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Estructura industrial

y sus características en Guatemala


Estructura industrial y sus características en Guatemala 2

Soy USAC

Facultad de Ciencias Económicas, USAC

Soy Ciencias Económicas


Año 2018
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Curso Problemas Socioeconómicos de Guatemala


Documentos de apoyo a la docencia
Facultad de Ciencias Económicas, USAC
Departamento de área común
Septiembre de 2018

Dr. Edwin Rolando García Caal


Lic. Sergio Augusto Ayapán
Revisión editorial: Lic. Axel René Higueros Alay
Basado en la versión preliminar de Lic. Edgar Reyes Escalante

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, los países con un crecimiento económico


continuo, están siendo impulsados por la industrialización, el
comercio internacional y los respectivos servicios asociados. La
importancia de la industria es tal que, de hecho, no existe un solo
país en el mundo que haya alcanzado un alto nivel de desarrollo
económico y social sin tener un sector industrial avanzado y
desarrollado. Por tal razón, en la economía política, la industria,
como actividad productiva, se ha ganado un sitio especial por
estar ligada a ciertos episodios de importancia en el desarrollo del
Modo de Producción capitalista –MPC-.
Durante el transcurso de la historia, la capitalista, la industria se torna la rama
industrialización, entendida como parte más dinámica del desarrollo del Sistema;
del proceso de desarrollo capitalista, está la industria es el ejemplo perfecto del
relacionada muy estrechamente, con la denominado desarrollo capitalista en
obtención de la plusvalía absoluta y en la profundidad, cuando la división social del
realidad concreta con la aparición del trabajo se profundiza y con ello surgen
trabajo de cooperación simple y el taller nuevas mercancías, nuevas ramas de
manufacturero. Sin embargo, al producción y la especialización alcanza
instaurarse el modo de producción niveles muy sofisticados.
La importancia que tenía la fuerza de trabajo en la función de producción (P = t + k) se
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reduce, debido a que adquiere mayor importancia el capital constante fijo, que
proporciona al trabajo altos niveles de productividad, es decir, producir más bienes y
servicios con la misma cantidad de insumos (fuerza de trabajo y capital) o bien, la misma
cantidad de bienes y servicios con una menor cantidad de insumos; este avance, hace
ascender al primer lugar la obtención de la plusvalía relativa, o sea más excedente por
unidad de fuerza de trabajo, por ejemplo la hora de trabajo.
Es por medio de la industria, que el capital comenzó a generar sus propias fuerzas
productivas, primero mediante la administración científica (Frederick Taylor, Henry Fayol y
la ingeniería industrial) y más tarde con las actividades de investigación, desarrollo e
innovación, realizadas tanto en laboratorios de las empresas industriales como en
colaboración con las universidades. Es por esta generación de avances en las fuerzas
productivas del capital, que se han dado tres revoluciones industriales bien marcadas y en
la actualidad estamos en la consolidación de una cuarta revolución industrial. Todas estas
han logrado un nivel de eficiencia y productividad no imaginables; lo que ha permitido
afirmar a los utópicos que muchos de los más graves problemas de nuestro tiempo, el
hambre por ejemplo, podrían ser erradicados gracias al desarrollo industrial.
No obstante, para lograr una comprensión del desarrollo industrial es importante hacerse
una idea de la industria como concepto. En ese sentido es posible iniciar la explicación
afirmando que la industria tiene dos acepciones en la teoría. Un término de industria en
sentido estricto y uno en sentido amplio.

En sentido estricto aquella producción que consiste en la transformación de las


características físicas, químicas o biológicas de los objetos se designa con el
nombre de producción industrial o industria (Lange, 17). Antonio Erazo (1983) la
denominará como “actividad económica secundaria”. El término secundario hace
referencia a la clasificación más general de las actividades económicas: la agricultura como
actividad económica primaria, la industria como actividad económica secundaria y los
servicios como actividad económica terciaria.
En ese sentido estricto, la industria como actividad económica secundaria, se inserta, por
tanto, en los esfuerzos dedicados a la producción, distribución y consumo de bienes
transformados, así como a la prestación de servicios relacionados.
Ahora bien, en la Clasificación Internacional Industrial Uniforme (CIIU), se expone que
definir el concepto de industria como una actividad secundaria es una posición muy
antigua (1948), por cuanto a partir de 1960 la industria se integró a los procesos de
producción agrícola, al crear las primeras patentes industriales de productos agrícolas
modificados (productos transgénicos), asimismo al crear máquinas específicas para elevar
la productividad en el agro y productos asociados como herbicidas, fungicidas y
fertilizantes.
Al mismo tiempo, a partir de la tercera revolución industrial el comercio y los servicios en
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general recibieron un fuerte impulso industrial, a tal grado que los procesos de producción
bancarios, por ejemplo, son impensables sin el avance del desarrollo industrial. El
comercio, en general, se ha hecho altamente dependiente de los sistemas de
comunicación creados por la industria a partir de las denominadas TICS (Tecnologías de la
información y la comunicación). Por tal razón, en la CIIU se utiliza el término industria en
un sentido amplio, como sinónimo de actividad económica. En otras palabras, en la
actualidad la agricultura y los servicios también son industria.

Modalidades actuales de las Tecnologías de información y comunicación

La industria en sentido amplio se define como todo esfuerzo consciente realizado


por los seres humanos dedicados a la producción, distribución,
comercialización y consumo de bienes y servicios dentro de una sociedad,
teniendo como objeto la satisfacción de necesidades humanas y en última instancia
acrecentar la riqueza.
En efecto, una de las misiones más importantes que se le adjudican al capitalismo
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industrial es la de incrementar las fuerzas productivas del hombre, pero se debe tener en
cuenta que dentro del Modo de Producción Capitalista, las actividades económicas no sólo
tienen como objeto la satisfacción de múltiples y crecientes necesidades, sino también el
acrecentamiento de la riqueza (Lange).
Con este preámbulo se puede afirmar que si bien, la industria data de los mismos orígenes
del ser humano, el papel que ha desempeñado en el desarrollo del modo de producción
capitalista ha sido crucial en la conformación del Sistema Capitalista Mundial,
principalmente por la vía de las revoluciones industriales. En ese sentido es importante
hacer un repaso de lo acontecido al respecto.

La primera revolución industrial ocurrió a partir del dominio del viento y el


agua. Una combinación que hizo a los procesos de producción
dependientes del carbón y de las máquinas de vapor. Este descubrimiento
tuvo aplicaciones importantes en el ferrocarril, el barco de vapor, el uso de
canales de riego, procesos comerciales ampliados y por supuesto, su
aplicación en el proceso productivo de la industria ligera (textiles y bienes
de consumo masivo), dando origen a la industria manufacturera
heterodoxa (ensamblaje) y posteriormente a la orgánica (procesos por
etapas) para el aprovechamiento de las economías a escala a partir de una
combinación entre energía humana y maquinas manuales (García-Caal,
2009). En las dos primeras décadas del ferrocarril (1830-1850), la
producción de hierro en Inglaterra ascendió desde 680,000 a 2,250,000
toneladas, es decir, se triplicó. También se triplicó en aquéllos 20 años la
producción de carbón -desde 15 a 49 millones de toneladas-.

Este impresionante auge se derivó principalmente del tendido de las vías férreas, pues
cada milla de línea requería 300 toneladas de hierro sólo para los rieles (Hobsbawm,
1977). Esta primera revolución industrial por supuesto que cambió la forma de producir,
ya que incrementó enormemente el mercado, originando un desarrollo industrial
endógeno centralizado, bajo la tutela del gobierno y enfocada en lo homogéneo de la
producción, asimismo la ubicación de la industria formaba parques que acercaban los
insumos hasta la posición geográfica de las fábricas. Esta revolución permitió el abandono
de la producción individual lo que se cambió por la producción en masas (García-Caal,
2009).
La segunda revolución industrial encontró su punto de partida con el descubrimiento del
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petróleo y la electricidad. Las aplicaciones de éstos sobre motores eléctricos y de
explosión interna permitieron avances innumerables en los procesos productivos, en la
siderurgia (acero y aluminio), en la industria química y en la producción de automóviles
(García-Caal, 2009). Estos cambios en la producción necesariamente presentaron a la
sociedad un mundo totalmente nuevo, dando origen a la producción organizada bajo la
forma de la industria fabril (fuerza extrahumana/fordismo).

La producción fordista estaba basada en las economías a escala (García-Caal, 2009). Esta
etapa estuvo marcada por una intensa innovación tecnológica que permitió incrementar
la productividad y ofreció nuevas oportunidades de inversión en toda una nueva gama de
productos. Como sabemos, fue en este período cuando se incorporaron a la vida moderna
el teléfono y la telegrafía sin hilos, el fonógrafo y el cine, el automóvil y el aeroplano
(Hobsbawm, 1977). El mundo se movió hacia la apertura económica, la competitividad y la
tecnología. El Gobierno ya no estuvo en el centro de la política industrial. Nació la
cooperación entre firmas y la formación de gremios industriales (subcontratación) de
firmas. La producción se organizó alrededor de la búsqueda de mercados masivos y
diversificados, lo que algunos autores han llamado el desarrollo industrial endógeno
descentralizado. La producción no sólo debió dirigirse hacia las grandes masas sino
también debió presentar productos nuevos de forma constante, haciendo imprescindible
la innovación permanente (García-Caal, 2009).

Aspectos a considerar en la innovación industrial


A pesar de lo novedoso del cambio productivo relatado, apareció una tercera revolución
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industrial con el surgimiento de la informática, la robótica y las telecomunicaciones. Lo
que inicialmente encontró su aplicación en la industria militar y espacial, tiempo después
fue transformando los procesos productivos a nivel mundial haciendo aparecer, gracias a
la aplicación de la informática en las comunicaciones, el nacimiento de las empresas
transnacionales y la producción desconcentrada. El internet, como impulsor de las
comunicaciones permitió acelerar los procesos de enculturación y en ese sentido
revolucionar la división del trabajo sin las fronteras geográficas que se mantenían en las
revoluciones industriales anteriores. Las relaciones de producción industrial
transformaron a los países en elementos de un todo organizado (García-Caal, 2009).
El desarrollo de la informática permitió la especialización flexible. En otras palabras surgen
máquinas multi-propósitos lo que posibilita la producción diferenciada de productos. El
fenómeno productivo posibilita la globalización. Aparecen los sistemas industriales de
producción regionales (entre países). La especialización flexible se mueve hacia el
ensamblaje. Al mismo tiempo las industrias se ven obligadas a abandonar la
especialización en una sola gama de productos, por lo que aprenden a ser altamente
mutantes y basar sus procesos en la diferenciación de productos. Dos etapas identifican
este proceso. En primer lugar un desarrollo industrial exógeno a nivel macro ya descrito y
en segundo lugar lo que podría llamarse un Desarrollo industrial exógeno nivel meso con
una creciente demanda de productos hechos a medida y de calidad competitiva gracias al
equipamiento de producción computarizada, programable y relativamente barata.
(García-Caal, 2009). La producción de un solo vehículo es un proceso de ensamblaje de
partes producidas en varios países.

Origen de las piezas de autos ensamblados en México


Pero el mundo no se detiene. Las conexiones académicas creadas con el desarrollo
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acelerado de las comunicaciones aceleraron también la combinación de los conocimientos
científicos, que han asombrado al mundo constantemente dando origen a la
nanotecnología y con esta, a la manipulación humana de las partículas: clonación y
combinación. Aplicaciones de estos conocimientos en los implantes biológicos y en los
productos transgénicos son asombrosos, pero aún no habían presentado a la industria
mundial una nueva perspectiva de producción. Sin embargo, su aplicación en la impresión
3D es la pauta para que los avances científicos abandonen nuevamente el campo
académico de la experimentación y se encarrilen en el cambio de los procesos de
producción. El paso ya ha sido dado y tiene que ver con las impresiones en 3D.

La industria del calzado se adaptó de inmediato a la impresión 3D

La tecnología de impresión 3D existe desde el año 2002, no obstante, ha comenzado a


popularizarse en los últimos años, dando paso a la Cuarta revolución industrial. Con esta
tecnología la "fabricación personal" o "personal fabbing" ya no tiene límites, todo lo que
dibujes en el ordenador puede convertirse de bits a átomos rápidamente con la misma
exactitud con la que lo has dibujado. Impresión en 3D ¿Desde cuándo? El concepto tiene
su origen en la stereolithography introducida por 3D Systems en 1986 (Jerez, 2011),
aunque la tecnología que ahora se usa en las impresoras 3D comerciales salió del MIT
(Instituto Tecnológico de Massachusetts).

La historia de las impresoras 3D empezó como la de muchos otros grandes inventos. El


generador eléctrico (inventado en 1831 que fue explotado a comienzos del Siglo XX), el
motor de combustión interna (inventado en 1870 fue explotado a partir de 1913 en las
cadenas de montaje de Ford), las bombillas eléctricas (inventadas en 1879 fueron
explotadas a comienzos del Siglo XX), el velcro (inventado en 1941, fue explotado hasta
que la NASA lo demandó para los vuelos espaciales a finales de los años 70).
El MP3 (tecnología conocida en 1870) no fue masificada sino hasta finales del Siglo XX, el
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fonógrafo (inventado en 1857 fue explotado a comienzos del Siglo XX lo que introdujo la
industria musical que conocemos hoy en día), la máquina de vapor, etc. (Jerez, 2011). Sin
embargo, lo que origina una revolución industrial no es el invento en sí, ni el periodo de su
creación; la revolución tiene que ver necesariamente con un cambio en los procesos de
producción. En la nanotecnología y las impresiones 3D el cambio está dado en el traslado
de sistemas de producción masiva hacia sistemas de producción personalizados. La cima
de los slogans “hágalo usted mismo”.

Características ultra pequeñas pueden ser conseguidas a través de la técnica de micro


fabricación 3D, mediante el mecanismo de foto polimerización por absorción de fotones,
lo que no plantea problema en la complejidad de los modelos. La pregunta sería ¿es
posible el uso doméstico de esta tecnología? Al respecto se sabe de un proyecto que
intenta desarrollar una impresora 3D de código abierto gratuito FOSS, cuyas
especificaciones completas son distribuidas bajo la Licencia General Pública GNU; lo
asombroso es que esta impresora puede copiar algunas partes de sí misma, lo que
significa que se está tratando de llegar a los hogares no sólo con las posibilidades de la
impresión 3D sino también con las posibilidades de imprimir su propia impresora 3D.

A noviembre de 2010 la RepRap (nombre del proyecto) podía únicamente imprimir sus
partes plásticas. Sin embargo, desde entonces se está llevando a cabo un desarrollo para
dotar al dispositivo de la capacidad de imprimir sus propias placas de circuitos, así como
sus piezas de metal. Mientras eso llega, compañías tales como Objet Geometries,
Stratasys, 3D Systems, EOS GmbH y Z Corporation son los actuales proveedores de
impresoras para procesos productivos industriales.

Una bicicleta elaborada con tecnología 3D


Algunas compañías como Shapeways, Sculpteo y Ponoko están punteando hacia los
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clientes individuales (Kalish, 2010). Hoy por hoy, la tecnología de impresión 3D está siendo
actualmente experimentada en el ámbito de la biotecnología, tanto del campo académico
como del comercial, para su posible uso en la ingeniería de tejidos. Órganos y partes del
cuerpo son construidas a nivel experimental usando técnicas similares a la inyección de
tinta en impresión convencional. En esa misma línea de la bio impresión, la empresa
Modern Meadow en Estados Unidos está diseñando una impresora que imprime comida,
usando cartuchos de biotinta. Cada cartucho contiene cientos de miles de células vivas. Su
primer resultado: carne para hamburguesas.

A la fecha se han producido productos de anatomía para ensayos clínicos y académicos,


oídos sintéticos que no sólo pueden recibir sonidos sino transmitirlos y prótesis de
exoesqueletos. El Instituto de Medicina Regenerativa Wake Forest ha impreso estructuras
cartilaginosas, óseas y musculares estables y tras implantarlas en roedores, los implantes
maduraron hasta convertirse en tejido funcional, al tiempo que desarrollaron un sistema
de vasos sanguíneos propio. Al mismo tiempo, la Universidad de Groningen, en los Países
Bajos, está desarrollando un sistema que permitirá imprimir dientes en 3D para sustituir
las piezas perdidas.

Al año 2018 la industria está utilizando estos avances para la producción de los teléfonos
celulares, controles remotos, cámaras acuáticas, modelos de complejos perfumes,
conectores eléctricos, ropa, zapatos, suelas, fotografías en 3D, tazas, herramientas y en la
industria de los juguetes. Lo que viene de las impresoras 3D debe ser el tamaño variable:
desde las pequeñas para crear pequeños objetos hasta más grandes que “impriman”
antenas, partes de un avión, de un coche, cuadros de bicicleta, etc. (Jerez, 2011), aspectos
que señalan que estamos a la puerta del Desarrollo de la industria de la personalización
masiva.

Los avances de las impresiones 3D en los procesos productivos señalan en la segunda


década del siglo XXI la incorporación de Kodak y Polaroid con la creación de fotografías
3D, al combinar el escaneo 3D y las impresiones, asimismo, el ingreso de la industria de los
instrumentos musicales, la fabricación del primer auto compacto impreso en 3D, la
expansión de la industria de la moda con el diseño de ropa 3D, audífonos personalizados,
y al año 2018 la venta de impresoras 3D que imprimen a colores y no de un solo color
como hasta finales del 2017. Lo más avanzado de la impresión 3D en el año 2018 está
relacionado con la impresión de productos de hierro, pero lo que ha alcanzado un
mercado inmediato ha sido la impresión de casas construidas en 24 horas con una
impresora 3D a un precio de 50,000 euros, gracias a la unión de esfuerzos de la compañía
ICON con New Story.
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Impresión de casas en una sola pieza con tecnología 3d

Por lo anterior se analiza que la industrialización puede ser una condición necesaria para
satisfacer las ingentes necesidades de las sociedades subdesarrolladas, pero no es una
condición suficiente; es decir, sólo es eficaz si viene acompañada de avances sociales que
permitan al hombre el disfrute de su acrecentada productividad. Lo anterior se refiere a
que la industria además de brindar más bienes para el consumo de la sociedad humana
también destruye el medio donde mora el ser humano: la tierra.
Durante un período de consideración se pensó que los recursos consumidos en la
producción industrial eran inagotables y que la capacidad del planeta para absorber los
desechos de la industria y del consumo humano no tenía límite. Hace ya algunos años que
la humanidad salió de esta inocencia, hoy sabemos que el precio de la industrialización es
un mayor nivel de polución, así como el agotamiento de los recursos naturales, por lo que
la industrialización conlleva nuevos costos, costos que crecen en la medida en que sea
necesario realizar tareas para contrarrestar o reducir los efectos de la contaminación.
La Declaración de Lima (2013) señala que los países industrializados y los que pretenden
industrializarse a partir del año 2015 deberán abordar el planteamiento de las
operaciones industriales en el marco de enfrentar los desafíos ambientales y sociales de
manera sostenible. La política es llamada Desarrollo Industrial Sostenible e Inclusivo (DISI)
y se encuentra inmersa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ratificados por
Guatemala para cumplir las metas del año 2030. Dicha política plantea la importancia de
promover mecanismos de producción más limpios y más eficientes, al igual que la
disociación entre crecimiento económico y degradación medioambiental, aspectos que
deben ser enfatizados.
Sin embargo, está claro que no existe un solo país que haya resuelto completamente los
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problemas de manejo de desechos, purificación del agua y contaminación. Al respecto la
experiencia demuestra que las intervenciones ecológicas en las industrias manufactureras
pueden ser altamente efectivas y reducir significativamente la degradación del medio
ambiente. Esta política también señala como imprescindible aumentar la eficiencia
energética en la producción industrial. Debido a que los insumos energéticos representan
un importante costo de producción para las industrias, la energía limpia y la eficiencia
energética se han convertido progresivamente en determinantes centrales de la
competitividad económica y el crecimiento sostenido.

“Silk Leaft” (Hoja de Seda), fue el nombre que le dio Julian Melchiorri a esta hoja que es
capaz de producir oxigeno mediante el mismo sistema de fotosíntesis, un resultado de la
investigación nanotecnologica. Royal College of Art, 2016.

En ese sentido, a nivel internacional ya no se plantea si la industrialización debe


priorizarse para fomentar el desarrollo de los países, se plantea cuál debe ser el tipo de
industrialización que debe priorizarse. Lo expuesto señala que no todas las subdivisiones
de la industria en sentido estricto apuntan a los objetivos de desarrollo sostenible en el
ámbito de la globalización. Por lo tanto, es necesario estudiar sus subdivisiones.
Industria extractiva, industria energética e industria transformativa 14
La rama de la industria se suele fraccionar en subdivisiones. Así se denomina industria
extractiva a la actividad que extrae las reservas de la naturaleza, en ella se acostumbra
incluir a la minería, la explotación de pozos de todo tipo (petróleo o gas), las canteras y la
pesca. En la contabilidad nacional del país, se incluye la pesca dentro de las actividades
agropecuarias, aunque tal inclusión sólo debería justificarse para la producción de
acuacultura y no para la pesca artesanal o industrial.
La industria energética, se encarga de transformar las fuentes de energía que existen en la
naturaleza con el fin de ponerla en condiciones útiles para el hombre, la más importante
en el país es la energía hidráulica que se puede utilizar por medio de generadores
eléctricos para reducir la dependencia de los derivados de petróleo. La energía
geotérmica, o sea el aprovechamiento de las fuentes de vapor en regiones volcánicas aún
no se aprovecha debidamente.
La industria transformativa prosigue la elaboración de las reservas extraídas de la
naturaleza. En este caso es conveniente indicar que tanto la industria extractiva como la
industria energética no trasladan las materias a la producción industrial transformativa sin
transformarlas previamente, aunque ello sea en pequeña medida. Las cadenas de
producción de la industria se inician en la industria transformativa a partir de materias
primas, es decir, materias brutas sometidas a un proceso incipiente de modificación. Las
industrias transformativas son denominadas, tal vez incorrectamente industrias
manufactureras, toda vez que se hace abstracción de las diferencias que existen a nivel de
industria artesanal, industria manufacturera e industria fabril.
La actividad industrial transformativa tiende a formar cadenas productivas y redes de
interrelaciones en las cuales sus subdivisiones (agroindustria, minería, industria energética
y servicios de apoyo) se vinculan al capital financiero y al comercio local, regional y
mundial. Estas cadenas productivas comienzan a estudiarse con más atención a partir del
concepto de eslabonamiento, utilizado por primera vez por A. Hirschman en 1958. En
realidad el concepto de cadenas productivas está implícito en el concepto marxista de la
producción (CEPAL, 1996).
Sin embargo, ahora se sabe que la parte del capitalismo denominada “desarrollo en
profundidad”, no se refiere solamente al aparecimiento de nuevas ramas de producción,
sino conlleva la especialización, la acumulación de capital social y una estrecha relación
comercial y productiva entre los capitales industriales, comerciales y financieros de una
economía dada. En tal sentido, en la economía política se presta cada vez más atención al
fenómeno del eslabonamiento, ya que genera un conjunto de fuerzas que se transforman
en inversiones. Estas fuerzas económicas son puestas en acción cuando la capacidad
productiva de los sectores que producen insumos para esa línea, y/o utilizan los productos
de la misma, es insuficiente o inexistente.
Los eslabonamientos hacia atrás señalan que una empresa constituye toda una cadena de
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empresas que existen para proveer los insumos necesarios en su proceso productivo (por
ejemplo, la producción de café instantáneo conlleva empresas que proveen café,
fertilizantes, costales, beneficios de café, envases de vidrio, tapaderas plásticas, vehículos
colectores, repuestos, combustible, etc.) Estos eslabonamientos llevan a nuevas
inversiones en la capacidad productiva de insumos, mientras que los eslabonamientos
hacia delante permiten ampliar las industrias que utilizan el producto en cuestión (en el
caso del café los restaurantes, los supermercados, los distribuidores, los venderos
tenderos y domiciliares, los exportadores, etc.).
En otro ejemplo, la agroindustria azucarera guatemalteca está compuesta de distintos
eslabones que se inician con el cultivo de la caña, cuyo procesamiento proporciona las
materias primas que se utilizan en la fabricación de azúcar refinada, melazas utilizadas en
la nutrición de ganado, elaboración de aguardientes y de alcoholes de distinto uso
industrial, los desechos, por otra parte, son utilizados para la generación de energía
eléctrica que luego es vendida a través de la red de distribución eléctrica nacional; esta
industria posee su propio complejo de servicios bancarios y financieros y un complejo de
transporte de azúcar que mediante ductos carga con mayor rapidez el azúcar a granel en
los barcos que la transportan a los países importadores. Las cadenas productivas tienden,
por lo tanto, a hacer que sea más eficiente el funcionamiento del capital industrial.

Cadena productiva desde la extracción hasta el consumidor final


Concepto de Estructura Industrial 16
Se puede definir la estructura industrial como la interacción que se crea en el
ámbito de la oferta con un conjunto de empresas productoras de bienes
económicos transformados y las relaciones en el tiempo y en el espacio que
se dan entre los proveedores de materias primas no transformadas,
complementadas en el ámbito de la demanda como las relaciones que
dichas empresas establecen con los demandantes y su contexto
socioeconómico.

Diagrama representativo de la Estructura industrial


En la estructura industrial cada empresa se ubica en una línea de acción diferente, cuya
importancia es proporcional en función de la magnitud de sus aportaciones al producto
final transformado. Las proporciones indican la importancia relativa de los componentes
del conjunto de empresas; las relaciones vinculan entre sí a los distintos elementos
componentes del conjunto.
Desde el punto de vista económico las empresas industriales son los componentes
elementales de la estructura. Desde el punto de vista socioeconómico, lo son las clases
sociales: empresarios, supervisores, obreros, empleados y artesanos. Desde el punto de
vista económico se pueden hacer las clasificaciones de acuerdo a su modernidad o
desarrollo capitalista (industrias artesanales e industrias fabriles); de acuerdo a su tamaño
se pueden clasificar por capacidad instalada, por volumen de producción, por número de
empleados y por volumen de ventas.
En función del destino de su producción las empresas industriales pueden ser clasificadas
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en industrias nacionales y de exportación; por las características del producto pueden ser
de bienes de consumo final, bienes de consumo intermedio y bienes de capital; también
por el grado de complejidad y la naturaleza de los bienes producidos, se pueden clasificar
en industrias livianas (bienes de consumo no duraderos) e industrias pesadas (bienes de
capital, materias primas y bienes de consumo duradero). Desde el punto de vista
socioeconómico, se pueden hacer clasificaciones de industrias intensivas en mano de obra
e industrias intensivas en capital.
Independientemente de su clasificación, las industrias se fundamentan en las fuerzas
productivas del capital. La capacidad económica superior del MPC sobre los modos de
producción previos radica en la acumulación de una masa de capital que le permite
aprovecharse de las ventajas productivas de la cooperación. La producción capitalista
tiene, histórica y lógicamente, su punto de partida en la reunión de un número
relativamente grande de obreros que trabajan al mismo tiempo, en el mismo sitio, en la
fabricación de la misma clase de mercancías y bajo el mando del mismo capitalista (Marx,
259).
La mayor productividad de la industria sólo se puede lograr si se invierten fuertes
cantidades de dinero en capital físico, es decir, en maquinaria y equipo de producción,
aunque recientemente, también es indispensable la inversión cuantiosa en conocimientos
tecnológicos. La acumulación de capital es por lo tanto muy importante ya que la relación
capital-trabajo es muy alta en la industria, de esa cuenta, el empresario individual, si
quiere acogerse íntegramente a la ley de la valorización, tiene que producir como
capitalista, es decir, emplear muchos obreros al mismo tiempo, poniendo en acción desde
el primer momento el trabajo social medio (Marx, 261).

Evolución de la industria
La primera producción industrial absorbida por el MPC fue la industria doméstica;
como sabemos desde el inicio de la economía social los oficios formaron parte de la
división natural del trabajo, dentro de la economía natural (es decir economía de
autoconsumo, con muy poco intercambio de excedentes), la combinación de la agricultura
y otras actividades estacionales, como la producción de herramientas, textiles, alfarería,
conservación de alimentos y otras formas de transformar las materias primas
proporcionadas por la agricultura o la ganadería, formaban parte de las capacidades
productivas de las familias. En ese sentido, agricultura, ganadería e industria se
combinaban para hacer frente a las necesidades materiales del ser humano. De ahí que
cuando el capital se volcó del comercio a la producción, éste ya contaba con un conjunto
de productores industriales, con la capacidad para la elaboración de productos
artesanales.
La industrial Artesanal se desarrolló con mayor rapidez a raíz de la separación de los 18
oficios de la agricultura; esta separación tendría también el efecto de separar también al
campo de la ciudad. La falta de un comercio vigoroso no propiciaba, sin embargo, el
aumento de la capacidad productiva de la industria, por lo que en las sociedades feudales
donde la organización gremial era la forma de funcionamiento de la producción artesanal;
no era posible que los artesanos vivieran todo el año de su oficio y por tanto no se podía
abandonar por completo la agricultura. Conforme se desarrollaron las ciudades, los
vínculos con el comercio se fueron estrechando, ello permitió la ampliación de los
mercados para la industria, con el paso del intercambio local al comercio internacional. No
obstante debido a la lenta transformación de los procesos productivos, los cuales
descansaban en la tradición como transmisión de las técnicas de producción, la industria
estaba sujeta a la producción agrícola y la ciudad estaba sujeta al área rural.

Como se sabe, la industria manufacturera es creatura del MPC. Su primera aplicación


fue en el taller manufacturero, en donde se combinó la cooperación como fuerza
productiva, con la masa de capital necesario para dicho tipo de empresa; es decir:
instalaciones para la operación del taller, herramientas, materias primas en una cuantía
proporcional y por lo tanto en gran escala y un fondo de salarios lo suficientemente
grande para pagar a los obreros en el período en que aún no se había consumado la venta
de lo producido. El taller manufacturero se dio en el seno de un capitalismo comercial que
amplió el horizonte mercantil a nivel mundial, pero que aún no había aprendido lo
suficiente sobre los procesos productivos de la industria, no obstante, la necesidad lo llevó
a adoptar la división técnica del trabajo (una vez que comprendió los aumentos
dramáticos en términos de productividad del trabajo que se dieron como resultado de
dicha especialización). La cooperación simple para realizar el mismo trabajo, o la
separación de las etapas de una misma clase de trabajo, que se denominó división técnica
del trabajo, fue el efecto de su evolución.
La manufactura que es la aplicación de dicha división técnica del trabajo tiene un doble
origen. De la combinación de varios oficios para producir un bien se constituyó lo que
Carlos Marx denominó la manufactura heterogénea, un conjunto puramente
mecánico de productos parciales independientes (la manufactura de relojes, por ejemplo);
los procesos de producción se podían subdividir entre varios oficios, al final se podía
ensamblar en un taller el producto completo. Esta forma de manufactura no permitió
grandes avances en la técnica de producción al inicio; pero es interesante observar que
una forma muy parecida de producción, se utiliza hoy día (con sus evidentes diferencias)
en la producción de automóviles, por lo que tiene sentido el concepto aplicado de taller
global. La manufactura orgánica, que es la aplicación de distintos trabajos diferentes
en forma secuencial a un mismo objeto de trabajo, permite la ulterior transformación de
la manufactura en la gran industria mecánica.
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Construcción orgánica de motores durante la segunda guerra mundial

En la manufactura orgánica, el objeto fabricado es el resultado de una serie sucesiva de


manipulaciones y procesos enlazados entre sí (el ejemplo es la fabricación de agujas, o la
producción de papel). De la manufactura orgánica a la producción fabril no hay más que
un paso, la transformación de las herramientas como resultado de la especialización y la
transformación del obrero de tiempo completo en obrero parcial, esto permitió
eventualmente que a las herramientas se le pueda aplicar una fuente de movimiento y
con ello aparecen las máquinas herramientas.

La industria fabril es el resultado de la aparición de las máquinas herramientas y por


tanto de la Primera Revolución Industrial. Como es sabido, toda maquinaria un poco
desarrollada se compone de tres partes sustancialmente distintas: el mecanismo de
movimiento, el mecanismo de transmisión y la máquina-herramienta o máquina de
trabajo (Marx, 303).
Todo ello todavía no es la aplicación de tecnología desarrollada por el capital, aunque la
organización social del trabajo si lo sea.
Las herramientas y los mecanismos de transmisión que forman las máquinas existen
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desde que en la antigüedad se utilizaron palancas, poleas, fajas de transmisión, piñones,
etc. para la fabricación de máquinas de guerra, así como para construir molinos y otros
mecanismos.
Fue con la aplicación de la nueva organización industrial del capital que las máquinas
herramientas hicieron posible el acrecentamiento constante de las fuerzas productivas,
ello a través de crisis económicas de sobreproducción y de nuevas revoluciones
industriales. El capital logró poner bajo su control, no solo la capacidad productiva de los
obreros, con sus capacidades y conocimientos de la técnica de producción, tal como se dio
en las etapas de la industria doméstica, artesanal y manufacturera, acción conocida como
una subsunción formal del trabajo por el capital; las nuevas tecnologías puestas a punto
por el capital, a partir de la industria fabril, lograron para el capital la subsunción real del
trabajo por el capital, las fuerzas productivas propias del capital, la ciencia y la tecnología
capitalistas, los procesos de investigación y desarrollo, la gran industria y la administración
científica, pusieron bajo el poder económico del capital no sólo los procesos económicos,
sino también los procesos productivos, a partir de ese punto, el obrero se transformó en
un apéndice de las máquinas. A partir de ese punto del tiempo el capital comenzó a
moverse con sus propios pies: nació la industria capitalista.

Industria fabril en Japón


Para la segunda revolución industrial los países industrializados establecieron un sistema
21
colonial que significó una nueva división internacional del trabajo, con esto pudieron
asegurar una corriente estable de materias primas y alimentos, así como contar con
nuevos mercados para sus manufacturas, lo que por otra parte les permitió expandir sus
escalas de producción. Esa segunda revolución Industrial trajo nuevos materiales
sintéticos tales como el nylon y el rayón, la revolución petroquímica ofrecía ahora nuevos
tintes y materiales sintéticos como los plásticos, en materia de energía la industria ofreció
la electricidad y los combustibles derivados del petróleo que facilitaron la popularización
de los motores de combustión interna que vinieron a sustituir a los motores primarios de
vapor, en materia de transporte la revolución trajo el automóvil y el avión; las nuevas
ciudades industriales se establecieron a la par de los nuevos complejos industriales, así
surgieron ciudades como Pittsburgh (acero) o Detroit (automóviles), viejas ciudades
industriales como Manchester (algodón) cedieron su lugar a nuevos centros industriales
como Birmingham (acero).

Motor eléctrico

Después de dos guerras mundiales, que permitieron vaciar las bodegas que se llenaron
por la sobreproducción capitalista, los países europeos tuvieron que hacer frente a las
tareas de reconstrucción y al aparecimiento de un mundo bipolar, la reconstrucción
económica de Europa permitió la incorporación de una serie de adelantos tecnológicos
desarrollados bajo la sombra de la industria militar y de la industria espacial. La tercera
revolución industrial trajo nuevos materiales como los plásticos duros, las cerámicas y las
nuevas aleaciones más livianas y fuertes que el acero, los productos petroquímicos se
multiplicaron ofreciendo fertilizantes, insecticidas y fibras de alto rendimiento.
La tercera revolución industrial también incorporó la energía nuclear; la aviación
22
comercial se benefició de los motores de reacción, pero los logros más importantes se
dieron en las telecomunicaciones, la microelectrónica y la robótica.
Esta tercera revolución industrial hizo que la economía mundial atravesara una serie de
cambios, desencadenados por el proceso de liberalización de fronteras geográficas. La
producción industrial de las ramas más avanzadas se empezó a ubicar alrededor del globo;
los grandes consorcios multinacionales vieron lo ventajoso que resulta proveerse de
capital, materias primas y conocimientos tecnológicos en cualquier punto del planeta, el
que les fuese más conveniente, además de ubicarse, independientemente de su país de
origen en aquellas localidades donde están los mercados más grandes y desarrollados,
mercados mundiales (por ejemplo Nueva York, Tokio, o Paris), estas empresas globales
formaron parte de un creciente grupo de empresas que operaban fundamentalmente en
los mercados internacionales, y por ello fueron denominadas Empresas Transnacionales –
ETN´s.

Empresas transnacionales de la tercera revolución industrial

La expansión de la producción internacional se vio impulsada por cuatro fuerzas


principales: a) la liberalización de las políticas arancelarias a partir de los acuerdos de libre
comercio. b) abrir los mercados nacionales a la Inversión Directa Extranjera –IED. En el año
2001, un total de 71 países hicieron cambios en sus leyes sobre IED, 97 países participaron
en la concertación de 158 tratados bilaterales sobre inversiones con lo cual el número de
dichos tratados ascendía a 2,099 a fines de 2001. c) el rápido cambio tecnológico, con
costos y riesgos cada vez mayores, que obligaban a las empresas a buscar mercados
mundiales, se complementa con la baja de costos de transporte y comunicaciones.
La “muerte de la distancia” provocó que resultara económico integrar operaciones
23
distantes; y d) el aumento de la competencia que obligó a las empresas a explorar nuevos
medios de aumentar la eficiencia y el alcance internacional. Todo esto motivó la fusión
entre empresas extranjeras y empresas locales.
Las empresas globales, son aquellas que se surten de diferentes recursos productivos
alrededor del planeta y cuyo mercado es de carácter mundial, estas empresas globalizadas
forman la elite de las Empresas Transnacionales arriba mencionadas. De acuerdo a
estimaciones de UNCTAD/WIR/2000, existen alrededor de 65,000 Empresas
Multinacionales, con 850,000 filiales extranjeras en todo el mundo. La colocación de
filiales se mide a través de la Inversión Extranjera Directa.
El FMI (2001) ha destacado la importancia de los flujos de IED para economías en
desarrollo, dado que permite la transferencia de tecnología, promueve la competencia en
el mercado anfitrión, contribuye al aumento del capital humano y –potencialmente-
contribuye a incrementar los ingresos tributarios por concepto de impuestos corporativos,
aunque en algunos casos los países renuncian a parte de estos ingresos como medida de
atracción de la inversión.

Fases de la industria nacional en Guatemala


La industria como tal siempre ha existido en Guatemala; sin embargo, la impresión
general es que aún no contamos con una verdadera industria. En la época pre-hispánica
existían los artesanos de joyas y artículos rituales, artefactos de cuchillería y armas,
artículos de cerámica, textiles y tejidos de plumería. En la sociedad colonial, igualmente,
hubo una importante industria artesanal. Si bien algunos pocos productos se importaban
de Europa, la mayor parte de los enseres y utensilios, y buena parte del vestuario se
producía en el país. La economía era autárquica en gran medida debido a su aislamiento y
a la falta de una fuerte corriente comercial, imposibilitada por la ausencia de productos
exportables valiosos. Algunos gremios eran muy importantes tales como el de zapateros,
curtidores y zurradores; también el de herreros y albéitares, es decir, herradores de
animales de carga. La importancia de los tejedores en la sociedad colonial fue muy grande,
incluso al final del período.
En el período Independiente hasta 1871. Continuó siendo importante la industria textil
artesanal, las telas fueron continuamente exportadas a México; dichas mercancías
provenían en su mayor parte de tres centros principales: Antigua, Quetzaltenango y la
Ciudad de Guatemala, para darse idea de la importancia de la actividad, sólo en Antigua
Guatemala había alrededor de 1,000 telares y en la ciudad de Guatemala existían 40
fábricas de aguardiente (1838). En dicho periodo se criticó el efecto nocivo del
contrabando de telas inglesas. Dicho contrabando penetraba con especial fluidez a través
de Belice; también afectó a los alfareros que no pudieron competir con el peltre y la
cerámica industrial de Inglaterra.
La Reforma Liberal de 1871 hizo el primer esfuerzo de industrialización del período
24
independiente del país, junto a la edificación de obras de infraestructura como el
ferrocarril o el telégrafo, también propició la fundación de industrias fabriles; aunque el
ínfimo tamaño del mercado interior frustró dichas intenciones. La primera fábrica que
funcionó es Tejidos Cantel la cual fue establecida en 1880, sobre la base de un privilegio
exclusivo otorgado por el gobierno. Pero lo normal seguía siendo la pequeña industria, por
ejemplo, en la industria de cigarros y puros en 1880 existían 2,536 cigarreras y pureras en
las poblaciones de Guatemala, Amatitlán y Quetzaltenango. Con base en otro privilegio de
exclusividad de funda la Cervecería Centroamericana en 1882 y la fábrica de Fósforos en el
mismo año. Ya en las postrimerías del período cafetalero se establece la Industria Licorera
Guatemalteca (1937), otras industrias establecidas durante el período liberal fueron: la
fábrica de Refrescos la Mariposa (1893); Fábrica de Cemento Novella (1899); Fábrica de
jabón Kong Hermanos (sf), Calzado INCATECU (1940); Calzado Cobán (sf) y calcetines
Montblanc (sf).
Para el caso de tejidos Cantel la maquinaria fue traída de Inglaterra entre 1882 y 1883 y su
instalación y puesta en marcha estuvo a cargo de 4 ingenieros ingleses quienes luego
capacitaron a los técnicos locales. Desde su inicio, la empresa tuvo dificultades para
aprovisionarse de materias primas y de fuerza de trabajo local. A pesar del apoyo del
Estado al cultivo del algodón, su producción, era insuficiente para llenar las necesidades
de la Fábrica Cantel y de otras empresas textiles, de tal forma que fue necesario importar
materia prima procedente de los países industrializados. La empresa solía producir en
buena parte con trabajo forzado, valiéndose del Reglamento de Jornaleros, razón que
pudo generar oposición entre los trabajadores de la localidad.
En 1947 se promulgó la Ley de Desarrollo Industrial, por medio de la cual se establecían
incentivos a los inversionistas y en 1948 se fundó el Instituto de fomento de la Producción
que en parte estaba destinada a proveer de fondos al sector industrial. Como resultado de
las condiciones imperantes se dio algún impulso a la industrialización, especialmente de
industrias metalmecánicas, como muebles de oficina, o para uso doméstico, pero el
impulso no duró mucho tiempo, pues las prioridades del Estado estaban por el lado de la
agricultura. De acuerdo con datos de la Dirección General de Estadística (hoy Instituto
Nacional de Estadística), la estructura de la industria hacia 1946 estaba compuesta por un
89.6% de bienes de consumo no duradero y un 10.4% de bienes duraderos. La población
industrial de acuerdo a los datos del Censo Industrial de 1953 era 20,567 personas, de las
cuales el 18.5% eran directivos y personal administrativo, y el 81.5% empleados manuales.
El fracaso de la industrialización orientada por incentivos fiscales ya había sido anticipado
por la Comisión Económica para la América Latina y el Caribe –CEPAL- de las Naciones
Unidas en un estudio sobre la industria de fines de los años cuarenta. De acuerdo a dicho
estudio, el tamaño del mercado y las restricciones en el ingreso de la población
guatemalteca hacían inviable el desarrollo industrial en el país.
La falta de mercado y la falta de efectivo en circulación, hacía necesario el cambio de la
25
estrategia de industrialización en el país, para que estuviera basada en un mercado mayor,
esto sería posible mediante la creación de un mercado común con los otros países
centroamericanos (MCCA), y una industrialización por sustitución de importaciones. El
instrumento más importante, era el establecimiento de un arancel externo común para
todos los productos de insumos industriales. El último instrumento de política del MCCA
consistía en dar tratamiento nacional a los inversionistas de los países miembros. Como
resultado de los esfuerzos efectuados se pudo observar una clara expansión del producto
industrial en Guatemala, pero mucho menos en Honduras y Nicaragua que eventualmente
se salieron del mercado común.
En la transición, la fuerte protección en Centro América atrajo industrias que se querían
beneficiar tanto de la protección arancelaria como de los incentivos, de esa cuenta se
instalaron en el país empresas empacadoras de productos semielaborados o terminados;
entre éstas se encuentran siete empresas farmacéuticas: Abbot, Eli Lilly, Warner Lambert,
Upjohn, Miles y Hoesch. No obstante, el mercado común no generaba suficientes
economías de escala, por lo que la competencia entre productores era muy restringida; de
esa cuenta se diseñó el concepto de industrias de integración para permitir el
funcionamiento de una empresa por industria de integración en toda la región, a final de
cuentas no se utilizó esta modalidad, salvo algunas excepciones: FERTICA en Nicaragua y
GINSA en Guatemala (1956).
En efecto, como parte del proceso de industrialización, en junio de 1958 se firmó por los
cinco países centroamericanos el Convenio sobre el Régimen de Industrias de Integración,
“Teniendo como objetivo fundamental la elevación de los niveles y condiciones de vida de
los pueblos centroamericanos y el uso racional, para tal fin, de sus recursos naturales, y
convencidos de que, dentro de los programas de desarrollo económico del Istmo
Centroamericano, la integración de sus economías ofrece ventajas que redundarán en una
ampliación del intercambio comercial y en un proceso más acelerado de industrialización
sobre bases de interés recíproco” (SIECA, 1958); esto dinamizó la actividad industrial en el
área centroamericana, instalándose varias industrias al amparo de este convenio, entre
ellas la GINSA en Guatemala, una industria productora de alambre de cobre en El
Salvador, una productora de papel en Honduras, una productora de sosa caustica en
Nicaragua; la prospectiva de este modelo pudo haber consolidado un desarrollo industrial
regional y generar la elevación de los niveles y condiciones de vida de los pueblos
centroamericanos; sin embargo la posibilidad de que principiara a consolidarse una zona
geográfica que arrebatara el mercado globalizado en ascenso, de interés para los
monopolios norteamericanos, derivó en la implementación de toda una serie de medidas
que promovían el libre mercado, para desarmar el proceso de integración económica
centroamericana y su columna vertebral, las industrias de integración.
En 1964, el gobierno estableció que los beneficiarios con la Ley de Desarrollo Industrial,
26
debían de contribuir en la capitalización del Banco Industrial con el 10% de los derechos
aduanales que hubieran tenido que pagar de no existir las exenciones arancelarias. A
través del Decreto No. 46-72 se creó la corporación Financiera Nacional –CORFINA- con el
objetivo de promover el desarrollo industrial, minero y turístico del país mediante la
asistencia financiera y de otras acciones coadyuvantes tales como la colocación de bonos
y obligaciones, certificados de participación y otros valores garantizados por CORFINA,
operaciones de fideicomiso y otras operaciones complementarias.
El papel que en realidad cumplió la financiera del gobierno fue más bien negativo; ya que
a principios de los ochenta había contratado un fuerte endeudamiento con acreedores
externos, mientras que los recursos obtenidos fueron colocados en préstamos malos y con
una cartera de muy alto riesgo. Ya en 1982 se inició su descapitalización por un valor de Q
5.0 millones, y en 1983 el financiamiento que CORFINA estaba dando a la empresa
Celulosas de Guatemala –CELGUSA- había convertido la cartera de la financiera en una de
alto riesgo. A partir de entonces CORFINA acumuló pérdidas cercanas a los 4,000 millones
de Quetzales, lo que motivó su liquidación.
UNCTAD (2011) señala que, durante la década de los 1960s, la economía guatemalteca
atrajo IED significativa en manufactura con la Ley de Promoción Industrial de 1959 y la
creación del MCCA en 1960. Entre 1961 y 1969, el sector industrial tuvo una tasa de
crecimiento promedio anual de 8.1 por ciento, sobrepasando el crecimiento del PIB.
No obstante, lo anterior, es en esta década que inicia el conflicto armado interno, lo que
contribuye a la inestabilidad política del país. También de acuerdo a UNCTAD (2011), más
del 80% de la IED, durante este primer período, era proveniente de los Estados Unidos, a
través Krafts Foods, Eli Lilly, Colgate Palmolive y Texaco.
En esta etapa, la mayoría de las industrias importaban toda la materia prima o bienes
intermedios que simplemente se ensamblaban en Guatemala. La severa alza en el precio
mundial de insumos, la crisis de petróleo y el terremoto de 1976, entre otros
acontecimientos, llevaron a un estancamiento de la IED en industria en la década de los
1970s, aunque esta continuó fluyendo hacia el sector de agricultura. Durante este
período, la minería de níquel y producción de petróleo también comenzó a atraer IED.
Varias empresas recibieron concesiones para exploración y perforación de pozos,
consolidándose Shenandoah Oil de los Estados Unidos y Centram de Canadá hacia finales
de la década.
27

Durante la década de los 1980s, Guatemala entró en una recesión, producto de los
choques ya mencionados (crisis de la deuda, y caída de precios de bienes de exportación,
principalmente del café), lo que causó una fuga masiva de capitales de Guatemala y una
caída en la entrada de IED.
En 1984 se da la Iniciativa de la Cuenta del Caribe (ICC), mejorando el acceso de
Guatemala para el mercado de los Estados Unidos, lo que estimuló la recuperación
económica. La aerolínea estatal Aviateca fue privatizada en 1989 (señalada en el Gráfico)
constituye el primer gran salto en la serie de IED. En este período se puede destacar la
aprobación de las leyes de zona franca y maquila también en 1989, aportando incentivos a
la manufactura de exportación.
El último período inicia en 1998, año en el que comienza una serie de privatizaciones de
empresas estatales (eventos que constituyen los mayores saltos aislados en la serie de
IED, destacando las efectuadas en los sectores de electricidad y telecomunicaciones,
hechos que representan un 77% de la IED en 1998. Otros efectos potencialmente
influyentes en el comportamiento de la IED señalados por UNCTAD (2011) que
corresponden a este período son: la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, la adopción en
1998 de la Ley de Inversiones; la Ley de libre negociación de divisas en el 2001; la creación
de la agencia de promoción de inversiones “Invest in Guatemala”, el Programa Nacional
de Competitividad –PRONACOM-, en el 2004; y la liberalización comercial posterior a la
28
entrada de Guatemala en 1992 a la OMC, cuando se negocia una serie de tratados de libre
comercio (TLC) con socios comerciales importantes.
La industria manufacturera ha sido el mayor receptor de IED en las últimas décadas, que
cuenta con inversiones principalmente en alimentos y bebidas, textiles (especialmente
operando bajo el régimen especial de maquila y las zonas de libre comercio) y la
metalurgia. El sub-sector de alimentos y bebidas se encuentra bien establecido y tiene una
larga historia de recepción de IED. En la industria de textiles y confección, la mayor parte
de la confección de vestuario (corte y confección) es de propiedad extranjera, con IED de
Corea del Sur encabezando la producción de vestuario. Según datos de la UNCTAD (2011),
inversionistas coreanos controlaban 89 de las 155 empresas de vestuario registradas en el
2009, con la mayoría de ellas operando bajo el régimen de maquila. Por último, se debe
destacar a la industria metalúrgica, que ha recibido ingresos importantes de IED en el
2007 y 2008. El fabricante brasileño de acero Gerdau también adquirió en 2008 el 30 por
ciento de Corporación Centroamericana del Acero, el mayor fabricante de acero de la
región.
La IED entró en el sector electricidad por medio de varios contratos de generación privada
a comienzos de los años 1990s. La primera en ingresar al país fue Puerto Quetzal Power
(PQP) en 1992. Después de la aprobación de la Ley de Electricidad de 1996, EEGSA decidió
vender 90 por ciento de sus instalaciones generadoras a inversionistas privados. Hoy el 65
por ciento de la generación total está en manos privadas y aproximadamente el 40 por
ciento corresponde a IED. Existen 30 empresas generadoras de las cuales sólo INDE
continua siendo pública; sin embargo, aún es el mayor generador, responsable del 35 por
ciento del suministro total. En 1998, un consorcio de inversionistas encabezados por
Iberdrola Energía de España adquirió el 80 por ciento de EEGSA.
De igual forma, el INDE abrió una licitación pública para las dos empresas de distribución
restantes en el país: Distribuidora Eléctrica de Occidente (DEOCSA) y Distribuidora
Eléctrica de Oriente (DEORSA), adquiridos por Unión Fenosa en 1999. Hay cuatro
empresas involucradas en la transmisión pero el papel del sector privado todavía no ha
adquirido prominencia.
En Guatemala se cuenta, según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), con un potencial
renovable considerable. Para el caso de las hidroeléctricas, la disponibilidad potencial
factible, es en el orden de los 5,000 MW; para el caso de la geotérmica, teóricamente se
podría contar con una disponibilidad de 1,000 MW y para el caso de la energía eólica, la
disponibilidad teórica está en el orden de los 7,200 MW. La radiación solar adecuada para
la generación de energía es de 5.3 Kwh/m2/día. Desafortunadamente, esta forma de
generación de energía no se está aprovechando y aun se tiene una alta dependencia de la
generación por medio de derivados del petróleo (MEM, 2008).
La energía juega un rol de mucha importancia para la producción, en este caso se tiene
29
que en Guatemala, el 98% de la energía eléctrica se genera por medio de hidroeléctricas,
turbinas de vapor y motores de combustión interna. Las hidroeléctricas produjeron el 41%
de toda la energía eléctrica para el año 2006. En cuanto a la cobertura, se tiene que
actualmente está en el orden del 85%, pero con ciertos sesgos territoriales, es decir que
hay territorios con una gran cobertura, pero otros que presentan una cobertura muy
dispersa (MEM, 2008)
En la matriz energética para el año 2023, dentro de la política energética nacional, se
espera que el 58% de la generación sea hidroeléctrica y únicamente el 0.6% la basada en
el petróleo. Además de la política, el país cuenta con la Ley de Incentivos para el
Desarrollo de Proyectos de energía Renovables (Decreto 52-2003) y el Reglamento de la
Ley de Incentivos para el Desarrollo de Proyectos de energía Renovables (Acuerdo
Gubernativo 211-2005), sin embargo y como consecuencia de los altos precios de la
tecnología alternativa, esto no ha podido llevar el ritmo que se espera. Sin embargo, si se
han dado algunos avances en la producción de biocombustibles, utilizados principalmente
para el transporte privado, pero que ha mantenido un crecimiento muy incipiente, pero
que bajo determinadas circunstancias, podría mejorarse no solo la producción, sino que
también la disponibilidad.
La Empresa Guatemalteca de Telecomunicaciones (GUATEL) fue establecida después que
la Tropical Radio and Telegraph Company (TRT), subsidiaria de UFCO, fuera nacionalizada
en 1966. En 1989, Comcel, consorcio encabezado por Millicom International con sede en
Luxemburgo, logró obtener una concesión para telefonía móvil que efectivamente
otorgaba un monopolio por diez años. Aparte de esta excepción, GUATEL fungió como
único proveedor de telecomunicaciones hasta 1998, año en que fue privatizada. La Ley
General de Telecomunicaciones de 1996 abrió el camino para la privatización, provocando
que Telgua fuera vendida al sector privado nacional.
En efecto Telgua fue adquirida por Luca Group, un consorcio de inversionistas locales en
su mayoría, para pasar posteriormente a ser posesión de Telmex con una participación del
84 por ciento. Actualmente (2018) el mercado de telefonía móvil se distribuye entre
América Móvil-Claro, Comcel-Tigo (ambos con aproximadamente 80% del mercado
distribuido equitativamente) y Telefónica-Movistar. Finalmente, se tiene que también ha
ingresado recientemente IED en el mercado de transmisión de televisión con Televisión
Azteca de México.
Hay en la actualidad 11 empresas extranjeras en el sector minero, mayoritariamente en
exploración. El sector lo domina la IED canadiense, como se discutió anteriormente, y se
concentra en la extracción de oro y plata. Estos dos metales preciosos sumaron el 96 por
ciento del valor total de producción minera en el 2007, la cual es toda para exportación.
A partir de 2014 se puso a funcionar la Mina San Rafael, para realizar la explotación de
30
plata, esta empresa es filial de la minera canadiense Tahoe, sin embargo, fue denunciada y
cerrada temporalmente a esperas de una resolución de la Corte de Constitucionalidad. En
septiembre de 2018 la corte condicionó la reapertura de la minera al resultado de una
consulta popular y estudios antropológicos. Por otro lado, las principales empresas de
energía que importan combustible bunker son Duke, PQP y Genor. Otros importadores
grandes son Puma Energy, Esso, Shell y Chevron.
La IED en infraestructura de transporte ha sido limitada. El Gobierno de Guatemala ha
otorgado una concesión en vías de peaje y una en ferrocarriles a la empresa mexicana
Marhnos, que recibió una concesión de 25 años para operar y dar mantenimiento a una
vía de peaje de 22 kilómetros entre Palín y Escuintla (Carretera CA-9) en 1997; y a la
empresa Railroad Development Corporation (RDC), que recibió una concesión por 50 años
para operar los servicios de ferrocarril en 1998. Adicionalmente existe IED en
construcción para la infraestructura vial: Solel Boneh de Israel ha sido contratado para seis
proyectos viales entre 1998 y 2005; y Rodio-Swissboring se ha especializado en la
construcción vial de puentes y túneles. Holcim de Suiza, tiene una participación de 20 por
ciento de la empresa Cementos Progreso (Ramírez, 2013).

Composición Sectorial de la Industria Nacional


En la contabilidad nacional, la industria guatemalteca está constituida por el sector de
Explotación de Minas y Canteras, el sector de Electricidad y Agua y el Sector Industrial.
Siendo entre ellos el sector industrial el más importante por el valor agregado y por la
cantidad de empleo que genera. A continuación, se presenta un cuadro con la posición
porcentual de cada una de las industrias contabilizadas en el cálculo del Producto Interno
Bruto de Guatemala. En su conjunto, la actividad industrial aporta el 24% del valor
agregado nacional, de este porcentaje de participación, el 17.6% se corresponde a las
industrias manufactureras.
El sector de Explotación de Minas y Canteras, tuvo una significación del 0.6 por ciento del
31
valor de la producción nacional en 2017. En este grupo la actividad más importante es la
explotación petrolera. Las industrias de piedrín y arena para la construcción y las minas de
mineral le siguen en importancia. La extracción de sal es una actividad que lleva ya un
buen lapso de estar estancada. Durante algún tiempo la industria minera más importante
fue la del níquel, pero debido a la situación del mercado mundial, sobre todo el
encarecimiento de los costos de producción se tuvo que cerrar las operaciones de la
empresa concesionaria EXMIBAL. En cuanto a la industria de extracción de petróleo, el
estado revisó por completo su legislación petrolera en 1983. La tasa de regalías se vinculó
a los grados API del petróleo producido.
La API depende de la cantidad y el número de compuestos pertenecientes a cada fracción
separable que la mezcla de petróleo posea; mayor cantidad de compuestos livianos
(compuestos volátiles) aumentarán la API del crudo en general, mayor abundancia de
compuestos pesados (poco volátiles) harán disminuir el valor de la API.
El crudo también es clasificado como “crudo dulce” o “crudo amargo”, dependiendo de su
contenido de Azufre (crudos dulces poseen menos del 1% de azufre y crudos amargos,
poseen arriba de 1% de azufre). Los crudos con mayor contenido de azufre son más
difíciles de refinar para alcanzar las especificaciones requeridas para su uso. En ese
sentido, los crudos amargos pagan menos regalías.

Petróleo de Guatemala
Contrato Zona de extracción °API Denominación

2-85 (ampliado en 2010) XAN 15.8 Pesado/Amargo

1-2005 ATZAM 37.4 Liviano/Amargo

1-91 CHOCOP 13.4 Pesado/Amargo

1-91 YALPEMECH 33.8 Liviano/Amargo

2-2009 RUBELSANTO 25.7 Mediano/Amargo

2-2009 CHINAJA OESTE 29.7 Mediano/Amargo

2-2009 CARIBE 21.8 Pesado/Amargo

2-2009 TIERRA BLANCA 22.7 Pesado/Amargo

Fuente: Ministerio de Energía y Minas de Guatemala

Durante las últimas dos décadas la extracción de petróleo crudo ha venido cobrando cada
vez mayor importancia.
A principios de los ochenta, sin embargo, era todo lo contrario: la producción cayó a su
32
nivel más bajo. Pero en el período 1985-2017 esta industria creció a una tasa
impresionante del 31.8% anual. En el pozo XAN a cargo de la empresa PERENCO se extrae
el 92% del total de petróleo guatemalteco aproximadamente. Esta empresa logró ampliar
por 25 años más la explotación del crudo, según fecha 4 de febrero de 2010. La refinería
La Libertad (única refinería de petróleo crudo en Guatemala) separa el crudo
guatemalteco obteniendo tres productos: el primero (en pequeña cantidad) el
combustible necesario para producir la energía que la misma refinería necesita para
funcionar y bombear el petróleo de exportación; el segundo, una fracción pesada que se
utiliza en la fabricación de asfaltos para el mercado nacional e internacional; y la tercera
(la principal) el crudo que es bombeado al oleoducto de 475km de longitud que conecta
con la Terminal Piedras Negras para su exportación.
En el sector de electricidad y Agua, la industria más importante es la generación de
electricidad que representa el 98% del valor agregado bruto del sector. La industria de
generación eléctrica ha pasado por dos fases de reestructuración; la primera de carácter
técnico consistente en el cambio de generación térmica a generación hidráulica, aunque
los resultados no salieron como se esperaba. La segunda fase fue de carácter económico:
la privatización del sector de electricidad, incluyendo, generación transporte y
comercialización, quedando pendiente la privatización del transporte, pues las líneas de
potencia aún se encuentran bajo propiedad del INDE. La legislación que regula los
mercados eléctricos es la Ley General de Electricidad decretada en octubre de 1996.
El sector Industrial manufacturero está integrado por 18 subsectores la mayoría de los
cuales son de ínfimo tamaño. Se puede decir que es una industria de bienes de consumo,
la mayor parte correspondiente a la industria de productos alimenticios.
Otros subsectores relacionados con el consumo final; es decir, las industrias del calzado y
la industria de textiles tuvieron caídas abruptas de producción a partir de la primera mitad
de la década de los ochenta. Estas industrias están siendo afectadas por la competencia
de las importaciones, tanto las legales como las que provienen del contrabando. El calzado
de origen chino, especialmente, más barato está arruinando a los pequeños productores
de calzado, quienes además de la competencia ruinosa que suponen las importaciones
baratas, encuentran problemas para proveerse de materia prima nacional de buena
calidad.
Las industrias de bienes de capital están representadas por las industrias de productos
metálicos y por las industrias productoras de maquinaria tanto normal como eléctrica.
Básicamente, la principal industria de este grupo es la industria del metal. Ésta al igual que
las otras de su grupo tuvo una pronunciada y prolongada caída a partir de la década de los
ochenta; luego reasumieron el crecimiento a tasas no dinámicas.
El Valor Bruto de la Producción Industrial durante el año 2017 representó el 24% del PIB,
33
en general muestra la falta de dinamismo que ha caracterizado al sector de la industria
después de la crisis de los años ochenta. Su comportamiento se ha manifestado así:

Fuente: Banco de Guatemala, PIB medido por el origen de la producción


Como se observa, la industria tiende a la baja, pero esta tendencia inició en las últimas
décadas del siglo XX. A partir de la crisis de los ochenta, el país abandonó la estrategia de
Industrialización por sustitución de Importaciones. Lo anterior se debió a que el sector
agroexportador dejó de generar las divisas necesarias para alimentar las importaciones de
bienes de capital y materias primas que la industria nacional demandaba para continuar
su crecimiento. La nueva estrategia reorienta el crecimiento de la industria hacia la
producción hacia afuera, con ello se busca encontrar nuevos y mayores mercados, así
como las divisas necesarias para sufragar su propio crecimiento; sin embargo, la estrategia
aún no ha mostrado los frutos esperados.
Si se considera que aproximadamente un 80% de las exportaciones al área
centroamericana son productos industriales, se podría estimar que las exportaciones
industriales totales se aproximan a un 54% del total de exportaciones, pero hay que tomar
en cuenta que se ha considerado el azúcar como un bien agroindustrial, aún sin incluir el
azúcar, las exportaciones industriales podrían alcanzar un 44% del total.
El principal problema para el desarrollo industrial se encuentra en el área del desarrollo de
las fuerzas productivas, principalmente en el tema de la Calificación de la Fuerza de
Trabajo; con base en un estudio de la CEPAL (1990) la observación principal que se hace es
la falta de mano de obra calificada, lo cual se complica por la falta de programas de
calificación y asistencia técnica. Se ha podido detectar la existencia de una competencia
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entre la industria y la maquila, ya que ésta tiende a atraer a los obreros especializados y
les paga mejores salarios; por otro lado, la mano de obra mal pagada en el sector
industrial tiende a una baja productividad, generando desperdicios y pérdidas, con una
alta tasa de rotación.
Pocas empresas cuentan con programas de capacitación, sólo se reporta el caso de las
empresas transnacionales en la rama de cosméticos que disponen de programas de
capacitación y entrenamiento de personal. Pero se debe aclarar también que, no todas las
empresas se muestran dispuestas a emplear personal de alta calificación por los altos
salarios que les significan.
Alrededor de los años noventa, se hizo un estudio por parte de la CEPAL que encontró
muchos problemas en términos de maquinaria y equipo de producción industrial. Por
ejemplo, el equipo que usan las tenerías en la industria del cuero es muy antiguo, lo
mismo vale para la industria de la confección; en el caso de muebles de madera la
maquinaria es de segunda o tercera generación; el equipo utilizado en las plantas que
producen cosméticos es obsoleto, la edad promedio del equipo para alimentos enlatados
y preparados de frutas y legumbres es de 12 años. En la industria de tejido plano, la
maquinaria debe renovarse, para mantener los requisitos técnicos para poder competir.
Algunas ramas industriales, sin embargo, se encuentran en mejor situación, por ejemplo:
algunas plantas del ramo de calzado utilizan equipo moderno. También se observa que en
el caso en la industria de productos cárnicos de tamaño grande se ha modernizado la
planta industrial y cuentan, por lo tanto, con equipos de alta productividad, ello se ha
podido observar especialmente para el picado, el embutido y el amarrado; algunas
empresas de la industria de tejido de punto también han renovado su maquinaria y
modernizado la tecnología, pero en general el estado de los bienes de capital productivos
se encuentran completamente obsoletos, asimismo, en la rama de la industria metal-
mecánica, no se cuenta con procesos de producción automatizados.
En cuanto a los objetos de trabajo, los más importantes, es decir, las materias primas; se
puede decir que existen problemas de calidad, por ejemplo, las pieles sin elaborar para la
industria del cuero, o la leche para el caso de la industria de lácteos. Existe un grave
problema de escasez de materias primas, como es el caso de las pieles para la industria de
cuero, el algodón cuya oferta desapareció en el país y la madera, que no ha incorporado
especies no tradicionales, incrementando la tirantez por acopiarse de caoba y pino que
son las maderas más utilizadas y que hace que compitan la exportación y el mercado local
por la misma materia prima.
Por lo tanto, la materia prima debe muchas veces importarse, como en la industria metal-
mecánica que no cuenta con abastecimiento local, y el hilo sintético en la industria de
tejido de punto, que también debe importarse. A veces esto hace que la estructura de
costos aumente como resultado de variaciones en la tasa cambiaria o de incrementos en
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los costos de la materia prima importada, éste problema lo tiene, por ejemplo, la industria
de alimentos cuyos costos de envases de vidrio o latas son excesivos, rebasando muchas
veces el 50% de los costos de insumos; no todas las ramas de producción tienen éste
problema con las materias primas; la industria de confección se beneficia de textiles
nacionales de buena calidad; la industria de alimentos en productos cárnicos también
dispone de insumos de calidad adecuada.
El grado de sofisticación tecnológica de las empresas de una economía está fuertemente
correlacionado con el crecimiento del empleo. Los datos recogidos en la encuesta de 2010
permitieron por primera vez una evaluación exhaustiva de la relación entre la
sofisticación tecnológica de las empresas guatemaltecas y el ritmo al cual crean puestos
de trabajo. El análisis se basa en un índice de Capacidad Tecnológica (ICT) construido para
355 empresas del sector manufacturero de Guatemala. Este análisis revela que las
empresas más capaces tecnológicamente tienden a experimentar un crecimiento de
empleo más acelerado, donde un aumento del 10 por ciento en la puntuación ICT
promedio de una empresa se asocia a un aumento de 1 punto porcentual en el
crecimiento del empleo.

Estos resultados sugieren que existe una gran oportunidad para mejorar la capacidad
tecnológica de las empresas manufactureras de Guatemala. Los fabricantes guatemaltecos
tienen un puntaje medio de 4.23 en el ICT y una puntuación media de 4.0. La empresa
promedio se dedica a menos de 13 de las 29 actividades registradas en el ICT. Alrededor
del 20 por ciento de todas las empresas manufactureras tienen puntuaciones de ICT
inferiores a 0.2, y sólo el 6 por ciento tienen puntuaciones superiores a 0.8. Las empresas
involucradas en la producción de materiales químicos y de caucho y plásticos tienden a
puntuar más alto, mientras que las de productos minerales no metálicos obtienen una
puntuación más baja en la escala del ICT. Además, las empresas más grandes, las
empresas orientadas a la exportación, las empresas de propiedad extranjera, las
empresas con sede en la ciudad de Guatemala, y las empresas que tienen acceso a
préstamos, todas muestran puntuaciones de ICT superiores a la media.

La tasa de absorción tecnológica en el sector manufacturero parece ser relativamente baja


en Guatemala, como lo demuestran las bajas tasas de adopción de los comportamientos
que facilitan la vinculación tecnológica entre empresas, como la colaboración con otras
empresas, proveedores, clientes o instituciones de investigación. Estos vínculos no sólo
afectan la eficiencia productiva de las empresas individuales, sino también la difusión de la
tecnología en toda la economía. Esto implica que existe un vasto margen para mejorar la
eficiencia productiva y la competitividad en la industria manufacturera de Guatemala. La
mayoría de estos problemas en la baja calificación de las fuerzas productivas de la
industria tienen un origen histórico de efecto internacional sobre la industria nacional. La
década de los años ochenta suele conocerse actualmente como la década perdida. En ese
periodo, la economía mundial entró en una recesión general la cual afectó a todas las
economías capitalistas.
En Guatemala la industria colapsó, y en realidad no ha logrado recuperarse de dicha crisis.
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En 1982 se hizo visible la grave crisis de los años ochenta, la cual se había venido gestando
desde el año 1978 en que comenzaron a caer los términos de intercambio. El Producto
Interno Bruto del país cayó en un -2.5% en 1982 y continuó descendiendo por cuatro años
más.
Es importante hacer notar que el crecimiento del ingreso parecía estar agotado en el año
1975, sin embargo, los gastos de reconstrucción y la ayuda internacional recibida con
motivo del terremoto de 1976, parece que lograron revertir por un breve lapso la
declinación de la economía; para fines de 1986 el PIB se encontraba unos Q375 millones
(precios constantes de 1958) por debajo del ingreso tendencial nacional; la balanza de
pagos; la situación de dependencia y la desnacionalización de la economía originaron un
proceso de desindustrialización continuado.
La reducción de la industria fue resultado de una amplia disminución de los niveles de
producción (no hubo muchos cierres), la reconstitución de la cuota media de ganancia se
logró mediante un recorte drástico de la capacidad industrial y del paro; hubo un ligero
aumento de la productividad pero también un aumento en la explotación de la fuerza de
trabajo; al final del período no hubo cambios importantes en la estructura industrial, pero
si hubo un acrecentamiento de la concentración y una reducción del parque industrial.
Como era de esperarse, la industria logró salir de la crisis profunda cuando reconstituyó su
cuota de ganancia de 18.2% en su punto más bajo en 1982 a un 29.7% en 1985, sin
embargo, a partir de 1990 se estancó y tendió a la baja hasta el año 2017. Las acciones de
política que han evitado una caída más pronunciada se deben a la apertura del mercado
industrial en lo referente a la financiación.
Antes de 1998 la inversión extranjera estaba condicionada al capital nacional, sin
embargo, a partir de la promulgación del Decreto 9-98 Ley de Inversión Extranjera se
eliminan todas las condiciones a la inversión, lo que permite la incorporación de aquellas
industrias extranjeras que deseen constituirse en el país con el 100% de su capital.
Al respecto se escribió:
Cualquier otra limitación, requerimiento o condición aplicable únicamente a
inversionistas extranjeros para el desarrollo de una actividad económica o
inversión extranjera y que no haya quedado contemplado en esta ley, y
particularmente en la lista de este artículo, quedará derogado al entrar en vigencia
el presente decreto (Artículo 21).
Como resultado, se logró mantener más o menos estable el índice de industrialización en
el país.
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Guatemala, septiembre de 2018

ndustrial y sus características en Guatemala


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Facultad de Ciencias Económicas

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