similares como cuidados familiares,
sable y continuo de otra persona o tiene cuidados no profesionales o cuidados legos
necesidades de apoyo generalizado para o profanos(12). Estos cuidados, en general, se
su autonomía personal. prestan de forma continuada y los realizan,
principalmente, los familiares y personas cer-
Este tercer y último grado de “gran de- canas al enfermo crónico. A pesar del uso ex-
pendencia” no se contempla en este estudio, tendido del término, también en las ciencias
puesto que era un criterio de exclusión para sociales, este proviene de una mirada profe-
la selección de los participantes. Además, sional, biomédica y hegemónica del cuidado
configura una situación radicalmente distinta al enfermo.
a los grados inferiores, en lo que respecta a Es un hecho paradójico denominar infor-
los cuidados informales. mal a las prácticas de cuidado y a los cuida-
¿Esto quiere decir que la mayoría de los dores principales que asumen dicho cuidado
enfermos crónicos son dependientes? No, de un 75% a un 88% de los casos, algunos
tal como lo perciben los propios afectados y de forma permanente, cada día, durante se-
tal como lo percibe la ley. ¿Tienen todos los manas, meses y años. Esto de ninguna manera
enfermos crónicos su grado de dependencia puede considerarse informal. ¿No estaremos
reconocido oficialmente, tal como estipula subestimando y descalificando estas prácticas
la ley? Tampoco, se discrimina a un notable al considerarlas informales?, ¿no estaremos in-
grupo de enfermos crónicos debido a los ex- fravalorando los saberes expertos de los enfer-
cluyentes criterios biomédicos de valoración mos y su red social de apoyo? Evidentemente,
de la dependencia que no tienen en cuenta la la discusión sobre este término radica en el
totalidad de las necesidades que los diversos conocido conflicto de poder entre los sabe-
enfermos crónicos refieren o presentan, por res expertos de los profesionales de la salud
lo que no pueden beneficiarse de las presta- y los saberes expertos (llamados profanos) de
ciones que la ley dispone. De ahí que quien los enfermos y sus cuidadores, invisibilizados
acaba asumiendo el cuidado sea la persona durante décadas y revalorados a la luz de las
enferma y su entorno cercano, a través de lo limitaciones de la cobertura sociosanitaria ofi-
que conocemos como cuidado informal. cial. Sin embargo, la idiosincrasia y caracte-
rísticas de este tipo de prácticas que se llevan
Cuidados informales y autoatención: cifras en el ámbito privado del domicilio (en casa)
y definiciones hace difícil conceptualizarlas como “forma-
les”. Coincido con Comelles(13) cuando señala
Si bien hay cierta variabilidad en las ci- que:
fras según los diferentes autores consultados,
en España, entre el 75% y el 88% de los cui- Las características de este proceso de
dados crónicos lo prestan las redes sociales construcción de conocimientos: es decir
de apoyo, fundamentalmente la familia más una combinación de saberes empíricos,
cercana, rol que continúa recayendo casi de habilidades, y de capacidad de mane-
en forma exclusiva en las mujeres(9,10,11). La jar recursos muy dispares hace que me
mayor parte del cuidado recae en el ámbito cueste hablar de los saberes populares

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
342
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

(de eso se trata, de saberes populares), sociales y culturales –patrones e ideales–


como de un dispositivo formal, pero a la que se tienen sobre una persona sana o en-
vez es también impropio hablar, como ferma a diferentes edades tienen matices que
hace la literatura sanitaria y a veces la inciden significativamente en las relaciones
sociosanitaria, de informal o de profano. interpersonales entre unos y otros, y en la
Ni es informal, ni es profano, sino todo respuesta social ante la enfermedad(15,16,17).
lo contrario.(13) En el contexto sociocultural occidental en el
que se inscribe esta investigación, presupo-
Por otro lado, se toma aquí el concepto nemos que si un niño o joven está enfermo,
de autoatención de Menéndez(14), como sus progenitores (principalmente) y otros
marco de referencia en el que se llevan a miembros de la familia se ocuparán de él
cabo dichas prácticas de los cuidados y ges- y lo cuidarán. Similarmente, si una persona
tión de la cronicidad en el ámbito familiar y anciana está enferma, entenderemos que sus
social, y como categoría analítica paraguas descendientes y/u otros familiares se harán
que incluye otros conceptos similares, como cargo de cuidarla, y cuando esto no sea po-
el autocuidado y la autogestión. Tal como lo sible, el Estado proporcionará el cuidado
define el propio autor, autoatención se re- a través de centros de día o residencias de
fiere a: ancianos. Pero ¿qué pasa en el grupo etario
del medio?, ¿qué pasa cuando el enfermo
...representaciones y prácticas que la tiene algo más que veinte, treinta o cuarenta
población utiliza a nivel de sujeto y años?, ¿quién se ocupa de ello?
grupo social para diagnosticar, expli- Los resultados de esta investigación etno-
car, atender, controlar, aliviar, aguantar, gráfica mostraron las principales problemáti-
curar, solucionar o prevenir los procesos cas de los cuidados informales al enfermo
que afectan su salud en términos reales crónico a estas edades centrales de la vida
o imaginarios, sin la intervención cen- y que tienen que ver, principalmente, con:
tral, directa e intencional de curadores 1) la situación personal, doméstica y familiar
profesionales, aun cuando estos pue- del enfermo; 2) el curso cíclico de la enfer-
den ser la referencia de la actividad de medad crónica; y 3) la respuesta social a la
autoatención.(14) enfermedad.

Entonces, ¿cómo se llevan a cabo estos


cuidados informales o prácticas de autoa- Situación personal, doméstica y familiar
tención en los enfermos crónicos adultos en
España? Cuando se precisan cuidados de larga
duración, la situación personal, doméstica y
familiar del individuo enfermo es de vital im-
EL RETO DE LOS CUIDADOS portancia. Vivir solo, en pareja o en familia,
INFORMALES DE LARGA DURACIÓN el número de personas de la unidad domés-
EN LA EDAD ADULTA tica, los roles en el seno de la familia, y las
responsabilidades dentro y fuera de la casa
son determinantes. Ello configurará diferen-
Sabemos que las enfermedades crónicas tes redes de apoyo informal y determinará la
afectan al conjunto de la población, a todas posible respuesta informal a las diversas ne-
las edades, si bien de forma predominante cesidades que presente el enfermo crónico.
en adultos y ancianos. No obstante, no es El perfil del enfermo crónico adulto joven
lo mismo cuando el enfermo es un niño, muestra cuatro variantes principales: los que
un joven, un adulto joven, un adulto o un viven solos (singles), los que viven en pareja,
anciano, sobre todo, en lo que respecta a los que viven en familia (pareja e hijos) y los
los cuidados informales. Las expectativas que viven con sus progenitores. Cada grupo,

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 343

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


presenta sus problemáticas y limitaciones en nuestro contexto sociocultural y a pesar de
lo que al cuidado informal se refiere. Cabe retrasarse cada vez más, la llamada edad de
apuntar que esta investigación no puede dar emancipación, la propia de la edad adulta,
cuenta del papel de los hermanos y las her- es decir, la del grupo de edad en la que se
manas de los participantes en lo que al apoyo sitúan los enfermos crónicos de esta investi-
y cuidado se refiere. Esto no quiere decir que gación. Pero ¿cómo se hace para poder vivir
dicha ayuda fraternal no se dé, sino que no solo cuando no se puede por limitaciones de
ha sido encontrada en esta investigación. salud? Las políticas públicas no dan respuesta
Tampoco se puede dar cuenta de personas a ello puesto que se da por sentado que la
con enfermedades crónicas que convivan o familia o red social es la principal respon-
compartan vivienda con amigos que les pres- sable de ocuparse, de allí que, como ya fue
ten apoyo o cuiden de ellos, puesto que di- mencionado, entre el 75% y el 88% de los
cha casuística tampoco ha sido encontrada. cuidados de larga duración los realice la red
social del enfermo(9,10,11). Pero además, el mo-
Los singles delo diseñado de atención a la dependencia
en España basado en una lógica funcional del
Nos encontramos en un momento so- cuerpo no tiene en cuenta las necesidades y
ciodemográfico en el que, en comparación voluntades individuales.
con un pasado no tan lejano, hay un mayor Como contrapunto, el modelo propuesto
número de personas que viven solas, los de- por el movimiento de vida independiente da
nominados singles (adaptado anglicismo). La cuenta de diversas soluciones que no solo
primera obviedad cae por su propio peso: mejoran la calidad de vida de las personas
los singles enfermos no tienen a nadie bajo y les permite llevar a cabo su vida de forma
el mismo techo que pueda cuidar de ellos. (más) independiente, sino que además ha de-
Dependiendo de las limitaciones que la en- mostrado que disminuye los costos para el
fermedad imponga, de la ayuda recibida en Estado(18,19). Este movimiento social nació en
casa (del Estado o red social) y/o de la capa- el marco de la lucha por los derechos civi-
cidad económica de contratar servicios –por les de finales de los años sesenta en EE.UU.,
ejemplo, para realizar las tareas de la casa–, impulsado por personas con diversidad fun-
la opción individual de vivir solo puede ser cional que necesitaban asistencia personal
o no posible. Víctor ha podido “montarse la para llevar a cabo sus actividades diarias. Su
vida” de forma independiente: objetivo era que las personas discriminadas
por su diversidad funcional pudieran salir de
Yo prefiero vivir solo. Mi madre viene y los hospitales e instituciones, e incluso de sus
me ayuda sobre todo a pasar el aspira- casas, en donde se hallaban recluidas, para
dor y otras cosas que yo no puedo hacer que pudieran vivir y participar en la comuni-
bien, pero hasta que pueda intentaré dad(20,21). Cabe decir que sus propuestas están
vivir solo. Es mejor. Yo hago mi vida y principalmente orientadas a las diversidades
no molesto a nadie, y nadie me molesta. funcionales y, por tanto, presentan diferen-
(Víctor, 31 años) cias respecto a las situaciones de algunos en-
fermos crónicos. Sin embargo, sus propuestas
Pero Víctor es la excepción en esta in- y soluciones serían un buen punto de par-
vestigación. Es el único participante que (¿to- tida a tener en cuenta para tratar de contri-
davía?) se puede permitir (¿el lujo de?) vivir buir, en la medida de lo posible, a crear un
solo. Otros no pueden vivir solos, bien sea modelo social y político que dé respuesta a
por problemas económicos, logísticos o por las necesidades reales de los enfermos cró-
el tipo de padecimiento que tienen. Querer y nicos, por ejemplo, incorporando esas pro-
poder vivir solo a pesar de la enfermedad res- puestas e ideas al Programa de Atención
ponde a la necesidad de preservar una vida Individualizado (PAI) de atención sociosa-
autónoma e independiente que suele ser, en nitaria que existe en nuestro país, pero que

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
344
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

demuestra serias limitaciones en la práctica. Otro aspecto a tener en cuenta con res-
La necesidad de contar con un nuevo modelo pecto a la pareja es el momento de la rela-
no solo beneficiaría a los que quieren seguir ción en el que la enfermedad irrumpe: no es
viviendo solos de forma independiente (los lo mismo en una pareja solida con años de
singles) sino al conjunto de adultos jóvenes relación, que si la relación es más reciente.
con enfermedades crónicas. En general, la pareja sufre una disrupción
biográfica y relacional importante cuando la
En pareja enfermedad irrumpe en sus vidas(15,24,25). En
algunos casos, se generan conflictos a raíz de
La segunda variante es la de los que viven las dificultades que entraña la nueva realidad
en pareja. Si a priori uno podría pensar que de convivir tanto con la enfermedad como
la situación es radicalmente diferente a la de con el enfermo, dos entidades que pueden
los singles, los datos empíricos demuestran entenderse por separado. Una cosa son las
que esto no siempre es así. Presuponer de necesidades (objetivas) que genere la enfer-
entrada que los enfermos crónicos que viven medad y otra cosa las necesidades (subjeti-
en pareja tienen un apoyo principal asegu- vas) que el propio enfermo considere que
rado que cuidará de ellos es un error. Tienen tiene. La concordancia o disonancia entre
ayuda sí, pero la ayuda no siempre llega ambas juega un papel relevante en la acepta-
hasta donde ambos quisieran. Por lo general, ción, adaptación y gestión de la enfermedad
las parejas de los enfermos crónicos deben por parte de los miembros de la pareja y afec-
trabajar, sobre todo si el enfermo no trabaja, tará cómo se entenderán y llevarán a cabo las
puesto que alguien tiene que hacer frente a prácticas de cuidado y apoyo.
los gastos y, en la mayoría de los casos, traba- La bibliografía sobre cronicidad suele
jan fuera de casa. Este tipo de trabajo impone poner la mirada en los problemas logísti-
un calendario de los tiempos familiares difícil cos del día-a-día, en el cuidado del enfermo
de compaginar con los cuidados al familiar crónico como secuencia y suma de activi-
enfermo(22,23). Tal como ocurre con la actual dades diarias y caseras(26), en los procesos
problemática de conciliación de la vida fa- de adaptación y acomodación por parte
miliar y laboral en España, centrada en el de ambos miembros a la nueva situación y
cuidado de los hijos, la conciliación resulta en relación con los cambios en el estilo de
difícil o imposible en el caso de parejas de vida(27,28,29,30) y en la carga física y emocional
mediana edad en la que un miembro debe del cuidado prolongado en el tiempo(31). Sin
trabajar y el otro está enfermo/a en casa. En embargo, a pesar de algunas pocas publi-
este sentido, y paradójicamente, el enfermo caciones, aún faltan estudios que profundi-
crónico vive una situación parecida a como cen en las consecuencias que los conflictos
si viviera solo; aquellos que no trabajan, que cotidianos y el desgaste de convivir con la
están de baja temporal o tienen una discapa- enfermedad crónica puede conllevar para
cidad permanente, pueden llegar a pasar mu- la pareja, pudiendo acabar en separación o
chas horas solos en casa cuando la pareja se divorcio(15,32,33,34,35,36). Los enfermos crónicos
va a trabajar. Y mientras están solos, no hay –sobre todo las mujeres que participaron en
nadie a quien acudir en caso de necesidad, esta investigación– son muy conscientes de
como le ocurrió a Paco: ello, y creen que “se habla poco de ello”.
Esto se podría explicar en parte porque, en el
Estaba muerto de sed y no me podía contexto sociocultural de esta investigación,
levantar de la cama… y estábamos a 40 dejar a la pareja cuando está enferma no está
grados… y tuve que esperar a que mi bien visto. No podemos adentrarnos aquí en
mujer volviera del trabajo para poder el complejo análisis de cómo la enfermedad
beber un vaso de agua… (Paco, 32 años) crónica afecta la vida de pareja porque “cada
casa es un mundo” como se dice popular-
mente en España, pero para el tema que nos

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 345

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


ocupa, se pone de relieve que, tanto en el puedo” se lamentaba Rafa, “siempre tirada en
caso que la pareja no pueda dar respuesta a la cama ¿qué pensaran?, ¡qué mala madre!”
las necesidades del otro miembro enfermo, decía Montse. Con ello, se sienten culpables
como si la relación termina, esto conlleva la tanto por no poder atender a los hijos como
ausencia significativa de apoyo informal con- por la carga que la enfermedad suponga para
tinuado para el enfermo crónico adulto. sus hijos: “no quiero que sufran por lo mío”,
decía María.
Los hijos Para otras parejas jóvenes, que desean
tener hijos, la situación se puede complicar a
Cuando en una pareja joven uno de los raíz de la enfermedad, porque son conscien-
dos padece de una enfermedad crónica con tes de las limitaciones de uno de los miem-
ciertas afectaciones para la vida diaria, la si- bros de la pareja. Otros no podrán tener hijos
tuación se complica si tienen hijos, dado que a pesar de querer tenerlos porque los médi-
estos también requieren atenciones y alguien cos lo han desaconsejado a raíz de la enfer-
debe hacerse cargo. Adonde no llegue el medad que padecen. Otros, no se verán con
miembro de la pareja enfermo deberá llegar fuerzas para asumir dicha responsabilidad,
el otro y, en ocasiones, esto puede conlle- como el caso de Isabel:
var a que toda la responsabilidad familiar del
día-a-día recaiga en un solo individuo, como ¿Cómo debo tener yo un crío? Yo a las
relata Joan respeto de su pareja: diez [22:00] ya estoy en la cama. ¿Y si se
me despierta cada hora?... Anda, anda,
...la dependencia, o sea claro, de yo con- anda. Pánico me da. Yo necesito dor-
ducir [...] Me encontraba que la mujer mir muchas horas, si no, no tengo pilas.
tenía que asumir muchas cosas que yo Tengo miedo de volver a caer en el agu-
hacía [...] La dependencia que tenía de jero negro [crisis en la que se encontró
los demás. Ella conducía, ella llevaba el muy mal]. Y el marido también tiene
niño al cole, ella se ocupaba de la casa, miedo: “¿y si me vuelves a caer Isabel?”,
los papeles, de la enfermedad… porque me dice. ¿Cómo tengo que tener el crio
claro yo no podía. Y además, traba- yo? ¿Y después qué? ¿Todo pa él? Quita,
jando, porque ella trabaja, claro. (Joan, quita. (Isabel, 36 años)
49 años)
A las limitaciones físicas que la enfer-
Muchas de estas parejas de mediana medad impone en un cuerpo aún joven, se
edad tienen hijos pequeños o adolescentes. añaden las limitaciones para asumir los roles,
Para ellos, tener un progenitor enfermo o te- en cuanto a cumplir con las responsabilida-
ner que cuidar de su progenitor enfermo no des y funciones sociales que, por ejemplo,
es algo que se espere como habitual y no está como progenitor o como pareja se espera
exento de impacto emocional. Sin embargo, de ellos(34,37,38,39). Esto genera conflictos en
según lo observado en esta investigación –y el ámbito doméstico e incomprensión tanto
con toda la provisionalidad de esta muestra en el ámbito familiar como social. La situa-
micro– parecería como si los progenitores ción de Montse es un claro ejemplo de esta
llevaran peor la carga de la enfermedad cró- problemática:
nica que sus hijos, quienes parecían llevarla
mejor. Algunos progenitores expresan la Estoy todo el día en casa y no puedo
frustración que experimentan por no poder ni siquiera con las tareas de casa, y mi
ocuparse de los hijos como quisieran y tie- marido no lo entiende, ni mi situación
nen la sensación de perderse la vida de los ni mi enfermedad: “¿qué estás haciendo
hijos, ya que quizás no pueden disfrutar de todo el día aquí?” me dice. Discutimos…
actividades conjuntas como quisieran: “yo un día se irá… ya ni nos besamos... mis
me saltaría a jugar al fútbol con ellos pero no hijos adolescentes necesitan a su madre

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
346
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

y mamá está tirada en la cama inmersa es notoria, no solo por la carga física y emo-
de dolor, y no entienden por qué no cional del cuidado del hijo adulto enfermo,
me levanto de la cama a las nueve de sino también en cuanto a la posibilidad de
la noche para prepararles la cena... y que los progenitores enfermen y requieran
mis padres se están haciendo mayores y de cuidados que los hijos no pueden pro-
me necesitan más, me necesitan a mí... porcionar. El peor de los escenarios, que ni
y yo… no puedo, no puedo, pero no lo unos ni otros quieren imaginar, es la muerte
entienden. (Montse, 50 años) del padre o de la madre que cuida del hijo
adulto enfermo. Mariona, que a sus 36 años
vivía con su madre de 66, que era su princi-
Los progenitores pal cuidadora, se preguntaba: “¿qué será de
mí cuando mi madre no esté?, ¿quién cuidará
Algunos enfermos crónicos adultos viven de mí?”. Su madre murió hace dos años. El
con sus progenitores. Esto fue un hallazgo novio de Mariona pasó a ocupar el rol de
sorprendente que esta investigación puso cuidador principal. Desde entonces viven
de relieve y que no se acostumbra a reflejar juntos, son una pareja fuerte que ha pasado
en la bibliografía sobre el tema. Esto signi- por situaciones críticas y ha sobrevivido y
fica que nos encontramos con personas de piensan casarse.
treinta o cuarenta años y más, que viven y
dependen de los cuidados de unos progeni-
tores ya mayores de sesenta, setenta o más El curso cíclico de la enfermedad
años. Las casuísticas que llevan a esta situa- crónica
ción son principalmente dos: 1) personas que
aún vivían con los progenitores y a las que la El curso cíclico de la enfermedad cró-
irrupción de la enfermedad los limitó en un nica determina y condiciona las necesidades
grado que les impidió irse e independizarse; de atención que el enfermo precisa en ma-
2) personas que ya se habían emancipado (y yor o menor medida a lo largo del tiempo.
vivían solos o en pareja) pero que tuvieron Independientemente de la gran variabilidad
que volver a casa de los progenitores de- de padeceres crónicos respecto al nivel de li-
bido a la imposibilidad de vivir solos a raíz mitaciones, discapacidad o dependencia que
de la aparición de la enfermedad, a su em- presentan, lo que tienen en común es que la
peoramiento, o a raíz de una separación o mayoría cursa por brotes cíclicos de fases es-
divorcio. Cuando hablamos de progenitores, tables seguidas de crisis o reagudización de
esto puede implicar volver al hogar familiar síntomas, para volver a la fase estable, y así
con ambos progenitores, o ir a vivir con uno a lo largo de los meses y años, lo que los
de ellos (padre o madre) en el caso de que enfermos denominan “temporadas buenas” o
estos se hubiesen separado, o uno de ellos “temporadas malas”.
faltara. Sea como sea, depender de los cuida- El curso y evolución de la enfermedad
dos de sus progenitores de avanzada edad (y no siempre cumple con un curso natural pre-
no al revés) entraña una situación individual establecido como la biomedicina ha tendido
compleja de pérdida de autonomía e inde- a presentar, sino que puede ser azarosamente
pendencia y puede conllevar, en algunos ca- caprichoso. Durante las temporadas buenas,
sos, un proceso de infantilización del adulto el enfermo lleva a cabo sus regímenes diarios
enfermo dependiente que no puede vivir su de autocuidado y precisa de ayuda puntual
vida con la autonomía, independencia, liber- según sea su situación, sus limitaciones o
tad, privacidad e intimidad que quizá desea- grado dependencia. En cambio, durante las
ría (salvando las excepciones en las que eso temporadas malas, puede precisar de mayor
sea realizable a pesar de todo). ayuda puntual, ya que suelen ir acompaña-
Por otro lado, la carga y desazón que das de mayor malestar, dolor, sufrimiento,
esto supone para unos progenitores mayores discapacidad, lo que afecta la autonomía del

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 347

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


individuo y lo convierte temporalmente en buena o mala, es cuando el papel de los cui-
una persona más dependiente y, por tanto, dados informales toma especial relevancia
limita su propia respuesta de autocuidado. para proveer, en la medida de lo posible, el
Es durante las malas temporadas cuando se mayor apoyo requerido. El problema reside
hace especialmente necesario el apoyo infor- en si la red informal de apoyo puede asumir
mal y se ponen en evidencia las limitaciones o compaginar unas necesidades mayores de
de ese apoyo. atención, que a pesar de ser puntuales en el
No hay que entender que durante las tiempo, son puntualmente-continuadas en el
temporadas buenas todo funciona bien y que tiempo. Esto requiere de un esfuerzo y ajus-
el enfermo no necesita ningún tipo de ayuda, tes personales para los cuidadores o red de
también hay días buenos y días malos(15). Si apoyo no siempre fáciles de conciliar con
bien hay enfermedades crónicas que son más otras responsabilidades existentes, lo que evi-
fácilmente autogestionables, en otros casos, dencia, una vez más, las limitaciones e insos-
esos ciclos buenos o malos se reducen a se- tenibilidad del modelo informal de cuidados.
manas, días e incluso horas de bonanza o
todo lo contrario, sin que ello sea previsible.
Como bien expone Clara: La respuesta social a la enfermedad

Ahora estás bien, ahora no lo estás. Por Las relaciones interpersonales entre el
la mañana te levantas bien y al mediodía enfermo y el familiar, amigo o vecino incidi-
estás que no te aguantas y te tienes que rán significativamente en el dispositivo infor-
poner en la cama. Y luego se te pasa y mal de cuidado a lo largo del tiempo(15,17,36).
ya vuelves a funcionar. Es muy difícil de Cuidar a una persona puntualmente, en
entender. Va así, ad libitum. Un día estás forma diaria, durante semanas, meses o
bien, y el otro parece como si te hubiera años o para siempre, no es lo mismo. Cuidar
pasado un camión por encima. Tres días cansa física, emocional y mentalmente, más
bien y dos fatal, y no sabes ni tú por- para quien asume el rol de cuidador princi-
qué. No hay patrón. Nunca sabes muy pal, pudiendo llegar a “quemarse” (burn out)
bien, tienes que ir arreglándotelas como o claudicar(31,41). Lo que los propios partici-
puedes. Cuando tienes una temporada pantes reconocen también es que “las quejas
buena es fantástico, pero cuando notas cansan, para los que tienen que aguantar-
que viene una mala, uf, da miedo, por- nos”, decía Montse. El estado de ánimo de
que no sabes lo que va a durar, y sabes algunas personas con enfermedades crónicas
que lo pasarás mal. (Clara, 36 años) puede verse afectado por los malos días o las
malas temporadas. Laura explicaba cómo “el
Estos vaivenes en el estado general de dolor agria el carácter, y eso hace que ten-
salud del enfermo crónico tienen diversas im- gas mala leche, y claro… estás insoportable”.
plicaciones para los ámbitos familiar, social y Esto no lo hace fácil para los que están en el
laboral, que presentan dificultades para com- entorno cercano del enfermo.
prender por qué ahora sí y por qué ahora no, Por otro lado, la dimensión temporal de
por qué ayer sí y hoy no, la semana pasada sí y los cuidados informales de larga duración
la siguiente no, la persona puede hacer (o no) explica en parte sus limitaciones: el cuidado
tal cosa o tal otra. La desatención de los ro- ilimitado en el tiempo, al que no se le ve fin,
les familiares y sociales, y el incumplimiento tiene un impacto físico y emocional notable
ocasional-continuado de las responsabilida- para el cuidador principal. Por ello, se hace in-
des y funciones sociales y laborales puede ge- dispensable que, desde el Estado, se provean
nerar malos entendidos y conflictos en todos mecanismos de apoyo y programas oficiales
los ámbitos(17,34,35,36,37,38,39,40). De nuevo, en es- de respiro al cuidador informal principal; que
tas fluctuantes fracciones de tiempo –días, ho- existen, pero no cubren las necesidades de
ras, semanas– bien dentro de una temporada todos los afectados. Pero también aquí resulta

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
348
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

especialmente relevante la importancia de la iba a la casa de los enfermos a “hacerles com-


red social de apoyo más amplia del enfermo pañía”, a charlar, a escuchar la radio, a jugar
crónico, para que la carga no resida solo en a las cartas o distraerles, en definitiva, aportar
una persona. Los otros miembros de la fami- calor humano y compartir (a ratos) la expe-
lia, amigos y los indispensables vecinos jue- riencia de la enfermedad. Eso también es cui-
gan un papel primordial de apoyo informal, dar. Ahora raramente se visita a los enfermos
tanto a la persona enferma como a su cuida- en sus casa para “hacerles compañía”, a no
dor informal principal. Sin embargo, “tener ser que se trate de una enfermedad degene-
una amplia red social (familia y amigos) no rativa o fatal, o su vida esté en riesgo o aca-
garantiza por sí mismo que se va a contar con bándose. A veces, ni se los llama por teléfono
apoyo suficiente cuando sobreviene una ne- para saber cómo están. En este contexto, se
cesidad de ayuda de carácter prolongado o hace necesario rescatar a un clásico que nos
permanente”(41). Algunas personas de esta red abre la puerta a repensar los cuidados y el
social, sin embargo, no son conscientes de cuidar, según Illich(42):
la importancia de su apoyo para el familiar,
vecino o amigo enfermo y para su cuidador La asistencia más tradicional a la salud
principal. En ocasiones, la gente desconoce era un programa para dormir, comer,
lo que puede hacer, no saben qué pueden amar, trabajar, jugar, soñar, cantar y
aportar ellos o cómo pueden ayudar. Esto sufrir [...] y la curación era una forma tra-
tiene mucho que ver en cómo entendemos dicional de consolar, cuidar, reconfortar,
las prácticas de cuidados informales, qué en- aceptar, tolerar y también de rechazar al
tendemos por cuidados y qué entendemos afligido.(42)
por cuidar, pero también tiene que ver con la
comunicación entre unos y otros. Otro aspecto importante a tener en
Por un lado, se tiende a pensar en prác- cuenta es la carga moral del cuidado: ¿po-
ticas de cuidado bajo un modelo biomédico der o querer cuidar? La responsabilidad de
que distingue principalmente dos niveles proporcionar este tipo de ayuda, atribuida
de atención: el sanitario y el sociosanitario, al familiar o al amigo, conlleva una notable
cuyas prácticas asistenciales se orientan so- carga moral en la sociedad española, tradi-
bre todo hacia la cura o el cuidado de los cionalmente moralista, y genera sentimientos
aspectos sanitarios, como higiene personal, ambivalentes. Aun queriendo ayudar a sus
alimentación, curas, administración medi- seres queridos:
cación, y logísticos, como tareas de la casa,
comprar, cocinar, ayuda en los desplaza- El sentido de obligación moral que toda-
mientos. Por otro lado, se tiende a pensar en vía impregna a la sociedad española con
cuidados informales como meras tareas fun- respecto a los cuidados de larga dura-
cionales o actividades a realizar. Si bien es ción provoca emociones positivas en la
cierto que el apoyo al enfermo crónico tiene relación de ayuda y, al mismo tiempo,
que ver con esas tareas concretas que des- sentimientos encontrados ante la dificul-
empeñan personas concretas –la pareja que tad de conciliarlos con la vida personal
se ocupa de las tareas de la casa, el vecino y el trabajo. La ambivalencia emocional
que compra el pan, el amigo que acompaña de las personas cuidadoras es una de sus
a la visita del médico– se aboga aquí por una características fundamentales.(41).
mirada que tenga en cuenta la actitud y el
trato en la interacción entre la persona en- Los procesos de enfermedad son una
ferma y su red social de apoyo (cuidadores experiencia social y un fenómeno cultural,
o no), rescatando la necesidad de atender a y la respuesta social al enfermo es un acto
los aspectos morales, emocionales y sociales moral(15,28,35,36,43). Los individuos viven en un
que muchas de las enfermedades crónicas mundo social y moral de compromisos. Por
conllevan. Hace unas décadas, en España, se ello, las necesidades crónicas de los enfermos

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 349

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


y las demandas para sus familiares o amigos, en la respuesta social a la enfermedad y al
deben estar en concordancia con la natura- enfermo, es decir, a poner en marcha una
leza personal de cada relación(15,17,36). Cuidar red social de cuidado informal adecuado,
a los familiares, amigos o vecinos enfermos que debe ser analizada atendiendo a la di-
es un compromiso que se vincula con el con- versidad de situaciones y circunstancias per-
cepto de reciprocidad(44) cuyas reglas sociales sonales, y sobre la base del tipo de relación
y acuerdos implícitos o explícitos se fundan interpersonal entre la persona y su familiar
en un actualizado modelo de comunidad, o amigo. En este sentido “cada relación es
el escenario en el que se llevan a cabo estas un mundo” y no podemos generalizar. Sin
prácticas. embargo, las carencias relatadas nos avisan
Curiosamente, los participantes explican de aquello que no va bien y es susceptible
la respuesta de su red social de apoyo en tér- de mejorar, poniendo en evidencia, nueva-
minos de buena o mala suerte. Algunos agra- mente, las limitaciones de los cuidados infor-
decen la suerte que han tenido: “yo he tenido males de larga duración.
mucha suerte con mi familia y amigos, que
siempre han estado ahí y me han ayudado
mucho”, “mi marido es un diez, no puedo CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
pedir más”, mientras que otros lamentan las
carencias y la falta de apoyo. Lo significativo
de entender la ayuda recibida en términos de Respecto a las políticas públicas, el es-
suerte pone de relieve dos cosas: la primera, cenario de la atención a las enfermedades
es que existen presunciones sobre lo que los crónicas ha cambiado sustancialmente en la
demás hacen o se cree que deberían hacer y, última década desde que los expertos de la
la segunda, que estas valoraciones general- OMS advirtieron en 2003 el nuevo reto(46) e
mente tienen que ver más con las actitudes y instaron a los países europeos a desarrollar e
el trato recibido por parte de los familiares y implementar planes nacionales de atención a
allegados, es decir, con la calidad percibida la cronicidad(1,47,48). En España, el primer in-
de la ayuda. tento fue con la Ley 39/2006 denominada Ley
Lamentablemente, esta investigación ha de Dependencia(8), insuficiente en la práctica
encontrado más casos de mala suerte en la tanto por motivos de diseño como por pro-
respuesta social a la enfermedad y en la ca- blemas de financiación, que puso en eviden-
lidad del cuidado informal recibido. Varios cia sus limitaciones ante la amplia diversidad
participantes han referido, por ejemplo, que y casuística de las enfermedades crónicas y
sus parejas se molestaban por tener que lle- excluyó a un notable número de personas
varles un vaso de agua a la cama o que no con enfermedades crónicas que no pueden
querían ir a pasear con ellos porque “andan obtener ni las prestaciones ni los beneficios
lentos”. Todos han referido haber experimen- que esta ley dispone(49). Recientemente, en
tado mucha incomprensión: “la gente no lo 2011 y 2012, se han diseñado planes y pro-
entiende”, “la gente no lo comprende” son gramas específicos de atención a las enfer-
narrativas habituales. La mayoría ha relatado medades crónicas en el estado español(4,5).
la ausencia y paulatina desaparición de fami- Sin embargo, aún no se puede hablar de im-
liares o amigos bajo el pretexto de “no quiero plementación efectiva o que se esté dando
molestar” o “ya sabemos que si necesitas respuesta a las necesidades sociosanitarias
algo, nos llamarás”. Estos problemas tienen del conjunto de afectados. Pero ¿qué llama
que ver tanto con cómo se percibe y valora la atención en esos planes, programas y es-
socialmente el tipo de enfermedad que la trategias de abordaje a la cronicidad? Que,
persona padezca, como con los patrones cul- en gran medida, se sigue contando con la red
turales y expectativas sociales atribuidos a de cuidados informales y se confía en la au-
este grupo concreto de edad de adultos jóve- toatención como solución al empeoramiento
nes(7,45). Todo ello incide significativamente de la situación. En este contexto, cabe

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
350
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

preguntarse: si volvieran a hacer los estudios existente entre los modelos que proponen
que hace poco más de una década cifraron los expertos profesionales (outsiders) y las
en torno al 80% los cuidados informales necesidades reales de los expertos enfermos
para los enfermos crónicos ¿cuál sería la cifra (insiders). La solución pasa por una mirada
ahora?, ¿cuánto habrá cambiado gracias a la interdisciplinar y un trabajo colaborativo
Ley de Dependencia y a los incipientes pro- entre las ciencias sociales, la biomedicina y
gramas de atención a la cronicidad? los que diseñan las políticas públicas. El reto
Aun sin tener la cifra actualizada, no cabe es el de construir entre todos un modelo de
duda de que la responsabilidad de los cuida- atención a la cronicidad que dé respuesta a
dos de larga duración en España se reparte la gran variedad de casuísticas y circunstan-
de forma totalmente desequilibrada entre los cias personales y sociales de la enfermedad.
servicios que ofrece el Estado y las estrate- Eso pasa, inexorablemente, por escuchar la
gias de cuidado informal que pone en fun- voz de los afectados, y por la necesaria arti-
cionamiento la persona enferma y su entorno culación entre la autoatención y el cuidado
cercano de apoyo. La mirada desde la antro- informal y la gestión por parte de las políticas
pología médica permite mostrar la distancia públicas.

AGRADECIMIENTOS 3. Instituto Nacional de Estadística. Encuesta Eu-


ropea de Salud en España. Madrid: INE; 2014.
Este artículo expone resultados parciales del ma-
terial etnográfico recogido durante mi investigación 4. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
doctoral titulada “El temps del mal. L’experiència i Igualdad. Estrategia para el abordaje de la croni-
la gestió de la cronicitat en adults” [El tiempo del cidad en el Sistema Nacional de Salud. Madrid:
mal. La experiencia y la gestión de la cronicidad en Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
adultos]. Dicha investigación doctoral fue posible Igualdad; 2012.
gracias a una beca predoctoral de la Agència de
5. Programa de Prevenció i Atenció a la Cronicitat.
Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca para per-
Dossier de presentació. Barcelona: Departament
sonal investigador novel (AGAUR-FI), con el apoyo
de Salut, Generalitat de Catalunya; 2011.
del Comisionado para Universidades e Investi-
gación del Departamento de Innovación, Univer-
6. García F, Sarriá A, Hernández A, Alcázar Rai-
sidades y Empresa de la Generalitat de Catalunya
mundo. Revisión de intervenciones con nuevas
(España) y del Fondo Social Europeo (Números de
tecnologías en el control de las enfermedades cró-
Expedientes 2009FI_B 00115; 2010FI_B1 00104;
nicas. Madrid: AETS-ISCIII; 2005.
2011FI_B2 00101), además de una beca de mo-
vilidad con el apoyo de la Secretaria de Univer-
7. Masana L. El temps del mal. L’experiència i la
sidades e Investigación y del Departamento de
gestió de la cronicitat en adults [Internet]. 2013
Economía y Conocimiento de la Generalitat de
[Tesis de doctorado]. Tarragona: Departamento de
Catalunya (España) (Número de Expediente: 2011
Antropología, Filosofía y Trabajo Social, Universitat
BE1 00518).
Rovira i Virgili [citado 10 oct 2016]. Disponible
en: http://www.tdx.cat/handle/10803/119547.

8. España, Congreso de los Diputados. Ley 39/2006:


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Ley de Promoción de la Autonomía Personal y
Atención a las Personas en Situación de Depen-
1. Organización Mundial de la Salud. Preparación dencia. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos
de los profesionales de la atención de salud para Sociales; 2006.
el siglo XXI: El reto de las enfermedades crónicas.
Ginebra: Ediciones de la OMS; 2005. 9. García-Calvente MM, Mateo-Rodríguez I, Gu-
tiérrez, P. Cuidados y cuidadores en el sistema
2. Organización Mundial de la Salud. Estrategia informal de salud. Granada: Escuela Andaluza de
mundial sobre régimen alimentario, actividad Salud Pública; 1999.
física y salud marco para el seguimiento y eva-
luación de la aplicación. Ginebra: Ediciones de la 10. Durán MA. Las demandas sanitarias de las fa-
OMS; 2006. milias. Gaceta Sanitaria. 2004;18(Supl 1):195-200.

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC


CUIDADOS INFORMALES DE LARGA DURACIÓN EN ESPAÑA: RETOS, MIRADAS Y SOLUCIONES 351

SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237


11. Bofill S. Cuidado formal e informal en Ca- 25. Becker G. Disrupted lives: How people create
taluña: Un análisis de la percepción de las mujeres meaning in a chaotic world. California: University
mayores en relación a sus derechos y obligaciones of California Press; 1997.
en materia de cuidados y atención. Etnográfica.
2006;10(2):263-281. 26. Corbin J, Strauss A. Unending work and care:
Managing chronic illness at home. San Francisco:
12. Haro JA. Cuidados profanos: una dimensión Jossey-Bass; 1988.
ambigua en la atención de la salud. En: Comelles
JM, Perdiguero E, (eds.). Medicina y cultura: Es- 27. Radley A. Style, discourse and constraint in ad-
tudios entre la antropología y la medicina. Bar- justment to chronic illness. Sociology of Health &
celona: Bellaterra; 2000. Illness. 1989;11(3):230-252.

13. Comelles JM. De la ayuda mutua y la asis- 28. Radley A. Worlds of illness: Biographical
tencia como categorías antropológicas: Una and cultural perspectives on health and disease.
revisión conceptual. Trabajo Social y Salud. London: Routledge; 1993.
2000;(35):151-172.
29. Radley A, Green R. Bearing illness: Study
14. Menéndez E. Modelos de atención de los of couples where the husband awaits coronary
padecimientos: de exclusiones teóricas y articu- graft surgery. Social Science & Medicine.
laciones prácticas. Ciencia & Saúde Colectiva. 1986;23(6):577-585.
2003;8(1):185-207.
30. Radley A, Green R. Illness as adjustment: a me-
15. Charmaz K, Good Days. Bad days: The self in thodology and conceptual framework. Sociology
chronic illness and time. New Brunswick: Rutgers of Health & Illness. 1987;9(2):179-207.
University Press; 1991.
31. Maslach C. Burnout: the cost of caring. New
16. Goffman E. Relaciones en público: Microes- York: Prentice-Hall Press; 1982.
tudios del orden público. Madrid: Alianza Editorial;
1979. 32. Allué M. DisCapacitados: La reivindicación de
la igualdad en la diferencia. Barcelona: Bellaterra;
17. Goffman E. Estigma: La identidad deteriorada. 2003.
10a ed. Buenos Aires: Amorrortu; 2006.
33. Strauss A, Corbin J, Fagerhaugh S, Glaser B,
18. Pié Balaguer A, (coord.). Deconstruyendo la Maines D, Suczek B, Wiener CL. Chronic illness
dependencia: Propuestas para una vida indepen-
and the quality of life. Sant Louis: Mosby; 1984.
diente. Barcelona: Universitat Oberta de Cata-
lunya; 2012. 34. Devillard MJ, Otegui R, García P. La voz ca-
llada: Aproximación antropológico-social al en-
19. García Alonso JV, (coord.). El movimiento de
fermo de artritis reumatoide. Madrid: Comunidad
vida independiente: Experiencias Internacionales.
de Madrid, Consejería de Salud; 1991.
Madrid: Fundación Luis Vives; 2003.
35. Frank AW. The wounded storyteller: Body,
20. Oficina Vida Independent. El movimiento de
illness and ethics. Chicago: The University of
vida independiente [Internet]. c2017 [citado 10 sep
Chicago Press; 1995.
2016]. Disponible en: http://tinyurl.com/ldxmf6z.

21. Foro de Vida Independiente y Divertad [In- 36. Kleinman A. The illnes narratives: Suffering,
ternet]. 2016 [citado 10 sep 2016]. Disponible en: healing and the human condition. New York:
http://tinyurl.com/ygv38nw. Basic Books; 1988.

22. Aguirre R. Los cuidados familiares como pro- 37. Estroff SE. Identity, disability and schizo-
blema público y objeto de políticas. En: Arriagada phrenia: The problem of chronicity. In: Lin-
I, (ed.). Políticas hacia las familias, protección e denbaum S, Lock M, (eds.). Knowledge, power,
inclusión sociales. Santiago de Chile: Naciones and practice: The anthropology of medicine and
Unidas; 2005. everyday life. Berkeley: University of California
Press; 1993.
23. Durán MA. Los costes invisibles de la enfer-
medad. Bilbao: Fundación BBVA; 1999. 38. Söderberg S, Strand M, Haapala M, Lundman
B. Living with a woman with fibromyalgia from the
24. Bury M. Chronic illness as biographical dis- perspective of the husband. Journal of Advanced
ruption. Sociology of Health & Illness. 1982;4(2): Nursing. 2006;42(2):143-150.
167-182.

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2017.1237
352
SALUD COLECTIVA. 2017;13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237 MASANA L.

39. Ware NC. Toward a model of social course 45. Masana L. Invisible chronic illnesses inside
in chronic illness: The example of chronic fa- apparently healthy bodies. In: Fainzang S,
tigue syndrome. Culture, Medicine & Psychiatry. Haxaire C, (eds.). Of bodies and symptoms: An-
1999;23:303-331. thropological perspectives on their social and
medical treatment. Tarragona: Publicacions URV-
40. Miles A, Curran HV, Pearce S, Allan L. Ma- Col•lecció Antropologia Mèdica; 2011.
naging constraint: The experience of people
with chronic pain. Social Science & Medicine. 46. World Health Organization. Key policy issues
2005;61(2):431-441. in long-term care. Geneva: WHO; 2003.

41. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 47. World Health Organization. A strategy to
Atención a las personas en situación de depen- prevent chronic disease in Europe: A focus on
dencia en España: Libro Blanco. Madrid: Minis- Public Health Action, the CINDI Vision. Geneva:
terio de Trabajo y Asuntos Sociales, IMSERSO; WHO; 2004.
2004.
48. World Health Organization. Towards a Eu-
42. Illich I. Némesis médica: La expropiación de ropean strategy on noncommunicable diseases.
la salud. Barcelona: Barral Editores; 1975. Geneva: WHO; 2004.

43. Kleinman A, Benson P. La vida moral de 49. Masana L. Self-Care and management of adults
los que sufren enfermedad y el fracaso exis- with chronic illness and dependency: The Spanish
tencial de la medicina. Humanitas Monográfico. case in the context of the new dependency law.
2004;2:17-26. In: Fainzang S, Einar Hem H, Bech Risor M, (eds.).
The taste for knowledge: Medical anthropology
44. Mauss M. Ensayo sobre los dones: Motivo y facing medical realities. Denmark: Aarhus Uni-
forma del cambio en las sociedades primitivas. versity Press; 2010.
En: Mauss M. Sociología y antropología. 2a ed.
Madrid: Tecnos; 1971.

FORMA DE CITAR
Masana L. Los cuidados informales de larga duración en España: retos, miradas y soluciones. Salud Colectiva. 2017;
13(2):337-352. doi: 10.18294/sc.2017.1237.

Recibido: 16 de noviembre de 2016 | Aprobado: 2 de marzo de 2017

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0
Internacional. Reconocimiento — Permite copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra.
A cambio, se debe reconocer y citar al autor original. No Comercial — Esta obra no puede ser
utilizada con finalidades comerciales, a menos que se obtenga el permiso.

http://dx.doi.org/10.18294/sc.2017.1237

Salud Colectiva | Licencia Creative Commons Reconocimiento — No Comercial 4.0 Internacional | BY - NC

También podría gustarte