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1) Siete trabajadores de un colegio interpusieron una demanda por despido antisindical y otras acciones contra su empleador. 2) Los demandantes alegaron que fueron despedidos luego de formar un sindicato y participar en una huelga. 3) El empleador negó las acusaciones y alegó que los despidos se debieron a razones económicas.
Descripción original:
Título original
CENTROS BIBLICOS DESPIDO. Derecho colectivo concepcion.
1) Siete trabajadores de un colegio interpusieron una demanda por despido antisindical y otras acciones contra su empleador. 2) Los demandantes alegaron que fueron despedidos luego de formar un sindicato y participar en una huelga. 3) El empleador negó las acusaciones y alegó que los despidos se debieron a razones económicas.
1) Siete trabajadores de un colegio interpusieron una demanda por despido antisindical y otras acciones contra su empleador. 2) Los demandantes alegaron que fueron despedidos luego de formar un sindicato y participar en una huelga. 3) El empleador negó las acusaciones y alegó que los despidos se debieron a razones económicas.
despido antisindical, declaración de relación laboral y cobro de prestaciones por parte de GUISEL ESTEFANY ADASME SANHUEZA, run 15.867.448-3, con domicilio en Mario Alvear Jarpa N° 231 Melipilla; JEANETTE DEL CARMEN ARAVENA OLGUÍN, run 11.127.959-4, con domicilio en Emilio Correa N° 582, Melipilla; BARBARA DARYNKA GONZALEZ HERNANDEZ, run 16.855.207-6, con domicilio en Las Araucarias N°1169, Melipilla; CRISTIÁN FERNANDO PALAVICENO MELILLAN, run 15.332.618-5, con domicilio en San Carlos de Cholqui 17 C 1, Melipilla; MARIA ISABEL RIQUELME ARAYA, run 13.772.570- 3, con domicilio en Miraflores N° 1.110, Melipilla; CARLOS MIGUEL ZABALAGA MEZA run 8.188.089-1, con domicilio en Las Acacias N° 2.122, Melipilla; ISABEL DEL PILAR ZAVALA ARAUS, run 10.513.453-3, con domicilio en Hurtado N° 1.089, Melipilla, todos representados por las abogadas Mónica Vogel Alvarez y Lorena Cajas Villarroel; en contra de la CORPORACIÓN UNIÓN DE CENTROS BÍBLICOS, RUT N°84.416.100-3, con domicilio en Avenida Arturo Alessandri N° 1.481, comuna de Maipú, representada legalmente por Christian Alberto Hidalgo Guerrero, que comparece a juicio representada por los abogados Abel Sepúlveda González y Felipe Quiroz Domingo. Señala la demanda señala que GUISEL ADASME se desempeñaba como profesora de educación general básica en la Escuela Unión de Centros Bíblicos, mismo establecimiento donde se desempeñaron todos los demandantes, desde el 11 de marzo de 2011, con una remuneración mensual de $626.381.-; JEANETTE ARAVENA ingresó el 15 de marzo de 2010, desempeñándose como auxiliar de párvulo, con una remuneración de $390.601.-; BARBARA GONZÁLEZ se desempeñó como asistente de educación en 1º básico desde junio de 2009, con una remuneración de $566.138.-; CRISTIAN PALAVICINO trabajó como profesor de educación básica desde el 01 de abril de 2010, con una remuneración de $749.181.-; MARÍA RIQUELME ingresó el 01 de julio de 2009, sin embargo, el último contrato solo le reconoce una antigüedad laboral desde el 01 de noviembre de ese año, con una remuneración de $713.158.-; CARLOS ZABALAGA inició la relación laboral el 01 de octubre de 1996, desempeñándose como auxiliar de aseo, con una remuneración de $461.063.-; ISABEL ZAVALA se desempeñaba como profesora de educación básica desde el 01 de marzo de 1998, con una remuneración mensual de $788.053.-. Se indica que los demandantes GUISELE ADASME, BARBARA GONZÁLEZ, CREISTIAN PALAVICINO, MARÍA RIQUELME, habrían desarrollados labores que eran pagadas por el empleador mediante boletas a honorarios, lo que habría ocurrido respecto de todos ellos entre el año 2011 y 2013, correspondiendo que se hubieran pagado como horas extras o extensión de jornada. Se afirma que todos los demandantes fueron despedidos por la causal necesidades de la empresa con fecha 28 de febrero de 2017, lo que se les comunicó el 20 de diciembre de 2016. Relata que se detectó graves irregularidades por parte del sostenedor y representante legal del colegio entre los años 2013 y 2014, a partir de lo cual se gatillaron diversos hostigamientos en contra de los trabajadores, lo que junto al despido de una trabajadora los motivó a los trabajadores a formar un sindicato. El sindicato se constituyó el 30 de diciembre de 2015 con 27 afiliados. El 09 de febrero de 2016 se presentó a la demandada un proyecto de contrato colectivo. Se relatan una serie de episodios habrían sido represalias de la demandada por la presentación del contrato colectivo. Relata luego el proceso de la negociación colectiva, asegurando que la demandada actuó siempre de mala fe. Agrega que se debió llegar a la huelga, lo que acarreo diversos problemas con el empleador, los que relata. Finalmente se firma contrato colectivo el 20 de junio de 2016, luego de casi un mes de huelga. Los demandantes aseguran que todos ellos, más otra trabajadora que decidió no demandar, fueron despedidos como represalia por su participación activa en la huelga, constituyéndose un despido antisindical. Cita el artículo 294 del Código del Trabajo, entre otras normas. Asegura que todos los demandantes fueron reemplazados por otros trabajadores que llegaron a realizar sus labores, siendo falsos los hechos de la carta de despido. Agrega los fundamentos que se utilizan en las cartas de despidos referidos a la disminución en las matrículas y la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión son también falsos y dan mayor cuenta del despido antisindical. Pide en definitiva se acoja la demanda y se declare la nulidad de los despidos por desvinculaciones antisindical, se declare la reincorporación de los demandantes con el pago de las remuneraciones por el tiempo de separación; para el caso que los demandantes opten por no reincorporarse, pide se le condene a pagar las indemnizaciones correspondientes al despido, nulidad despido, indemnización especial del artículo 294 del Código del Trabajo, feriados, cotizaciones y nulidad de despido respecto de cada uno de los demandantes, multas legales y costas de la causa. En subsidio se interpone acción de despido injustificado, con los mismos antecedentes y requiriéndose las mismas indemnizaciones de la demanda principal, salvo las del despido antisindical. Se amplía la demanda en un escrito posterior, incluyéndose acción de nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales para todos los demandantes por los periodos que indica. La demandada contesta la demanda señalando que el director del colegio Christian Ananías resistió la creación del Comité de Educación ya que se detectaron irregularidades y se le quitaron atribuciones que antes tenía en el colegio, siendo luego ese director el presidente del Sindicato de trabajadores. Señala que el directo del establecimiento, de manera irregular, gestionaba para sí y para otros profesores el pago de determinadas actividades mediante boletas a honorarios, lo que ocasionó perjuicios económicos para el colegio, sin que corresponda por tanto la declaración de relación laboral que se pretende en la demanda por algunos de los demandantes. Da cuenta del proceso de negociación, rechazando las imputaciones y hostigamientos que denuncia la demanda. Afirma que el sindicato realizó peticiones que eran desmedidas completamente para las posibilidades económicas del establecimiento. Afirma que la única alegación relacionada con la acción que ejercen los demandantes es que esos trabajadores fueron los más activos en la huelga, lo que niega. Niega que el despido de los demandantes se debiera a su actividad sindical, asegurando que el 100% de los trabajadores de la empresa estaban sindicalizados, por lo que no se puede vincular el despido de los actores a su actividad en el Sindicato. Sostiene que los despidos efectivamente ocurrieron en las fechas indicadas en la demanda y que se encuentra justificado en los hechos que contienen las mismas cartas. Afirma que, tal como se explicó a los trabajadores durante la negociación colectiva, la situación económica del colegio no permitió proyectar la sustentabilidad del colegio con los mayores costos asociados a la negociación, la baja en las matrículas y la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión. Reconoce la fecha de inicio de la relación laboral que se indica en la demanda respecto de cada uno de los demandantes, salvo respecto de MARÍA RIQUELME, quien indica ingresó a trabajar el 01 de noviembre de 2009 y no el 01 de julio de ese año, como señala la demanda. Sostiene que las cotizaciones previsionales de los actores se encuentran debidamente pagadas. Respecto de los demandantes ZABALANGA Y ZABALA, indica que no información su incorporación a la Administradora del Fondo de Cesantía. Solicita compensar de las indemnizaciones de los actores el aporte del empleador al seguro de cesantía de los demandantes. Cita el artículo 13 de la Ley 19.728. Pide en definitiva el rechazo de la demanda en todas sus partes, con costas. CONSIDERANDO. PRIMERO: Por medio de la demanda se denuncian prácticas antisindicales del empleador demandado en contra de cada uno de los demandantes. En tal sentido, la acción específica que se ejerce es la del artículo 294 del Código del Trabajo, en cuanto reclama que el despido de los actores estuvo motivado por su afiliación sindical y participación en el proceso de negociación colectiva con la demandada, en especial en la huelga. Por lo anterior, se pide la reincorporación de los trabajadores demandantes y el establecimiento de las indemnizaciones que correspondan para el caso que no opten por esa reincorporación al trabajo, además de la imposición de las multas respectivas. Además, se pide declarar que la relación laboral de algunos de los demandantes era más amplia de la contenida en los contratos de trabajo, ya que habrían realizado labores pagadas a través de boletas a honorarios que corresponde sean consideradas como parte del contrato de trabajo. Esto último tendrá incidencia en caso de acogerse la demanda, en la determinación de la remuneración de los trabajadores y la procedencia de la acción de nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales, de los incisos quinto y siguientes del artículos 162 del Código del Trabajo. El demandado adopta como defensa el rechazo a las imputaciones que efectúa la demanda, catalogándolas de falsas y asegurando que la motivación para el despido de los trabajadores se encuentra explicitado en las cartas de despido y responde a las condiciones económicas de la empresa que la habrían llevado a enfrentar el año académico con una estructura distinta que obligó el despido de los trabajadores. Respecto de la acción declarativa de relación laboral, niega que esa procedente y afirma que el pago de los honorarios se realizó por labores concretas y el trabajo de esa forma responde además a un manejo irregular del director del establecimiento, quien es además presidente del sindicato al que pertenecían los mismos demandantes. Antes de comenzar el análisis de la prueba y los conflictos de relevancia jurídica entre las partes, se hace conveniente establecer ciertos hechos no controvertidos entre las partes y/o de fácil. Esos hechos pacíficos son: 1. Existencia de relación laboral entre cada uno de los demandantes y la demandada, y remuneración de cada uno de ellos, con las fechas de inicio y remuneración en los siguientes términos: a. Respecto de GUISEL ESTEFANY ADASME SANHUEZA desde el 01 de marzo de 2011 (5 años y fracción superior a un año), remuneración de $626.381.-; b. Respecto de JEANETTE DEL CARMEN ARAVENA OLGUÍN desde el 15 de marzo de 2010 (6 años y fracción superior a un año), remuneración de $390.601.-; c. Respecto de BARBARA DARYNKA GONZALEZ HERNANDEZ desde 01 de junio de 2010 (6 años y fracción superior a seis meses), remuneración de $566.138.-; d. Respecto de CRISTIÁN FERNANDO PALAVICENO MELILLAN desde el 01 de abril de 2010 (6 años y fracción superior a seis meses), remuneración de $749.181.-; e. Respecto de MARIA ISABEL RIQUELME ARAYA desde el 01 de noviembre de 2009 (7 años), remuneración de $713.158.-; f. Respecto de CARLOS MIGUEL ZABALAGA MEZA desde el 01 de octubre de 1996 (20 años), remuneración de $461.063.-; g. Respecto de ISABEL DEL PILAR ZAVALA ARAUS desde el 01 de marzo de 1998 (19 años), remuneración de $788.053.-. Esto se acredita con las liquidaciones de remuneraciones de los demandantes, que hacen que lo indicado en la demanda tenga correlato en esas pruebas. Por otra parte, la demandada se limita en la contestación de la demanda a negar en términos generales la remuneración propuesta por la demanda, sin hacerse cargo de manera específica y clara de hecho, en el estándar fijado en el artículo 452 del Código del Trabajo. Respecto de las fechas de inicio de las relaciones laborales, son hechos pacíficos entre las partes y se incorporan por la demandada los contratos de trabajo de los actores. En el caso de la demandante ISABEL RIQUELME, se estará a la fecha del contrato incorporado a juicio. 2. Todos los trabajadores son miembros del Sindicato del Colegio Centro de Estudios Bíblicos. 3. Como miembros de Sindicato, todos los demandantes participaron en el proceso de negociación colectiva con la demandada, que concluyó con la suscripción de un contrato colectivo de trabajo, con fecha 17 de junio de 2016, el que se incorpora a juicio por la demandada. 4. Todos los demandantes fueron despedidos el 28 de febrero de 2017, comunicándose el despido con carta de 20 de diciembre de 2016, fundándose todos esos despidos en la causal necesidades de la empresa del artículo 161 inciso 1º del Código del Trabajo. Las cartas de cada uno de los demandantes son iguales, habiéndose incorporados todas ellas a juicio, e indican como fundamento de hecho de los despidos: “Los hechos fundantes de tal decisión, devienen de la implementación de la Ley 20.845, la cual entró en vigencia el 01 de marzo recién pasado, sumado a la disminución de la matricula sufrida este año y la proyección de matrícula 2017, con lo cual nuestra actual situación económica hace imperiosa la reestructuración en la escala de remuneraciones de nuestros trabajadores y otras medidas, con el objeto de generar una estructura económica viable y sustentable en nuestro proyecto educativo en los futuros 5 años. De no hacerlo significaría quedar expuestos a que cualquier situación imprevista provoque la insolvencia del Colegio.” SEGUNDO: Si bien en la demanda se narran diversos hechos como vulneración de los derechos de los demandantes, retrotrayendo el relato hasta el tiempo de la negociación colectiva entre las partes y la huelga –incluso antes-, todo lo que ocurre meses previos de los despidos, la naturaleza jurídica de la acción corresponde a un despido antisindical del tratado en el artículo 294 del Código del Trabajo, que prescribe “Si el despido o el término de la relación laboral de trabajadores no amparados por fuero laboral se realiza en represalia de su afiliación sindical, participación en actividades sindicales o negociación colectiva, el despido o el término de la relación laboral no producirá efecto alguno, aplicándose el artículo 489, con excepción de lo dispuesto en sus incisos terceo, cuarto y quinto. El trabajador podrá optar entre la reincorporación decretada por el tribunal o el derecho a la indemnización a que se refiere el inciso cuarto del artículo 162 y lo dispuesto en el artículo 163 (sustitutiva de aviso previo y años de servicio, respectivamente), con el correspondiente recargo del artículo 168 y, adicionalmente, una indemnización que fijará el juez de la causa, la que no podrá ser inferior a seis meses ni superior a once meses de la última remuneración mensual.” Será desde está acción entonces, desde donde se analice la prueba y razone respecto de los hechos que aquella permita ir estableciendo, limitando el pronunciamiento a esa acción ejercida, sin perjuicio de las otras solicitudes que se verán. TERCERO: Cómo se indicó en el motivo previo, se ejerce la acción de despido antisindical del artículo 294 del Código del Trabajo, lo que lleva analizar y contextualizar el despido mismo de los demandantes y las justificaciones que ofrece el empleador demandado. Tal como se señaló en el considerando primero, todos los despidos de los demandantes ocurrieron el 28 de febrero de 2017, todos por la causal necesidades de la empresa. En la contestación de la demanda, el empleador justifica los despidos señalando que el colegio no generaría los recursos suficientes para hacer frente a los mayores costos derivados de la negociación colectiva, situación financiera que haría permeable al colegio a que cualquier gasto no presupuestado llevara a no ser autosustentable. Realiza respecto de lo anterior que los tres últimos años el colegio no obtuvo excedentes y dentro de los próximos 5 sus gastos serían superiores a los ingresos. El demandado intenta acreditar probatoriamente los fundamentos de hecho de la carta, básicamente con declaraciones testimoniales y la declaración del representante de la demandada en absolución de posiciones. En este sentido, resulta especialmente interesante la declaración de Cristian Hidalgo Guerrero, representante de la demandada, que indica respecto de las motivaciones del despido que fue por un tema económico ya que los flujos “no daban” en la proyección con los incrementos de la negociación colectiva. Señala expresamente que los despidos no tienen ninguna relación con la “ley de inclusión” –hecho contenido en la carta de despido-. Indica que producto de la negociación y el contrato colectivo que se firmó, se produce un mayor gasto para el colegio lo que motivo el despido de los demandantes, agregando que se despidió a los más caros y en el caso del auxiliar de aseo, se le despidió en atención a su mayor antigüedad así podía enfrentar mejor el despido. Indica que se contrató a otros trabajadores para reemplazar a todos los demandantes, pero con menor remuneración y una mayor carga horaria. La contratación de trabajadores para reemplazar a los demandantes después del despido la acredita también la parte demandante con la declaración de los testigos Andrea Sanhueza, jefa de unidad técnico pedagógica de la demandada, y Jorge Anaias Bustos, director del colegio, quienes refieren de manera conteste el hecho, y con la documental consistente en aviso en diario electrónico para contratar profesores para el colegio de la demandada de fecha 18 de febrero de 2017 y correo electrónico de 27 de febrero de 2017, respecto de la presentación de los trabajadores reemplazantes el 02 de marzo de 2017. Al ser preguntado por las matriculas del colegio, afirma que aumentaron pero no alcanzan para enfrentar los compromisos comerciales. El testigo de la demandada Manuel Duran Jara, quien trabaja en colegios de propiedad de la demandada, declara que el despido es por la carga horaria de los actores y por el mayor costo que ellos significaban a partir del contrato colectivo. Este testigo en general ratifica lo dicho por el represente de la demandada. El testigo de la demandada juan Ojeda Neira en general ratifica las mismas ideas del presentante de la empresa, pero en su declaración se muestra vago y acomoda las respuestas en la medida que mejor beneficie a la parte demandada, sin dar cuenta de sus dichos e impresionando en definitiva como una declaración poco veraz. Lo revelador de la prueba de la demandada respecto del despido no es solo que no se haga prácticamente ningún esfuerzo para aportar los antecedentes objetivos que dieran cuenta de las necesidades de la empresa que según las cartas motivaron los despidos de los demandantes, sin que se trajeran los documentos que dan cuenta de ese supuesto menor ingreso o modificaciones a los ingresos por la Ley 20.845, sin que se demostrara la carga horaria de estos trabajadores en relación a los demás de la empresa y los nuevos contratados o los elementos que se tuvo a la vista para la proyección que tornaría inviable sustentar el proyecto educativo, sino que lo realmente revelador es la confesión que realiza el representante de la demandada cuando confiesa que los trabajadores fueron despedidos por el contrato colectivo que se firmó con el sindicato al que pertenecen. Cuando expresamente señala que resultarían más “caros” a parir del contrato colectivo y por esos se les despido, lo que es ratificado por los dos testigos de esa misma parte. Se está reconociendo la verdadera motivación para los despidos, que es haber participado en la negociación colectiva y haber sido parte de los trabajadores adscritos al contrato colectivo. CUARTO: Ninguno de los testigos de la demandada pudo explicar cómo el inicio de la aplicación 20.845 tuvo como efecto problemas económicos al colegio que obligaran el despido de los actores. Lo que es más, este hecho contenido en la carta de despido es explícitamente negado por el representante del empleador al absolver posiciones. Respecto de la baja en las matriculas del colegio, nada se acredita, por el contrario, el representante de la empresa reconoce que se han sostenido. Aun existiendo alguna dificultad económica de la empresa –que no se acredita- por la que a partir de la suscripción del contrato colectivo con el sindicato la obligara la motivara a proceder a despedir, nada se acredita respecto la elección que se realiza de estos 7 trabajadores y no otros de la empresa. Esto último si es explicado por los testigos de la parte demandante Andrea Sanhueza, Jorge Anaias Bustos y Elizabeth González Huerta, profesora de religión del colegio desde el año 2001 todos quienes participan en la huelga y reconocen a los actores como los más activos de los trabajadores en el proceso de negociación y la huelga. Se les exhiben las fotografías que se incorporan a juicio a los testigos, imágenes que se explican como la participación de los trabajadores en las actividades propias de la huelga y donde se reconoce especialmente a los demandantes. Los testigos de la demandante Andrea Sanhueza y Jorge Anaias Bustos explican cómo se vio afectado el Sindicato con los despidos de los demandantes, cuando indican que el sindicato bajo el número de trabajadores y los trabajadores que quedaron en el colegio se vieron desmoralizados ante la pérdida de trabajo de los demandantes por participar en la huelga. Del contrato colectivo se lee en el anexo de trabajadores que negocian 27 trabajadores, entre ellos los actores, de manera que con los despidos de los actores ese sindicato pierde 8 de sus miembros, quedando a esa fecha en 19 miembros. QUINTO: Los demandantes son despedidos como consecuencia de su participación en la negociación colectiva, tal como confiesa el representante mismo del empleador, negando además que se debiera el despido a los hechos de las cartas de desvinculación –vigencia de Ley 20.845-. Por otra parte, los actores son además identificados como importantes agentes del sindicato en la negociación y la huelga, como también fue referido. El sindicato se ve dramáticamente disminuido en su fuerza ante el despido de 8 de sus miembros en un mismo momento -7 de los cuales demandan en autos-. Se agrede a los trabajadores con sus despidos motivados en su condición de miembros de un Sindicato y se agrede la libertad sindical de asociación al, por una parte, despedir a los miembros de ese sindicato y desincentivar la sindicalización de nuevos trabajadores, quienes observaran estos acontecimientos y las represalias que adopta el empleador. En esto último es importante considerar que al ser reemplazado cada uno de los demandantes por nuevos trabajadores, ninguno de esos nuevos trabajadores estará sindicalizado, en un colegio con poco personal y por tanto un sindicato con pocos trabajadores, aunque la afiliación alcanzó el 100% como señaló propio representante de la demandada. Se cubre el despido de los actores en la causal necesidades de la empresa, la que se manifiesta en las cartas de despido con la descripción de hechos que ni muy lejanamente llega a acreditar el empleador que redacta y elige esos hechos, como se puede concluir de a prueba del empleador ya analizada. El artículo 215 del Código del Trabajo señala que se prohíbe despedir a un trabajador por su afiliación sindical o su participación en actividades sindicales, lo que es una protección expresa a la libertad sindical, cuestión que en términos más amplios se tutela en el artículo 2 del Código del Trabajo. El empleador demandando primero negocia y suscribe un contrato colectivo con el sindicato de la empresa -derecho de los trabajadores protegido legalmente-, para luego despedir a un grupo importante de ellos por estar adscritos a ese mismo contrato colectivo. Nada puede estar más lejano a las necesidades de la empresa del artículo 161 inciso 1º del Código del Trabajo, que habla de causas económicas externas no de la suscripción de contratos colectivos. La reacción de este empleador demandado es abiertamente agresora de la libertad sindical, llegando a extremar esa reacción con el uso de su más grave facultad que es el quiebre unilateral del contrato de trabajo, privando a los demandantes de la fuente laboral por su actividad sindical, lo que se erige como un despido antisindical expresamente tratado en el artículo 294 del Código del Trabajo. El actuar de demandado que despide a los trabajadores por su participación en el contrato colectivo no está justificado, ni aun en los dichos de ese mismo empleador en cuanto a significar un costo económico tal que lo obligara al despido, siendo falso incluso la disminución en las matriculas señalada en la carta de desvinculación como reconoce absolvente y testigos de la demandada. El despido de los demandantes dice más bien relación con la participación en la negociación y huelga de los trabajadores, con el desarrollo de actividades sindicales, como declaran todos los testigos de la parte demandante, lo que se encuentra prohibido y sancionado por la ley y obligará por tanto a acoger la acción de despido antisindical que se analiza. SEXTO: Los restantes hechos de vulneraciones que se reclaman, seden ante el despido antisindical ya asentado, por lo que su análisis se hace irrelevante, más al considerar, como se dijo en el considerando primero, que se ha ejercido acción de despido antisindical, sin perjuicio de esos otros hechos de contexto. La prueba que refería esos otros hechos resulta por tanto inútil, lo que descarta el valor probatorio de los correos electrónicos incorporados por la parte demandante en los que se refiere el conflicto desarrollado durante la huelga por el cierre el colegio y la alimentación que se entregaba a los alumnos. En ese mismo sentido las cartas de amonestación y correos electrónicos sobre la amonestación la directora del colegio y presidente del sindicato por los mismos hechos; también de los documentos que dan cuenta de una fiscalización realizada por la Inspección del Trabajo a la demandada. Estos hechos además ocupan buena parte de la atención de las partes en el juicio, pero no revisten la importancia suficiente ni conexión necesaria con el despido de los actores, por más que las partes los discutan y revisen en el transcurso de este juicio. SÉPTIMO: Habiéndose anunciado que será acogida la acción principal de despido antisindical, según la prueba que se analizado y lo razonado en los considerandos previos, por efecto del artículo 294 del Código del Trabajo –en su redacción vigente a la época en que tiene lugar los hechos-, corresponderá a los demandantes optar entre la reincorporación a sus puestos de trabajo, debiendo en ese caso el empleador demandado pagar las remuneración por el tiempo intermedio entre las separaciones ilegales y esa reincorporación, o el pago de las indemnizaciones correspondientes al término de la relación laboral, más la indemnización especial que la ley establece al efecto – artículo 294 inciso 2° del Código del Trabajo-. Además, deberá imponerse la multa que contempla la misma norma al efecto, regulada como se dirá en lo resolutivo de esta sentencia. Para el evento que los demandantes decidan el pago de las indemnizaciones de término, sin insistir en la relación laboral, incidirá en esas indemnizaciones la extensión de la relación laboral y la remuneración de los actores, lo que se relaciona con la declaración de relación laboral que se solicita respecto de algunos de ellos, por lo que pasará a continuación a analizarse aquella acción declarativa. OCTAVO: Esa alegación de existencia de relación laboral se realiza en términos muy similares respecto de los demandantes GUISEL ADASME, BARBARA GONZÁLEZ, CRISTIAN PALAVECINO, MARÍA RIQUELME e ISABEL SAVALA. Se indica en la demanda que se les encomendaban otras labores por su empleador entre los años 2011 y 2013, las que eran pagadas mediante boletas a honorarios. Esas labores correspondían a clases de reforzamiento, acompañamiento en la elaboración de material didáctico, plan de apoyo compartido en la medición de velocidad lectora, además de participación en taller de folklor y grupo musical respeto de la demandante ISABEL SABALA, “entre otras” (sic). Lo primero es señalar que la relación de hechos que se realiza en la demanda a este respecto es insuficiente. No se explica las labores específicas y los periodos que se habrían realizado, se intentan abarcar tres años de estas labores con escuetas descripciones y sin pormenorizar los periodos concretos referidos y las labores específicas, de manera de controlar la congruencia con lo que pueda probarse y también lo que pudiera adjudicar al respecto la sentencia. No se señala cómo llego a realizar esas otras labores y porqué jamás existió reclamo a ese respecto, más considerando que se habrían dejado de realizar el año 2013. La testigo de la parte demandante Andrea Sanhueza, jefe de UTP del colegio, declara que la actora Bárbara González fue su “apoyo de aula” desde el año 2009, hasta el año 2011 aproximadamente, cuando es contratada como docente de aula al titularse profesionalmente. Señala que en ese periodo en que se desempeñó como asistente de aula se le pagaba con boletas a honorarios, agregando que cumplía horario en ese periodo también. Indica también que en ocasiones se juntaban tres meses y se emitía la boleta y que en la actualidad ya no se paga con esa modalidad. Por su parte, el testigo Jorge Anais, director del colegio y presidente del sindicato, señala que la actora Bárbara González es profesora de aula del primer siclo básico desde el año 2009. Indica que en el primer periodo se le pagó con boleta a honorarios, no se le contrató, desempeñándose como asistente de aula. Indica que trabajaba en el horario de primero básico y se encontraba estudiando en la universidad en ese tiempo. Indica luego que los profesores hacían docencia y actividades como talleres y reforzamiento, lo que se les pagaba con boletas a honorarios, de lo que participaron los demandantes. Agrega que la decisión de pagar de esa forma las horas de talleres y reforzamiento no era suya, sino que del sostenedor del colegio. NOVENO: No se logra establecer con esas declaraciones y las boletas de honorarios incorporadas por la parte demandante, que las labores que se le pagaban por ese medio merezcan por sí solas ser tenidas como parte del contrato de trabajo. Las declaraciones de los testigos referidos en la última parte del considerando previo no son suficientes, resultan vagas y se refieren de manera particular a una sola de las demandantes, siendo que debía acreditarse la relación laboral cubierta de una relación civil respecto de todos los actores por los que se pide tal declaración. Incluso respecto de la única demandante a la que se refieren puntualmente los testigos, no logran derribar la relación civil consentida por la actora y no reclamada durante años, sin dar cuenta de labores ejercidas bajo subordinación y dependencia de manera concreta, más allá del solo cumplimiento de un horario, o que también puede ser parte del contrato a honorarios. La realización de otras labores ajenas al contrato de trabajo entre las mismas partes no se encuentra prohibida por la ley, y deberá la parte que reclama ese reconocimiento explicar y acreditar cómo las boletas a honorario que emitió son para el pago de lo que debería considerado como parte de su remuneración, por qué decide participar de esa acción de cobertura y la forma en que se ejercía subordinación y dependencia por el empleador por esa específica labor. Esto no se realiza por los demandantes, sin que logre la escasa prueba que al respecto incorpora esa parte acreditar que por medio de las boletas a honorarios que trae a juicio, lo que realmente se pagaba era parte del contrato de trabajo y no una prestación civil de servicios, considerando que se trata de profesionales a quienes nada les impide desempeñarse en tal calidad. En un primer momento, el pago por medio de boletas a honorarios dan cuenta de un contrato de carácter civil, que se está cumpliendo y se paga por esos servicios justamente a través de la emisión de las boletas, sin que la prueba testimonial referida tenga la virtud de superar esa acción ejercida por la demandante cuando emite tales boletas. Pareciera que lo pretendido por la parte demandante es que las boletas a honorarios dieran cuenta de una relación laboral, en circunstancias que acreditan lo contrario, debiendo superar esa apariencia con prueba suficiente para establecer debidamente un vínculo de subordinación y dependencia, que, como se dijo, lo que no llega a lograrse en este caso. Se rechazará por tanto esta acción declarativa intentada. De la misma forma, se establece que por ese periodo no existió obligación de pago de cotizaciones previsionales, al no acreditarse el carácter laboral de la relación, lo que incide en la acción que en tal sentido se funda, según se describe en la letra E. de lo petitorio de la demanda, en relación con el punto 7.4 del cuerpo de la misma demanda, esto es, la nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales. DÉCIMO: La parte demandante amplía la demanda y reclama nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales respecto de todos los demandantes, esta vez fundada en el no pago de las cotizaciones de los meses de enero y febrero de 2017, lo que tendrá efecto solo en el evento de optarse por las indemnizaciones del despido y no la reincorporación. Respeto de esta acción, las cotizaciones de seguridad social de todos los demandantes se encuentran pagadas dentro de plazo, según dan cuenta especialmente los comprobantes o certificados de pago de PREVIRED incorporados por el demandado. El único caso de pago fuera de tiempo de cotización de salud es el del demandante CRISTIAN PALAVECINO, cuya cotización de salud correspondiente al mes de abril de 2010 se paga el junio de 2017. Sin embargo, esa cotización es pagada el 07 de junio de 2017, esto es, dentro del plazo y monto de la hipótesis del artículo 162 inciso 7º para enervar la acción, lo que llevará al rechazo también a su respecto. UNDÉCIMO: Determinándose que el despido de los demandantes ha sido antisindical, la causal de término que se cita en las cartas de despido no es más que una cobertura del actuar ilegitimo del empleador, sin que puede calificarse como legitimas las necesidades de la empresa que se refieren en las comunicaciones de término. Por lo anterior, no se cumplen los presupuestos del artículo 13 de la Ley 19.728 para autorizar el descuento del aporte del empleador al seguro de cesantía de la indemnización de término que deba pagar el empleador, puesto que el presupuesto para ese descuento es el término de la relación laboral por la causal necesidades de la empresa, lo que no puede entenderse como la mera invocación de la causal sino que como la existencia real de esas necesidades para proceder a la desvinculación. Al establecerse que los despidos se han producido por una conducta antisindical de la demandada, no puede autorizarse el descuento ya que con aquello la contradicción sería evidente, al rechazarse la causal invocada pero luego a raíz de ella misma, beneficiar al empleador con tal restitución de los dineros aportados, y sancionar al trabajador rebajando sus indemnizaciones habiéndose establecido que la causal invocada no es la razón real para sus despidos o es ilegítima. Se rechazará entonces la excepción de compensación opuesta por el demandado en este sentido. DUODÉCIMO: No se ha analizado o referido la prueba consistente en múltiples correos electrónicos a partir de los cuales la parte demandante intenta acreditar, según explica, que el director del colegio demandado debía consultar las decisiones que adoptaba en el desempeño de su cargo, de manera de rebatir lo sostenido por el demandado en cuanto a que los contratos a honorarios para desarrollar algunas labores fue decisión de ese director. Por una parte, los correos no dan cuenta de otra cosa que coordinaciones e instrucciones directas por el empleador al director del colegio, cuestión normal a la que no se le puede atribuir las definiciones planteadas por los demandantes, y por otra parte y principalmente, los demandantes no acreditan el trabajo bajo subordinación por el periodo de informalidad que se reclama, más allá de esa discusión en que las partes desvían su atención. Así, aquellas copias de los múltiples correos referidos no se hacen útiles. Ya se ha referido también las discusiones llevadas adelante por las partes, referidas a hechos ocurridos durante la huelga, cuestión a la que se le ha asignado una importancia solo de contexto dada la acción particular ejercida, como se indicó en el considerando primero, lo que le resta valor probatorio a las comunicaciones por correo electrónico y oficios de la autoridad respectiva, referidos en concreto a un cierre temporal del colegio durante la huelga, lo que habría incluido el cese temporal de la entrega de alimentos a algunos de los alumnos del colegio, respeto de lo cual las partes se responsabilizan mutuamente. Al descartarse la acción declarativa de relación laboral y la consecuente acción de nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales, se tornan inútiles los comprobantes de pago de cotizaciones en las diversas instituciones de los demandantes. Visto además lo dispuesto en los artículos 1, 3, 5, 7, 8, 62, 161, 162, 163, 168, 172, 173, 215, 292, 294, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459, 485, 486, 489, 495 todos del Código del Trabajo, y demás normas legales pertinentes, SE RESUELVE: I.- Se acoge la acción de despido antisindical interpuesta por los demandantes GUISEL ESTEFANY ADASME SANHUEZA, JEANETTE DEL CARMEN ARAVENA OLGUÍN, BÁRBARA DARYNKA GONZÁLEZ HERNANDEZ, CRISTIÁN FERNANDO PALAVICINO MELILLAN, MARÍA ISABEL RIQUELME ARAYA, CARLOS MIGUEL ZABALANGA MEZA y ISABEL DEL PILAR ZAVALA ARAUS, en contra de la demandada CORPORACIÓN UNIÓN DE CENTROS BÍBLICOS y, por tanto, se declara que el despido los demandantes de 28 de febrero de 2017 es un despido antisindical; II.- Los demandantes deberán optar dentro de quinto día hábil desde que la presente sentencia se encuentre firme y ejecutoriada, entre la reincorporación a sus trabajos o el pago de las indemnizaciones de término que se establecerán. En caso de optarse por la reincorporación a sus labores, la demandada deberá pagar las remuneraciones mensuales de cada uno de los demandantes desde la separación ilegal el 28 de febrero de 2017 hasta la reincorporación, según la remuneración mensual de los demandantes establecida en el considerando primero de esta sentencia. La reincorporación deberá materializarse al décimo día hábil desde que la presente sentencia se encuentre firme y ejecutoriada. En caso de no comunicarse la opción por alguno o algunos de los demandantes, se entenderá que se ha optado por el término de la relación laboral con el pago de las indemnizaciones que se dirán; III.- Para aquel o aquellos de los demandantes que opten por el término de la relación laboral –y no la reincorporación a las labores-, se condena a la demandada CORPORACIÓN UNIÓN DE CENTROS BÍBLICOS a pagar: Respecto de GUISEL ESTEFANY ADASME SANHUEZA: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $626.318.-; 2. Indemnización por 6 años de servicios, correspondiente a $3.758.286.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $1.127.486.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo por 8 remuneraciones, correspondiente a $5.011.048.-; Respecto de JEANETTE DEL CARMEN ARAVENA OLGUÍN: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $390.601.-; 2. Indemnización por 7 años de servicios, correspondiente a $2.734.207.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $820.262.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 10 remuneraciones, correspondiente a $3.906.303.-; Respecto de BÁRBARA DARYNKA GONZÁLEZ HERNANDEZ: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $566.138.-; 2. Indemnización por 7 años de servicios, correspondiente a $3.962.966.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $1.188.890.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 8 remuneraciones, correspondiente a $4.529.104.-; Respecto de CRISTIÁN FERNANDO PALAVICINO MELILLAN: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $749.181.-; 2. Indemnización por 7 años de servicios, correspondiente a $5.244.267.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $1.497.632.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 8 remuneraciones, correspondiente a $5.705.264.-; Respecto de MARÍA ISABEL RIQUELME ARAYA: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $713.158.-; 2. Indemnización por 7 años de servicios, correspondiente a $4.992.106.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $1.497.632.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 8 remuneraciones, correspondiente a $5.705.264.-; Respecto de CARLOS MIGUEL ZABALANGA MEZA: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $461.063.-; 2. Indemnización por 11 años de servicios, correspondiente a $5.071.693.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $1.521.508.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 11 remuneraciones, correspondiente a $5.071.693.-; Respecto de ISABEL DEL PILAR ZAVALA ARAUS: 1. Indemnización sustitutiva del aviso previo, correspondiente a $788.053.-; 2. Indemnización por 11 años de servicios, correspondiente a $8.668.583.-; 3. Recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicios, correspondiente a $2.600.575.-; 4. Indemnización especial del artículo 489 del Código del Trabajo de 8 remuneraciones, correspondiente a $6.304.424.-; IV.- Las cantidades señaladas en el punto anterior deberán ser objeto de los reajustes e intereses señalados en el artículo 173 del Código del Trabajo; V.- Se condena a la demandada CORPORACIÓN UNIÓN DE CENTROS BÍBLICOS a pagar una multa de 25 Unidades Tributarias Mensuales en beneficio del Fondo de Formación Sindical y Relaciones Laborales Colaborativas; VI.- Se condena a la demandada CORPORACIÓN UNIÓN DE CENTROS BÍBLICOS a reparar en naturaleza el derecho a la libertad sindical vulnerado, lo que deberá realizar difundiendo el resultado de la presente causa en la comunidad escolar del colegio donde se desempeñaban los demandantes. Lo anterior deberá realizarse respecto de los alumnos y trabajadores del colegio en un acto frente a todos los alumnos y trabajadores, en el que a lo menos se informe explícitamente que el despido de cada uno de los demandantes –con identificación de nombre y labor- fue declarado como ilegitimo y no dice relación con su desempeño profesional, que el colegio ha sido condenado por despido antisindical respecto de los demandantes y que se reconoce el legítimo derecho de los trabajadores de afiliarse a un sindicato, a negociar colectivamente y a no ser objeto de represalia alguna por el ejercicio de esos derechos. Respecto de los apoderados del colegio, deberá realizarse mediante una comunicación escrita enviada a cada uno de los apoderados con, a lo menos, la misma información ya señalada. En ningún caso podrá incorporarse información a las comunicaciones señaladas que distorsione el contenido impuesto en esta sentencia. Para el cumplimiento de esta parte de la sentencia, se ordena oficiar en su oportunidad a la Inspección del Trabajo respectiva para que asista al acto señalado como ministro de fe, informando al Tribunal lo pertinente; y respecto de la comunicación escrita a los apoderados, deberá presentarse previamente al Tribunal para su aprobación. Las medidas reparatorias ordenadas deberán comenzar a ejecutarse dentro de quinto día y concluirse dentro de treinta días de encontrarse firme y ejecutoriada la presente sentencia, y deberán cumplirse independiente de la opción que ejerzan los actores de reincorporarse o terminar la relación laboral; VII.- Se rechazan las acciones declarativas de la relación laboral y de nulidad de despido por no pago de cotizaciones previsionales; VIII.- Cada una de las partes soportará sus costas; IX.- Se ordena remitir la presente sentencia a la Dirección del Trabajo;
Notifíquese, regístrese y archívese en su oportunidad.
RIT S-39-2017 RUC 16- 4-00154518-0
Dirigió la audiencia y dictó sentencia VICTOR MANUEL
RIFFO ORELLANA, Juez Titular del 2º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.