Está en la página 1de 2

VEN DIVINA VOLUNTAD VEN A REINAR EN NOSOTROS

Jesús te amo recibo tu amor y dame el tuyo y por vía de amor sáname.
Gracias por tu vida acá abajo que sirvió para restituir restablecer y
poner a salvo tus habitaciones humanas.

Con tu santísima vida fortifícanos ciméntanos de nuevo derrama toda tu


preciosísima sangre para lavarnos de todas nuestras suciedades y con
tu Santísima muerte, resucitamos, danos nueva vida para hacernos
dignos de recibir de nuevo a nuestro creador.

Con tu santísima potencia pon a salvo tu santísima obra haz los


prodigios inauditos que se necesitan porque necesitamos tu reino
arranca las cadenas y desembarázanos de toda maldad.

Pon tu santísimo bálsamo en nuestras heridas hechas por el querer


humano.

Adórnanos con tu santísimos adornos divinos con tu santísimo imperio


haznos decir Fiat ven habitar y a reinar en nosotros, tienes todos los
derechos que te son debidos porque somos tus hijos.

VOLUMEN XXXV

(24) Diciembre 28, 1937 » Así como


la Redención sirvió para poner a salvo las habitaciones, así el reino de
la Divina Voluntad servirá para poner a salvo y restituir la habitación a Aquél que la
había creado. En cada acto hecho en la Divina Voluntad Dios crea su Vida.

Continuaba pensando en la Divina Voluntad. Cuántas escenas conmovedoras ante mi mente,


un Jesús que llora, que ruega, que sufre porque quiere ser vida de cada criatura, y
una turba de hijos lisiados: quién ciego, quién mudo, quién cojo, quién paralizado,
quién cubierto de llagas de dar piedad; y el amado Jesús, con un amor que sólo Él puede tener,
que corre ahora a uno, ahora al otro, les da el aliento, se los estrecha al corazón, los toca con
sus manos creadoras para sanarlos y les dice quedito, quedito al corazón: "Hijo mío, te
amo, recibe mi Amor y dame el tuyo, y Yo por vía de amor te sanaré."
Mi Jesús, amada vida mía, cuánto nos amas. Ahora, mientras me sentía sofocar por
su Amor, darme el aliento con su aliento ardiente, sorprendiéndome me ha dicho:

"Hija de mi Amor, hazme desahogar porque no puedo contenerme más, cómo


es duro amar y no ser amado; no tener a quién decir mis sorpresas de amor es
la pena más indecible para nuestro Ente Supremo, por eso escúchame: Tú
debes saber que Yo vine a la tierra para poner a salvo mis habitaciones; el hombre es
mi habitación que con tanto amor me había formado, y en la cual, para hacerla digna de
Mí, había concurrido mi Potencia y el arte creador de mi Sabiduría; esta habitación era
un prodigio de nuestro Amor y de nuestras manos divinas. Ahora, al sustraerse de
nuestra Voluntad, nuestra habitación se pone
en ruinas, queda obscura y queda como habitación de enemigos y de ladrones.
¡Qué dolor no fue para Nosotros! Así que
mi Vida acá abajo sirvió para restituir, restablecer y poner a salvo esta habitación que
con tanto amor nos habíamos formado. También ella era
nuestra, convenía salvarla para poderla habitar de nuevo, por eso para salvarla di todos
los remedios posibles e imaginables, di mi
misma Vida para fortificarla, cimentarla de nuevo, derramé toda mi sangre para lavarla de
todas las suciedades, y con
mi muerte quise darle nuevamente la vida para hacerla digna de recibir de nuevo como h
abitador a Aquél que la había creado.

Ahora, habiendo dado todos los medios para salvar nuestra habitación,
era decoroso para Nosotros poner a salvo al Rey que debía habitarla.
Nuestro Amor había quedado a la mitad de su carrera, impedido y como detenido en su camino,
por eso el reino de nuestra Voluntad servirá para poner a salvo aquel Fiat rechazado por
la criatura, darle la entrada en su habitación y hacerlo reinar y dominar como soberano que es.
No sería una obra digna de nuestra Sabiduría creadora salvar las habitaciones, y que
Aquél que las debe habitar anduviera errante en campo abierto, sin reino y
sin dominio; salvar las habitaciones y no salvarse a Sí mismo,
ni poder habitar las habitaciones salvadas, sería absurdo, como si no
tuviéramos Potencia suficiente para salvarnos Nosotros mismos; esto no será jamás, si
hemos tenido Potencia para salvar nuestra obra creadora,
tendremos Potencia para poner a salvo nuestra Vida en nuestra obra. ¡Ah, sí, tendremos
nuestro reino, haremos prodigios inauditos para tenerlo, nuestro Amor cumplirá su camino, no
se quedará a la mitad, se desembarazará de las cadenas, continuará su carrera llevando
el bálsamo a las heridas del querer humano, adornará con adornos divinos estas habitaciones,
y con su imperio llamará a nuestro Fiat a habitar y a reinar, dándole todos los derechos que le
son debidos! Si no fuese cierto el reino de mi Voluntad, ¿en
qué aprovecharía componer y restablecer las habitaciones?

¡Ah! hija mía, tú no comprendes bien qué significa no hacer nuestra Voluntad: nos
son quitados todos los derechos, nos sofocan tantas Vidas Divinas nuestras. Nuestro Amor era
y es tanto, que en cada acto de criatura queríamos crearnos a Nosotros mismos para
hacernos amar, hacernos conocer, y para estar en continuo intercambio de vida entre
las criaturas y Nosotros. ¡Hacer esto sin nuestra Voluntad es imposible! Solamente Ella
tiene Potencia y Virtud de volver adaptable a la criatura para recibir nuestra Vida Divina, y pone
en camino a nuestro Amor para crearnos a Nosotros mismos en el acto de la criatura. Tú
debes saber que en cada acto que la criatura hace en nuestra Voluntad,
una fuerza irresistible nos llama, la miramos, nos reflejamos en ella y con un amor que
no nos es dado resistir, creamos nuestra Vida, ¡y si
tú supieras qué significa crear nuestra Vida! En eso entra un desahogo de amor tan grande, que
en nuestro énfasis de amor decimos: "¡Ah, la criatura nos ha hecho formar nuestra Vida en
su acto." Sentimos paridad de amor, de santidad, de gloria nuestra, y quedamos
con ansia esperando la continua repetición de sus actos hechos en
nuestro Querer para repetir nuestra Vida, para tener en su acto a Nosotros mismos, que
nos amamos, que nos glorificamos, y sólo entonces tenemos el verdadero fin de
la Creación: el que todo debe servir a Nosotros, aun el más pequeño acto de
la criatura sirve para repetir nuestra Vida y para hacer desahogo de nuestro amor. Por eso
el vivir en nuestro Querer será todo para Nosotros, y todo para la criatura."

También podría gustarte