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2 Crónicas 20:1-37

20 . 1 – 30
Cuando la nación enfrentó el desastre, Josafat hizo un llamado al pueblo
para que tomara en serio a Dios y que ayunara por un tiempo determinado.
Al separarse de la rutina diaria de la preparación y del consumo de la
comida, pudieron dedicar ese tiempo extra a considerar su pecado y a orar
para pedir ayuda a Dios. El dolor agudo del hambre reforzaría sus
sentimientos de penitencia y les recordaría su debilidad y su dependencia
de Dios. El ayuno todavía es útil en la actualidad cuando buscamos la
voluntad de Dios en situaciones especiales.

Este es probablemente el más familiar y conocido capítulo de 2 Crónicas,


porque explica cómo el Señor le concede la victoria a todos aquellos que en
él confían. Josafat enfrentaba el más grande peligro exterior que amenazó
su reino. Una gran multitud (v. 2) de moabitas, amonitas (Gen.19:37,38)
y sirios se había confabulado para aplastar a Judá. Frente a este enorme
peligro, Josafat se humilló ante el Señor; como resultado, conquistó la
mayor de las victorias de su vida. La promesa del Señor a través del profeta
Jahaziel consuela a los creyentes que desde entonces han enfrentado
situaciones desesperadas: No temáis ni os amedrentéis . . . porque no
es vuestra la guerra , sino de Dios (v. 15). Sin embargo, el relato revela
tres elementos clave que contribuyen a que el pueblo de Dios reciba el
auxilio divino: 1) el ayuno (v. 3); 2) la oración (vv. 4-13); y 3) la alabanza
(vv. 21, 22).

20 . 3 El ayuno era una de las claves para alcanzar la salvación


experimentada por Judá. Este fue un ayuno que se hizo pregonar . . . a
todo Judá y en el cual toda la nación participó. El ayuno no es un medio
para manipular la voluntad de Dios, sino simplemente la expresión de una
necesidad interior, una evidencia de la urgencia con que oramos en
circunstancias especiales. Véanse 1Samel 7:6; Hechos_13:2-3, Esdras
8:21-23 Isaías 58

20 . 4 - 12 Una segunda clave de la victoria obtenida por Judá fue la


oración. La oración de Josafat aquí trae a la memoria la oración de
Salomón en el cap. 6 y en 1 Reyes 8. Quizás se apoyó en la promesa de
7.14. El versículo 12 descubre la esencia desconsolada de esta oración:
Porque en nosotros no hay fuerza . . . no sabemos qué hacer , y a ti
volvemos nuestros ojos . El clamor de los cristianos en medio de las
peores dificultades es: «Señor, no sabemos qué hacer, pero esperamos en
ti».
La oración de Josafat tenía varios ingredientes esenciales:
(1) Entregó la situación a Dios, reconociendo que sólo Dios podía salvar a
la nación.
(2) Buscó el favor de Dios ya que su pueblo era el pueblo de Dios.
(3) Reconoció la soberanía de Dios en la situación actual.
(4) Alabó la gloria de Dios y se consoló en sus promesas.
(5) Profesó una dependencia completa de Dios, no de sí mismo, para la
liberación.
Para ser la clase de Discípulo que Dios quiere en la actualidad, siga el
ejemplo de Josafat: concéntrese totalmente en el poder de Dios y no en
usted mismo.

20 . 14 El Espíritu de Jehová : Véanse el texto y la nota a 1


Crónicas_12:18.
¿Cómo trabajaba el Espíritu Santo en los tiempos del Antiguo Testamento?
Cuando había que hacer algún trabajo importante, Dios escogía a una
persona para hacerlo, y el Espíritu daba a esa persona el poder y la
habilidad necesarios. El Espíritu dio a Bezaleel habilidad artística (Exo_31:1-
5) a Jefté destreza militar (Jdg_11:29), a David poder para gobernar
(1Sa_16:13), y a Zacarías palabras proféticas con autoridad (2Ch_24:20).
Aquí el Espíritu Santo llegó sobre los guerreros de David. El Espíritu llega a
los individuos para que puedan alcanzar metas específicas. Sin embargo, el
Espíritu llegó a todos los creyentes el día de Pentecostés, no sólo para
darles poder para hacer toda la voluntad de Dios, sino también para morar
en ellos todos los días (Act_2:14-21).

Cuando el enemigo avanzó en Judá, Dios habló por medio de Jahaziel: "No
temáis ni os amedrentéis[...] porque no es vuestra la guerra, sino de Dios".
Quizá no estemos luchando con un ejército, pero todos los días luchamos
con la tentación, temor a infectarnos, temor a morir, temor a no tener
como seguir atendiendo nuestra vida, por la situación económica, la presión
y además "huestes espirituales de maldad" (Eph_6:12) que quieren que nos
rebelemos contra Dios. Debemos recordar que, como creyentes, tenemos el
Espíritu de Dios en nosotros. Si pedimos la ayuda de Dios cuando
enfrentamos luchas, Dios peleará por nosotros. Y Dios siempre triunfa.

20 . 15 - 22 La alabanza poderosa engendra victoria. LA SENDA DE LA


ALABANZA. He aquí una gran lección sobre el poder de la alabanza. Judá
estaba siendo confrontada por sus enemigos mortales, Moab y Amón. El
pueblo buscó a Dios en oración y con fe en su palabra (20.1-14). Entonces
vino la palabra del profeta: «No temáis... porque no es vuestra la guerra,
sino de Dios» (v. 15). La victoria vino de una manera extraña y poderosa.
Los levitas se levantaron y alabaron «a Jehová el Dios de Israel con fuerte y
alta voz» (v. 19). Entonces algunos fueron designados para que cantaran al
Señor y le adoraran en la belleza de su santidad. Estos marcharon ante el
ejército, diciendo: «Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para
siempre» (v. 21). ¡ El resultado de esta poderosa alabanza fue una victoria
total !(2Crónicas_5:13/Psa_7:14-17) C.G.

20 . 20 creed, aman Strong #539: Estar firme, estable, establecido;


también, estar firmemente persuadido; creer sólidamente. En su forma
causativa aman significa «creer», es decir, «considerar algo digno de
confianza». Esta es la palabra utilizada en Gen_15:6, cuando Abraham
«creyó» en el Señor. Aquí, aman aparece tres veces en un versículo y
podría traducirse: «Cree en el Señor... y estarás seguro». De aman viene
emunah «fe». Su derivado más conocido es «amén», que encierra la idea
de algo «sólido, firme, ciertamente seguro, verificado, establecido».

20 . 22 , 23 Estos versículos revelan la tercera de las claves de la


milagrosa salvación de Judá y ella es la alabanza (el nombre Judá significa
«alabanza»). Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza a
Dios con la esperanza de que él pelearía por ellos la batalla, sus enemigos
se mataron los unos a los otros. Experiencias como esta se narran en
otros pasajes del AT. Véanse Jos_6:10, Jos_6:20; Jueces_7:18-22;
2Reyes_7:3-16; 2Reyes_19:35. El Salmo_22:3 dice que Dios es glorificado
en las alabanzas de su pueblo. Dondequiera y como quiera que el pueblo de
Dios alabe al Señor, él reina entre ellos y hace cosas milagrosas por ellos.

Conclusión:
¿Cómo dejamos que Dios pelee por nosotros? (1) Al darnos cuenta que la
lucha no es nuestra sino de Dios. (2) Al reconocer las limitaciones humanas
y al permitir que la fortaleza trabaje a través de nuestros temores y
debilidades. (3) Al asegurarnos que buscamos los intereses de Dios y no
nuestros deseos egoístas. (4) Al pedir la ayuda de Dios en nuestras batallas
diarias.

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