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Todos los seres humanos estaban dispersos por el mundo, por eso Dios elige a Abram para formar un pueblo por el cual llegase la
salvación a todos los hombres.
GENESIS 12
Yavé dijo a Abram: «Deja tu país, a los de tu raza y a la familia de tu padre, y anda a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti
una gran nación y te bendeciré; voy a engrandecer tu nombre, y tú serás una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan
y maldeciré a quienes te maldigan. En ti serán bendecidas todas las razas de la tierra.»
Dios le dijo a Abram dejara su tierra y se fuera a vivir a un lugar llamado Canaán. Abram obedece a Dios y deja su patria.
Abram estaba casado con Saray, pero ella no podía tener hijos, pues era estéril.
Abram se fue a vivir al país de Canaán con su esposa, y con su sobrino llamado Lot.
GENESIS 15
Entonces le llegó una palabra de Yavé: «Tu heredero no será Eliezer, sino un hijo tuyo, nacido de tu propia carne y
sangre.» Yavé lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será tu descendencia. Y creyó
Abram a Yavé, el que lo tuvo en adelante por un hombre justo. 7 Yavé le dijo: «Yo soy Yavé, que te sacó de Ur de los
Caldeos, para entregarte esta tierra en propiedad.»
Nace Ismael:
GÉNESIS 16
Saray, esposa de Abram, no le había dado hijos, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar. Y dijo Saray a
Abram: «Ya que Yavé me ha hecho estéril, toma a mi esclava y únete a ella, a ver si yo tendré algún hijo por medio de
ella.» Abram hizo caso a las palabras de su esposa. Abram llevaba diez años viviendo en Canaán, cuando su esposa
Saray tomó a su esclava Agar y se la dio a su esposo Abram por mujer. Abram, pues, se unió a Agar, y quedó
embarazada.
Agar dio a luz un hijo, y Abram le puso el nombre de Ismael al hijo que Agar le había dado. 16 Abram tenía ochenta y seis
años cuando Agar le dio su hijo Ismael.
ISMAEL
SARA ABRAHAM
AGAR
ISAAC ISMAEL
.
La figura de Abraham es importante como ejemplo para el creyente que demuestra en la práctica la absoluta
confianza en la Palabra del Señor y el sometimiento a su voluntad.
“Por la fe Abraham, llamado por Dios, obedeció la orden de salir para un país que se le daría como herencia, y
partió sin saber a dónde iba. Por la fe vivió como forastero en esa tierra prometida” (Hb 11, 8ss). Abraham es el
padre de la fe.
LOS PATRIARCAS
ABRAHAM: nuestro padre de la fe a quien Dios elige para formar un pueblo numeroso portador de las
promesas.
A pesar de que su esposa era estéril, creyó en el Señor y dejó su pueblo para ir al lugar que Dios le enseñó.
Su esposa Sara, a pesar de ser ya anciana, le dio un hijo a quien llamó Isaac.
Un día Dios llama a Abraham y le dice que sacrifique a su hijo Isaac. Abraham obedece y se lleva a su hijo al
lugar designado para el sacrificio.
GENESIS; 22,1-14
Tiempo después, Dios quiso probar a Abraham y lo llamó: «Abraham.» Respondió él: «Aquí estoy.» Y
Dios le dijo: «Toma a tu hijo, al único que tienes y al que amas, Isaac, y vete a la región de Moriah. Allí
me lo ofrecerás en holocausto, en un cerro que yo te indicaré.»
Se levantó Abraham de madrugada, ensilló su burro, llamó a dos criados para que lo acompañaran, y
tomó consigo a su hijo Isaac. Partió leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios
le había indicado. Al tercer día levantó los ojos y divisó desde lejos el lugar. Entonces dijo a los
criados: «Quédense aquí con el burro. Yo y el niño iremos hasta allá a adorar, y luego volveremos
donde ustedes.»
Abraham tomó la leña para el sacrificio y la cargó sobre su hijo Isaac. Tomó luego en su mano el
brasero y el cuchillo y en seguida partieron los dos. Entonces Isaac dijo a Abraham: «Padre mío.» Le
respondió: «¿Qué hay, hijito?» Prosiguió Isaac: «Llevamos el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el
cordero para el sacrificio?” Abraham le respondió: «Dios mismo proveerá el cordero, hijo mío.» Y
continuaron juntos el camino.
Al llegar al lugar que Dios le había indicado, Abraham levantó un altar y puso la leña sobre él. Luego
ató a su hijo Isaac y lo colocó sobre la leña. Extendió después su mano y tomó el cuchillo para
degollar a su hijo, pero el Ángel de Dios lo llamó desde el cielo y le dijo: «Abraham, Abraham.»
Contestó él: «Aquí estoy. «No toques al niño, ni le hagas nada, pues ahora veo que temes a Dios, ya
que no me has negado a tu hijo, el único que tienes.»
Abraham miró a su alrededor, y vio cerca de él a un carnero que tenía los cuernos enredados en un
zarzal. Fue a buscarlo y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abraham llamó a aquel lugar «Yavé
provee». Y todavía hoy la gente dice: «En ese monte Yavé provee.»
GENESIS 26,24
Yavé se le apareció aquella misma noche y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas,
porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi
servidor.»
Cuando fue mayor se casó con Rebeca y tuvieron dos hijos: Esaú el mayor y Jacob.
Isaac prefería a Esaú, pero su esposa Rebeca prefería a Jacob.
ABRAHAM SARA
ISAAC REBECA
ESAÚ JACOB
Los dos muchachos crecieron. Esaú llegó a ser un experto cazador y un hombre de campo abierto, mientras
Jacob era un hombre tranquilo a quien le gustaba estar en la tienda. Isaac quería a Esaú porque le gustaba la
caza, pero Rebeca prefería a Jacob.
En cierta ocasión estaba Jacob cocinando un guiso, cuando llegó Esaú del campo, muy agotado. Dijo Esaú a
Jacob: «Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento» (por eso fue llamado Edom, o
sea, rojizo). Jacob le dijo: «Me vendes, pues, ahora mismo tus derechos de primogénito.» Esaú le respondió:
«Estoy que me muero, ¿qué me importan mis derechos de primogénito?»
Jacob insistió: «Júramelo ahora mismo.» Y lo juró, vendiéndole sus derechos.
Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No
hizo mayor caso de sus derechos de primogénito.
*¿Cuáles fueron los nombres de los hijos de Isaac y porque el primogénito vendió sus derechos?
Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando éste se fue al campo en busca de caza para su padre,
Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Acabo de oír a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú y le dijo: “Vete a cazar y prepárame un
guiso, para que yo lo coma y te pueda bendecir ante Yavé, antes de morirme”. Ahora, pues, hijo, escúchame y haz cuanto te diga.
Anda al corral y tráeme dos cabritos de los mejores que haya; con ellos haré un guiso como le gusta a tu padre. Después tú se lo
presentas a tu padre para que lo coma y te bendiga antes de su muerte.»
Jacob dijo a su madre Rebeca: «Pero mi padre sabe que yo soy lampiño y mi hermano muy velludo. Si me toca se dará cuenta del
engaño y recibiré una maldición en lugar de una bendición.» Su madre le replicó: «Tomo para mí la maldición. Pero tú, hijo mío,
hazme caso, y ve a buscar lo que te pedí.» Fue, pues, a buscarlo y se lo llevó a su madre, que preparó para su padre uno de sus
platos preferidos. Después, tomando las mejores ropas del hijo mayor Esaú, que tenía en casa, vistió con ellas a Jacob, su hijo
menor. Con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello, y luego puso en las manos de Jacob el
guiso y el pan que había preparado.
Jacob entró donde estaba su padre y le dijo: «¡Padre!» El le preguntó: «Sí, hijo mío. ¿Quién eres?» Y Jacob dijo a su padre: «Soy
Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás.»
Dijo Isaac: «¡Qué pronto lo has encontrado, hijo!» Contestó Jacob: «Es que Yavé, tu Dios, me ha dado buena suerte.» Isaac le
dijo: «Acércate, pues quiero tocarte y comprobar si eres o no mi hijo Esaú.»
Jacob se acercó a su padre Isaac, quien lo palpó y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.» Y no lo
reconoció, pues sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo. Volvió a preguntarle: «¿Eres de verdad mi
hijo Esaú?» Contestó Jacob: «Sí, yo soy.» Isaac continuó: «Acércame la caza que me has preparado, hijo mío, para que la coma y
te dé mi bendición.» Jacob le sirvió y comió. También le ofreció vino, y bebió.
Entonces Isaac le dijo: «Acércate y bésame, hijo mío.» Jacob se acercó y le besó. Al sentir Isaac el perfume de su ropa, lo bendijo
con estas palabras:
Apenas Isaac había terminado de bendecirle, y Jacob había salido de la pieza de su padre, cuando llegó Esaú, su hermano, con el
producto de su caza. Preparó también el guiso y se lo llevó a su padre, diciendo: «Levántate, padre, y come la caza que tu hijo te
ha preparado, de manera que me puedas dar tu bendición.»
Pero Isaac le dijo: «¿Y quién eres tú?» Respondió: «Soy Esaú, tu primogénito. Isaac comenzó a temblar violentamente y dijo:
«Pues entonces, ¿quién es el que cazó y me sirvió su caza? Yo comí de todo antes de que tú llegaras y le di mi bendición: ¡sí, él
tiene la bendición!»
Al oír Esaú las palabras de su padre, se puso a gritar muy amargamente, y dijo a su padre: «Bendíceme también a mí, padre.»
Isaac respondió: «Tu hermano ha venido, me ha engañado y se ha tomado tu bendición. “Esaú declaró: «Con razón le dieron el
nombre de Jacob, pues me ha suplantado por segunda vez. Primero me quitó los derechos de primogénito, y ahora me ha quitado
la bendición.»
Esaú preguntó: «¿Y no me has reservado alguna bendición? “Respondió Isaac: «Lo he hecho tu señor y señor de todos tus
hermanos. Lo he abastecido de trigo y vino. Después de esto, ¿qué quieres que haga por ti, hijo mío?» Esaú insistió: «¿Acaso no
tienes más bendición que ésta? Padre, bendíceme a mí también.» Y Esaú se puso a llorar. Entonces Isaac le respondió:
«Mira, vivirás lejos de las tierras fértiles y lejos del rocío del cielo. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás.